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Etiqueta: seguridad

La calidad en la formación de profesionales de salud. Deficiencias en la formación

La calidad en la formación de profesionales en servicios de salud va mucho más allá del impacto que tiene para el paciente mismo. Impacta, de manera relevante, no sólo los indicadores de salud de un país sino también los indicadores de productividad y la economía misma de la nación.

La vida larga y saludable, relevante parámetro en el índice de desarrollo humano de un país, se logra en otras cosas, si los profesionales en salud reciben una formación académica tal que, por un lado les brinde las habilidades suficientes para entender la importancia de promover los estados de vida saludable y por el otro, la capacidad para reconocer la enfermedad y consecuentemente las formas de tratarla y controlar sus complicaciones. Una nación que no es estricta en la formación de los recursos profesionales en salud está destinada a tener ciudadanos enfermos no diagnosticados, tratados tardíamente o de manera parcial, recibiendo múltiples medicamentos y en suma tratados erróneamente.

En mayo del 2019 la 72ª Asamblea Mundial de la Salud estableció el 17 de setiembre como fecha para celebrar el día mundial de la seguridad al paciente, como una forma de llamar la atención y crear políticas que permitan contrarrestar los 2.6 millones de muertes anuales producto de errores por parte del personal de la salud. (www.who.int). Dos millones seiscientos mil personas mueren todos los años en el mundo por errores que pueden ser adjudicados al personal de salud; esto es inaceptable. Consecuentemente, los estudiantes de medicina y las universidades que los forman deben estar preparados para que un ente externo y el Colegio de Médicos y Cirujanos, evalúen la capacidad cognitiva y habilidades de estos futuros profesionales y de esta manera asegurarnos calidad del futuro médico a punto de ejercer la profesión.

Una vez más, la ACADEMIA NACIONAL DE MEDICINA manifiesta su profunda preocupación por el estado de la educación médica en nuestro país, reflejado en los resultados del Examen de Conocimientos Médicos (ECOM). La ACADEMIA NACIONAL DE MEDICINA ha sido enfática en advertir los riesgos que la masificación de la educación médica ha generado en nuestro país; la falta de profesorado, la insuficiencia de campos clínicos formales, la falta de celo en la atención de las destrezas mínimas que un estudiante debe tener para pasar al siguiente nivel y la tolerancia en la graduación de estudiantes mal formados, debe corregirse. Hoy, los resultados del ECOM dejan poco espacio para la interpretación optimista: por un lado, los resultados de los estudiantes de la Universidad de Costa Rica (93.46% de aprobación), demuestran que con una buena calidad de enseñanza se puede formar adecuadamente a los futuros médicos. Por el otro, del total de estudiantes egresados en el país, sólo el 54.6% fueron capaces de aprobar dicho examen; sólo el 46.8% de los de los graduados en universidades privadas aprobaron el examen y de las 6 escuelas privadas nacionales con menos de 60% de aprobación, menos de 4 de cada 10 egresados aprobó el ECOM. Esto también es inaceptable.

Un proceso inmediato y riguroso de acompañamiento y evaluación formal a los centros de formación debe implementarse de inmediato con la finalidad de salvaguardad la salud y la seguridad de los pacientes.

Academia Nacional de Medicina
22 de marzo de 2024

Compartido con SURCOS por ACANAMED.

La integración suspendida

Por Memo Acuña (Sociólogo y escritor costarricense)

Intercambiaba con mi buen amigo hondureño, el escritor Fabricio Estrada, sobre las irracionalidades de las élites de nuestros países. En un sin sentido palaciego, casi que, de apostilla, las diplomacias migratorias de Costa Rica y Honduras decidieron poner obstáculos a la movilidad entre ambos países.

En una medida desesperada para, supuestamente detener la escalada de violencia en Costa Rica atribuida en forma mayoritaria al funcionamiento de grupos criminales organizados, el gobierno costarricense adujo que buena parte de estos grupos contaban con ciudadanos hondureños en sus filas y por tal razón había que limitar su entrada.

Bajo esa premisa, y argumentando razones de seguridad nacional, impuso restricciones y condiciones para el ingreso y permanencia de personas provenientes de aquel país. Entre las solicitudes, se encuentran la visa consular y aportar un comprobante de medios económicos, que garanticen la subsistencia en el país.

En correspondencia recíproca, el gobierno hondureño también prefijó varios criterios que deberán cumplir los costarricenses para entrar en aquel país. Entre estos una certificación médica y una constancia de Interpol.

La relación entre seguridad y movilidad humana explica una tensión a escala global no resuelta aún, desde que se instaló como premisa de gestión migratoria luego de setiembre 11 de 2001 y se intensificó en la época de la pandemia.

En la región resulta recurrente la aplicación de ese esquema, que a todas luces suspende la premisa de la integración regional y la supedita a los entuertos y reacciones temperamentales de los actores y sectores que toman decisiones a los más altos niveles.

Al tiempo que esta reacción visceral ocurre y varias formas de movilidad quedan supeditadas entre ambos países, el corredor del tránsito para las migraciones venezolanas sigue produciéndose en Costa Rica, aún con sospechas de muchas acciones irregulares en el ámbito gubernamental que deberán ser aclaradas en el corto plazo.

La época de los chivos expiatorios está lejos de desaparecer. Hoy son los hondureños. Ayer los nicaragüenses, hace un siglo los armenios y gitanos. Convendría entonces repensar las categorías con las que nos imaginamos en el concierto global de los derechos humanos. Tenemos mucho que aprender todavía, como enunciar las causas estructurales del fenómeno de la violencia e identificar a sus reales actores causantes responsables, por ejemplo.

Imagen ilustrativa.

Seguridad y Convivencia Democrática

El 4 de setiembre se realizó el tercer foro académico titulado “Seguridad y Convivencia Democrática” del Posgrado en Ciencias Políticas de la Universidad de Costa Rica, con el Dr. José Manuel Arroyo, Ex Magistrado del Poder Judicial.  

En primer lugar, el conferencista debate sobre el significado de la corrupción y los distintos usos e interpretaciones que le dan los ciudadanos. De esta forma, señala que se entiende por “corrupción” a casi cualquier cosa, que sea contraria a nuestros principios e ideologías, y que representa un ascendente religioso que liga esta noción a toda “falta” o “pecado”. 

Asimismo, otra interpretación del concepto es aquella que ve como corrupto a quien es negligente o incompetente, a quien interpreta la ley de esta o aquella manera, que opina distinto, milita en filas de otro partido o profesa una ideología distinta a la nuestra. 

De esta manera, el problema que se presenta es que se da una confusión en su significado y las personas terminan por “hacerle el juego” a los verdaderamente corruptos. Bajo esta lógica, no se hacen importantes diferencias entre unas conductas y otras:

  • Existen acciones de poca o insignificante lesividad social vs. otras conductas que terminan afectando seriamente la propiedad pública y el bien común. 
  • El ciudadano de a pie que incumple un procedimiento o se salta la fila vs. el que fragua una importante evasión fiscal, abusa de su poder para apropiarse de bienes, servicios o dineros públicos, con un grave daño social. 

Por ello, es fundamental, según el Doctor, distinguir entre el hecho real de graves actos de corrupción que deben ser denunciados, perseguidos y sancionados, y los montajes con propósitos político-partidarios, completamente falsos y perversos. 

Compartimos el video del foro:

Hoy debemos ser más prudentes que nunca

Marco Vinicio Fournier

Tal y como lo habíamos anunciado, los niveles de violencia tienden a aumentar conforme disminuye el apoyo al presidente, ya que la población sufre una decepción más y una evidencia más del poco compromiso de la clase política con las miserias de la mayoría de la población.

Definitivamente la mayoría de los homicidios están asociados al crecimiento del narcotráfico. Pero también existe un problema creciente de violencia cultural que genera manifestaciones más allá del crimen organizado. Piénsese, por ejemplo, en los suicidios y en las muertes en accidentes de tránsito, que juntos superan la tasa de homicidios. O en los hechos de violencia en centros educativos que también la superan con creces como tasa poblacional.

Por otra parte, recuérdese que la relación entre la tasa de homicidios y el coeficiente Gini es de 0,70.

Entonces, es innegable que urgen mejores estrategias de seguridad; pero, por encima de esto, urge un mejoramiento de la calidad de vida de la mayoría de la población y mejores estrategias de socialización para una cultura de paz y convivencia. Cuando un pueblo se empobrece y pierde respeto al ordenamiento jurídico, necesariamente se hará más violento, pero también se sentirá más atraído hacia el crimen, incluyendo el narcotráfico.

Por eso, es un absoluto sinsentido el quitarle recursos a la educación para reforzar la seguridad. Pero también resulta irracional el generar más violencia con la excusa de controlarla.

Solo durante esta semana, he leído dos artículos que insisten en que Costa Rica no puede enfrentar al narcotráfico porque no tiene ejército y se compara a nuestro país con México y Colombia, como si esos países hubiesen logrado algún tipo de avance en el control de la violencia asociada al narcotráfico a través de la acción de sus ejércitos. Ni qué decir de los Estados Unidos, con el ejército más poderoso del mundo y con el mayor consumo de drogas por parte de su población.

Del mismo modo, en uno de los artículos que circularon esta semana se menciona también que nuestros parques nacionales son un obstáculo para la lucha contra el narcotráfico, mientras se promueve un nuevo megaproyecto turístico frente al Parque Nacional Santa Rosa.

Dentro de esta misma línea, la ANEP apoyó públicamente el abuso policial de hace dos semanas, en donde fueron brutalmente agredidas muchas personas frente a la Asamblea Legislativa, incluyendo profesores y estudiantes universitarios, una diputada, periodistas y varias activistas feministas. Según la ANEP, la censurable actuación de la policía se basaba, precisamente, en la necesidad de combatir el consumo de marihuana, aunque no se hubiese encontrado esta droga en ninguna de las personas detenidas y aunque el motivo de la manifestación fuera el rechazo a la violencia policial.

Ante la ola creciente de violencia, es entendible que surjan con mucha fuerza sentimientos asociados al miedo, al tiempo que también se genere mucho enojo ante la incapacidad del gobierno para enfrentar el problema.

Sin embargo, debemos ser muy prudentes al escoger las estrategias a seguir o a apoyar. El miedo puede llevarnos a aceptar políticas que a la postre generan más violencia, como el apoyo a un ejército o a la brutalidad policial. Del mismo modo, el enojo puede llevarnos a aprobar medidas autoritarias y agresivas, como las que sistemáticamente ha favorecido el gobierno actual, o a permitir en nosotros mismos actitudes y conductas violentas hacia nuestros familiares o vecinos o hacia sectores de población más vulnerables.

Pero tampoco es solución la paralización, la sumisión o la resignación. Debemos insistir en que la mejor estrategia para combatir la ola de violencia es el mejoramiento de la calidad de vida de la mayoría de la población y el apoyo a los esfuerzos para una educación integral, de calidad y de amplia cobertura. Pero ese mejoramiento no vendrá jamás como iniciativa del gobierno, por lo que la mejor solución pasa por el trabajo organizado y activo de la población exigiendo y promoviendo estrategias de enfrentamiento de la violencia a través de la promoción de una cultura de paz y respeto y exigiendo mejores políticas de redistribución de la riqueza y mejores estrategias de prevención y combate a la corrupción y a la violencia en todas sus manifestaciones. El miedo y el enojo deben canalizarse hacia la participación política activa y propositiva y dirigida al beneficio de la gran mayoría de la población, con énfasis en los sectores más vulnerables.

 

 

 

EL DESAFÍO DE REVERTIR LA VIOLENCIA EN COSTA RICA

Memo Acuña

Al momento de escribir esta columna el número de homicidios en Costa Rica ronda ya los 560 ( 27 de agosto de 2023) y las previsiones para el cierre del año pareciera se cumplirán sin problemas: más de 900 homicidios cerrarían esta temporada como la más violenta en la historia de la vida Republicana contemporánea.

En varias participaciones para medios locales se me ha solicitado que explique desde el punto de vista sociológico este hecho. Hemos insistido en el alto nivel de complejizacion de las estructuras criminales, su deslocalización y distribución en prácticamente todo el territorio nacional y la participación cada vez más frecuente de mujeres y jóvenes en estas organizaciones.

Ante ello, la respuesta institucional ha sido rebasada y su inacción resulta evidente.  Ante la desarticulación de una figura delictiva, aparecen 3 más asegurando su rápida reproducción. A esta velocidad de reciclaje de la organización criminal no hay estrategia de respuesta posible.

No al menos desde los enfoques de seguridad comúnmente utilizados.

A nuestro juicio, y esto también lo hemos dicho en los espacios mediáticos donde intervenimos, la alternativa no pasa por sacar más policías a la calle. No es desde un enfoque punitivo que se combate esta violencia, que a todas luces es estructural.

Obviamente la mejor política de seguridad de un país como Costa Rica es restarle peso a su modelo neoliberal y el aumento de la desigualdad de los últimos años.

Para nosotros el componente comunitario seguirá siendo fundamental, la restitución de los espacios públicos como lugares para la integración y la socialización y una participación más protagónica de las poblaciones.

La disputa a la violencia no es desde un lugar represivo. Nos parece que debemos potenciar otras formas de comunicarnos y expresarnos y para esto el arte resulta fundamental.

Debemos intentarlo como sociedad.

3er Foro de Seguridad y Convivencia

Compartimos la invitación al: «3er Foro de Seguridad y Convivencia» promovido por la Cátedra de Seguridad y Convivencia Democrática.

Modalidad: Presencial

Actividad GRATUITA

Lugar: Sala de Audiovisuales, Facultad de Ciencias Sociales

Público meta: Todo público interesado en la temática.

Fechas: 04, 05, 06, y 07 de septiembre

Horario: 9:00 am a 7:00 pm

Las personas interesadas en obtener un certificado de participación pueden inscribir el foro bajo la modalidad de Curso de Extensión Docente. Para obtener el certificado deberán acreditar participación presencial (no virtual) en al menos el 90% del total de actividades (mesas y conferencias).

Enlace al formulario de inscripción

Descargue la información completa en este enlace

Voz Experta: Desigualdad económica y homicidios: una mirada psicosocial

Juan Diego García Castro

Voz Experta: Desigualdad económica y homicidios: una mirada psicosocial

Costa Rica está registrando un récord sin precedentes en el número de homicidios, los cuales producen un gran impacto emocional por la forma violenta de terminar con la vida de una persona. Las consecuencias psicológicas que producen estos sucesos en la sociedad son varias y de diferente magnitud. Las más inmediatas son miedo, frustración y sentimientos de impotencia. A mediano plazo, se desarrolla un sentimiento de alerta constante, deterioro de la salud mental y desesperanza en relación a no poder solucionar el problema. Todas estas consecuencias ya se reflejan en la población nacional, por ejemplo, en la última encuesta del El Centro de Investigación y Estudios Políticos de la Universidad de Costa Rica las personas costarricenses señalan que el principal problema del país es la criminalidad y su principal temor perder el país.

Frente a estos sentimientos de impotencia y perdida de control producto de las altas tasas de homicidios, la reacción natural y espontanea es pedir políticas de mano dura contra las personas criminales. Las políticas represivas brindan una falsa sensación de seguridad para enfrentarse a un mundo que es peligroso y para compensar la falta de control que la criminalidad ejerce sobre nuestras vidas. Estas políticas son las que se discuten hoy en el gobierno y la asamblea legislativa como las principales soluciones a este problema. Sin embargo, la evidencia científica señala con contundencia, que las políticas de mano dura no son eficaces para disminuir la criminalidad ya que tratan el síntoma (los homicidios) pero no la enfermedad (la desigualdad). Para reducir los homicidios en Costa Rica necesitamos disminuir la desigualdad económica.

LEA MÁS: Voz experta UCR

Las razones por las cuales una persona mata a otra tienen múltiples causas. Una de sus principales raíces es la inequidad social. Tanto en Costa Rica como a nivel internacional, aquellas personas que matan y son asesinadas son mayoritariamente hombres jóvenes en contextos de privación social y en escenarios de competencia por recursos económicos, sociales y simbólicos. Cuando la distribución de riqueza es altamente inequitativa como lo es hoy en nuestro país, las tácticas de sobrevivencia son extremas. La lucha por recursos básicos de subsistencia y de estatus social se vuelve más violenta.

La desigualdad no es lo mismo que la pobreza, la desigualdad conlleva un contraste también con las personas favorecidas. Ha existido alguna discusión académica sobre si la causa de la violencia es propiamente la pobreza o la desigualdad. Sin embargo, hoy sabemos que los homicidios se relacionan más con la desigualdad por los procesos psicológicos que conlleva la comparación social. Estar expuestas al contraste entre la abundancia de algunos sectores sociales con sus lujos y estilo de vida, mientras que por otro lado se pasan necesidades básicas trae como consecuencia, entre muchas otras cosas, el distanciamiento social y la competición por el estatus.

LEA: La receta contra la pobreza y la desigualdad está escrita

El distanciamiento social que provoca la desigualdad económica hace que la gente viva segregada en espacios en los cuales se limita el contacto entre personas de diferentes recursos económicos. Por ejemplo, en Costa Rica se puede observar este fenómeno con la proliferación de comunidades cerradas (condominios, residenciales), clubes exclusivos o zonas “VIP”. Mientras, por otro lado, existen cantones con una alta concentración de personas en vulnerabilidad social, viviendo en condiciones de hacinamiento y con malos servicios de transporte público. Este distanciamiento provoca que confiemos menos en otras personas porque no las conocemos y que no sigamos las normas sociales establecidas por la evaluación de que la sociedad no funciona, aumentando el estrés, disminuyendo la participación en actividades “cívicas” (recientemente se ha encontrado en el país una asociación entre abstencionismo electoral y desigualdad) y aumentando los homicidios.

El otro mecanismo psicosocial que relaciona la desigualdad con los homicidios es la competencia por el estatus. La jerarquía social es más importante cuanto más desigual es la sociedad. Así, la desigualdad económica promueve la competencia, la comparación con las otras personas y el individualismo. En un país desigualdad como el nuestro, las personas están más conscientes de su lugar en la sociedad e incrementan su ansiedad por el estatus. Lo cual lleva a que las personas por ejemplo compren objetos con intención de mostrarlos y esto lo vemos cotidianamente en redes sociales. En las redes sociales las personas por lo general fanfarronean con sus estilos de vida reales o imaginarios con tal de ganarse un lugar simbólico en la sociedad. La lucha por el estatus hace que especialmente sean los hombres de grupos desaventajados quienes más violenten a otros hombres para conseguir un lugar entre su grupo de pares y en un país que prácticamente no les brinda otras oportunidades.

ADEMÁS: Igualiticos: la construcción social de la desigualdad en Costa Rica, de Carlos Sojo.

De está forma, metiendo a todas las presuntas personas criminales a la cárcel no vamos a disminuir la violencia porque no estaríamos resolviendo su causa. Reduciendo la desigualdad económica si podríamos mermar la tasa de homicidios como ya se ha hecho en otros países. En estos momentos Costa Rica tiene uno de los niveles de desigualdad más grandes en nuestra historia. Organismos económicos internacionales como el FMI, la OCDE y la CEPAL llaman a poner impuestos de emergencia a las grandes fortunas y al capital. Por ejemplo, si aumentaremos los impuestos de las ganancias al 1% más rico del país y con este dinero se hace inversión social como seguro de desempleo, oportunidades educativas e ingreso básico universal, podemos disminuir la violencia que hoy azota al país. Estas medidas sabemos científicamente que funcionan.

Los homicidios y la desigualdad ni son naturales, ni son inevitables. Es una decisión política y podemos cambiarla. Sentir desesperanza por el rumbo que lleva el país es la reacción más lógica frente a la situación que estamos viviendo. Sin embargo, la ciencia social lleva mucho tiempo estudiando como revertir la violencia y hay soluciones. Tenemos que implementarlas para construir una Costa Rica mejor.

 

Juan Diego García Castro

Investigador la línea Interacciones Grupales e Individuales y profesor de la Universidad de Costa Rica. Psicólogo Social. Doctor en Psicología y magíster en Psicología de la Intervención Social por la Universidad de Granada, España, y psicólogo por la Universidad de Costa Rica. Su trabajo de investigación se centra en la percepción de desigualdad económica en la vida cotidiana, la intolerancia a la desigualdad, las actitudes hacia la redistribución, las ideologías y el miedo al crimen. Su investigación se centra en los efectos psicosociales de la percepción de la desigualdad económica.

Columbine tan cerca

Por Memo Acuña (Sociólogo y escritor costarricense)

La desorientación política en materia de seguridad es solo uno de los síntomas del alto nivel de descomposición socio institucional que presenta la sociedad costarricense.

Antes que contar con una política pública a la que se le cambia de título un día sí y otro también, el país debería entrar en una profunda discusión sobre el enfoque adecuado para trazar un abordaje que supere la inmediatez.

No se trata tampoco de cambiar jerarcas como una medida paliativa. No son los jerarcas los que definen un enfoque determinado sino toda una estrategia colectiva, que proponga niveles socio territoriales y dimensiones sociales de amplio alcance para contender con una inseguridad predominante y una violencia que no cesa.

Al escribirse esta columna el país alcanza cifras inimaginables de homicidios (por arriba de los 300 en lo que llevamos del año) y la escalada no cesa.

Una discusión no planteada hasta ahora con seriedad es la emergencia que se ciñe sobre centros educativos de primaria y secundaria en todo el país. Si ya no fuera suficiente con el quiebre en los procesos de convivencia de la población estudiantil que se traduce en conflictos diarios, la amenaza de tiroteos y ataques empieza a encender las alarmas.

No se ha dicho lo suficientemente claro, pero tras el mito fundacional de la Paz y la tranquilidad potenciada por una blancura originaria, se esconde el funcionamiento de un mercado informal de armas de todo tipo. Este país está armado hasta los dientes y los centros educativos podrían ser pronto un espacio donde se usen sin límites.

A inicios de siglo un documental dirigido por Michel Moore (Bowling for Columbine, 2002) se preguntaba por los determinantes socioculturales del aumento de los tiroteos y la permisibilidad en la tenencia de armas en una sociedad que aún no se reponía de los eventos producidos en una secundaria en 1999.

Nos preguntamos qué ha cambiado en casi 25 años tanto en aquella sociedad como en la nuestra. En Costa Rica, lo hemos dicho, el contrato social caducó hace tiempo y la cohesión social se esfumó para dar paso a un superlativo grado de fractura a todo nivel.

Columbine podría estar a la vuelta de la esquina si no hacemos algo pronto. Algo como hablar horizontalmente sobre un enfoque y no tanto una política de seguridad que nos devuelva la tranquilidad a todos y todas.

El cierre de calles como forma de ejercicio político

Chaves Robles cede a la toma de muelles, puertos, aeropuertos, fronteras, áreas de distribución de combustible y comunidades claves por parte de las fuerzas represoras del estado.

MSc. Jerry Alonso Mora
Profesor Universitario.

19 de abril

El Presidente Rodrigo Chávez, el Ministro de Seguridad Pública Jorge Luis Torres y el Viceministro de Seguridad Daniel Calderón se habían reunido para improvisar un plan de seguridad en el país, motivados y presionados, por un pronunciamiento que había hecho La Unión Costarricense de Cámaras y Asociaciones del Sector Empresarial Privado (UCCAEP) en donde les exigían al gobierno Chaves Robles declarar “emergencia nacional” la ola de violencia en las calles.

Los tres al unísono el miércoles 19 de abril en conferencia de prensa anunciaban lo siguiente:

“Hoy anunciamos acciones concretas que hacen parte de la operación ‘Costa Rica Segura’. A partir de mañana (jueves) el país tendrá hasta 9.500 policías más en la calle como una medida temporal y excepcional por un espacio de seis meses. Tuvimos también que cambiar los roles de trabajo de 12.000 policías que actualmente trabajan 3×3 y 6×6, vamos a tener que pasar a roles de 6×4; trabajan seis días continuos y descansan cuatro”, dijo Jorge Luis Torres, ministro de Seguridad.

Recuerdo al presidente en esa conferencia de prensa del 19 de abril aplaudiendo las palabras de sus subalternos cuando, entre otras cosas, cuestionaban al poder judicial y reiteraban las medidas en los cambios de roles de los policías para, según ellos, apaliar las olas de violencia e inseguridad presentes en el país.

20 de abril 2023

La toma de áreas estratégicas para la circulación del capital: los policías “¿violentado la ley?”

Horas después policías de todo el país se tiraban a las calles con la intención de paralizar áreas claves de la economía del país: muelles, puertos, aeropuertos, autopistas: Interamericana norte y sur, fronteras, comunidades y sectores estratégicos como la distribución de combustibles: a la altura de RECOPE, y de acción mediática como la fuente de la hispanidad en horas pico.

La intención sin duda era golpear al gobierno y afectando al sector empresarial para que les devolvieran lo que para ellos parecía ya impensable, a la par del congelamiento de sus salarios, el despojo de su tiempo de descanso.

El presidente Chaves cede a la presión en las calles y legitima que es la calle el espacio de incidencia política más importante.

Un día después de que la fuerza pública “violentara la ley” tomando las calles para impedir el flujo de bienes que afectara a las empresas de esos sectores, y que la noticia le diera la vuelta al mundo, el presidente Chaves Robles cede a la presión de los cuerpos de represión policial, que, ante los ojos impávidos de las autoridades, se rebelaban contra ellas.

Un atolladero ¿Desdecirse y legitimar la toma de las calles por parte de la gente, o profundizar la crisis? “Echar para atrás” debía ser orquestado, y es cuando asesorados, inventan una visita a una delegación de un barrio empobrecido del sur de San José, llevan las cámaras, le desabrochan la corbata al presidente y comienza el show.

¿Qué significa que la fuerza de represión del estado se insubordine contra el presidente de la república y sus autoridades oficiales? Y no solo eso, y lo más importante ¿Qué significa que lo hagan tomando muelles, puertos y aeropuertos, áreas de distribución de combustible y comunidades claves? La legitimación de la lucha popular en las calles.

La respuesta a ceder debía generarse como “una equivocación”, “ yo no tenía conocimiento”, “yo no sabía de las condiciones de los policías en las zonas rurales”, etc, etc, etc. Y es así como Rodrigo Chaves monta un Show, un día después, en la delegación de Sagrada Familia, y echa para atrás implicando a su ministro y viceministro de seguridad como únicos responsables: “Voy a pedir cuentas, me dijeron que había acuerdo” señalaba desligándose del atolladero en que él y su equipo de seguridad se habían metido.

Chaves no se come la bronca y cede. La toma de las calles se legitima como espacio de lucha popular.

Las acciones de las fuerzas represoras del estado nos han permitido reafirmar, aun cuando esto parezca una profunda contradicción, que es la calle el camino para enfrentar los embates del neoliberalismo. Las fuerzas represoras del estado son eso, nada más, trabajadores si, pero al servicio del poder, de los ricos y de sus capitales. Quienes crean que luego de esta experiencia en las calles, lo pensaran para gasear o garrotear a los manifestantes (no policías) están profundamente equivocados. El propio Chaves tuvo que ir a negociar, en el marco de un show, pero a negociar finalmente con un grupo de ellos: terminada la negociación volverán a ser patriotas garroteando a los manifestantes no policías.

Pero volviendo al tema de la calle como ejercicio de poder popular, es esta, el camino para frenar la inseguridad, luchando para que no se privatice a la Caja Costarricense del Seguro Social, bajen los precios de la Canasta Básica y demás productos, se eleven los salarios, se provea de casa a los millones que no la poseen, se diseñe un plan nacional de apoyo a los pequeños productores y campesinos del país, se mejore la infraestructura en los colegios y en las escuelas de los barrios más empobrecidos, se acompañe a los jóvenes de los barrios mejorando la infraestructura deportiva, de ocio y recreativa y los programas de vivienda y trabajo joven, a través de programas desde los barrios y el liderazgo de los propios jóvenes en los territorios, se aborde de una vez por todas el tema del desempleo, no se privatice el Instituto Costarricense de Electricidad, ni el AyA, ni se vendan las tierras que denominan “ociosas” en las zonas rurales, todas estas luchas, y otras que existen solo tendrán sentido y efecto en las calles. Chaves Robles cedió por ello, no por ninguna otra razón. Aprendamos el ejercicio. Nos vemos en las calles.

 

Imagen ilustrativa.

Cumbre por la paz: propuestas ciudadanas ante desafíos binacionales

La Cumbre por la Paz son discusiones ciudadanas desde un enfoque binacional que buscan la construcción de una ruta alternativa de base local y comunitaria entre México y Estados Unidos. El resultado será compartido en febrero en la Cumbre Binacional en reuniones con representantes de los gobiernos de los dos países, con la expectativa de que sean incorporadas en el diseño de acciones bilaterales conjuntas

Por ReverdeSer Colectivo

Los días 9, 10 y 11 de enero, Ciudad de México fue sede de la X Cumbre de Líderes de América del Norte, durante la cual el presidente Andrés Manuel López Obrador recibió a sus homónimos de Canadá y Estados Unidos. La visita se realizó con el objetivo de construir acuerdos significativos para la región en materia de integración y desarrollo económico, migración y movilidad, seguridad, salud, cambio climático, medio ambiente e inclusión racial.

La última vez que se discutieron estos temas de manera trilateral fue en noviembre de 2021, desde entonces el contexto político, económico y social global ha sido impactado por la guerra en Europa y la crisis económica, energética y humanitaria que esta conlleva, en este tiempo también los rezagos de la pandemia por covid-19 se mantienen vigentes.

Asimismo, en América Latina y otras partes del mundo se experimentan flujos de migración y desplazamiento forzado sin precedentes. México, al ser un país de origen, tránsito y destino de la migración hacia Estados Unidos y Canadá, vive de manera directa los impactos en los cambios de la política migratoria en estos países. 

Es significativo que previo a la reunión, el mandatario estadounidense presentará un nuevo plan fronterizo para el beneficio de hasta 30 mil personas con origen en Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela, que serán retenidas en territorio mexicano. Por su parte, en México se realizó la captura de Ovidio Guzmán en el estado de Sinaloa, hijo de Joaquín “el Chapo” Guzmán, identificado como presunto líder del cártel de Sinaloa y el supuesto principal responsable del flujo de fentanilo en la región. 

En declaraciones públicas, el presidente Joe Biden mencionó que uno de los primeros puntos de su reunión fue “mantener América del Norte como la región económica más próspera y fuerte del mundo”; planteó el reto de la enorme ola migratoria, y la relevancia de continuar la cooperación internacional para detener y combatir el tráfico ilícito de drogas:

“En los últimos seis meses nuestras patrullas conjuntas [sic.] en México han resultado en el arresto de más de siete mil contrabandistas de personas. Hemos incautado más de 20 mil libras del mortal fentanilo en la frontera, y hoy hablamos de cómo los tres podemos seguir profundizando y fortaleciendo nuestro esfuerzo compartido para frenar el tráfico del fentanilo, incluyendo ir en pos de los químicos precursores usados para sintetizar esta droga. Vamos en pos de los laboratorios y de los lugares donde se almacenan las drogas”.

Al cierre del encuentro, este espacio de diálogo de alto nivel dejó fuera de la agenda temas fundamentales como lo son las responsabilidades en materia energética derivadas del T-MEC (Tratado Comercial de México, Estados Unidos y Canadá), la situación de las personas periodistas en México y la crisis en materia de derechos, entre otros. Sin embargo, ha motivado de manera paralela una serie de discusiones ciudadanas desde un enfoque binacional, que buscan la construcción de una ruta alternativa de base local y comunitaria, llamada Cumbre por la Paz.

Esta iniciativa es convocada y organizada por más de cuarenta organizaciones sociales e integrantes de diversas comunidades y movimientos sociales en México y Estados Unidos, con el objetivo de cultivar y catalizar un movimiento transfronterizo de sociedad civil y sectores progresistas que revise la situación actual de violencia y proponga soluciones a la creciente desigualdad y a la crisis de derechos humanos que afectan a la región.

Frente a este diálogo de alto nivel, se entregó una carta a los mandatarios y se llevaron a cabo diversos encuentros en preparación para la Cumbre Binacional por la Paz, que se realizará el próximo 23 de febrero. En ellos participaron amplios sectores sociales que no suelen tener una participación activa en la agenda de las relaciones internacionales; tradicionalmente centrada en actores gubernamentales y élites económicas. Además de lograr un intercambio de perspectivas y propuestas para problematizar las implicaciones de la construcción de paz desde la mirada de la ciudadanía organizada.

Foros preparativos hacia la Cumbre 2023

Los foros o reuniones preparativas hacia la Cumbre se realizaron en ciudades nodales de México y Estados Unidos entre septiembre de 2022 y enero de 2023. Estos espacios detonaron una serie de encuentros, diálogos e intercambios encaminados a la construcción de diagnósticos con propuestas de solución. Las reflexiones se orientaron a identificar expresiones de violencias en ambos territorios; reconocer el papel de los gobiernos en su transformación, y articular un movimiento entre contrapesos políticos desde la base social. En estos espacios se congregaron activistas, víctimas, grupos sociales, comunidades, instituciones y organizaciones civiles. 

En representación de víctimas y pueblos afectados por la violencia que atraviesa la región, en el circuito de diálogos participaron: Jordan Giger, Odilia Romero, Melissa Iakowi:he’ne’ Oakes, Luis Jonathan Hernández, Cristina Bautista Salvador y Grisel Bello Cuecuecha. Estas personas han fungido como la vocería oficial de la Cumbre, elegidas por su amplia trayectoria de lucha y movilización social, para transmitir las demandas colectivas ante la crisis migratoria, la degradación del medio ambiente, la violencia armada, el abuso policial, la impunidad y otras formas de opresión en contra de los pueblos originarios, indígenas, personas afrodescendientes, racializadas, migrantes y defensoras del territorio.

“Una lucha: desde las calles del Bronx a las montañas de Guerrero”

El primer diálogo ocurrió el 24 de septiembre de 2022 en la “Casa de los Pueblos”, ubicada en el Bronx, New York, un barrio conocido por la recepción de comunidades inmigrantes de origen latino desde el siglo pasado. En este encuentro se discutió la creciente división entre grupos latinoamericanos y afrodescendientes; los enfrentamientos con armas de fuego entre estos grupos; la marginación y criminalización de las juventudes racializadas; la necesidad de reconciliación y solidaridad entre pueblos; la violencia lingüística por parte de las instituciones; el machismo hacia las mujeres en espacios organizativos; la reorganización de los pueblos y las luchas compartidas; así como la urgencia de procesos de verdad en el acceso a la justicia de crímenes cometidos por autoridades Estatales.

“Uniendo nuestras voces: derechos humanos sin fronteras”

Los siguientes diálogos se realizaron en formato híbrido entre el 24 y el 29 de octubre de 2022 en San Francisco y Los Ángeles en California. La discusión se centró en los efectos del capitalismo y la división que provoca entre los pueblos. Asimismo, se profundizó con mayor detalle en la relación que existe entre la violencia armada y el tráfico ilícito de drogas; especialmente debido a la presencia del crimen organizado y su complicidad con ambos gobiernos. Cristina Bautista, vocera de la Cumbre y madre de Benjamín Ascencio Bautista, normalista desaparecido en 2014, explicó las convergencias entre estas problemáticas y la opacidad en el caso Ayotzinapa. El ex titular de la Unidad Especial de Investigación y Litigación para el Caso Ayotzinapa de la FGR, Omar Gómez Trejo, agregó que hay evidencia del nexo entre estos grupos y el ejército mexicano. Para él “no puede haber justicia sin la mano de las víctimas”

Diálogos cruzados: experiencias en México

Los foros preparativos hacia la Cumbre llegaron a nuestro país a finales de noviembre del año pasado. Las ciudades que albergaron estos encuentros fueron: Tepoztlán, Tijuana y Ciudad de México. Estos diálogos se coordinaron de forma autónoma y descentralizada por medio de un Comité organizador compuesto por diversas organizaciones. Los temas a reflexionar, metodologías y dinámicas de participación fueron preparadas en una lógica colectiva y cooperativa. En los foros se compartió un mensaje de la vocería oficial, se cruzaron miradas entre diversos actores sociales y se posicionaron temas prioritarios en la agenda de derechos humanos para generar insumos que den pie a un programa binacional. 

“Tejiendo resistencias, construyendo la paz”

El primer diálogo de este lado de la frontera se realizó el 28 de noviembre de 2022 en Casa Tecmilco, localizada en Tepoztlán, Morelos. La fecha del encuentro coincidió con el inicio de la VII Brigada Nacional de Búsqueda de Personas Desaparecidas, que se realizó del 27 de noviembre al 9 de diciembre, también en el estado de Morelos. En este espacio participaron frentes de lucha y resistencia locales y de estados colindantes: Guerrero, Puebla y Tlaxcala. La conversación se organizó en círculos de palabra donde se expusieron los efectos de la violencia. Los temas tratados fueron: la defensa del agua y territorio, la militarización, la desaparición forzada, el desplazamiento interno, la impunidad, la trata de personas, el extractivismo, el colonialismo, las injusticias y las desigualdades. Durante el cierre, representantes de víctimas y colectivos de desaparición forzada exigieron la presentación con vida de sus seres queridos.

“Por la paz sin fronteras”

El segundo espacio de diálogo se celebró el 2 de diciembre en Espacio Migrante, ubicado en Tijuana, Baja California. En este encuentro la discusión se enfocó en la violencia y los retos que enfrentan las personas defensoras de derechos humanos, las y los periodistas, las comunidades de migrantes, indígenas y de la diversidad sexual. Las problemáticas se englobaron en la discriminación, el odio racial, el abuso policial, la injusticia lingüística, los derechos laborales, la criminalización y la censura de la prensa por parte de autoridades y del crimen organizado. Al término de la jornada, se realizó una misa en el muro fronterizo donde comunidades de fe y familiares de víctimas de violaciones a derechos humanos enviaron un mensaje de esperanza y justicia por las más de cien mil personas desaparecidas en México, cuyos registros oficiales datan desde 1964. 

“Retos para la construcción de paz”

El último foro preparatorio sucedió el 19 de enero del año en curso en la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México. El diálogo fue coordinado desde la Red #PazSinArmas y se dividió en tres momentos. En la mesa de apertura se dio una lectura general de la trayectoria de la Cumbre y de la situación que vive nuestro país. Las mesas se organizaron en cuatro ejes temáticos y atendieron temas relacionados con la violencia armada: militarización, política de drogas, movilidad humana y defensa de derechos humanos. Los diálogos se basaron en preguntas detonadoras y se enmarcaron en temporalidades para facilitar las participaciones. Los efectos de la militarización, las violaciones a derechos humanos y los crímenes de Estado cometidos en nombre de la mal llamada “guerra contra las drogas” fueron algunas de las problemáticas con mayor resonancia. Finalmente, se abrió una plenaria donde se expusieron y votaron las propuestas de solución.

Hacia una articulación y agenda binacional

La Cumbre por la Paz es una iniciativa de movimiento transfronterizo que tiene por objeto fortalecer la lucha social en el cual la presencialidad y las nuevas tecnologías fueron decisivas para permitir un diálogo interseccional, el cruce de miradas, así como la compartición de historias de vida y de resistencia binacional. 

En las ciudades y comunidades consultadas se ubicaron problemáticas análogas ligadas a sistemas de opresión y dinámicas de violencias que van más allá de los territorios y que deben ser incluidas en una agenda política transnacional centrada en la paz. Estas expresiones responden en buena parte a las secuelas del neoliberalismo, economías volátiles, gobiernos débiles, y conflictos y guerras locales, para las que la construcción de alternativas de base local resultan fundamentales.

En ese sentido, cabe resaltar que el producto de estas experiencias compiladas y las propuestas generadas, serán compartidas como insumos finales en la Cumbre Binacional a realizarse el próximo mes, con la intención de socializarlas  en reuniones puntuales con representantes de los gobiernos de México y Estados Unidos, con la expectativa de que sean incorporadas en el diseño de acciones bilaterales conjuntas por parte de ambos Estados.

 

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