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Etiqueta: químicos

Documental: ¿Veneno en la tierra? Parkinson en agricultores y jardineros

El documental de la cadena alemana Deutsche Welle, expone cómo diferentes trabajadores del sector agrícola podrían padecer la enfermedad de Parkinson debido a la exposición a diferentes productos químicos, pesticidas, herbicidas, entre otros.

Según la información de diferentes especialistas en el documental, el Parkinson es la enfermedad neurológica de mayor crecimiento en los últimos años. 

Uno de los aspectos que señala es que, basados en un estudio de 860 personas, existe una característica común en las personas que desarrollaron la enfermedad: todas laboraban en zonas rurales, principalmente en el Valle Central de California en Estados Unidos, donde se produce la mayor cantidad de hortalizas o vivían cerca de campos donde se aplican determinados productos.

Sin embargo, tendrán que pasar muchos años y todos los efectos que dañen al ser humano para poder determinar una relación entre la enfermedad y los químicos, cómo actúan al entrar en contacto con el agua, así como cuáles son los químicos determinados que causan el padecimiento. Uno de los expertos en agricultura ecológica del documental, detalla que son necesarios 10 años para aprobar el uso de alguno de estos químicos, 20 años su uso y en promedio 10 años de lucha para evidenciar el peligro que representan.

Los efectos de la enfermedad pueden ocasionar demencia, incontinencia, dolores, sueño, entre otros malestares. A pesar de los diferentes casos de desarrollo de la enfermedad en personas expuestas a estos químicos, en países como Estados Unidos, no se considera una enfermedad causada por la profesión. 

En contraparte, Francia es un país que ya establece la relación entre los trabajadores agrícolas, la exposición a químicos y el Parkinson. Inclusive se han hecho estudios en los que se ha encontrado presencia de pesticidas en botellas de vino y en el aire. Esto pone a cuestionar sobre los efectos que pueden causar dosis bajas en un periodo prolongado de exposición en el cuerpo humano. 

A nivel comercial, se dice que actualmente existen mejores medios tecnológicos para pulverizar y evitar la exposición. Algunos de los defensores del uso de estos químicos argumentan en el documental que se debe a que son “baratos y fáciles”, aunque hay otros medios y formas de cultivo que implican más costos que el consumidor debe asumir o muchos productores desaparecerían del mercado. 

Según la Dirección General de Salud y Seguridad Alimentaria de la Comisión Europea, ante los riesgos por el uso de pesticidas se están buscando medidas para retirarlos del mercado. Mientras tanto, siguen más trabajadores agrícolas y especialistas los que ponen sobre la mesa los efectos de estos químicos causantes de  cáncer, trastornos hormonales, Parkinson , entre otros.

La descripción del video relata lo siguiente:

«Me di cuenta cuando estaba podando rosas», dice Ulrich Elixmann. Sus manos simplemente dejaron de funcionar. Se sometió a un examen y el diagnóstico fue devastador: enfermedad de Parkinson. Hoy tiene 60 años, toma 13 pastillas al día, hace gimnasia, terapia ocupacional y logopedia. Espera frenar la progresión de la enfermedad, la rigidez del rostro, la inmovilidad creciente. Pero hay una pregunta que no se le va de la cabeza: ¿Por qué el Parkinson? ¿Por qué él? ¿Y por qué enferman también otros jardineros y agricultores de su círculo de conocidos?

De hecho, el número de personas que padecen Parkinson en todo el mundo se ha duplicado desde la década de 1990. Sólo en Alemania, unas 400.000 personas lo sufren. Investigadores como Bas Bloem, de la Universidad de Radboud, en los Países Bajos, hablan de pandemia: es la enfermedad neurológica que más rápido crece en el mundo, dicen, y está causada principalmente por factores medioambientales. Los países más industrializados se ven especialmente afectados, pues en sus entornos se liberan muchas sustancias químicas diferentes.

Compartimos el video del documental: 

¡No les importa envenenarlos! Con los mal llamados «gasificadores»

Por Freddy Pacheco León

Si un REGLAMENTO no prohíbe la emisión de DIOXINAS Y FURANOS provenientes de plásticos incinerados a temperaturas menores a 800°C, altamente contaminantes con químicos de carácter orgánicos persistentes que provocan cáncer, patologías inmunológicas y endocrinas, diabetes y malformaciones congénitas, las comunidades amenazadas sí pueden hacerlo. El ambiente sano es un derecho constitucional, efectivo, que no se queda en el papel, y que hay que hacer cumplir.

Ha de recordarse que el Convenio de Estocolmo sobre Contaminantes Orgánicos Persistentes (COPs) reúne a más de 150 países en su lucha global contra la contaminación de DIOXINAS Y FURANOS. Por eso, los incineradores convencionales aeróbicos, que actúan como ¡fábricas tóxicas! a partir del muy usado PVC presente en la basura, están prohibidos en países celosos de la salud de sus habitantes, y Costa Rica no debe ser la excepción.

Es preciso aclarar que un incinerador NO es lo mismo que un gasificador; que la diferencia no es solo de nombre. El incinerador puede producir combustión incompleta si se alimenta con materiales densos o de difícil combustión, por lo que producen gases de combustión contaminantes, muy tóxicos para la salud humana.

Un GASIFICADOR, para ser llamado como tal, ha de funcionar en ¡AUSENCIA TOTAL DE OXÍGENO!  Si su combustión es completa hasta liberar CO2 y H2O como productos finales, incluso puede adaptarse para producir gas de síntesis (CO y H2) que se utiliza en el conocido proceso de Fisher-Tropsh para producir combustibles sintéticos. Mientras que LOS INCINERADORES (aunque los presenten engañosamente como «GASIFICADORES») funcionan a temperaturas y calor medios, por lo que, sólo se pueden utilizar turbinas de vapor para generar la electricidad, liberando otros gases nocivos, mientras que, LOS GASIFICADORES sí generan alto calor y temperatura por lo que, pueden utilizarse turbinas de gas (más eficientes) y turbinas de vapor para la generación de energía eléctrica, aumentando considerablemente la eficiencia.

Pues bien, hasta ahora, en Costa Rica ninguna empresa pública o privada ha mostrado la capacidad de proponer proyectos de destrucción de la basura EN AUSENCIA DE OXÍGENO. Aunque algunos están hablando de “gasificadores”, ha quedado en evidencia que se trata de tecnologías altamente contaminantes para la salud humana pues esos incineradores funcionarían en presencia de oxígeno, y por tanto, serían productores de los altamente tóxicos DIOXINAS Y FURANOS.

Sobre esta vital diferencia ha de alertarse a los habitantes que ya se han percatado de la amenaza de construir en sus comunidades, quemadores de basura altamente contaminantes, con el cuento de que se trata de «GASIFICADORES». Más que el agua de su subsuelo, lo que se contaminaría inevitablemente, es el aire que respirarían, incluso a kilómetros de distancia de la plata incineradora. Planta que además, requerirá de un botadero gigantesco de basura, proveniente quién sabe de dónde, que le sirva como combustible.

Recordamos que hace un tiempo, el eterno alcalde de San José, convenció a un grupo de alcaldes reunidos en una federación, de propiciar la construcción de INCINERADORES de basura en sus cantones. Así lo propuso también en su programa electoral de gobierno, cuando fue candidato presidencial (en la campaña en que salió corriendo). O sea, la idea no es nueva ni inocente. Ya fue rechazada por los mismos gobiernos locales que en principio se interesaron, por lo que, sea en Dota o en otras comunidades, es el pueblo, los hijos del cantón, los que tienen la palabra y las armas cívicas capaces de luchar por la salud de sus seres queridos.