Contexto histórico: revoluciones hispanoamericanas por la independencia: 1821-2022

Imagen tomada de Wikipedia

Por Trino Barrantes Araya
Correo-e:
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Partido Vanguardia Popular – Costa Rica
Fundado: 16 de junio de 1931

El núcleo básico de contradicciones, los aspectos tempo/espaciales que dan lugar a los procesos independentistas de las provincias del Istmo Centroamericano, comparten situaciones endógenas (internas) y exógenas (externas) muy parecidas para cada una de estas formaciones económico-sociales.

La crisis política/económica que vive Europa, la revolución independentista, las ideas de la ilustración, la revolución industrial y, a lo interno de nuestro continente, la afirmación de la nación y el surgimiento de los estados, formaran así, los elementos que tuvieron lugar en la construcción de Centro América.

En nuestro país, el proceso en la definición de la Tercera Independencia ha sido constante. El 29 de octubre de 1821, se firmó el Acta de Independencia. Treinta y cinco años después el General José María Cañas, José Joaquín Mora y Juanito Mora Porras, afirmaban la segunda independencia, infringiendo una gran derrota al imperialismo yankee que, bajo los designios de la Doctrina Monroe y el Destino Manifiesto querían hacer de nuestros territorios, colonias esclavistas adheridas al proyecto expansionista e imperialista de los Estados Unidos.

Pero seamos claros, el marco de desarrollo que culmine con una gran lucha por la liberación nacional nos sitúa en la hoja de ruta por la Tercera Independencia. El debilitamiento monárquico, la ilustración, las grandes revoluciones, la de las Trece Colonias y la Revolución Francesa, amén de la invasión napoleónica a España, definitivamente maduraron las condiciones y dieron lugar a que la chispa independentista, encendiera la pradera de América Latina-.

Dos grandes ejes se toman la agenda de nuestro continente. La revolución industrial y la ampliación de nuevos mercados, les ofrecía a nuestros países una dinámica muy importante; en segundo lugar, el reemplazo del poder monárquico, por una nueva correlación de fuerzas, abría una amplia alameda a la libertad, la soberanía y la independencia.

Obviamente que, la ideología liberal que impregna el ideario de estas revoluciones hispanoamericanas de independencia pone a las nuevas clases dominantes a la puerta para el desarrollo de un comercio de libre mercado. Pero a la vez, este elemento fijó también el mecanismo de las grandes asimetrías entre la periferia y las colonias recién liberadas del yugo español.

Estos 201 años de lucha constante de los pueblos latinoamericanos, por alcanzar la última y definitiva independencia, son hoy más que una urgencia. Hace solamente un año, con toda la parafernalia de los Estados neoliberales en nuestro continente, se festejó el bicentenario de la independencia de España, de México. Fiestas que se desarrollaron en el marco de una profunda crisis sistémica del capitalismo a nivel mundial, que demuestran el fracaso de las políticas neoliberales.

Ese proceso de lucha, por la tercera independencia, que señalamos en el párrafo anterior, puede graficarse en grandes acontecimientos contemporáneos: El triunfo de la revolución cubana en 1959; la derrota a la dictadura de Somoza a través del triunfo de la revolución sandinista de Nicaragua, en 1979. Los grandes triunfos de procesos alternativos con la revolución bolivariana de Venezuela, en 1999. Afirmación de Estados plurinacionales con el triunfo de Bolivia, 2006. Otros grandes saltos de calidad histórica, también los vivimos hoy con el ascenso de, Andrés Manuel López Obrador en México, Gabriel Boric en Chile y recientemente el Triunfo del Pacto Histórico, con Gustavo Petro y Francia Márquez en Colombia. El caso de Perú con Pedro Castillo también debe sumarse a esta nueva oleada de afirmaciones de los proyectos alternativos y contestatarios.

Las revoluciones de independencia en nuestro continente, en nuestro país, no pueden ser explicadas sin tener a la base el papel fundamental que jugaron las mujeres en la resistencia histórica y la construcción de la matrias latinoamericanas. No son pues, 201 años de independencia, son 530 años de resistencia.

“… Los iroqueses, los guaraníes y otros indios de las Américas elegían a sus jefes en asambleas, donde las mujeres participaban a la par de los hombres, y los destituían si se volvían mandones…”, (citado en Las venas abiertas y sus banderas: El tigre azul y nuestra tierra prometida, Galeano,2001:90).

¡¡¡ Juanito Mora, José Joaquín Mora y José María Cañas viven, la lucha por nuestra tercera independencia sigue!!!