Las costarricenses crearon Vitazul, un alimento sostenible para los adultos mayores costarricenses elaborado a base de maíz pujagua
María Gabriela Rojas Arce, Diana Larios Medina, Rebeca Molina Valverde y Raquel Víquez Montero, estudiantes avanzadas de la carrera de Ingeniería de Alimentos, desarrollaron el producto Vitazul, un atol de maíz Pujagua, que les dio el gane en el prestigioso concurso “Rose Spiess Foundation Student Video Competition: “For A Sustainable Food System” del “New Zeland Food Science and Technology Institute”.
Esta competencia internacional instó a jóvenes estudiantes de ciencia y tecnología de alimentos de todo el mundo a contar una historia de impacto positivo de la ciencia de los alimentos en su región, país o comunidad mediante videos cortos.
Nacimiento del producto
Vitazul es un producto listo para el consumo, al ser una mezcla seca se reconstituye con agua y se calienta. El producto va dirigido a la población adulta mayor, debido a las pocas opciones que existen actualmente en el mercado para este grupo etario que presenta deficiencias nutricionales tanto en macro y micronutrientes, lo cual es exacerbado por los cambios físicos en la vejez como la dificultad de deglución.
“La idea principal era promover la agricultura de cultivos nativos costarricenses, como el maíz Pujagua. Además, de aprovechar subproductos de la piña, que es una de las principales frutas que se cosechan en nuestro país y que generan subproductos que se desaprovechan”, destacó María Gabriela Rojas, una de las integrantes del equipo Vitazul.
“Nos inspiramos en las zonas azules, como la de Nicoya, Guanacaste y consultamos en la literatura sobre su alimentación diaria, para desarrollar el producto de acuerdo con las necesidades de los adultos mayores y promover una alimentación integral”, señaló Rojas.
Ganar a equipos de otras universidades del mundo
Las estudiantes de Ingeniería de la Universidad de Costa Rica superaron a participantes de otras universidades como la Universidad de Minessota, Washington State University y universidades de África, Indonesia y Alemania.
Para estas futuras profesionales en Ingeniería de Alimentos, ganar este concurso es “un reconocimiento a todo el esfuerzo invertido para ofrecer una propuesta prometedora. Este triunfo expone todos los conocimientos que hemos adquirido en la carrera, gracias a docentes de primera que hay en la Escuela como a la docente Dra. Jessie Usaga que nos acompañó a lo largo de este proceso”.
“Es de gran satisfacción ver el crecimiento que las estudiantes mostraron durante el proceso de preparación para esta competencia y además un gran orgullo al ver cómo su esfuerzo y dedicación es reconocido en un ámbito internacional tan competitivo”, destacó la Dra Jessie Usaga, líder y mentora de este equipo de estudiantes.
Este logro también se visualiza como el fruto del trabajo en equipo en el que participaron las estudiantes, docentes e investigadores de la Escuela de Tecnología de Alimentos y el Centro Nacional de Ciencia y Tecnología de Alimentos (CITA).
**En la imagen se aprecia de izquierda a derecha a Diana Larios Medina, María Gabriela Rojas Arce, Raquel Víquez Montero y Rebeca Molina Valverde.
La compañera, colega de luchas y presidenta de la Junta Directiva de Voces Nuestras, Angélica Quirós Mora fue galardonada con el premio internacional Mujeres Líderes de las Américas 2021. Una condecoración internacional que se otorga a mujeres del continente por su destacado liderazgo en favor de los derechos humanos, la ciencia, la paz, la seguridad y empoderamiento de mujeres y niñas.
La ceremonia de condecoración internacional será el viernes 27 de agosto a las 9:30 hora Perú, transmisión en vivo desde el sitio Facebook del Centro de Mujeres de las Américas.
Treinta mujeres influyentes, referentes y destacadas en el ámbito social público, académico y de organizaciones civiles, fueron galardonadas en América continental.
Por Costa Rica se otorga reconocimiento a Angie Quirós y a la política y economista y Primer Vicepresidente de la República de Costa Rica, Epsy Campbell.
El boletín oficial de la Alianza Nacional de Ríos y Cuencas de Costa Rica en su edición N°34 incluye los siguientes títulos y sus respectivos contenidos:
Observatorios Ciudadanos del Agua:
Ceremonia de premiación programa bandera azul ecológica.
Monitoreo comunitario del agua
Aprendizajes socio naturales para la gestión del territorio
En total, se recibieron 70 novelas participantes en esta tercera convocatoria
La obra será publicada por la EUNED en el 2021 y se presentará en la próxima Feria Internacional del Libro de Costa Rica
El ganador fue dado a conocer el jueves en la Entrega Anual de Libros de la EUNED
El III Premio Nacional de Narrativa Alberto Cañas, convocado por la Editorial de la Universidad Estatal a Distancia (EUNED) en el género novela, ya tiene ganador: «Principios nocturnos», de Jorge Méndez Limbrick.
El jurado calificador, compuesto por Karen Calvo Díaz y Carlos Morales Castro, destacadas personalidades del mundo cultural y literario de Costa Rica y la región, seleccionó la obra entre un grupo de 70 novelas participantes en la convocatoria 2020, un número importante a pesar de la pandemia generada por el COVID-19.
De acuerdo con el jurado calificador, nombrado por el Consejo Editorial de la EUNED, la obra ganadora presenta novedad temática en el contexto costarricense y reflexiona sobre temas universales como la fama y la muerte. En su dictamen agrega, además, que plantea preocupaciones propias de la posmodernidad.
Entre sus cualidades, el jurado destaca que la obra recurre a una serie de referencias intertextuales vastas y no localistas; construye un mundo ficcional basado en el discurso de lo fantástico; critica el mundo cultural y académico del país, y posee un estilo cuidado y ágil, junto a una buena técnica narrativa.
El ganador recibirá un premio de 2 500 dólares y la publicación por la EUNED durante el 2021. También, será presentada en la Feria Internacional del Libro del próximo año.
Debido a la calidad de las obras recibidas, este año el jurado recomendó dos obras “Mentiras veniales, pecados mortales”, de la autora Silvia Lorena Rodríguez Ruiz, y “Los recuerdos del burro Marín”, del autor Cristóbal Gerardo Montoya Marín.
Sobre el autor ganador 2020
Jorge Méndez Limbrick, autor de “Principios nocturnos”, nació en San José el 6 de noviembre de 1954. Es abogado y escritor costarricense de novela negra y policial.
Ha ganado el Premio Editorial Costa Rica y el certamen “UNA Palabra”, de la Universidad Nacional (UNA). Obtuvo, en el 2010, el Premio Nacional Aquileo J. Echeverría, en novela.
Fue colaborador de las antologías “Para no cansarlos con el cuento” (1989, Editorial Universidad de Costa Rica) y “La gruta y el arcoíris” (2008, Editorial Costa Rica).
En 2010, publicó “El laberinto del verdugo”, secuela de “Mariposas negras para un asesino”, que forma parte de una trilogía, cuya última obra está en producción.
Premio Nacional de Narrativa Alberto Cañas 2021
Para el próximo año, la EUNED convocará nuevamente el género de cuento. Según acuerdo del Consejo Editorial, presidido por la Dra. María Eugenia Bozzoli, las obras se recibirán del 15 de febrero al 30 de junio de 2021, aunque la fecha límite está sujeta a las condiciones de emergencia nacional y podría ser cambiada por la editorial, según su conveniencia.
Las obras participantes se deben enviar al correo electrónico: premio_narrativa@uned.ac.cr. Puede leer las bases completas del Premio 2021 aquí.
Es importante tomar en cuenta que el Consejo Editorial no recibirá, para dictamen, obras del género que esté vigente para el Premio Nacional de Narrativa Alberto Cañas; es decir, no recibirá cuentos fuera de concurso en el 2021.
La estatuilla del Premio fue transformada este año con el fin de reflejar más claramente el vínculo entre la universidad y la sociedad. La artista a cargo fue Beatriz Parra Thompson, docente de la Escuela de Artes Plásticas de la UCR. Foto: Laura Rodríguez Rodríguez.
La Vicerrectoría de Acción Social entregó los Premios de Acción Social María Eugenia Dengo Obregón 2020 a Patricia SedóMasís, docente de la Escuela de Nutrición, y a Teodoro WillinkCastro, docente de la Escuela de Ingeniería Eléctrica. Asimismo, brindó un reconocimiento a Jorge Vargas Carmiol, docente de la Escuela de Medicina.
Sandra Araya Umaña, vicerrectora de Acción Social, explicó que el Premio se otorga a aquellas personas que sobresalgan por su compromiso ético y social, así como por la originalidad de sus propuestas, la articulación interuniversitaria e interinstitucional y la trascendencia de su labor como aporte a la acción social dentro o fuera de país.
“Este premio lleva el nombre de una ilustre ciudadana que fue la primera vicerrectora de Acción Social y que se caracterizó por ser una profunda humanista y defensora valiente, comprometida con la promoción de la igualdad de los derechos y la paz social. Y este año, más que nunca, requerimos la acción universitaria en pro de los derechos humanos, particularmente los derechos de los sectores vulnerabilizados”, subrayó Araya.
En este sentido, destacó los aportes que ha realizado la profesora Sedó por más de 12 años en el trabajo interdisciplinario e interuniversitario articulando la docencia, la investigación y la acción social en temáticas relacionadas con el rescate de tradiciones, seguridad alimentaria y población adulta mayor. También resaltó el uso de metodologías enfocadas en la educación popular y en la sistematización de experiencias como forma de encontrar nuevo conocimiento en diálogo con las poblaciones.
De izquierda a derecha, los galardonados con el Premio de Acción Social María Eugenia Dengo Obregón 2020: Teodoro Willink de la Escuela de Ingeniería Eléctrica y Patricia Sedó de la Escuela de Nutrición. Los acompaña Jorge Vargas de la Escuela de Medicina, quien recibió un reconocimiento especial. Foto: Laura Rodríguez Rodríguez.
Acerca del profesor Willink, Araya señaló su innovación metodológica para abordar distintas problemáticas desde el área de la ingeniería combinando el desarrollo del arte y la tecnología en beneficio depoblaciones vulnerables de zonas como Talamanca, OsayGolfito. “Con esto, el profesor Willink ha contribuido a la superación de la falsa separación entre las ciencias duras y las mal llamadas ciencias blandas”, subrayó.
En cuanto al reconocimiento brindado al profesor Vargas, Araya detalló que es fruto de sus esfuerzos por articular acciones con distintos actores sociales que propician el derecho a la salud en poblaciones indígenas desde la educación popular y los procesos socioeducativos.
“Los trabajos de ustedes tres son una clara muestra del rol de la acción social como eje sustantivo del quehacer universitario. Gracias por sus aportes al fortalecimiento del vínculo entre la universidad y la sociedad costarricense. También gracias a las personas que trabajaron a su lado por marcar la diferencia desde sus espacios cotidianos y hacer de la acción social una verdadera actividad sustantiva como un posicionamiento ético y político, propio de una universidad pública como la Universidad de Costa Rica”, expresó Araya.
El acto de entrega de los Premios de Acción Social María Eugenia Dengo Obregón contó con la participación de Eduardo Guerra Rodríguez, bailarín de Danza Universitaria. Foto: Laura Rodríguez Rodríguez.
La vicerrectora de Acción Social recordó que el concurso se abre cada año para dos áreas académicas y reconoce a una persona por cada área. En esta oportunidad, la distinción se enmarcó en las áreas de la Salud y de la Ingeniería, donde se están desarrollando 166 proyectos de Acción Social vinculados con la promoción, prevención y atención de la salud, el fortalecimiento educativo, la seguridad alimentaria, la divulgación de la ciencia, el desarrollo comunitario y el fortalecimiento local, entre otros temas.
Por su parte, Carlos Araya Leandro, rector de la Universidad de Costa Rica, recordó los compromisos de María Eugenia Dengo Obregón: enseñar y educar. También rememoró su huella dentro y fuera de la universidad, siendo la primera vicerrectora de Acción Social y la creadora del Trabajo Comunal Universitario.
“Su determinación por generar beneficios al país es la misma que presentan las personas que hoy premiamos. Tal y como lo entendió doña María Eugenia, es en la acción social donde encontramos la herramienta que permite a la comunidad universitaria retribuir la inversión y la confianza que en nosotros deposita la sociedad nacional. Su labor encomiable yendo mucho más allá de sus áreas de conocimiento para beneficio de poblaciones que constantemente son sujetas de discriminación y de exclusión social los hicieron merecedores de este reconocimiento que, más que un premio, es un agradecimiento por esta misión que ustedes han emprendido como parte de su carrera académica”, puntualizó el rector.
Asimismo, enfatizó en la importancia de la acción social como una de las actividades sustantivas de la universidad, sobre todo en los tiempos difíciles que atraviesa el país. “Es en momentos como este, cuando se nublan las esperanzas y se acrecientan las crispaciones y los miedos, que la Universidad de Costa Rica debe brillar con mayor fulgor”, aseveró.
Desde la cocina hasta la música electrónica
“Mi esperanza es que este esfuerzo generado a lo largo de estos años haya contribuido con un granito de arena y que sea una motivación para otras personas de cultivar mucho más, mejorar lo construido, reinventarse ante los nuevos desafíos y promover los cambios requeridos de beneficio para la sociedad”, Patricia Sedó Masís. Foto: Laura Rodríguez Rodríguez.
Al recibir el galardón, Patricia Sedó agradeció a la Universidad, a sus compañeros de trabajo y a los estudiantes, al reconocer que todos sus logros han sido producto del trabajo compartido y en equipo. También destacó la importancia de reconocer que es a través de las acciones que se pueden realizar cambios importantes y transformar una realidad.
Según relata, su interés de trabajar la cocina tradicional y con personas adultas mayores surgió de la necesidad de promover espacios de encuentro intergeneracional y de favorecer ese intercambio de saberes en relación con alimentos y prácticas alimentarias que se han desestimulado en los últimos años por diversas razones.
“Con el trabajo colectivo se reconoce que los recursos alimentarios disponibles en las comunidades y los sistemas alimentarios sostenibles están basados en la alimentación tradicional. De ahí la importancia de la puesta en valor de lo que tenemos y la posibilidad de conservar lo que tenemos, conservar los alimentos y exaltar la tradición alimentaria en las comunidades, a partir de un encuentro de saberes”, mencionó.
“Este Premio es un reconocimiento al trabajo de muchas personas que han participado en los proyectos. Pero, para mí representa un compromiso de seguir trabajando fuerte y también de tratar de inspirar a otros colegas y estudiantes de realizar acción social desde una manera consciente y proyectada hacia las comunidades”, Teodoro Willink Castro. Foto: Laura Rodríguez Rodríguez.
Por su parte, Teodoro Willink advirtió que el Premio debe reconocer el aporte de todo un equipo de trabajo porque “la acción social es un proceso complejo, dinámico y colectivo, no es de una sola persona”. Asimismo, recordó que la acción social es un diálogo entre la universidad y la sociedad, tanto literal como figurativo.
“El proceso de acción social tratamos de hacerlo académico, sistemático, a veces hay que improvisar, debe ser innovador, efectivo y significativo. Se hace con humanidad, con solidaridad y con conciencia ambiental. Lo hacemos con compromiso y con respeto, con responsabilidad y es inherentemente articulado y colectivo. Una sola persona no puede cambiar el mundo. Tenemos que ser varios y todos. A veces se hace con poco presupuesto, pero se hace con mucha pasión, con mucho esfuerzo, con mucho apoyo y con muchísima satisfacción. No se hace por el dinero, no se hace por la gloria tampoco. Se hace para inspirar a otros con el ejemplo y, especialmente en Ingeniería, que tiene menos de la mitad de los proyectos de Acción Social que tiene Salud, y donde, en términos generales, la investigación no está en las comunidades”, destacó.
Willink explica que la idea de combinar la Ingeniería con el Arte surgió de la observación de que en la carrera existen muchos estudiantes con habilidades y destrezas artísticas. A partir de ahí, consideró el arte como una vía para comunicar lo que hacen la Ingeniería y los profesionales de esta área del conocimiento.
Uno de los proyectos que lidera este docente de Ingeniería Eléctrica se denomina “Electrizarte”, en el que los estudiantes realizan presentaciones musicales o dramatizaciones en las que incluyen instrumentos tecnológicos diseñados y creados por ellos mismos. Las funciones se desarrollan en colegios públicos de zonas rurales y sirven para generar preguntas y establecer diálogos donde se estimula la curiosidad científica y el interés por continuar estudios superiores.
Fernando Montero Bolaños Periodista, Oficina de Divulgación e Información
Para la Dra. Alicia Rojas, este premio representa un gran privilegio, porque es en honor a la científica Odile Bain, parasitóloga médica y veterinaria de Francia, que en vida proporcionó grandes contribuciones a la ciencia.
Su nombre es Alicia Rojas Araya, es científica de la Facultad de Microbiología de la Universidad de Costa Rica (UCR) y a sus 32 años ya sostiene uno de los reconocimientos más prestigiosos en el ámbito internacional por sus estudios en parásitos: el Odile Bain Memorial.
Este reconocimiento, en honor a la parasitóloga francesa Odile Bain, y que solo lo reciben aquellos científicos considerados como los más destacados en este campo de estudio, es otorgado anualmente desde el 2014 por la connotada revista científicaParasites & Vectors, en asociación con la compañía francesa de salud animal Boehringer Ingelheim.
En esta ocasión, la elevada calidad de las investigaciones de la Dra. Rojas efectuadas en Israel durante seis años (con las cuales incluso descubrió una nueva especie de parásito), hizo que superara a otros seis postulantes de reconocidas instituciones provenientes de Suiza, Brasil, Italia, Egipto, Chile y China.
Pero no solo eso. La rigurosidad en sus estudios, que enaltecen una vez más el talento científico costarricense fuera de las fronteras, también le permitió compartir la mención con otros dos grandes científicos internacionales: el Dr. Adnan Hodžic, de Bosnia y Herzegovina, y la Dra. Angela M. Ionică, de Rumania.
“Como mujer, este premio representa un gran privilegio porque es en honor a la científica Odile Bain. Ella tuvo importantes retos y aún así logró dejar un legado fuerte en el campo de la parasitología. Como profesional de la UCR, el reconocimiento es una gran motivación para reincorporarme a la Facultad y, como persona, el galardón es una forma de visibilizar todo el esfuerzo familiar y profesional realizado en Israel por años”, dijo la especialista.
Para el Dr. Gad Baneth, director de la Escuela de Medicina Veterinaria Koret de Israel, en donde la Dra. Rojas efectuó su doctorado bajo su supervisión, Alicia solo puede ser descrita con una única palabra: “sobresaliente”. Esta fue una de las razones principales para que él mismo decidiera postularla al Odile Bain.
“Las capacidades de Alicia combinan el conocimiento y las habilidades necesarias para describir la morfología de los parásitos y su estructura, con el uso de técnicas avanzadas de métodos moleculares y bioinformáticos para analizar los genomas. Ella fue una estudiante excepcional y, además de eso, es una persona muy amigable y extrovertida, que siempre estuvo feliz de ayudar a otros estudiantes y que fue muy querida por todos los miembros del laboratorio”, enfatizó el Dr. Baneth.
En la imagen está la Dra. Rojas está realizando estudios en la Universidad Hebrea de Jerusalem.
Amor por la ciencia
Lo que llevó a la Dra. Rojas a ser una de las personas elegidas para el reconocimiento, fue su desempeño global en la parasitología. Ella ha estudiado casi ocho distintos organismos que afectan a caballos, perros y gatos.
Sin embargo, de todo su trabajo, hay dos tipos de gusanos parásitos que destacan. El primero es Spirocerca lupi, generador de cáncer en los perros y el protagonista de su tesis doctoral. El segundo es el descubrimiento de la especie Spirocerca vulpis, que realizó exitosamente en el 2018.
“Los estudios en S. lupi comenzaron porque no había mucha información sobre este parásito. Entonces, en mi doctorado me enfoqué en dilucidar ciertos aspectos del ciclo de vida y en estudiar su ADN. Con el estudio del ADN, y la revisión minuciosa de la morfología del parásito, pudimos reconocer que había distintos parásitos distribuidos en Asia, África y Europa. Esto nos llevó a describir una especie nueva: laS.vulpis,que encontramos en zorros rojos de Europa”, ahondó la Dra. Rojas.
La S. lupies uno de los pocos parásitos que produce cáncer en animales vertebrados y, si no se trata a tiempo, la infección puede ser mortal. Así, la Dra. Rojas se encargó de caracterizar las moléculas que este organismo libera para interactuar con su hospedero, lo que permitió mejorar el entendimiento de la invasión y patogénesis en el perro. Con el análisis de ciertas secuencias de ADN, se mejoró el diagnóstico y el reconocimiento de nuevos lugares en los que el gusano vive dentro del animal doméstico.
En el caso de la S. vulpis, su hallazgo fue trascendental y marcó un hito en el acervo científico mundial. El parásito que muchos científicos describían como S. lupi era incorrecto. Alicia descubrió, gracias a su estudio en zorros rojos de España, Italia, así como Bosnia y Herzegovina, que se trataba de otra especie muy parecida pero diferente, a la que posteriormente denominó S. vulpis.
El reporte no pasó desapercibido en el ámbito mundial. Científicos españoles e italianos como Gloria Sanchis Monsonís, Angela Fanelli, Paolo Tizzani y Carlos Martínez Carrasco se dieron cuenta de la posible mala clasificación científica que hubo en el pasado al desconocerse la existencia de la S. vulpis. Por lo tanto, empezaron a profundizar con nuevosanálisis y entablar colaboraciones con el grupo del Dr. Baneth y la Dra. Rojas.
Tiempo después, otros países del mundo, entre ellos Suiza y Portugal, se unieron con sus propios estudios para indagar en el comportamiento del parásito.
“Alicia vino a mi laboratorio con una gran ambición de estudiar, descubrir cosas nuevas y sobresalir en su investigación. Ella se centró en analizar un gusano patógeno que induce cáncer en los perros y este ahora también sirve como modelo para gusanos que inducen cáncer en humanos. Además, ella logró separar el S. lupi con un gusano muy similar que infecta a los zorros en Europa y que se pensaba era el mismo. Su tesis alcanzó su punto máximo cuando publicó su investigación en una revista de parasitología muy prestigiosa y de alto rango llamada Trends in Parasitology y, nuevamente, lo hace al recibir el premio Odile Bain”, amplió el Dr. Baneth.
En esta fotografía se puede observar en primer plano a la Spirocerca lupi.
Numerosos aportes
Para 32 años, la Dra. Rojas cuenta con una trayectoria científica ejemplar. Antes de partir a Israel, la investigadora ya había indagado otros parásitos en perros como el Dirofilaria immitis, el cual representa un verdadero problema en Costa Rica.
Su investigación publicada en el 2014 reveló que el parásito estaba en el 14% de los caninos muestreados en el territorio nacional. Dicho gusano se aloja en el corazón y produce una condición muy severa que puede llevar al animal a la insuficiencia cardiaca. Adicional a lo anterior, este parásito, además de infectar a perros, también puede enfermar a las personas.
“El D. immitis causa infecciones zoonóticas en seres humanos. Por lo tanto, es importante para los animales y para los seres humanos, pues en los últimos años se ha registrado la presencia del parásito en pulmones de personas. En este caso, es un mosquito el que transfiere la enfermedad del perro al humano, y el padecimiento que genera es más agresivo que en el perro”, manifestó la Dra. Rojas.
Los otros parásitos los analizó en Israel. Uno es el Onchocerca lupi, que puede producir cuadros de conjuntivitis en perros y personas, el Leishmania infantum, causante de lesiones en la piel y vasculitis en los caninos; y la Habronema muscae, el cual afecta a los caballos con lesiones abiertas en la piel. Este último es transmitido por moscas.
Los parásitos de gatos también estuvieron en su lista: el Aelurostrongylus abstrusus y el Troglostrongylus brevior. Estos organismos se alojan en los pulmones del animal y les genera una tos crónica fuerte, así como una clara dificultad para respirar.
No obstante, en el último año en Israel, Alicia fue más allá y decidió “cambiar el cassette”. Para su postdoctorado fue al Instituto Weizmann de Ciencias con el propósito de estudiar el mecanismo de comunicación de la malaria con su hospedero. Lo que la motivó fue su posterior regreso a Costa Rica, “para generar futuras contribuciones en beneficio de la salud pública”, afirmó.
En esta imagen se puede ver la Toxocara canis, un parásito de gran importancia clínica promotora de neumonitis, asma y alteraciones visuales, que la Dra. Rojas desea investigar. En sus estudios también se le unirá el Angiostrongylus costaricensis, que provoca dolor abdominal, fiebre y eosinofilia.
Nuevos proyectos
La joven científica volvió con su familia en julio de 2020 a Costa Rica y en estos momentos trabaja como investigadora y docente en el Departamento de Parasitología, específicamente, en la Sección de Helmintología Médica de la Facultad de Microbiología de la UCR.
Sus estudios ahora los enfocará en indagar parásitos propios y relevantes en Costa Rica tanto en humanos como animales. De igual forma, continuará con la investigación de S. lupi acorde con las particularidades del país.
“El S. lupi también está en animales costarricenses, por lo que es relevante continuar su estudio. En la actualidad existe un tratamiento muy efectivo para la infección, pero lo que está fallando es el método diagnóstico. Por el momento no se ha diseñado ninguna vacuna ni prueba serológica y esa sería una de las aspiraciones para detectar al gusano mediante las moléculas que libera en la sangre”, indicó la microbióloga.
La forma de contagio de la S. lupi se da cuando los perros comen heces con escarabajos de otros perros. Estos escarabajos tienen estadios lavarles que pueden infectar a la mascota. Después de que el perro se comió las heces, los gusanos son liberados en el estómago de la mascota e inician una migración por las arterias, la aorta y, finalmente, al esófago.
Durante su migración se producen serias lesiones y luego generan nódulos que le impiden a la mascota tragar su comida, salivar bien y respirar de manera correcta. Con el tiempo, el perro puede generar cáncer y fallecer.
En la actualidad, lo que no se sabe es la especie costarricense de escarabajo implicada, pues esta varía según el país. Uno de los objetivos de la Dra. Rojas es, precisamente, identificar cuál es ese insecto cómplice.
“Lo que despertó mi interés en estudiar parásitos fue primero mi papá. Él es veterinario, entonces desde pequeña estuve rodeada de muchos animales. Aparte de eso, quise trascender la visión usual de que la carrera de microbiología está enfocada en seres humanos. El lograr explorar otras partes de la microbiología me abrió los ojos de que hay muchos otros parásitos, que todos estamos conectados y que es necesario entender esas relaciones”, relató la Dra. Rojas.
Los estudios de Alicia se dieron gracias a una beca de mejoramiento al personal académico proporcionada por la UCR. Con el galardón, la Dra. Rojas recibirá un premio económico y la exoneración en los cargos para publicar un artículo en la revista Parasites & Vectors.
Jenniffer Jiménez Córdoba Periodista, Oficina de Divulgación e Información
Premio Bianual a la Innovación en Mejora de la Gestión en Seguridad Social
La joven impulsó pictogramas para que la población de Alto Telire sepa utilizar de manera correcta los medicamentos
Efectuó dos giras en helicóptero coordinadas por la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), invirtió más de 30 meses de estudio, empleó su tiempo de vacaciones y tuvo gastos económicos.
Estos son parte de los esfuerzos realizados por Rocío Mora Vicarioli, farmacéutica de la Universidad de Costa Rica (UCR), quien trabajó para llegar a una de las zonas más alejadas de Costa Rica: Alto Telire (Talamanca). Su objetivo: ayudar a que la población indígena cabécar no corra ningún riesgo de salud por un uso inadecuado de medicamentos.
El esfuerzo realizado por esta costarricense traspasó las fronteras e hizo que Rocío Mora recibiera uno de los prestigiosos Premios Bianuales a la Innovación en Mejora de la Gestión en Seguridad Social, en la categoría de Innovación en la Gestión de Servicios a la Ciudadanía. El reconocimiento lo entrega el Consejo de Instituciones de la Seguridad Social de Centroamérica y República Dominicana (CISSCAD).
Rocío, junto con el apoyo de la Mag. Alejandra Castro Granados, diseñadora gráfica de la Universidad Estatal a Distancia (UNED), impulsó el desarrollo de 24 pictogramas (ilustraciones) para que la población de Alto Telire sepa identificar y utilizar de forma adecuada sus fármacos sin que el idioma sea una barrera.
Su iniciativa incorpora tres elementos esenciales: los medicamentos más utilizados por la población cabécar, sus problemas más frecuentes y el nivel de alfabetización en salud presentada por ellos. Es decir, su capacidad de acceder y utilizar información para tomar decisiones sobre su propio bienestar.
“El propósito de la iniciativa se dio para que la población se llevara, de manera impresa, un recordatorio a cuál miembro de su familia pertenece el medicamento y su función. Esto, porque usualmente iba con la tiqueta en español de la CCSS y la mayoría de la población no tiene dominio del idioma. Entonces, siempre quedaba la duda si ellos realmente entendían cómo utilizar el medicamento. La propuesta viene a ser un complemento a la rotulación típica de la CCSS”, aseguró Mora.
Lo anterior genera un aporte vital a favor de la salud de este pueblo indígena. De acuerdo con la Dra. Angie León Salas, de la Facultad de Farmacia de la UCR, cuando existe desconocimiento sobre el correcto uso de los fármacos, las personas pueden exponerse a efectos indeseados de los mismos. Si no se consideran aspectos de idioma, cultura y alfabetización dentro de la atención que se brinda, la persona puede utilizar un medicamento que no se le ha indicado o tomar menos de lo recomendado. Como consecuencia, el fármaco no le funcionará para aliviar su enfermedad y hasta puede utilizar una cantidad mayor que le generará efectos secundarios.
En el caso específico de los habitantes de Alto Telire, las indicaciones de los fármacos iban escritas en español y muchos de ellos no hablan ni escriben ese idioma. Incluso, según se detalla en la misma investigación de campo elaborada por Rocío Mora, el 70,42% de los participantes no cuenta con ningún tipo de escolaridad y tienen una inadecuada alfabetización en salud.
“La población con la que tuve contacto tiende mucho a la parte oral del idioma cabécar, pero no a leerlo. Por lo tanto, se decidió no utilizar lenguaje escrito en los materiales. Se intentó que los pictogramas realizados fueron muy precisos y no dejen espacio a la interpretación. Así, esta población puede tener una mejor comprensión a través de imágenes claras y concisas”, amplió Mora.
Importante alcance
La innovación también da la posibilidad de entender con claridad quienes son los miembros de la familia que deben ingerir el fármaco. Mora explicó que la población cabécar consulta por núcleos familiares y, al concluir la atención, un único miembro de la familia se lleva los medicamentos de todos.
Lo anterior también generaba la interrogante si la persona, a quien estaba dirigido el fármaco, realmente lo estaba ingiriendo y no otro de su familiar por error.
Para solucionar ese otro desafío, la farmacéutica decidió utilizar signos distintivos provenientes de la misma población indígena. De esta manera, cada quién sabe cuál es su prescripción, así como la hora específica de ingesta.
“Realizar los pictogramas requirió un proceso de tres etapas que empezó en el 2016. Primero, se llevó a cabo la identificación de necesidades y la medición de alfabetización en salud de la población indígena. Luego, el bosquejo de los pictogramas y su validación con la población, que nos hizo ver varios errores de la propuesta inicial y, por último, el diseño final. Con esto se podrá rotular a los miembros de familia y la utilización que debe hacer cada uno de ellos”, dijo Mora.
Por ejemplo, la farmacéutica utiliza la luna para aquellos medicamentos que deben ser tomados en la noche, y el sol cuando deben ingerirse durante el día. De igual forma, incorpora representaciones de visuales de menores, mujeres, hombres y adultos mayores cabécar relacionados con distintos dolores, a fin de vincularlos con cada fármaco.
La idea de Rocío Mora se hizo como parte de su tesis de Maestría Profesional en Atención Farmacéutica de la UCR junto con la CCSS. De acuerdo con el comunicado de la Caja, el proyecto representa el compromiso e interés permanente por lograr que la población indígena cabécar tenga acceso a servicios farmacéuticos con pleno conocimiento de su uso eficaz.
“La UCR siempre está en busca de proyectos de bienestar para la población. Es un orgullo, como egresada de la UCR, haber contado con el apoyo de la Universidad. El apoyo de la Caja fue fundamental, pero sin el apoyo de la UCR, en especial de la Dra. Catalina Lizano Barrantes, esto no hubiese sido posible”, enfatizó Mora.
Los pictogramas todavía no se utilizan. La farmacéutica está a la espera de la publicación de dos artículos con el propósito de proteger sus derechos de autor. Cuando las publicaciones se concreten, el material será donado a la Caja.
Además de la innovación desarrollada por Mora, el CISSCAD anunció otros tres ganadores. Un proyecto de la CCSS relacionado con la implementación del EDUS (Expediente digital único en salud) y dos ensayos realizados por funcionarios institucionales titulados “Orígenes y alcances del modelo de atención de salud costarricense” y “Utilización de los códigos QR en la educación del paciente”.
El Ministerio de Cultura y Juventud reconoció a la agrupación por su destacada labor en la temporada 2019
La Orquesta cerró la celebración de su aniversario número diez con el Premio Nacional de Cultura. Foto: Anel Kenjekeeva.
Después de un 2019 donde celebraron su décimo aniversario de fundación, la Orquesta Sinfónica de la UCR (OSUCR) también fue galardonada en los Premios Nacionales de Cultura.
La agrupación resultó ganadora en la categoría de Ejecución de los Premios Nacionales de Música Carlos Enrique Vargas.
El Ministerio de Cultura y Juventud reconoció a la OSUCR por su destacada labor en la Temporada 2019, cuyo repertorio de compositores contemporáneos costarricenses permite aquilatar el valor intrínseco de nuestros jóvenes talentos, de la proyección universitaria hacia la comunidad nacional, así como del acervo musical nacional, en el marco de la primera década de consolidación de una de las agrupaciones orquestales más importantes del país en la actualidad.
Los jueces encargados de tomar esta decisión fueron Tanya Cordero Cajiao, representante de la Universidad de Costa Rica; Mario Alberto Marín González, como representante de las Asociaciones Culturales; y Rubén Oscher Goldfard, representando al Centro Nacional de la Música.
Para Alejandro Gutiérrez, director de la OSUCR, fue muy lindo recibir la noticia. Principalmente porque es muy enriquecedor conocer que todo el arduo trabajo realizado está dándole forma al proyecto. Gutiérrez afirmó que este gane no es solo de la orquesta, sino que también de la comunidad universitaria, autoridades universitarias y de todas las personas detrás de bambalinas como el equipo de producción, equipo de comunicación y los asistentes.
Este reconocimiento es un «refrescar». Es como inyectarnos una energía renovada que nos da la seguridad de que las cosas se vienen haciendo bien.
Alejandro Gutiérrez
Una de las claves del éxito de la OSUCR es que han apostado por los compositores costarricenses de todas las diferentes generaciones. No solamente los tradicionales ni solamente los nuevos. Además, han abierto espacio a los solistas costarricenses. De la misma manera, los coros de la UCR se han reactivado con el amplio repertorio orquestal que se ha ido generando.
Temporada 2020
La OSUCR siempre trata de tener una temporada balanceada, donde haya un pico alto de actividades. Continuando con esa misma línea, la temporada del año 2020 va a contar con compositores y solistas nacionales. Además de algunas sorpresas muy interesantes.
El 19 de marzo en el Aula Magna se realizará el primer concierto de la temporada, donde se hará el estreno oficial de la pieza «Danzas de pasión y desdén» del compositor costarricense Andrés Soto, en conjunto con solistas costarricenses y de la Escuela de Artes Musicales. Asimismo, el cuarteto Trombones de Costa Rica ejecutará una obra de Vinicio Meza.
Además, se presentará el arreglo para dos trompetas de la pieza «Fantasía sobre Carmen» de Bizet, que interpretarán los músicos Juan Carlos Meza y Luis Miguel Araya. Para finalizar, se tocará una obra del famoso compositor John Williams, conocido por ser el creador de la música de Star Wars. Este montaje contará con la participación de Ricardo Chaves y está escrito para saxofón y orquesta.
En el mes de abril regresarán los tan queridos Conciertos de Tío Ale, una iniciativa muy bien recibida por los niños, las niñas y las familias costarricenses. Por su parte, en mayo se realizará el concierto de Solistas Universitarios.
En el mes de junio, llegará uno de los grande proyectos, se trata del montaje de la Sinfonía n.º 2 de Gustav Mahler, la cual “es una obra que requerirá de una fuerza instrumental y coral fuera de lo común”. Ante esto, la OSUCR se unirá con la Orquesta Sinfónica de la Escuela de Artes Musicales. Además, contará con la participación de cuatro coros: el Coro de Artes Musicales, el Coro Universitario, UCR Coral y el Coro de la Universidad Nacional.
Será un concierto en el que participarán aproximadamente unas 300 personas en el proceso de montaje.
Ya que ningún teatro tiene esa capacidad, este es un evento pensado para las grandes catedrales del área metropolitana. La Catedral Metropolitana de San José y la Basílica de Nuestra Señora de los Ángeles en Cartago están confirmadas por el momento.
Asimismo, otro de los eventos importantes es el estreno mundial de la ópera de Carlos Castro, El Túnel. En esta obra, la OSUCR será la encargada de la parte musical.
Para el director de la OSUCR, el premio es una gran motivación para mantener el nivel que la agrupación viene mostrando y trabajar con mucho más entusiasmo en todos los proyectos que se llevarán a cabo durante este año.
La OSUCR dará un nuevo concierto el 19 de marzo en el Aula Magna. Este será el primer montaje de la temporada, un espectáculo cargado de música. Foto tomada del Facebook de la OSUCR.
Daniel Córdoba Rojas
Asistente de Prensa, Oficina de Divulgación e Información
La Universidad de Costa Rica otorgó el reconocimiento Galardón Ambiental a las instancias que demostraron su compromiso con el ambiente entre el 2018 y el 2019
En el Programa de Residencias Estudiantiles, 435 estudiantes de la Sede Rodrigo Facio aprenden buenas prácticas y las incorporan en su vida diaria en la Universidad y en sus hogares, explicó Sandra Masis, directora del Programa de Residencias Estudiantiles. Asimismo, las residencias de Limón, Pacífico y Guanacaste se han sumado al Galardón Ambiental. Foto: Laura Rodríguez Rodríguez.
Con un extraordinario crecimiento de un 400% en la participación, el Galardón Ambiental de la Universidad de Costa Rica (UCR) llegó a su cuarta edición demostrando que es posible crear una cultura que transforme el quehacer universitario hacia una mayor sostenibilidad ambiental.
Desde su primera edición, esta iniciativa de la Vicerrectoría de Administración (VRA) y la Unidad de Gestión Ambiental (UGA), se propuso cambiar la visión y las prácticas de la comunidad universitaria, iniciando con una pequeña cantidad de unidades, de las cuales, 14 lograron los primeros galardones.
Este año, un total 57 unidades recibieron el reconocimiento, durante la ceremonia realizada el 19 de setiembre en el Auditorio de la Facultad de Derecho. Entre ellas se cuentan unidades académicas, oficinas administrativas, centros e institutos de investigación, fincas experimentales, asociaciones de estudiantes, sedes, recintos, bibliotecas y laboratorios, entre otros.
Para lograr el Galardón cada instancia, con sus particularidades, debió demostrar las buenas prácticas ambientales que se han implementado durante el 2018 y 2919 en sus labores y espacios de trabajo en nueve áreas de la gestión ambiental, a saber: gestión administrativa, gestión de insumos, gestión de residuos, agua, aire, energía, educación, movilidad y compensación.
El Galardón Ambiental UCR, como proceso voluntario, fomenta la cohesión de la comunidad universitaria a través de objetivos comunes que buscan un equilibrio de las actividades humanas con la naturaleza.
De los galardonados
En esta cuarta edición, las sedes regionales de Guanacaste, Caribe, Atlántico y Pacífico demostraron una vez más su liderazgo en materia ambiental tanto dentro de la Universidad como en sus comunidades de influencia. Además, por primera vez se integró al proceso el Recinto de Golfito, fortaleciendo su transición hacia consolidarse como la nueva Sede Regional Brunca.
Igualmente, destaca el compromiso de las instancias que han participado de forma consecutiva de las cuatro ediciones: Sede del Atlántico, el Recinto de Grecia, el Instituto Clodomiro Picado, la Escuela de Geografía y las Residencias Estudiantiles de la Sede Rodrigo Facio y la Estación Experimental Agrícola Fabio Baudrit Moreno, que además, ha desarrollado amplia experiencia en la categoría de Fincas Experimentales.
Entre los nuevos galardonados destaca la Sede Interuniversitaria de Alajuela que logró conjuntar los esfuerzos de las cuatro universidades públicas, UCR, UNA, TEC y UNED a través de su compromiso con esta iniciativa impulsada desde la UCR.
Además se premió con una distinción azul en el color de la estatuilla a las 11 unidades que alcanzaron el segundo nivel de Indicadores Básicos de Gestión Ambiental, logrando evidenciar los esfuerzos para monitorear, evaluar y comunicar sus acciones lo que les permite establecer metas puntuales y generar estadísticas para la oportuna gestión administrativa de la Universidad.
Por su decidido impulso a este proyecto, el Dr. Carlos Araya Leandro, vicerrector de Administración, recibió una estatuilla simbólica de Galardón Ambiental de manos de la coordinadora de la Unidad de Gestión Ambiental (UGA), la Licda. Emilia Martén Araya. Foto: Anel Kenjekeeva.
De la política a la práctica
El vicerrector de Administración, M.Sc. Carlos Araya Leandro destacó que a cuatro años de la primera edición se puede ver el mayor número de unidades involucradas y un importante aumento en la cantidad de personas impactadas por el desarrollo de buenas prácticas ambientales, que llegó a 3.521 miembros de la comunidad universitaria.
El acto de premiación contó con presencia de miembros de las comisiones ambientales de todas las unidades participantes, así como autoridades universitarias y estudiantes que forman parte de este esfuerzo que, desde el año 2015, viene desarrollándose en la Universidad de Costa Rica para poner en acción las políticas institucionales en materia de sostenibilidad ambiental.
El Dr. Rodrigo Carboni Méndez, miembro del Consejo Universitario, destacó cómo este proceso ha logrado materializar la políticas institucionales en favor del ambiente “para mi este es un excelente ejemplo de una normativa que existe en la Universidad que funciona de una forma sobresaliente debido a que existe la consciencia en las personas, realmente hay una identificación, esto constituye realmente una forma de vida y no una carga adicional”.
En esta edición también se reconoció el esfuerzo de 30 unidades que se encuentran participando dentro de un plan piloto de adecuado manejo de residuos orgánicos, con el acompañamiento de la UGA. En el Recinto de Grecia, el funcionario Rodrígo Rodríguez, mostró los resultados de este proyecto. Foto: Laura Rodríguez Rodríguez.
Por su parte, la Licda. Emilia Martén, coordinadora de la Unidad de Gestión Ambiental (UGA), también recalcó la existencia de una consciencia emergente en la comunidad universitaria que los lleva a reflexionar más sobre su impacto en el ambiente y tener mejores prácticas. Así mismo, destacó el valor de aquellos funcionarios y funcionarias que han demostrado que es posible realizar sus funciones bajo principios de sostenibilidad.
Para el nuevo quinquenio, ya la Unidad de Gestion Ambiental (UGA) proyecta nuevas políticas ambientales, que elevó al Consejo Universitario. Su objetivo es fortalecer la sostenibilidad institucional y llevar a la Universidad hacia la descarbonización con el apoyo de todas las personas que conforman la comunidad universitaria y hacen posible el cambio de cultura ambiental.
La investigadora Helga Blanco recibió el premio de Acción Social Marí¬a Eugenia Dengo por su labor con pequeñas y pequeños productores para fortalecer la seguridad alimentaria en zonas vulnerables de Guanacaste. Foto: Laura Rodríguez Rodríguez.
Entre aplausos y aclamaciones, la docente e investigadora Helga Blanco Metzler de la Sede de Guanacaste recibió el premio “María Eugenia Dengo Obregón” por su labor y entrega en el ámbito de la Acción Social y el trabajo con comunidades de Guanacaste.
El galardón, entregado el pasado 28 de noviembre, pretende reconocer los esfuerzos del personal docente universitario por mejorar las condiciones de vida de las poblaciones del país mediante proyectos inscritos en la Vicerrectoría de Acción Social (VAS) de la Universidad de Costa Rica.
Este año se realizó la primera entrega del premio, que también da inicio a la conmemoración del 45 aniversario de la creación de la vicerrectoría y se le dedica a la memoria de su primera vicerrectora, la Licda. María Eugenia Dengo Obregón, impulsora del Trabajo Comunal Universitario y promotora de la trascendencia de la proyección externa y del concepto de extensión universitaria.
En el caso de Helga Blanco, su trabajo extrauniversitario como Entomóloga del Centro de Investigaciones en Protección de Cultivos (CIPROC) y docente se ha centrado en el combate de plagas de la mano de agricultores guanacastecos, trabajo con mujeres y jefas de hogar en el cultivo de hortalizas y capacitación en temas como producción sostenible y sustitución de agroquímicos.
El jurado le otorgó una mención de honor a la docente y directora del Recinto de Guápiles, Rosa Julia Cerdas González, por su trabajo de gestión cultural y construcción de políticas públicas en la Comunidad de Pococí Foto: Laura Rodríguez Rodríguez.
“Este premio representa un compromiso para continuar con mi trabajo transmitiendo los conocimientos necesarios para fortalecer la seguridad alimentaria y nutricional de los grupos vulnerables de la zona rural y a la vez, aportar al desarrollo, prosperidad y bienestar de los agricultores, principalmente de los guanacastecos”, indicó Blanco durante su discurso de aceptación.
El trabajo de Blanco fue evaluado por un Jurado constituido por nueve integrantes de diferentes unidades académicas, sedes e instancias universitarias que tomaron en cuenta criterios como originalidad, innovación, trascendencia y el compromiso ético y social de las personas postuladas.
Esta primera entrega también coincidió con el año de la regionalización universitaria, por lo que los nominaciones se enfocaron en el área de sedes y recintos. Así lo explica la M.L.. Marjorie Jiménez Castro, vicerrectora de Acción Social, quien considera que el pensamiento de su predecesora María Eugenia Dengo, compagina perfectamente con esta visión debido al trabajo de Dengo en torno a la alfabetización de comunidades rurales, especialmente en Guanacaste.
“Este premio va a permanecer en la normativa universitaria a partir de este momento, por eso consideramos que es un hecho histórico para la Vicerrectoría de Acción Social”, reiteró Jiménez.
La Sra. Ana Isabel Vargas Dengo, hija de María Eugenia Dengo, estuvo presente en la actividad en la que se reconoció el trabajo de su madre Foto: Laura Rodríguez Rodríguez.
La comisión del jurado también le otorgó una mención de honor a la docente y directora del Recinto de Guápiles de la UCR, Rosa Julia Cerdas González, por su trabajo de gestión cultural y construcción de políticas públicas en la Comunidad de Pococí (EC-240).
Para Rosa Julia, el intercambio con las comunidades y la creación de un nuevo conocimiento dicta el camino que deben tomar para brindar un adecuado acompañamiento.
“Para mí, la Acción Social es un área sustantiva de la universidad, es la que nos permite estar ubicados con la comunidad. Qué pasa en nuestro entorno, cómo nos vinculamos con los problemas que tiene nuestra sociedad y a la que también nos debemos. No solamente formamos por medio de la docencia, sino que la Acción social nos permite ese acercamiento, una búsqueda conjunta” rescata Cerdas.
En la entrega del galardón también participaron el rector de la Universidad, Dr. Henning Jensen Pennington y el presidente del Consejo Universitario, Dr.Rodrigo Carboni Méndez, así como familiares de doña María Eugenia, personal de la VAS y coordinadores de proyectos de Acción Social.
El premio se seguirá entregando en forma anual. En 2019 se recibirán postulaciones de docentes de Ciencias Básicas y Ciencias Sociales.
Esteban Hidalgo Pena
Unidad de Comunicación Vicerrectoría de Acción Social