La delegación conformada por profesores y estudiantes de la UCR fue el representante de Costa Rica en la Escuela Temática Internacional 2024. Foto: Juan José Alvarado. UCR.
Un grupo conformado por cuatro docentes y dos alumnos asistió a una de las actividades científicas organizadas por la Universidad Côte d’Azur.
Una comunidad educativa universitaria formó parte de la Escuela Temática Internacional (ETI) “Las sociedades ante las vulnerabilidades medioambientales” coordinada por la Universidad Côte d’Azur del 8 al 12 de enero.
El objetivo principal de la ETI 2024 fue reforzar las reflexiones individuales y colectivas de investigadores, doctorandos y estudiantes de distintos países y disciplinas de las ciencias humanas y sociales, con el propósito de ayudar a jóvenes investigadores a progresar en la formulación, el posicionamiento científico y la aplicación práctica de su propio proyecto de investigación.
Parte de esta iniciativa era relacionar la vulnerabilidad ambiental con diferentes ramas disciplinarias, tales como: la antropología, psicología, geografía, salud social, historia ambiental, filosofía, entre otros.
La Universidad de Costa Rica (UCR) y la Universidad Côte d’Azur, ubicada en Niza, Francia, mantienen una relación de cooperación desde el 2022. En este mismo año, un grupo de la UCR tuvo la oportunidad de participar por primera vez en la ETI, lastimosamente en esa ocasión, los investigadores no pudieron acudir debido a la pandemia e hicieron sus presentaciones de manera virtual.
Por parte de la UCR asistieron cuatro profesores, entre ellos: el Dr. Antony Goebel Mcdermott, Dr. Mauricio Mora Fernández, Dr. Adolfo Quesada Román y Dr. Juan José Alvarado Barrientos; dos estudiantes: Silvia Guzmán y Jasón Borbón del posgrado profesional en Gestión de Riesgo de la Escuela de Geología.
En total participaron 11 docentes y 16 alumnos de maestría, doctorado y posdoctorado de Costa Rica, Italia, México y Francia.
El Dr. Alvarado, de la Escuela de Biología, destaca la oportunidad de compartir con profesionales de otros países:
“Estas experiencias son muy buenas, escuchar colegas con diferentes experiencias y cómo abordan sus temas. Esta actividad tenía un enfoque trans y multidisciplinario, nos salimos totalmente de nuestra zona de confort”.
En la ETI 2024 se le brindó a los participantes herramientas conceptuales y metodológicas que les ayudarán a construir sus propios objetos de investigación y a elaborar métodos más adecuados de manera reflexiva y crítica. También durante la semana, los profesores y estudiantes fueron parte de sesiones temáticas, talleres, conferencias y debates.
Los docentes de la UCR dieron una charla sobre vulnerabilidad focalizada en su área, mientras que los alumnos de maestría presentaron sus proyectos o anteproyectos de tesis ante las demás personas. Finalizado cada coloquio, los profesionales se encargaban de aportar retroalimentación, ideas de investigación y perspectivas desde otras disciplinas.
Del lunes 8 al jueves 11 de enero se realizaron las respectivas exposiciones, mientras que el viernes 12 las personas hicieron trabajo independiente y recibieron comentarios por parte de los profesores. Jasón Borbón (izq.), Silvia Guzmán (centro) y Adolfo Quesada Román (der.). Foto: Juan José Alvarado. UCR.
También, el biólogo resaltó el trabajo hecho por los estudiantes:
“Este año el nivel que demostramos fue más elevado que en el 2022, los muchachos presentaron sus proyectos, liberaron dudas y se mantuvo una discusión para darles nuevas ideas. Las charlas y preguntas fueron en francés, inglés y español, el idioma no fue una barrera para nosotros”.
El Dr. Alvarado espera que en un futuro estos cursos se puedan realizar en la UCR y se cuente con la participación de las instituciones involucradas. Además, hace hincapié en que se repliquen las escuelas temáticas en nuestro país, con la finalidad de unir otras disciplinas y buscar soluciones en conjunto.
Fabricio Rosales López Asistente de comunicación en la sección de prensa, UCR
Nos enteramos, mediante la prensa, que el pasado 30 de mayo el Dr. Marino Protti, funcionario del OVSICORI-UNA, afirmó ante el Consejo de Gobierno y en presencia del presidente de la República, que se acerca la fecha de un sismo (magnitud 7,2 a 7,4) en la región sur de Costa Rica. Por el momento no es posible, para nosotros, validar o discutir tal hipótesis pues desconocemos el contenido de su presentación, aunque hemos leído algunas de sus publicaciones científicas y reseñas de sus numerosas apariciones frente a la prensa. No nos queda claro si ha sido aplicada una metodología específica de prognosis, anticipación, predicción o pronóstico para establecer y divulgar la proximidad temporal y la magnitud del evento en cuestión. Conviene recordar que, de acuerdo con el Consejo Nacional para la Evaluación de las Predicciones de Terremotos en los Estrados Unidos (NEPEC, por sus siglas en inglés), una predicción será considerada como seria, responsable y científicamente respaldada si cumple, con exactitud y transparencia:
Tiempo: fecha, hora.
Localización: coordenadas del epicentro y profundidad focal.
Magnitud, intensidad, mecanismo focal.
Grado de confianza: cuantificación probabilística de la incertidumbre, error estándar de los cálculos.
Consideración de la probabilidad de que el evento suceda, más bien, como producto de un proceso aleatorio y desconocido, sin relación con la predicción.
Publicación ex–ante y ex–post de la predicción: tanto el éxito como el fracaso de los cálculos, deben tener el mismo grado de visibilidad.
Refrendo de la repetitividad de los aciertos y/o fracasos del modelo empleado.
Revisión por pares independientes, sin identificar, de los datos, información, cálculos y resultados.
Sabemos que el Dr. Protti ha hecho investigaciones, en ese campo, desde hace cierto tiempo (observaciones instrumentales, recuentos históricos, mediciones geodésicas de las deformaciones corticales mediante GPS, imágenes satelitales, cálculos probabilísticos) pero hasta el momento, no disponemos de evidencias de que haya cumplido con lo recomendado por NEPEC en todos sus alcances; por ello, nos referiremos a su labor investigativa y divulgativa como “pronóstico”. Tampoco conocemos los detalles de los modelos reológicos y tensoriales de la relación esfuerzo-deformación y ruptura aplicados, aunque sabemos que se fundamentan en la interpretación de secuencias, períodos “silenciosos” (“brecha sísmica”) y otros elementos adicionales.
Debe mencionarse que no hay evidencias claras y contundentes de aciertos en predicciones y pronósticos sismológicos en Costa Rica ni en el resto del mundo, al menos más allá las dudas razonables. Los pronósticos sísmicos siguen siendo controversiales, sobre todo en casos como el nuestro, con observaciones históricas de no más de tres siglos, e instrumentales de apenas cincuenta años. Las tasas de excedencia de la probabilidad de que suceda un sismo grande y el cálculo robusto de su período de recurrencia (según el Dr. Protti, Tr ≈ 40 años, lo cual se conocía desde 1986) poseen niveles de incertidumbre muy elevados. Recuérdese que la Dra. Karen McNally y el OVSICORI-UNA anunciaron, desde mediados de la década de 1980, que sucedería un sismo de gran magnitud en la península de Nicoya entre 1993 y 1995. El sismo no sucedió y el aviso fue renovado repetidamente ante la prensa entre 1993 y 2009, indicando que sucedería entre tres y nueve años después de cada anuncio. Como es bien sabido, entre esas fechas hubo sismos y enjambres importantes en prácticamente todo el territorio nacional, excepto en la península de Nicoya, en donde habría que esperar hasta setiembre de 2012 para que finalmente sucediera el evento esperado, casi tres décadas después. Durante ese período, el pronóstico repetitivo, reproducido por los medios de comunicación, trajo consecuencias importantes para la economía local (desaceleración de inversiones y turismo, depreciación de terrenos, pesca), además de sicosis pre-sísmica casi permanente.
El riesgo, la amenaza y la vulnerabilidad
Ahora conviene enfatizar y tomar ventaja de los aspectos y avances del conocimiento de la amenaza sísmica y del riesgo que representan para Costa Rica, a partir del hecho de que periódicamente se materializan y producen efectos, impactos, daños y pérdidas considerables que desaceleran nuestro desarrollo sostenible.
Costa Rica se encuentra dentro de una de las regiones tectónicamente más activas y complejas del mundo, bajo influencia directa e indirecta de al menos seis placas tectónicas. Varias investigaciones recientes demuestran que aún no terminamos de comprender los procesos geotectónicos y sismogénicos regionales y locales. La actividad sísmica frecuente, recurrente e intensa, desde hace varias decenas de millones de años, en prácticamente todo el territorio nacional, no se detendrá en el futuro cercano. Considerando el tamaño y complejidad geológica de nuestro país, un sismo de magnitud elevada se puede producir prácticamente en cualquier momento y lugar y con capacidad para generar impactos aún a distancias considerables. Pero no debe olvidarse que nuestro país también está expuesto a una gran diversidad de otras amenazas naturales (ciclones tropicales, inundaciones, sequías, volcanismo, deslizamientos, erosión intensa de suelos) y antropogénicas (pandemias, ciberataques, accidentes mortales de tránsito, narcoviolencia, contaminación ambiental) que también causan daños sociales, económicos, ambientales y culturales que merecen ser anticipados y atendidos con prioridad.
La peligrosidad (amenaza) y el riesgo, derivados de la sismicidad, no dependen solamente de su magnitud sino también de la profundidad de su foco (hipocentro), mecanismo de ruptura y propagación de las ondas sísmicas (directividad), distancia al epicentro, tipos de suelos, topografía y sobre todo de la vulnerabilidad de los elementos expuestos (población, áreas urbanas, economía). Tómese en cuenta que, hasta los sismos de intensidades medianas, cuando suceden cerca de áreas urbanas y a profundidades pequeñas, también pueden ser destructivos; ejemplos de ello abundan en nuestra historia. Esa es la razón por la cual es preferible mejorar la ubicación segura de la población, diseño y construcción sismorresistentes, calidad de los materiales, y evitar concentrarse en el análisis de solo un escenario, fuente sísmica, magnitud del sismo posible, o la respuesta ante la emergencia plausible, sino más bien en reforzar la integralidad de la gestión del riesgo:
Conocer mejor los aspectos y características del riesgo (amenaza, vulnerabilidad), su distribución espacial y temporal, incluidos los efectos derivados (inestabilidad de laderas, licuefacción de suelos, tsunami, aceleraciones y amplificaciones del espectro de ondas).
Intensificar la estrategia de comunicación social del riesgo mediante la educación y procesos de intercambio de información entre la ciencia, población y tomadores de decisiones políticas y empresariales locales y nacionales.
Reforzar la reducción del riesgo mediante instrumentos de prevención, adaptación y mitigación estructural (refuerzo y resiliencia de viviendas, obras de infraestructura, producción de bienes y servicios) y no-estructural (códigos de construcción y cimentaciones, ordenamiento territorial, reglamentaciones, protocolos, normativas).
Reforzar la protección financiera, mediante instrumentos de retención y transferencia del riesgo.
Fomentar el desarrollo y fortalecimiento de los sistemas y protocolos de investigación, observación, vigilancia, respuesta y continuidad operativa y funcional.
La preparación debe iniciarse en las comunidades, ser apoyada y promovida por los niveles superiores jerárquicos municipales y del gobierno central mediante tareas planificadas y sistémicas, no como esfuerzos aislados de comunidades, grupos específicos o personas que, con frecuencia, promueven rumores o información incompleta, ante la desorganización y descoordinación.
¿Son necesarios los pronósticos y sistemas de alarma sísmica?
Los sistemas de “alarma sismológica” no son simples señales para indicarle a la gente qué hacer en caso de un terremoto y no son aplicables en cualquier contexto geológico, psicosocial y cultural. En el caso de Costa Rica, una alarma de este tipo no daría más que algunos segundos para reaccionar y, de no funcionar adecuadamente, más bien sería fuente de pánico, caos y de vulnerabilidad incrementada. Estas “alarmas”, así como los estudios para sustentar pronósticos sismológicos son lujos cuya base tecnológica, científica y financiera no deben competir con otras prioridades mayores y más urgentes para la gestión del riesgo, como las ya mencionadas. La eficacia de estas y otras medidas ha sido probada en el pasado y con mucho éxito, incluso por nosotros mismos como sociedad, como cuando fue prohibido el adobe como material de construcción y cuyo efecto fue la reducción radical de la vulnerabilidad de las viviendas.
Aunque es claro que el conocimiento que tenemos de nuestras fuentes sísmicas supera al que teníamos durante los sismos de 1983 en el sur de Costa Rica, reconocemos que faltan por descifrar muchas variables, por lo que la discusión científica sana y en equipo deberá orientarse en subsanar lo que no conocemos, no en repetir lo sabido ni en especulaciones sobre lo que podría suceder. Estos temas merecen, todavía, mucha discusión abierta.
Cabe agregar que la pregunta no es “¿sucederá un sismo mayor?”, pues definitivamente lo habrá en cualquier parte del territorio nacional. Lo importante es saber si estamos preparados para enfrentarlo, no solamente en una región específica, pues puede suceder en cualquier momento y lugar. Por ello, no vale la pena enfrascarse en pronósticos inciertos ni conviene abusar de la frecuencia de entregar información incompleta, a través de los medios de comunicación social, a la población; esta, al carecer de formación suficiente en temas geológicos y sismológicos, puede caer en las trampas del estrés, angustia, rumores, incertidumbres, y afectar las actividades socioeconómicas. Lo mejor es asegurarnos de que la gestión del riesgo no siga siendo considerada como un costo y sea, más bien, una inversión.
San José, 8 de junio de 2023:
MSc. María Laporte Pirie, Ingeniera Civil Geotecnista, especialista en análisis del riesgo y amenaza sísmica; Comisión Permanente de Estudio y Revisión del Código Sísmico de Costa Rica.
MSc. Pio Miranda Jenkins; Ingeniero Civil, especialista en estructuras sismorresistentes; Comisión Permanente de Estudio y Revisión del Código Sísmico de Costa Rica.
MSc. Walter Montero Pohly; Sismólogo, especialista en geotectónica.
Dr. Sergio Mora Castro; Ingeniero Geólogo; especialista en gestión del riesgo.
MSc. Luis Diego Morales Matamoros; Sismólogo, especialista en gestión del riesgo.
Dr. Guillermo Santana; Ingeniero Civil, especialista en estructuras sismorresistentes; Comisión Permanente de Estudio y Revisión del Código Sísmico de Costa Rica.
Gerardo J. Soto; Geólogo, vulcanólogo; especialista en historia de la geología.
Ciudadanos de Limón hacen un llamado a la Municipalidad del cantón central de Limón para que se efectúe la reparación del puente de hamaca que se utiliza actualmente para paso peatonal, pues las parrillas se encuentran altamente deterioradas y existe el riesgo de que alguna persona pueda salir herida.
Se sabe que se realizó la construcción de un puente nuevo, pero este no cuenta con el acceso para el paso peatonal.
SURCOS comparte el pronunciamiento del Sindicato de Trabajadoras y Trabajadores de la Educación Costarricense (SEC):
El inicio del Curso Lectivo 2021 es preocupante ante la situación actual de la pandemia en el país y el mundo entero, a lo que se suma la proliferación de nuevas cepas, falta de información clara en cuanto a estadísticas y logística para el retorno a las aulas, y una vacunación que no incluye en su primera etapa a miles de trabajadoras y trabajadores del Magisterio Nacional, que se relacionan con gran cantidad de menores a diario y que pueden transportar el virus a sus hogares o viceversa.
Pese a los múltiples intentos para que se modifique el orden de la vacunación y se incluyan a las trabajadoras y trabajadores de la educación antes de iniciar el periodo de clases, hemos recibido como respuesta un rechazo por parte del Ministerio de Salud Pública y el Ministerio Educación Pública, lo cual no tiene hasta ahora, un fundamento lógico y de conocimiento para la población.
Fue en diciembre del 2020 cuando la Unicef señaló la necesidad de incluir en la lista de prioridad para la administración de las vacunas contra el Covid-19 a las personas trabajadoras de la educación, esto para poder mantener la presencialidad y las escuelas abiertas, debido a que también forman parte de esa población de alto riesgo.
“La pandemia del Covid-19 ha causado estragos en la educación de los niños en todo el mundo. Vacunar a los maestros es un paso clave. Aunque las decisiones sobre el reparto de las vacunas son al final de los Gobiernos, las consecuencias de una educación perdida o limitada durante un periodo extendido son profundas, especialmente para los más marginados”, dijo en esa ocasión la directora ejecutiva de Unicef, Henrietta Fore.
Como indicó Fore, es un tema de salvaguardar el futuro de la próxima generación, por ello para el SEC es indignante y desconcertante que la educación y su fuerza laboral no sea una prioridad, algo que no tiene asidero científico pero sí, muchas contradicciones, por ejemplo: las declaraciones de autoridades de Gobierno, al decir que el Magisterio Nacional podría encajar en los grupos de riesgo, por ser algunas y algunos, mayores de 58 años.
¿Es acaso que las autoridades ya tienen estadísticas de cuáles son de alto riesgo? ¿Cuáles están entre el grupo que tienen más 58 años? ¿Por qué tanto secretismo?
El SEC seguirá sosteniendo que la educación es prioritaria, por lo tanto para tener un Curso Lectivo normal y efectivo, debe vacunarse desde ya al Magisterio Nacional.
En la actualidad el contagio en el país se ha incrementado, también los índices de fallecimientos por Covid-19, esto no es lo que queremos para las personas que hacen posible la enseñanza.
¿Qué diferencia hay ahora, en el 2021 con la realidad del 2020, cuando se inició la Pandemia y se tuvo que recurrir a la virtualidad total? ¿Por qué hoy se quiere mostrar otra realidad muy distinta?
¡El Magisterio Nacional no es inmune! Por eso nosotros seguiremos insistiendo, ya que no podemos permitir que las escuelas y los colegios se conviertan en focos de contagio masivo, puesto que los protocolos aún no están claros, ni parecen logrables en su totalidad.
El SEC hace un nuevo llamado a no correr más riesgos, se le debe decir al pueblo la verdad, no podemos arriesgar la salud, ni la vida de las compañeras y los compañeros. Estaremos en una reunión el próximo 19 de enero para tratar esta temática y mantendremos esta posición.
El Programa Interdisciplinario Costero (PIC) del IDESPO, el Sistema Nacional de Monitoreo de Tsunamis (SINAMOT) del Departamento de Física de la Universidad Nacional, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), la Comisión Nacional para la Prevención de Riesgos y Atención de Emergencias (CNE) y Editorial Letra MAYA realizaron el día de hoy lapresentación virtual del: Manual de formación en gestióncomunitaria del riesgo por tsunami.
Participantes:
Silvia Rojas, coordinadora del PIC-IDESPO
Silvia Chacón, coordinadora del SINAMOT
Isis Orozco, coordinadora Nacional en Costa Rica del Programa Regional sobre Migración: Mesoamérica-Caribe
Nelly López, directora del IDESPO
Comentarista: Christa von Hillebrandt-Andrade, directora Programa de Tsunamis del Caribe (CTWP) de la NOAA, Puerto Rico
Moderadora: Lindsay Ryan Valerio.
El Manual de formación en gestión comunitaria del riesgo por tsunami es una guía para que las personas en las comunidades costeras puedan impulsar acciones colectivas que contribuyan a disminuir el grado de afectación al que se pueden ver expuestas frente a una amenaza natural de esta índole.
Es un instrumento pedagógico para transmitir información científica relacionada con este tipo de fenómenos naturales, que contiene módulos de capacitación acerca de aspectos relativos a la prevención, respuesta y atención de efectos integrales frente a un tsunami.
La presentación de este manual forma parte del compromiso de las instituciones participantes con las comunidades costeras ante cualquier amenaza por tsunami.
***Mayores detalles con periodista Oficina de Comunicación 8334-4150.
La Universidad Nacional, la Organización Internacional para las Migraciones, la Comisión Nacional de Prevención de Riesgos y Atención de Emergencias y Letra Maya le invita a la presentación del: Manual de formación en gestión comunitaria del riesgo por tsunami el próximo viernes 11 de setiembre a las 10:30 a.m. en el Auditorio Clodomiro Picado de la Universidad Nacional.
La Escuela de Economía de la Universidad de Costa Rica organizó el pasado 11 de septiembre el ciclo de conferencias “Economía, sociedad y gestión de riesgos ante desastres” un esfuerzo conjunto con la Comisión de Emergencias y la Universidad Nacional Autónoma de México (Unam).
Periodista Oficina de Divulgación e Información, UCR
Posterior al impacto del huracán Otto, funcionarios de diferentes oficinas administrativas y escuelas de la UCR, se trasladaron a la zona de Upala para apoyar en las labores de rehabilitación. En la fotografía, un equipo de funcionarios de la Oficina de Servicios Generales de la UCR, aseguran la estructura de una vivienda afectada.
La labor realizada por las universidades públicas ante el impacto del Huracán Otto, se convirtió en una experiencia catalizadora para atraer a las cinco universidades públicas y generar un proceso de reflexión y acción conjunta de cara a próximas emergencias o desastres.
El ejercicio organizado por la Subcomisión de Gestión del Riesgo de Desastres del Consejo Nacional de Rectores (Conare) tiene como objetivo poner en marcha un modelo de trabajo articulado, más eficiente y eficaz cuando se presenta una emergencia nacional.
El impacto del huracán Otto en Costa Rica, dejo una gran cantidad de lecciones aprendidas en varios sectores de la sociedad costarricense y el sector educación no escapa a esta realidad y, de forma particular las universidades públicas.
Es por esto que se organizó una actividad que permitió sistematizar estas enseñanzas con miras a mejorar los preparativos y la respuesta a emergencias y los desastres de cada uno de estos centros de estudio.
Durante un día de trabajo se realizaron dos ejercicios: una mirada introspectiva por parte de cada universidad destacando fortalezas, debilidades y posibilidades de mejora. En un segundo momento, se generó una reflexión grupal en torno a las capacidades como un sistema interuniversitario.
César Sancho, de la Universidad Estatal a Distancia, (UNED) y miembro de la Subcomisión de Gestión del Riesgo de CONARE, expone las tareas desarrolladas por la UNED durante la emergencia del Huracán OTTO. Foro Taller «Gestión de Desastres en las Universidades Públicas en el marco de la respuesta al Huracán Otto”.
Producto de este ejercicio, se busca crear una ruta de trabajo ante situaciones de emergencia, donde cada universidad adapte dichos lineamientos a sus necesidades y fortalezas y además, para potenciar las ventajas comparativas, recursos, etc como un sistema interuniversitario.
Se pretende mejorar los preparativos y la respuesta ante diferentes emergencias por parte de cada centro de estudio para garantizar su seguridad y en un segundo abordaje, visualizar el aporte de la academia hacia la sociedad apoyando diferentes actores externos como son las autoridades de gobierno y a las comunidades afectadas por una emergencia o desastre.
Alice Brenes, encargada del programa Institucional de Gestión de Riesgo ante Desastres la Universidad Nacional- y representante ante la Subcomisión, señaló que uno de los objetivos que se persiguen es generar sinergias para que en momentos de emergencia, las universidades eviten la duplicidad de funciones y se maximice los recursos humanos, técnicos y materiales en beneficio del país.
Uno de los elementos de coincidencia entre las casas de enseñanza fue la necesidad de crear protocolos y procedimientos para la toma de decisiones en momentos de emergencia.
Si bien, puntualizó Brenes, las universidades han logrado impactar positivamente, es necesario contar con mayor claridad en cuanto a los roles y temas claves como es la instancia que debe activar las autoridades y la institucionalidad. Asimismo, enfatizó que otro actor clave es el Conare, cuyos miembros requieren asesoría y orientación para la toma de decisiones en momentos de emergencia o desastre. Trabajar en lineamientos que orienten su actuar, es tarea de la Subcomisión de Gestión del Riesgo ante Desastres, puntualizó.
Universidades públicas acuden al llamado de las autoridades del Gobierno durante las emergencias. En la foto, funcionarios de la Universidad Nacional (UNA) entregan suministros a familias impactadas por el paso del Huracán Otto.
A partir de este taller, se elaborará un plan de trabajo al corto plazo (un año), que los miembros de la sub comisión de Gestión del Riesgo ante Desastres elevarán a las autoridades de CONARE.
Alvaro Montero, especialista en gestión del riesgo y representante por la UCR ante la subcomisión, enfatizó que sin atentar contra la autonomía universitaria, se debe comprender cuál es el rol de la academia dentro del Sistema Nacional de Gestión del Riesgo. De esta forma, las universidades públicas deben estar atentas para responder, con los recursos existentes, a las necesidades que las autoridades establezcan.
Una vez aprobado por Conare el objetivo es poner en marcha dicho modelo de trabajo en momentos de un desastre.
Las universidades públicas han desempeñado un papel fundamental, al poner a disposición de las autoridades nacionales, la infraestructura y el recurso humano administrativo y científico especialista en diferentes áreas como son ingenierías, geologías, geografía y psicólogos.
En una segunda etapa, se espera generar nuevos espacios para abordar otros ejes de acción de la gestión del riesgo.
Durante la jornada de trabajo de los representantes de las cinco universidades públicas, a saber, la Universidad Nacional, la Universidad Estatal a Distancia, la Universidad Técnica Nacional, el Tecnológico de Costa Rica y la Universidad de Costa Rica, que integran la Subcomisión., se tomó como referencia además, la experiencia de los funcionarios universitarios luego de su participación activa durante la ocurrencia del terremoto de Cinchona (2009) y Sámara (2012),
Inició encuentro de expertos internacionales en la gestión del riesgo
Rebeca Madrigal López,
Periodista Oficina de Divulgación e Información, UCR
Impacto del Huracán Otto sobre el cantón de Upala el 24 noviembre del 2016. – foto Laura Rodríguez Rodríguez, UCR.
Ante el impacto de los desastres a nivel mundial, la academia tiene un papel fundamental que cumplir: generar conocimiento a través de la investigación en gestión del riesgo mediante la integración de las ciencias naturales y sociales y la formación y profesionalización de recursos humanos.
Con el interés de contribuir en la temática, la Universidad de Costa Rica reunió esta semana a expertos internaciones en el taller “Espacios, territorios y contextos de la Gestión del Riesgo”, una actividad que reúne a investigadores de 10 países diferentes para abordar nuevas perspectivas de investigación y acción conjunta alrededor de los desafíos, el estudio de casos y métodos de análisis en la gestión del riesgo.
Esta primera sesión contó con la presencia de expositores del Laboratorio Técnicas, Territorios y Sociedad (LATTS) de la Universidad de París; el Centro de Protección para Desastres de El Salvador, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, la Universidad Nacional y la Universidad de Costa Rica.
La gestión del riesgo de desastres en América Central y la adaptación ante el cambio climático fueron dos de los temas principales durante esta primera jornada, donde además se abordaron otras aristas como el riesgo en las laderas y cuencas urbanas y en los asentamientos urbanos en áreas naturales protegidas.
Durante el acto de inauguración, el Decano de la Facultad de Ciencias Sociales, Manuel Martínez Herrera, puntualizó que las ciencias sociales deben ser determinantes en la gestión del riesgo, porque el desastre tiene rostro humano.
Durante el acto de inauguración, el Decano de la Facultad de Ciencias Sociales, Manuel Martínez Herrera, señaló que ante la condición de vulnerabilidad nacional, la Universidad de Costa Rica se ha vinculado con el tema de gestión del riesgo desde hace 30 años, tratando siempre de superar los enfoques fisicalistas y integrar las disciplinas de las diferentes ciencias.
Allan Lavell, especialista en la gestión del riesgo, señala que la academia debe dilucidar cómo debe de plantearse el problema y en consecuencia cómo debe enfrentarse debido a la falta de éxito en la gestión del riesgo a pesar de algunos avances en el mundo.
“Es posible que la academia debe replantearse las preguntas y organizar el pensamiento y tal vez preguntarse si hemos entrado al problema en los términos correctos”, puntualizó Lavell.
Agregó que el tema de los desastres es un problema social no de la naturaleza. Por tal razón, la tarea de dilucidar el problema corresponde a las ciencias sociales en primera instancia adaptando los procesos de educación mediante la construcción y transmisión del conocimiento hacia los entes públicos, ONGs y las comunidades en condiciones de riesgo.
Durante el primer día del taller, se abordaron diferentes tópicos. En la foto, los panelistas Valéri November de LATTS-Francia, Alain Musset de EHESS-Francia, Lily Caballero de UNAH-Honduras y Armando Campos de Flacso-Costa Rica, durante el conversatorio Enfoques teóricos en la temática de la Gestión del Riesgo. – foto Karla Richmond.
Lilly Caballero, de la Universidad Autónoma de Honduras, señala que desde la academia se debe incidir en las políticas públicas con innovadores abordajes metodológicos en temas puntuales como son la gestión comunitaria y planificación urbana, porque la dinámica de la construcción social del riesgo cambia de forma vertiginosa debido a que las ciudades crecen, surgen formas nuevas de comunicación a través de las redes sociales, nuevos sistemas constructivos, entre otros.
Este taller es un esfuerzo conjunto entre la Facultad de Ciencias Sociales de la UCR, la Escuela de Geografía de la misma casa de enseñanza y el LATTS, con el apoyo de otras instituciones nacionales.
“El puente lo hace el programa del Instituto de las Américas que alberga la Facultad de Ciencias Sociales. Este es un programa de investigación y de cooperación científica que dura tres años y cuyo objetivo es acercar los dos espacios académicos: el centroamericano y el francés”, explica Sofía Guevara Víquez, coordinadora de Antena América Central.
La actividad se extenderá hasta el próximo jueves 20 de julio, en la Biblioteca Eugenio Fonseca Tortós, ubicada en el primer piso de la Facultad de Ciencias Sociales en la Ciudad de la Investigación.
Durante ese período se desarrollarán temas como las temporalidades del riesgo y la consolidación de territorios en América Latina, así como las herramientas para gestionar, estudiar y comunicar este tema. Tanto las mesas redondas como las conferencias magistrales son abiertas al público, puede consultar el programa aquí.
Periodista Oficina de Divulgación e Información, UCR
Mediante talleres de gestión del riesgo, las familias y sus comunidades fortalecen sus capacidades organizativas para identificar sus riesgos y lograr una estructura sólida para futuras emergencias.
Decenas de familias afectadas por el Huracán Otto fueron acompañadas de forma sistemática durante todo el primer semestre del presente año por parte de docentes y estudiantes de diferentes disciplinas de la Universidad de Costa Rica.
Bajo la coordinación de la Vicerrectoría de Acción Social, grupos interdisciplinarios realizaron giras mensuales para asesorar a las familias y personal de instituciones que sufren aún, las consecuencias de la emergencia.
Jessenia Solís, de la comunidad de Pueblo Nuevo de Upala, señala que la UCR los apoyó a nivel psicológico para sobrellevar el devastador impacto de la emergencia y enseñarles a elaborar planes de emergencia a nivel comunal y familiar para estar preparados ante una nueva emergencia.
La UCR puso en marcha un Plan Maestro de intervención para apoyar los procesos de recuperación de Upala mediante varios ejes estratégicos de acción, entre ellos, el fortalecimiento de capacidades para la gestión integral del riesgo, la facilitación de procesos de divulgación y comunicación, la gestión de las microcuencas, la recuperación de la Salud Integral y la dinamización de la economía Social solidaria, agricultura Familiar, seguridad alimentaria y nutricional.
Un grupo de estudiantes del Módulo de Psicología en los procesos comunitarios de las sedes Rodrigo Facio y Occidente (San Ramón) concluyó un proceso de capacitación con familias de 8 comunidades.
Los ejes de acción son el resultado de un proceso de diagnóstico participativo, donde se identificaron necesidades concretas como fue el fortalecer sus capacidades organizativas para que aprendieran a identificar sus riesgos y se lograra una estructura organizativa sólida para futuras emergencias.
El tema fue abordado mediante talleres mensuales y se brindó adicionalmente apoyo psicológico con la colaboración de estudiantes del Módulo de Psicología en los procesos comunitarios de la sede Rodrigo Facio y la Sede Regional de Occidente de San Ramón.
Además, se generó una metodología de trabajo de intervención en crisis a las familias más afectadas, realizando visita casa por casa para el manejo adecuado del duelo, la pérdida, la ansiedad, entre otros aspectos.
Otro de los ejes de trabajo fue la intervención con 41 familias concretas que, aunque sufrieron pérdidas importantes, no califican para la ayuda gubernamental. Mediante varios instrumentos, se ha generado información que orientará a las instituciones de gobierno a visibilizar las características de dichas familias y encontrar soluciones a sus necesidades concretas.
Con una amplia participación de hombres, mujeres, niños y niñas de 8 comunidades, la UCR generó talleres de capacitación y sensibilización. Los talleres se llevaron a cabo en Bijagua y San José de Upala.
Apoyar a quien apoya
De acuerdo con la psicóloga de la UCR, Lorena Sáenz Segreda, coordinadora de la Brigada de Atención Psicosocial, otra de las tareas fue el proceso de acompañamiento a los funcionarios públicos que fueron impactados por la emergencia. Ante esta situación, se realizó un trabajo para su pronta recuperación y elevar así, la capacidad de respuesta institucional.
El objetivo de este proceso fue empoderar a las instituciones brindando atención psicosocial para que se insertaran rápidamente en le proceso de recuperación con una visión más social y humana del problema y al fortalecimiento de las redes de apoyo grupal.
Este proceso de intervención aunado a la estrategia de la primera intervención en crisis de las familias duró un mes y medio y culminó con un pasacalles que se denominó “Upala con las botas puestas, construye esperanza”.
La tarea continúa
El fortalecimiento de la estrategia de salud mental comunitaria continuará en el segundo semestre del año por parte de la Brigada ya que hay muchas personas afectadas y en el cantón no se cuenta con servicios de salud especializados que garanticen a la población un tratamiento diferenciado para niños, niñas, adolescentes, hombres, mujeres, adultos mayores, entre otros.
Sáenz puntualiza que la vulnerabilidad es diferente para cada sector. Además, es importante destacar que aunado al drama que trae consigo una emergencia hay elementos que agudizan las situación como son las condiciones transfronterizas, interculturales, entre otros aspectos, que particularizan el manejo de recuperación.
Orientar a las familias para enfrentar los nuevos desafíos que surgen post emergencia es una tarea que la UCR asumió para apoyar a a las autoridades de gobierno y elevar las capacidades tanto instituciones como familiares y comunitarias.
Las personas reportan, por ejemplo, un desconocimiento del riesgo actual ya que la emergencia impactó el espacio temporal. Algunos agricultores indican que ahora desconocen donde y qué sembrar porque el ambiente cambió.
Por ello, se continuará el proceso de intervención en cuanto a la asesoramiento técnico en agricultura solidaria y generación de empleo. Asimismo, la evaluación geológica e estructural de las condiciones de riesgo de sus viviendas y sus parcelas con el apoyo de profesionales de las Escuelas de Geografía, Ingeniería y Geología.