Ir al contenido principal

Etiqueta: servicios públicos

La “vía rápida” del ejecutivo y sus aliados para demoler el ICE

  • FECON llama a detener privatización de la electricidad

  • Se cumplen 20 años del plebiscito por el río Pacuare

La decisión del Poder Ejecutivo de tramitar por “vía rápida” el proyecto de privatización de la electricidad #23.414, es una acción desesperada y temeraria que complace plenamente a sus aliados políticos y empresariales empeñados en privatizar la electricidad y carcomer al ICE desde adentro, como lo hace la propia presidencia ejecutiva del ICE. Imponer la “vía rápida” sólo es posible con el sometimiento de otras diputaciones al oficialismo.

Este proyecto no mejora, no moderniza, no eleva la eficiencia del sector eléctrico, y mucho menos garantiza que se puedan bajar las tarifas, algo que ha sido imposible de demostrar por todos sus defensores dentro o fuera de la Asamblea Legislativa. No hay un solo país en el que se registren mejores precios para la gente tras la privatización. Lo que ha habido es racionamiento, apagones y tarifas más altas.

El 23.414 es un proyecto diseñado a la medida de los generadores y distribuidores privados para consolidar sus negocios. Con total seguridad afirmamos que conduce al debilitamiento y hasta eventual desaparición del ICE como institución directora del servicio público de la electricidad. No resulta nada nuevo que Liberación Nacional mantenga su línea férrea privatizadora, como lo ha hecho desde la aprobación de la ley 7.200 en 1990. Eso es exactamente lo mismo que hacen el PUSC y otros. Esa es una vergüenza que la sociedad costarricense debería cobrarles muy caro.

Este gobierno conduce una guerra para la demolición de cualquier institución de servicio público y solidario, y en esa guerra el trámite rápido es una arma temeraria que elimina toda discusión profunda en la Asamblea Legislativa y nos impide exponer nuestros argumentos. Esto confirma que definir nuestro modelo eléctrico sigue siendo un ejercicio de gobiernos y empresarios, excluyente y antidemocrático.

La estrategia fallida de aprobar mediante la “vía rápida” las jornadas de 12 horas por medio de otro nefasto proyecto de ley bajo el expediente #24.290. Esta mala decisión, no ha sido lección suficiente para este gobierno y sus aliados (PLN, PUSC, NR y PLP). Ahora pretenden continuar con la aprobación de más medidas impopulares y regresivas.

Desde la Federación Ecologista de Costa Rica, FECON, relanzamos nuestra absoluta oposición al proyecto 23.414 y hacemos un llamado a las organizaciones sociales comunitarias, a los Pueblos Originarios cuyos ríos son un “botín”, a los colectivos ecologistas y ambientalistas, a los sindicatos, y en general a toda la sociedad costarricense, para que “nos tiremos al agua” y salgamos a defender el ICE como institución pública de servicio social y celebrar los 20 años del plebiscito que resguardó el Río Pacuare.

El ICE jamás debe ser privatizado, vendido, regalado, ni destruido. El objetivo real del proyecto 23.414 es agrandar las fortunas de los mercaderes privados de la electricidad.

ANEP denuncia opacidad e imposición en proceso de reorganización del AyA

La Asociación Nacional de Empleados Públicos y Privados (ANEP), en un comunicado titulado “Reestructuración oscura e improvisada en el AyA” publicado el 29 de julio de 2025, reaccionó con firmeza a la publicación del 28 de julio realizada por el presidente ejecutivo del Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados (AyA), Juan Manuel Quesada, sobre la supuesta aprobación de una “reorganización institucional” en dicha institución

ANEP cuestionó este anuncio, al considerar que el proceso ha sido impulsado de manera opaca, sin participación de las personas trabajadoras ni de las organizaciones sindicales.

Según la organización sindical, el contenido completo del documento de reorganización no ha sido divulgado, lo que constituye una violación al principio de publicidad de la información pública (art. 30 de la Constitución Política), así como al deber de participación establecido en la Ley General de la Administración Pública y la Ley de Control Interno. La ANEP advierte que tampoco se han presentado estudios técnicos, financieros ni jurídicos que respalden la propuesta.

Para ANEP, lo que se presenta como un proceso de modernización en realidad representa una imposición unilateral que carece de legitimidad interna, evaluación objetiva y respaldo técnico validado. La organización denuncia que se abre la puerta a la tercerización de áreas sensibles, lo que pondría en riesgo la calidad del servicio público, encarecería los servicios básicos y afectaría la estabilidad laboral de quienes laboran en el AyA.

Ivone Mata, vicepresidenta seccional de ANEP-AyA, expresó en un audio difundido por la organización que la reestructuración ha sido manejada en total secretismo, sin participación ni respaldo técnico conocido, y que el documento no ha sido socializado. Alertó además sobre una posible intención de tercerización, lo que afectaría seriamente tanto la institucionalidad como los derechos laborales.

Por su parte, Edwin Marín Bonilla, presidente seccional de ANEP-AyA, recalcó que la oposición sindical no es por ocurrencia, sino producto de un análisis informado. Esta reorganización se ha manejado a espaldas de las personas trabajadoras y de la opinión pública. No se conocen los estudios que supuestamente la justifican. No se ha tomado en cuenta ni el sindicato legítimo ni ninguna otra organización dentro del proceso.

ANEP exigió de forma pública:

  1. Acceso inmediato al documento completo de reorganización institucional y sus anexos.
  2. Suspensión del proceso hasta que se garantice un espacio formal y vinculante de participación sindical.
  3. Responsabilidad directa al presidente ejecutivo Juan Manuel Quesada, a la gerente general Alejandra Mora Segura y a la Junta Directiva por los posibles efectos negativos de esta imposición.
  4. Intervención de la Contraloría General de la República, la Defensoría de los Habitantes y el MIDEPLAN, instando a que ejerzan sus funciones de fiscalización ante posibles incumplimientos legales.

Fuente imagen: ANEP

Recuperar un rumbo perdido

Gilberto Lopes
San José, 25 de julio del 2025

Busquemos un punto de partida, un inicio de camino: desde mi punto de vista, más que la abolición del ejército, de consecuencias mucho más radicales para el país fue la nacionalización de los depósitos bancarios. Por algo fue también por ahí donde empezó el ataque al sector público.

Esa pelea formidable, ese debate político en el que se construía una forma de nación, se perdió. Derrota nunca más evidente que cuando el director de La Nación se transformó en ministro y embajador de quien, desde adentro, minaba las bases del mundo que construyó Figueres. Un día dijo Figueres que le quedaba pendiente la tarea de quemar La Nación. Era, naturalmente, una alegoría. Era una forma de reconocer lo mucho que el periódico representaba contra las ideas por las que él había luchado.

Hoy hablan de los peligros que corre la democracia en Costa Rica. Es una visión corta, en mi opinión. Los peligros son antiguos. Ninguno contribuyó más a eso que el líder más lúcido de ese proyecto desquiciador. En beneficio propio, manoseó la constitución, el Poder Legislativo, el Judicial. ¿Para qué? Para aprobar un proyecto desarticulador del sector productivo nacional, para avanzar en la privatización de las telecomunicaciones y echar a andar, de manera lesiva para los intereses nacionales, la privatización de las obras públicas. El ejemplo de lo que ocurre con la ruta 27 a Caldera nos recuerda, todos los días, los perversos mecanismos encargados de desmontar una capacidad pública eficiente, para transformarla en un negocio privado, a costa de los costarricenses.

¿Cómo sorprendernos del desencanto con la democracia?

¿Ningún daño ha hecho a nuestra institucionalidad el manoseo de los tres poderes para satisfacer ambiciones personales desmedidas? Ese tipo de acciones son como echar un químico corrosivo en los engranajes que mueven la historia. Los va trabando, corroyendo. Lo modosito de las propuestas, los BMW y los Mercedes ofrecidos, son solo humo de paja, hipocresía que la brutalidad del “memorando del miedo” desnuda.

Hay quienes piensan que todo eso es cosa vieja. Del pasado. Y no se explican cómo hemos podido llegar tan lejos y tan hondo, ni a esa lógica que, después de un Alvarado, entrega el país a un Chaves. Aparece uno, vivo, que toca los puntos sensibles, los más vulnerables. El primero, esa cúpula ambiciosa, de visión corta, insaciable. Luego los otros poderes, la prensa… Lo llaman –no sin algo de razón, en mi opinión– la “Red de Cuido”. La manera chabacana como lo dicen –además– encanta a muchos.

Asaltan el Estado gentes sin antecedentes políticos alguno. Sin historial, ni capacidades. Sin propuestas ancladas en lo mejor de la historia nacional. Pero con estilo. Para un sector importante del electorado, es suficiente el dedo apuntado a los responsables de la demolición hecha en los últimos 50 años. De la que ellos mismos son acabados representantes.

Nos toca recuperar un rumbo perdido

Nos toca recuperar un rumbo perdido. No es volver atrás. Es avanzar sobre las bases que hicieron de Costa Rica una excepción, las mismas que, desde hace casi 50 años, han venido demoliendo sistemáticamente. Bases tan sólidas que, pese a todo, no han podido ser demolidas del todo. Algo queda, inclusive en la memoria de los costarricenses.

No se trata de gritos sobre una democracia en peligro. Ese peligro, como hemos visto, viene de larga data. Hace falta la defensa de lo público. En vez de terminar de deshacer el ICE, de vender el BCR, de avanzar en la privatización de la salud, de la educación, en la destrucción de la CCSS, sería prudente reconstruir los fundamentos que hicieron posible que el país creciera con imaginación, sobre la base de recursos propios, sin perder de vista los derechos de las mayorías. Sin renunciar a un lugar en el escenario internacional. Pero no un lugar subalterno, mediocre (como una “zona franca”, sugieren algunos). Participar con lo nuestro. Llevar nuestra banca a los mercados internacionales. El ICE a Centroamérica y más allá; ¿por qué no? en vez de destruirlo. Me parece que es lo que tiene sentido.

Un programa para el 2026 que llene de aire nuevo, de lucidez, una pelea en la que se juega una forma de construcción del país.

Asientos cada vez más incómodos

No hemos ido por ese camino. Permítanme ilustrar la idea con un ejemplo. Leí hace unos días un artículo con el curioso título “No son imaginaciones tuyas, el asiento de los aviones es cada vez más incómodo”, publicado en Xataka, por su editor, Miguel Jorge. Habla de la reducción del tamaño de los asientos en los aviones. De la historia de ese proceso, de su origen, de su lógica.

Antes de 1978, dice, “las aerolíneas en Estados Unidos funcionaban como servicios públicos regulados. Las tarifas, rutas y estándares básicos (incluidos el espacio entre asientos y el trato al cliente) eran supervisados por el gobierno federal. Los billetes eran más caros que hoy, pero incluían servicios como equipaje facturado, comida y asientos con dimensiones acordes al cuerpo humano medio”.

Pero el escenario cambió de forma drástica con la Airline Deregulation Act. “Una legislación que abrió el sector a la competencia en nombre del libre mercado”.

La promesa –agrega Jorge– “era que las tarifas caerían y el servicio mejoraría. En la práctica, tras una breve explosión de nuevas compañías, el mercado se consolidó rápidamente hasta el oligopolio actual: cuatro aerolíneas (American, Delta, United y Southwest) controlan el 80% del mercado estadounidense”.

En ese nuevo entorno de “libre competencia” la eficiencia operativa era la prioridad absoluta. La reducción del espacio disponible para cada pasajero era la herramienta clave para aumentar los márgenes de ganancia sin subir los precios.

“Esta reducción ha llegado a un punto crítico: estudios señalan que más de la mitad de los pasajeros ya no caben cómodamente en los asientos estándar”. El espacio entre asientos, que los años 80 del siglo pasado era de 90 cm en media, se redujo a 80 en aerolíneas regulares y a 70 en las low cost, mientras el ancho de los asientos se reducía 5cm.

En Europa la pérdida progresiva de espacio, servicios y comodidad a bordo, comenzó un poco más tarde, en la década de 1990, dice Jorge. Su detonante regulatorio fue la liberalización aérea europea, que se desarrolló entre 1987 y 1997. “El punto de inflexión más claro fue el llamado Tercer Paquete de Liberalización (1992-1997), que culminó en la creación del cielo único europeo, permitiendo que cualquier aerolínea de la UE operara libremente dentro del espacio comunitario sin restricciones de rutas ni tarifas”.

La reducción del tamaño de los asientos, concluye Jorge, no es una anomalía puntual, sino una manifestación tangible del modelo económico implantado desde 1978, “un sistema que ha priorizado la eficiencia económica sobre la salud y la dignidad del pasajero”.

Ese proceso de reducción del espacio de los asientos es el mismo iniciado aquí con la privatización de los servicios, de los bancarios, de obra pública, de educación, de salud, de telecomunicaciones, siempre con la promesas de mayor competencia, de mejores servicios, de precios más bajos, el mismo engaño que hace que hoy una cantidad importante de personas ya no quepa cómodamente en el asiento del avión.

El proyecto 4×3

Nos prometen grandes beneficios con el proyecto 4×3: 12 horas de trabajo, cuatro días por tres de descanso. Aseguran que, beneficiadas las empresas, crecerán las inversiones y los trabajos mejor pagados. ¡Cómo iba a ocurrir al eliminar las regulaciones en el transporte de pasajeros en aviones!

Andrea Castro Tanzi, una mujer vinculada al mundo de los negocios, hace un notable análisis de las consecuencias de ese proyecto, en un artículo publicado en Delfino, el pasado 28 de junio. Explica como ni el carácter “voluntario” de la medida, ni los beneficios para la vida de los trabajadores funcionarán en la práctica. Entre esos “beneficios” se incluyen un mejor balance vida-trabajo, la reducción de estrés, una mayor satisfacción laboral y mejor salud mental y física. “¡Lindísimo!”, afirma Andrea Castro.

“Tengo que reconocer que este proyecto aporta altos beneficios económicos”, agrega. “Las empresas que la implementen obtienen reducción en costos laborales del 23% al 28%, promedio 25%”.

Pero –señala– esa evidencia se basa en días laborales de ocho horas. No de doce, como plantea este proyecto. “Una jornada de doce horas significa mínimo catorce fuera de casa, en un país donde el transporte público no es continuo ni eficiente, menos en zonas alejadas”.

Con estos horarios, muchas mujeres tendrían que trabajar hasta quince horas al día, por cuatro días seguidos, sin sumarle las horas de traslado. ¿Cuándo descansarían?, se pregunta.

No es difícil estimar que los resultados de este proyecto serán los mismos que los logrados con la desregulación de los servicios aéreos. En teoría, dice Castro, las empresas “podrían usar estas reducciones para bajar tarifas y ser más competitivas”. Pero “la evidencia sugiere que entre el 80% y el 90% de las reducciones de costos laborales lo que producen son mayores márgenes de ganancias”.

Además, estudios de la Cepal muestran que, en América Latina, reducciones agresivas de costos laborales generan empleos precarios y temporales, no necesariamente estables o dignos.

La conclusión es que “los grandes beneficios de esta Ley no parecen ser para quienes se sacrifican. Los empleados ganarían 23-28% menos en ingresos netos por eliminación de horas extras”.

“La CCSS también pierde: menos contribuciones y mayores costos de atención por deterioro físico y mental de jornadas extendidas. Si cada trabajador bajo este esquema aporta 25% menos, pero requiere más atención médica por los riesgos asociados a jornadas de 12 horas, la matemática no cuadra”.

“No puedo evitar preguntarme por qué quienes gobiernan y legislan están empeñados en aprobar una ley que afectará al 6% de la población, imponiendo jornadas prolongadas y reducciones salariales con repercusiones sobre miles de familias”, concluye.

Deportar a los nacionales

Me parece que pocas decisiones recientes revelan mejor la desorientación política que impera en el país. La Asamblea Legislativa aprobó en mayo pasado –de manera unánime– una reforma al artículo 32 de la Constitución que autoriza la deportación de ciudadanos nacionales en casos de narcotráfico y terrorismo.

Cerca de un mes después, el 24 de junio, aprobó –de nuevo por unanimidad– dispensar de trámite, evitar su discusión en comisión, el expediente 25.036, de “Reforma a la Ley de Extradición”. Se trataba de poner al día la ley, de acuerdo con la reforma constitucional aprobada un mes antes, luego aprobada también por unanimidad.

En realidad, se trata de una reforma con destinatario único: darle a Estados Unidos el derecho de intervenir en el funcionamiento de nuestro estado de derecho. A partir de entonces quedan los ciudadanos costarricenses a disposición de los tribunales y de los diversos órganos policiales de los Estados Unidos. Ellos decidirán de quienes les interesa solicitar la extradición, cuándo hacerlo, mientras aquí este gobierno (y otros, que vendrán) se sentirán encantados con esta nueva arma política ahora disponible.

¿Es la justicia norteamericana particularmente eficiente en la represión del crimen en su país? ¿Muestran algún avance en la represión a la delincuencia organizada? ¿Contribuye eso a fortalecer el sistema judicial costarricense? ¿Implica eso mayor justicia en el país? ¿Son Colombia, o México, países más seguros gracias a la posibilidad de extraditar a sus ciudadanos a Estados Unidos?

Me parece fácil responder con un “no” a todas esas preguntas. Pero aquí ni un solo diputado –¡ni uno solo! – se opuso a una ley que no resuelve ningún un problema. Y que, como veremos, provoca muchos otros.

No se trata de extradiciones solo por delitos comunes, sino también los políticos, pues no otra cosa es la calificación de “terrorista”, como nos recordaba Caitlin Johnstone, una periodista, ensayista, pintora, poeta, basada en Melbourne, Australia. “Terrorismo es solo una etiqueta que significa cualquier cosa que los países de Occidente necesiten”, afirma. Me parece que tiene bastante razón. Y aunque algunos digan que los tribunales costarricenses tendrán la última palabra en esa calificación, no me parece difícil suponer que la decisión, además de jurídica, será también política.

Un país no debe entregar a sus ciudadanos (aun los más miserables) a la justicia de otros países. Es su responsabilidad juzgarlos. Estados Unidos, desde luego, no lo hace. Y me parece una vergüenza que ni un solo dirigente político haya rechazado esa medida. ¡Nada refleja mejor la crisis política que vivimos!

Avanzar sobre las bases que hicieron de Costa Rica una excepción

El pasado 11 de julio el diario español El País publicó una entrevista con el político, diplomático y escritor francés Dominique de Villepin. Es un hombre de derecha, que se refería a los desafíos que enfrentan los países europeos. “Hemos visto crecer a los partidos extremistas”, afirmó, una polarización que provocó tensiones, “haciendo olvidar la realidad de unas políticas que no han sido ambiciosas ni fieles al espíritu republicano”.

¿Cuáles?, se preguntó el periodista. “Una clave es la degradación de los servicios públicos. La escuela, los hospitales y todo lo que formaba el sentimiento de protección”, afirmó.

Me parece que da en el clavo: ¡la degradación de los servicios públicos! Es la esencia del neoliberalismo: las privatizaciones.

Faltan pocos meses para las elecciones del año que viene y no aparecen alternativas. ¿No será posible conformar un grupo capaz de diputados cuyo objetivo sea revertir la degradación de los servicios públicos? ¿No tendríamos ahí una razón para votar con esperanza?

Naturalmente, no todo se podrá hacer a corto plazo, pero hay que reivindicar la idea, sembrar la esperanza.

¡No es demasiado tarde para intentarlo! Creo que vale la pena.

FIN

El Consenso de Washington que recorre los despachos de la Sala IV

Manuel Hernández

Ya van, al hilo, siete acciones de inconstitucionalidad, presentadas por algunas instituciones públicas y sindicatos, contra la insufrible Ley de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas, Nº 9635, que, después de tantos años de incertidumbre, fueron declaradas sin lugar por el Tribunal del Perpetuo Martirio de la Constitución.

Los derechos adquiridos y las situaciones jurídicas consolidadas han volado en el aire.

El principio de no retroactividad de la ley se transmutó en una pieza de arqueología jurídica, que se puede contemplar en el Museo Nacional, en las inmediaciones de Cuesta de Moras.

La disciplina y la Regla Fiscal, impuesta por esa ley, que ha causado tanta afectación en los servicios públicos más sentidos de la población (salud, seguridad, educación, entre otros) están a buen resguardo, blanqueadas por los reiterados pronunciamientos del Tribunal, inspirados en el Consenso de Washington.

Sólo el derecho de negociación de convenciones colectivas, a duras penas, logró salir sin tanto daño, conforme la doctrina de ese Tribunal, que data de principio de este siglo, pero que subordina el ejercicio de ese derecho fundamental a los principios de razonabilidad, proporcionalidad y otros más de la parafernalia judicial.

Es necesario destacar que, a merced de esos principios, han sido declaradas inconstitucionales, una tras otra, una innumerable cantidad de cláusulas de convenciones colectivas; por cierto -para que no se olvide- a contrapelo de los pronunciamientos de los órganos de control de OIT, que reiteradamente advirtieron que la anulación de esas cláusulas violenta el Convenio 98 y otros de OIT.

El Convenio 98 OIT y los otros en materia de Libertad Sindical son instrumentos internacionales de Derechos Humanos que no gozan de mucha simpatía en los despachos de los magistrados, a quienes, por contrario, les corresponde optimizar al máximo el ejercicio de los Derechos Fundamentales.

La más recentísima sentencia de la Sala, del pasado mes de mayo, dictada después del VOTO 2025-8201, de marzo/2025, confirma esa doctrina fundamentalista fiscalista y neoliberal que febrilmente abraza el Tribunal Constitucional.

El desmantelamiento del sector público profundiza la crisis social en Costa Rica y conduce a la violencia

Manifiesto del BUSSCO

Desde el gobierno neoliberal anterior se viene impulsando una durísima política de austeridad presupuestaria, que ha sido profundizada por el gobierno de Rodrigo Chaves, dicha política es el nefasto resultado de acuerdos con el Fondo Monetario Internacional FMI.

Los resultados de estos acuerdos provocan un crecimiento acelerado de la exorbitante deuda del Estado con la CCSS de ¢4 billones (¢4.000 millones de millones); mientras que el pago de intereses de la deuda en 2024 fue del 4,83% del PIB, el más alto en 19 años; una deuda agudizada por la actual administración que sabotea la institución y le impide cumplir plenamente con sus funciones, la reducción de presupuesto a la educación pública, el más bajo en 25 años; afectando comedores escolares, inversión en infraestructuras educativas colapsadas, suspensión de becas, subsidios de transporte y otros, el desmantelamiento de los programas de ayuda social del IMAS y desaparición de programas especiales, disminución de recursos en programas para jefas de hogar y más.

Las duras restricciones presupuestarias a los ministerios e instituciones autónomas que obliga la Regla Fiscal establecida en la Ley 9635, están provocando un grave deterioro por un lado en la calidad y cobertura de los servicios públicos y por otro, en el rol y papel del Estado en cuanto a su función social Constitucional.

El interés de los grupos de poder económico es la reducción del Estado a su mínima expresión, la privatización de servicios fundamentales como la educación, la salud pública, la electricidad y telecomunicaciones, los seguros, entre otros, y la venta de activos estatales, para hacer negocios privados con la totalidad de nuestra institucionalidad pública.

Las Leyes de Finanzas Públicas y Empleo Público han empeorado las condiciones laborales en el sector público, generando precarización salarial y laboral para miles de trabajadores y sus familias, incluso con un retroceso en el ingreso real del 20%, en relación con los niveles prepandémicos. En el sector privado se profundizan no sólo los niveles de explotación laboral, sino los paupérrimos salarios.

El ejercicio de la actividad sindical, pese a ser un Derecho Humano Fundamental y estar establecido en la legislación y Convenios de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha sido severamente violentado, se acentúa la persecución sindical y el irrespeto a la libertad de sindicalización, se limita el derecho a la negociación colectiva de los y las trabajadoras de los sectores público y privado.

El actual gobierno en lugar de buscar solucionar los grandes problemas que afectan al pueblo costarricense ataca y agrede las voces de sectores populares pretendiendo acallarlas; lo anterior en un contexto de aumento de costo de vida, de la violencia e inseguridad, objeto de los preceptos del capitalismo salvaje.

El escenario preelectoral 2026 ya entró en acción, con partidos políticos que quieren profundizar la línea neoliberal de desmantelamiento del Estado y de peores condiciones para el pueblo. El PLN, el PUSC, el PAC los libertarios, los neopentecostales y el gobierno de Rodrigo Chaves no tienen diferencias ideológicas.

Se requiere un cambio radical de alternativas políticas, que realmente ponga en primer lugar las necesidades de los sectores populares, recupere el rol del Estado como redistribuidor de riqueza, garantice seguridad y paz a la ciudadanía, defienda la soberanía nacional y actúe realmente en proteger los intereses nacionales por encima de los privados.

El Bloque Unitario Sindical y Social Costarricense llama a impulsar un gran encuentro nacional de sectores sociales populares y sindicales, para el diseño de una estrategia de lucha por la defensa de los derechos de la clase trabajadora, por condiciones de vida dignas para nuestro pueblo, por una educación y salud públicas de calidad, por políticas públicas que den respaldo efectivo a nuestros agricultores, que les permita conservar su derecho a la tierra y apoyo mediante condiciones crediticias y subsidios que garanticen nuestra soberanía alimentaria, por políticas de respaldo a los pequeños y medianos empresarios entre otras grandes necesidades que han sido desatendidas, pese a las demagógicas promesas de campaña.

Es importante unir esfuerzos por políticas efectivas de protección del medio ambiente, contra la privatización del agua, de nuestras playas y zonas costeras y contra la gentrificación en nuestras comunidades, por un verdadero combate a la corrupción político-empresarial, contra las políticas que favorecen la evasión y el fraude fiscal que según el último dato del Ministerio de Hacienda del 2021 representa el 5.66% del PIB (2.94% IVA y 2.72% Renta) en Renta el 63% de ese fraude es empresarial, las personas físicas con actividad lucrativa representan el 30% y los asalariados y pensionados sólo representan el 6.25%, cada uno de estos puntos del PIB representa aproximadamente 350.000 millones de colones al año, por lo este porcentaje 5.6% del PIB, son 2 billones de colones (2 mil millones de millones de colones de impuestos que se dejan los evasores).

Para enfrentar a las actuales élites que controlan el Poder Ejecutivo, Legislativo y Judicial, se requiere de la más amplia y diversa unidad social y popular, que nos permita construir un camino diferente que garantice inclusión, la justicia social, la distribución de la riqueza, la equidad social en beneficio y bienestar de las familias costarricenses.

Para enfrentar a las actuales élites que controlan el Poder Ejecutivo, Legislativo y Judicial se requiere de la más amplia y diversa unidad social y popular, que nos permita construir un camino diferente que garantice inclusión, la justicia social, la distribución de la riqueza, la equidad social en beneficio y bienestar de las familias costarricenses.

P/ Comisión Política de BUSSCO

Luis Chavarría Vega

Kendy Chacón Víquez

San José, 18 de febrero de 2025

¿Qué nos sucede que no despertamos?

Deivis Ovares Morales

Deivis Ovares Morales
Secretario de Organización de UNDECA

Nuestro país es reconocido en el ámbito Internacional como ejemplo de solidez democrática y de resolución de diferencias políticas por medios pacíficos, ante ello deberíamos cuestionarnos y plantearnos seriamente ¿Estamos realmente siendo parte activa e integral de la toma de decisiones y del modelo político económico que prevalece en el país? Para mí la respuesta es No, estamos acostumbrados a que otros escojan conforme a sus mezquinos y convenientes intereses quiénes van a ocupar cargos públicos de toma de decisiones, mismas que indudable e inevitablemente impactarán nuestro diario vivir.

Como costarricenses debemos ocuparnos mucho en reflexionar sobre política y sobre nuestro conformismo, omisión o indiferencia porque como señaló Platón “el precio de desentenderse de la política es ser gobernado por los peores hombres”

Eso nos debe llevar a agudizar nuestros sentidos para despertar y observar lo que desde hace tiempo está frente a nuestras narices, y reconocer aunque no nos guste que ellos, (las alcurnias económicas y sus fichajes políticos) sólo cambian la cara y el color pero son la misma élite política mafiosa que nos imponen su corrupción, perpetúan su fraude tributario, siguen escondiendo fortunas de dinero público en paraísos fiscales, debilitan, sabotean y desfinancian las empresas e instituciones estatales para luego ofrecer comprarlas a precios de ganga que ellos mismos deciden en mesas costosas de hoteles o casas lujosas de las que no participan los legítimos representantes populares.

Ellos con sus argucias se adueñan de activos y amplias extensiones de tierras estatales, son los mismos que privatizan los servicios públicos poniéndolos en manos de sus propias empresas, ellos son los mismos que sin ningún escrúpulo causan la destrucción del medio ambiente para adquirir abultadas ganancias individuales.

Son los mismos que han procurado con enfermiza obstinación el deterioro sistemático de los Derechos Humanos Fundamentales como los derechos laborales a la huelga y a la negociación colectiva, pretendiendo coartar libertades e intentando criminalizar derechos históricos de nuestro pueblo como el aún vigente e indomable derecho a la protesta social.

Ellos nos imponen su narcotráfico, la conveniente inseguridad y su ola de crímenes, también nos imponen sus odios por medio de estrategias utilizadas por los más repudiables fascistas, criminales obscenos de la falsedad y la desinformación; podríamos seguir con una larga lista de lo que ellos nos han hecho, nos hacen y nos harán sino hacemos una verdadera introspección de nuestras conductas electorales.

Hace poco escuché un compañero de luchas decir que nuestro concepto de democracia es tan simplista y fugaz que para nosotros la democracia duraba de las 6 de la mañana a las 6 de la tarde de un domingo de febrero cada cuatro años, y para mí lo peor es que en esas 12 efímeras horas lo que realmente hacemos es descartar lo que ellos deciden y escogen.

Creo que en el pueblo y los sectores sociales si realmente queremos un rumbo digno, social, con verdaderos contrapesos y equilibrios debemos tener la sapiencia de no seguir legitimando los intereses de ellos.

Los ejemplos sobran y solo por mencionar algunos es impulsar legislación injusta, retorcida y retrógrada para destruir derechos y limitar libertades como el Combo Fiscal, la Ley Antihuelgas, la Ley Marco de (des) Empleo Público, entre otras, pero aun así no les alcanza, su conspiración es constante, ellos fácilmente se ponen de acuerdo para presentar sus leyes de abolición de la jornada de 8 horas y eliminación del pago de horas extra, nos imponen sus decretos y legislaciones para beneficiarse con los negocios del cáñamo y cogeneración eléctrica, usan la política de forma abusiva y perniciosa para hacer sus leyes y decretos para condonar aranceles a los amigotes de campaña o los que sobre valúan sus unidades de transporte que se queman prestando el servicio en vía pública, en las carreteras deterioradas, construidas por las empresas que ellos mismos contratan facilitada por la Ley de Concesión de Obra Pública que ellos mismos generaron y que en lo más reciente nos ha dejado la Trocha, Cochinilla, Azteca, Diamante, Pista del Aeropuerto de Liberia. Esos deterioros ponen en riesgo al trabajador que conduce unidades de transporte público, los trabajadores que viajan en ellas y a los que con mejores posibilidades viajan por sus medios enfrentando el calvario de tránsito en el que pierde años y años de vida escuchando en cada campaña electoral que ellos tienen la pomada canaria para resolverlo y peor aún con el mayor de los cinismos que tienen “interés en resolverlo”.

Ellos son los mismos que nos imponen leyes que premian la irresponsabilidad fiscal con amnistías tributarias, y sin bastarles, también nos imponen el deterioro sistemáticamente de nuestras columnas de Seguridad Social con el desfinanciamiento de la educación y de la CCSS, bastiones de desarrollo de nuestra sociedad.

Aunque parezca y suene irracional, ante todo ese menosprecio a lo social y lo público, ante ese salvaje avance en la destrucción que nuestras conquistas históricas, absurdamente les seguimos premiando para que nuevamente ejerzan el poder y ¿para qué?, para que nos sigan jodiendo…

Solo quiero terminar con una frase que encierra una gran pregunta y que creo le pertenece a un científico famoso: ¿Por qué esperamos resultados distintos haciendo lo mismo?

¡Reaccionemos!

El agua y la electricidad se deben fortalecer en manos del Estado

Vladimir de la Cruz

El Partido Liberación Nacional surgió como resultado de los sucesos de la guerra civil, de marzo y abril de 1948, que llevaron al líder político militar de esos eventos militares, José Figueres Ferrer, a presidir el gobierno del período 1948-1949, que surgió de esos enfrentamientos bélicos.

Figueres había impulsado el movimiento armado, bajo la conducción del Ejército de Liberación Nacional, que organizó y preparó con ese fin, para asegurar el triunfo electoral de Otilio Ulate Blanco, frente a Rafael Ángel Calderón Guardia, que le fue arrebatado por el Congreso de la República, al haber anulado la elección presidencial de febrero de 1948, al conocer el resultado de esas elecciones, con base en el mismo informe que le dio el Tribunal Nacional Electoral, como le era obligado al Congreso, para su aval.

Los combates de esos días hicieron que militarmente se impusiera el movimiento revolucionario encabezado por Figueres, reconocido a partir de ese momento no solo como el líder militar sino también como el líder político en que se fue convirtiendo

Para evitar la Batalla de San José, que se preveía muy sangrienta para los bandos que estaban en lucha, como el gran enfrentamiento que se esperaba, estando Figueres en Cartago, dominando en la práctica todo el país, se impuso la racionalidad de buscar un acuerdo político que así lo evitara. Esto se logró con las conversaciones realizadas en Ochomogo, que suspendieron las acciones militares, entre José Figueres y Manuel Mora Valverde, en ese momento, el secretario general del Partido Vanguardia Popular, comunista, y Jefe político militar de la principal fuerza de apoyo al gobierno de Teodoro Picado, que luchaba con el gobierno por mantener el acuerdo de anulación de las elecciones de Otilio Ulate.

José Figueres y Manuel Mora, se hicieron acompañar por Benjamín Núñez y Carlos Luis Fallas, que resultaron testigos finales de esa conversación, con el compromiso de José Figueres y de Benjamín Núñez de entregar un documento resultado de esa conversación. Dicho documento se presentó a las autoridades del Partido Comunista o Vanguardia Popular, del gobierno y a representantes del cuerpo diplomático, que se había reunido en la Embajada de México, para avalar el fin del conflicto militar, reconociendo el triunfo de Figueres y consecuentemente la victoria electoral de Otilio Ulate que debería recibir el gobierno el 8 de mayo de 1948.

A partir de esos días de finales de abril, Teodoro Picado, el presidente de la República, y Rafael Ángel Calderón Guardia, el candidato derrotado, habían salido del país, quedando a cargo del gobierno Santos León Herrera, Designado a la Presidencia, que fue llamado por Teodoro Picado para sustituirlo hasta el 8 de mayo.

El primero de mayo de 1948 Figueres se impuso sobre Otilio Ulate garantizándole que él le entregaría el gobierno, en un plazo de dos años, una vez que él lo asumiera el ocho de mayo. Otilio Ulate no pudo evitar esa decisión establecida en el llamado Pacto. Figueres-Ulate.

El 8 de mayo, Santos León Herrera le entregó el poder a José Figueres, que al mediodía se había instalado al frente del Gobierno, proclamando la Fundación de la Segunda República, con un grupo de ministros que se reunieron bajo la forma de una Junta de Gobierno, con dominio de todo el aparato político institucional del Estado, de la República y de la sociedad costarricense.

Sus casi dos años de gobierno, desde el 8 de mayo de 1948 hasta el 7 de noviembre de 1949, fueron muy importantes para la institucionalidad y el desarrollo político nacional, que emergió de las políticas que se impulsaron por parte de la Junta de Gobierno, entre ellas la sustitución de todas las autoridades políticas nacionales, a nivel cantonal, la integración de una nueva Corte Suprema de Justicia, la convocatoria y elección de la Asamblea Nacional Constituyente que redactó la actual Constitución Política, la nulidad de las elecciones legislativas de febrero de 1948 y la integración de una nueva Asamblea Legislativa, a finales de 1949, para acompañar al gobierno de Otilio Ulate. Junto a esto, Figueres impulsó una serie de grandes medidas institucionales, que han marcado desde entonces el desarrollo político institucional y democrático del país.

Una de esas medidas o políticas fue la creación del Instituto Costarricense de Electricidad, al que le encomendó el desarrollo racional de las fuentes productoras de energía física que la Nación posee, en especial los recursos hidráulicos, con la responsabilidad fundamental, del Instituto ante los costarricenses, para encauzar el aprovechamiento de la energía hidroeléctrica con el fin de fortalecer la economía nacional y promover el mayor bienestar del pueblo de Costa Rica.

El ICE debía, en su gestión y desarrollo, dar solución pronta y eficaz a la escasez de fuerza eléctrica en la Nación, cuando ella exista, y procurar que haya en todo momento energía disponible para satisfacer la demanda normal y para impulsar el desarrollo de nuevas industrias, el uso de la electricidad en las regiones rurales y su mayor consumo doméstico. Para ello empezaron a desarrollarse proyectos hidroeléctricos que han asegurado esa electricidad y el progreso material de las distintas regiones del país, resultado de la política que la Junta de Gobierno estableció de asegurar la construcción de nuevas plantas de energía hidroeléctrica y de redes de distribución de la misma, dentro de los límites de las inversiones económicamente justificables.

Así surgió el ICE para promover el desarrollo industrial y la mayor producción nacional haciendo posible el uso preferencial de la energía eléctrica como fuente de fuerza motriz y de calefacción, ayudando por medio de asesoramiento y de la investigación tecnológica, al mejor conocimiento y explotación de las fuentes de riqueza del país.

Al ICE se le encargó, por la Junta de Gobierno, el procurar la utilización racional de los recursos naturales y terminar con la explotación destructiva y desperdiciada de los mismos. En especial, tratar de promover el uso doméstico de la electricidad para calefacción en sustitución de los combustibles obtenidos de los bosques nacionales y de combustibles importados, e impulsar el uso de la madera como materia prima industrial.

Asimismo, conservar y defender los recursos hidráulicos del país, protegiendo las cuencas, las fuentes y los cauces de los ríos y corrientes de agua, tarea en que deberían ayudar al entonces llamado Servicio Nacional de Electricidad y los Ministerios de Agricultura y Obras Públicas, por medio de un programa de cooperación mutua.

La Junta de Gobierno señaló la necesidad de ayudar a la habilitación de tierras para la agricultura por medio del riego y la regulación de los ríos, cuando esto fuera económicamente factible al desarrollar en forma integral los sitios que se usaren para producir energía eléctrica.

Igualmente, el ICE debía hacer de sus procedimientos técnicos, administrativos y financieros, modelos de eficiencia que no sólo garantizaran el buen funcionamiento del Instituto, sino que pudieran servir de norma a otras actividades de los costarricenses; así como, procurar el establecimiento, mejoramiento, extensión y operación de los servicios de comunicaciones telefónicas, telegráficas, radiotelegráficas y radiotelefónicas, para lo cual tendría de pleno derecho la concesión correspondiente por tiempo indefinido.

Para su extraordinaria labor, la Junta de Gobierno le dio al ICE personería jurídica y la más completa autonomía, a fin de que estuviera en la mejor posición para llenar sus objetivos. A cambio de esa autonomía, el Estado demandaría que el Instituto, y todos los que formaren parte de él, respondieran con absoluta responsabilidad a la realización plena de los objetivos expresados en esta ley.

Como Institución se le dio una duración de noventa y nueve años, de los cuales han trascurrido setenta y cinco.

Como institución autónoma, el Instituto ejercería su gestión administrativa y técnica con absoluta independencia del Poder Ejecutivo, guiándose exclusivamente por las decisiones de su Consejo Directivo, el cual actuaría conforme a su criterio y con apego a las leyes y reglamentos pertinentes y a los principios de la técnica, y sería responsable de su gestión en forma total e ineludible. Igualmente, tendría capacidad para entrar en contratos de todo orden lícito; para comprar, vender y arrendar bienes muebles e inmuebles, valores y empresas dentro de los propósitos de su creación; para emprestar, financiar e hipotecar; y para toda otra forma de gestión comercial y legal que fuera necesaria para el desempeño de su cometido, dentro de las normas corrientes de contratación que su situación financiera le permitiera, sin incurrir en riesgos indebidos para la estabilidad de la institución.

A los miembros de la Junta Directiva del ICE, la Junta de Gobierno, les dio entera independencia del Poder Ejecutivo, siendo los únicos responsables de su gestión ante la ley, inamovibles durante el período de su cargo, establecido en ese momento de ocho años, salvo el caso de declararse contra ellos alguna responsabilidad legal.

En el caso de solicitudes de concesión para aprovechamientos hidráulicos mayores de quinientos caballos de fuerza, el Instituto podía ejercer un derecho de prioridad, previa demostración al Servicio Nacional de Electricidad para proceder a desarrollar el sitio de que se tratare, por los siguientes cinco años.

En 1951, el grupo político emergente con la guerra civil fundó el partido político llamado Liberación Nacional, que desde 1953 empezó a participar en elecciones con éxito. De los 18 gobiernos que ha habido desde ese año, ha tenido nueve bajo sus riendas, de los cuales, en sus primeros cuatro, veló por el desarrollo institucional que surgió de las políticas de la Junta de Gobierno. En los siguientes mantuvo una posición de indiferencia y complacencia con las políticas privatizadoras que se impulsaban internacional y nacionalmente, y de silencio cómplice con las entreguistas de los recursos naturales.

Del gobierno de Mario Echandi apenas se rescata, en ese entramado, el fortalecimiento que le dio al SNAA, y a la protección del agua, y del recurso hídrico, que le mereció un monumento, en la pista General José María Cañas, rumbo a Alajuela, monumento que han eliminado, probablemente como parte de esa estrategia de debilitar los símbolos protectores del agua y la electricidad nacional, frente a los interesados en apropiarse de esas riquezas naturales nacionales.

Con el ICE, y el desarrollo eléctrico en todo el país, con sus trochas instalando postes y llevando electricidad, se abrieron las puertas para mejorar la calidad de vida de los habitantes de las zonas rurales, para evitar la fuga campo-ciudad; de llevar educación y salud a la población rural del país. El ICE se convirtió en el motor y eje principal del desarrollo nacional, lo que le da un valor estratégico en la generación de riqueza.

Esta situación ha hecho que sobre el ICE caigan los grupos interesados en su privatización, en la tercerización de sus servicios, en romper el control monopólico que tiene en el sector, en apropiarse de la riqueza económica que genera. Intentos en esta dirección se han hecho abiertamente desde el año 2000 cuando se dieron las luchas contra el llamado Combo del ICE, un conjunto de leyes orientadas en ese sentido. Allí se afirmó la defensa de la institución eléctrica.

Desde entonces, no han dejado de revolotear las aves de mal agüero con la intención de apropiárselo. Abierta o solapadamente se mueven y vuelan a su alrededor, como animales depredadores y aves carroñeras. Por cierto, el jaguar es un típico animal depredador.

Actualmente, en la corriente legislativa se encuentra un proyecto de ley orientado en esta dirección de debilitar al ICE para fragmentarlo y vender lo que se pueda de él, para quitarlo del patrimonio que nos fue heredado, al pueblo y la nación costarricense, por la Junta de Gobierno en 1949.

Parte del diseño estratégico de esta venta es hacer sentir a la población, que el ICE está mal administrado, que no alcanza a llenar las necesidades nacionales ni de la población, que no satisface la demanda eléctrica. En esta dirección, de manera perversa, se han provocado intencionalmente apagones, se bajó el caudal de aguas de las represas, se vendió electricidad a países centroamericanos afectando las reservas de agua nacionales con esa oscura intención, que no se pudo materializar en toda su extensión por las lluvias que la naturaleza nos ha obsequiado, evidenciando, y paralizando a la vez, las tendencias antinacionales y antipatrióticas de los agentes vendedores del ICE y de quienes promueven el proyecto de ley que debilita la institución más importante y estratégica del Estado para el desarrollo y la economía nacional. Con esas acciones pretenden engañar a los ciudadanos de que, siendo el ICE incapaz de atender su ámbito de acción, es necesario privatizarlo para que sea el sector privado nacional o extranjero el que pueda resolver la atención de la demanda y las necesidades eléctricas del país, lo que no es cierto.

Por el alcance de la proyección institucional del ICE, en toda la geografía nacional, los trabajadores del ICE hoy, como ayer, en las luchas del Combo, deben contribuir a alertar sobre este desafío que enfrenta la institución. Si el ICE se privatiza y sale de la órbita del Estado, el país avanzará a mayores índices de pobreza, de extrema pobreza, de mayor encarecimiento del costo de vida y mayor reducción del poder adquisitivo de los salarios e ingresos de las personas, que ya están en el quinto año de congelamiento, sin que los costos de los servicios en paralelo se congelen.

El hermano siamés del ICE, el Servicio Nacional de Acueductos y Alcantarillados, opera con igual perversidad. Hay dentro de esa institución políticas de hacer ver las dificultades de atención de los recursos hídricos, con igual interés de indisponer a la población con el SNAA para su posible privatización.

La cañería en la ciudad de San José se inauguró en 1865. La fuente traída para ese propósito está al frente de la Biblioteca Carlos Monge Alfaro, de la Universidad de Costa Rica, recordándonos el esfuerzo que desde hace 159 años nuestros presidentes de entonces hicieron por mejorar la calidad de vida de los costarricenses, impulsando una infraestructura institucional, que fue desarrollándose por los cantones para garantizar agua pura, potable en todo el territorio nacional, para todos los habitantes de nuestro país.

Costa Rica está considerada como una de las naciones de mayor riqueza hídrica de todo el continente americano, con una capacidad de poco más de 113.1 km3 anuales de agua, de los cuales 73 km3 corresponden a la escorrentía superficial, y alrededor de 40 km3 a la recarga natural de acuíferos; con 34 cuencas hidrográficas, formando parte de las principales cinco cuencas hidráulicas más importantes del mundo, con un consumo de agua del 63% que proviene de nacientes, un 23% de pozos y un 10% de quebradas, siendo el 93% del agua total utilizada en las actividades del país, proveniente de aguas superficiales. Esa condición permite satisfacer las necesidades básicas de las personas, favorecer los altos índices de salud y longevidad que hay en Costa Rica y estimular la producción de alimentos, tanto como la de energía eléctrica.

Recordemos, igualmente, que, a finales de la década de 1870, y a principios de la década de 1880, ya se iniciaba en el país la explotación eléctrica, resultado de lo cual se inauguró la iluminación pública en 1884, siendo la ciudad de San José, la tercera ciudad “iluminada”, con unos cuantos faroles de la época, del mundo, después de Paris y New York. En 1896 ya se vendía electricidad para el sector privado. El Teatro Nacional al inaugurarse en 1897 ya tenía electricidad incluida.

Desde principios del siglo XX, a partir de 1900, los cantones en sus nacimientos y desarrollos fueron previendo las instalaciones de electricidad y de agua. En manos privadas, hasta la guerra civil de 1948, estos elementos básicos para la población, electricidad y agua no alcanzaban a cubrir el 10% de la población ni del país. En manos del Estado, hoy hay electricidad en todo el territorio nacional y el agua potable se puede beber en cualquier parte del país.

Todo esto es lo que hay que salvar frente a los jaguares depredadores del Estado nacional, de la institucionalidad pública, que quieren vender y deshacerse del ICE y del SNAA.

Los trabajadores, y los sindicatos de estas instituciones, tienen una tarea y un compromiso importante con el resto de los ciudadanos y trabajadores, de protegerles estas sagradas fuentes de vida, de los jaguares depredadores que también hay en la Asamblea Legislativa trabajando afanosamente, por liquidarlas y sacarlas del ámbito del Estado costarricense.

Los costarricenses también debemos estar alertas frente a estos atentados criminales de despojarnos de estas riqueza nacionales e institucionales, del agua y la electricidad.

No se deben privatizar. Se deben fortalecer institucionalmente permaneciendo en manos del Estado.

Denuncian ante el AyA a la ASADA de Cipreses de Oreamuno por su mala administración

La población que recibe agua de la ASADA de Cipreses de Oreamuno ha denunciado múltiples veces la mala administración que tiene el AyA en la misma, debido a que sólo los ingenieros del AyA a cargo de la visita evidencian lo que se denuncia, como la falta de mantenimiento y planes operativos en esta ASADA a los tanques de agua «potable», amparados por el ente rector.

Estos han tomado una nueva denuncia en contra de la administración del AyA elevando y dirigiendo la denuncia al Ministerio de Salud, ya que la población al abrir la llave para adquirir agua potable directamente de los tanques de la ASADA sale el agua con líquenes o musgo. Prueba clara que nadie los lava.

En tal caso hay una sistemática violación del decreto n• 38942-S por parte de los funcionarios de esta ASADA, la cual la comunidad no ha pasado desapercibida, donde estos exigen que se haga una aplicación del mismo, ya que estos se encuentran con gran molestia el estar cancelando cada mes un recibo por servicio de agua el cual no es potable, pagando casi el mismo monto cuando son más de 8 horas diarias de desabastecimiento. 


Carta presentada para la denuncia:

Estimados señores, con gran molestia me dirijo nuevamente a ustedes para denunciar lo que debería de ser una vergüenza para ambas instituciones a cargo de salud  pública y del agua potable para la población más vulnerable (zonas rurales).

Está semana leí dos informes elaborados por ambos despachos, sobre las visitas o atención de denuncias a la ASADA de Cipreses de Oreamuno dónde se contradicen, sólo los Ing del AyA cargo de la visita evidencian lo que a continuación denuncio, la falta de mantenimiento y planes operativos en esta ASADA a los tanques de agua «potable», amparados por el ente rector.

El pasado 08 de junio del presente me dirijo con otra persona al tanque ubicado al costado del edificio de la ASADA para recoger agua en cubetas previamente lavadas, y no puedo decir que pra mi sorpresa, porque cuando se trata del agua por años ya hemos visto de todo, al abrir la llave sale el agua con líquenes o musgo. Prueba clara que nadie los lava.

 Señores es como para sentir vergüenza de sus labores, es con la salud de más de 3.000 personas con las que JUEGAN, por favor cuanto se van a tomar sus labores con seriedad y responsabilidad? ¿Qué esperan una epidemia? O algo peor? Cuánto tiempo tenemos que esperar a ver que YA tomen cartas en este asunto y cumplir primero desde adentro el reglamento para la calidad del agua potable??

La sistemática violación del decreto n• 38942-S por parte de los Funcionarios de esta ASADA no ha pasado desapercibida pro que los mismos despachos encargados de salvaguardar y aplicarlo se hagan de la vista gorda es inaudito por favor tomen un poquito de conciencia, espero poder ver un cambio de actitud de parte de ustedes y se tomen  cartas en el asunto, pro más aún ACCIONES y prontas!!

Me parece sumamente vulgar y descarado cancelar cada mes un recibo por «servicio» de agua que NO es potable, pagando casi el mismo monto cuando son más de 8 horas diarias de desabastecimiento y ahora sumando la  desconfianza que ustedes nos generan en cuanto al manejo y abordaje de este tema y otros relativos a esta ASADA.

La nota fue enviada a SURCOS por Ricardo Rivera Rojas.

Los modernos mercaderes del Templo, versión siglo XXI

Mainier Barboza

Las Instituciones Públicas, autónomas, (CCSS, ICE, ICCA, Universidades Públicas, Banca Nacionalizada…Los “templos de la democracia” en el ojo de los nuevos mercaderes.

Mainier Barboza Soto
Movimiento Patriótico por Costa Rica

En el evangelio de Juan 2, 13-25, Jesús, “hizo un látigo con unas cuerdas y los echo a todos del templo, junto con las ovejas y los bueyes. Arrojó al suelo las monedas de los cambistas y les volcó las mesas.”. (biblia.net). surge la pregunta, ¿Cómo y a propósito de qué homologamos el texto bíblico y por qué la analogía, con nuestras instituciones?

Nuestras instituciones de servicios públicos, autónomas, han tenido un rol fundamental para los costarricenses, han significado un soporte a la estabilidad democrática que, ha caracterizado a Costa Rica, como país de paz, solidario, fraterno-bueno, es lo que se percibe-en las estructuras de la sociedad, especialmente la clase asalariada, así como la pequeña y mediana empresa, de los sectores primario y secundario de la economía; la clase media, mayoritariamente asentada en la base pública, posee grandes cualidades, pero todavía no termina de dar el paso, como una auténtica clase que es dependiente de un salario, al margen de este paso pendiente, juegan un papel central en la protección de estas instituciones, tienen el deber de acoger- y lo hacen-a toda la población de una forma, fraterna, amistosa, gregaria.

De este modo, nuestras instituciones, devienen en verdaderos templos, donde acude la gente, a que se resuelvan las más variadas necesidades: de educación, de salud, vivienda, servicios básicos; pero, además, se convirtieron en la base en la que la democracia costarricense, se apoya, dado el carácter de dichas instituciones, de servicios esenciales, que se transforman en capital social, donde la solidaridad es a su vez esencial, consolidando un Estado Social de Derecho, inmerso en el sistema capitalista de producción-que aceleradamente se está convirtiendo en un Estado controlado por el capital financiero, lo que permite el acceso de capitales que se han denominado opacos, (del estilo Panamá Papers); aun así, se cuenta con una democracia, representativa, en mucho, dependiente de la estabilidad de estas instituciones, que son “templos”, que representan el patrimonio que nos han legado las generaciones del trabajo, del campo, de la ciudad, de la Costa Rica rural y urbana.

Conviene que nuestra población, en primer lugar la clase asalariada, del sector público, del privado, del área rural, urbana, de los sectores de la economía: primario, secundario, terciario, el de servicios, en fin toda la población que ama esta patria, identifique con claridad, cuáles son esos mercaderes modernos y sin temor, construya ese “látigo” y eche a esos enemigos de los templos que son nuestras instituciones, que, además, como patrimonio, devienen en activos sociales, por tanto, ni están en venta, ni sujetas a privatización, tercerización, copagos, y otras fórmulas para destruirlas. Recordemos, que el “látigo” del evangelio se construyó, con la unión de varias cuerdas, el “látigo” de hoy, requiere la unión de todas las cuerdas necesarias, que analógica y simbólicamente, están representadas en todas las manos, los brazos, las cabezas, las ideas, las inteligencias de las personas y sus organizaciones sociales y del trabajo, cobijados bajo un manto común a toda la población, la defensa de la patria, sí, porque defender nuestros “templos institucionales” en estos tiempos, es defender nuestro país; así han iniciado los neoliberales y esos “mercaderes” en otras latitudes y ha terminado con sus países-América Latina es testigo de esos desalmados.

¡La patria no se vende, la patria se defiende!