Ir al contenido principal

Etiqueta: presupuesto

Defendamos el Derecho Humano de la Cultura. ¡Que no cercene el Presupuesto de las instituciones culturales costarricenses!

Cuando hablamos de la Cultura costarricense generalmente nos referimos a nuestro propio modo de ser, de los costarricenses, a nuestras raíces históricas y a las que contribuyeron a formarnos como seres humanos, como ciudadanos, como las personas que somos hoy, herencia de nuestros padres y abuelos, que vivimos dentro de la sociedad costarricense, en el marco de una convivencia democrática, con valores cívicos, morales, políticos, religiosos, que no son maná del cielo, sino que son resultado de una construcción social, que empezó en el hogar, en la familia, y continuó en la Escuela, el Colegio y la Universidad, en los que tuvieron oportunidad de concluir sus estudios hasta la Universidad, y en la Iglesia también.

La Cultura es el conjunto de los conocimientos, ideas y valores que también se adquieren, forman y consolidan por la lectura, el estudio, y las diversas formas de trabajo, así como por las distintas maneras de convivencia social, de relaciones sociales, por las tradiciones, usos y costumbres, modos de vida, formas de comportamientos sociales e individuales, que heredamos y en las que participamos desde pequeños.

La Cultura es el conjunto de bienes materiales y espirituales, tangibles y intangibles, que recogemos de nuestros antepasados, que vivimos en nuestro presente y heredamos enriquecidos a nuestros hijos, nietos y futuras generaciones.

Así tenemos la Cultura Costarricense, que es la que nos distingue y nos reconoce frente a otros pueblos y naciones. La Cultura es la expresión histórica de nuestra convivencia y desarrollo social. Es la herencia material e inmaterial, que hoy recogemos bajo la forma de Patrimonio Cultural, que de manera amplia abarca idiomas, creencias, conocimientos, ideas, objetos elaborados por los hombres, sus obras en general, como las hay en Costa Rica.

La Cultura es histórica, es precisa, concreta, responde también a momentos históricos, así como también tenemos la Cultura Universal, haciendo que cada pueblo tenga SU cultura, expresada en sus particularidades que provocan, en mucho hoy, los grandes procesos migratorios de turistas para ir a conocer otras regiones, o países, para ir a observar y admirar las obras que se construyeron en el pasado remoto, o para ir a observar Museos donde se resguardan para este deleite, las obras de las distintas manifestaciones de las diversas Artes, las Ciencias, la Música. ¿Acaso no atraemos turistas con estos propósitos de valorar lo que cuidamos como ese Patrimonio Histórico Cultural y Natural de nuestro país?

Por esta razón también los pueblos y las sociedades, han construido Museos, Bibliotecas, Archivos Nacionales, Centros de Rescate de este patrimonio humano. Y los han construido y apoyado para su existencia desde tiempos inmemoriales, porque son el sitio justo de mantener, en estas instituciones, los documentos físicos que nos testimonian ese desarrollo cultural, para comprenderlo mejor, para entender mejor nuestro presente y para poder soñar nuestro futuro.

En Costa Rica este esfuerzo empezó a hacerse desde el Siglo XIX, con una sociedad más pobre, en recursos económico financieros que la actual, en una sociedad con menor conocimiento y estudios de su población que la actual, con menos posibilidades físicas y materiales para la conservación de documentos, libros, periódicos, obras de arte en general, que las que tenemos hoy. Pero, en esos tiempos, habían las personas ilustradas, talentosas, inteligentes, visionarias del futuro, que previeron la necesidad de desarrollar estas instituciones de la Memoria Nacional. Y, hubo, sobre todo, los personajes políticos, Presidentes y Diputados, personas cultas y educadas, que entendieron la importancia de este acervo cultural e histórico para darle los recursos financieros, económicos y los apoyos estatales, que les permitieran su existencia y su desarrollo constante y permanente, y pudieran ser accesibles al mayor número de personas y ciudadanos.

El Archivo Nacional fue creado en 1881, hoy con una gran cantidad de funciones y de especialidades archivísticas, como el depósito y la conservación de los Protocolos Notariales. El Museo Nacional fue creado el 4 de mayo de 1887. En 1948 la Junta Fundadora de la Segunda República entregó el edificio del Cuartel Bellavista a la Universidad de Costa Rica para que lo desarrollara como Museo. La Biblioteca Nacional “Miguel Obregón Lizano”, que se fundó el 13 de octubre de 1888, y con ella crecieron, a su amparo y protección, las Bibliotecas públicas costarricenses, que en algunos cantones son grandes y muy importantes. La Biblioteca Nacional está adscrita al Sistema Nacional de Bibliotecas (SINABI) como ente en la dirección y organización de las 57 bibliotecas públicas en las siete provincias del país, y a la Asociación de Estados Iberoamericanos para el Desarrollo de las Bibliotecas Nacionales de Iberoamérica (ABINIA). En el caso de nuestra Biblioteca Nacional tiene documentos desde el siglo XVI.

Estas Instituciones, sagradas de la Cultura costarricense, tuvieron distintas sedes físicas, hasta que poco a poco, con visión histórica, se les fueron dando sus mejores edificios, propios y permanentes, y se les fueron asegurando sus fondos de mantenimiento y funcionamiento, pero también de crecimiento.

El Archivo Nacional, el Museo Nacional y la Biblioteca Nacional constituyen hoy los tres pilares mas importantes de nuestra Identidad Nacional, de la Identidad Nacional Costarricense. En el siglo XIX otras instituciones como el Registro Nacional, de propiedades, iniciado en 1841 y fortalecido a partir de 1867, y luego el de personas, a partir de 1887, el Instituto Geográfico Nacional, nacido como Instituto Físico Geográfico en 1889, son también instituciones que ayudan a perfilar la identidad nacional costarricense. Así se podrían mencionar otras instituciones de este tipo, desarrolladas en el siglo XX.

En el campo de la Cultura Costarricense el gran viraje lo dio el Presidente José Figueres Ferrer, en su segundo gobierno constitucional, 1970-1974, cuando fundó el Ministerio de Cultura, Juventud y Deportes en 1971, con el antecedente de en que en los tiempos de la Junta Fundadora de la Segunda República, en 1948, Isacc Felipe Azofeifa Bolaños, Daniel Oduber Quirós y Carlos Monge Alfaro presentaron una propuesta a la Junta, para la creación de un Instituto Nacional de Bellas Artes. Por iniciativa, luego de Alberto Cañas Escalante, en 1963, en el gobierno de Francisco Orlich, propuso crear adscrito al Ministerio de Educación, un organismo encargado de atender todo lo atienten a las necesidades de aprendizaje y desarrollo cultural de Costa Rica. El mismo Alberto Cañas en 1970, como diputado, propuso el proyecto para la creación el Ministerio de Cultura, Juventud y Deportes, con el apoyo de Fernando Volio Jiménez y el propio Presidente José Figueres.

En el Ministerio se concentraron las instituciones Consejo Nacional de la Política Pública de la Persona Joven (CPJ), el Sistema Nacional de Bibliotecas (SINABI), el Centro Costarricense de Producción Cinematográfica, el Archivo Nacional y el Sistema Nacional de Educación Musical (SINEM), el Teatro Nacional, la Compañía Nacional de Teatro, la Editorial Costa Rica, la Orquesta Sinfónica Nacional, así como la designación y declaración de los Premios Nacionales Magón, Aquileo J. Echeverría y Joaquín García Monge.

El Ministerio asumió la tarea de definir y dirigir hoy la política nacional de Cultura y Juventud, y Deportes, en una parte de su historia, para fomentar y preservar la pluralidad y diversidad cultural, y facilitar la participación de todos los sectores sociales en los procesos de desarrollo cultural y artístico, sin distingos de género, grupo étnico y ubicación geográfica nacional.

En 1992 se le dio al Ministerio de Cultura el edificio de la Fábrica Nacional de Licores (FANAL), que viene desde mediados del Siglo XIX.

Las tareas que por ley y misión histórica tiene el Ministerio son las de “Promover e incentivar la producción y difusión cultural y artística en sus diversas manifestaciones a nivel nacional, regional y comunal con la finalidad de estimular y apoyar a los creadores, grupos artísticos, organizaciones culturales y comunidad en general, rescatar, conservar, proteger y divulgar el respeto por nuestro patrimonio arquitectónico, documental, bibliográfico, arqueológico, natural e intangible, y el de crear espacios y oportunidades que incrementen la participación de la juventud, sin distingos de género, en todos los ámbitos de la vida nacional.”

Actualmente tiene a cargo los siguientes órganos y dependencias: La Dirección de Cultura, el Departamento de Fomento Artístico Cultural, el Departamento de Publicaciones, el Departamento de Promoción Cultural Regional, la Dirección del Sistema Nacional de Bibliotecas, el Departamento de Bibliotecas Nacionales, el Departamento de Bibliotecas Pública, la Dirección del Centro de Producción Artística y Cultural, la Dirección del Centro de Investigación y Conservación Patrimonio Cultural, la Dirección de Bandas. Y, los siguientes órganos, el Consejo Nacional de la Política de la Persona Joven (CPJ), el Sistema Nacional de Bibliotecas (SINABI), el Centro Nacional de la Música, el Centro Costarricense de Producción Cinematográfica, el Archivo nacional, el Sistema Nacional de Educación Musical (SIMEN), el Teatro Nacional, el Teatro Popular Melico Salazar, el Museo Nacional, el Museo de Arte Costarricense, el Museo de Arte y Diseño Contemporáneo, el Museo Historico cultural Juan Santamaría y el Centro Histórico José Figueres Ferrer.

Junto a estas instituciones está también el Archivo Eclesiástico “Bernardo Augusto Thiel”, muy importante para la cultura nacional, no solo religiosa.

Cuando hoy los Diputados están cercenando el Presupuesto Nacional del Ministerio de Cultura, como quien corta una res en un matadero, están atacando a todas estas instituciones, están creando las condiciones de su destrucción, desaparición y de inmovilidad institucional. Están minando los bienes, riquezas, monumentos de carácter que tenemos como Nación, que han pasado de generación en generación, que son las bases de nuestra Identidad Nacional, son los elementos que nos distinguen como una comunidad plural de personas. Están castrando los Diputados la posibilidad de continuar recogiendo el acervo cultural que producimos. Se está golpeando a la Cultura como un Derecho Humano.

De personas incultas, ignorantes, alejados del saber, de la lectura y del conocimiento básico de la Historia Costarricense, y de conocimientos básicos de Cultura General, se puede esperar cualquier cosa y cualquier reacción, para pensar que pueden considerar que estos elementos, instituciones, órganos y dependencias, que se agrupan en el campo de la Cultura, en un periodo de crisis, como el que vivimos, pueden no ser importantes y que pueden disminuirse en sus gastos de mantenimiento casi hasta desaparecerlas. Al contrario, en un período de crisis como éste es cuando hay que fortalecer estas instituciones y la Cultura Nacional y Costarricense. En un período como el que vivimos de inserción en la economía global y de Tratados de Libre Comercio, donde tienden a desdibujarse la naciones y los país, como en los países europeos, tenemos que fortalecer los elementos de la Identidad Nacional y de Nuestra Cultura Costarricense, para poder sobresalir en ese mapa global.

Pero, Diputados de la Nación, Representantes Populares, del Pueblo costarricense, es inimaginable que puedan meter tijera justo a las instituciones encargadas de exaltar, preservar y proyectar lo mejor de los costarricenses, su cultura, su tradición, sus valores esenciales, su Identidad Nacional.

Perdónenme, que lo piense, pero solo siendo una persona tarada mental, que esté loca o haya perdido el juicio puede actuar de esa manera, o siendo personas imbéciles, es decir que sean poco inteligentes, por padecer una deficiencia mental que les impide actuar con sabiduría, con visión de futuro, con perspectiva, o que sean estúpidos, que carecen de la inteligencia y entendimiento para comprender actos que realizan. Parto de la idea que los señores Diputados no caen en estas categorías.

Espero que la Asamblea Legislativa, en su nuevo edificio, no obnubile el entendimiento, la capacidad de razonamiento de los Ciudadanos Diputados, no los egolatrice al extremo de que su auto valoración, su auto estima, su auto adoración exagerada, su auto percepción de su condición de Diputados, no lo haga sentirse Dioses del Olimpo costarricense sin darse cuenta que pueden estar en una simple Tontera, que es donde están los tontos, porque solo así se puede actuar contra la Cultura costarricense, haciendo tonterías, que es la cualidad de los tontos.

UNA: Reducción del presupuesto sería un acto inconstitucional y un retroceso histórico en el modelo educativo

Pronunciamiento del Consejo Universitario de la Universidad Nacional ante las mociones presentadas en la comisión de hacendarios de la Asamblea Legislativa, para recortes presupuestarios a la educación pública, al FEES y al presupuesto ordinario y extraordinario de la República 2020-2021:

El país atraviesa una de las crisis socioeconómicas y políticas más fuertes de su historia, la cual se acrecentó a raíz de la emergencia sanitaria, en los últimos ocho meses, trayendo serias consecuencias para la población nacional, como un aumento en las tasas de desempleo y pobreza, así como un impacto significativo de los ingresos del Estado.

Esta situación afecta las condiciones socioeconómicas de una parte significativa de nuestra población estudiantil, pues un porcentaje muy relevante de ella proviene de bajos recursos o regiones en condición de vulnerabilidad.

La Universidad Nacional coadyuva a la atención de la pandemia y la crisis fiscal del Estado, atendiendo los principios estatutarios, la solidaridad, sensibilidad y la responsabilidad social.

En este sentido, la Universidad Nacional ha realizado las siguientes acciones:

Sobre la atención de la pandemia:

1) Área epidemiológica y de atención a la pandemia.

2) Eje económico y productivo.

3) Eje social, psicológico y educativo.

4) Eje de estudio de los efectos de las medidas para impedir la transmisión de la covid-19.

Sobre el tema fiscal:

Atención de recortes y postergaciones de presupuesto que se han realizado en los últimos años. Para el ejercicio económico 2020, la Universidad Nacional ajustó el presupuesto hacia la baja por un monto de ¢8.857 millones y, además, como aporte solidario a la actual crisis, realizó una transferencia a la Comisión Nacional de Emergencia por ¢5.000 millones. Ambas cifras suman ¢13.857 millones, que equivale al 12% del FEES total que le correspondía a la UNA este año.

Asimismo, conscientes de la situación financiera por la que atraviesa el país, se acordó en la Comisión de Enlace, un rebajo del 5% del FEES 2021, que significa ¢5.372 millones menos para la UNA.

El Consejo Universitario rechaza las propuestas que procuren una nueva reducción del presupuesto a la educación pública en su conjunto, siendo un sector estratégico para el desarrollo del país y la atención de la covid-19, específicamente las mociones presentadas en la Comisión de Hacendarios de la Asamblea Legislativa, para reducir el monto acordado en la Comisión de Enlace para el Fondo Especial de la Educación Superior; en consecuencia se pondría en riesgo las áreas más sensibles de nuestra universidad, para garantizar la atención de las necesidades académicas y estudiantiles.

Recordar a las diputaciones de la Asamblea Legislativa que el sistema de educación superior de Costa Rica ha sido un baluarte en el desarrollo integral y la movilidad social de poblaciones que no ha tenido las oportunidades de mejorar la condición de vida mediante la educación; en consecuencia, una reducción del presupuesto sería un acto inconstitucional y un retroceso histórico en el modelo educativo nacional.

Atentamente,
CONSEJO UNIVERSITARIO

Más información con la Oficina de Comunicación al 8720-4908.

Sector Cultura: No a los Recortes en el Presupuesto de Cultura

Compartimos la siguiente petición hecha por el sector de cultura.

Estimadas Señoras Diputadas y Diputados,
Estimado Señor Presidente de la República,

Como Sector Cultura reconocemos la situación país, y sabemos lo importante que es en este momento su trabajo para tratar de impedir el agravamiento de la crisis social y económica. Entendemos también que es necesario tomar decisiones difíciles y que muchas veces esas decisiones pasarán por asumir recortes presupuestarios importantes en diferentes áreas y sectores.

Sin embargo, en la discusión que están teniendo las y los diputados de la Comisión Permanente de Hacendarios de la Asamblea Legislativa sobre el Presupuesto Ordinario de la República, expediente N. 22.174, la diputada Ana Lucía Delgado, Silvia Hernández y el diputado Gustavo Viales del Partido Liberación Nacional presentaron el día 15 de octubre la moción #129 la cual propone un recorte de ¢6.400.756.551,00 millones al presupuesto del Ministerio de Cultura y Juventud. Igualmente se presentó la moción #72 por parte de la diputada María Inés Solís y varios diputados del Partido Unidad Social Cristiana que pretende recortar ¢4.126.307.837 millones, lo cual llevarían al presupuesto del Ministerio de Cultura y Juventud a equipararse en el 2021 con el monto visto en el año 2013 en la administración de Laura Chinchilla.

Este recorte que en sumatoria podría representar aproximadamente el 15% del presupuesto, deja al Ministerio de Cultura y Juventud inhabilitado para ejecutar gran parte de sus programas, incluso desapareciendo del todo compromisos adquiridos por ley en algunas de sus partidas. Para algunas de las instituciones culturales del país, el recorte significa prácticamente un cierre técnico.

Estos recortes impactan negativamente los programas de extensión cultural de una industria que representa el 2.2% del PIB (2015) del país, así como la fuente de empleo de miles de profesionales y técnicos cada año.

El Partido Liberación Nacional, el mismo cuyo principal líder alguna vez pronunció la famosa frase: ¿para qué tractores sin violines?, está promoviendo los recortes más significativos que sepultan la capacidad de recuperación del sector ya impactado fuertemente por la pandemia.

Es por ello que solicitamos a las y los diputados que se proteja el presupuesto de cultura, que los recortes que se propongan sean en conjunto con los rectores del Ministerio y representantes del sector para garantizar que no afecte la operatividad del Ministerio, ni la ejecución de sus principales programas que impactan directamente a las personas trabajadoras del arte y la cultura y la población en general.

Exhortamos así mismo al Señor Presidente de la República, que se nos incluya en el diálogo multisectorial nacional. La cultura debe ser una aliada en la reconstrucción económica del país. Según datos de la Cuenta Satélite de Cultura, solamente la industria audiovisual aporta al PIB nacional el doble que la industria del café y del banano.

Este tipo de recortes, así como que se nos excluya de la convocatoria a un diálogo nacional, demuestran desconocimiento del crecimiento que ha tenido la Economía Cultural a nivel mundial y un paso atrás como país frente a lo que está siendo una fuerte apuesta de desarrollo en otros países Latinoamericanos, respaldados inclusive en estudios del Banco Internacional de Desarrollo (BID).

Un país sin cultura, es un país sin identidad.

  • Artes Escénicas Costa Rica (AECR)
    Asociación de Grupos Independientes de Teatro Profesional (AGITEP)
    Asociación Nacional de Trabajadores de la Danza (ANATRADANZA)
    Asociación de Compositores y Autores Musicales de Costa Rica (ACAM)
    Asociación de Intérpretes y Ejecutantes Musicales de Costa Rica (AIE)
    Unión de Trabajadores de la Música, las Artes y Afines (UTM)
    Asociación de Grupos e Intérpretes de las Culturas Populares Costarricenses (AGICUP)
    Directoras de Cine de Costa Rica
    Red Nacional de Teatro Comunitario (RNTC)
    COOPEARTES RL
    Fundación Tico de Corazón
    Compañía Folclórica Matambú
    PROARCA S.C.
    Memoria de las Artes Escénicas (MAE)
    El Guato
    Los Garbanzos
    La Milixia
    Endemia
    Cooperativa Sulá Batsú RL
    Asociación Cultural de Guácimo Respirarte
    Sección Nacional del Consejo Internacional de Organizaciones de Festivales Folclóricos y Artes Tradicionales (CIOFF COSTA RICA)
    InterArtis Costa Rica

Organizaciones, agrupaciones, empresas, personas trabajadoras del Sector Artístico, Cultural y Creativo de Costa Rica, sociedad civil, abajo firmantes.

Para firmar la petición ingrese aquí

Once tesis para fortalecer la actividad científico-tecnológica en Costa Rica

José María Gutiérrez, profesor emérito Universidad de Costa Rica (jose.gutierrez@ucr.ac.cr)

  • (1) Para tener prosperidad y equidad, un país requiere de una actividad científico-tecnológica endógena consolidada

Contar con un fuerte desarrollo endógeno de la ciencia y la tecnología es un insumo esencial para un país que pretenda transitar por senderos marcados por la equidad y la prosperidad. El conocimiento científico, y las aplicaciones que de él se derivan a través de la tecnología, permiten no solo la comprensión de la realidad, sino también la transformación de la misma. Si estos elementos se orientan al mejoramiento de la calidad de la vida para amplios sectores de la sociedad, se convierten en componentes importantes de proyectos colectivos democráticos e inclusivos. Lamentablemente, los sectores políticos y económicos que han dominado la vida del país en las últimas décadas han descuidado la importancia de la ciencia y la tecnología endógenas, por no encajar con el modelo de país que promueven. Esto tiene serias consecuencias para el bien común. Como parte de la búsqueda de rutas alternativas de desarrollo nacional, es necesario otorgarle a la actividad científico-tecnológica endógena la importancia que debe tener. Necesitamos una clara voluntad política para el fomento de la ciencia y la tecnología.

  • (2) El país requiere invertir mucho más en investigación y desarrollo

Costa Rica dedica menos de un 0.4% de su Producto Interno Bruto (PIB) a actividades de investigación y desarrollo. Eso está incluso por debajo del promedio latinoamericano, y muy por debajo de lo que invierten países donde la ciencia y la tecnología se han afincado como palancas del desarrollo. Esta débil inversión en ciencia y tecnología se relaciona con visiones políticas que no dan importancia a estas actividades y también guarda relación con la problemática fiscal del país. A ello se suma el hecho de que el sector privado invierte muy poco en investigación y desarrollo en Costa Rica. La reducción en los presupuestos de las universidades públicas también tiene un efecto negativo pues estas instituciones son los principales reservorios de la ciencia y la tecnología nacionales. Es necesario desarrollar iniciativas para que el país invierta más en ciencia y tecnología, mediante una combinación de políticas creativas y asertivas a nivel de gobierno, pero también mediante la participación de múltiples actores de la sociedad en la promoción de estas actividades, incluyendo instituciones autónomas, empresas y organizaciones comunitarias y de diverso tipo. Este es un ámbito en el que políticas tributarias progresivas, incluyendo la creación de tributos a empresas transnacionales ubicadas en zonas francas, podrían dinamizar el desarrollo científico-tecnológico endógeno. También es importante considerar la posibilidad de que instituciones autónomas dediquen un porcentaje de su presupuesto a actividades de investigación y desarrollo.

  • (3) El sistema ciencia-tecnología-innovación debe ser integral, con fuertes vínculos entre sus componentes

Las propuestas políticas hegemónicas en el país y en el resto de América Latina han asumido una visión del sistema ciencia-tecnología-innovación que centra el énfasis, de manera casi absoluta, en el desarrollo de conocimiento aplicado a las necesidades de los sectores empresariales. Es decir, concibe la ciencia y la tecnología básicamente como elementos de apoyo al desarrollo económico. Esta visión reduccionista ha impregnado las políticas nacionales de ciencia-tecnología-innovación. Por el contrario, estas deben concebirse de una manera integral, como un conjunto de componentes que interactúan entre sí y se fortalecen mutuamente. Esos componentes incluyen: (a) La ciencia básica y las ciencias sociales, espacio centrado sobre todo en las universidades públicas, donde se generan los insumos de conocimiento de la realidad con base en la investigación científica. (b) La investigación aplicada y el desarrollo tecnológico, que incluye las actividades en las que el conocimiento se traduce en aplicaciones de diverso tipo, no solo para el ámbito económico, sino también para el social, el ambiental y el comunitario en general. (c) El flujo del conocimiento a los sectores de la sociedad que lo demandan para su praxis cotidiana en muy diversos ámbitos de la vida, en procesos dialógicos de mutuo aprendizaje y fortalecimiento. (d) Los sectores de la sociedad que incorporan ese conocimiento en sus actividades y que, a la vez, generan saberes y demandas de conocimiento que se devuelven a los sectores de investigación científica y tecnológica, en procesos de doble vía y crecimiento continuo. (e) El contexto cultural, legal e institucional de la sociedad, que determina los procesos políticos, económicos, culturales y jurídicos en los cuales se desarrolla la actividad científico-tecnológica. (f) El escenario internacional en el cual se inserta la comunidad científico-tecnológica del país. La promoción del desarrollo científico-tecnológico endógeno debe verse en este complejo contexto multifactorial, en el cual unos componentes del sistema interactúan y alimentan a otros. Esta visión integral y compleja debe sustituir a las visiones reduccionistas predominantes.

  • (4) Se requiere consolidar una comunidad científico-tecnológica fuerte, con redundancia, y con balance de género

Para contar con un sector dinámico de ciencia y tecnología es indispensable establecer las condiciones que permitan que amplios contingentes de personas puedan desarrollarse como investigadores e investigadoras en nuestro país. El Informe del Estado de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación, del año 2014, detectó importantes falencias en este sentido, al tener nuestro país una comunidad científico-tecnológica pequeña, sin redundancia, con vacíos en áreas importantes del conocimiento, con grandes brechas de género y con alto grado de endogamia. Esta situación debe transformarse para que el país ofrezca mejores condiciones y oportunidades a quienes deseen construir un proyecto de vida en el ámbito de la ciencia y la tecnología, sobre todo a las y los jóvenes que inician sus carreras. Esta meta incluye, por un lado, un mayor fomento a las vocaciones científico-tecnológicas, en todas las ramas del conocimiento. Además, requiere que se abran más oportunidades de estudio, a través de programas de becas de grado y posgrado en el país y en el exterior. Se debe fomentar el balance de género en todos los campos de la ciencia y la tecnología. Y, lo más importante, se requiere que el país abra más oportunidades laborales para estas personas, tanto en el ámbito público como en el privado. Debe haber un plan nacional de reforzamiento del contingente de personas dedicadas a la ciencia y la tecnología, con políticas de promoción, reinserción y contratación que vayan de la mano con la posibilidad de acceder a fondos de investigación. El componente principal de un sistema sólido de ciencia-tecnología-innovación se centra en las personas que lo desarrollan; esto no se debe perder de vista.

  • (5) Los principales reservorios de ciencia y tecnología del país están en las universidades públicas, las cuales deben ser fortalecidas

Los principales focos y reservorios de conocimiento científico-tecnológico de Costa Rica están en las universidades públicas. Por ende, el fortalecimiento de la investigación en las universidades es un elemento central de cualquier política de consolidación de ciencia y tecnología endógenas en el país. El contexto actual se caracteriza por un evidente acoso y hostigamiento hacia las universidades públicas por parte de sectores que intentan reducir el papel de las instituciones del estado social de derecho, incluidas las universidades. Estos sectores resienten el carácter autónomo de las universidades, así como el hecho de que sean centros de pensamiento crítico, gracias al continuo análisis de la realidad que se efectúa en estas instituciones. Entre otras manifestaciones de este hostigamiento, se busca reducir el presupuesto de las universidades y conducirlas por una lógica del mercado para asegurar su estabilidad financiera. Todo esto tiene un efecto negativo en la actividad de investigación en estas instituciones; existe el riesgo de que, en medio de la estrechez presupuestaria, la investigación se debilite. La lucha por sostener y fortalecer las universidades públicas, manteniendo su autonomía y su carácter público, así como su presupuesto y la integralidad de su quehacer, es también una lucha por el desarrollo científico-tecnológico endógeno.

  • (6) El desarrollo científico-tecnológico debe ir mucho más allá de los aportes al ámbito económico

El conocimiento generado mediante la investigación científico-tecnológica tiene un enorme potencial para incidir en la esfera productiva y fomentar el desarrollo económico del país; eso es indudable. No obstante, existe una visión imperante que reduce el aporte de la ciencia y la tecnología a ese aspecto, limitando la amplitud y la proyección de estas. La generación y la aplicación del conocimiento deben proyectarse a un abanico mucho mayor de esferas y sectores. Por un lado, la ciencia, como forma de conocer la realidad, es parte de la cultura y tiene objetivos que van más allá de su aplicación. El conocimiento es valioso por sí mismo y su relevancia no debe juzgarse únicamente en términos de su impacto económico. Por otra parte, la aplicación del conocimiento generado por la ciencia, a través de la tecnología y otras aplicaciones, va más allá de su apoyo a la producción, ya que incluye efectos en ámbitos muy variados. La proyección del conocimiento debe incidir también en las esferas social, institucional, comunitaria, ambiental y cultural, de tal manera que aporte a la equidad, la prosperidad y la construcción colectiva de saberes. Necesitamos ciencia y tecnología para el bien común en general, no solo para el desarrollo económico. Pero además, incluso a la hora de ver el aporte del conocimiento científico-tecnológico en la economía, debemos preguntarnos a cuáles grupos del mundo económico beneficia el conocimiento. Debe ser un aporte amplio, que cubra a sectores diversos del universo productivo nacional, contribuyendo a un entorno económico democrático y diversificado.

  • (7) Las ciencias sociales deben jugar un papel relevante en un sistema científico-tecnológico integral

Como parte de la integralidad que requiere tener el sistema ciencia-tecnología-innovación, el fomento de las ciencias sociales es fundamental, junto con el cultivo de las ciencias naturales y las tecnologías. Las visiones dominantes en este tema generalmente no incluyen a las ciencias sociales en los planes de desarrollo científico-tecnológico y en las prioridades nacionales en esta área. Eso es un grave error. Las ciencias sociales son fundamentales para la comprensión de los complejos fenómenos que ocurren en las sociedades. Sin esa comprensión, las propuestas de transformación de la sociedad, en procura de un entorno colectivo marcado por el bien común, son poco claras y carecen de un sustento sólido. Este menosprecio por las ciencias sociales tiene varias causas que deben ser analizadas y cuestionadas. Por un lado, visiones tradicionales de la ciencia excluyen a las ciencias sociales por un prurito de superioridad de las ciencias naturales. Por otra parte, al generar visiones críticas de la realidad social, los sectores hegemónicos consideran a las ciencias sociales como ‘peligrosas’ y limitan su desarrollo. Además, si el complejo ciencia-tecnología-innovación se concibe desde una perspectiva economicista únicamente, las ciencias sociales no encajan bien en esta visión de mundo. Afortunadamente, las universidades públicas del país han apoyado el desarrollo de las ciencias sociales, algo que requiere ser valorado y fortalecido. En una propuesta renovada de desarrollo científico-tecnológico endógeno, las ciencias sociales deben jugar un papel importante. Es necesario fomentar integración entre grupos que desarrollen las ciencias sociales con los que trabajen en ciencias naturales y en tecnologías, así como en las humanidades y otros campos del conocimiento.

  • (8) Se debe promover la creación de colectivos académicos trans-disciplinarios e inter-sectoriales que aborden temas relevantes de gran complejidad

 Una de las principales manifestaciones de debilidad de nuestro sistema ciencia-tecnología-innovación es el carácter fragmentado y falto de redundancia de los grupos de investigación. El predominio histórico que han tenido los enfoques uni-disciplinares en nuestra ciencia y tecnología han impedido el abordaje colectivo de temas de gran complejidad que urgentemente requieren del análisis científico. Es necesario dar un salto cualitativo y pasar a dinámicas de mayor integración y de formación de colectivos trans-disciplinarios que tengan la capacidad de estudiar temas complejos que trascienden los marcos de las disciplinas individuales, como son los asociados con los grandes problemas del país y con áreas emergentes del desarrollo científico-tecnológico. Actualmente se hacen esfuerzos ingentes en las universidades públicas para fomentar este tipo de entornos trans-disciplinarios, pero se debe avanzar mucho más. Esto requiere la integración de grupos que combinen personas con formación en ciencias naturales, ciencias sociales, tecnologías y humanidades, en los cuales también se incorporen representantes de sectores de la sociedad relacionados con los temas de estudio, en procesos de creación y aplicación colectiva de conocimiento. Siempre habrá espacio para el trabajo uni-disciplinar, el cual es necesario para el abordaje de temas más específicos, pero debe abrirse este ámbito de procesos trans-disciplinarios e inter-sectoriales, que sirva de base para generar un universo académico diverso y ecléctico en nuestro sistema ciencia-tecnología-innovación.

  • (9) Se requieren mecanismos diversos y expeditos que permitan relacionar a los grupos que generan conocimiento científico-tecnológico con las necesidades de la sociedad, en procesos de carácter dialógico

Los conocimientos generados mediante la investigación científica y las aplicaciones de estos surgidas del desarrollo tecnológico deben verterse a la sociedad para contribuir al mejoramiento de la calidad de vida en un sentido amplio, desde una perspectiva inclusiva y de equidad. Ello implica que se deben crear y fortalecer mecanismos de vinculación entre los sectores que generan ciencia y tecnología y los sectores de la sociedad que demandan esos conocimientos en su praxis cotidiana. Estos vínculos deben gestarse en un contexto dialógico, horizontal, en el cual los saberes científico-tecnológicos se pongan en contacto con los saberes y necesidades de sectores productivos, sociales, comunitarios e institucionales, en procesos de enriquecimiento mutuo. Además, estos vínculos deben trascender la estrecha visión economicista que privilegia básicamente la transferencia de conocimiento a determinados sectores económicos, dejando de ver el amplio abanico de sectores que demandan conocimiento científico-tecnológico en su accionar cotidiano. La innovación debe ir mucho más allá del ámbito económico, para abarcar también el ámbito social. Se requiere que el conocimiento fortalezca también a las instituciones públicas, que juegan un papel central en la sociedad. El conocimiento científico-tecnológico debe aportar en el mejoramiento de la calidad de vida en ámbitos muy variados, centrando mucho de su accionar en las necesidades de los sectores más vulnerables de la sociedad. En suma, la ciencia y la tecnología endógenas deben servir al bien común, a toda la sociedad, y no solo a determinados sectores.

  • (10) Debe haber una apropiación de la ciencia y la tecnología por parte de amplios sectores de la sociedad, para mejorar la calidad de vida en general

La ciencia, como forma de conocer la realidad, es una valiosa herramienta para combatir dogmas y posiciones intolerantes de diverso cuño y para detectar falacias que se nos quiere imponer por parte de quienes están interesados en mantener un estatus quo que no beneficia a la mayoría. En este sentido la ciencia puede ser liberadora. La ciencia es, además, un instrumento para entender y resolver situaciones que surgen en el día a día, y una forma de enriquecer el disfrute de la vida. El conocimiento científico, y las aplicaciones de este a través de la tecnología, constituyen herramientas para el mejoramiento de la calidad de vida, por lo que deben ir más allá del círculo de personas que forman la comunidad científico-tecnológica. Es necesario que se fomente una apropiación del conocimiento científico y de sus aplicaciones por parte de la población en general, y que dicha apropiación beneficie a las personas y colectivos en su vida diaria, de muchas formas. Esta apropiación social de la ciencia y la tecnología requiere de procesos de diversa índole, con amplia participación de la ciudadanía, junto con la comunidad científico-tecnológica. Entre otros aspectos, se requiere mejorar la enseñanza de la ciencia en el sistema educativo, en los medios de comunicación y en las dinámicas comunitarias. La apropiación social de la ciencia incluye la participación ciudadana en las discusiones que tienen que ver con las políticas científico-tecnológicas. Cómo lograr esta apropiación es una enorme tarea pendiente que involucra a muchos sectores, organizaciones e instituciones.

  • (11) La ciencia y la tecnología nacionales deben tener fuertes vínculos de cooperación internacional, desde una perspectiva horizontal y solidaria

El fortalecimiento de la comunidad científico-tecnológica endógena involucra también el establecimiento de fuertes vínculos de cooperación internacional, los cuales permitan solventar limitaciones del ámbito local y proyectar la comunidad académica nacional a escalas regional y global. Los nexos de cooperación internacional pueden servir también de base para la consecución de fondos para investigación y desarrollo en Costa Rica, y para promover capacitación de grado y posgrado, así como entrenamientos a investigadoras, investigadores y estudiantes nacionales. La presencia de personas académicas extranjeras en nuestros grupos de investigación es una forma efectiva de promover la ciencia y la tecnología endógenas. Esto incluye el fortalecimiento de vínculos con costarricenses que trabajen en el extranjero y se vinculen a nuestra comunidad científica de diversas formas. Ahora bien, estos vínculos internacionales deben centrarse en una filosofía de solidaridad y horizontalidad, no en un patrón de asimetría e inequidad. A la hora de fomentar la cooperación internacional debemos ver a los países desarrollados del norte, pero también a los del sur global, para establecer redes de cooperación sur-sur. En este ámbito debe existir una coordinación estrecha en el país entre las políticas de ciencia y tecnología y las de relaciones exteriores (cooperación internacional).

Imagen ilustrativa.

Arabella Salaverry: Nunca me había dado tanta tristeza tener razón

Nunca me había dado tanta tristeza tener razón.

Cuando preguntaba (pregunta retórica) quién estaba detrás de la inversión económica que significaban las vallas, los trailers, las vagonetas, las movilizaciones detrás de la consigna NO MÁS IMPUESTOS, nadie respondió.

Ahora la respuesta nos patea en la cara. No más impuestos protege a los grandes intereses.

NO MÁS IMPUESTOS SIGNIFICA VENTA DE ACTIVOS, RECORTE EN PROGRAMAS SOCIALES, REDUCCION DEL ESTADO. Porque ¿de qué otra manera se solventará la crisis que enfrentamos?

Y los sindicatos, la mayoría aglutinantes de los mismos empleados públicos, se prestan al juego, junto con una mal llamada izquierda, de una miopía extraordinaria, y las fuerzas religiosas más retrógradas y oscuras, bailando la danza del ataque a la institucionalidad.

Ahora resulta que tenemos un gobierno paralelo, presidido por la UCCAEP, quien tocará el son para que los tontos útiles lo bailen.

¡Tristes momentos los que vivimos!

Tomado de la página de Facebook de Arabella Salaverry.

Colectivos literarios envían carta a legisladores

Compartimos la carta enviada por varios colectivos literarios a los legisladores con respecto a la pretensión de recorte en el presupuesto asignado al sector de cultura.

San José, 18 de octubre de 2020

Señores
Diputadas y Diputados de la República
Presente

Estimados señores y señoras:

Manifestamos nuestra profunda preocupación por las pretensiones de algunos diputados y diputadas al presentar mociones que inciden de manera nefasta contra los programas vitales del Ministerio de Cultura y Juventud.

De aprobarse en la Comisión de Hacendarios dichas mociones -que cercenan en extremo los ya paupérrimos presupuestos del sector Cultura, especialmente de las entidades ejecutoras de proyectos y programas tales como: Colegio Costa Rica, Biblioteca Nacional y demás bibliotecas, Centro Cultural e Histórico José Figueres Ferrer, los Museos, el Taller Nacional de Teatro, Escuela de Danza y Centro Costarricense de Producción Cinematográfica- debe considerarse “desacato a la Constitución de la República”; porque desmantelar la cultura significa exactamente atentar contra los intereses y necesidades del pueblo, en cuanto a sus derechos de educación y desarrollo en todos los ámbitos, incluso el económico.

Cada presupuesto eliminado implica el cierre técnico de estos órganos y generará daños colaterales irreversibles para cientos de trabajadores del sector, así como para las comunidades beneficiarias de su acción, y perjudicará la permanencia y el fortalecimiento de sus identidades y de programas que coadyuvan al mejoramiento de la sociedad costarricense.

Como directores de los colectivos literarios Palabras Viajeras, Hojas sin Tiempo y Grupo Literario Poiesis, sumamente consternados por estas medidas, que de aprobarse violentarán al sector cultura y lo convertirán en un cascarón sin contenidos para oprobio de nuestro amado país; recurrimos a su buena voluntad para que, en aras de la representación que les otorgamos en elecciones libres, hagan valer el juramento que nos hicieron y trabajen respetando el espíritu de la Ley que en materia de cultura ya existe y no debe, por lo tanto, ser objeto de extinción.

Durante esta época el sector cultura ha sido uno de los más golpeados por la crisis sanitaria y económica del país y, aún así, nuestros artistas siguen colaborando para entregar productos culturales de calidad y contenidos humanos y espirituales a toda la población; propiciando, además, participación y expresión de las bases populares y comunales y generando reactivación económica.

Un país sin cultura es un país sin identidad. La cultura promueve la paz, la solidaridad, el trabajo. Con absoluto respeto les invitamos a reflexionar sobre estas mociones perniciosas y rechazar este intento que menoscaba y atenta contra los pocos programas que el Estado propicia en pro de la cultura, la identidad y el reconocimiento a quienes engrandecen al país con sus aportes culturales, artísticos y científicos; como es, entre otros, el caso de los Premios Nacionales. Así como el apoyo a los talentos y expresiones más auténticas y creativas del ser costarricense.

Nunca ha sido más atinente la frase de don José Figueres Ferrer, estadista visionario: “Para qué tractores sin violines”.

Reciban nuestro respetuoso saludo y nuestra vehemente petición.

Ver las firmas en la carta para descargar:

Recorte de 53 000 millones de colones al presupuesto de las universidades públicas afectaría seriamente la operación de la UCR

El rector manifestó que, de darse esta disminución se perjudicaría, la cantidad de cupos de ingreso para nuevos estudiantes el próximo año

El rector de la UCR hizo un llamado a los señores y señoras diputadas para no afectar con su voto las posibilidades de formación académica de las próximas generaciones. Foto: Laura Rodríguez Rodríguez, UCR.

Una moción presentada por la diputada María Inés Solís Quirós del Partido Unidad Social Cristiana (PUSC) pretende reducir en alrededor de ¢53 000 millones el presupuesto de las universidades públicas del 2021. Esta será debatida en la Comisión de Asuntos Hacendarios de la Asamblea Legislativa, en el contexto de la discusión para la aprobación del Presupuesto Nacional de la República del 2021.

La moción Nº 74 supone un rebajo de ¢49 000 millones al FEES en general y de ¢215,7 millones adicionales a la UCR, la UNA, el TEC y la UNED (cada una), así como 3 mil millones a la UTN, que corresponden a un rubro de gastos operativos.

En un mensaje enviado a la comunidad universitaria y nacional, el Dr. Carlos Araya Leandro, rector de la UCR, manifestó que un eventual recorte al monto consensuado con el Gobierno de la República para el FEES, llevaría a un escenario de afectación radical de la actividad sustantiva de la institución, lo que implicaría entre otros, la reducción de cupos de ingreso para nuevos estudiantes el próximo año. Por lo que hizo un llamado a los señores y señoras diputadas no afectar con su voto las posibilidades de formación académica de las próximas generaciones.

Agregó que esas mociones afectan, en principio, la capacidad nacional para atender con innovación y tecnología los retos que impone la crisis sanitaria, así como la promoción de la reactivación económica y la atención de grupos vulnerables que se realizan día a día desde las universidades públicas.

“Somos absolutamente conscientes de la crítica situación por la que atraviesa el país producto de la pandemia y sus consecuencias sociales, económicas y políticas, pero se hace necesario recordar que el sector educación y dentro de él, las universidades públicas, hemos mostrado una elevada solidaridad en el contexto que vivimos, lo que ha implicado, como ya es público, una significativa afectación del FEES 2021, dentro de los márgenes constitucionales”, recalcó Araya.

Según la Licda. Carolina Calderón Morales, jefa de la Oficina de Planificación Universitaria (OPLAU), una disminución de esta magnitud en el FEES significaría una afectación grave a toda la operación de la UCR.

Además señaló que el otro rubro que se pretende recortar en la moción, se refiere a los ingresos según los artículos 22, 23 y 24 del título IV de la Ley de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas (N°9635) que sustituye lo que anteriormente era la Ley 7386, conocida para la universidad como la Ley de Paraíso (215,7 millones) cuyo impacto incide de forma directa y perjudicial en la regionalización.

Es importante indicar que, la institución presenta un crecimiento en gasto corriente de 3,92 %, el cual es inferior al límite estimado por el Ministerio de Hacienda (4,13%) correspondiente a la Regla Fiscal.

Por su parte, el Ing. José Francisco Aguilar Pereira, vicerrector de Administración explicó que ya el presupuesto 2021 de la UCR contempla una disminución total de ¢22 mil millones de colones de los cuales 12,6 mil millones de colones corresponden a ingresos provenientes del FEES y ¢9,6 mil millones por ingresos propios, esto en relación al presupuesto 2020.

Dentro de los principales recortes se estableció un 20% menos para tiempos extraordinarios y combustible, un 68% menos en viáticos y transporte al exterior, así como un 50% menos a proyectos institucionales y apoyo a las vicerrectorías, entre otros.

De igual manera, no se asignan recursos en las diferentes partidas de equipos; por tanto, no se cumple con la atención del Programa de Renovación de Equipo Científico y Tecnológico (PRECT), que, por norma institucional, se debería asignar el 4% del FEES Institucional a este Programa.

Complementariamente, como parte de los esfuerzos de contención del gasto y dada la crisis sanitaria del país y por ende la limitación de los recursos destinados a la educación superior, igualmente, en el concepto de “remuneraciones”, se aplican las siguientes medidas: no se incorpora estimación por ajuste salarial de costo de vida, ni reserva, no se consideran ajustes en los componentes del grupo de partidas de Sueldos al Personal Permanente y no se crean plazas.

Además, en el 2020 como parte de las acciones para enfrentar la crisis sanitaria por la pandemia del COVID-19, las universidades estatales acordaron reducir y postergar sus gastos e inversiones previstos para el presente ejercicio económico, en la suma de ¢48 mil millones.

 

Andrea Marín Castro
Periodista, Oficina de Divulgación e Información