Ir al contenido principal

Etiqueta: salud pública

La desnutrición y la obesidad infantil es a lo que hay que poner la mayor atención, para atacar la obesidad de los adultos

Vladimir de la Cruz

Internacionalmente, hay un día a nivel mundial que se celebra o conmemora, el 4 de marzo de cada año, como día de la obesidad, obviamente con la intención de atender el problema como un mal nacional y mundial.

Con alarmante preocupación las autoridades de salud pública anunciaron que Costa Rica tiene un honroso y destacado tercer lugar, en el mundo, de seguir así, hacia el 2060, como país con más obesos; para decirlo más popularmente, con más gordos en la población… infantil, juvenil y de adultos. Faltan algunos años para eso, pero la tendencia parece inevitable. En una medición reciente se nos coloca como país 50 de 97 con mayor obesidad de mujeres y de 64 sobre 197 en obesidad de hombres, así como el país 59 en obesidad de niñas y el 78 en obesidad de niños. En el caso de la población adulta se ha duplicado su cantidad desde 1990.

En este momento la tercera parte de la población, el 31%, es obesa, y dentro del conjunto de los países de la OCDE. Costa Rica es el que tiene mayor índice de obesos, cuando en el promedio de esos países se alcanza el 19% de obesidad. De continuar así, en el 2060 tendríamos un 94% de obesidad. En números actuales tenemos 760.000 mujeres y 480.000 hombres, mayores de 20 años, con obesidad, en sus distintas categorías o niveles; y en la población infantil y juvenil, entre los 5 y 19 años, hay 69.000 mujeres y 78.000 hombres.

Este destacado papel lo reveló la OCDE, en concordancia con lo que la Organización Mundial de la Salud, también, tiene registrado. Tengamos de referencia que esta información, en estos organismos internacionales, se obtiene, por los datos oficiales, que las autoridades públicas, de salud, brindan oficialmente. De esta forma, el problema de la obesidad de la población es una realidad palpable en el país, con todas las consecuencias e impactos que esta situación puede tener. Aun así, los datos no muestran la cruda realidad que es más grave que esa estadística.

El problema debe ser más grave si tenemos presente que desde hace 15 años no se hacen encuestas nacionales sobre nutrición…y desnutrición, por lo que los datos sobre obesidad deben ser más graves de lo que se ha informado. Tampoco se ha hecho un balance de la “Carta, que se firmó en el 2018, de compromiso para el abordaje integral del sobrepeso y la obesidad en la niñez y la adolescencia costarricense”. A la desnutrición también se asocia la anemia, el bocio, el raquitismo y la parasitosis. La anemia en Costa Rica es como la enfermedad del sueño en África para sus comunidades pobres. ¿Se hacen evaluaciones sobre la alimentación en escuelas y colegios?

La Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS) como el Ministerio de Salud han señalado que la obesidad y el sobrepeso están entre las principales causas de muerte de la población costarricense. Desde el 2018 al 2023, la CCSS atendió por complicaciones asociadas a la obesidad a casi 2000 pacientes, casi dos diarias. En la estadística nacional más afectadas son las mujeres, casi 3 mujeres por cada hombre. En la consulta hospitalaria dos de cada tres fueron de mujeres. En este mismo período las intervenciones quirúrgicas fueron en casi un 20% para desviaciones gástricas o los llamados bypass gástricos.

Los adultos mayores de 40 años son los que se reportan con mayor internamiento hospitalario, casi un 79%, entre los que se cuenta un 2% de niños que no habían cumplido su primer año de vida. Del mismo modo, los niños menores de 10 años tienen más internamientos que las mujeres. Por cada 100.000 habitantes, en este mismo período de tiempo, el promedio de internados fue de 6, lo cual, para las autoridades de salud, se considera alarmante. Las muertes provocadas por esta situación, en este mismo plazo fue de casi 400 personas. Entre el año 2000 y el 2010 por obesidad morían anualmente alrededor de 30 personas, mientras entre el 2015 y el 2018 esta cifra aumentó a 48 decesos. A partir del 2019 la cifra se mueve entre 60 y 95 defunciones por año. Casi el 40% de las mujeres y el 25% de los hombres, mayores de 20 años tienen obesidad.

A la obesidad se asocian enfermedades crónicas como hipertensión o presión alta, diabetes, niveles altos de colesterol y triglicéridos, infartos al miocardio, al músculo cardiaco; accidentes cerebrovasculares, que producen los conocidos derrames cerebrales; discapacidades ocasionadas por la gordura, pérdida de años de vida. La obesidad quita aproximadamente un 10% de los años posibles de vida. A esto se agregan los problemas relacionados con el acoso que sufren los obesos, el estrés que les ocasiona, la ansiedad, la depresión, y las dificultades para obtener trabajos.

Para medir la obesidad, como práctica universal, se analiza el índice de masa corporal, donde si la cifra es mayor de 30 hay obesidad; si está entre 35 y 39.9 hay obesidad severa, y si es más alta de 40 se está en una situación de obesidad extrema o mórbida. Este índice, aun cuando se usa como medida internacional, los expertos reconocen que es imperfecto para precisar correctamente las causas de la obesidad, porque es difícil medir la grasa corporal.

En los factores que hoy se toman en cuenta, entre otros, para atender esta temática, de obesidad y desnutrición, se trata de los alimentos no saludables, los alimentos chatarra, el poco ejercicio, la ingesta de alcohol o bebidas alcohólicas. La comida chatarra no cumple las necesidades de nutrientes.

La comida chatarra oculta la desnutrición. Las empresas farmacéuticas, agrupadas en la Federación Centroamericana y del Caribe de Laboratorios Farmacéuticos, FEDEFARMA, enfatizan en el tema genético como el factor principal detonante de la obesidad. Para estas empresas la probabilidad de desarrollar obesidad es del 40% al 70%. Señalan que las investigaciones farmacológicas se orientan, desde hace años, a encontrar fórmulas que contribuyan al control del peso, de pacientes que no logran bajar peso cambiando hábitos de alimentación y haciendo ejercicio. No cuestiono los estudios sobre factores genéticos, que son tan importantes para determinar hoy muchos aspectos de la salud. Lo que me parece es que a las empresas farmacéuticas la importancia del énfasis en este tema es en función de la venta de medicamentos, por lo demás caros.

Hace algunos años, cuando mi esposa trabajaba en el Departamento de Patología del Hospital San Juan de Dios, el Director y Jefe del mismo, el brillante patólogo nacional, Dr. Rodolfo Céspedes Fonseca, con quien tenía una especial amistad, por razones familiares y por mi esposa, su discípula, me comentaba que en la patología nacional ya se empezaba observar la desnutrición, la pobreza y la pobreza extrema, como un factor contribuyente de la muerte de las personas. Estaba él preparando un trabajo, para un Congreso Médico, sobre esta situación cuando lo sorprendió la muerte. De mis investigaciones históricas, le comenté al Dr. Céspedes, qué en las Actas de Congresos Médicos, en la década de 1930, en casi todos los trabajos presentados se hacía relación a los factores de pobreza y miseria nacional, aspecto que él conocía. Hoy, y desde hace mucho tiempo, en estos congresos, estos temas no se asocian a esta temática. El problema de la obesidad tampoco se asocia a la situación de pobreza y mal nutrición, que puede ser uno de los factores más poderosos de su existencia. La obesidad es también un problema social.

Con mi suegro, el Dr. Bernardo Picado Prendas, médico pediatra, alergólogo y pediatra, aprendí también que cierta gordura de niños se debía justamente a su mala alimentación. Ponía como ejemplo los niños que aparentemente eran rebosantes de gorditos, y con solo apretarles ligeramente la piel, de los brazos o las piernas, se les marcaba un anillo amarillo que era el indicador justamente de esa mala nutrición y alimentación. También revisaba la piel para ver si era seca y pálida, si el niño perdía pelo o cabello, veía el grosor y dureza de las uñas. Veía si el abdomen, las piernas y los brazos estaban hinchados. Gorditos sí, pero malnutridos y mal alimentados, un mal nacional, poco atendido. De él aprendí que los niños gorditos no son símbolos de buena salud. Gorditos, con sobrepeso pueden padecer desnutrición. Este es el punto.

El Benemérito Hospital Nacional de Niños debería opinar sobre esto. Si el niño, no tuvo una buena lactancia, aunque coma suficiente, y no consume los nutrientes, las vitaminas, los minerales y ácidos grasos esenciales necesarios para su crecimiento, talla y estatura, se va a desarrollar como ese niño desnutrido y obeso al mismo tiempo.

Con mis tíos Gilberto de la Cruz y Elba Malavassi, ambos farmacéuticos, cuando pasaba mis vacaciones juveniles en la Villa, en Ciudad Quesada, los vi discutir con campesinos, que llegaban a la Farmacia San Carlos, a comprar vitaminas y otros productos similares. Mi tío Gilberto, que conocía a sus clientes les hacía ver que con los productos que cultivaban y vendían, si los comían no necesitaban ninguno de los medicamentos que solicitaban. No había manera de hacerlos entender o había una gran necesidad económica, para sobrevivir, de vender sus productos antes que consumirlos familiarmente.

Por mis investigaciones, en asuntos de los movimientos sociales, obreros, sus luchas y sus condiciones de vida, aprendí qué en muchos hogares de trabajadores, en la comida dispuesta para la familia, la prioridad del mejor plato, la mejor o mayor comida era para el padre, para el jefe de familia, para el trabajador, que salía a laborar y a generar los ingresos del hogar. Le seguían, en orden por su edad, de mayor a menor, sus hijos, que también podían acompañarlos en sus faenas o podían contribuir con otros trabajos a generar ingresos, siendo los sacrificados de la comida los hijos menores, y la madre, que hacía, como se dice popularmente, de tripas chorizo.

En los reportajes y notas periodísticas de esta fecha, con motivo de la noticia publicada, se produjeron llamamientos para fomentar hábitos alimenticios, saludables y equilibrados, desde la infancia. Se señaló la educación en posibilidad de enseñar a distinguir qué comer, dentro de la cantidad de productos, que la libertad de mercado ofrece… obviamente al alcance de quien los puede pagar. Un editorial de un periódico señaló que los trabajadores hoy no disponían de 15 minutos de tiempo libre para practicar, diariamente, algún deporte. Sin decirlo el editorial se refería a las jornadas de trabajo existente de 8 horas diarias. ¿Qué tal con las que quieren introducir, a la fuerza, de 12 horas diarias?

La clave está en la buena alimentación de los niños. No es solo a base de carbohidratos, azúcares y grasas. El niño mal alimentado en la niñez, desnutrido, puede sobrevivir con pocas calorías, pero “enfermo” para toda la vida. En el continente millones de niños sufren desnutrición crónica, que les produce daños irreparables. Tienen menos energía, menor desarrollo muscular y de órganos, menor capacidad de concentración, menor rendimiento escolar y laboral, falta de sueño, trastornos mentales, posibilidad de daños cerebrales, limitada capacidad de aprendizaje, más limitada su capacidad laboral de cuando lleguen a ser adultos. El impacto nacional de esta situación es un país con limitaciones para su desarrollo.

Las enfermedades de la obesidad infantil, similares a las de los adultos, tienen un costo elevado de atención pública. La desnutrición y la obesidad infantil es a lo que hay que poner la mayor atención, para atacar la obesidad de los adultos. Los primeros cinco o seis años de vida son claves. Lo que no se atiende allí, por desnutrición, especialmente, no se puede resolver posteriormente, por más y mejores alimentos que se le puedan dar al niño. Se crea una masa de gente hacia el futuro que va a depender de la asistencia pública, o de la asistencia de la calle, y en la calle del trabajo informal y del trabajo que puede ofrecer el narcotráfico y las organizaciones criminales, que hoy se vuelcan en mucho sobre esta población sin educación y sin trabajo.

Hay que entender que obesidad y desnutrición son el resultado en mucho de factores de pobreza y pobreza extrema. Muchos obesos podrán no sentirse “pobres” de origen, porque no tuvieron ni tienen conciencia de sus propios factores de pobreza, porque les fue natural vivir con ellos.

La pobreza influyente tiene que ver con el analfabetismo, el analfabetismo por desuso, el carecer de agua potable tratada, el desempleo, el ingreso económico familiar, los bajos salarios, la desatención pública de servicios esenciales, mala vivienda, falta de buenas letrinas en las barriadas populares y zonas de tugurios, falta de electricidad, de aceras y de caminos inter vecinales en esas zonas, acceso a la escuela, alimentación básica en las escuelas, que ha sido eliminada y disminuida, incapacidad hogareña de satisfacer necesidades básicas.

La obesidad, así, es una enfermedad crónica compleja, causada por diversos factores sociales, culturales, psicológicos, genéticos, metabólicos. La obesidad no está separada de la desnutrición. A mayor posibilidad de desnutrición hay mayor posibilidad de desarrollar el sobrepeso.

La obesidad como problema médico comprende otras enfermedades: cardíacas, diabetes, presión arterial alta, colesterol alto, enfermedad hepática, apnea del sueño y se señalan también ciertos tipos de cáncer.

Los desnutridos son los que tienen un déficit alimentario, que no comen lo que deberían ingerir. Los malnutridos pueden ser comedores compulsivos y de exceso, pero no son sanos. Otro asunto, los daños de la desnutrición duran toda la vida y son heredables.

A los obesos y desnutridos se les orienta en consumir verduras, hortalizas y frutas; vegetales de colores vivos; productos lácticos, como la leche, queso, yogur, etc., carnes, rojas, blancas, como pollo y pescado; granos integrales, en avena, pan o arroz. ¿Pero, cuánto cuesta esto? La Canasta Básica Alimentaria, ¿cuánto suple en esta dirección nacional para evitar la desnutrición y la obesidad?

Esto es lo que debemos discutir nacionalmente para tratar los problemas de la obesidad, de adultos. Pero, no olvidemos la de los niños.

Compartido con SURCOS por el autor.

Obesidad: problema de salud pública

4 de marzo

Día Mundial de la Obesidad

Dr. José Guillermo Jiménez Montero, FACE
Endocrinólogo
Miembro Correspondiente

La obesidad fue reconocida de interés desde la época de Hipócrates constituyéndose en un problema de salud en los últimos 50 años. La obesidad se define como una enfermedad crónica cuya prevalencia va en aumento en adultos, adolescentes y niños a nivel mundial. Nuestro país no escapa de esta epidemia de obesidad y representa un problema de salud pública.

El tejido adiposo es un extenso órgano que tiene muchas funciones en nuestro cuerpo. Este tejido juega un papel en el balance energético, guarda colesterol y es un reservorio de la vitamina D. Le sirve al cuerpo como cojín y contribuye a mantener la temperatura corporal. Sin embargo, el exceso de tejido adiposo y, en particular la distribución de la grasa en la región del abdomen tiene serias consecuencias para la salud. La grasa abdominal se relaciona con el desarrollo de numerosas enfermedades destacando la diabetes tipo 2 (elevación del azúcar en la sangre), las enfermedades del corazón, artritis, apnea de sueño, que se manifiesta como falta de oxigenación mientras se duerme. Además, la obesidad favorece la acumulación de grasa en el hígado, hepatitis, la formación de piedras en la vesícula y eleva el riesgo de ciertos cánceres. Es importante considerar que las personas obesas presenta frecuentemente ansiedad, depresión y la obesidad se vincula con rechazo social. En el contexto de la pandemia debido al virus SARS-CoV-2, la obesidad incrementa la posibilidad de complicaciones severas y muerte.

El mantenimiento del peso corporal está determinado por intrincados mecanismos que involucran nuestros genes, el sistema nervioso, las hormonas, el sistema digestivo y las bacterias intestinales. Más aún, otros factores que favorecen el desarrollo de obesidad son la exposición a ciertos medicamentos como los antidepresivos, medicamentos que regulan la glucosa en la sangre y algunas enfermedades endocrinológicas. La exposición a químicos – bisfenoles provenientes de biberones de plástico que se usaron en décadas pasadas – pueden alterar algunas funciones del sistema endocrino, inducir quistes ováricos y tienen un efecto potencial de impactar el peso corporal desde la infancia. A pesar de los innumerables factores asociados al desarrollo de la obesidad, la principal causa de la obesidad es el exceso de ingesta de alimentos de alto valor energético y la disminuida utilización de la energía, como resultado de la inactividad física. En consecuencia, el aumento en la prevalencia de obesidad a nivel mundial tiene su principal origen en los cambios en los estilos de vida de la población.

En Costa Rica la poca educación nutricional y el patrón alimentario caracterizado por una baja frecuencia del consumo de frutas, vegetales, leguminosas, lácteos y carnes blancas particularmente el pescado, así como una elevada frecuencia de la ingesta de carnes rojas grasosas, embutidos, bebidas con azúcar agregado y alimentos procesados (golosinas, snacks, comidas rápidas y repostería/galletas) constituyen los principales factores de riesgo para el desarrollo de obesidad y eventualmente de enfermedades crónicas no transmisibles en la edad adulta. El papel de la industria alimentaria no regulada y la mala información son elementos que han incidido sustancialmente en el consumo de alimentos con alto contenido en energía. Por eso, en años recientes la Organización Panamericana de la Salud, alertó a nuestras instituciones de salud a tomar acciones recomendando mejorar el etiquetado de los alimentos como una medida que contribuiría en la reducción de la obesidad. Finalmente, es notorio en Costa Rica la carencia de áreas seguras para practicar actividad física como se demostró en la Encuesta Colegial de Vigilancia Nutricional y Actividad Física, que junto con el incremento de la tecnología (teléfonos celulares, computadoras), han favorecido el sedentarismo y la obesidad.

El tratamiento de la obesidad reviste un abordaje complejo que toma en cuenta un plan nutricional, actividad física y ciertos medicamentos que controlan el apetito. Existen muchos tipos de dieta y todas producen pérdida de peso. La mayoría de las personas obesas pierden peso cuando hacen dietas muy restrictivas, pero éstas son difíciles de mantener a largo plazo y por lo general, la persona obesa en dieta de reducción, presenta recaídas y ganancia de peso después de algunos meses.

En la práctica clínica se recomienda una vigilancia continua para lograr resultados positivos. Las visitas periódicas con el profesional de la salud (médico, nutricionista, psicólogo, entrenador físico) deberán ser programadas para vencer las barreras y plantear los siguientes pasos en el plan. Si la pérdida de peso es menor al 5 % en los primeros seis meses se debe tratar otras alternativas.

En conclusión, la obesidad es un problema de salud pública de considerable magnitud por las complicaciones asociadas y los resultados del tratamiento. Las principales acciones que debe tomar nuestro sistema de salud es promover cambios en el estilo de vida – adecuada nutrición y actividad física regular– para prevenir el desarrollo de la obesidad.


  1. Trends in adult body-mass index in 200 countries from 1975 to 2014: a pooled analysis of 1698 population-based measurement studies with 19·2 million participants. NCD Risk Factor Collaboration (NCD-RisC). Lancet. 2016;387(10026):1377.
  2. Maffeis C, Pietrobelli A, Grezzani A, Provera S, Tato L. Waist circumference and cardiovascular risk factors in prepubertal children. Obes Res 2001; 9:179-87.
  3. Snijder MB, Dekker JM, Visser M et a. Associatiosn of hip and thigh circunferences independent of waist circunference with the incidence of type 2 diabetes: the Hoorn Study. Am J Clin Nutri 2002; 77:1192-1197.
  4. Bray G. Medical consequences of obesity. J Clin Endocrinol Metab, June 2004, 89(6):2583–2589.
  5. Huang C,Wang Y, Li X, Ren L, Zhao J, Hu Y, et al. Clinical features of patients infected with 2019 novel coronavirus in Wuhan, China. Lancet 2020;395:497–506.
  6. Gauthier, MSR émi Rabasa-Lhoret R, Prud’homme, D et al. The Metabolically Healthy But Obese Phenotype Is Associated With Lower Plasma Levels of Persistent Organic Pollutants as Compared to the Metabolically Abnormal Obese Phenotype. J Clin Endocrinol Metab, June 2014, 99(6):E1061–E1066
  7. Encuesta Colegial de Vigilancia Nutricional y Actividad Física.
    Costa Rica, 2018

UCR: San Vito de Coto Brus se convertirá en epicentro de salud a favor de las personas más vulnerables

Lunes 26 de febrero del 2024. Del 27 al 29 de febrero del 2024, la Universidad de Costa Rica (UCR), por medio de su acción social, realizará su primera feria “Salud sin Paredes”, la cual brindará servicios de salud gratuitos a casi 2 000 personas vulnerables de San Vito de Coto Brus, además de charlas informativas para la prevención de enfermedades y actividades culturales.

El abordaje llega en el momento ideal. La Mag. Patricia Quesada Villalobos, vicerrectora de Acción Social de la UCR, señaló que actualmente las y los habitantes de San Vito experimentan importantes desafíos de acceso a la salud pública. La Dra. Ivette Mora Elizondo, médica y vicealcaldesa de la Municipalidad de Coto Brus, concuerda.

De acuerdo con la Dra. Mora, el cantón de Coto Brus se caracteriza por ser una zona fronteriza que recibe una importante cantidad de población migrante de la comarca Ngäbe-Buglé, quienes se trasladan cada año desde Panamá para la recolección de café. Adicionalmente a este grupo, en la Zona Sur también hay una comunidad indígena que ya reside en el área. A estos grupos, ya en sí mismos vulnerables, se le suma una población adulta mayor en crecimiento, con gran cantidad de pacientes que tienen enfermedades crónicas como diabetes, hipertensión y obesidad.

“Este cantón está muy alejado del Gran Área Metropolitana y para que las personas puedan acceder a algunos servicios requieren trasladarse a otros lugares. Por ejemplo, para una audiometría, el paciente debe salir del cantón, pagar el tiquete de bus, almorzar y varia gente no tiene los medios económicos para hacerlo y entonces pierden la cita. A raíz de la pandemia, la economía de muchos se estancó y dejaron de percibir recursos para costear su traslado. También muchas personas, por el temor al COVID-19, dejaron de asistir a citas médicas y de realizarse exámenes importantes. Se descuidó mucho la parte de salud de control y ahora lo vemos con una alta incidencia de diabetes e hipertensión. Esta feria genera un respiro y alivio para el bolsillo de muchos cotobruceños que no tienen las condiciones económicas para realizar sus exámenes. El agradecimiento absoluto a la Universidad por hacer esto una realidad”, confirmó la Dra. Mora.

Así, una vez más la UCR dice presente y reafirma su compromiso con el país a favor de las comunidades, y de las personas que más lo necesitan, al ofrecer servicios de salud altamente demandados y esenciales.

“En este momento nuestro país se está viendo afectado porque sabemos que muchas personas no tienen acceso a los servicios de salud pública. En ese sentido, la Universidad de Costa Rica ha atendido ese llamado de las comunidades y nos vamos para allá con todos los servicios que tenemos desde la acción social. Para eso es que estamos: para atender a aquellas poblaciones que no pueden pagar un doctor o un médico privado. En la historia de la Universidad de Costa Rica es la primera vez que se hace una actividad de este calibre y vamos a movilizar una gran parte de proyectos inscritos en la Vicerrectoría de Acción social hasta allá, con una gran ilusión y esperanza de llevar salud a la población costarricense”, comentó la Mag. Quesada.

En esta ocasión, la Sede del Sur, la Escuela de Medicina, Enfermería, Salud Pública, Tecnologías de la Salud y la Facultad de Odontología, todas bajo el liderazgo de la Vicerrectoría de Acción Social de la UCR y en conjunto con la Municipalidad de Coto Brus y el área de salud de la zona por parte de la CCSS, unirán sus esfuerzos para realizar esta primera sinergia institucional pionera en el campo.

“Salud sin paredes es un proyecto innovador del 2024 que va a involucrar un trabajo interdisciplinario de todas las áreas de salud de nuestra institución que se desplazará fuera del Gran Área Metropolitana en un territorio que se encuentra, prácticamente, a siete horas de la capital. El enfoque que vamos a brindar es una atención biopsicosocial; es decir, además de brindar la atención clínica biológica, también va a involucrar diferentes actividades tanto psicológicas como sociales, con un enfoque cultural para cada uno de ellos. Esperamos tener la participación de al menos 2 000 personas y de un grupo de más de 100 personas entre docentes, profesionales de la salud y estudiantes del área que se desplazarán”, comentó el Dr. Jean Carlo Segura Aparicio, docente de la Escuela de Medicina de la UCR y uno de los coordinadores de la iniciativa.

Los servicios

La acción permitirá brindar un total de 20 servicios de salud, de los cuales 19 serán totalmente gratuitos y solo uno, el de citología vaginal por monocapa, a un bajo precio de 5 720 colones.

Entre los servicios gratuitos se encuentran diez del área de Odontología: examen clínico, profilaxis (limpieza dental), raspados supragingivales para eliminar depósitos bacterianos encima de las encías, radiografías, sellantes de fosas y fisuras, resinas, amalgamas, exodoncias simples, pulpotomías (extracción de una parte del diente afectada), aplicaciones de flúor en gel y en barniz.

El área de Enfermería tendrá valoración general de control de signos vitales, glicemia (azúcar en la sangre), valoración antropométrica (peso y talla), electrocardiograma, citología vaginal por monocapa, monitoreo fetal, control prenatal y asesoría en lactancia materna.

Finalmente, el área de Tecnologías en Salud ofrecerá consultas audiológicas. Entre ellas, pruebas de otoscopia (revisión del conducto auditivo), audiometría de rastreo para saber si la persona tiene una audición normal, análisis de emisiones otoacústicas para diagnosticar el estado auditivo del paciente y consultas fisioterapéuticas.

Adicional a esas actividades, también habrá charlas informativas para la prevención de parásitos y de otras enfermedades como influenza aviar, papiloma humano, sífilis, geohelmintosis (lombrices intestinales), pediculosis (piojos), escabiosis (sarna), dengue y giardiasis (un parásito causante de diarrea). En otro espacio se darán charlas de prevención para las enfermedades crónicas como la diabetes, la hipertensión arterial y la obesidad.

Por su parte, el eje de talleres se caracterizará por tener un espacio para la prevención y detección oportuna del cáncer de piel, así como juegos sobre la gestión de residuos sólidos, una obra de teatro de títeres «Doroteo”, un taller «Reutiliza y siembra» y tres talleres por día de Reanimación Cardiopulmonar para 20 personas cada uno.

Por supuesto, eso no es todo. Cada día cerrará de manera ejemplar con proyecciones del Cine Universitario. Para ello, se colocará una pantalla gigante en el parque de San Vito a fin de proyectar una película cada día a partir de las 7:00 p. m.

Las próximas visitas del primer semestre del 2024 se realizarán en el Caribe Sur, cerca de la región de Home Creek, y luego una en la zona de Guanacaste.

Jenniffer Jiménez Córdoba
Periodista de la Oficina de Comunicación Institucional de la UCR

Resistencia contra torres de radiación propuesta por activista y con respaldo científico

Un grupo liderado por la presidenta de la Asociación Conservacionista Yiski, respaldada por el Centro de Investigación en Vivienda y Construcción (CIVCO) del Instituto Tecnológico de Costa Rica (ITCR), se encuentra inmerso en una batalla contra la imposición de torres de radiación. Esta lucha no solo abraza la defensa de la salud pública sino también la preservación del equilibrio ecológico. La activista, insta a la acción colectiva para proteger espacios naturales y hacer frente a las amenazas planteadas por estructuras que ponen en peligro la salud y el entorno.

El trasfondo de la activista se cimenta en cursos internacionales en biología y ecología, así como en un postgrado en el Instituto Nacional de Higiene, Epidemiología y Microbiología de Cuba. Estos estudios la sumergieron en la complejidad de la radiación no ionizante, microondas, radiofrecuencia y magnetismo, estableciendo una base científica robusta para abordar los riesgos asociados con las torres de radiación. 

La contienda se centra en la resistencia a la instalación de torres de radiación en zonas protegidas y parques públicos, especialmente cerca de la Quebrada La Cangreja. La comunidad destaca la importancia del Artículo 33 de la Ley Forestal No. 7575, que ha sido objeto de encendidos debates ante la propuesta del Artículo 33 Bis presentada por el Ministro del MINAE, Tattenbach. 

Se critica enérgicamente la postura legal que coloca a los tratados de libre comercio por encima de los convenios internacionales de derechos humanos y salud. Señala luchas recientes contra la minería en Panamá y el caso de Crucitas en Costa Rica como ejemplos de la necesidad de reevaluar las prioridades legales. 

La preocupación se intensifica ante la instalación de torres con tecnología G5, respaldada por un caso exitoso en Estados Unidos. Se proponen acciones concretas, como llevar el caso a instancias como el SINAC-MINAE y la Fiscalía Ambiental, además de abogar por una audiencia en la Asamblea Legislativa.

Esto se encuentra respaldado por instituciones académicas y defensores ambientales, se destaca en la protección del entorno y la salud pública. Su resistencia no solo resalta la necesidad urgente de cuestionar la instalación de infraestructuras con posibles consecuencias dañinas, sino que también podría sentar un precedente inspirador para futuras discusiones y políticas en torno a la protección ambiental y la salud comunitaria. La lucha continúa, pero la esperanza se alza en el horizonte de posibilidades para una causa que trasciende los límites de la comunidad.

La información anterior fue compartida con SURCOS por Carmen Rojas, Maria Elena Fournier y Nicolas Boeglin.

Imagen tomada de National Geographic.

Las listas de espera en la CCSS tienen solución ¡Son especialistas y no les dejan trabajar!

UNDECA solicita transitorio para incorporación definitiva

Las listas de espera en la Caja Costarricense de Seguro Social, es el principal problema de salud pública en nuestro país. Desde el año 2015, UNDECA, denunció la muerte de personas esperando procedimientos médico-quirúrgicos.

El faltante de especialistas es un factor crítico, sin embargo; existe más de un centenar de médicos especialistas que no los dejan trabajar, graduados en universidades prestigiosas, incluida la Universidad de Harvard  El Colegio de Médicos y Cirujanos extiende “permisos provisionales”, a especialistas que han trabajado por años en la CCSS, con excelentes notas de desempeño, superando por mucho el periodo de prueba, que establece el código de trabajo costarricense, demostrada idoneidad comprobada.

Los especialistas, anestesistas, radiólogos, neurocirujanos, entre muchas otras especialidades, han sido sometidos a un calvario, con un “examen de incorporación”, que tiene un costo de Ë600.000,00 (seiscientos mil colones), cada vez que lo realizan y lo ejecutan especialistas ya incorporados, con un evidente, insalvable y manifiesto conflicto de intereses, que se materializa en un obstáculo insuperable.

UNDECA, solicita al Colegio de Médicos y Cirujanos de Costa Rica, ante la emergencia nacional por inopia de especialistas, la urgente e impostergable necesidad de recurso humano médico especializado, se aplique de inmediato un transitorio humanitario, para la incorporación definitiva de los especialistas mencionados para que la Caja cuente con recurso humano inmediato, y brindar una solución a los miles personas que esperan una atención oportuna y de calidad. Es un esfuerzo que todos debemos hacer a favor de la Seguridad Social de nuestro país.

San José, 11 diciembre de 2023.

UCR, Voz experta: Resistencia a antimicrobianos: un problema global de salud pública de carácter urgente

Dr. Fernando García Santamaría. Centro de Investigación en Enfermedades Tropicales, Facultad de Microbiología, UCR.

Por Fernando García Santamaría

La reciente pandemia Covid-19, causada por el virus SARS-CoV-2, con más de 770 millones de casos estimados y más de 6.9 millones de muertes en tres años de crisis sanitaria, es un recordatorio que a pesar de los enormes avances médicos de los siglos XX y XXI, las enfermedades infecciosas siguen constituyendo una amenaza para la salud pública local, regional y global. Un reporte publicado el año pasado en la revista The Lancet llamó la atención de otra pandemia, que constituye una amenaza tal vez no tan nueva para la salud pública global, causando solo para el año 2019, el año pre-pandémico, casi 5 millones de muertes: la resistencia a antimicrobianos.

El desarrollo de los medicamentos antimicrobianos, incluyendo antibióticos (antibacterianos), antivirales, antifúngicos y antiparasitarios, es uno de los principales avances médicos del siglo XX, que junto con el desarrollo de las vacunas y diversas medidas de higiene, como la potabilización del agua, los avances en el control de las enfermedades infecciosas en seres humanos han contribuido significativamente en su calidad de vida, disminuyendo la mortalidad infantil y aumentando la expectativa de vida en las sociedades modernas.

Debido a su enorme éxito inicial en las décadas de 1940 y 1950, el uso de los antimicrobianos ha sido intensivo desde entonces en el control de las infecciones en seres humanos, lo cual ha generado un problema de enormes dimensiones: el surgimiento de microorganismos resistentes al efecto de los medicamentos antimicrobianos.

El problema fue identificado desde el principio, pero se hizo evidente a particularmente de la década de 1970 y no se ha detenido desde entonces. La principal manifestación del problema se observa en las infecciones intrahospitalarias, en aquellos pacientes con varios días o semanas de hospitalización que son sometidos a diversos procedimientos médicos. Se debe recordar que el cuerpo humano se encuentra normalmente recubierto, en la piel y en las mucosas, por miles de millones de bacterias, siendo la mayor parte de ellas inocuas o beneficiosas; se estima que esta microbiota aporta aproximadamente 2 kg de nuestro peso corporal. Cuando se presenta una infección, la droga antimicrobiana se distribuye por todo el cuerpo, afectando no solamente al microorganismo causante de la infección, sino a toda la microbiota humana.

La resistencia emerge cuando los microorganismos cambian genéticamente con el tiempo, se adaptan a la presencia de antimicrobianos, aun en altas concentraciones, y eventualmente ya no responden a los medicamentos, haciendo que las infecciones sean más difíciles o imposibles de tratar y aumentando el riesgo de propagación de enfermedades infecciosas, provocando un incremento en el número de infecciones y otras enfermedades asociadas (morbilidad) y la mortalidad. El costo de la resistencia a los antimicrobianos para las economías de los países y sus sistemas de salud puede llegar a ser significativo, por estancias hospitalarias más extensas y la necesidad de recurrir a medicamentos más caros y de cuidados intensivos de mayor complejidad.

Sin embargo, el problema ha dejado de ser exclusivo de los servicios de salud y se han trasladado a las comunidades. Es cada vez más frecuente la ocurrencia de infecciones adquiridas en la comunidad por microorganismos resistentes y muchas veces ingresan con estas infecciones a nuestros hospitales. Algunas de las bacterias que causan infecciones en los seres humanos en Costa Rica son resistentes a la mayoría de los antibióticos, incluyendo los antibióticos más potentes disponibles: los carbapenems.

Una vez que se presenta la resistencia a este tipo de antibióticos, las alternativas terapéuticas disponibles en nuestros servicios de salud prácticamente desaparecen para nuestros pacientes que sufren neumonía, septicemia, infecciones urinarias, infecciones en recién nacidos y pacientes de unidades de cuidados intensivos. Los procedimientos médicos, como las cirugías, incluidas las cesáreas o los reemplazos de cadera, la quimioterapia contra el cáncer y los trasplantes de órganos, a manera de ejemplos, serán mucho más riesgosos.

No obstante, lo hasta acá descrito representa solamente la mitad del problema. La misma situación se ha ido presentando paulatinamente en las infecciones causadas por microorganismos resistentes en mascotas y animales de compañía y de producción pecuaria intensiva, particularmente aves de corral y porcinos. Los antimicrobianos son además utilizados de forma precautoria, mezclados con los alimentos o con el agua que consumen los animales, para evitar infecciones clínicas o subclínicas y tengan una mayor ganancia de peso.

En la producción agrícola los antimicrobianos se utilizan, en forma de pesticidas, para el control de infecciones que afectan diversos tipos de cultivo, incluyendo hortalizas y plantas ornamentales. No es inusual encontrar miles de bacterias resistentes a los antibióticos en las hortalizas que consumimos a diario. Las implicaciones económicas y el impacto ambiental son significativos también en estos sectores.

De esta manera, los microorganismos resistentes a los medicamentos se encuentran en las personas, los animales, los alimentos, las plantas y el medio ambiente (en el agua, el suelo y el aire) y pueden transmitirse de persona a persona o entre personas y animales, incluso a través de alimentos de origen animal o vegetal. Las principales causas de la resistencia incluyen el uso indebido y excesivo de los antimicrobianos, la falta de acceso a agua potable, saneamiento e higiene tanto para humanos, animales y plantas, la mala o inadecuada prevención y control de infecciones en servicios de salud y en granjas animales, el acceso deficiente a medicamentos y vacunas de calidad, ausencia de medios para realizar un diagnóstico oportuno y certero.

También es importante abordar la falta de conciencia y de información apropiada, tanto en el ámbito académico y el profesional, como en el público en general como consumidores finales de antibióticos. Aún existen además muchos vacíos de conocimiento, no solamente en el ámbito clínico o pecuario, sino también sobre las implicaciones bioéticas, políticas, sociales, económicas y ambientales del problema de la resistencia a antimicrobianos.

A nivel global, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estableció el Plan de Acción Global sobre la Resistencia a Antimicrobianos durante la Asamblea Mundial de la Salud de 2015 y los países miembros se comprometieron con el desarrollo y la implementación de planes de acción nacionales multisectoriales, que posteriormente fue respaldado por los órganos rectores de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) bajo el principio de Una Salud (One Health), para que en las acciones a realizar se involucren seres humanos, animales, sectores de salud vegetal y ambiental.

En ese contexto, un grupo de expertos nacionales desarrolló el Plan de Acción Nacional de Lucha contra la Resistencia a los Antimicrobianos Costa Rica 2018-2025 (decreto Decreto 41.385-S, publicado el 4 de enero de 2019 en La Gaceta). Algunos elementos de ese plan se han podido desarrollar o mejorar los ya existentes, destacando el Programa de Vigilancia de la Resistencia a los Antimicrobianos del Instituto Costarricense de Investigación y Enseñanza en Nutrición y Salud (INCIENSA) y los Programas de Optimización de Antimicrobianos (PROA) implementados en algunos servicios de salud, públicos y privados del país.

Pero este esfuerzo, en mi opinión, ha sido insuficiente y hasta cierto punto relegado por otras prioridades en salud. Es urgente que las autoridades correspondientes y la sociedad costarricense en general le den a este problema de salud pública la importancia que merece. El Plan de Acción Nacional no debe convertirse en letra muerta ni es un documento final, el gobierno debe dotar de recursos humanos y económicos de manera sostenible para fortalecerlo. El país requiere con premura de este Plan de Acción Nacional, para que represente una oportunidad para promover el trabajo intersectorial entre todos los actores involucrados, incluyendo el sector político, las universidades públicas y privadas, los colegios profesionales y las asociaciones de especialistas y, por supuesto, la industria farmacéutica, entre otros, para crear grupos de trabajo y poder así abordar todas las aristas de este complejo problema.

Es importante mejorar la educación, la concientización y la comunicación pública sobre la resistencia a los antimicrobianos, mejorar el diagnóstico clínico y los sistemas de vigilancia del surgimiento y dispersión de microorganismos resistentes, implementar medidas de prevención y control de infecciones, incluyendo los programas de vacunación, definir protocolos de tratamiento y guías clínicas, y generar estrategias de producción agropecuaria que tiendan a disminuir el consumo de antimicrobianos y la contención de microorganismos resistentes. Resulta también fundamental promover la investigación en el desarrollo de novedosas medidas preventivas y nuevos medicamentos y otras alternativas terapéuticas con la participación activa de la industria farmacéutica y el sector académico nacional.

Es urgente el compromiso entre todos los actores para procurar una forma más prudente y racional de utilizar los antimicrobianos. Somos nosotros, los seres humanos, quienes provocamos el problema, somos nosotros también quienes debemos hacer el esfuerzo por contenerlo y preservar la utilidad futura de los medicamentos antimicrobianos. Es una responsabilidad de todos y cada uno de nosotros y no debemos evadirla.

Fernando García Santamaría, PhD – Profesor Catedrático
Centro de Investigación en Enfermedades Tropicales, Facultad de Microbiología, Universidad de Costa Rica

La Ruta de la privatización de Marta Esquivel – Inmoral lucrar con la salud de la población

Comunicado

Marta Esquivel, presidenta ejecutiva de la CCSS, está frenéticamente impulsando una RUTA DE PRIVATIZACIÓN de los servicios de salud, y ahora, en un improvisado plan denominado “la ruta de la salud”, ordenó a la administración salir a buscar en el mercado proveedores de servicios privados.

En el oficio DTBS-APBS-0989-2023, fechado  23 de octubre de 2023, la Gestora Desarrollo de Proveedores de la CCSS, le consultó a diversos proveedores de servicios privados, la disponibilidad que tienen para ofrecer servicios médicos de baja complejidad, con una proyección de compra, hasta por 8 meses.

Entre los servicios que oferta la CCSS están los siguientes: cirugías de hernias, vesícula, artroscopia, túnel carpal, ecocardiograma, ultrasonidos, reporte de TAC.

A los prestadores privados, se les otorgó un plazo, hasta el próximo lunes el 30 de octubre de 2023, para presentar las ofertas.

La presidenta ejecutiva, valiéndose de este mecanismo de contratación, que jamás vendría a solucionar la crisis de las listas de espera, por contrario, maliciosamente pretende privatizar los servicios de salud.

UNDECA deplora este ardid privatizador, cuyo objetivo es favorecer los grandes consorcios privados médicos, que estaría obteniendo ganancias millonarias a costa de la salud de la población.

La Caja tiene los recursos y la capacidad instalada para resolver oportunamente, estos procedimientos y en general las listas de espera.

Nos oponemos rotundamente a esta estrategia privatizadora, que ha fracasado en otros países de Latinoamérica, debilitando la institucionalidad pública y menoscabando los recursos financieros.

Foro Salud Pública en Costa Rica

El pasado 10 de octubre la Vicerrectoría de Extensión de la Universidad Nacional llevó a cabo el foro “Salud Pública en Costa Rica: Caja Costarricense de Seguro Social» en el auditorio Clodomiro Picado, Campus Omar, Heredia. La transmisión duró alrededor de 4 horas donde se contó un panel de invitados de diversas disciplinas con el fin de analizar la situación actual que atraviesa la Caja Costarricense de Seguro Social y la realización de propuestas para su fortalecimiento. 

Para observar la repetición de la transmisión del foro, ingresar al siguiente enlace:

Foro Salud Pública en Costa Rica: Caja Costarricense de Seguro Social

Vicerrectoría de Extensión UNA

Objetivo:

Analizar la situación actual de la Caja Costarricense de Seguro Social, su significado para el país y plantear propuestas para su fortalecimiento.

Fecha: 10 de octubre de 2023

Hora Costa Rica: 8:30 a.m. a 12:00 m.d.

Lugar: Auditorio Clodomiro Picado, Campus Omar Dengo, Heredia.

Enlace: https://una-cr.zoom.us/j/86130171520

ID: 86130171520

Actividad gratuita y abierta a la comunidad nacional.

Modalidad: bimodal

Transmisión directa:  Facebook Live: @vicerrectoriaextensionUNA

Más información:

https://eventos.una.ac.cr/104356/detail/foro-salud-publica-en-costa-rica-caja-costarricense-de-seguro-social.html

21 de setiembre Día Mundial del Alzheimer

Dra. Oliva Brenes Antonini
Especialista en Psiquiatría y en
Administración de Servicios de Salud
Miembro Honoraria de ACANAMED

El 21 de setiembre es el Día Mundial del Alzheimer, esta enfermedad fue descrita en el año 1906 por Alois Alzheimer (1864 – 1915) médico psiquiatra alemán quien examinó post mortem el cerebro de una paciente quien sufría de demencia. Alzheimer describió los cambios histopatológicos de la corteza cerebral de la paciente la que encontró con atrofia y con placas amiloides y ovillos neurofibrilares.

Esta enfermedad es un importante problema de salud pública. El Alzheimer es la causa más frecuente de demencia, hasta en 60% de ellas; es de evolución lenta, progresiva, causa daños irreversibles en el cerebro, es incurable y letal. Tiene altos costos físicos, emocionales y económicos.

Consta de varias etapas, donde uno de los primeros signos es la pérdida gradual de la memoria reciente. Los síntomas se van agravando y a los trastornos de memoria se suma la desorientación en tiempo y en espacio, trastornos de pensamiento, trastornos de conducta y trastornos sensoperceptivos. Los pacientes tienden a hablar cada vez menos, hasta llegar al mutismo; descuidan su higiene personal, pierden control de esfínteres, y hay que manejar debidamente sus problemas de deglución.

El cuidador debe ocuparse de todas estas situaciones, de acuerdo con las etapas en la que esté el paciente, movilizarlo para evitar úlceras de decúbito, y aspirarle flemas. Si tiene enfermedades crónicas como hipertensión arterial, problemas cardiovasculares, diabetes, hipotiroidismo hay que proporcionales el soporte farmacológico indicado.

La enfermedad suele diagnosticarse por la clínica, generalmente es un familiar allegado del paciente el que lo lleva a consulta; pero algunos enfermos tienen la capacidad de darse cuenta de que algo anda mal, en etapas tempranas y acuden al médico. En la actualidad hay biomarcadores que pueden ayudar con un diagnóstico temprano.

Se han logrado algunos avances en la comprensión de la enfermedad, se sabe que la edad es un factor de riesgo, especialmente después de los 65 años; también tiene importancia el estilo de vida, algunos factores genéticos y comorbilidades, como la hipertensión arterial.

El paciente con Alzheimer es un reto para su familia, necesita cuidado continuo y escrupuloso. Este cuidado agota al cuidador que debe tener completo apoyo familiar, con días de descanso y soporte económico. Es importante la dinámica familiar, donde las relaciones familiares juegan un papel vital evitando la institucionalización del paciente. Los cuidadores pueden experimentar deterioro de su salud física, mental y social. Cuidar a una persona con Alzheimer significa una gran responsabilidad. La familia como sistema integrado por elementos interactuantes e interdependientes debe asumir el compromiso de reconstruir las relaciones con el enfermo y entre ellos, dentro de un marco de respeto.

El cuidador debe ser capacitado en la atención del enfermo y establecer un sistema que beneficie a ambos en una buena calidad de vida. Se puede acudir a los grupos de apoyo.

Hay que simplificar actividades y adaptar la vivienda para que no haya riesgos para el paciente, el que de preferencia debe mantenerse activo en el día para que duerma mejor en la noche.

Actualmente hay investigaciones científicas con el fin de encontrar un medicamento para controlar la enfermedad, o, idealmente, curarla.