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Etiqueta: Sergio Ortiz Pérez

Escándalos financieros en Costa Rica: Aldesa, Coopeservidores, BCR SAFI y DESYFIN – por Sergio Ortiz Pérez

En los últimos años, el sector financiero costarricense ha sido golpeado por una serie de escándalos que han afectado a inversionistas, cooperativas y entidades financieras. Entre los casos más sonados están Aldesa, Coopeservidores, BCR SAFI y, recientemente, DESYFIN. Aunque cada uno de estos casos tiene un origen diferente, todos comparten un final similar: quiebras financieras que han dejado a miles de inversionistas sin sus ahorros.

Sobre este tema Sergio Ortiz Pérez expone: 

Aldesa: inversiones desaparecidas.

Uno de los primeros grandes golpes fue el caso de Aldesa. La empresa captó millones de dólares en inversiones que luego destinó a la adquisición de inmuebles. Sin embargo, estos proyectos no se desarrollaron y, en su lugar, Aldesa se sobre endeudó, generando la desaparición de más de 350 millones de dólares, que aparentemente terminaron en paraísos fiscales. La intervención judicial no fue suficiente para evitar que miles de inversionistas perdieran su dinero.

BCR SAFI: inversión cuestionada.

Otro caso relevante es el de BCR SAFI, cuestionado por la adquisición del Parque Empresarial del Pacífico. La entidad pagó 70 millones de dólares por el inmueble, aunque el valor oficial del mismo, según la Superintendencia General de Valores (SUGEVAL), era de apenas 28 millones. La diferencia en los avalúos generó dudas sobre la transparencia de la operación y las gestiones dentro del Banco de Costa Rica.

Coopeservidores: fondos desviados.

En el caso de Coopeservidores, desde 2020 se detectó la desviación de fondos hacia la cooperativa COPA Fénix, que supuestamente brindaba servicios de cobro a clientes morosos. Esta mala práctica llevó a la pérdida progresiva del patrimonio de Coopeservidores, afectando la capacidad de la cooperativa para responder a sus acreedores, es decir, los ahorrantes e inversionistas.

DESYFIN: maquillaje financiero.

El caso más reciente es el de DESYFIN. La financiera fue intervenida judicialmente tras detectarse que sus administradores maquillaban los estados financieros, presentando datos incorrectos. Este engaño indujo a error a muchos ciudadanos y sociedades que invirtieron sus ahorros, sin saber que la situación financiera de DESYFIN era insostenible.

¿Dónde están los supervisores?

Estas situaciones han generado un fuerte cuestionamiento sobre el rol de las entidades supervisoras del sistema financiero costarricense, como la Superintendencia General de Entidades Financieras (SUGEF), la Superintendencia General de Valores (SUGEVAL) y la Superintendencia de Pensiones (SUPEN). A pesar de contar con presupuestos millonarios, estas entidades no detectaron a tiempo los problemas que afectaban a las entidades financieras mencionadas, lo que llevó a la pérdida de ahorros de muchos costarricenses.

La figura de Rocío Aguilar.

Uno de los personajes más cuestionados es Rocío Aguilar, actual superintendente de la SUGEF y también de la SUPEN. Su gestión ha sido criticada por la falta de acción oportuna para prevenir las quiebras financieras. A pesar de los escándalos, sigue en su puesto, sostenida por el Consejo Nacional de Supervisión del Sistema Financiero (CONASSIF), presidido por Laura Suárez Zamora.

¿Qué sigue para DESYFIN y los inversionistas?

El futuro de DESYFIN sigue el mismo camino que Coopeservidores: la resolución o disolución de la financiera. Con los activos que queden, se tratará de cubrir las deudas, aunque es probable que muchos inversionistas pierdan gran parte de sus ahorros. Este ciclo de quiebras pone en evidencia la fragilidad del sistema financiero costarricense y la necesidad urgente de una supervisión más rigurosa.

Para más detalles sobre este tema, te invitamos a ver el siguiente video de Sergio Ortiz Pérez:

Compartido con SURCOS por Flora Fernández Amón.

Desprecio a los expertos y académicos

Sergio Ortiz Pérez

Por Sergio Ortiz Pérez
Administrador de Empresas
Presidente de ACOTEL

Este es otro de los síntomas que experimenta la democracia enferma en la que vivimos y que propicia el Gobierno de Rodrigo Chaves.

Desde tiempos muy antiguos la política y la religión, a menudo han entrado en conflicto con la ciencia. Pero muy en particular cuando existen orientaciones fanáticas, autocráticas o populistas.

En la actualidad, Costa Rica, experimenta un rechazo a los conocimientos especializados de académicos y expertos, cuando van en contra o señalan debilidades de alguna decisión populista del Gobierno de Rodrigo Chaves.

Este rechazo, a corto plazo, puede tener un impacto perjudicial en la toma de decisiones políticas, culturales, sociales, de infraestructura, manejo de fondos públicos, salud y hasta en el avance científico de nuestro país.

Minimizar o desacreditar la experiencia y el conocimiento de los expertos y en cambio favorecer opiniones basadas en emociones, retórica simplificada o en rencillas personales, nos traerá como país, políticas ineficientes, ineficaces o incluso dañinas, que nos afectarán a todos, seamos o no partidarios del Presidente.

Algunos ejemplos son: paralizar las obras de infraestructura de la CCSS, despedir a directivos que aprobaron un aumento a empleados de la Caja y que se basaron en criterios técnicos para hacerlo, incumplir el voto constitucional del Parque Manuel Antonio y perseguir a quienes dieron su criterio técnico, despedir a directivos de instituciones públicas que se oponen a decisiones arbitrarias del Gobierno y sus jerarcas, querer eliminar los criterios vinculantes del Lanamme, concentrar poder en los Ministerios y eliminar instituciones autónomas que hoy poseen criterios técnicos independientes y vinculantes o crear una mampara en el SINART para posiblemente asignar pauta publicitaria a medios de información aliados.

Para ello Rodrigo Chaves, se nutre de una retórica muy similar a la del señor Juan Diego Castro, en la que siempre se señala y generaliza con ciertos delirios de persecución que los mandos medios de las instituciones están tomados o que se lucha heroicamente contra la corrupción.

Muletillas y generalizaciones como «canallas», «sicarios políticos», «corruptos» «burócratas» o «filibusteros» «pericos» «resentidos» «comunistas enclosetados» también se nutren de un desprestigio hacia el empleado público que iniciaron los partidos como el PLN, PUSC y PAC para aprobar el TLC, Ley AntiHuelgas, Empleo Público y Combo Fiscal. Por esto es por lo que tampoco estos partidos pueden rasgarse las vestiduras en el plenario, con flaca memoria, porque antes deberían hacer un examen de conciencia, un mea culpa y una disculpa pública por haber preparado eficientemente el terreno para la llegada de un populista a Zapote.

Cuando los líderes políticos autocráticos o populistas desacreditan constantemente los criterios expertos, se genera una desconfianza generalizada hacia las instituciones científicas, colegios profesionales, universidades y sus hallazgos, además pone en entredicho el objetivo de la profesionalización de muchos jóvenes que hoy estudian para ejercer éticamente sus carreras, ya que podrían desarrollarla en un país que les desprecie cuando brinden sus criterios y estos no sean armoniosos con los discursos populistas.

Esta falta de confianza puede socavar el progreso científico, ya que la ciencia se basa en la evidencia, experimentación y el análisis riguroso. Además, la falta de credibilidad en las instituciones científicas puede llevar a una menor aceptación de medidas necesarias, como las relacionadas con la salud pública o el cambio climático y por ende qué retrocedamos en lo poquito que hemos avanzado y precisamente en temas que ante el mundo hemos dado un ejemplo a seguir.

Otro punto es que el desprecio de los criterios expertos puede alimentar la polarización y el debilitamiento del debate público fundamentado en la evidencia, por ello es por lo que, a pesar de evidenciarse hechos sumamente obvios, sin contar los troles, veremos comentarios tales como «crema de rosas», «usted es del PLN o del FA», «a usted le pagan los de Canal 7» y otras estupideces.

Las orientaciones políticas autocráticas o populistas suelen promover la idea de que la opinión de una supuesta mayoría es más valiosa que el conocimiento especializado, lo que puede desincentivar el análisis crítico y la búsqueda de soluciones equilibradas. Esto conduce a una sociedad dividida y menos capaz de abordar los desafíos complejos de manera constructiva.

El recurso hídrico en peligro bajo el gobierno de Chaves

Sergio Ortiz Pérez manifiesta que por medio del proyecto de Ley 23.197, Rodrigo Chaves pretende desaparecer el Senara, al convertirlo en una simple oficina del MAG que responda al ministro de Agricultura, cuyos criterios pueden ser muy fácilmente manipulables.

Uno de los mayores problemas es que este posible cambio jurídico planteado por el presidente, es la desprotección del recurso hídrico y el retroceso de 40 años cuando visionariamente se creó el Senara.

Sin embargo, Pérez indica que dicho proyecto no es el único que atenta contra el agua y el Senara, sino también el proyecto 23. 511, nueva ley de aguas, que en esta ocasión ha sido propuesta por el diputado Óscar Izquierdo, del Partido Liberación Nacional, que también busca desaparecer el Senara y le da toda la autorización sobre el agua al MINAE y a su ministro de turno.

Ambos proyectos omiten la sentencia 2012-08892 de la Sala Constitucional, en la cual los magistrados sentenciaron que las funciones del Senara necesitan del avance progresivo del reconocimiento de los Derechos Humanos: el derecho al agua y a un ambiente sano y ecológicamente equilibrado son fundamentales.

De igual forma, la Sala advirtió que el Senara tiene un papel relevante en cuanto a la gestión del recurso hídrico nacional, lo cual resulta fundamental, considerando la naturaleza eminentemente técnica de esta dependencia administrativa. Dicha posición debe ser reforzada a partir de la debida coordinación interinstitucional.

Sumado a esto, se encuentran las declaraciones irresponsables y alineadas a las exigencias de Zapote: tanto el ministro de Agricultura como el gerente del Senara ocultan que los proyectos de riego producidos por el Senara generan entre 150 y 200 millones de dólares al año. Asimismo, también ocultan el modo y la labor estratégica de cómo el Senara, en materia de desarrollo agrícola nacional, permite brindarle riego a más de 34.000 hectáreas productivas que pertenecen a 1000 productores nacionales, por medio de 84.5 km de canales de riego.

Entre dichas declaraciones, según Pérez, las del gerente del Senara son muy vergonzosas, ya que recientemente dijo en la Asamblea Legislativa que el proyecto de ley del MAG, el cual desaparece al Senara, iba más bien a fortalecerlo. Cuando, en realidad, eso es completamente falso y, además, él basa sus criterios en especulaciones personales de lo que podría llegarse a hacer, de aprobarse esta Ley.

Bajo el gobierno de Rodrigo Chaves, muchas instituciones están en peligro: si estas son amenazadas y se debilitan, la desigualdad social se recrudece en todo el país.

¿Generación de Cristal?

Por Sergio Ortiz Pérez

Desde hace algunas décadas, se vienen categorizando a los seres humanos en Generaciones, pero no para fines despectivos o insultantes, sino para que en términos sociológicos se puedan identificar, analizar y relacionar distintos comportamientos de la humanidad actual con sucesos a nivel social, geográficos, religiosos, ideológicos, tecnológicos, gobierno, política y entornos económicos que vivieron o viven las personas durante sus etapas de crecimiento y desarrollo.

Contrario a eso, muchas personas ignorantes, vienen utilizando el término «Generación de Cristal» para llamar de forma despectiva a la Generación Z que son las personas nacidas después del año 2000, y que son nuestro futuro como país y como planeta, sin darse cuenta o sin aceptar, que toda generación tiene una razón de ser y que nace bajo condiciones predefinidas por una generación anterior o anteriores, es decir, que quienes se burlan de la supuesta Generación de Cristal, son responsables de las condiciones que han obligado a esa generación a exigir cambios y ser como son.

Pero no solo por ignorancia existe ese trato despectivo a nuestros jóvenes, sino también para justificar falencias propias y trasladar la responsabilidad de quienes se meten a liderar torpemente un país y encuentran muy fácil justificarse diciendo que «a la generación de cristal no se le puede decir nada».

Que estas palabras vengan de cualquier persona, es entendible desde la ignorancia, pero que vengan de parte de la ministra de Educación Pública de Costa Rica es inaceptable, porque ella está llamada a entender que los niños, niñas y jóvenes de nuestro país cobijados bajo la educación pública, están si acaso, raspando la olla a un sistema educativo debilitado por acciones irresponsables de este y otros gobiernos. Y muchos de los que se burlan de esta generación, sí pudieron disfrutar de un estado solidario que la corrupción e intereses particulares de generaciones anteriores, tiraron a la basura.

El profesional que lidera la cartera de educación de un país, no puede hablar ligeramente de una generación como generación de cristal para dar a entender que es una generación difícil para establecer límites y valores, primero porque «Generación de Cristal» no existe como termino técnico o científico, además porque es peyorativo, alimenta la discriminación adulto centrista, busca minimizar la opinión de la niñez y la adolescencia (que son sujetos de derechos) y también porque deja de lado la responsabilidad de padres, madres, cuidadores, de criar a los niños y jóvenes y prepararlos para la vida, fortalecer su autoestima, brindarles seguridad, potencializar sus habilidades y competencias, y establecer los límites desde el amor y el diálogo.

Una generación que no tolere más la violencia, el acoso sexual, la contaminación ambiental, las humillaciones, la homofobia, el machismo y el racismo, no es una generación de cristal, es una generación de cambios que incomodan a muchos, especialmente a quienes no quieren que se cuestione algo que está por encima de todo y que es el responsable de muchas de las desigualdades y debilitamiento del Estado y su institucionalidad, y es el sistema económico capitalista vigente, basado en el uso irracional de recursos, en la explotación del hombre por el hombre y el consumismo. Jamás podrá ser una generación igual a otra, no es lo mismo haberse criado sin radio y televisión a haberse criado bajo un entorno tecnológico como en el que vivimos, y ese cuento de que antes era mejor es muy relativo.

Sin embargo, siempre se comete el error de que toda generación, tuvo otra anterior que le criticó, y  a los de mí generación, que rompimos muchos paradigmas y constructos sociales de nuestra generación anterior (como históricamente pasa), se nos señaló de rebeldes, satánicos o inadaptados, por ello debemos ser empáticos y entender que somos corresponsables de las condiciones actuales que moldean el futuro de nuestros hijos y nietos, y ni que decir de los Gobierno y políticos improvisadores que elegimos, pues en materia de seguridad, narcotráfico, tecnología, calidad de la educación, becas, infraestructura y medio ambiente, dejan mucho que desear y esto sí impacta en negativo directamente a nuestras nuevas generaciones.

Entonces, ¿Generación de cristal? No, lo que existe es irresponsabilidad en quienes se dejan decir eso a la ligera y supuestamente asumieron un puesto para asegurar un mejor futuro a nuestro país, pero no han sido capaces, en un año, de establecer una ruta clara para la educación costarricense.

Sergio Ortíz Pérez expone sobre Eduardo Ulibarri y el caso ALDESA

Sergio Ortiz Pérez cuestiona las actuaciones de Eduardo Ulibarri en el caso de ALDESA, del cual fue directivo desde 2011 hasta el momento de su quiebra, en el que desaparecieron más de trescientos millones de dólares de los ahorrantes.

Sus cuestionamientos surgen a partir de la última opinión emitida por Ulibarri, publicada el 03 de febrero del 2023 en La Nación, en la que opina sobre la poca ruta clara que tiene el gobierno y exige leyes sobre transparencia, cuando él mismo nunca dio la cara a los afectados por la quiebra de ALDESA y los millones de dólares desaparecidos. 

 

Compartido con SURCOS por Flora Fernández Amón.