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Etiqueta: pobreza

Doble pecado de ser pobre y mexicano

Manuel Delgado

“Lo peor que tiene la pobreza es la humillación. No la necesidad, porque uno puede pasarse días sin comer. Pero no te puedes escapar de la indignidad de la pobreza. Ser pobre tiene mal olor, una cierta pestilencia”.

Muchas frases así son lanzadas como dardos y como cuchillos afilados hacen trizas la mente. Pero no las dice cualquiera, la dice uno que de verdad conoció la pobreza y la discriminación.

Anthony Quinn provenía de esos botaderos del México profundo. Era hijo del hijo de un irlandés, Francisco Quinn, y de una empleada doméstica. Cuando ella solo tenía 16 años, el muchacho le dijo que se había enrolado en las filas de Pancho Villa y que quería que ella lo siguiera como soldadera, es decir, la mujer que le hacía la comida, le lavaba y le zurcía la ropa, lo ayudaba en el campo de batalla, le curaba las heridas y la que, además, le dio un hijo, ese muchachito llamado Antonio, nacido en un vagón del tren militar en mitad del combate.

Por ese padre, el pequeño desarrolló un sentimiento de amor y de odio irresolubles que lo atormentarán por siempre. Él era el mejor y el peor padre, amoroso las pocas veces que estaba presente con él y luego con su hermanita; ausente casi todo el tiempo. Antonio vivió de su mamá que iba de un sitio a otro buscando trabajos miserables, sobre todo de empleada doméstica, lavadora de ropa (en el río y en batea) y planchadora, a los que, además, tenía que arrastrar a sus dos hijos.

Huérfano a los diez años (en realidad había sido huérfano toda su vida), Antonio (o Anthony, como pasó a llamarse) hizo todos los trabajos: recolector de frutos, limpiabotas, mandadero, dibujante, saxofonista en una banda de jazz, boxeador y… predicador en una iglesia pentecostal (“Quizá la ley de Dios no dijese que unos deben morirse de hambre mientras otros viven en la abundancia”).

La necesidad lo arrojó a una ocupación no prevista, la de actor, primero en teatro y más tarde en pequeñísimos papeles en el cine, quizá porque, como él dice, “la ficción era la única realidad con que podía contar”.

Allí, como figura de celuloide, su ascenso fue vertiginoso, aunque siempre, antes y después, tuvo que combatir esa discapacidad de ser un “sucio mexicano”, situación que tuvo oportunidad de disimular a menudo pues por su físico (pese a su tez morena) y su apellido, bien podía pasar por un irlandés. Pero terco hasta decir basta, nunca renunció a su patria de origen, quizá porque, como él mismo dice, “necesitamos molinos de viento…”

Esa condición de cuasi espalda mojada le puso obstáculos siempre para obtener papeles estelares. La Hollywood blanca nunca le otorgó un Oscar a mejor actor, aunque sí dos por papeles de reparto. Pero todos lo recordamos por sus grandes actuaciones, sobre todo por su entrañable Zorba el Griego.

Son apasionantes su obra, su vida y su autobiografía, titulada “El pecado original”, una rareza bibliográfica.

Es una autobiografía muy curiosa, muy original, porque no cuenta el transcurso de su ascenso en el cine ni los detalles de su vida amorosa, sino que, toda entera, es una conversación con su psiquiatra, un reporte de su psicoanálisis, donde va dilucidándose ese zipizape con un niño diez años que no es otra cosa que su conciencia. Una pieza maestra de la literatura que no sé cómo se escribió, pero que supongo que tiene mucho de la mano de su personaje, al que hay que inscribirlo también como representante de la literatura norteamericana.

No era la intención del autor, pero la obra retrata el desagradable ambiente de Hollywood y la desagradable vida gringa, pero tiene, entre otros encantos, el de nunca apartarse de ese México sufrido, mágico, amado e inagotable de donde proviene.

La “justicia por sus propias manos”: 5 factores explican casos de violencia

Es fundamental la inversión y capacitación de los cuerpos de seguridad; experta hace un llamado a una mayor coordinación interinstitucional

UNA Comunica. 4 de setiembre de 2024. La semana anterior dejó un saldo de dos casos de violencia, donde hubo un homicidio perpetrado, presuntamente, por dueños de locales comerciales en contra de personas que intentaron robar en sus negocios.

Es lo que popularmente se le conoce como “tomar la justicia por sus propias manos”. Ocurrió primero el 25 de agosto en Alajuela cuando el dueño de un comercio asesinó a otra persona y luego, cuatro días después, cuando una mujer utilizó un arma de fuego para atacar a un presunto ladrón que intentó ingresar a una pulpería, en San José centro.

Circunstancias similares, escenarios distintos. Es el reflejo de un aumento en el nivel de violencia e inseguridad, según determinó la académica Yolanda Pérez, coordinadora de la Maestría de Administración Justicia, enfoque socio-jurídico, de la Escuela de Sociología de la Universidad Nacional (UNA).

Para la socióloga, existen al menos cinco factores que explican por qué este tipo de situaciones se presentan con mayor regularidad:

  1. Reinan sentimientos de desesperación y frustración, ante la sensación de que las autoridades no son efectivas en el control de la actividad criminal.
  2. Se está presentando un fenómeno vinculado con la normalización de la violencia. “Las personas ya no se asustan cuando asesinan a alguien. En Costa Rica, lamentablemente, la violencia se ha vuelto algo común, pueden de repente estar más dispuestas a confrontar a los delincuentes, no porque no tengan miedo, sino porque ya se ha convertido en parte de su realidad cotidiana”.
  3. También existen aspectos psicológicos, donde el instinto de supervivencia o el impulso por protegerse a sí mismos o a sus seres queridos, se activa. Esto puede llevar al individuo a enfrentar a un asaltante, en un momento de adrenalina que impide pensar en eventuales consecuencias.
  4. La viralización pública del hecho, que se fundamenta en el actuar de una persona ante un delincuente y de donde sale victoriosa, puede ser motivo de inspiración para que otros se preparen o actúen de igual manera, con el agravante de que estos casos no reflejen la realidad ni sus riesgos asociados.
  5. Socialmente, puede generarse la idea de que siempre el delincuente puede ser vulnerable, lo que hace que las personas dejen de verlos como una amenaza, o de que los califiquen como inexpertos y que pueden actuar contra ellos.

Riesgos

En paralelo a la valoración sociológica que explica el uso de los mecanismos de defensa personales, se suma el hecho de una mayor desconfianza en la policía y en el sistema judicial por parte de la ciudadanía. “Se tiende a creer que los delincuentes no enfrentarán consecuencias significativas por sus actos, lo que contribuye a que puedan actuar por su cuenta”, manifestó Pérez.

Características como que “la justicia es lenta o ineficaz” se han convertido en vox populi, lo que, de acuerdo con la experta, puede llevar a la idea de que la única forma de lograr una justicia inmediata es actuar por sus propios medios.

“Incluso he escuchado que las personas se están capacitando más sobre seguridad personal, por medio de escuelas a las que les pagan y donde les enseñan sobre uso de armas y que no necesariamente es para optar por un puesto en una empresa de seguridad privada, sino para defenderse ante cualquier peligro”, relató Yolanda Pérez.

Desde una perspectiva social, un entorno que opte por este camino promueve el aumento de la violencia, ya de por sí exacerbado en el país. Hasta el día de ayer, el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) contabilizaba 587 homicidios, 29 menos que a la misma fecha del año pasado que alcanzó un récord en las estadísticas.

San José es la provincia más afectada por el grado de violencia (152 crímenes), acompañada ahora de las provincias costeras de Limón y Puntarenas (107 y 95 casos, respectivamente) donde se ha dado un incremento en los niveles de inseguridad.

Dentro de los riesgos de esta escalada violenta, está que los propios delincuentes puedan armarse o prepararse mejor para repeler ataques, lo que pueden conllevar a enfrentamientos peligrosos, donde estarían expuestos terceras personas, como clientes de un local o comercio.

¿Qué se puede hacer al respecto? Para la coordinadora de la Maestría de Administración en Justicia es fundamental fortalecer a las instituciones jurídicas y de seguridad del país, aunque considera que el aumento en las penas carcelarias no va a ser la solución.

Pérez recalcó que es fundamental la capacitación y la dotación de recursos para fortalecer al Ministerio de Seguridad Pública y a sus distintas dependencias. Advirtió, por ejemplo, que actualmente la policía no cuenta con los mismos equipos del crimen organizado, y eso afecta la prevención y la respuesta oportuna ante el delito.

“Además, se hace necesario articular el trabajo que se realiza en las instituciones públicas y organizaciones, entre otros entes, de manera que desarrollen programas y campañas de sensibilización que promuevan la resolución pacífica de los conflictos y que desincentive el uso de la violencia como respuesta a la delincuencia”, agregó.

Lo que se quiere evitar es que situaciones, como la acontecida el domingo anterior en San Carlos, cuando dos personas se enfrentaron directamente a pedradas con un presunto ladrón, quien quiso llevarse una motocicleta, desemboque en el fallecimiento de alguno de los involucrados, lo cual en este caso no sucedió.

Por ello, la académica apunta a una estrategia integral donde la reducción de las desigualdades económicas y sociales, la pobreza, el desempleo, la falta de acceso a servicios básicos puedan contribuir a generar una menor presión social sobre las personas que han acudido a los mecanismos de violencia para defenderse ante todo tipo de situaciones.

Oficina de Comunicación
Universidad Nacional, Costa Rica

70 personas en condición vulnerable se graduaron como técnicos en la UNA

Gracias a una alianza entre municipalidades, cámaras empresariales y la UNA, 70 personas en situación de pobreza o baja escolaridad obtuvieron su título técnico en áreas clave como salud ocupacional y gestión de calidad. Esta formación, que les brinda nuevas oportunidades laborales, es un paso importante hacia un futuro con más empleo y bienestar en la región

Gracias a la alianza entre las municipalidades y cámaras empresariales de la zona de Occidente del país junto con la Universidad Nacional (UNA), este viernes 30 de agosto, 70 personas en condición de pobreza o baja escolaridad, obtuvieron su título de formación técnica  en las áreas de salud ocupacional, confirmación metrológica, procesos productivos y gestión de calidad.

“Hoy celebramos no solo la culminación de un curso, sino el resultado de esfuerzo, perseverancia y dedicación. Cada uno de nosotros ha enfrentado desafíos, ha superado obstáculos y ha demostrado que con empeño y determinación se puede alcanzar cualquier meta. En lo personal se me abren puertas para seguir creciendo dentro de la empresa donde trabajo o para seguir estudiando. Esta es una rama que no conocía y me emocionó mucho estudiarla”, dijo Alejandro Mejía, oriundo de San Ramón, quien fue el primer promedio del técnico en Procesos productivos.

Kimberly Venegas se graduó en un colegio técnico de Palmares, y tiene la esperanza de que las zonas francas, puedan traer más empleo a su cantón. “Este título genera más oportunidades para emplearse. El técnico en Salud ocupacional, que consiste básicamente en la seguridad del trabajador, me abre las puertas a un trabajo donde se valide ese título para un mejor futuro”.

Gracias a esta alianza entre la UNA y las cámaras empresariales, se otorgaron becas del 100% a estudiantes de colegios técnicos, quienes durante 10 meses fueron parte del sistema de educación permanente de la UNA. “Quiero felicitar a este grupo de muchachas y muchachos de Occidente, de los cantones de Grecia, de Poás, de Sarchí, de Naranjo, de Salsero, de Palmares y de San Ramón, que hoy culminan exitosamente este proceso. Es importante resaltar que el conocimiento constituye hoy en día la principal base del ejercicio de la ciudadanía, de la generación de empleo, de los encadenamientos productivos, de la innovación y el emprendedurismo, y por supuesto del bienestar y calidad de vida de las personas y de la sociedad como un todo. Tener acceso al conocimiento brinda oportunidades de participar en la vida económica, social y cultural, aumenta las posibilidades de integración social y sobre todo incrementa las posibilidades de mejorar la empleabilidad”, comentó Francisco Bogantes, vicepresidente de la Cámara Empresarial de Grecia.

En Grecia, se construyen parques empresariales que se espera, generen cerca de 40 mil empleos cada uno en los próximos años. “Nosotros hemos creído en ese futuro, de tal forma que estamos generando las condiciones para la empleabilidad, para los encadenamientos productivos con nuestras empresas locales desde San Ramón, Palmares, Naranjo y Grecia”, continuó Bogantes.

Francisco González, rector de la UNA, hizo hincapié en que los tiempos han cambiado. “A pesar de que la oferta de la UNA no es estrictamente la formación de técnicos, sí reconocemos la importancia de fortalecer las condiciones de empleo de las personas que tienen menos condiciones, y la vinculación y coordinación con los sectores productivos y los sectores empresariales. Por esta razón es que ya hace un año nos planteamos como propósito poder generar una iniciativa que se articulara al Ministerio de Educación Pública, para brindarle a estudiantes que estuvieran en los últimos años de su formación técnica, una oferta del marco del marco nacional de cualificaciones”.

Para este 2024 la UNA ofrece una serie de técnicos orientados a una concepción de educación no formal que permite capacitar a los adultos y jóvenes en diferentes áreas laborales obteniendo habilidades y competencias poro desarrollarse en el mercado laboral y también por tener un crecimiento personal y de empleabilidad.

La oferta, gestionada por la Oficina de Transferencia y Conocimiento y Vinculación Externa, incluye además formación técnica en:  Administración de Pymes, Gestión y desarrollo de emprendimientos, Desarrollo local y género, Desarrollo de software y aplicaciones, Plantas medicinales, Gestión de olores, y Desarrollo agroecológico y socioproductivo, entre otros.

Video:

Oficina de Comunicación
Universidad Nacional, Costa Rica

¿La nueva ruta de la educación costarricense?

Dra. Yamileth González
Ex-Rectora UCR, Colectivo Mujeres por Costa Rica

Hemos escuchado al presidente decir que gobierna para los pobres y que va a eliminar las “coronas” que tradicionalmente llevaron algunos funcionarios de gobiernos anteriores. Nada más alejado de la verdad, sus años de gobierno muestran lo contrario: la reducción del presupuesto en educación ha tenido como consecuencia el empobrecimiento de los grupos más vulnerables, precisamente esos que dice proteger y ¡gran contradicción! muchos de los cuales, absurdamente, son, engañados, los que le dan apoyo.

La crisis educativa que hoy se vive, profundizada por este gobierno, tiene como efecto que miles de estudiantes, la mayoría de las zonas urbanas marginales y costeras, dejen las aulas: en 2023, más de 23 mil abandonaron los centros educativos a consecuencia de la reducción de las becas, de la alimentación y del transporte; servicios que, tradicionalmente, recibían y ahora, el gobierno les quita; imposible para este grupo, estudiar sin esos beneficios, son jóvenes de hogares muy pobres, muchos de Puntarenas (el 22% ) y de Limón ( 23% ). Otro severo golpe lo constituye el reciente recorte al presupuesto de los colegios científicos, un bastión significativo de la educación pública.

Se ha estimado que sólo en 2023, el recorte de becas lleva a casi 6 mil hogares a la pobreza y a muchos menores de edad a la pobreza extrema y que 7.000 estudiantes dejaron las aulas. El problema crece ya que no solo caen en la pobreza, sino que, al abandonar sus estudios, son fácilmente reclutados por bandas criminales, o sea, que estos recortes expulsan a los jóvenes de los centros escolares, los empobrecen y los llevan a las filas de la delincuencia y del narcotráfico. ¿Será esta la nueva ruta de la educación costarricense?

Así, el panorama nacional es desolador: con este gobierno se ha ampliado la desigualdad y la brecha entre la educación pública y la privada ha crecido; los recortes, además de menoscabar los programas de equidad ya mencionados, dejan a la enseñanza pública sin la posibilidad de enfrentar los rezagos existentes, sin la opción de crecer y mejorar, por ejemplo, la conectividad a internet de banda ancha, de acceder a servicios informáticos, al equipamiento de las bibliotecas, al desarrollo de colegios científicos, a los bilingües y del bachillerato internacional; no permiten fomentar habilidades científicas en la juventud, ni ampliar el currículo completo para educación primaria…, condiciones con las que si cuenta la educación privada.

Los estudiantes de colegios públicos quedan en condiciones de inferioridad, sin posibilidad de avanzar, de tener en el futuro trabajos más calificados o ingresar a la educación superior. ¿Tienen las universidades la responsabilidad de que no ingresen a sus aulas más estudiantes de colegios públicos? ¿o es el gobierno que, con sus políticas, propicia esa desventaja? Es urgente hacer valer el derecho de la juventud de las zonas marginales y menos favorecidas, a tener una formación que les de mejores posibilidades de desarrollo.

En Costa Rica hemos tenido un estado social de derecho, que debemos defender, con oportunidades para todos los grupos sociales que, sin embargo, ha venido deteriorándose, y este gobierno ha agudizado con acciones inauditas, afectando principalmente a la población que vive en zonas marginales y restando así las posibilidades de movilidad social, que, en otro momento, como en mi caso y muchos más, pudimos acceder a una educación universitaria de calidad para poder, de ese modo servir al país.

Imagen: compartida en varias cuentas de redes digitales.

LOS MÁS POBRES

Manuel Delgado

Para ellos la vida no se vive, se sufre. El día es un tránsito amargo cuyo único propósito es llegar vivo a la noche. Son los pobres de México, una porción de la humanidad atormentada hasta lo indecible, condenada a vivir en un status que apenas podría considerarse humano.

Así son los personajes de “Una muerte en la familia Sánchez” de Oscar Lewis (1969), una consecuencia o un residuo de “Los hijos de Sánchez”, su obra más famosa, publicada ocho años antes.

“Una muerte…” narra la vida, muerte y entierro a Guadalupe, una integrante del clan Sánchez aunque muy alejada de su patriarca, Jesús. Está realizada mediante tres entrevistas a cada uno de tres testigos: Manuel, Roberto y Consuelo, familiares cercanos de Guadalupe, entrevistas que son la materia de las tres partes de la obra: La muerte, que en realidad es el transcurso de la vida de Guadalupe y su epílogo, la muerte; segunda, El Velorio, que reúne a la familia y muestra sus trifulcas y, tercero, El entierro o cierre. Y es que la muerte es solo una parte del sufrimiento. Vivir cuesta mucho, pero morirse no menos. Para una familia tan pobre, es una carga demasiado grande velar el cuerpo, ofrecer comida y bebida a los asistentes, casi todos los vecinos alcohólicos, comprar el ataúd, pagar el transporte del féretro, enterrar al muerto.

Guadalupe, al igual que todos los Sánchez, es un ejemplo de esos mexicanos expulsados de sus tierras lejanas por la pobreza y la violencia, obligados a cambiar una y otra vez de residencia y, por último, arrojados a algún barrio pobre de la capital. Son ejemplo de la explotación, la miseria, la violencia, de un hambre insaciable que llevan en sus estómagos y en sus almas.

Tres cosas llaman la atención: la primera es esa misma miseria, la carencia absoluta de todo o de casi todo, que los hace llevar una vida en la que la única preocupación es cómo no morir antes de que caiga la noche. La segunda es la violencia insoportable de vidas hechas para producir daño. Los hombres golpean siempre a las mujeres y a los niños. Tercero, el alcoholismo que todos, incluida Guadalupe, padecen en un grado extremo. Al fin y al cabo, pasar borracho todo el día no es solo la forma de olvidar el hambre, sino además la manera, valga la paradoja, de conservar la vida.

Tuve que parar muchas veces la lectura porque, le decía a mi esposa, ya no soportaba tanto dolor ni tanto sufrimiento de este pueblo al que tanto amo.

Lewis creó una corriente llamada “antropología de la pobreza” y tuvo como método principal la entrevista de personas salidas de los estratos más desfavorecidos de las sociedades del continente.

Su obra más conocida, la ya citada “Los hijos de Sánchez” (1961), de más de 500 páginas, es un largo recorrido de la vida y experiencias de Jesús Sánchez, recogida en muchas horas de entrevista viva y volcada al papel casi sin cambios.

No obstante, las experiencias de pobreza, Lewis reconoce que Jesús Sánchez no es en realidad un pobre entre los pobres, sino más bien un representante de una clase media muy modesta que creció como resultado del desarrollo del país después de la Revolución Mexicana.

Los verdaderos libros sobre la pobreza son otros, en especial, “La vida”, un tomazo de 700 páginas, que retrata la terrible situación de los pobres puertorriqueños tanto en San Juan como en Nueva York, y “Pedro Martínez”, una historia de campesinos pobres. Antes, en 1946, Lewis había publicado una obra acerca de los indígenas de Tepoztlán, ese mismo pueblo donde vivió Chavela Vargas.

“Una muerte en la familia Sánchez” pasa a ser, entonces, la verdadera obra acerca de la pobreza urbana mexicana. Pero, además, es la más literaria, la más elaborada y una verdadera pieza maestra de la narrativa del continente.

Un detalle curioso acerca de Lewis es que en la preparación de su obra “Pedro Martínez” colaboró la joven periodista Elena Poniatowska, quien poco después iba a emplear esa técnica de la entrevista para la realización de su obra “Hasta no verte Jesús mío”, pieza maestra de la antropología de la pobreza urbana y el libro que coloca a Poniatowska en la primera línea de la literatura mexicana.

No es fácil conseguir la obra de Lewis, pero los invito a intentarlo y les doy la bienvenida al gremio de sus seguidores.

Para pensar en un nuevo sistema tributario

Fernando Rodríguez Garro.

Fernando Rodríguez Garro
Observatorio Económico y Social, Universidad Nacional

En los últimos días se han escuchado voces pidiendo una revisión profunda de nuestro sistema tributario. Totalmente de acuerdo con eso, no solo porque arrastramos una agenda pendiente en la definición de nuestra estructura tributaria, sino porque enfrentamos retos futuros que debemos abordarlos desde ya en nuestra política fiscal, para evitar entrar a la discusión de una reforma fiscal más adelante como un mero parche para alcanzar la estabilidad macroeconómica, sin ver la contribución de la política tributaria a la equidad y al crecimiento.

A fin de contribuir a esa discusión quisiera aportar un elemento fundamental, que rara vez se discute en una reforma de estas: el para qué. ¿Qué papel queremos que juegue el sistema tributario, qué tipo de sistema tributario necesitamos en función de las responsabilidades que creemos debe asumir el Estado?

He insistido, desde hace tiempo, que la definición de la política fiscal pasa primeramente por tener claro el papel que vamos a otorgarle al Estado en una sociedad moderna. Ese papel incluye algunas funciones elementales:

  1. La provisión de bienes públicos, según lo entendemos los economistas. Aquellos bienes y servicios que no tienen mercado y que, por lo tanto, deben ser prestados por un Estado que garantice su disponibilidad. La seguridad pública, por ejemplo.
  2. Servicios estratégicos, cuya provisión nos permite garantizar el acceso a derechos fundamentales y a una sociedad más equitativa. La educación y la salud pública, por ejemplo.
  3. El otorgamiento de ayudas a personas y familias en condición de pobreza y vulnerabilidad, a fin de darles la oportunidad de tener una vida digna y mejorar su condición económica futura.
  4. La protección de los recursos comunes, a fin de garantizar su existencia en el tiempo y un uso adecuado por las distintas generaciones.
  5. La protección de otros derechos fundamentales.
  6. La intervención en actividades económicas, a fin de impulsar transformaciones en el modo de producción, sobre todo en épocas de transición tecnológica o de crisis económica.
  7. Otras funciones que quieran otorgarle al Estado.

Una vez definido lo anterior, sabremos con certeza el tamaño de la tarea. El tamaño del sistema tributario, entonces, corresponderá a las funciones que queremos desempeñe el Estado. Luego de definir esto, tocará definir qué instrumentos usaremos para financiarnos, o sea, cuáles impuestos escogeremos, sobre quiénes los aplicaremos y qué tasas estableceremos. Entrar a hacer una reforma tributaria sin tener eso claro, nos puede llevar a seguir arrastrando agendas pendientes en próximos años, por insuficiencia del sistema impositivo frente a la tarea definida. Además, sería reiterar un error muy común, de poner el sistema tributario como fin último y no como un medio, lo que tiende a provocar que la tendencia en la aplicación de la política fiscal, sea a ajustar el gasto a los recursos financieros disponibles y no al contrario, lo que implicaría garantizar los ingresos tributarios necesarios para alcanzar nuestras aspiraciones como sociedad.

En el caso costarricense se vislumbran algunas tareas importantes, pensando en la corrección de reformas anteriores que no se han hecho completas, pero en retos futuros de la política fiscal. Por ejemplo, y solo para citar unos:

  1. Seguimos con una ley de impuesto sobre la renta de 1988, mientras el planeta ha profundizado su integración global y la capacidad, cada vez mayor, de movilización de capitales por el planeta. Una modificación profunda de esta legislación, que además incorpore lo último en herramientas legales para evitar el traslado de beneficios y la erosión de la base imponible, sigue siendo un imperativo.
  2. Las nuevas herramientas de pago en sustitución del uso de efectivo y que compiten con las tarjetas de crédito y débito, están erosionando la recaudación del IVA, obligando a que eventualmente se incorporen nuevas formas de control para evitar la evasión por esta vía.
  3. Nuestra carga tributaria es baja, lo que ha dejado una brecha importante en el financiamiento de las actividades que históricamente hemos pretendido que asuma el Estado. Eso dio pie a centrar el ajuste en el lado del gasto, lo que está generando una reducción significativa en la capacidad de atender las demandas de la población. Revertir eso tendrá un costo importante, eso sí, pues en la actualidad la política fiscal sigue siendo deficitaria. Pasar del nivel actual de gasto en educación, por ejemplo, a lo indicado por la Constitución Política, nos obligará a un esfuerzo fiscal de casi 3% del PIB, que hoy no tiene una fuente de financiamiento definida.
  4. La descarbonización de la economía, una aspiración del país de cara al año 2050, reducirá el consumo de combustibles y con ello erosionará la tercera fuente de ingresos tributarios del país, la que deberá ser sustituida por otra fuente de ingresos.
  5. La transición tecnológica y energética, que el cambio climático y la descarbonización traen aparejados, hacen necesario pensar en el uso de mecanismos de incentivo para impulsar una nueva economía y nuevas formas de movilidad, por ejemplo. Pero el país ha abusado de la exoneración como forma de incentivo, lo que tiene consecuencias fiscales indeseadas y tiende a ser una figura regresiva. Debemos plantearnos el uso de subsidios dirigidos y que estos sean valorados periódicamente, lo cual también nos debería obligar a pensar en una fuente de recursos con ese fin.
  6. Costa Rica adolece de una enorme dispersión en las tareas de cobrar impuestos, delegadas en varias instituciones que hacen funciones de administración tributaria, sin que esa sea su actividad principal. Un ejemplo de esto: el Teatro Nacional, al que la ley le delegó la responsabilidad de cobrar el impuesto a los espectáculos públicos. Esto reduce la efectividad de las medidas de cobro, distrae recursos que debería dedicarse al “core business” de las instituciones públicas y facilita la evasión. Concentrar las funciones de cobro en la Dirección General de Tributación debería ser una decisión en próximos años, a fin de corregir esto.

Esta lista no agota los temas a valorar, pero es una muestra de lo complejo de la tarea, a la que, sin embargo, debemos entrarle pronto y empezar a señalarle a la clase política los múltiples riesgos que corremos a futuro, si no nos abocamos en esta discusión lo antes posible.

Amenazas reales y falsas sobre el futuro de la humanidad

Miguel Sobrado

Las amenazas reales

Tomada de la Revista CR

En el mundo que vivimos crecen olas de pesimismo sobre el futuro de la humanidad. Por una parte, acecha el cambio climático, que golpea cada vez con mayor crudeza en diversas partes del planeta, al mismo tiempo que se agotan los suelos y se contaminan los mares, dejando la pesca sin controles efectivos lo que amenaza el abastecimiento de los recursos marinos.

Los presupuestos de las grandes naciones, mientras tanto, se orientan a concentrar las esferas de poder, priorizando los gastos en armamentos y guerras descuidando la importancia de estas amenazas para el futuro de la especie.

Las amenazas sin sustento inducidas por los medios masivos

Por otra parte, se afirma, partiendo del crecimiento y envejecimiento poblacional, que no habrá pensiones ni estabilidad social para las actuales generaciones debido a la falta de recursos. Esto se ve reforzado por el resquebrajamiento de la estabilidad que gozaban antes las clases medias, el desplazamiento de la mano de obra física y administrativa, por la tecnología y los robots. Todo esto asociado al incremento de los trastornos mentales, especialmente después de la pandemia.

Sin embargo, la contaminación y el cambio climático son amenazas reales, que deben y pueden ser enfrentadas con los recursos existentes, por una organización de Naciones Unidas efectiva, que reoriente los recursos que se gastan en los juegos suicidas de poder militar y se dediquen a la defensa de la humanidad frente a los peligros que la acechan. Este tema trasciende los alcances de este artículo, ya que implica cambios importantes en la organización mundial, pero tiene fundamento en los elevados presupuestos militares existentes.

Las otras amenazas sobre la falta de respaldo para el bienestar de las actuales generaciones y un futuro amenazador sobre los fondos de pensiones por el incremento poblacional y el crecimiento del porcentaje de personas mayores, con el que se imprimen temores y desesperanza, no tiene como veremos más adelante sustento, si reorganizamos los recursos.

Es falso que nos aboquemos a un desastre económico

Para analizar la realidad debemos de partir de los datos concretos. No es cierto que el incremento poblacional nos haya hecho más pobres. Es cierto que la población mundial paso de 2.5 mil millones de habitantes en 1950 a 8000 millones en 2023, pero el Producto Interno Bruto por habitante del planeta paso de US$ 1974 en 1950 a US$ 12.900 en 2023. O sea, año con año a pesar del crecimiento desbordante de población, creció la riqueza por persona. Claro que este fenómeno ha sido acompañado de un incremento de la desigualdad en la distribución del ingreso. En general, el índice de Gini para el mundo ha fluctuado, con un aumento notable en la desigualdad desde los años 80.

Lo que sí es una realidad, es la ideología neoliberal que nos despoja de nuestro carácter gregario y nos hace ver como individuos aislados responsables de nuestra desgracia.

El problema de América Latina

América Latina por su parte presenta el mayor índice de desigualdad del planeta donde el 10% más rico concentra el 55% de los ingresos, superando incluso a otras regiones del planeta como el África subsahariana, la más pobre, donde el 10% más rico acumula el 37% de los ingresos. En las listas internacionales de crecimiento económico América Latina, a pesar de sus riquezas, ocupa por su organización política que mantiene en la exclusión histórica una parte considerable de su población, la última posición en el mundo.

El desarrollo de la ciencia y la tecnología y más recientemente la Inteligencia Artificial, perfilan un incremento acelerado de los ingresos para quienes aprovechen los avances especialmente la inteligencia artificial, con un desplazamiento simultáneo de la mano de obra no calificada y reactiva a los cambios. Este desplazamiento será especialmente peligroso en América Latina por la debilidad de su calidad y cobertura de sus sistemas educativos y el poder creciente del narcotráfico que se nutre de la pobreza y la exclusión social.

Como se puede apreciar existen peligros importantes para la estabilidad del planeta y de nuestra región, que demandan visión y políticas públicas de inclusión social. Recursos existen, pero demandan recuperar nuestro carácter gregario, para ejercer una acción sobre el sistema político y social creando un reordenamiento de los ingresos y de políticas públicas sobre todo en el campo de la educación y capacitación, que contribuyan a reducir la exclusión social. Incorporando al mismo tiempo los conocimientos ancestrales que pueden contribuir a la preservación del ambiente e incorpore a los excluidos, debidamente organizados con autonomía real, sin manipulaciones clientelistas, a la creación de una nueva cultura de esperanza.

Monopolio en la agricultura mundial da el adiós al conocimiento ancestral y propicia la exclusión de los más pobres

Félix Madariaga Leiva

Por Félix Madariaga Leiva
Periodista

Muy poco o nada se sabe sobre el trabajo que realizaron – y siguen realizando – miles de científicos para desarrollar trigo transgénico con mayor rendimiento y peso de grano. El trigo es uno de los alimentos más cultivados a nivel mundial y Chile fue un gran productor de este cereal en el pasado, miles de hectáreas en distintas regiones del país fueron sembradas con esta materia prima, elemento primordial de muchos alimentos, y que por largas décadas no necesitó de las grandes trasnacionales para su producción.

Hoy los campos chilenos han mutado hacia otros cultivos “más beneficiosos” debido a la baja de los precios en el mercado local, lo que se refleja en el aumento de la importación de trigo desde otros países. En la actualidad no logramos cubrir la demanda interna de trigo y hemos tenido que abrir las puertas al trigo extranjero (principalmente desde Argentina, Canadá y Estados Unidos). Queremos decir basta a este oportunismo basado exclusivamente en la explotación de la tierra y ganancias económicas. Queremos volver al trigo chileno, queremos que se respete la importancia ancestral de las semillas y sus cultivos, sobre todo ahora en que la manipulación genética hecha en laboratorios pertenecientes a grandes empresas multinacionales, ha creado “transgénicos” para obtener cosechas más resistentes y productivas, pero a qué costo?, quién gana con el trigo transgénico? La respuesta es bastante obvia, los ganadores son 4 empresas proveedoras: Bayer-Monsanto, Corteva, ChemChina y Limagrain, que en conjunto controlan más del 50 por ciento de las semillas del mundo. Quisimos indagar más acerca del control que tiene Estados Unidos y otras grandes potencias en la agricultura mundial y local, cómo han modificado genéticamente nuestro trigo y porqué el trigo norteamericano es más barato que el chileno, lo que podría estar llevando a la quiebra a productores chilenos, pero – como lo decíamos – muy poco o nada se sabe de eso.

El tema está afectando las economías mundiales, las grandes fusiones que se han realizado en los últimos años, han incluido la compra por 59.000 millones de euros de Monsanto (empresa de productos químicos, semillas y biotecnología de Estados Unidos), por parte de la empresa alemana Bayer; la fusión de la empresa química estadounidense Dow con DuPont; y la adquisición de ChemChina por 43.000 millones de dólares del grupo suizo Syngenta. Cada vez se reduce más la libre competencia y el acceso a proveedores de semillas, insumos y tecnologías en el campo agrícola.

La siembra de transgénicos constituye un hecho muy grave para el continente Latinoamericano y para Chile ante el inminente riesgo de contaminación biológica a los centros de origen. En el caso del maíz podrían verse contaminadas 23 formas raciales prehispánicas, 7 de las cuales están amenazadas de extinción(según estudio de María Isabel Manzur (Ph.D), investigadora del Programa Chile Sustentable, quien analizó el impacto de los transgénicos en el país).

Sabemos los chilenos cuáles son los alimentos que consumimos genéticamente modificados?, sabemos realmente qué comemos?, cuáles son los riesgos para la salud?, están  etiquetados los productos transgénicos en Chile?, pareciera que no.

Una de las tecnologías más polémicas es la ingeniería genética. ¿Son peligrosos los alimentos transgénicos?, en teoría no, en la práctica sí. Para hacer una planta transgénica se toma de la especie una porción de ADN y con una pistola celular se dispara en el núcleo celular de otra especie, que lo integra en su propio ADN. Así por ejemplo podemos modificar una especie de papa o maíz  para que sea atacada por un virus. Nos dicen que comer este alimento mutante no constituye un peligro en sí mismo, ya que nuestro sistema digestivo lo descompone igual que otros alimentos, aunque algunos científicos afirman que alterar el ADN puede traer consecuencias inesperadas. Por ejemplo, las llamadas “plantas BT” contienen material genético de la bacteria Bacillus thuringiensis, que produce una proteína que mata a los insectos que intenten comerla.

El problema no está en los alimentos mismos, pero si muy cerca de ellos. Por ejemplo, el Glifosato, que es una sustancia que sirve para eliminar las malas hierbas, es fabricada por Bayer-Monsanto bajo la marca Roundup. Es tan efectiva que mata a todas las plantas que toca incluyendo las que quieres cultivar. Irónicamente, podríamos decir que para que el negocio funcione, en vez de sembrar el maíz tradicional sólo debes sembrar maíz genéticamente modificado que resista al glifosato. Por mera coincidencia esa semilla “resistente” también la desarrolla y vende Monsanto (negocio redondo por donde se mire). Esta práctica ha aumentado el uso de herbicidas y se ha demostrado que este químico queda impregnado en la tierra, se esparce en el agua y por el aire, por lo tanto puede matar otras plantas que existan alrededor, insectos y enfermar pájaros y otros animales.  El glifosato se queda en la piel de los trabajadores y también en los alimentos que consumimos. Los estudios oficiales (muchos de ellos patrocinados por Monsanto de manera directa o indirecta) aseguran que el glifosato no es tóxico, pero hay casos que hacen sospechar y que han obligado a Monsanto (ahora Bayer) a pagar millonarias indemnizaciones. Por ejemplo en el pueblo San Salvador Entre Ríos en Argentina, donde el uso de glifosatos es extensivo, las tasas de cáncer son altísimas, y además se reportan problemas neurológicos y malformaciones en recién nacidos. Pero los transgénicos están “ayudando” a aumentar las cosechas y a resolver el hambre en el mundo. Que ironía!

Los datos indican que en Estados Unidos no ha aumentado la cosecha de alimentos a partir de la introducción de transgénicos comparado con Europa donde no se utilizan y en cuanto a acabar con el hambre, el problema no es la escasez de alimentos sino que hay demasiados países que no tienen los recursos para comprarlos. Mientras tanto, las 4 empresas que controlan el mercado global -tanto de agroquímicos como de biotecnología – gastan millones de dólares en lobby y publicidad para impedir que se les regule. El problema no es la modificación genética en sí misma, sino el modelo económico que privilegia, las ganancias por encima del cuidado del planeta de la salud de los que habitan en él.

Quisimos conocer cuál es la situación en Chile, intentamos comunicarnos con el Ministerio de Agricultura para pedir información, nos derivaron al SAG, a quienes les enviamos un correo solicitando información que hasta el momento no ha sido contestado. También le pedimos información a Cotrisa (Comercializadora de Trigo SA) vía correo electrónico como nos indicaron, tampoco obtuvimos respuesta. Lamentable, pero seguiremos insistiendo. Lo que aquí está en juego es la salud de millones de personas, es la soberanía alimentaria y el conocimiento ancestral de miles de pequeños agricultores que ven como cada día los grandes negocios contaminan sus tierras, destruyen sus semillas y las formas de vida de las comunidades.

https://www.fao.org/4/x9602s/x9602s02.htm

https://www.patagonia3mil.com.ar/wp-content/uploads/2016/10/Resultados-de-una-investigacion.pdf

https://www.bayer.com/en/

https://www.chile.gob.cl/estados-unidos/noticias/celebracion-de-la-relacion-bilateral-agricola-chile-estados-unidos

https://cl.usembassy.gov/es/subsecretaria-del-departamento-de-agricultura-de-ee-uu-encabeza-mision-comercial-que-visita-chile-esta-semana/

https://www.minrel.gob.cl/noticias-anteriores/cancilleria-y-ministerio-de-agricultura-destacan-la-publicacion-del

https://chilebio.cl/2020/11/11/cientificos-chilenos-desarrollan-trigo-transgenico-con-mayor-rendimiento-y-peso-de-grano/

https://grain.org/es/article/874-transgenicos-en-chile-la-situacion-de-los-cultivos-de-alimentos

https://www.emol.com/noticias/Economia/2024/03/17/1124945/agricultura-sna-trigo-chileno.html

¿Por qué debe preocuparnos la pobreza en niñez y adolescencia? Parte 1

José Francisco Pacheco Jiménez
Investigador Proyecto OES, Escuela de Economía de la UNA

El estudio de las implicaciones de la pobreza en menores de edad es un tema ampliamente investigado a nivel mundial porque no es lo mismo experimentar privación material en los primeros años de vida que vivirla en años posteriores. La pobreza en niños, niñas y adolescentes (NNA) tiene matices que afectan hoy y seguirán afectando por muchas décadas el bienestar de las personas afectadas, la convivencia social y hasta el crecimiento económico.

Si bien vivir en situación de pobreza es malo para cualquier persona, lo cierto es que aquella experimentada por los NNA se distingue de la privación material en otros grupos por las implicaciones de largo plazo. En primer lugar, porque las necesidades de las personas menores de edad son distintas a aquellas de las personas adultas siendo algunos bienes y servicios más relevantes en las primeras etapas de la vida. Segundo, los efectos adversos de la pobreza infantil son mucho más fuertes por cuanto afectan el desarrollo cognitivo, físico y socioemocional generando secuelas el resto de su vida, especialmente si dicha pobreza se vive en los primeros 3 años. Esto se debe a que la privación material se asocia a problemas de desnutrición, bajo acceso a recursos para el aprendizaje y problemas de salud, todo lo cual redunda en rezagos cognitivos que persistirán por muchas décadas. Entre otros, las investigaciones han mostrado que, en caso de pobreza durante la niñez, existe mayor posibilidad de padecer enfermedades crónicas, depresión y problemas cognitivos y de crecimiento cerebral ante limitado acceso a alimentos. Además, el vínculo entre pobreza durante la niñez y adolescencia y el desempeño laboral es igualmente relevante con efectos observados en menor cantidad de horas laboradas y menores ingresos reportados cuando la persona se incorpora al mercado de trabajo.

En vista de lo anterior, posicionar el debate en torno a la pobreza de la niñez y adolescencia en Costa Rica es una tarea sobre la sociedad en la que viviremos en 20 o 30 años, urgiendo de esta forma a todas las fuerzas políticas, económicas y sociales a solventar hoy para evitar males mayores el día de mañana.

Al menos tres preocupaciones surgen a mano. Primero, la pobreza aumenta en todos sus niveles. Segundo, el futuro no ofrece una perspectiva mejor y eso podría significar que múltiples generaciones vean truncadas sus aspiraciones a una mejor calidad de vida al limitar su situación de pobreza el acceso a mejores condiciones educativas, sanitarias, nutricionales y laborales. Tercero, si bien el país posee una institucionalidad amplia en materia de niñez y adolescencia, las limitantes presupuestarias y los problemas de gestión generan dudas sobre su capacidad para apoyar una reversión en las tendencias adversas. Este artículo corresponde a una primera reflexión sobre las perspectivas socioeconómicas de la niñez y adolescencia en Costa Rica, enfocándose para ello en la primera de las preocupaciones antes mencionadas. En una segunda entrega se anotará la respuesta que, como país, hemos venido dando a las grandes necesidades de esta población y se reflexionará sobre las posibilidades de revertir la tendencia en el corto y mediano plazos.

Al hacer un rápido repaso de las tendencias en materia de pobreza monetaria, es notorio el progresivo deterioro de las condiciones de vida de nuestra población menor de edad. Entre el 2018 y el 2023, la tasa de pobreza creció del 33.5% al 39.2% ubicándolo como el grupo poblacional con mayor nivel de privación material. Esto significa que en nuestro país viven unos 470 mil NNA que residen en hogares a quienes el ingreso no les alcanza para comprar la Canasta Básica. Más aún, uno de cada ocho menores (unas 145 mil personas) habita con familias cuyos recursos no permiten comprar suficiente alimento. Las familias con NNA tienen una tasa de pobreza que es el doble de aquellas sin menores de edad (31.7% versus 16.6%).

Los números agrupados esconden una verdad: no todos los NNA experimentan la pobreza por igual. A nivel regional, un 55% de las personas menores de la Huetar Caribe urbana y la mitad de los NNA en Brunca viven en hogares con ingreso insuficiente para hacerle frente a sus necesidades básicas. Esta situación contrasta con la región Central, lugar en donde uno de cada tres infantes y adolescentes es pobre. Otros grupos en condición de amplia vulnerabilidad son las niñas (40.7%) y los NNA de familias migrantes (46.4%). Llama la atención que la incidencia de pobreza es mucho mayor cuanto menor la edad de la persona. Así, mientras el 43% del grupo 0-3 años vive en pobreza, en aquel entre 15 y 17 años ese porcentaje baja al 34%. Este detalle debería ser de enorme preocupación pública porque justo las débiles condiciones materiales durante la primera infancia suelen afectar con más fuerza el desarrollo físico y mental de los infantes que cuando la pobreza aparece en edades posteriores.

La pobreza por ingresos insuficientes no es la única condición que nos debe preocupar sobre este tema. Además de vivir en hogares con limitados recursos monetarios, muchos menores viven sin acceso a bienes y servicios que son necesarios para asegurar mejores condiciones de vida hoy pero también para elevar su desarrollo humano en las próximas décadas. Este tipo de pobreza, usualmente denominada multidimensional, permite observar las carencias que experimentan las personas u hogares en temas como salud, educación, cuido, acceso a servicios básicos y empleo.

En total, un 27% de los NNA son multidimensionalmente pobres, es decir, en su vida cotidiana enfrentan al menos cuatro carencias básicas sea en educación, vivienda de calidad, acceso a Internet, salud o cobertura con protección social. En otras palabras, 328 mil menores de edad viven con serias limitaciones en esos ámbitos. Más aún, los números indican que 227 mil menores son doblemente pobres: ni acceden a servicios claves ni en su hogar hay suficiente ingreso para comprar la Canasta Básica. De este grupo, 87 mil son menores que viven en extrema pobreza siendo altamente alarmante la sobrerrepresentación de las dos regiones Huetar. La Huetar Caribe tiene al 11% de la población NNA pero al 18% de los menores con doble condición de pobreza multidimensional y pobreza extrema. La Huetar Norte presentan un panorama aún peor: tiene el 10% de los NNA a nivel nacional, pero al 21% de los menores con los peores indicadores de pobreza.

Al hurgar dentro de las condiciones que caracterizan la pobreza multidimensional, los siguientes resultados emergen:

  1. Casi el 8% de nuestra niñez y adolescencia experimenta rezago educativo, tasa que se eleva al 12% entre aquellos menores que viven en familias en pobreza.
  2. El 17% de los NNA viven en hacinamiento; 28% en menores en pobreza.
  3. Los menores en pobreza tienen 4 veces menos acceso a Internet que aquellos que no son pobres.
  4. Aproximadamente 1 de 6 menores vive en residencias con problemas de infraestructura, pero este porcentaje se eleva al 27.5% si se consideran los NNA en pobreza.

En términos globales, nuestra niñez y adolescencia vive en peores condiciones que el resto de la población. Según se comentó previamente, la pobreza, en cualquiera de sus manifestaciones, es más dañina para estas personas que para otros grupos poblacionales por cuanto afecta su desarrollo integral, secuelas que se mantienen con los años y afectan tanto su propio bienestar individual o familiar como el potencial del país como un todo (a través, por ejemplo, de una menor productividad). A este punto, surgen interrogantes sobre la respuesta del país a estos desafíos socioeconómicos así como la posibilidad real de revertir estas tendencias perversas para cambiar las condiciones de vida de nuestros NNA. Algunos de estos aspectos serán parte de una segunda entrega.

ECONONUESTRA. Es tiempo para una economía para todas y todos

Para Elvin Calcaño, politólogo y consultor latinoamericanista, este informe es crucial para la situación actual en Latinoamérica y los desafíos geopolíticos. Se destaca la desigualdad como el principal obstáculo para sociedades justas, algo no evidente para muchos debido a marcos ideológicos. Vincula la desigualdad con la debilidad democrática, subrayando que la democracia debe ser más que votar, especialmente en tiempos de desafección y discursos de odio. Propone que solo con redistribución, estados adecuados e igualdad, se logrará una democracia robusta. 

Por su parte, el activista en derechos humanos, profesor e investigador de fiscalidad y desigualdad social Flávio Batista comenta que; el informe destaca la importancia de una política fiscal justa, transparente y equitativa para combatir las desigualdades en América Latina y el Caribe. Resalta la concentración del ingreso y la necesidad de nuevas herramientas para enfrentar las crisis actuales. Señala que Brasil, conocido por su austeridad y desigualdad, lidera el G20 y propone una tributación global sobre el patrimonio y la PTLAC. El informe subraya la oportunidad de discutir un nuevo pacto social reflejado en políticas fiscales más justas para lograr la igualdad.

Mientras que, Karina Batthhyány y Pablo Vommaro de CLACSO, señalan que el informe ofrece un análisis exhaustivo de las desigualdades estructurales en América Latina y el Caribe, proponiendo una agenda concreta con medidas tributarias progresivas y políticas públicas para reducir estas brechas. Destaca la justicia climática, la inversión en sistemas de cuidados y reformas fiscales para gravar grandes fortunas y ganancias del capital. Resalta la importancia de un nuevo pacto social que priorice la equidad y sostenibilidad, criticando el modelo de libre mercado y las democracias que perpetúan desigualdades. También enfatiza la dimensión de género, especialmente el cuidado y la discriminación contra mujeres indígenas, racializadas y rurales.

Finalmente, la economista feminista y ex Directora Nacional de Economía, igualdad y género del Ministerio de Economía de Argentina, Mercedes D’Alessandro indica que en América Latina y el Caribe, dos personas concentran tanta riqueza como la mitad más pobre de la región, una situación normalizada pero alarmante. La pandemia agravó la pobreza y las crisis económicas. El informe de OXFAM muestra que la extrema desigualdad debilita economías y limita las capacidades de los Estados democráticos, afectando la inversión en políticas de cuidado y mitigación del cambio climático. Los ricos evaden impuestos mientras los pobres soportan cargas fiscales desproporcionadas y carecen de servicios básicos. Se requiere un nuevo pacto fiscal y la colaboración de organizaciones sociales, academia y activistas para centrar nuestras vidas en los procesos económicos y fomentar la acción transformadora.

El informe, que le invitamos a descargar, contempla 4 secciones de análisis: la polarización de la riqueza en la región más desigual del mundo, las desigualdades y concentración del poder: lo que el modelo de libre mercado y las democracias no revirtieron, la apuesta por un modelo económico y social que ponga fin a las desigualdades, y el apartado: Por una nueva era de reformas tributarias progresivas en LAC. 

Compartido con SURCOS por German Masís Morales.