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Etiqueta: Revolución Cubana

Vigencia de la revolución cubana

Dr. Arnoldo Mora Rodríguez. Filósofo, exministro de Cultura, Juventud y Deportes

Hablar desde una nueva época de lo que fue y ha significado la época anterior, es algo más que un ejercicio, no sólo de la memoria, sino, ante todo, de un compromiso del presente a fin de construir y avizorar el futuro; ya que la memoria es también una especie de tribunal que nos permite juzgar y sopesar el valor y sentido, la vigencia y presencia en el presente de los hechos más significativos y relevantes del pasado. Por eso, al echar un vistazo a lo que ha sido y significado para nuestros pueblos el siglo anterior, no podemos sino destacar lo que llamó la vigencia y la presencia de la mayor de las revoluciones que han realizado los pueblos de la periferia imperial en ese tiempo. Es allí donde destaca la Revolución Cubana; si ha habido en el siglo XX un acontecimiento que marcará para siempre la historia de nuestros pueblos y, más aún, la historia de la humanidad, ese acontecimiento es la Revolución que realizó el pueblo de Martí y Maceo y que encabezó Fidel Castro.

Un acontecimiento no es sólo un hecho, es decir, una acción realizada por seres humanos, en este caso no sólo por individuos, sino, sobre todo, por un pueblo entero; un evento que marca la historia y señala los rumbos de su destino, es un evento cuyo valor se mide por su vigencia, porque no nos deja indiferentes como si fuera un hecho lejano en el espacio y el tiempo; hoy el tiempo y el espacio se han reducido, gracias a los sorprendentes avances de la revolución científica y tecnológica en el campo de la comunicación; lo cual acrecienta la importancia y vigencia de determinados hechos que se convierten, por ello mismo, en una especie de patrimonio familiar para multitudes de gentes en todos los rincones del planeta. Porque hay hechos de hechos; los que siguen vigentes son aquellos que forman parte de nuestros valores más fundamentales que rigen nuestras vidas; son como el aire que respiramos, como el palpitar de nuestros corazones y la justificación de nuestras más caras convicciones; nos sentimos identificados con ellos por lo que representan de sentido en nuestras vidas individuales y en las de los pueblos dondequiera que radiquen geográficamente y cualquiera que sea su cultura y su régimen político y su modo de vida. La Revolución Cubana se hizo con el fin específico de derrotar a la más sangrienta tiranía que surgió en ese heroico pueblo en cuyo seno se vio nacer a José Martí y a Fidel Castro; pero muy pronto trascendió esa dimensión, se declaró latinoamericanista y fiel a los ideales de sus próceres, en concreto, de Martí, quien vio en la independencia de Cuba del yugo colonial español el primer paso para lograr su segunda y plena independencia, aquella que rompiera las cadenas que la subyugaba al imperio yanqui.

El primero de enero de 1959 se inició esa gesta. Se dio en plena Guerra Fría; se dio a tan sólo 150 millas de la metrópoli imperial; se dio en una isla situada en una de las zonas geopolíticas tradicionalmente más calientes del planeta; se dio en la mayor de las Antillas, dominada por el capital norteamericano y por las mafias de ese país; se dio en las fronteras del mayor imperio de la historia, el último imperio de Occidente. La Revolución Cubana derrotó a la dictadura del Sargento Fulgencio Batista impuesto por la embajada yanqui; la primera derrota de la doctrina Monroe, por la que se rigen hasta hoy las líneas estratégicas de la política imperial en todo el Continente, especialmente en su entorno caribeño, al que considera su traspatio; en el caso de Cuba, la humillación era aún mayor porque se regía por la tristemente célebre “Enmienda Pratt”, que hacía de Cuba una colonia. La importancia de esa política se mide por el hecho de la ubicación geopolítica de Cuba. El Caribe es para Nuestra América lo que el Mar Mediterráneo es para Europa, el Norte de África y el Medio Oriente; quien es dueño o controla esos mares es dueño de su entorno; quien es dueño del Mediterráneo es dueño de Europa entera; quien es dueño del Mar Caribe es dueño de todo el continente americano; porque el control de los mares es clave para medir el poderío de un imperio; en tierra firme se extrae la materia prima que suministra la parte material de la riqueza, que se mide por lo que Marx llamaba “su valor de uso”, es decir           que responde a las necesidades propias de un ser viviente; pero al ser metidas en una embarcación, esas materias primas se convierten en mercancías, es decir, son parte del comercio mundial porque su valor se rige por la ley del mercado, a saber, por la oferta y la demanda, esto es, por el valor de cambio; de ahí que, quien no controla las vías de comercio mundial no es dueño de la economía mundial. Actualmente el 80% de la economía mundial navega en los dos océanos más importantes del mundo: el Atlántico y el Pacífico; el Océano Atlántico, desde los viajes de Colón hasta la década de los 80s.del siglo pasado, fue el Océano más importante desde este punto de vista, pero desde la década de los 80s.es el Océano Pacífico el más importante, debido primero al auge económico del Japón y de la Costa del Pacífico norteamericano, pero ahora es la China, gracias al auge incontenible de su economía, que la ha convertido en la primera potencia comercial del mundo; eso explica por qué el Canal de Panamá es considerado la vía interoceánica más importante para el comercio mundial. Por otro lado, el Mar Caribe, dada su situación geográfica, une a las dos grandes moles continentales que componen la geografía del Nuevo Mundo.

 El mercado capitalista se rige por las bolsas de valores, la más importante de las cuales es la de Nueva York, el conocido Wall Street; allí se negocia, en la llamada “economía de casino”, el 80% de las materias primas (comodities) del mundo; 31% de esas materias primas provienen de América Latina; de ahí que, controlar el Mar Caribe es de capital importancia para el capitalismo en su actual y última fase imperial, como lo calificaba Lenin, y cuya sede mayor está en los Estados Unidos; todo lo cual explica por qué en un país con costas en el Mar Caribe, como es Honduras, históricamente considerado como “la banana republic” por excelencia, está ubicada la base militar más grande del imperio fuera del territorio norteamericano, como es Palmerola; en realidad, se trata de dos bases, una dirigida contra Cuba y la otra cuyo objetivo es proteger el Canal de Panamá. Ha sido en el Mar Caribe en donde se ha iniciado en la historia la inserción de los pueblos de Nuestra América en el mundo occidental; Colón no salió de sus aguas, ni siquiera sospechó que estaba frente a un continente, siempre creyó que estaba en islas, vivió enamorado de la belleza del paisaje que contemplaban sus extasiados ojos, hasta el punto de que, en su segundo viaje, uno de los frailes que lo acompañaba, las consideró como el Edén de que hablan las primeras páginas de la Biblia; fue en tierras caribeñas, concretamente en Haití (1805) donde se inició la lucha emancipadora de nuestros pueblos; en 1815 Bolívar partió de Jamaica en campaña por la guerra de independencia en tierra firme; allí escribió su célebre carta, verdadera filosofía de la historia de nuestros pueblos; la primera gran revolución del siglo XX, la de Villa y Zapata, tuvo lugar en un país con amplias costas en el Caribe; pero será en la segunda mitad del siglo XX donde se dará la más importante revolución de los pueblos de Nuestra América en ese siglo, la revolución de Fidel y el Che; desde entonces, el eco de la Revolución Cubana se ha extendido al planeta entero, como lo reconoce Nelson Mandela cuando le dijo a Fidel que él – Fidel – era “el Bolívar del África Subsahariana”; la derrota de Sudáfrica racista significó para esos pueblos lo que la derrota del imperio en Playa Girón ha sido para los pueblos de Nuestra América. Desde entonces, ningún cambio transformador, en diversos niveles y diversas circunstancias y lugares geográficos, se ha dado donde no esté la impronta de la Revolución Cubana, donde el ímpetu libertario de nuestros pueblos no haya sido impulsado por el ejemplo de la Cuba Revolucionaria; el grito de rebeldía lanzado por un puñado de héroes en la Sierra Maestra resonó como un canto y un himno a la liberación y soberanía entonado en muchos rincones de nuestra geografía; más aún, el mensaje de los líderes de la Revolución Cubana ha sido escuchado por doquier y ha servido de inspiración a hombres y mujeres del mundo entero.

Pero la Revolución Cubana ha sido también y, en no menor medida, ejemplo de solidaridad humanitaria y humanista; sin medir distancias, ni geográficas, ideológicas o culturales de ninguna especie, Cuba no ha trasegado drogas, ni provocado invasiones militares, sino enviado legiones de médicos y maestros, científicos y artistas, a pesar del mayor y más cruel bloqueo, verdadero estado de sitio, a que el imperio ha sometido, violando todo el orden legal, a este heroico pueblo, a pesar del estrangulamiento de su economía; pero esto no ha impedido tener el mejor sistema de salud y de educación para todo el pueblo, unido a un admirable desarrollo científico, Io cual, insisto, nunca ha impedido desarrollar una política de solidaridad con todos los pueblos que lo solicitan, no interviene en la política interna ni buscando prebendas comerciales; esa política materializa los ideales de una revolución que desde sus orígenes, se ha inspirado en los más puros y auténticos ideales humanistas y humanitarios, ejemplo en nuestro tiempo; de ahí el odio del imperio y sus plumíferos; porque Cuba enseña, predica con su ejemplo, con su heroico desafío al imperio, demostrando que los designios imperiales no son un destino manifiesto sino la expresión de una voraz voluntad imperial que los pueblos están derrotando con sus luchas patrióticas y justicieras. La Revolución Cubana tiene hoy más vigencia que nunca; su mensaje de liberación, grito de rebeldía frente a la opresión imperial y frente a la explotación del capitalismo salvaje es escuchado donde quiera haya un hombre o una mujer cuyo corazón palpite en busca de una mayor y más plena dignidad humana. Cuba, hoy como en 1959, sigue siendo un faro que ilumina con rayos de esperanza y dignidad a todos los pueblos, incluso a los que viven al interior de regímenes imperiales y viven en carne propia su crisis terminal. Por eso la vigencia de la Revolución Cubana está ahora más viva que nunca.

Ni Revoluciones de Colores, Ni Golpes Blandos en Cuba

Lic. José A. Amesty R.v

Oficialmente la desestabilización contra Cuba, por parte de EEUU, inicia el 3 de febrero de 1962, mediante la orden ejecutiva No. 3447, impuesta por el presidente John F. Kennedy. Pero ya desde 1959, el gobierno de Eisenhower, ya había tomado medidas para restringir el comercio entre USA y Cuba, afectando las finanzas de ésta última.

Ya conocemos, que este asedio se ha materializado afectando la vida diaria de Cuba: cortes de electricidad en las principales ciudades del país y en los horarios de mayor demanda, escasez de alimentos, afectación al transporte público a trabajadores y sociedad en general, entre otras calamidades, que en general, son agresiones políticas, económicas, financieras, comerciales, tecnológicas, entre muchas otras. Un embargo total a Cuba.

Por supuesto, la injerencia ha afectado al sector de las comunicaciones y la informática, incluidas las telecomunicaciones. Esta política aberrante gringa constituye el principal impedimento al flujo de información, y al más amplio acceso a Internet y a las tecnologías de la información por parte de los cubanos, al dificultar y encarecer la conectividad en el país, condicionar el acceso a las plataformas y tecnologías, y utilizar el ciberespacio para subvertir el sistema político y jurídico cubano.

Los daños económicos ocasionados al sistema de las comunicaciones, durante el período de abril de 2018 a marzo de 2019 se estiman en más de 55 millones de dólares. La Empresa de Telecomunicaciones de Cuba S.A. (ETECSA) continúa siendo la entidad con mayor afectación, registrando aproximadamente el 98% del monto total de los perjuicios.

Uno de los principales brazos interventores en Cuba heroica, ha sido la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional USAID, quien con el tiempo ha cambiado su papel de “asistencia económica”, a vulgar ladrona de cientos de millones de dólares, o desviados de ruta para: preparación de agentes locales, compra de supuestos periodistas y otros profesionales, subvención de grupos mercenarios, envío de propaganda ilícita, para cambiar mentes y poder financiar a los opositores al gobierno cubano, pasando por trabajo político encubierto. Y por supuesto, seguir apoyando el bloqueo económico contra la isla heroica.

Estemos atentos al cambiante mundo de la USAID, CIA, entre otras, que cambian cual camaleón, para enmascarar sus propósitos expresos de USA, quien los financia y no le importa sus métodos, para hacer colapsar la Revolución en Cuba. El enemigo no descansa, tampoco nosotros debemos descansar, para consolidar un mundo más justo y fraterno.

No es de extrañar, el papel de estos brazos gringos en la isla, en los últimos días, con la farsa de San Isidro.

Ya que sabemos que, el Buró del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado norteamericano, lanzó una convocatoria, para que las organizaciones dedicadas al negocio de promover la subversión en Cuba, presenten propuestas para crear una nueva generación de líderes independientes cubanos, llamado “líderes emergentes cubanos”, que tengan la capacidad de trabajar para transformar la sociedad cubana, desde adentro, promoviendo un desmontaje de los principios, valores y prácticas socialistas.

Este proyecto subversivo ya está en pleno desarrollo, las organizaciones que fueron beneficiadas con el presupuesto, ya están desplegando sus recursos para cautivar, engañar y manipular a determinados jóvenes cubanos que, en términos prácticos, le ofrecerán ser mercenarios al servicio de una potencia extranjera.

Fácilmente, la creación de grupos de este tipo, es factible de controlar, ya que normalmente caen en una especie de club único, proclive a autoproclamarse como los preferidos para tal fin, creen que son los “elegidos” y cometen errores de autosuficiencia.

No obstante, debemos dejar claro que la Injerencia, es la intervención en un Estado Soberano, por uno o varios Estados u organizaciones internacionales, mediante la fuerza armada u otras medidas, y sin su consentimiento. Algunos sinónimos son introducir, entrometerse o inmiscuirse, violación, intervención, invasión, derrocamiento, otros.

El sentido de esta definición, siempre tiene una carga violenta, de destrucción, nunca de ayuda. Y esta ha sido la historia de los Estados Unidos de Norteamérica en América Latina, el mundo y por supuesto en Cuba.

La larga lucha que la sociedad cubana ha sufrido y resistido, durante los últimos sesenta años de Revolución Cubana, donde se promueve un sistema de valores como la solidaridad, la igualdad, la equidad y el bienestar común, ha sido un largo proceso de aprendizaje, costoso y muy traumante para el pueblo cubano.

Esta resistencia, que se ha adquirido con formación e ideología, se ha traducido en Resiliencia, que es la “capacidad que tiene una persona o un grupo de recuperarse frente a la adversidad para seguir proyectando el futuro”. Así mismo, “en ocasiones, las circunstancias difíciles o los traumas permiten desarrollar recursos que se encontraban latentes y que el individuo desconocía hasta el momento”.

El concepto ha evolucionado, superando la concepción individualista, para transformarla en una actitud comunitaria, cultural, y como la capacidad de tener éxito de modo aceptable para la sociedad, a pesar de los graves riesgos.

Estamos hablando entonces, en estos últimos días en Cuba solidaria, de una desestabilización multifacética del imperialismo, traducida entre otras armas, de una ciberguerra, concepto tan crucial que el Pentágono le dedica un comando especializado, así como los tiene para áreas geográficas. Y estamos hablando de una inversión multimillonaria, en la creación de numerosos medios e influencers digitales, con sus ejércitos de bots (es un software que sirve para comunicarse con el usuario, imitando un comportamiento humano, aunque a veces sea el de un humano de pocas palabras), que trasmiten contra la isla desde Estados Unidos.

En este sentido, el escritor cubano Abel Prieto, afirma que la mayoría de los que llegaron ante el Ministerio de Cultura Cubano, desde San Isidro, fueron impulsados a hacerlo por el ambiente creado en las redes. Este es el espacio virtual, utilizado ahora por USA, para subvertir el orden cubano, desestabilizando la armonía del país.

En general, y atendiendo al título de este breve artículo, las llamadas revoluciones de color, entran dentro de las estrategias de intervención silenciosa, que Estados Unidos, utiliza para derrocar a Gobiernos, que no comparten la visión estadounidense sobre la organización económica, política y militar de las naciones.

Así mismo, se denomina golpe de Estado blando, golpe suave, golpe encubierto o golpe no tradicional, al uso de un conjunto de técnicas no frontales y principalmente no violentas de carácter conspirativo, con el fin de desestabilizar a un gobierno y causar su caída, sin que parezca que ha sido consecuencia de la acción de otro poder.

La expresión ha sido atribuida al politólogo estadounidense Gene Sharp,​ quien, según Thierry Meyssan (periodista y activista político francés, autor de investigaciones sobre la extrema derecha), “recibió el encargo de la CIA para conducir la aplicación práctica de su investigación teórica en China”, en 1989,​ y trabajó para Israel para “crear programas de entrenamiento para jóvenes activistas con el objetivo de organizar golpes”.​ En algunas ocasiones, el golpe de Estado blando, se relaciona con el llamado lawfare (guerra jurídica o guerra judicial), cuando la desestabilización o derrocamiento del gobierno se realiza mediante mecanismos aparentemente legales.

El autor Sharp, del ensayo titulado “De la dictadura a la democracia”, describe 198 métodos para derrocar gobiernos mediante “golpes suaves”, considera que la estrategia se puede ejecutar en cinco pasos:

  • La primera etapa es promover acciones no violentas para generar y promocionar un clima de malestar en la sociedad, destacando entre ellas denuncias de corrupción, promoción de intrigas o divulgación de falsos rumores.
  • La segunda etapa consiste en desarrollar intensas campañas en “defensa de la libertad de prensa y de los derechos humanos”, acompañadas de acusaciones de totalitarismo contra el gobierno en el poder.
  • La tercera etapa se centra en la lucha activa por reivindicaciones políticas y sociales y en la manipulación del colectivo para que emprenda manifestaciones y protestas violentas, amenazando las instituciones.
  • La cuarta etapa pasa por ejecutar operaciones de guerra psicológica y desestabilización del gobierno, creando un clima de «ingobernabilidad».
  • La quinta y última etapa tiene por objeto, forzar la renuncia del presidente de turno, mediante revueltas callejeras para controlar las instituciones, mientras se mantiene la presión en la calle. Paralelamente, se prepara el terreno para una intervención militar, mientras se desarrolla una guerra civil prolongada y se logra el aislamiento internacional del país.

Las primeras tres etapas, se ensayaron en San Isidro, y se han seguido experimentando posterior a la puesta en escena san isidrina, atentos y alertas.

En conclusión, la mejor defensa de la Revolución Cubana, sigue siendo la ofensiva audaz, creativa, oportuna y pertinente.