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Etiqueta: polinizadores

Iret y Cinat de la UNA hacen llamado vehemente a la protección de las abejas

En el Día Mundial de las Abejas, decretado por la Asamblea General de las Naciones Unidas y a celebrarse el 20 de mayo, el Instituto Regional de Estudios en Sustancias Tóxicas (Iret-UNA), y el Centro de Investigación de Apícolas Tropicales (Cinat-UNA), hacen un llamado vehemente para garantizar la protección de las abejas y del ambiente a través de una petición primordial: “PROHIBIR EL FIPRONIL Y LOS NEONICOTINOIDES, debido al daño e impacto sobre las poblaciones de abejas y la biodiversidad en los ecosistemas”.

Costa Rica es un país que goza de una gran diversidad biológica la cual representa el 6 % de la diversidad mundial; donde el grupo de los polinizadores (insectos, aves, murciélagos) juegan un rol muy importante en su conservación. Dentro del grupo de los insectos, las abejas constituyen un enlace primordial en la polinización de plantas silvestres y plantas cultivadas, que por coevolución brindan alimento y refugio a las abejas, mientras que éstas realizan el trabajo de la polinización. La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) indica que aproximadamente el 80% de las especies de plantas con flor son polinizadas por animales, especialmente insectos. Las abejas son los polinizadores más importantes, visitan cerca del 90% de los 107 tipos de cultivos a nivel global. Además, 87 cultivos de importancia para la alimentación en el mundo requieren de los servicios de la polinización.

Costa Rica cuenta con más de 650 especies de abejas, de ellas 58 son especies de abejas nativas sin aguijón (Apidae, Meliponini). A estas últimas se les considera fundamentales en la conservación de la diversidad de plantas autóctonas en los ecosistemas del trópico, y junto con las otras especies de abejas brindan su valioso servicio ecosistémico para la producción de muchos cultivos de interés en la seguridad alimentaria y en el orden económico, tales como aguacate, chayote, café, tomate, melón, sandía, entre muchos otros.

Sin embargo, a nivel mundial se ha venido reportando una declinación de las poblaciones de abejas, al punto que no existe registro entre el 2006 y 2015, de un 25% de las 20.000 especies conocidas, en relación con el número de especies contadas antes de la década de 1990. Dentro de las principales razones a las cuales se atribuye esta reducción, se mencionan la deforestación, extensión de la frontera agrícola, el uso de pesticidas, el cambio climático y enfermedades.

El modelo de producción agrícola tradicional implica el uso de fertilizantes sintéticos y también productos químicos para el control de plagas y enfermedades. Se ha demostrado que las abejas melíferas (Apis mellifera) y abejas nativas son vulnerables a los productos químicos utilizados en el manejo sanitario de los cultivos, ya que se exponen a ellos mientras realizan sus vuelos en búsqueda de alimento. Esto conlleva a una serie de problemas fisiológicos, por ejemplo, pérdida de la orientación para regresar a su colmena, el aprendizaje y la comunicación, afectación en el desarrollo de las colonias, el sistema inmunológico se ve afectado negativamente y esto provoca una mayor probabilidad de adquirir enfermedades.

Dentro de los productos químicos utilizados en la agricultura, los insecticidas son de especial atención, particularmente los neonicotinoides (imidacloprid-tiametoxam-tiodicarb-clotianidina) y el fipronil, los cuales han sido estudiados en su afectación sobre las abejas, éstos actúan sobre el sistema nervioso central provocando su muerte en dosis altas y en dosis subletales alteran su comportamiento y aprendizaje. Por otra parte, son catalogados como plaguicidas altamente peligrosos (HHP por sus siglas en inglés) por ser altamente tóxicos para las abejas. Los neonicotinoides actúan de forma sistémica, esto quiere decir que una vez que son absorbidos por la planta, se trasladan a través de ella por medio del sistema vascular hasta llegar a los tallos, hojas, flores, nectarios extraflorales; así como al polen, néctar y fluidos de gutación; lo cual facilita la presencia de sus residuos en la colonia (por ejemplo, en los productos de la colmena como miel, polen y cera). Al mismo tiempo, estos plaguicidas representan una amenaza ambiental al permanecer por largo tiempo en el suelo y ser muy solubles en agua, afectando la diversidad en ecosistemas terrestres y acuáticos. De igual manera, el fipronil actúa de forma sistémica, tiene una persistencia de extrema a mediana en el suelo; y aunque tiene baja solubilidad en el agua, ha demostrado ser altamente tóxico para invertebrados acuáticos. Al uso de fipronil se atribuye la intoxicación masiva de abejas melíferas en Francia en la década de los 90´s debido a su bioacumulación También se ha demostrado que es altamente tóxico para las abejas sin aguijón.

En 2018 los estados miembros de la Unión Europea acordaron prohibir el uso al aire libre de tres pesticidas neonicotinoides (clotianidina, imidacloprid y tiametoxam), tras las advertencias de la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) que concluyó a través del estudio de la evidencia científica, sobre sus riesgos para las abejas, tanto silvestres como las abejas melíferas. De igual manera, en diciembre de 2013 la Unión Europea acordó prohibir la utilización del pesticida fipronil para el tratamiento de semillas de maíz y de girasol, a raíz de una propuesta de la Comisión Europea por el riesgo grave del insecticida para la población de abejas.

La mortalidad de abejas en Costa Rica en los últimos años ha sido manifiesta y preocupante, no sólo por el valor que representa a nivel del servicio ecosistémico que brindan las abejas, sino también por la repercusión en el sector apícola nacional. Según la Cámara Nacional de Fomento a la Apicultura, entre 2010 y 2020 se perdieron 2.200 colmenas sólo en la zona de Los Santos; y en el año 2020 se registraron aproximadamente 30 eventos de intoxicación masiva de abejas. Uno de los casos de intoxicación de abejas documentada más recordado en nuestro país, se dio en la zona de Esparza, Puntarenas, afectando a más de 2 millones de abejas a causa del insecticida fipronil, según lo confirmó el Servicio de Salud Animal (SENASA).

Considerando los preocupantes efectos que tienen estos plaguicidas sobre las poblaciones de abejas y por tanto su negativa afectación en la polinización y diversidad de plantas y cultivos en general, es que en el Día mundial de las abejas, decretado por la Asamblea General de las Naciones Unidas y a celebrarse el 20 de mayo, hacemos un llamado vehemente para garantizar la protección de las abejas y del ambiente a través de una petición primordial: “PROHIBIR EL FIPRONIL Y LOS NEONICOTINOIDES, debido al daño e impacto sobre las poblaciones de abejas y la biodiversidad en los ecosistemas”.

Actualmente, la Universidad Nacional a través de un esfuerzo conjunto entre el Iret y el Cinat, realiza un estudio para caracterizar el uso de plaguicidas en cultivos que requieren la presencia de colmenas de Apis mellifera para su polinización, así como la exposición ambiental y los efectos tóxicos que puedan sufrir abejas melíferas y abejas nativas sin aguijón ante esos insecticidas. Sin embargo, consideramos que ya se cuenta con evidencias valoradas y asumidas por otros países pertenecientes a la OCDE, para tomar medidas en cuanto a este grupo de sustancias.

Solicitamos al Servicio Fitosanitario del Estado, Ministerio de Salud y Ministerio de Ambiente y Energía, como autoridades encargadas de los registros de agroquímicos en Costa Rica y por tanto directamente relacionados con la regulación de plaguicidas de uso en la agricultura; atender nuestra petición en apoyo a la protección de la principal protagonista en la relación ecológica de la polinización, sin la cual se compromete la seguridad alimentaria en el país y en el mundo.

**Para más información comuníquese a la Oficina de Comunicación al 8998-2182.

 

UNAComunica
Oficina Comunicación UNA

UCR: Escuela de Biología alerta sobre los efectos negativos de los agrotóxicos en las abejas

Esta unidad insta a las autoridades de Gobierno a detener el uso de sustancias que acaban con estos insectos responsables de la polinización de cultivos

Las abejas, al igual que otros insectos, cumplen la función de polinizar la gran mayoría de las plantas. Foto: Karla Richmond, UCR.

Recientemente, los diferentes medios de comunicación y las redes sociales han dado a conocer múltiples eventos de alta mortalidad de abejas mieleras (Apis mellifera) en diversas localidades del país. Estas noticias han sido recurrentes y de variable intensidad, pero demuestran un serio problema, el efecto negativo que tienen ciertos agroquímicos sobre la biodiversidad.

Incluso, la Cámara Nacional de Fomento a la Apicultura (CNFA) ha emitido un comunicado, en el que alerta sobre este problema, así como una solicitud de prohibición total del fipronil, sustancia que afecta la producción de miel, a la biodiversidad y directamente a todos los habitantes del país.

Las abejas, al igual que otros insectos, cumplen la función de polinizar la gran mayoría de las plantas. Incluso, son responsables de polinizar más del 60 % de los cultivos de uso humano, como el café, del cual estamos tan orgullosos, o el aguacate, que es un producto con un muy alto rendimiento. La polinización es un servicio ecosistémico proporcionado por insectos a la agricultura y, a nivel mundial, se ha estimado su valor en 153 billones de euros anuales (Klein et al. 2007; Gallai et al. 2009, Willmer 2011). Por lo tanto, este servicio de polinización representa un alto valor económico para la producción del país.

En el país existen alrededor de 700 especies nativas de abejas, sociales y solitarias. Estas últimas también polinizan cultivos y las plantas silvestres que forman los ecosistemas terrestres. Foto: Laura Rodríguez Rodríguez, UCR.

La abeja mielera es una especie introducida al continente durante la colonización española, por su tremenda importancia económica en la producción de miel y otras sustancias. Recientemente, esta especie se utiliza para prestar servicios de polinización en cultivos, lo cual aumenta la producción de estos. La abeja mielera, al ser una especie que forma grandes colonias, facilita la detección de los graves efectos de los agrotóxicos en la biodiversidad, con matanzas de millares de individuos y afectación directa a los apicultores.

En el país existen alrededor de 700 especies nativas de abejas, sociales y solitarias (estas últimas también polinizan cultivos y las plantas silvestres que forman los ecosistemas terrestres). Estas especies menos conocidas de abejas son también afectadas por los agrotóxicos, como estudios recientes comienzan a demostrar. Las abejas, junto con otros animales, polinizan las plantas silvestres que se encuentran en los sistemas naturales y áreas protegidas, con lo cual contribuyen a la conservación de nuestros bosques, junto a la alta producción de nuestros cultivos.

Es importante recalcar que la mortalidad observada en las abejas mieleras es un síntoma de un proceso que se da de forma escalonada en diversos grupos de insectos, muchos de ellos también importantes polinizadores, como por ejemplo los cientos de especies de moscas (dípteros silvestres), escarabajos, mariposas y polillas. Esto no es ajeno al ser humano, ya que nuestro bienestar y la seguridad alimenticia de nuestros pueblos, depende directamente de los organismos polinizadores.

De acuerdo con especialistas de la Escuela de Biología, la mortalidad observada recientemente en las abejas mieleras es un síntoma de un proceso que se da de forma escalonada en diversos grupos de insectos. Foto: cortesía de Eric Fuchs.

Estudios científicos realizados en nuestro país han demostrado la presencia de partículas de agrotóxicos en el aire, en zonas boscosas protegidas cercanas a plantaciones agrícolas en Sarapiquí y San Vito de Coto Brus (Wang 2019). Inclusive, en el interior de bosques completamente alejados de plantaciones agrícolas. Investigaciones en los suelos, agua y aire del bosque realizadas en los volcanes Poás, Barva y Turrialba (todos en parques nacionales) muestran plaguicidas. Los agroquímicos usados en las tierras bajas son llevados por los vientos a las tierras altas (Daly et al. 2007, Shunthirasingham et al. 2011). Su efecto sobre la biodiversidad de estos bosques aún se desconoce, pero los estudios demuestran que estas sustancias no tienen solamente un efecto local, sino que su impacto negativo puede extenderse en grandes áreas y afectar los polinizadores en áreas protegidas y, con ello, la biodiversidad presente en nuestros bosques, motor de gran parte de nuestra economía.

La CNFA denuncia el uso del fipronil como responsable de la reciente alta mortalidad; sin embargo, esta no es la única sustancia perjudicial para las abejas. El glifosato, paraquat y los insecticidas neonicotinoides (imidacloprid y thiamethoxam por ejemplo), tienen demostrados efectos letales o subletales en las abejas, ya que alteran el desarrollo, comportamiento, la salud y la sobrevivencia de estos insectos, tanto de las abejas mieleras como de otras especies de abejas nativas.

La acción de las autoridades de Gobierno ha sido históricamente más que permisiva, al no prohibir el uso de muchas sustancias con demostrado efecto negativo en la biodiversidad o no aplicar adecuadamente la legislación vigente. Varias sustancias, prohibidas en Europa y Estados Unidos se comercian libremente en nuestro país, uno de los más biodiversos en el planeta.

Este no es un problema solo de las abejas, es un problema de todos los costarricenses.

La Escuela de Biología de la Universidad de Costa Rica (UCR) alerta sobre los efectos negativos de estas sustancias en nuestras abejas, en nuestros insectos polinizadores y, por ende, en nuestra producción alimentaria. Al mismo tiempo, insta a las autoridades a detener de una vez el uso de químicos que matan masivamente las abejas, así como aquellos con demostrados efectos subletales, en un país con la vergonzosa estadística de ser uno de los mayores consumidores de agrotóxicos a nivel mundial.

 

Dr. Mauricio Fernández O., Dr. Eric Fuchs C., profesores e investigadores de la Escuela de Biología. Dra. Cindy Fernández G., directora de la Escuela de Biología

Seminario web: “Jardines multipropósitos para polinizadores en zonas urbanas”

El Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) invita a participar del seminario web “Jardines multipropósitos para polinizadores en zonas urbanas” el próximo 09 de febrero a las 4:00 pm.

Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), alrededor de 100 especies de cultivos proporcionan el 90% del suministro de alimentos para 146 países; de estos cultivos, 71% son polinizados por abejas.

Conozca las recomendaciones que puede implementarse en los jardines multipropósitos y así atraer más polinizadores.

Para inscribirse en el seminario web, ingrese a este enlace: https://undp.zoom.us/webinar/register/WN_sOsmMrypT0qgB8FGcEB5BQ

 

Imagen ilustrativa.
Compartido con SURCOS por Lili León de Voces Nuestras.

Foro: “Agrotóxicos y polinizadores en Costa Rica”

En el marco del Día de Acción Global contra los Plaguicidas, se convocó para este miércoles 03 de diciembre el foro virtual “Agrotóxicos y polinizadores en Costa Rica”, con la participación de Juan Bautista Alvarado, de la Cámara Nacional de Fomento de la Apicultura; Fernando Ramírez y Silvia Elena Berrocal, del Instituto Regional de Estudios en Sustancias Tóxicas de la Universidad Nacional.

El evento se transmitió por el Facebook de Bloque Verde

Los polinizadores son imprescindibles para la reactivación económica después del COVID19

Henry Picado Cerdas*

En las últimas semanas las cámaras empresariales, el INCAE y ministro de Agricultura y Ganadería presionan de manera irresponsable que Costa Rica debe permitir el uso de más agroquímicos sin su evaluación toxicológica para superar la crisis sanitaria. Premisa falsa que sólo protege los bolsillos de los importadores de venenos.

Esta temeraria exigencia pone en riesgo diversos sectores de la economía que no soportan más contaminación de plaguicidas. Hablo de escolares fumigados diariamente, agua captadas para uso humano contaminado con agrotóxicos cancerígenos, miles de personas enfermas por la exposición a plaguicidas, trabajadores sin indemnizaciones de parte de las empresas responsables por la pérdida de salud, 90% de los alimentos que consumimos a diario contaminados con plaguicidas. Estos son algunos de los muchos impactos de los agrovenenos importados diariamente al país. Pero ahora quiero que pensemos en los unos seres diminutos que tienen un aporte indiscutible a la economía de un país dedicado a la agricultura, las abejas.

Según la Organización para la Agricultura y la Alimentación (FAO) el aporte de los polinizadores como las abejas equivale a 20 veces del valor de la miel que producen. Para un país como Costa Rica que cuenta con unas 40 mil colmenas, las cuales produce unas 1.200 toneladas métricas de miel, lo que equivale a unos ¢6.000 millones por su valor en el mercado. Si hacemos la multiplicación que siguiere la FAO encontraremos que las abejas melíferas proporcionan en servicios de polinización al menos ¢120.000 millones (unos USD$210 millones) la economía nacional todos los años. Pero claramente el valor económico no es lo más importante en este tema, pero al parecer este el único lenguaje que comprende el gobierno.

Este aporte poco contabilizado en la lógica del Banco Central, nos dará luces para entender sobre la importancia en la economía de la defensa de las abejas contra el abuso de los plaguicidas y de sus vendedores. Se calcula que Costa Rica importa USD$160 millones en agrovenenos. Estas empresas importadoras de plaguicidas incorporadas en la UCCAEP, reciben al menos USD$30 millones en exenciones fiscales anualmente según el Ministerio de Economía, Industria y Comercio (MEIC).

Es importante decir que el registro plaguicidas está siendo revisado por la Sala Constitucional desde el año 2019, debido a que distintas organizaciones ambientales como la Federación Ecologista (FECON) y del Movimiento para la Agricultura Orgánica Costarricense (MAOCO) han acudido al tribunal constitucional para denunciar el abuso en la incorporación de los plaguicidas sin análisis técnico, piden su revisión bajo la ciencia y la técnica. Además, existe un Recurso de Amparo apoyado por cientos de apicultores nucleados en la Cámara Nacional de Fomento a la Apicultura (CNFA) contra los Neonicotiniodes (agrovenenos con nefastos contra las abejas). Por lo que pedir más agrotóxicos atenta contra el accionar del mismo Poder Judicial.

Hoy toca decidir para dónde quiere el país encaminarse: hacía la agri-cultura-economía de la vida o una de la muerte. Pero Casa Presidencial al parecer solo tiene oídos para quienes proponen toxicidad y explotación laboral.

Es urgente proteger a los polinizadores, la apicultura y así a la economía costarricense y no hacerles caso a los vendedores de venenos.

* Miembro de la Red de Coordinación en Biodiversidad, la Federación Costarricense para la Conservación de la Naturaleza (FECON) y parte de la Alianza Biodiversidad y el Comité editorial de la Revista Biodiversidad Sustento y Culturas.

 

Foto: Quique Vega
Apicultura aporta anualmente más de ¢120.000 millones en servicios de polarización.

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MAG se niega a proteger polinizadores

  • Pese a existir evidencia científica MAG se niega a prohibir los neonicotinoides

  • Sala Constitucional evalúa Recurso de Amparo a favor de las abejas

FECON, 5 de octubre 2018. El ministro Renato Alvarado se niega a prohibir plaguicidas que pone en peligro las abejas y con esto el70% de la agricultura. Según oficio dirigido a los magistrados de la Sala Constitucional, el ministro asegura que “no existe evidencia científica que demuestre que los insecticidas neonicotinoides Clotianidina, Tiametoxan e Imidaclorpid son la causa de la afectación a las colmenas de abejas.» (Ver adjunto). Esto a pesar de que la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) se basó en 1500 estudios científicos que demuestran que estos plaguicidas, fabricados por Bayer y Syngenta, son causantes de la desaparición de millones de abejas en todo el mundo.

La Unión Europea llegó a un consenso en abril del 2018 y ha decidió prohibir estos plaguicidas en campo abierto. La Comisión de Ambiente del Parlamento Europeo (PE) asegura que los insecticidas neonicotinoides suponen “riesgos muy agudos” para las abejas. Pero el Ministerio de Agricultura y Ganadería dice no haber sido notificado de esta resolución por parte de la Unión Europea.

Según FECON “La negativa de Alvarado carece de sustento científico ya que no viene acompañado de evidencia de que estos plaguicidas sean seguros para la la abejas.”

En este momento la Sala Constitucional evaluá un Recurso de Amparo interpuesto por en Diputado José María Villalta bajo el expediente 18-014586-0007 el cual solicita prohibir los neonicotinoides en Costa Rica para proteger unas 650 especies de abejas nativas y meliferas.

Según los ecologistas, una de las características más peligrosas de los neonicotinoides es su persistencia, es decir los plaguicidas pueden permanecer en el suelo durante varios años, así las plantas que crecen en suelos previamente expuestos a estos plaguicidas pueden absorberlos a través de sus raíces y convertirse en un peligro para las abejas(2).

Se registra en Costa Rica el uso de imidacloprid y thiametoxam en el café(5) que paradojicamente ha tenido impacto negativo sobre las polinizadores de dichos cultivos. Se ha comprobado que la conectividad de la red de servicios que brinda los polinizadores se han visto afectados por los Neonicotinoides en sistemas productivos tan importantes como el café, que sin estos servicios la producción disminuiría hasta un 50% (3).

En Costa Rica como país tropical y biodiverso es importante tomar precauciones, ya que tenemos más de 650 especies de abejas de las cuales 58 son especies de abejas sin aguijón que se agrupan socialmente con géneros diversos y abundantes, como lo son:Cephalotrigona, Frieseomelitta, Nannotrigona, Partamona, Plebeia, Scaptotrigona, Scaura, Trigona, Tetragona, Tetragonisca, etc.(4).

Sumado a lo anterior la sobreexplotación de los bosques y recientemente el uso de pesticidas entre ellos Neonicotinoides, han provocado la disminución en el número de colonias de Apis mellifera (Apidae: Apini)(6)(7) y efectos adversos aún no cuantificados en otras especies, entre ellas las abejas nativas sin aguijón consideradas las abejas más importantes en la polinización de los bosques tropicales y subtropicales del mundo.

Las organizaciones ecologistas hace un llamado para que se presenten coadyuvancias bajo el Expediente 18-014586-0007-CO para defender las abejas y con esto la agricultura y la alimentación a nivel nacional.

Henry Picado Cerdas, presidente FECON

Información y contacto al teléfono: 87609800

Referencias:

  1. EFSA, 2018. “EFSA has examined the scientific basis for emergency authorisations of neonicotinoid pesticides which were granted in seven EU Member States in 2017.” European Food Safery Authority. https://www.efsa.europa.eu/en/press/news/180621
  2. F. Pacheco, M. Alvares, 2018. Sin abejas no hay agricultura: Costa Rica debe prohibir los neonicotinoides https://semanariouniversidad.com/opinion/sin-abejas-no-hay-agricultura-costa-rica-debe-prohibir-los-neonicotinoides/
  3. ICAFE, 2017. Las floraciones y el manejo de la Broca del Cafeto http://www.icafe.cr/las-floraciones-y-el-manejo-de-la-broca/
  4. Espinoza, F. 2015. Guía Práctica de Identificación de Abejas Nativas sin Aguijón (Apidae, Meliponini) por medio de sus entradas. Centro de Investigaciones Apícolas Tropicales, Universidad Nacional. Departamento de Publicaciones UNA. Primera Edición. 67pp.
  5. E. Solis, 2014. Contribución de una red de conectividad ecologico para el servicio ecosistemico de polinización en cultivos agrícolas, case de estudio: el café en el Corredor Biológico Volcánica Central Talamanca, Costa Rica http://agritrop.cirad.fr/575880/1/document_575880.pdf
  6. EFSA. 2018. Neonicotinoids: risks to bees confirmed. https://www.efsa.europa.eu/en/press/news/180228
  7. Blacquière, T., Smagghe, G., van Gestel, C., & Mommaerts, V. (2012). Neonicotinoids in bees: a review on concentrations, side-effects and risk assessment. Ecotoxicology, 973-992.

 

 

Enviado por FECON.

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