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Etiqueta: seguridad alimentaria

Seguridad Alimentaria: La vida humana, entre la ambición neoliberal y la solidaridad de los pueblos

El programa Alternativas invita al público a sintonizar el panel titulado “Seguridad Alimentaria: La vida humana, entre la ambición neoliberal y la solidaridad de los pueblos”, que se transmitirá el viernes 11 de julio de 2025 a las 18:00 horas.

Esta edición contará con Ericka Céspedes Arguedas, quien es ingeniera agrónoma con énfasis en riego y drenaje; Irené Barrantes Jiménez, especialista en derechos humanos de las mujeres; Trino Barrantes Araya, poeta en construcción, historiador insurgente y secretario general del Partido Vanguardia Popular; y Guido Sibaja Fonseca, productor agroalimentario.

El programa se emite mediante las redes de Alternativas como se muestra en el afiche.

Además, se retransmitirá por Radio Guanacaste 106.1 FM, Radio Soberanía y Radio Revolución.

Las gentes del mundo se reúnen y manifiestan para cantar una sola canción de justicia por el planeta

Carlos Manuel Muñoz Jiménez

El secreto

En el libro “El vendedor más grande del mundo” de Og Mandino, al final, el gran secreto de cómo vender es heredado a Pablo (de Tarso) que llega cansado y abatido por las peripecias que ha sufrido por parte del imperio romano como consecuencia de su mensaje cristiano. Resulta que el secreto del vendedor más grande del mundo únicamente está destinado a aquella persona que demuestre ser capaz de compartir un mensaje a pesar de todas las dificultades, pues la cualidad del vendedor más grande del mundo es -ni más, ni menos que esta-: la de ser capaz de compartir su mensaje de forma decidida.

Lo que la ciencia está revelando

Según la prestigiosa revista científica Nature Communications, el Ártico tendría su primer día sin hielo marino en 2027, por lo tanto, las generaciones futuras están a pocos días de no conocerlo, tampoco conocerán los osos polares que viven en el hielo marino.

Recientemente otra revista referente mundial como Bloomberg, alertó que el mundo ya superó los 1,5 grados de calentamiento global, lo que, como he expuesto en los artículos previos de esta serie (publicados en Surcos Digital, Costa Rica), implica una catástrofe climática y humana (ver en Bloomberg: El mundo ya habría superado meta de calentamiento global de 1,5 °C).

Los Acuerdos de París, consistían en no sobrepasar los 1,5 grados en 2030, pero este límite ya se ha superado debido a la falta de compromiso de los países y sectores industriales globales de disminuir el uso de combustibles fósiles. Y, además, por el hecho de que es un tema oculto para la opinión pública y la ciudadanía en los países del tercer mundo. Sin duda, si fuera de conocimiento público ya la sociedad habría dado un vuelco decisivo.

La revista Nature Communicatios, en la misma línea, el 10 de enero de 2025, comentó que: Hasta ahora, el umbral se ha superado sólo durante un año, pero la humanidad se acerca al final de lo que muchos pensaban que era una “zona segura” a medida que el cambio climático empeora.” (Earth breaches 1.5 °C climate limit for the first time: what does it mean? January, 2025)

El planeta cambió para siempre. Esto afectará la agricultura

En Costa Rica llovió a mediados de febrero, algo inhóspito, y, dicho en palabras de los campesinos que saben, -significa que la tierra no está bien-, esto provocará la disminución de la producción agraria de productos básicos.

Los ciclos de las estaciones son fundamentales para esta sociedad del siglo XXI, son los ciclos con los cuales los agricultores en todo el planeta siembran la comida que comemos, sin ciclos, sin estaciones, no se puede asegurar ninguna cosecha, como lo advierte Juan Bordera, científico español (¿El final de las estaciones?, 2024). Este año ya hemos visto los precios de la escasez en la papa, la cebolla, el tomate, la vainica, los huevos, entre otros.

Vivimos un tecnocidio. Mientras estamos alertas en los teléfonos a ver las actualizaciones de las redes sociales, las estaciones del planeta cambian dramáticamente. Son estas mismas las que permiten y han permitido que la agricultura se pueda sembrar año con año desde el Neolítico, lo que permitió la gran revolución agraria humana y la construcción de nuestra civilización, eso, como estamos siendo testigos, no volverá nunca más, la humanidad lo ha modificado para siempre. Pero en esto no estamos alerta.

Pronostican el inicio de una hambruna

Según la cadena Euronews, en el mes de enero de este año, más de 150 premios nobel y del premio mundial de la alimentación, solicitaron un esfuerzo para evitar una crisis mundial alimentaria e instar a que se tomen medidas para hacer frente a hambrunas., los más de 700 millones de personas que sufren de hambre en el mundo podrían aumentar como resultado del cambio climático y el crecimiento demográfico, a menos de que se hagan esfuerzos de producir más y distintos alimentos.

Inquietan las noticias de la producción mundial del maíz, en relación a la preocupación que existe por la disminución en la producción de este grano por mal tiempo y plagas (Bloomberg, 2024).

Las repercusiones de una caída del maíz son globales ya que su cadena es muy amplia e importante, desde su uso como alimento humano como la masa, las tortillas y todos sus derivados, hasta su uso fundamental como alimento para animales de producción.

Otro panorama alimentario, fue la escasez de huevos en Estados Unidos, como consecuencia de un brote de gripe aviar que provocó el aumento del precio del producto a casi el doble y enfrentamientos en supermercados (BBC News Mundo: Porqué se ha disparado el precio de los huevos en EEUU y hasta los supermercados racionan su compra).

Este año el clima está manifestando más fuertemente, debido al fenómeno la niña, y eso, con todo lo anterior podría causar grandes pérdidas de alimentos a nivel global.

La guerra

Con la Tercera Guerra Mundial en latencia, también, nos encontramos en un momento delicado respecto a una posible alza de los precios de los alimentos que se tranzan a nivel internacional (aceite, arroz, frijoles, maíz, trigo, etc.), pudimos ser testigos de las consecuencias de una guerra en Ucrania (uno de los grandes productores mundiales de trigo), con el aumento del precio del trigo, y del pan.

Pudimos ser testigos de lo que implica una guerra entre superpotencias militares como Irán, EUA e Israel, en tan solo 12 días, escalaron las tensiones internacionales, subió el precio del petróleo, con los respectivos peligros de una guerra atómica, y la respuesta estratégica declarada por parte de Irán del cierre del Estrecho de Ormuz, por donde transita el 20% del petróleo mundial.

Las fricciones diplomáticas entre grupos de países, políticamente, nos permite anticipar un futuro con menos ayudas humanitarias, y potencias interesadas en el negocio de la guerra, se hizo evidente el desenmascaramiento de países europeos como Alemania, Francia y Reino Unido desobedeciendo el Derecho Internacional Humanitario, brindando apoyos militares al estado de Israel liderado por el genocida Benjamín Netanyahu.

Las juventudes no pueden confiar su futuro a este presente

Los jóvenes que estarán viviendo en el 2045 no pueden confiar que esta sociedad, la que cambio el clima para siempre, les va a disponer de recursos básicos para su vida, sobre todo alimentarios, de vivienda o de trabajo, ni de justicia social, ambiental o política. Los científicos mundiales advierten que esta sociedad a la deriva, está malgastando los recursos del futuro cercano.

El crecimiento económico infinito en un planeta con límites finitos no tiene sentido, como lo ha demostrado el científico español Antonio Turiel, quién ha llevado un mensaje profético en los últimos años; también ha enviado un mensaje honesto a las juventudes españolas.

Muchos jóvenes alrededor del planeta, los vemos en las redes, están en contra de la explotación del planeta de forma indiscriminada, manifestándose en contra de leyes que justifican que el ser humano perjudique a las demás especies. Son testigos de un autoritarismo humano sobre la Madre Tierra, están en contra de la injusticia.

La flotilla Madleen fue una emisaria global de esta indisposición juvenil, jóvenes activistas arriesgando inclusive sus vidas en pro de romper el cerco en Gaza para la entrada de alimentos o “break the siege” como se dice globalmente.

El planeta, según los datos globales, posee cuatro veces el nivel de radiación que tenía la última extinción de los dinosaurios (Ver en Petrocalipsis: Antonio Turiel), el aumento continuo de la temperatura planetaria como consecuencia de una falta de compromiso humano nos podría llevar a escalas de extinción a 4° (cuatro grados) de calentamiento global, el último ser humano podría respirar en el año 2100.

Nuestro presente es común en todo el planeta

Voces de personas, organizaciones y pueblos del mundo se están reuniendo en una sola canción de justicia. A pesar de la embestida del desinterés climático, del autoritarismo y neo-fascismo mundial, millones de voces en el mundo de todas las edades, razas o creencias, se alzan en pro de un presente de esperanza para la humanidad y para el planeta.

En un sentido similar, en su escrito “De las democracias fallidas a Javier Milei”) el argentino Alberto Crocce (ver en albertocesarcroce.wordpress.com), educador popular, miembro de la Escuela Latinoamericana de Actoría Social y Juvenil, se expresa indicando lo siguiente:

La gran pregunta que me hago todos los días es qué podemos ofrecer nosotros, los que seguimos creyendo en algunos valores humanistas y sociales, para construir una realidad diferente que vuelva a hacernos soñar con los valores que la democracia nos había enamorado.”

Pareciera que es la gran pregunta a responder y la gran respuesta por accionar, sin duda, ¿cómo construir otro presente más justo que tenga raíz en las gentes y no en las élites políticas?

Diez consignas globales:

  1. Demandar Justicia, Igualdad y Paz para con la naturaleza como primer requisito indispensable para una vida justa y en armonía.

  2. Erradicar la guerra.

  3. Erradicar y sustituir por completo el uso de combustibles fósiles como fuente de energía, para así lograr sobrevivir al cataclismo planetario de la crisis climática (Ver Noticias ONU: COP 29, noviembre de 2024).

  4. Terminar con este sistema económico que explota irracionalmente los recursos del planeta, dañando al planeta y reduciendo peligrosamente los recursos para las generaciones futuras humanas y animales.

  5. Establecer un sistema de vida humano con valores verdaderamente justos.

  6. Establecer un sistema de producción agroalimentaria local, autónoma y solidaria capaz de adaptarse al nuevo clima.

  7. Impedir cualquier tipo de discriminación y violencia por motivo de nacionalidad, edad, género o creencias, al contrario, frente al éxodo que vive el mundo de poblaciones obligadas a dejar su hogar por causas como la crisis climática, las guerras, la hambruna, los conflictos sociales y políticos, etc., establecer nuevas formas de adaptación humana.

  8. Exigir la participación en la toma de decisiones climáticas locales y globales, exigir derechos climáticos.

  9. Construir movimientos sociales, que no tengan raíces en las élites políticas, que realmente representen al pueblo y tengan cupo en puestos de la dirigencia política de los países.

  10. Generar grandes movilizaciones a nivel mundial para obligar a los actuales gobiernos del mundo a tomar estas medidas de forma inmediata.

Lo que los gobiernos del mundo no pueden o quieren hacer, lo deberán hacer los pueblos.

Rosario, 7 de julio de 2025.

Costa Rica: El campo se marchita bajo el peso de la deuda, las importaciones y el criminal modelo neoliberal

Martín Rodríguez Espinoza

El pasado 15 de mayo, en el Día Nacional del Agricultor, pasó inadvertido para los medios, para el gobierno y, por supuesto, para el pueblo en general.

Es un día, supuestamente, para rendir homenaje a quienes cultivan la tierra, a los campesinos y campesinas que producen los alimentos, pero la realidad del sector agrícola costarricense es muy alarmante. La combinación de políticas neoliberales, crisis económica, abandono institucional, favorecimiento a los delincuentes importadores que financian campañas electorales, y la creciente dependencia de esas importaciones ha dejado a muchos agricultores en la ruina absoluta.

Costa Rica, que anteriormente fue autosuficiente en productos como arroz, frijoles, papa, ajo y carne, ha visto cómo la producción nacional disminuye brutalmente y las importaciones aumentan. Esto no es casualidad, responde a décadas de políticas neoliberales que priorizaron la apertura comercial, la reducción del Estado y la liberalización de los mercados, mediante TLC por ejemplo, relegando el agro nacional a un segundo o tercer plano. Esta tendencia ha debilitado la economía rural, destruido miles de empleos y puesto en riesgo la seguridad alimentaria del país.

Lo más preocupante es que esta situación no solo es una crisis económica o social, es también una amenaza directa a la soberanía nacional. La creciente dependencia de alimentos importados expone al país a la volatilidad de los mercados internacionales, la usura de los importadores y reduce su capacidad de decisión sobre un aspecto tan básico como la alimentación de la población.

Ahora vemos cómo por la falta de acceso a financiamiento formal, venta de sus cosechas y falta de asesoría e insumos, muchos agricultores recurren a préstamos informales conocidos como «gota a gota», ofrecidos por redes criminales vinculadas al narcotráfico. Estos créditos imponen tasas de interés abusivas y métodos de cobro violentos. Según datos del CINPE-UNA, unas 225.000 personas en Costa Rica han caído en esta trampa por la ausencia de alternativas financieras viables.

Es tal la situación del avance de estas bandas criminales, que no encuentran oposición por parte del gobierno costarricense, que el propio ministro de Seguridad, Mario Zamora, ha denunciado que “hay comunidades enteras sometidas al terror de estos prestamistas, quienes utilizan amenazas y agresiones para cobrar.” Pero no dice cómo su ministerio va a atacar, de verdad, a esas bandas criminales que incluso tienen ventanas de préstamos por todo el país. Ese es el reflejo más brutal del abandono estatal en el campo.

Aunque el gobierno ha dicho penalizar el «gota a gota» con hasta 15 años de cárcel, también dice que será “cuando haya vínculos con el crimen organizado”, lo que nunca se demuestra.

Algunos bancos han lanzado iniciativas para dar opciones seguras de crédito, estas medidas aún son muy limitadas frente al tamaño del problema.

La crisis del agro costarricense no es un accidente, es consecuencia de un modelo económico que ha favorecido la importación sobre la producción nacional, ha desmontado instituciones y políticas de apoyo agrícola, y ha dejado al pequeño productor expuesto al mercado global sin protección. Miles de familias campesinas no solo no cuentan con apoyo para producir, sino que son reprimidas policialmente por hacerlo, despojados de la tierra, perseguidos, golpeados y encarcelados.

Rescatar el campo es un asunto de soberanía, dignidad y justicia social. Es momento de cuestionar el rumbo actual y plantear una reforma estructural que recupere el rol estratégico del agro en la economía nacional, garantice la autosuficiencia alimentaria y ofrezca condiciones dignas para quienes alimentan al país.

Nicaragua viene superando a Costa Rica en todos aquellos aspectos en los cuales antes teníamos una buena posición, ha construido más de 70 hospitales públicos, carreteras y desarrollo de infraestructura vial, vivienda popular, electrificación con energías renovables en más del 98%, una agricultura fuerte y autosuficiente, desarrollo de puertos públicos, sistema educativo universitario público absolutamente gratuito, y todo eso generando amplias fuentes de empleo.

Hoy Costa Rica es costa pobre, saqueada, robada, estafada, asaltada, ultrajada. Por décadas de gobiernos corruptos y por el actual de Rodrigo Chaves, al fin de cuentas, son lo mismo y gobiernan para los mismos corruptos.

19 de mayo de 2025

El Día del Agricultor en plena crisis de la agricultura, ¿qué celebramos realmente?

German Masís

Este 15 de mayo, se celebra el día del agricultor, pero lo que celebramos realmente, es la progresiva desaparición del agricultor, que ocurre cada año ante nuestros ojos y que cada Gobierno desde 1986, se ha encargado de ignorar la importancia de la agricultura, de desmantelar el apoyo estatal hacia esta actividad, de políticas simbólicas y ficticias y de convertir al agricultor en una figura del folklore y de la añoranza del pasado.

Precisamente hoy, en esta fecha, los medios de comunicación revelan que el sector agro, pierde 54.000 empleos en seis años y alcanza su punto más bajo en una década. Unas 206.000 personas se dedicaron a la agricultura, ganadería, silvicultura y pesca en el 2024, cifra que no se veía hace una década, es decir esto representa una reducción del 20%, desde el 2018 y eso que en ese año el número de ocupados tuvo un repunte.

Pero la situación de las personas ocupadas es aún más delicada, ya que, en el cuarto trimestre de 2024 (octubre, noviembre y diciembre), el número de personas ocupadas en esta actividad llegó a 197.887. Esto convierte a dicho trimestre en el que presenta el resultado más bajo, al menos desde el año 2011. (El Observador.com,15-5-2025)

Ya a principios del 2024, la encuesta de microempresas elaborada por el INEC, reveló que 74.787 agricultores fueron expulsados de su actividad económica en los últimos dos años, siendo el agro el que más perdió microempresarios, cuya actividad es más pequeña, siembran en sus propios terrenos y las producciones son bajas, es decir se trata de agricultores de escasos recursos que deben abandonar su actividad y que son parte de los pobres rurales de las regiones periféricas del país.(ElObservador.com,26-2-2024)

Por eso, tampoco nos sorprende ver la información del IMAE sobre el descenso de la producción agrícola, donde Marzo de 2025 se convirtió en el quinto mes consecutivo con disminución en la producción agropecuaria, pues a partir de noviembre la tendencia cambió y la producción ha disminuido mes a mes, acumulando cinco meses consecutivos de retroceso:

Noviembre 2024: -1,1%
Diciembre 2024: -3,1%
Enero 2025: -4,4%
Febrero 2025: -4,3%
Marzo 2025: -2,9%
(El Observador.com,14.5.2025)

Las causas y las explicaciones para un proceso de deterioro que se inició hace varias décadas, tanto de parte del sector gubernamental, como de las propias organizaciones agrícolas, ya hasta suenan reiterativas y desgastadas.

El Banco Central explica en su Informe de Política Monetaria de abril que la actividad agropecuaria se vio afectada de varias formas debido a situaciones climáticas: se produjo una merma en la producción orientada al mercado externo, como la de banano y piña. Hubo una menor producción en actividades agrícolas de ciclo corto, como papa, hortalizas, plátano y cebolla.

Mientras que, desde la Cámara de Agricultura y Agroindustria, “el sector agropecuario nacional atraviesa una grave crisis”, que, desde su perspectiva, obedece a varios factores, entre ellos los fenómenos climáticos adversos, que están generando una baja en la producción y otro es la pérdida de competitividad en las actividades agroexportadoras y del mercado interno, debido a la apreciación del colón frente al dólar.

Pero éstas son razones coyunturales y el deterioro de la actividad agropecuaria, responde a causas estructurales, relacionadas con las transformaciones del modelo de desarrollo económico impulsadas a lo largo de 4 décadas, dirigidas a la apertura comercial y al establecimiento de una economía de servicios, en la que predomina la inversión extranjera y en la que la actividad agrícola es una actividad secundaria y hasta marginal (la producción para el mercado interno).

De ahí que, que la reducción en el área sembrada de cultivos para el mercado nacional, ya no sorprenden y hasta parecen anecdóticos, como las datos de que las extensiones de terreno con sembradíos de arroz, frijoles y maíz en Costa Rica alcanzaron nuevos mínimos, pues pasó de 154.658 en 1990 a 36.226 en 2023. La disminución es del 75%. lo que se refleja en la cantidad de personas empleadas en ese sector.

Otro ejemplo es la cebolla, en la que la producción nacional de este producto cayó en el 2024, hasta uno de sus puntos más bajos de la última década, con unas cifras que pasaron de 45.585 en el 2023 a 35.788 toneladas métricas en el 2024, que según el Consejo Nacional de Producción (CNP) representa una disminución del 21,5%.

Como lo apuntábamos en un artículo anterior denominado, La producción alimentaria nacional se debate en sus niveles mínimos, se decía que esta reducción en el área cultivada y también en la producción de las actividades agrícolas, podría estar llegando al límite mínimo (piso) de producción nacional de ciertos alimentos y que un descenso mayor en ellos, podría llevar al desabastecimiento y al aumento desmedido de la importación como ha ocurrido con el arroz, el maíz y el frijol o recientemente con la cebolla y la papa, situación que tiene implicaciones en la salida de productores de la actividad, sobre el empleo agrícola y sobre la disponibilidad de alimentos y la seguridad y soberanía alimentaria del país y sobre el uso de las tierras agrícolas en otras actividades en algunas regiones periféricas del país.(surcosdigital.com,1-10-2024)

Igualmente lo señalábamos en otro artículo titulado Los Cambios en la Encuesta Nacional Agropecuaria 2023 confirman la tendencia al deterioro de la actividad agrícola. En ese artículo se mencionaba que la encuesta tenía entre sus principales revelaciones un descenso significativo en el área sembrada de los cultivos anuales con respecto al año 2022 y un descenso menor en los cultivos permanentes entre los dos años.

El descenso en el área dedicada a los cultivos anuales, era provocado principalmente por el descenso en el área de producción de arroz y en menor medida en las áreas de maíz y papá en el último año, En cuanto a los cultivos permanentes, el descenso en el área se dio sobre todo en las áreas de producción café, banano, caña y plátano.

En un artículo todavía anterior, denominado El SOS de la producción agroalimentaria interna y de la seguridad alimentaria ante la ausencia de políticas para el sector, decíamos que el país y sus regiones, fueron autosuficientes y soberanos en muchos productos que ahora importamos y lo más grave, es que se trata de los alimentos básicos de la población, el arroz, los frijoles, el maíz, las hortalizas y a veces hasta los huevos, el azúcar y el café.

La producción agroalimentaria para el mercado interno ha ingresado en el círculo perverso del comercio alimentario, de disminución de la producción nacional, aumento de las importaciones, aumento de los precios al consumidor y crecimiento de las ganancias de los importadores y empobrecimiento de los productores nacionales, que algunos políticos celebran con júbilo.

Mediante continuos artículos en defensa del agricultor y de la agricultura nacional, hemos estado escribiendo junto a algunas instituciones con intereses similares, la historia negra o la obra dramática del agricultor y la agricultura nacional, que ve desaparecer de manera inexorable una ocupación y una actividad que es parte de la identidad nacional y que en otros países consideran estratégica: la producción de alimentos.

El Informe del Estado de la Nación 2023, decía que “La disminución en la producción de granos básicos compromete la seguridad alimentaria y nutricional de la población, pues no promueve una oferta suficiente y constante de alimentos que garantice la satisfacción de las necesidades de la población”.

En tanto, la Defensoría de los Habitantes en una investigación realizada el año anterior, afirmaba que el país disminuyó su capacidad de autoabastecimiento de productos básicos para la alimentación, por las condiciones climáticas, la disponibilidad de tierras y la apuesta nacional por la protección del medio ambiente, el principal factor es la falta de políticas públicas que apoyen a los sectores productivos.

Sin embargo, no hay mejor explicación a la situación de los agricultores y de la agricultura nacional, que las manifestaciones de los propios agricultores, que cada semana concurren a las ferias del agricultor a pesar de los diversos problemas que enfrentan “para seguir siendo productores”.

El mes pasado y en relación con la situación de la producción y comercio de la cebolla un productor de Tierra Blanca expresó que nunca había pasado por una situación tan complicada como la actual, en la que el mercado nacional no está absorbiendo la producción nacional, porque el Cenada y los supermercados prefieren importar cebolla que comprarle al nacional.

Otro productor de Santa Ana, afirmó queeso es un desplazamiento de la producción nacional (…) Y cuando ellos (importadores) dominan la oferta dominan el precio”, la lógica es clara, producir menos para importar más y que los importadores obtengan grandes ganancias en el comercio del producto.

Y finalmente una productora de San Carlos, que vende en la feria del agricultor de Cartago, tubérculos, maracuyá y plátano, expresó que “ya no aguantamos más, los insumos altísimos, la gasolina también, nos cobran todo y para el gobierno no existimos, nos quieren desaparecer, mientras que en otros países cuidan y chinean a los agricultores.

Costa Rica traza el rumbo hacia la pesca sostenible con recomendaciones técnicas, sociales y ambientales

San José, 14 de mayo de 2025 — La pesca sostenible se ha convertido en un tema prioritario para Costa Rica, no solo por su relevancia económica, sino por su impacto directo en la seguridad alimentaria, la biodiversidad marina y la estabilidad de las comunidades costeras. En respuesta a los desafíos crecientes que enfrenta este sector, el Parlamento Cívico Ambiental presentó el informe “Elementos clave para la pesca sostenible”, resultado del Encuentro Técnico celebrado en enero de 2025 con participación de expertos nacionales, organizaciones científicas, representantes comunitarios y autoridades vinculadas al ámbito marino-costero.

Este documento ofrece un diagnóstico claro sobre la situación actual de la pesca en Costa Rica, expone los principales obstáculos para su desarrollo sostenible y plantea un conjunto de recomendaciones orientadas a fortalecer la gobernanza pesquera, mejorar la calidad de la información científica disponible, incorporar el cambio climático en la gestión y promover la equidad en las comunidades costeras.

Desafíos múltiples y urgentes

Entre los principales hallazgos del informe se destaca:

  • La falta de datos científicos actualizados sobre el estado de las poblaciones pesqueras y el esfuerzo de pesca aplicado, lo que impide una gestión adecuada basada en evidencia.

  • La debilidad institucional y normativa del sector, con procesos de fiscalización limitados, escasa transparencia y una trazabilidad deficiente de las capturas.

  • El impacto creciente del cambio climático, que podría reducir las capturas en el Pacífico en un 15% y en el Caribe en un 30% para el año 2050, afectando no solo la productividad pesquera, sino también la seguridad alimentaria.

  • La falta de alternativas económicas viables para las comunidades pesqueras, muchas de las cuales dependen casi exclusivamente de la pesca artesanal para subsistir.


Un llamado a la acción: recomendaciones para transformar el sector

El informe plantea una ruta clara para alcanzar la sostenibilidad pesquera en el país, articulada en tres ejes estratégicos. En el plano técnico y científico, urge establecer sistemas de monitoreo y recopilación de datos biológicos que permitan estimar el estado de las poblaciones y definir límites de captura.

Desde lo social, se destaca la importancia de involucrar a las comunidades costeras mediante educación ambiental, participación activa y diversificación económica. Actividades como el ecoturismo y la pesca turística pueden reducir la presión sobre los recursos, al tiempo que mejoran los ingresos locales y promueven prácticas sostenibles.

Finalmente, a nivel de gobernanza, se recomienda reformar a INCOPESCA para que se alinee con los objetivos de sostenibilidad, y establecer marcos normativos dinámicos que respondan a los retos actuales, incluyendo el cambio climático. Herramientas como vedas, tallas mínimas y áreas marinas protegidas son esenciales para la recuperación de las especies y la salud del ecosistema marino.

Damián Martínez-Fernández, miembro de la Comisión Marino Costera del Parlamento Cívico Ambiental, subrayó:

Costa Rica enfrenta el reto de reconducir su modelo pesquero hacia la sostenibilidad. Este informe no solo evidencia las áreas que debemos mejorar, sino que ofrece ideas de cómo lograr una pesca que respete los límites del ecosistema y fortalezca el bienestar de las comunidades costeras. Es una invitación abierta a todos los sectores a construir juntos un futuro donde la conservación y el desarrollo caminen de la mano.”

Descargue el informe completo: https://fishcostarica.org/key-elements-for-sustainable-fshing/

Vea el resumen del Encuentro Técnico:

La producción alimentaria nacional se debate en sus niveles mínimos: el caso de la cebolla

German Masís

En una noticia de ayer 15 de abril, se dio a conocer que la producción nacional de cebolla disminuye mientras que las importaciones llegan a su punto más alto, a la vez que productores nacionales reclaman que esta actividad va a desparecer debido a las importaciones. Según esta información, las toneladas métricas pasaron de 45.585 en el 20223 a 35.788 en el 2024, con una disminución del 21.5%, considera como una caída significativa por el CNP.

Este dato sobre la reducción de la producción de cebolla, se encuentra probablemente ya entre los niveles mínimos a los que puede llegar la producción nacional de este cultivo en el país, situación sobre la que se ha venido alertando desde hace varios años.

El año anterior, en el análisis de los cambios en la Encuesta Nacional Agraria 2023, se mencionaba la tendencia al deterioro de la actividad agrícola y la aproximación a la producción mínima en las principales actividades agroalimentarias.

Se decía que esta reducción en el área cultivada y también en la producción de las actividades agrícolas, podría estar llegando al límite mínimo(piso) de producción nacional de ciertos alimentos y que un descenso mayor en ellos, podría llevar al desabastecimiento y al aumento de la importación como ha ocurrido con el arroz, el maíz y el frijol o al aumento en el ingreso de productos como ha ocurrido con la cebolla y la papa, situación que tiene implicaciones en la salida de productores de la actividad, sobre el empleo agrícola y sobre la disponibilidad de alimentos y la seguridad y soberanía alimentaria del país y sobre el uso de las tierras agrícolas en otras actividades en algunas regiones periféricas del país.(SURCOS,1-10-2024)

En los últimos meses la disponibilidad de cebolla se ha introducido en ese círculo perverso, de disminución de la producción nacional, aumento de las importaciones y aumento de los precios al consumidor, en que había ingresado unos meses antes también la actividad de la papa y que entre las Autoridades del sector agropecuario nadie quiere explicar y menos atender.

Se informa al mismo tiempo, que el año pasado se dio un aumento en la importación de cebollas, es decir, de las que se producen en otros países y se traen a Costa Rica, ya que las importaciones pasaron de 1.663 toneladas métricas en el 2023 a 8.290. toneladas métricas en el 2024, una cifra nunca antes vista.

Los datos recientemente publicados por el CNP indican que este comportamiento al alza en las importaciones parece mantenerse en el 2025. Solo durante enero y febrero se han traído al país 2.322 toneladas, más que todo lo que se importó en cada uno de los años previos al 2023.

Por su parte, el análisis realizado por el CNP también demuestra que hay un aumento sostenido del precio de la cebolla fresca en Costa Rica. De esta forma, el precio promedio por kilo que se paga al productor pasó de ¢800 en el 2021 a ¢1.180 en el 2024 y en ese mismo periodo en el Cenada el precio del kilo subió de ¢844 a ¢1.369.

Pero aún más pronunciado ha sido el aumento en el 2025, pues el incremento en las ferias se movió de ¢1.127 a ¢1.927 por kilo, mientras tanto en los supermercados pasó de ¢1.456 en el 2021 a ¢1.962 en el 2025.

Al respecto, la mejor definición de lo que está ocurriendo en la actividad de la cebolla, la dio un agricultor de Tierra Blanca de Cartago, cuando en la misma información, dice que nunca había pasado por una situación tan complicada como la actual, que el mercado nacional no está absorbiendo la producción nacional, porque el Cenada y los supermercados prefieren importar cebolla que comprarle al nacional.

Desde su punto de vista, durante los últimos meses un grupo de importadores se dieron cuenta de que la cebolla es un buen negocio y es un producto de venta masiva. Debido a esto, el mercado nacional se ha inundado de cebolla de Perú, Nicaragua y Estados Unidos. Mientras tanto, la cantidad de agricultores de cebolla está disminuyendo a una velocidad de 5% al año, según cálculos del sector cebollero.

Eso es un desplazamiento de la producción nacional (…) Y cuando ellos (importadores) dominan la oferta dominan el precio”, afirmó otro productor de San Ana. La lógica es clara y contundente, producir menos para importar más y que los importadores obtengan grandes ganancias en el comercio del producto.

Pero según, la misma información, la cebolla no es el único fruto cuya producción está bajando en Costa Rica. Las encuestas agrícolas desde el año 2020, han señalado que las extensiones de terreno con sembradíos de arroz, frijoles y maíz en Costa Rica alcanzaron nuevos mínimos. La cantidad de hectáreas sembradas de granos básicos en Costa Rica pasó de 154.658 en el año 1990 a 36.226 en el 2023, donde la disminución es del 75%. (El Observador.com,15-4-2025)

Sin embargo, mientras las actividades agroalimentarias para el consumo interno alcanzan niveles mínimos, las Autoridades actuales del sector agropecuario, miran hacia otro lado y distraen su labor en la formulación de una política para el sector agropecuario 2023-2032, en la presentación en mayo del año anterior de un informe en cadena nacional, que denominaron el Agro es fundamental para la Administración Chávez: seguiremos trabajando por su competitividad y avance y a inicios de este año, en la emisión de un decreto para autorizar la importación de papa y cebolla..

Ante esta disociación entre la realidad de la producción agroalimentaria y la acción institucional del sector agropecuario, vuelve a cobrar validez la investigación realizada el año anterior por la Defensoría de los Habitantes sobre el acceso a la Seguridad Alimentaria y Nutricional, que entre sus conclusiones afirmaba que el país disminuyó su capacidad de autoabastecimiento de productos básicos para la alimentación y el principal factor es la falta de políticas públicas que apoyen a los sectores productivos.

Así mismo son reiterativas, pero oportunas las consideraciones incluidas en el artículo denominado El SOS de la producción agroalimentaria interna y de la seguridad alimentaria (Surcosdigital.com18-3-2024), acerca de la necesidad de la formulación de una ley nacional de seguridad y soberanía alimentaria y nutricional, que proteja la producción agroalimentaria de los cambios en las políticas internas de desestimulo a la producción nacional y de estímulo a las importaciones.

Imagen: TEC.

Apertura de la VII Promoción de la Maestría en Gerencia de la Seguridad Alimentaria y Nutricional

La Maestría en Gerencia de la Seguridad Alimentaria y Nutricional (MGSAN) anuncia el inicio de su VII promoción, un programa diseñado para ofrecer una formación que combina teoría y práctica, mediante un plan de estudios innovador que comprende las siguientes áreas de formación:

Sustentabilidad de la Seguridad Alimentaria y Nutricional, que aborda los pilares de la SAN, disponibilidad, acceso, consumo, aprovechamiento biológico y estabilidad alimentaria, integrando la Seguridad Alimentaria y Nutricional (SAN) como un derecho humano y la perspectiva de las dimensiones del desarrollo sostenible.

Políticas de Seguridad Alimentaria y Nutricional, comprende el análisis de las políticas y de sus instrumentos en el ámbito global, nacional y local. Enfatiza en el análisis de las redes de políticas públicas y de actores estratégicos en el diseño, gestión y evaluación de las estrategias en SAN.

Gerencia y gestión holística de planes, programas y proyectos, vislumbra desde la identificación de ideas y espacios de acción en SAN, planes, programas y proyectos, hasta su diseño, formulación, planificación, dirección y evaluación de las acciones desde una perspectiva integral, participativa y multiactoral, así́ como de los conceptos e instrumentos de gerencia social y empresarial para su ejecución eficaz y sostenible.

La MGSAN plantea un abordaje holístico, multidisciplinario y actualizado de las diversas dimensiones de la SAN, entendida como una acción fundamental para el desarrollo pleno e integral del ser humano, mediante la reducción del hambre y la malnutrición, sustentado en los pilares de disponibilidad, estabilidad, acceso, utilización y consumo alimentario saludable y sostenible, como condición necesaria para la prosperidad socioeconómica, la equidad social, la protección ambiental y la preservación cultural, planteamiento enmarcado en los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS).

Por tal razón, la formación incorpora el desarrollo de capacidades humanas y sociales para llevar a cabo eficientemente procesos de diseño, gestión social, gobernanza multiactoral y gerencia de planes, programas y proyectos que contribuyan al mejoramiento de la calidad de vida y de la sociedad en general, dentro de los ámbitos comunitarios, nacional y regional, ante los actuales y permanentes desafíos del mundo globalizado.

Las competencias desarrolladas a lo largo del posgrado conllevan a un perfil ocupacional profesional, capaz de desempeñarse en ambientes universales o focalizados desde organismos públicos, académicos y privados relacionados con la SAN, entre ellos instituciones estatales de diversos ámbitos, empresas privadas, Organizaciones No Gubernamentales, asociaciones comunales, organismos internacionales e instituciones de docencia e investigación universitaria.

La MGSAN se imparte de manera virtual, con un modelo de enseñanza-aprendizaje centrado en el aprendizaje colaborativo entre estudiantes y profesores que facilita la creación de ambientes sociales dinámicos y de comunidades virtuales de aprendizaje, favoreciendo el intercambio de experiencias y optimizando el aprendizaje significativo. Además, permite la utilización de métodos de enseñanza y medios didácticos diversos y modernos estimulando el desarrollo de la creatividad y de nuevas habilidades y destrezas en los estudiantes.

Esta modalidad, a su vez, reduce la distancia geográfica entre los participantes, permitiendo involucrar a personas de diferentes países y lugares distantes, aumentando las posibilidades de acceso a la educación superior y ahorrando recursos por el impacto del proceso educativo.

El programa está dirigido a profesionales con título de pregrado y experiencia en el sector, interesados en potenciar sus habilidades y contribuir a la transformación del sistema de salud.

Para obtener más detalles sobre el proceso de admisión, fechas y el contenido del programa, los interesados pueden visitar el sitio web oficial de la MGSAN o ponerse en contacto directamente con la coordinación académica.

Sitio web: www.mgsan.org
Correo electrónico: mgsan@una.cr
Facebook: www.facebook.com/MGSAN.UNA

Oficina de Comunicación
Universidad Nacional, Costa Rica

El clima agrava la inseguridad alimentaria en América Latina

SANTIAGO – Tres de cada cuatro países en América Latina y el Caribe tienen una alta exposición a eventos climáticos extremos, lo que afecta su seguridad alimentaria, indicó un informe de agencias de las Naciones Unidas divulgado este lunes 27. Mario Lubetkin, subdirector general y representante regional de la FAO (Organización de las Naciones Unidas […]

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Biotecnología agrícola: ¿una solución para la seguridad alimentaria?

Por Vladimir Huarachi Copa

Aunque la biotecnología agrícola se presenta como una posible solución para mitigar los efectos del cambio climático, como la sequía y las heladas, así como para afrontar otros desafíos de la agricultura, en varios sectores de la sociedad boliviana persiste una fuerte resistencia hacia su adopción. Esta reticencia se debe, en parte, a las preocupaciones sobre los posibles efectos negativos de las técnicas biotecnológicas, especialmente relacionadas con las promesas de mayores ganancias, incremento de la producción, reducción de agrotóxicos y la noción de que los transgénicos podrían “salvar el planeta”.

En cuanto a las ganancias, los principales beneficiados por los cultivos transgénicos son, en su mayoría, los grandes empresarios agroindustriales, no los pequeños agricultores. Respecto a la mayor producción, no hay evidencia suficiente que respalde la afirmación de que los cultivos transgénicos generen más ni mejores alimentos. En cuanto a los agrotóxicos, el uso de tecnologías biotecnológicas no ha demostrado reducir su aplicación; por el contrario, puede aumentar su dependencia, lo que representa un grave riesgo para el agua y el suelo. Finalmente, los transgénicos no contribuyen a salvar al planeta del cambio climático; de hecho, algunos estudios sugieren que podrían ser uno de los factores que agravan el calentamiento global.

No obstante, el 12 de agosto de 2024, el ministro de Medio Ambiente y Agua, Alan Lisperguer, expresó públicamente que el uso de biotecnología debe ser regulado por una ley y no a través de un decreto supremo. Además, propuso que su alcance se amplíe a otros sectores, como la salud y la industria, siempre dentro de un marco de evaluación rigurosa. Esta declaración se produce en un contexto en el que, hasta la fecha, el uso de biotecnología en Bolivia solo ha sido aprobado para un evento: la producción de soya resistente al herbicida glifosato (evento RR), autorizado en 2005, un herbicida que ha sido señalado como potencialmente cancerígeno y que afecta la producción agrícola sostenible.

En este sentido, el uso de biotecnología se presenta como un tema controvertido y complejo. Tal como señaló el ministro Lisperguer, su implementación y regulación deben llevarse a cabo mediante una ley, y no a través de un decreto supremo. Esto se fundamenta en el artículo 409 de la Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia, que establece que “la producción, importación y comercialización de transgénicos será regulada por ley”. Sin embargo, también se encuentra en conflicto con el artículo 255, numeral 8, de la misma Constitución, que promueve la “Seguridad y soberanía alimentaria para toda la población” y prohíbe la “importación, producción y comercialización de organismos genéticamente modificados y elementos tóxicos que dañen la salud y el medio ambiente”.

Actualmente, se encuentra en tratamiento dentro de la Cámara de Senadores el Proyecto de Ley N° 104/2024-2025 C.S. “Que Implementa y Regula el Uso de la Biotecnología Agrícola en el Estado Plurinacional de Bolivia”. Este proyecto, que está siendo evaluado por la Comisión de Economía Plural, Producción, Industria e Industrialización, busca regular no solo la importación, sino también la comercialización de cultivos, incluidos los cultivos hidropónicos, que emplean biotecnología agrícola.

En conclusión, a pesar de las controversias y preocupaciones expresadas en este documento, es fundamental generar espacios de diálogo entre todos los sectores sociales involucrados en la agricultura y la seguridad alimentaria del país. El objetivo debe ser encontrar puntos de convergencia que aseguren la seguridad alimentaria a través de un enfoque equilibrado, que contemple tanto la agricultura familiar como la industrial, en el marco de una regulación coherente y sostenible.

La Corporación Hortícola Nacional impulsa exportación de cebolla para mejorar precios locales

En respuesta a la reciente caída en los precios de la cebolla costarricense, afectada por la alta importación desde países como Perú, la Corporación Hortícola Nacional (CHN) ha lanzado una iniciativa clave. En colaboración con la empresa privada, la CHN está promoviendo la exportación de cebolla al mercado centroamericano. Este esfuerzo busca aprovechar oportunidades comerciales que permitan a los agricultores obtener mejores precios por su cosecha, cubriendo así costos de producción y gastos operativos.

Además, esta estrategia tiene como objetivo estabilizar el mercado local, donde se distribuye la mayor parte de la cebolla producida en el país. Esto no solo beneficia a los productores, sino que también garantiza un suministro constante para la alimentación de los costarricenses.

“La producción local es fundamental para el tejido social y la economía rural, por lo que debe ser prioritaria frente a los productos importados”, señaló la CHN.

La corporación agradeció a los agricultores que han apoyado esta iniciativa, destacando que su compromiso ha sido clave para mejorar las condiciones del mercado en beneficio de todo el sector cebollero. Asimismo, reafirmó su compromiso de seguir promoviendo acciones que fortalezcan la seguridad alimentaria y respalden al sector agropecuario nacional.

Para más información, la CHN invita a los interesados a comunicarse al teléfono 2537-3969 o al correo electrónico mercado@chn.cr. Su sede está ubicada en La Lima de Cartago, junto a Radio Rumbo.