Sin historia no hay memoria
Carlos Meneses Reyes
Hace 70 años, el 30 de abril de 1945, entró el Ejército Rojo soviético y la bandera de la hoz y el martilló flameó en Berlín, en el cuartel general del reich.
Para los demócratas y patriotas del mundo está fecha no podrá ser olvidada.
Hoy la mediática neoliberal habla del día D y el desembarco a Normandía, como el fin de la II Guerra Mundial. Como siempre, la verdad tergiversada. El llamado frente oriental fue el Warteloo de Hitler. Su ejército invasor de un millón de soldados sucumbió y fue aniquilado, derrotado y apresado en Rusia y desde allí diezmado hasta llegar a Alemania y su corazón: Berlín. Veinticinco millones de rusas y rusos sucumbieron, en el sitio de ciudades. Se conoce como La Gran Guerra Patria, en las que más de un millón de soldados rojos, incluidos veinticinco generales, ofrendaron sus vidas como héroes.
En el plano político-militar, la Gran Guerra Patria impulsó la dinámica de los Frentes Populares por la liberación nacional de los pueblos oprimidos.
Aspectos como los cientos de miles de equipos, armas, maquinarias, tanques, aviones, tecnología, y recursos naturales consumidos, asoman lo dantesco de la guerra. Igualmente, avalan, que una economía planificada y centralizada, lograra la permanencia y la refundición de la prosperidad del pueblo soviético, de post- guerra.
Aprendamos del pasado. Sin pasado no hay historia y sin historia no hay memoria. Sin memoria estamos condenados a repetirlo.
La situación actual de Colombia amerita no dejar pasar el momento histórico que se transita. Las voces quejas y oídos sordos de los guerreristas y militaristas, no les deja ver el cambiante escenario de cruenta lucha de clases del campo trasladada a las grandes ciudades. Si una insurgencia rural no fue derrotada, pese al uso y aplicación de la alta tecnología represiva; apocalíptica imaginar lo de una insurgencia urbana.
Enviado a SURCOS Digital por el autor.
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