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Etiqueta: selección de futbol

Apuntes de un parcial irrescatable – España 7 / Coaching 0

Josué Arévalo Villalobos.

Josué Arévalo Vilallobos

Para mi curso de Psicología General asigné a los estudiantes un texto muy interesante de Renata Salecl, titulado La tiranía de la Elección (2021, Editorial Godot). Entre muchas cosas la autora analiza el papel del Coaching en nuestra sociedad. Para ella, la autoayuda (que es una farsa en tanto siempre hay un otro que «ayuda») invita a pensar que cada uno es el amo de su destino, y que basta con tener pensamiento positivo (o tonterías del tipo «los astros deben alinearse) para que nos vaya bien. Pero ya hemos visto cómo la autoayuda no funciona y lejos de estar mejor cada vez vivimos con más ansiedad y somos más infelices. Esta lógica de la autoayuda, abrió la puerta para que aparecieran figuras como los coachs, que básicamente son motivadores e intentan dar una respuesta a las angustias de la vida contemporánea, la angustia y las crisis existenciales vendrían a ser pérdidas del autocontrol, la autoconfianza o del poder de voluntad. Poco importa qué es lo que verdaderamente angustia, porque lo que importa es que cambiemos nuestra actitud, nuestra conducta, es que nos insertemos de nuevo en el rol de producción y consumo, que seamos seres iluminados pero partes funcionales dentro del capitalismo. Dirá Salecl: «Como una nueva forma de control social, el coaching insta a los individuos a regularse a sí mismos, a adaptarse contantemente a los cambios en el entorno social. Aquel que sea capaz de lograr el pleno autocontrol y la completa determinación sobre sus deseos podrá alcanzar su potencial y materializar sus objetivos». El coach nos enseñará que la vida puede dominarse y que podemos entonces ser libres, pero con la ironía de que implica el sometimiento al coach. Esto tiene además el pequeño problema de que obvia que no tenemos control de muchas cosas, obvia toda la estructura social, la desigualdad, la injusticia. O sea, obvia condiciones objetivas que hace que la vida esté fuera de nuestro control, o sea que crea una operación mental que supone que tenemos elección. Con el pequeño el problema de que el mundo sigue ahí ajeno a nuestra voluntad, y que por más motivados que estemos, esas condiciones objetivas, esa inseguridad no desaparecerá, aunque nos sintamos muy seguros para enfrentar las adversidades.

Dicho lo anterior vayamos al objeto de este apunte: la catastrófica, vergonzosa, humillante, y el largo etcetera que quieran agregar, derrota de Costa Rica ante España. Recordemos que la selección de Costa Rica se clasificó al infame mundial de Qatar jugando muy mal (a nada en realidad) en el último momento siendo ampliamente superados por Nueva Zelanda. En estos días vi las declaraciones de jugadores y cuerpo técnico diciendo que llegan para ser campeones mundiales. Eso solo puede ser obra del coaching, de una operación mental que obvia toda la realidad, y que instaló en la mente de jugadores y cuerpo técnico la negación de la realidad. Pero el problema es que a pesar de la voluntad, del esfuerzo, la realidad sigue ahí, y España es un equipo de alto nivel, y como tal, nos metió siete goles. El coaching es esa operación engañosa de la ilusión de la elección contra toda la evidencia. No se puede elegir que le ganaremos a España (contra toda la evidencia que nos brinda la realidad) solo porque decidimos que así sería, porque estamos muy motivados, a lo sumo podríamos hacer un buen partido, y no fue el caso. Para que eso ocurriera se tenían que combinar varios factores, como sí ocurrió en Brasil, donde hubo un trabajo psicológico, pero había un técnico que tuvo la oportunidad construir un equipo.

Ahora bien, el asunto (todavía más grave) no es solo que los jugadores y cuerpo técnico se la hayan creído, es que mucha gente se la creyó. El lunes anterior oí a un par de conocidos con los que mejegueo todas las semanas, haciendo un cesudo y optimista (podría que hasta nacionalista o fanático) análisis de porqué Costa Rica tenía opciones de ganarle a España (sí ganarle a España, y hasta de clasificar). No importan sus razones, eran todas absurdas, propias de fanáticos que mejenguean en una cancha de mierda los lunes por la noche. Pero digamos, en su defensa, que la gente tiene derecho a ilusionarse (claro, proporcional es el enojo frente a la cruda realidad). El caso es que esta operación de coaching funcionó a nivel colectivo apoyada por la prensa (que no cuestiona críticamente nada), el gobierno (que instrumentaliza el fútbol) y el comercio (que vende). Funcionó obviando toda la evidencia: que este equipo es un desastre desde hace tiempo. Que la federación de fútbol está compuesta por una manada de incompetentes fanáticos y mercaderes que les importa únicamente el dinero. Que la prensa deportiva nacional da vergüenza y que cada día se parece más a la prensa de la farándula (si es que a eso se le puede llamar prensa).

Los que hace unos meses eran ídolos por clasificar, siguen ahí, ya no como ídolos, si no como simples mortales que jugaron un partido horroroso en el no metieron el pie duro, porque para eso no da la voluntad ni la motivación del coach. No se puede aspirar (ya no a ser campeones mundiales) si no a hacer un papel decoroso, después de tanta improvisación, de tantas decisiones malas. Luego del mundial de Brasil pareciera que no aprendimos nada. Porque después de Pinto qué vino: Wanchope, Matosas, Oscar Ramírez, Ronald González. Hemos perdido ocho años con técnicos mediocres, que juegan a destruir y defender (el machillo), o que del todo no estaban preparados para entrenar ni a la selección de Samoa Americana. Suárez, ciertamente se equivocó en este partido, pero el desastre se venía gestando desde antes, cada quien debería asumir su responsabilidad (obvio eso no va a pasar), y nosotros tener la cabeza fría y pensar, que todo lo que se ha hecho nos condujo al ridículo de este primer partido de Qatar.

Tiremos a la basura el coaching, que no sirve para un carajo, hay que ponerse serios, y con las herramientas que tenemos empezar a construir lo que sí podemos construir, lo que sí podemos controlar, eso es lo que nos hace mejorar. Pero para eso se necesita hacer todo un trabajo de análisis profundo, de transformación profunda, hay que planificar, hay que tomar decisiones, y eso no se hace con un par de meses con un charlatán motivador. Por algo el coaching ni siquiera es psicología.

 

Publicado en http://josuearevalov.blogspot.com/compartido con SURCOS por el autor.

MIENTRAS EL CUERPO AGUANTE

Por Memo Acuña (Sociólogo y escritor costarricense)

Bajo las notas de un swing cincuentón y de orquesta, la siempre carismática Ana Belén nos hace recordar hasta qué punto la pulsión es necesaria para buscar la libertad.

En la última encuesta realizada por el Centro de Investigación en Estudios Políticos (CIEP) se consultaba sobre las principales preocupaciones que aquejaban entonces al costarricense: la crisis político-militar entre Rusia y Ucrania, así como los precios de los combustibles ocuparon los primeros dos ítemes de respuesta. Escondido en un lacónico tercer puesto se ubicó la preocupación por quien ocupará la silla presidencial a partir del ocho de mayo venidero.

La pulsión es importante. Moviliza, recrea, impulsa, sugiere. Glen Miller sonando a morir, dice Ana Belén. Lo que ha quedado claro en los últimos lustros, quizá desde que iniciamos el recorrido en este nuevo siglo, es que la política electoral ha venido reduciendo su caudal de interés en la ciudadanía y ya ni siquiera da para un buen swing.

Resulta ocioso por ello preguntarse por qué de repente una actividad como la selección nacional de fútbol logra despertar tantos apoyos, tanta emoción, tanta colectividad, tanto “nosotros” bien entendido y la política partidaria, por su parte, produce el efecto contrario de lejanía y desinterés. La pulsión se encuentra donde genere enjambre sísmico, temblor, desplazamiento.

Todo pasa por las formas. Con el buen amigo José Andrés Díaz, politólogo, docente e investigador universitario de las principales universidades públicas del país, hemos conversado acerca de la urgencia del reencantamiento o como él señala, la necesidad de repolitizar la vida en todos los órdenes.

Eso pasa justamente por replantearse la política electoral como si fuera el único espacio posible de reflexión y debate. Ahí estriba justamente el desafío: reconquistar para sí todos los espacios más allá de lo electoral y los partidos políticos, tan venidos a menos como estructuras de representación de las demandas ciudadanas.

En medio de una campaña de segunda ronda marcada por un bajo nivel de la discusión y con claros errores de bulto en estrategias de comunicación y desempeño en ambas propuestas, Costa Rica se apresta a tomar una de sus decisiones más trascendentales en su vida democrática contemporánea.

Pareciera que si, que para el cuerpo social costarricense la situación resulta límite y, como diría la pieza musical, la coexistencia de las reglas de juego en la convivencia y el estar juntos y juntas depende de las condiciones existentes “mientras el cuerpo aguante”.

El lunes 4 de abril nos habremos despertado con un nuevo dinosaurio en nuestro patio y nos preguntaremos a la usanza del poeta salvadoreño Roque Dalton: país mío ¿existes?