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Etiqueta: propuestas políticas

Por una participación crítica y propositiva de los movimientos sociales y la ciudadanía en el proceso electoral

El Foro Confluencia Solidaria comparte la siguiente propuesta:

«La situación crítica por la que atraviesa el país nos convoca, como Pueblo Soberano, a convertir la indignación y el dolor en esperanza transformadora.

Los movimientos sociales, las organizaciones y la ciudadanía en general no podemos asumir las próximas elecciones con pasividad o indiferencia. Al contrario, debemos promover un proceso reflexivo y de análisis para que nuestra voz se escuche alto y fuerte, con propuestas de solución que se basen en nuestros derechos ciudadanos y comunitarios.

El Foro Confluencia Solidaria propone crear una plataforma ciudadana como una forma de contribuir, colectivamente, a orientar la participación electoral de la ciudadanía.

Para tal efecto, le invita a una sesión virtual, en la cual proponemos dialogar acerca de la construcción colectiva y amplia de esa Plataforma Ciudadana y de los Movimientos Sociales ante el proceso electoral.

Si existe el consenso para construirla, dicha plataforma se constituiría en una agenda colectiva para el corto y mediano plazo, que permita orientar nuestros esfuerzos y luchas hacia la unidad y la coordinación respetuosas, en procura de un proyecto de país solidario, inclusivo y genuinamente democrático.

Una vez logrados los aportes de los diferentes movimientos y organizaciones, se elaboraría un documento, el cual podremos distribuir y divulgar conjuntamente de manera amplia, con el fin de que la ciudadanía tenga acceso a una visión diferente, que permita reflexionar sobre el país que necesitamos, para que prevalezca la justicia social y el bienestar colectivo.

La sesión a la que le estamos invitando se realizará el JUEVES 12 DE AGOSTO a las 6 pm mediante enlace de zoom que le enviaremos si usted y/o su grupo u organización aceptan participar.

Puede copiar la dirección de correo-e para responder:  foro@confluenciasolidaria.org

También puede hacer clic en el siguiente enlace para enviar su correo: Contacto

Saludos patrióticos,

Foro Confluencia Solidaria»

Compartido con SURCOS por Foro Confluencia Solidaria.

Persiste debilitamiento de control interno en Municipalidad de Belén

La Auditoría Interna de la Municipalidad de Belén realizó una nueva advertencia a la administración, tras corroborarse en el informe INF-AI-01-2021 que solo se ha atendido el 42% de las 304 recomendaciones, emitidas en 44 informes realizados al 31 de diciembre del 2020.

La mayoría de las recomendaciones se concentra hacia la Alcaldía, seguida de la Unidad de Informática y el Área Administrativa Financiera que representan un 56% del total de incumplimientos. Sin embargo, persisten los incumplimientos a las recomendaciones realizadas.

La situación de desacato a las recomendaciones del auditor se viene presentando y en aumento desde el 2018, cabe recordar que las mismas son de carácter de cumplimiento obligatorio.

Lo anterior podría suponer un incumplimiento de deberes por parte de la alcaldía, según la Ley de Control Interno. Esto estaría causando un debilitamiento del sistema de control interno institucional. Lo cual a su vez sitúa a la administración de la Municipalidad ante la posibilidad de una sanción por un eventual incumplimiento de deberes, según lo establecido en el artículo 339 del Código Penal.

Además, la organización municipal efectuó el establecimiento de 9 plazas laborales en diferentes ámbitos, no obstante, se suspendió una plaza de auditoría interna, debilitando al órgano fiscalizador. Esta situación se da atentando también contra la Ley de Control Interno que estipula que la plaza no puede quedar vacante por más de seis meses.

Puede obtener más detalles en los archivos adjuntos.

 

Información compartida a SURCOS por Unión Belemita.

Ciclo de conversatorios virtuales de la Gran Logia de Costa Rica – edición con Vladimir de la Cruz

SURCOS comparte la siguiente información:

La Gran Logia de Costa Rica en conjunto con la IEM (Iniciativa de Empleabilidad Masónica) abren el espacio para conversar sobre las propuestas de los partidos y sus candidaturas, así como el análisis de temas país, de cara a contribuir y promover un voto informado en febrero 2022.

En esta ocasión, la transmisión contó con la participación del historiador y analista Vladimir de la Cruz de Lemos. Phillippe Quesada Jassoud, gran maestro de la Gran Logia de Costa Rica, hizo la moderación.

Le invitamos a reproducir y difundir el video que se encuentra en el canal de Youtube de Gran Logia de Costa Rica:

Algo sobre las próximas elecciones

Óscar Madrigal

En estos días conversaba o simplemente “peloteaba” con algunos amigos sobre las próximas elecciones. Reúno de manera esquemática mis opiniones:

1-. A Figueres con los votos obtenidos en la convención del PLN no le alcanza para ganar en primer vuelta. El resultado que obtuvo fue inferior al de Álvarez Desanti hace cuatro años y con ello no logró llegar ni siquiera a segunda ronda. La salida de Rolando Araya debilita aún más su candidatura.

La gente visible que rodea a Figueres, o son los mismos de siempre que no están en capacidad de producir ningún cambio, o igual o peores de neoliberales que el actual equipo económico gubernamental.

2-. La derecha ortodoxa o más ultra se muestra muy fragmentada por intereses personales y usufructo del erario público. Están Linet, Piza, Chávez, Eli, movimiento libertario, el grupo de Natalia Díaz y algunos más. A menos que una fuerza externa los obligue a unirse irán sin fuerza determinante a las elecciones.

3-. Los neopentecostales se encuentran divididos lo que los irá a neutralizar. Si bien Avendaño y su grupo manejarán la deuda política, Fabricio cuenta con el apoyo del poder mediático y financiero de las iglesias internacionales que son muy poderosas. La división les restará toda posibilidad.

4-. La influencia del PAC dependerá de quién sea el candidato o candidata. Si es la preferida del presidente Alvarado, Carolina Hidalgo, se hundirá; si eligen a Welmer podrían tratar de recomponerse con algún sector del llamado progresismo. Sin embargo, el desgaste del PAC por un gobierno entregado al PUSC y PNL, por su traición a los sectores sociales y los escándalos de corrupción, lo ponen en una situación electoral con poco futuro.

5-. Las fuerzas sociales populares deben llenar el vacío que quedará en el centro izquierda del espectro político electoral. La disputa principal será por llenar ese hueco.

José María Villalta es el candidato mejor posicionado en las encuestas que representa la alternativa popular. Villalta es como candidato mucho más que el Frente Amplio y así debería ser; tal vez una de sus debilidades sea el partido, pero su candidatura debería trascenderlo. Para ello debe lanzar casi que de inmediato su candidatura y presentarla junto a muchas otras fuerzas y movimientos populares.

La izquierda debe entender que para estas elecciones sus intereses se unen en la candidatura presidencial del candidato que esté mejor posicionado electoralmente y que, además, reúna condiciones de honestidad, valentía y compromiso y cambio verdadero. La unidad de la izquierda no se limita a ella; eso sería miope políticamente. La unidad de la izquierda tiene sentido si aglutina a su alrededor a las fuerzas populares de amplios sectores que deseen una transformación del injusto sistema tributario y defensa del Estado de Bienestar, en primer lugar, a los trabajadores y trabajadoras y pequeños y medianos productores del campo y la ciudad.

Hasta el momento quien puede reunir esas condiciones y características es el diputado Villalta. Su candidatura debería ser la del pueblo contra los grandes poderes económicos, financieros y mediáticos del país.

6-. Todo parece indicar que habrá segunda vuelta para elegir el presidente. En estas circunstancias los candidatos que pasen a una segunda ronda podrían hacerlo obteniendo alrededor de un 20% de los votos. Con un gran trabajo, inteligente y tesonero, la candidatura del polo popular podría colarse a la segunda vuelta y disputar por primera vez la presidencia de la república.

Las condiciones pueden estar dadas.

Coalición para el Cambio

Vladimir de la Cruz

Con este nombre se ha anunciado la participación de dos partidos políticos, Alianza Demócrata Cristiana y el Liberal Progresista, que se presentarán unidos, bajo la forma de una coalición, que llevará el nombre de COALICIÓN PARA EL CAMBIO, con una bandera combinada con los colores azul y anaranjado.

Las coaliciones políticas son una oportunidad que brinda la legislación electoral para que dos o más partidos puedan unirse, sin perder cada uno su identidad, en una tercera opción con otro nombre, como en este caso “Coalición para el Cambio”.

Es una manera de unir fuerzas electorales, por pequeñas que sean, para mejores opciones de participación y de ganar procesos electorales, como ha sucedido en tres ocasiones en el país, en 1958, cuando triunfó Mario Echandi Jiménez, en 1966, cuando José Joaquín Trejos Fernández derrotó a Daniel Oduber Quirós y en 1978, cuando Rodrigo Carazo se hizo con la Presidencia de la República. La sola unidad en una coalición da una idea de mayor tamaño.

Históricamente hemos tenido las siguientes experiencias de coaliciones políticas.

En las elecciones de 1953 participaron solo dos partidos políticos sin ninguna coalición, ganando la Presidencia de la República José Figueres Ferrer, con 64.71%.

En las elecciones de 1958 se unieron los partidos Unión Nacional y el Republicano Nacional, triunfando con un 46. 42 % de votación, Mario Echandi Jiménez.

En las elecciones de 1962 participaron 4 partidos sin ninguna coalición, ganando la elección Francisco Orlich Bolmarcich con 50.29%.

En las elecciones de 1966, en un ambiente muy tenso, con solo dos candidatos, la oposición a Liberación Nacional se organizó con la coalición Unificación Nacional, que postuló a José Joaquín Trejos Fernández, quien obtuvo el 50.48% de la votación. La Unificación nacional reunió a los partidos Republicano Nacional y el Unión Nacional.

En las elecciones de 1970 participaron 9 partidos políticos sin ninguna coalición, obteniendo el triunfo José Figueres Ferre con 54.79%.

En las elecciones de 1974, participaron 12 partidos, entre ellos el primer partido cristiano no católico, Alianza Nacional Cristiana, que impulsó una coalición, de tres partidos que al final se redujo a dos, el Unión Popular que se plegó al de Rodrigo Carazo, Renovación Democrática, ganando la Presidencia de la República Daniel Oduber, con un 43.44%.

En las elecciones de 1978 participaron 15 partidos, entre ellos dos coaliciones, la UNIDAD y Pueblo Unido. La Unidad reunió los partidos Renovación Democrática, Unión Popular, Demócrata Cristiano, Republicano Calderonista, y Unión Nacional. Por su parte, Pueblo Unido fue la primera coalición de partidos de izquierda después de la Guerra Civil de 1948, y luego de que en 1975 se eliminaran las trabas legales para que participaran partidos de izquierda en elecciones. Pueblo Unido reunió a Vanguardia Popular, al Socialista Costarricense y al Movimiento Revolucionario del Pueblo, ganando las elecciones Rodrigo Carazo con 50.51%.

En las elecciones de 1982 participan seis partidos políticos, dos de ellos en coaliciones, la UNIDAD y Pueblo Unido nuevamente, ganando las elecciones Luis Alberto Monge, con 58.80%. La Unidad en este caso reunió a los partidos Unión Popular, Democracia Cristiana y Republicano Calderonista.

En el gobierno de Luis Alberto Monge los partidos que constituían la Coalición Unidad se fusionaron dando origen, desde entonces, al Partido Unidad Social Cristiana.

Cuando los partidos se fusionan desaparecen haciendo surgir la nueva organización. En las coaliciones mantienen su independencia orgánica partidaria, y existen como coaliciones solo para efectos electorales.

En las elecciones de 1986 participaron 13 partidos políticos, manteniéndose la coalición Pueblo Unido. En esta ganó la Presidencia de la República Oscar Arias Sánchez con 52.34%.

En las elecciones de 1990 participaron 14 partidos, manteniéndose la coalición Pueblo Unido. Ganó la Presidencia de la República Rafael Ángel Calderón Fournier, con 51.51%.

En las elecciones de 1994 participaron 15 partidos sin ninguna coalición, ganando la Presidencia José María Figueres Olsen con 49.62%.

En las elecciones de 1998 participaron 13 partidos sin ninguna coalición, ganando la Presidencia de la República Miguel Ángel Rodríguez Echeverría, con un 46.96%.

En las elecciones del 2002 participaron 13 partidos, entre ellos la coalición Cambio 2000, que incluyó al Socialista Costarricense, Pueblo Unido y al Acción Democrática Alajuelense. Ganó la Presidencia Abel Pacheco con 38.58% en una segunda vuelta electoral.

En las elecciones del 2006 participaron 14 partidos políticos, entre ellos una coalición, Izquierda Unida, que reunió a los partidos Movimiento Autónomo del Pueblo Unido (MAPU), Movimiento de Trabajadores y Campesinos, partido provincial limonense, Partido del Pueblo Costarricense, el Revolucionario de las y los Trabajadores (PRT), el Socialista de los Trabajadores y Vanguardia Popular. Ganó las elecciones Oscar Arias Sánchez con 40.92%.

En las elecciones del 2010 participaron nueve partidos políticos sin ninguna coalición, ganando la Presidencia de la República, Laura Chinchilla Miranda, primera mujer en asumir la Presidencia de la República, con un 46.91%.

En las elecciones del 2014 participaron 13 partidos políticos, sin ninguna coalición, ganando la Presidencia de la República, en segunda vuelta electoral, Luis Guillermo Solís Rivera, con 30.64%.

En las últimas elecciones del 2018 participaron 13 partidos políticos sin ninguna coalición, ganando la Presidencia de la República Carlos Alvarado Quesada, en segunda vuelta electoral, con 21% de votos.

De 17 procesos electorales desde 1953 hasta el 2018 ha habido coaliciones en 10 procesos, 1958, 1966, 1970, 1974, 1978, 1982, 1986, 1990, 2002 y 2006, y en tres de ellos han ganado las elecciones, 1958, 1966 y 1978.

Desde el 2010 no se presenta ninguna coalición nacional. De allí la importancia que han anunciado Mario Redondo y Eli Feinzaig, de constituir esta Coalición Alianza para el Cambio, para las próximas elecciones del 2022.

Soy de la idea que la cultura y la práctica política nacional debe avanzar hacia coaliciones más desarrolladas y compactas, alrededor de Programas Políticos sólidos y de doctrinas, teorías e ideologías políticas compartidas, o en su lugar, de partidos más poderos y grandes, que permitan mejorar la administración pública.

Desde hace tiempo lo he venido señalando como una posibilidad de lograr mejores acuerdos políticos nacionales para una mejor gobernabilidad o gobernanza. Sé que no es fácil avanzar en esa línea. Muchos pequeños intereses, más personales, que políticos se cruzan para evitar las coaliciones.

En las coaliciones se tienen que ceder espacios de figuración y de posibilidades de elección. Mezquindades políticas, prejuicios políticos, vanidades `personales y egos hiper inflados impiden muchas veces constituir estos esfuerzos unitarios. Para ello se requiere madurez y cultura política, sensatez, sentido de la realidad, inteligencia emocional política, visión nacional, seguridad en sí mismos, tolerancia sólida de reconocerse y unirse en las diferencias, en saber que lo más importante es lo que une y no lo que divide, que sobre las diferencias está la unidad en la acción. Es distinguir lo principal político de lo accesorio, de saber unir, sumar y multiplicar más que restar y dividir en política. Diversidad de opinión con Unidad de acción es lo que distingue una buena coalición.

La coalición lograda en esta etapa del proceso electoral por Mario Redondo y Eli Feinzaig, por su naturaleza reúne esas condiciones, de estos dos políticos, inteligencia, sensatez, intereses comunes alrededor de las propuestas que trabajan como oferta de Gobierno, equipos de trabajo alrededor de una plataforma común.

Mario Redondo es de tradición socialcristiana, primero del Partido Unidad Social Cristiana y luego de un partido cristiano no católico, quien fuera Presidente de la Asamblea Legislativa y uno de los más distinguidos diputados que ha habido cuando le ha tocado desempeñarse en esa Tribuna del Pueblo. Con serenidad política ha aceptado aliarse a Eli Feinzaig en este proyecto común siendo Eli por  formación económica un Liberal, que a sí mismo se considera Progresista y desarrolla su liberalismo progresista como una corriente atractiva, en política y en economía, sin amenazar violentamente la organización del Estado Social de Derecho que se ha venido construyendo desde 1943, hoy bastante golpeado por los sectores ultraliberales que campean por toda la institucionalidad política nacional, en incrustados en todos los partidos que han venido gobernando.

Desde el punto de vista religioso Eli, de tradición judía, y Mario, desde el cristianismo no católico, son igualmente una amalgama de respeto y tolerancia especial de resaltar.

La posibilidad de una coalición como la que impulsaba Miguel Ángel Rodríguez con la Unidad Social Cristiana como motor, la mataron en la Asamblea Nacional de ese partido Pedro Muñoz y los suyos, sin entender la inteligente posición de Miguel Ángel, en ese sentido, y sin tener la profundidad de miras del Presidente Rodríguez, que llegó a proponer una coalición centro humanista como terminó llamándola, o en la misma visión, procurando una coalición, como lo propició Rafael Ángel Calderón, con su partido como vértice de una posible coalición de centro derecha, como originalmente la llamó, y la siguió intentando hacer con Rodrigo Chaves Robles, el exministro de Hacienda de este Gobierno del PAC, cometiendo el error de tenerlo no como un verdadero aliado sino como un monigote que asomar, motivo por el cual le fracasó el esfuerzo unitario que impulsaba.

Por su parte, Rodrigo Chaves, a todos los efectos, es una mezcla más que de liberalismo puro, por haber trabajado en organismos internacionales, detestados por la izquierda, de distintos matices de corrientes socialdemócratas, según se puede desprender de sus opiniones sobre diversos problemas nacionales.

En mi opinión hay que ponerle atención al planteamiento liberal progresista de Eli Feinzaig, en general, como al de Rodrigo Chaves para atacar ciertos males nacionales.

En el campo liberal son trasnochados, para mí, los liberales que se mantienen atrincherados en el viejo Movimiento Libertario, que ya no es la bandera de Otto Guevara ni de Federico Malavassi, ni de Natalia Díaz Quintana.

Otto y Federico en su campo, nos gusten o no, han sido buenos diputados, saben hacer su trabajo. Natalia es de otro estilo. Ella sola no va a tener espacio donde relucir, con tantas alternativas liberales. por lo demás, en este momento, está más concentrada en su trabajo profesional que en el político, donde pretende presentarse solita con su partido “Unidos Podemos”.

Los grupos cristianos no católicos van separados sin posibilidad de unirse con Fabricio Alvarado, que ya anunció su plancha presidencial y toda la lista de diputados, aprobados por su Asamblea Nacional, lo que significa que va solo. En el anuncio de su propuesta de candidatos dio el primer golpe. Anunció a todos los 57 diputados, retando con ello a todos los partidos a que hagan lo mismo. Todos los 57 candidatos son profesionales, con estudios universitarios. Aprendió la lección de escogencia de diputados. Otro reto para todos los partidos políticos, la nominación y escogencia de sus diputados.

Los cristianos no católicos al margen del partido Nueva República, de Fabricio Alvarado Muñoz, pareciera que están muy desarticulados. Por ahora no se sienten en su organización electoral hacia el 2022.

La izquierda que ha tenido experiencias de coalición no apunta en esa dirección. En este momento no hay ni existen partidos de izquierda inscritos en posibilidad de coaligarse. No se puede hablar de coalición de grupos de personas, que no existen como partidos inscritos, alrededor de un partido que sí existe inscrito. En este caso es tan solo un llamado a votar por un partido.

Hay grupos y movimientos pequeños de ciudadanos de izquierda. Muy divididos entre sí. Todavía arrastran los dolores del parto que significó la división de la década de 1980. Tienen muchos resentimientos. Su heroico pasado histórico lo enfrentan y valoran de manera hipercrítica, exaltando más los errores, o lo que se consideran errores, que aquello que produce una gloria de reconocimiento en la Historia nacional. El peor de los defectos de estos militantes que andan sueltos orgánicamente es su sectarismo para tratar a otros militantes de izquierda, o personas de izquierda en general. Hay todavía quienes se sienten poseedores de la Verdad política absoluta con solo denominarse de izquierda o exmilitantes. Como decía Fidel Castro en la década de 1960, criticando algunos grupos de izquierda, que hay gente que se siente águila sin tener una sola pluma en su pecho.

La izquierda hoy, en el 2021, tiene que replantearse en todos sus aspectos. La izquierda es hoy un espectro más amplio que en 1980. La desintegración del Sistema Mundial Socialista no acabó con el socialismo ni con el comunismo, como teoría o doctrina política, ni siquiera como utopía política. Acabó con sistemas mal administrados, con prácticas corruptas de gobernabilidad, y con sistemas que no supieron organizarse con prácticas más democráticas de ejercicio de gobiernos, y de ejercicio de derechos y libertades.

Mientras existan los problemas de hambre, desempleo, de pobreza y pobreza extrema, de inequidades sociales y de brechas sociales cada vez más amplias, de mayor concentración de la riqueza, de menores oportunidades y posibilidades de ascensos sociales, de exclusión y marginación de sectores sociales, de destrucción y empobrecimiento de las clases medias, siempre habrá banderas socialistas y comunistas que levantar…y existirán quienes las levanten, por más utópicos o idealistas que parezcan.

El Frente Amplio es observado por estos grupos de manera muy crítica. El mismo Frente Amplio se percibe como un gran complejo de culpa de sus actuaciones. No exhibe por ahora banderas importantes atractivas para los electores. La defensa a ultranza que han hecho de los gobiernos y gobernantes de Nicaragua, y de la Venezuela cabello madurista, es su Talón de Aquiles, que no les ha contribuido a proyectar un modelo socialista para Costa Rica, si tienen por espejos a esos modelos mal llamados socialistas, que tienen prácticas de gobierno corruptas muy enraizadas.

Los esfuerzos unitarios convocados por el ex Secretario General de Vanguardia Popular, Lenin Chacón, en la búsqueda de una coalición, por ahora son gritos en un desierto. No tiene interlocutores válidos.

Estudiar a fondo la historia de Vanguardia Popular es una tarea política para las personas de izquierda que quieren revivirse en las luchas sociales y políticas de este momento.

Coalición para el Cambio como lo proponen Mario Redondo y Eli Feinzaig, es un concepto válido para todos los que quieran impulsar cambios en la Costa Rica actual.

Llaman la atención algunas de las personas que están apoyando a Mario y a Eli, gente preparada, profesionales destacados en sus campos. Con ellos están construyendo sus equipos de trabajo y de plan de Gobierno, entre otros, Fabián Volio Echeverría, Denis Meléndez, Alberto Trejos, Rafael Brenes, Randall Brenes, Juan Enrique Muñoz, Marcela Trejos, Erick Lonis, Gilberto Campos, Walter Niehaus y Laura Fernández.

No han definido aún candidaturas. Alguno de ellos, seguramente, Mario o Eli irá encabezando la papeleta presidencial. Podrían ir los dos, a la vez encabezando provincias, Cartago y San José, como candidatos a diputados, acompañados, de la misma forma, y en la misma fórmula presidencial, de Laura Fernández, gran conocedora del engranaje político institucional, asesora parlamentaria, excelente cuadro político.

Por ahora valoro positivamente este esfuerzo de Mario Redondo y Eli Feinzaig. Es un ejemplo de lo que se puede hacer.

Rolando Araya Monge, un Gran Ganador

Vladimir de la Cruz

Rolando Araya Monge es ligeramente unos pocos meses menor que yo. Lo conozco desde que éramos jóvenes en las lides de la Universidad de Costa Rica. Yo nací en 1946 y él en 1947, de modo que llevamos unas cuantas décadas al hombro.

Así hemos coincidido en espacios, el político, el académico, el de escritor, el de participación en medios, él como conductor de Programas de opinión, reflexión y análisis de distintos temas.

En el campo político ambos hemos sido activistas, con distintas intensidades, encontrándonos en el escenario de las elecciones del 2002, como candidatos presidenciales, él representando a Liberación Nacional, yo a Fuerza Democrática, haciéndole oposición como parte del bipartidismo que criticábamos desde las elecciones de 1998. Luego en las elecciones del 2006 donde de nuevo nos enfrentamos, él por otro partido, yo en la última participación electoral que tuve, con Fuerza Democrática, donde pasadas esas elecciones cerré mi participación político electoral, muy rica en lo personal para mí, sin renunciar a ver la Política, como escenario de encuentro de las distintas fuerzas y ciudadanos, pero ya desde una perspectiva más analítica desde los periódicos que me abrieron espacios semanales, desde 1998, para mantener una columna de Opinión.

Antes de estas participaciones políticas Rolando había destacado en el escenario político desde joven, cuando desarrolla su carrera política que lo llevó a ser Presidente de la Juventud Liberacionista, cuando yo también era dirigente estudiantil universitario. En la Universidad fue miembro del Consejo Universitario. También fue director del periódico Combate, del Partido Liberación Nacional. En 1978 es electo Vicepresidente de la Unión Internacional de Juventudes Socialistas. Luego siguió en el Gobierno de Luis Alberto Monge, 1982-1986, como Ministro de Obras Públicas, Superintendente de FERTICA, Diputado, Ejecutivo Municipal de San José, Secretario Internacional del Partido Liberación Nacional, donde llegó a ocupar los puestos de Secretario General y Presidente de ese Partido.

En la campaña electoral del 2006 se alejó de Liberación Nacional. Hizo casa aparte, con una aspiración presidencial con el Partido Alianza Patriótica en el 2010 y luego con una candidatura a diputado con otro partido. Así participó en otras luchas políticas y, finalmente, volvió a Liberación Nacional, hace pocos meses.

Su regreso, sin ser yo militante liberacionista, lo celebré públicamente. Dije que me parecía muy bien para Liberación, porque por su condición de ex Candidato Presidencial, que fue, tenía un puesto asegurado en el Directorio Político de ese Partido, y me parecía que por su condición de activista político, que era, le haría muy bien a ese Directorio y al Partido, porque además, era un cuadro político formado y curtido en la teoría, doctrina y práctica socialdemócrata, que se había abandonado en Liberación Nacional.

Como Secretario de Asuntos Internaciones de Liberación Nacional se proyectó en el campo internacional de la socialdemocracia continental y europea, participando como Vice Presidente Internacional Socialista y en la Comisión Felipe González para replantear la socialdemocracia, con vista a los desafíos del mundo surgido después de 1990 y del Siglo XXI. Fue también presidente y vice presidente la Conferencia Permanente de Partidos Políticos de América Latina.

En el 2004 Rolando Araya fue elegido Presidente del Comité de la Internacional Socialista para América Latina y el Caribe, SICLAC.

Desde esos escenarios se proyectó Rolando Araya, como Consultor y conferencista internacional en Energía, Medio Ambiente, Política y Economía, formando parte, en este campo internacional, como pocos líderes de Liberación Nacional lo han hecho, en esas otras dimensiones, don Pepe Figueres, Luis Alberto Monge, Daniel Oduber, Oscar Arias, y José María Figueres en estas últimas dos décadas. Cada uno de ellos con sus particulares cualidades, participaciones y reconocimientos internacionales.

En la lucha social estuvo en los frentes oposicionistas a la aprobación del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos en los años 2006 y 2007.

En el espacio académico, en que coincidimos, yo me fui por los estudios en Derecho e Historia, dedicándome a la docencia en Historia, desde 1973. Rolando Araya se fue por la Ingeniería Química, ambos graduados de la Universidad de Costa Rica. Más tarde Rolando hizo estudios en la Universidad de La Salle, donde se doctoró en Educación. Desde 1984 ha sido Profesor universitario.

Como escritor ha hecho 8 libros sobre política, economía y filosofía. Uno de sus libros “El socialismo cuántico”, el Presidente Hugo Chaves se lo publicó en Venezuela. Yo he publicado un poquillo más que recogen, especialmente, artículos publicados en periódicos, revistas, transcripciones de entrevistas y discursos.

A Rolando se le puede considerar un inquieto intelectual, serio, un pensador político de los pocos que como líderes partidarios se han dedicado a publicar lo que piensan, un socialdemócrata preocupado por la situación de los partidos socialdemócratas en este momento del siglo XXI.

En el campo de la participación en medios, él lo ha hecho como conductor de Programas de opinión, reflexión, análisis de distintos temas, yo de participante, invitado especialmente, incluso en sus propios programas, que realiza con la periodista Iris Zamora.

Rolando ha incursionado como empresario en desarrollo urbanístico. Desde hace algún tiempo se ha dedicado a estudiar la física cuántica, el Yoga y la filosofía oriental, de lo que da cursos regularmente algunos fines de semana.

Fui sorprendido cuando anunció su precandidatura presidencial por Liberación Nacional, pero me pareció interesante ver cuál sería su resultado, ya que había abandonado Liberación y había regresado. Tenía en ese sentido un camino asegurado, porque Antonio Álvarez Desanti había hecho lo mismo en el 2006, había regresado y fue candidato presidencial en el 2018, enfrentando, en la lucha interna a José María Figueres, a quien derrotó en ese momento, como Rolando participó el pasado 6 de junio, tratando de derrotarlo, logrando un resultado muy favorable de un segundo lugar, a escasos 10 puntos porcentuales de José María Figueres.

El Partido Liberación Nacional históricamente les dio oportunidad a los líderes históricos, cuando siendo candidatos presidenciales perdieron, de repetir una candidatura. Así fue Francisco Orlich que perdió en 1958 y repitió victorioso en 1962, Daniel Oduber que perdió en 1966 y repitió ganador en 1974, como lo fue también Luis Alberto Monge en 1978 y asumió la Presidencia en 1982. Después de ellos a ninguno de los candidatos presidenciales que perdieron se les dio oportunidad de repetir candidatura, Carlos Manuel Castillo en 1990, José Miguel Corrales en 1998, Rolando Araya en el 2002, Johnny Araya en el 2014 y Antonio Álvarez Desanti en el 2018. Pero, sí se produjo un fenómeno muy curioso e interesante en Liberación Nacional de permitir que dos liberacionistas que se habían ido a formar otro partido para enfrentar a Liberación volvieran y se les abrieran las puertas para representar a Liberación Nacional, como son los casos de Antonio Álvarez y de Rolando Araya. Ambos tenían dos antecedentes muy lejanos, cuando en 1958 Jorge Rossi lo había hecho participando con el Partido Independiente, y en 1962 lo hizo Enrique Obregón Valverde con el Partido Acción Democrática Popular, habiendo regresado ambos a Liberación Nacional. Don Pepe reivindicó a Jorge Rossi en la campaña presidencial de 1970 cuando lo llevó de segundo Vicepresidente, mientras Enrique Obregón a sus 95 años se mantiene como el gran atalaya de la socialdemocracia liberacionista, como la conciencia lúcida de ese planteamiento en Liberación, y como un Pepito Grillo al que todos quieren consultarle, como Gran Zeus político que es. Estas candidaturas de Antonio y la de Rolando son un parteaguas en el Liberación del siglo XXI.

El Resultado de Rolando en la Convención del pasado 6 de junio, sin lugar a dudas, lo coloca como el gran victorioso, le dio mucho músculo político que José María Figueres necesita, y quienes rodean a José María no lo pueden ignorar ni marginar.

Si la alianza que hicieron José María Figueres y Antonio Álvarez, que apartó a Antonio de la lucha interna directa, significó, en ese momento, que ellos sumaran el 62% de intención de voto interno, que se materializó en el 40% de votos para José María el pasado 6 de junio, en este momento, la necesaria alianza real y efectiva, entre José María y Rolando, significaría el 65% de los votos de la Convención, y, potencialmente, contribuiría más a procurar el 40% de los votos nacionales para la elección del 6 de febrero.

Si a ello suman los porcentuales, por alianzas reales y efectivas con Roberto Thompson, Carlos Ricardo Benavides y Claudio Alpízar, más asegurarían esa posibilidad de porcentaje, porque ese escenario electoral va a ser muy difícil, por mayor fortaleza que en este momento presente José María Figueres.

Figueres, quiéralo o no Liberación Nacional, se va a convertir en el Talón de Aquiles de la campaña electoral. Todos los partidos políticos, y sus graderías de sol y chusmas politiqueras, le van a poner más atención a José María Figueres que a cualquier candidato que presente el Partido Acción Ciudadana procurando su tercer gobierno consecutivo, que es al que hay que derrotar.

La Campaña contra José María, como intentaron hacerlo en la Convención llamando a votar contra él, con cualquiera de las opciones que en Liberación había, la pueden convertir de manera inconsciente, y algunos hasta conscientemente, en el gran Caballo de Troya para garantizar el triunfo de nuevo del Partido Acción Ciudadana. ¡Cuidado!, con esta equivocada estrategia. Entre más palo le den a José María más facilitan el triunfo de cualquier candidato de Acción Ciudadana. No se fortalecen los otros partidos, individualmente cada uno, en esa lucha contra Liberación con la candidatura de Figueres. Todos se debilitan ante Liberación Nacional y el mismo Acción Ciudadana, que más se fortalece con los ataques a Liberación Nacional. Ese es el desenlace que puede tomar este planteamiento político.

Para asegurar la posibilidad de ganar en primera ronda, el 6 de febrero Liberación Nacional tiene que ir lo más sólido posible, lo más unido posible, sin fisuras de ninguna especie, con objetivos claros de campaña, y con un gran programa político que entusiasme y enamore a la gente, al pueblo electoral en sus distintos componentes sociales, lo que es además de un gran reto, una gran tarea política, y desde ya haciendo sentir que es el Partido que va a gobernar en el 2022. Esto es igualmente válido para todos los partidos políticos, como si fueran en una carrera de caballos, en que no pueden ver al lado.

Es natural que en la política se produzcan acuerdos entre distintos partidos políticos y actores políticos, desde y en el Poder Ejecutivo, y dentro de la Asamblea Legislativa. Todos los días se producen estos acuerdos.

De igual manera tienen que producirse, en el interior de los partidos políticos, cuando se definen estas candidaturas presidenciales.

El grupo de José María Figueres tiene que entender la importancia de estos acuerdos para asegurar, antes que cualquier candidatura adicional, o distribución posible de futuros puestos, el triunfo electoral del 6 de febrero. No se puede dejar de lado a los otros participantes, especialmente a Rolando Araya. Eso es músculo político para la campaña que tienen que enfrentar.

Rolando Araya es Rolando Araya. No es una fuerza “fantasma” foránea a Liberación, que resultó de los que no quisieron que José María fuera el candidato oficial, o de los no liberacionistas que así se manifestaron.

Las conversaciones que se deban hacer con Rolando Araya no son con los que “votaron” desde fuera de Liberación por él, si así se piensa. Él es ahora la fuerza, es parte de Liberación Nacional y hasta miembro destacado de su Directorio Político.

Rolando Araya participó pobremente en la Convención desde el punto de vista organizativo, participó con la fuerza moral que él mismo representa, procurando rescatar un partido, que según Rolando perdió su sentido de misión política, que perdió su vínculo y compromiso con el pueblo, llamando a que el Partido vuelva al compromiso con el país, con el pueblo y no con el mismo partido.

Es con ese Rolando Araya que hay que hablar y pactar lo que corresponda. Esa es la primer tarea política. La segunda, lograr la mayor unidad posible. La tercera, ganar las elecciones. ¿Está preparado Liberación Nacional para esta tarea? ¿Lo entenderán los dirigentes de Liberación Nacional en sus distintas estructuras, las que están en estos momentos en la organización del Partido y en la preparación organizativa de la campaña, así como los líderes de las otras candidaturas que disputaron la candidatura oficial?

Lo veremos en las próximas dos o tres semanas. Esto no puede durar mucho…

La victoria electoral del Perú profundo

Rogelio Cedeño Castro, sociólogo y escritor costarricense.

“amarillito, amarillando, flor de retama… la sangre del pueblo ay se derrama”. Canción popular a los estudiantes y campesinos de Huanta, Ayacucho masacrados en la lucha por su derecho a la educación, en junio de 1969.

Los procesos políticos y sociales entran en ciertos períodos relativamente cortos dentro de la exteriorización de una aceleración, y de un dinamismo tales que resultan incomprensibles, o muy difíciles de captar, en todos sus alcances y posibilidades, para la gran mayoría de las gentes, sobre todo porque están acostumbradas a pensar que el lento transcurrir del devenir histórico, con su ritmo e intensidad habituales, corresponde a eso que algunos llaman “el devenir natural de las cosas”.

Sucede entonces, que a la aceleración del tiempo histórico, muchas veces casi imperceptible, se añade un dinamismo tal que los agentes del proceso se configuran y desarticulan, al mismo tiempo, durante lapsos no muy largos, en los que los eventos o procesos ocurridos nos llevan a pensar (o percibir) después de su vertiginoso despliegue que han transcurrido años o decenios, a pesar de que en el tiempo cronológico, y mensurable del reloj cronometrado, fueron apenas un par de meses o algunas pocas semanas.

Las recientes elecciones peruanas, cuya primera y segunda vueltas transcurrieron entre 11 de abril y el 6 de junio, recién pasados, constituyen un ejemplo de lo que estoy afirmando en estas reflexiones en voz alta. De repente, de donde menos se esperaba, surgieron una voz y una alternativa política que resultaban increíbles e impensables para quienes conforman eso que los anglosajones llaman “el establishment político y social”: la candidatura presidencial, ahora victoriosa, del maestro rural y agricultor Pedro Castillo Terrones, originario de Cajamarca (situada en los Andes Centrales de la Sierra, uno de los tres países o pisos ecológicos que conforman eso que conocemos como el Perú) y quechuahablante, en representación del Partido Perú Libre y una coalición de fuerzas de una izquierda, hasta entonces invisibilizadas y fuera del orden establecido, la que se fue configurando y desconfigurando (en una metamorfosis incesante), en el devenir de lapsos muy cortos, descolocaron –por así decirlo- a todas las fuerzas y actores del espectro político peruano, después de haber pasado casi desapercibida durante la primera vuelta electoral para las encuestadoras, los medios y hasta para la izquierda con más presencia hasta ese momento.

Al tratarse de un hecho social y político, tan dinámico como insólito, terminó siendo enfrentado y asumido, de las maneras más rocambolescas, violentas e inesperadas no sólo por parte de la derecha troglodita, violenta y totalitaria del fujimorismo, y de un aparato mediático, totalmente controlado por los amos del país, el que de inmediato lanzó una campaña para distorsionar, calumniar o “terruquear” como dicen los peruanos al candidato de Perú Libre, a quien quisieron asociar con la época del terrorismo armado del tristemente célebre “Sendero Luminoso”, de las décadas de los ochenta y noventa del siglo anterior, todo ello a pesar de que el propio Pedro Castillo, en su juventud, formó parte de las rondas campesinas que le hicieron frente al terror de aquella ultraizquierda mesiánica, la que tantos servicios terminó prestándole a la derecha y a la insaciable oligarquía peruana, encarnada en el fujimorismo. Durante semanas las palabras “comunismo” y “peligro venezolano” ensordecieron a una población de votantes potenciales bombardeada, día y noche, por la casi totalidad de los medios de comunicación social, con una prensa, radio y Tv que ni siquiera intentaron mostrar una pizca de objetividad.

Dentro de cierta izquierda del nuevo siglo, acostumbrada a las respuestas fáciles de los manuales del libro gordo de Petete, a las modas intelectuales de la posmodernidad del marxismo light y a un cierto maximalismo infantil, además de perfeccionista, todo esto resultó inexplicable pues no lo encontraban dentro del canon, rápidamente algunas de esas gentes hablaron del machismo y el tradicionalismo de las gentes del Perú Libre por su programa inicial, mientras que algunos sabihondos del marxismo dijeron que aquello no era posible, que tenía trazos de irrealidad.

La dinámica misma de la realidad llevó a Pedro Castillo y a los suyos, a contrapelo de la teoría que buscaba meterla en un molde, a entablar un diálogo constante con otras fuerzas de la izquierda, en especial las representadas por Verónika Mendoza, otra candidata presidencial de la primera vuelta, y con una serie de valiosas personalidades del pensamiento crítico peruano, que se encontraban aisladas y ninguneadas por el establishment político y social. De ahí surgió un diálogo fecundo y activo que no se detuvo, en ningún momento, sobre temas que van desde la reconstrucción y refundación del país hasta los asuntos de género, y otros temas no menos importantes.

Hoy la victoria electoral de Perú Libre y del profesor Pedro Castillo Terrones que no estaba contemplada en los manuales, ni dentro de la soberbia cosmovisión de los amos del país, ha dado lugar por el momento, a un verdadero terremoto político, dentro de un estado-nación que se prepara para celebrar o conmemorar su segundo bicentenario, el día 28 de julio entrante, la fecha destinada al traspaso de poderes: El Perú aymara y quechuahablante, ese menospreciado Perú profundo ha hablado con voz vibrante y con determinación, mientras los fujimoristas (Keiko y su acólitos) acaban de perder las elecciones presidenciales por tercera vez en un país inmenso, y lleno de enormes contrastes geográficos, ecológicos y culturales, que todavía no conocen, ni mucho menos comprenden.

A ellos y a otras gentes limeñas y racistas los mató también la inesperada aceleración del tiempo histórico, ese de que hablaban el primer Haya de la Torre (con su visión del tiempo-espacio histórico) en los años veinte y el mariateguismo, y su visión creadora de un marxismo latinoamericano, cuyas tareas esenciales siguen pendientes.

El triunfo de José María Figueres

Vladimir de la Cruz

La Convención del Partido Liberación Nacional terminó, en su primera fase, el pasado domingo 6 de junio. Para los liberacionistas sigue su segunda fase, la Convención Nacional del 6 de febrero próximo. Su resultado era previsible. Se impuso José María Figueres Olsen, quien había ejercido la Presidencia de la República en el período 1994-1998. Se sentía no solo como la fuerza interna más importante dentro del Partido y del proceso convencional, sino como una fuerza política nacional, trascendente a su propio partido, quizá como el candidato más fuerte y más presente que haya para las próximas elecciones, considerando lo que a la vista se está viendo en este momento.

Los cinco candidatos participaron exitosamente. Cada uno de ellos ganó en lo que correspondía. Cada elector por ellos puede pensar que perdieron los que no votaron por su particular candidato. Eso es lo normal, lo correcto, lo natural. En una elección ganan todos los electores que con pasión, compromiso y esperanza depositan su voto y confianza en el candidato que han elegido.

La elección interna del Partido Liberación Nacional no era una elección de cinco partidos, ni de cinco fracciones o tendencias dentro de ese Partido. En ningún momento se presentó este escenario de lucha de tendencias, más lo fue de dirigentes o de destacados políticos o militantes de ese Partido. Al menos así no se presentó el escenario electoral interno, aunque desde fuera hubo quienes quisieron encasillar a algunos de esos candidatos dentro de tendencias, que eran inexistentes en la realidad, porque algunos de esos candidatos recibieron apoyo de expresidentes de ese Partido, pero que no estaban jugando ningún papel protagónico a su interior en estas elecciones, y porque partidarios fieles de esos expresidentes ya habían tomado posición con Figueres u otros candidatos.

Del candidato que gana en la elección, igualmente, sus votantes pueden decir lo mismo, que más perdieron los que no votaron por él.

Cuando se trata de una elección interna de un partido político no se puede ver que la suma de los votos de los que no resultaron ganadores es porque rechazaron en votos al ganador. Aquí votaron todos los liberacionistas, los miembros de Liberación Nacional, y algunos ciudadanos que, yendo a votar, por el carácter abierto de la Convención, intentaron escoger, de esa terna de candidatos, a quien les parecía mejor en posibilidad de que quedara electo y, eventualmente, también en posibilidad de llegar a ser Presidente de la República en el 2022.

Todos los votos recibidos por los distintos candidatos fueron votos a favor del Partido Liberación Nacional, en esas cinco candidaturas. Esto es lo correcto de interpretar de ese resultado. Eso hace que ya Liberación se vea con una base de inicio para la campaña nacional de casi 400.000 personas que ya manifestaron su intención de darle apoyo a ese Partido, y voto en febrero. Y, de esas personas, entre candidatos a elegir en los distintos puestos que se disputaban, que eran cerca de 20.000 inscritos, y las 18.000 personas que lograron movilizar para apoyar toda la logística de la atención de las mesas electorales, y de la organización de ese día de elecciones, evidencia una clara fortaleza del Partido Liberación Nacional, a menos de 9 meses de la elección nacional, que hasta ahora no tiene ningún otro partido político de los que están preparándose para las elecciones de febrero.

Se equivocan los que segmentan solo los votos recibidos a favor de Figueres para considerar que con el 40% recibidos por él, del total de esos votos, es más fácil derrotarlo. No. Liberación Nacional desde hace muchos años es una máquina electoral, es una organización compacta si no se divide en una Convención como ha sucedido en los últimos procesos electorales, donde fallaron además en sus elementos táctico-estratégicos de la campaña electoral, alrededor de los candidatos que pusieron en el 2014 y en el 2018. El apoyo de Antonio Álvarez a José María Figueres en esta Convención fue decisivo, pero fue lo más inteligente que pudo suceder y que sumó inmediatamente a otros precandidatos que estaban originalmente inscritos. En esta Convención no se dividió el Partido en el desarrollo de la Convención. No tiene por qué dividirse en esta otra etapa electoral, salvo que empiecen a actuar culebras y víboras divisionistas que nunca faltan.

Las lecciones del pasado inmediato han sido bien asimiladas. Figueres, y el grupo que lo ha acompañado en la dirección de la campaña interna, ha sido muy claro, hasta ahora, en ese sentido. Ha actuado con gran sensatez, madurez y visión política frente a sus oponentes, y frente a la unidad del Partido que hay que mantener.

Dentro del figuerismo pueden moverse aguas orientadas a no reconocer la realidad de las fuerzas que resultaron de la Convención, para cualquier negociación interna que haya que hacer, lo que sería un grave error, con ese triunfo en las manos. Del mismo modo los otros candidatos no pueden envalentonarse con sus propios resultados o más allá de ellos.

El arte de la política es la suma, no la resta ni la división de voluntades, de partidarios y de simpatizantes. La elección de febrero va a ser muy compleja y posiblemente tensa contra José María Figueres, porque se le va a percibir como el candidato con más posibilidad de ganar, por lo que algunos partidos equivocadamente mueven sus baterías hacia él y Liberación Nacional, en lugar de mantenerlas contra el Partido Acción Ciudadana como el partido al que hay que derrotar para evitar un tercer gobierno suyo.

Todos los que participaron, como candidatos en la Convención, que no resultaron ganadores tienen más que ganar que perder sumándose a la lucha electoral nacional que viene alrededor del candidato José María Figueres Olsen. Todos tienen la posibilidad de seguir siendo activos militantes y dirigentes de ese Partido, y todos tienen la misma oportunidad de continuar hacia el 2026 en su mismo surco, ya abierto, de aspirantes a la Presidencia de la República, que de mantenerse en esa brega, después de febrero, difícilmente les resulten otros candidatos más fuertes. Son de alguna manera los que representan esos nuevos esfuerzos y candidatos que tienen que irse puliendo más hacia el 2026.

La Política, con P mayúscula, para parafrasear a Claudio Alpízar, ya no permite candidatos improvisados. De alguna manera se impone la formación de liderazgos, de reconocimientos de líderes, que además de sus espacios públicos de participación, deben meterse en los espacios organizativos de sus partidos.

De los otros que participaron en la Convención, Rolando Araya, con un muy buen resultado, de segundo lugar, es el que más ha sabido combinar su presencia pública y su presencia partidaria. Además, por haber sido candidato presidencial oficial de ese Partido, en el 2002, es miembro del Directorio Político, sitio al que regresó hace pocos meses, lo que en ese momento me pareció muy importante para Rolando como para el propio partido.

Los dirigentes políticos nacionales, de un partido político nacional, requieren tener contactos y realizar visitas periódicas a todos los rincones del país, para visitar partidarios, para atender problemas de la organización del partido, más ahora que hay elecciones municipales dos años después de la nacional, y con mayor importancia para Liberación Nacional porque tiene la mayoría de las municipalidades y alcaldías bajo su dominio político.

No conozco cuanta presencia tienen, como partido, con las personas electas en las municipalidades, pero hacia el futuro tienen que fortalecer esa presencia en formación y atención política. Y, especialmente, atender esas alcaldías que dominan en esta etapa que sigue hasta las elecciones de febrero. Figueres tiene esa capacidad de trabajo, de movilizarse, de recorrer el país. Más obligación tiene ahora, sabiendo que ha desatado fuerzas externas a Liberación Nacional que se han movilizado contra él y que trataron de influir en la votación de la Convención.

La Convención abierta que convocó Liberación Nacional tenía esos riesgos. Que se llamara a votar contra Figueres votando por cualquiera de los otros candidatos. Si eso sucedió no dio resultados. Pero, significó también haber hecho a Figueres el más visible, importante e imponente de la Convención. Le dieron más publicidad, sin que hubiera una clara consigna de por qué no votar por él.

Si hubo gente que se movilizó a la Convención a votar por Figueres, y lo hizo, también votaron por Liberación sin prejuicios partidarios, y los coloca en posición de volver a votar por Liberación y por Figueres si su discurso electoral les encanta, les enamora, les da esperanzas. Eso puede suceder porque las campañas electorales tienen mucho de esos cantos de sirena y de flautistas de Hamelin.

Atacar a Figueres por atacarlo, con la vaina vacía, con rumores, sin fundamentos reales, que se hayan plasmado en acusaciones penales o judiciales, en sentencias contra él, algo lo pueden afectar acudiendo al concepto hitleriano de que una mentira dicha mil veces llega a ser verdad. Pero le hará más efecto propagandístico de imagen, por negativa que sea esa campaña, lo que lo va a favorecer. Los que atacan a Figueres pierden tiempo en propagandizar a favor de los candidatos que creen que pueden derrotarlo, que por esos mismos motivos pasan más anodinos, ignorados, desteñidos. Una campaña negativa puede convertirse a favor de quien es víctima de esa campaña. Los que atacan a Figueres no se dan cuenta del propagandón que le hacen, aunque sea hablando mal de él.

La realidad desde el 6 de junio es que José María Figueres, guste o no, es el candidato oficial del Partido Liberación Nacional. Es el candidato que en este momento se visualiza como el mejor aspirante a suceder al Presidente Carlos Alvarado, y su partido, Liberación Nacional, es el que se percibe, en este momento, como el capaz de sustituir en el Gobierno al Partido Acción Ciudadana. Si dentro de Liberación Nacional, en la Convención, se veía como un portaviones, en la campaña nacional, en este momento se ve como el portaviones que ya zarpó hacia su puerto, el 6 de febrero próximo. Por ahora los dos navíos que han anunciado su salida son yatecitos.

La noche del domingo 6 de junio Figueres hizo un discurso, al conocer el resultado de la Convención excelente, bien hecho, inteligente, de gran madurez y profundidad, ecuánime, sin pasiones negativas, ubicado en la Costa Rica que enfrentará de llegar a gobernar, haciendo un llamado a la conciencia de quienes le oían en todo el país de los retos que enfrentamos y de las posibilidades de enfrentarlos con él y su partido. Más parecía un discurso de un estadista que de un simple candidato electoral. Un discurso unitario al interior de su partido, reconociendo y destacando a sus contrincantes de la Convención, tendiéndoles la mano y puentes, reconociendo que antes de ese discurso ya habían hablado con cada uno, quienes le habían reconocido como triunfador, y dispuestos a colaborar como ya habían pactado en la Convención que harían con quien triunfara.

Su discurso pareció el de una toma de posesión de Gobierno, trazando rutas, sueños, esperanzas. Hizo una valoración del país, de sus principales problemas, de la necesidad de acabar con el Gobierno del Partido Acción Ciudadana, para tener un “bien vivir”. Y, señaló que ese “bien vivir” no es maná del cielo, no es producto del azar, que debe ser el resultado del fruto de una visión clara y de trabajo tenaz. Así llamó a trabajar por él y con él por esa nueva Costa Rica, la del Bicentenario, que le tocará administrar si llega a Gobernar. Terminó su discurso con un llamado al “bien vivir”. Dijo:

“Eso es lo que ofrezco queridas amigas y amigos. Forjar una visión compartida de futuro, y unir las mejores mentes y voluntades en torno a un proyecto ambicioso para asegurar la recuperación nacional, con la persona, las familias y la comunidad como protagonistas.

Nuestra misión será contribuir al bien-vivir de las personas en nuestra patria. Trabajar sin descanso para ampliar las capacidades y las alternativas de cada persona, para aspirar a una vida más plena, una vida en equilibrio consigo mismo, los demás y la naturaleza.

El bien-vivir no es una utopía. Es nuestro más sentido anhelo y nuestro firme compromiso con el pueblo de Costa Rica.

Bien-vivir es tener casa digna para la familia, con servicios de calidad, y con internet de banda ancha para conectarse al mundo.

Es tener acceso a una educación que prepara no solo para el trabajo, sino para la vida, facilitando a cada persona alcanzar su máximo potencial. Es comprender los desafíos como parte de la vida, y desarrollar el temple para superarlos.

Bien-vivir es alimentar el espíritu con los frutos de la cultura y las artes, para trascender las necesidades básicas y disfrutar a plenitud de nuestra condición humana.

Es vivir de forma saludable, y con un sistema de seguridad social solidario y eficiente, capaz de velar por nosotros en todas las etapas de nuestras vidas.

Bien-vivir es tener empleo de calidad, bien pagado, con derechos laborales y protección social.

Es vivir sin miedo, vivir sin rejas en la casa. En comunidades seguras, luminosas, y limpias, con árboles y espacios para el deporte y la recreación.

Bien-vivir es ser libres para soñar y emprender, para transformar nuestras ideas en empresas exitosas y sostenibles.

Bien-vivir es también cuidar nuestra parte del planeta, con amor y devoción, como se cuida lo más querido.

Es contar con sistemas modernos e integrados de movilidad, desde ferrocarriles hasta ciclo vías, utilizando solo energías limpias.

Bien-vivir es ser solidario con las personas que más nos necesitan, es involucrarse en la comunidad y sumarse a las causas nobles que procuran el mejoramiento de la colectividad.

Es pagar lo que nos corresponde al Estado, exigiendo a cambio servicios eficientes y de calidad.

Bien-vivir es también actuar con ética, en lo público y lo privado, combatiendo sin reparos la corrupción.

Es respetar todos los derechos de las personas, las creencias y las preferencias de los demás, convencidos que el respeto cambia la vida y que esos derechos son irreversibles.

Bien-vivir es reconocer la invaluable contribución de la mujer al bienestar colectivo y garantizarle las oportunidades y los derechos que merecen.

El bien-vivir es nuestro norte, la estrella que guiará nuestras decisiones y nuestras acciones. Esta es mi promesa solemne al pueblo de Costa Rica esta noche.

Esta será la misión del próximo gobierno de Costa Rica”.

Discurso de José María Figueres Olsen en la Casa Liberacionista el 6 de junio del 2021

Como insumo para el análisis, SURCOS comparte el discurso de José María Figueres Olsen en la Casa Liberacionista al conocerse los resultados de la Convención Nacional del PLN.

Rumbo a la Costa Rica del bien-vivir

6 de junio de 2021

¡Infinitas gracias costarricenses! Por su confianza. Su entusiasmo. Su participación. Gracias por creer en el porvenir de la patria. En los valores democráticos que nos unen. Y los ideales que dan vida al Partido Liberación Nacional.

A los estimables compañeros, Rolando González, Antonio Alvarez, Fernando Zamora y Guillermo Constenla, que se unieron a esta causa, así como a los apreciados Carlos Ricardo Benavides, Claudio Alpízar, Roberto Thompson y Rolando Araya, personas que también aman a Costa Rica, y que participaron conmigo en esta ejemplar gesta cívica, a ellos les manifiesto mi admiración y reconocimiento, por sus ideas y su contribución al engrandecimiento del partido y de la democracia. Los invito a sumar fuerzas, a integrarse de lleno en nuestra campaña por el rescate de Costa Rica, la causa que nos une y nos inspira.

Agradezco de corazón a cada persona que, con desprendimiento y generosidad, trabajó sin descanso en este proceso electoral. Mi honda gratitud al equipo de campaña, y a la dirigencia que trabajó para motivar la participación de la familia liberacionista. Y por supuesto mi agradecimiento especial a cada persona que depositó en este servidor, su confianza para liderar la transformación de Costa Rica.

Reconozco también la valentía de la Asamblea Nacional, del Comité Ejecutivo y del Directorio Político del partido, por su acertada decisión de realizar las elecciones este domingo, siguiendo los más estrictos protocolos sanitarios aprobados por el Ministerio de Salud. Demostraron que el sufragio se puede ejercer en tiempos de pandemia, siempre y cuando se cuide con esmero la salud de las personas. Asimismo, felicito al Tribunal de Elecciones Internas por una excelente jornada electoral.

A mi esposa Cinthya y a su hija Melisa, a mis hijos, José María y Eugenia, a mi nieto José María y hasta a Laica, les debo muchísimo. Su apoyo incondicional y entusiasta en todo el proceso, y su incesante amor que me sustenta, son fuente de fortaleza espiritual, inyección de ánimo y energía ante los avatares de la política.

La elección del 6 de febrero de 2022 no es una elección más. Está en juego algo mucho más grande que la Presidencia de la República. Está en juego el rescate de la patria, la reconstrucción de una sociedad devastada por la pandemia, la improvisación y la falta de rumbo. Vivimos la mayor debacle social y económica de los últimos cuarenta años. Un millón y medio de costarricenses en pobreza, casi un millón trabajando en la informalidad, más de cuatrocientos mil sin empleo, y miles de empresas cerradas. Un Estado quebrado, ineficiente y obstaculizador, a pesar del arduo esfuerzo que realizan la mayoría de los empleados públicos. Un sistema de seguridad social exhausto en lo humano y lo financiero. Una educación en ruinas, con una generación completa de niños y jóvenes que llevan casi cuatro años aprendiendo a medias. Una distribución inaceptable de ingresos, que nos convierte en una de las sociedades más desiguales del mundo, hecho que me duele profundamente. Un país amedrentado por el narcotráfico y el crimen organizado, cuyos tentáculos se mueven libremente por los pasillos del poder. Nos encontramos divididos por nuestras creencias religiosas o nuestras preferencias sexuales, un pueblo menos tolerante y menos comprensivo del prójimo. Esta es dolorosamente la Costa Rica de hoy, una Costa Rica que urge cambiar, que urge curar.

Por eso la elección de febrero de 2022 es trascendental. Tenemos el deber histórico de ofrecer soluciones innovadoras, inclusivas y valientes. Ocupamos al mejor equipo de mujeres y hombres al frente de una cruzada nacional para ganar y transformar. Para ganar la competencia de talento, creatividad e innovación. Para ganar la lucha contra la inequidad, la exclusión y la pobreza. Para ganar la batalla contra el cambio climático. Para transformar el temor en esperanza, el desaliento en optimismo. Para retomar la senda del desarrollo con equidad.

Hay una frase, de Isaac Felipe Azofeifa, que sintetiza magistralmente el momento que vive hoy Costa Rica: “De veras, hijo, ya todas las estrellas han partido. Pero nunca se pone más oscuro que cuando va a amanecer”. De las crisis más profundas, Costa Rica siempre ha sacado fuerzas para dar los saltos más grandes hacia adelante. Nuestra historia así lo confirma. Después de la crisis de los 40 experimentamos treinta años de robusto crecimiento y progreso social, gracias a las valientes reformas de aquella época. Después de la crisis de los 80 fuimos capaces de acelerar reformas para profundizar la inserción de Costa Rica en la economía internacional. De la presente crisis saldremos también fortalecidos.

¿Por qué me siento tan seguro de un futuro muy positivo para Costa Rica? Porque tengo confianza absoluta en las capacidades y el temple de ustedes, compatriotas. Además, porque tengo años de trabajar en el ámbito internacional, estudiando lo que hacen las naciones exitosas y comprendiendo las grandes tendencias imperantes afuera. El mundo está cambiando muy rápidamente. Extraordinarias oportunidades se abren para nuestro país.

La revolución tecnológica, el cambio climático y la transición demográfica, desencadenaron grandes transformaciones en la forma de vivir, consumir y producir. En este nuevo mundo, Costa Rica tiene condiciones excepcionales para ganar. En 200 años de vida independiente, varias generaciones de costarricenses lucharon con determinación por anhelos compartidos: la libertad, la justicia, la solidaridad, la educación, la cultura, el progreso material, la inclusión y la protección de nuestro planeta. Esta vía costarricense al desarrollo nos da una sólida base para construir la plataforma de despegue hacia un futuro mejor.

Sin embargo, el éxito no es producto del azar, es el fruto de una visión clara y del trabajo tenaz. Eso es lo que ofrezco queridas amigas y amigos. Forjar una visión compartida de futuro, y unir las mejores mentes y voluntades en torno a un proyecto ambicioso para asegurar la recuperación nacional, con la persona, las familias y la comunidad como protagonistas. Nuestra misión será contribuir al bien-vivir de las personas en nuestra patria. Trabajar sin descanso para ampliar las capacidades y las alternativas de cada persona, para aspirar a una vida más plena, una vida en equilibrio consigo mismo, los demás y la naturaleza.

El bien-vivir no es una utopía. Es nuestro más sentido anhelo y nuestro firme compromiso con el pueblo de Costa Rica.

Bien-vivir es tener casa digna para la familia, con servicios de calidad, y con internet de banda ancha para conectarse al mundo.

Es tener acceso a una educación que prepara no solo para el trabajo, sino para la vida, facilitando a cada persona alcanzar su máximo potencial. Es comprender los desafíos como parte de la vida, y desarrollar el temple para superarlos.

Bien-vivir es alimentar el espíritu con los frutos de la cultura y las artes, para trascender las necesidades básicas y disfrutar a plenitud de nuestra condición humana.

Es vivir de forma saludable, y con un sistema de seguridad social solidario y eficiente, capaz de velar por nosotros en todas las etapas de nuestras vidas.

Bien-vivir es tener empleo de calidad, bien pagado, con derechos laborales y protección social.

Es vivir sin miedo, vivir sin rejas en la casa. En comunidades seguras, luminosas, y limpias, con árboles y espacios para el deporte y la recreación.

Bien-vivir es ser libres para soñar y emprender, para transformar nuestras ideas en empresas exitosas y sostenibles

Bien-vivir es también cuidar nuestra parte del planeta, con amor y devoción, como se cuida lo más querido.

Es contar con sistemas modernos e integrados de movilidad, desde ferrocarriles hasta ciclo vías, utilizando solo energías limpias.

Bien-vivir es ser solidario con las personas que más nos necesitan, es involucrarse en la comunidad y sumarse a las causas nobles que procuran el mejoramiento de la colectividad.

Es pagar lo que nos corresponde al Estado, exigiendo a cambio servicios eficientes y de calidad.

Bien-vivir es también actuar con ética, en lo público y lo privado, combatiendo sin reparos la corrupción.

Es respetar todos los derechos de las personas, las creencias y las preferencias de los demás, convencidos que el respeto cambia la vida y que esos derechos son irreversibles.

Bien-vivir es reconocer la invaluable contribución de la mujer al bienestar colectivo y garantizarle las oportunidades y los derechos que merecen.

El bien-vivir es nuestro norte, la estrella que guiará nuestras decisiones y nuestras acciones. Esta es mi promesa solemne al pueblo de Costa Rica esta noche.

Esta será la misión del próximo gobierno de Costa Rica.

Documento compartido con SURCOS por Vladimir de la Cruz.

Imagen: https://www.vozyvoto.org

Seminario Virtual: Costa Rica Post Covid ¿Hacia dónde vamos? Una mirada desde algunos actores sociales – ver video

El pasado 2 de junio de 2021 la Escuela de Sociología de la Universidad Nacional, la Facultad de Ciencias Sociales, UNA vinculación, la Vicerrectoría de Extensión y la rectoría de la UNA organizaron el segundo panel del seminario virtual Costa Rica Post Covid ¿Hacia dónde vamos? Una mirada desde algunos actores sociales.

Los efectos originados en la coyuntura del COVID-19 a partir del 2020 son diversos, con seguridad estos persistirán por largo tiempo, tanto en el entorno global como en nuestra sociedad.

Para este análisis se contó con la participación de: Olga Marta Sánchez Oviedo, del Colectivo Mujeres por Costa Rica; Héctor Ferlini Salazar, del Foro Confluencia Solidaria; y de Carlos Campos Rojas, del Movimiento de Ciudadanía que Construye Territorios Seguros. La actividad fue moderada por el sociólogo, comunicador y especialista en Relaciones Internacionales Abelardo Morales Gamboa.

Olga Marta Sánchez Oviedo analizó la actual crisis del COVID, los cambios que han surgido, la presencia de nuevos movimientos sociales y la expresión y presión por parte de la sociedad vulnerable, la desigualdad de género que se evidenció a raíz de la crisis sanitaria y finalizo con la pregunta “¿hacia dónde podemos ir?”. Mencionó que la ruta para salir de la pandemia va a depender de cómo se resuelva la correlación de fuerzas pues hay una tensión entre dos rutas: el modelo de desarrollo humano inclusivo y sostenible, y el modelo conservador regresivo. Finalizó su presentación con una serie de propuestas construidas desde el colectivo Mujeres por Costa Rica.

En su presentación, Héctor Ferlini-Salazar propone hacer la reflexión a la que invita el seminario, pero también hacer una visualización de qué es lo que podemos hacer. Inicia indicando que va a compartir la experiencia que se ha desarrollado en el Foro Confluencia Solidaria, menciona que el Foro ha venido impulsando un proceso de colaboración con personas de las comunidades con temas centrales como el tema del agua, derechos de los pueblos indígenas, el tema de las mujeres, la juventud, democracia participativa, y otros. Procede a compartir algunos conceptos iniciales básicos. También propone que la pregunta debe ser “Hacia donde queremos ir” enfocándose en valores clave. Para avanzar hacia una sociedad orientada por la solidaridad, la equidad, la vida digna sugiere que el concepto eje es formar estrategas en cada comunidad.

Carlos Campos Rojas señala que es un momento critico para el país porque lo que se está jugando es la clase de país que vamos a tener. Indica que hay una situación de mucha confusión por la ausencia de liderazgo que existe actualmente. Menciona que se está afrontando una situación compleja, porque es necesario cuestionar sobre cuál base construimos esa sociedad y cómo avanzaremos como sociedad para salir de lo que ya no es una pandemia sino una sindemia. Con base en la experiencia del movimiento que represente, indica que la formación ciudadana es clave para que, la persona ciudadana, sea partícipe, en calidad de soberano, del gobierno participativo que define el Artículo 9 de la Constitución Política.

Puede ver las exposiciones completas en el siguiente video:

https://youtu.be/fEv6c8c3yx0

Video compartido con SURCOS por Abelardo Morales-Gamboa.