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Etiqueta: sistema financiero

Legislación de protección al consumidor financiero – conversatorio

Invitación

El problema del sobreendeudamiento de las personas en Costa Rica es muy grave ya que afecta a una proporción muy alta que están sufriendo congojas terribles.

La OCDE ha señalado falencias serias en la legislación nacional en lo referente a la defensa de los derechos de los deudores y los usuarios del sistema financiero. Un proyecto de ley trata de crear un ente que represente y defienda los derechos del consumidor.

Este conversatorio trata de abrir debate respecto a cómo debe ser esa legislación para que sea eficiente en sus objetivos. Es muy importante conectarse a este evento, escuchar y proponer ideas al respecto.

Esta discusión será con personeros del más alto nivel de las agencias encargadas de la Defensa del Consumidor Financiero de Chile y México, países que tienen varios años de contar con leyes al respecto.

Conéctese, infórmese y participe.

Más detalles:

https://facebook.com/events/s/conversatorio-internacional-le/900907251877284/

Escándalos financieros en Costa Rica: Aldesa, Coopeservidores, BCR SAFI y DESYFIN – por Sergio Ortiz Pérez

En los últimos años, el sector financiero costarricense ha sido golpeado por una serie de escándalos que han afectado a inversionistas, cooperativas y entidades financieras. Entre los casos más sonados están Aldesa, Coopeservidores, BCR SAFI y, recientemente, DESYFIN. Aunque cada uno de estos casos tiene un origen diferente, todos comparten un final similar: quiebras financieras que han dejado a miles de inversionistas sin sus ahorros.

Sobre este tema Sergio Ortiz Pérez expone: 

Aldesa: inversiones desaparecidas.

Uno de los primeros grandes golpes fue el caso de Aldesa. La empresa captó millones de dólares en inversiones que luego destinó a la adquisición de inmuebles. Sin embargo, estos proyectos no se desarrollaron y, en su lugar, Aldesa se sobre endeudó, generando la desaparición de más de 350 millones de dólares, que aparentemente terminaron en paraísos fiscales. La intervención judicial no fue suficiente para evitar que miles de inversionistas perdieran su dinero.

BCR SAFI: inversión cuestionada.

Otro caso relevante es el de BCR SAFI, cuestionado por la adquisición del Parque Empresarial del Pacífico. La entidad pagó 70 millones de dólares por el inmueble, aunque el valor oficial del mismo, según la Superintendencia General de Valores (SUGEVAL), era de apenas 28 millones. La diferencia en los avalúos generó dudas sobre la transparencia de la operación y las gestiones dentro del Banco de Costa Rica.

Coopeservidores: fondos desviados.

En el caso de Coopeservidores, desde 2020 se detectó la desviación de fondos hacia la cooperativa COPA Fénix, que supuestamente brindaba servicios de cobro a clientes morosos. Esta mala práctica llevó a la pérdida progresiva del patrimonio de Coopeservidores, afectando la capacidad de la cooperativa para responder a sus acreedores, es decir, los ahorrantes e inversionistas.

DESYFIN: maquillaje financiero.

El caso más reciente es el de DESYFIN. La financiera fue intervenida judicialmente tras detectarse que sus administradores maquillaban los estados financieros, presentando datos incorrectos. Este engaño indujo a error a muchos ciudadanos y sociedades que invirtieron sus ahorros, sin saber que la situación financiera de DESYFIN era insostenible.

¿Dónde están los supervisores?

Estas situaciones han generado un fuerte cuestionamiento sobre el rol de las entidades supervisoras del sistema financiero costarricense, como la Superintendencia General de Entidades Financieras (SUGEF), la Superintendencia General de Valores (SUGEVAL) y la Superintendencia de Pensiones (SUPEN). A pesar de contar con presupuestos millonarios, estas entidades no detectaron a tiempo los problemas que afectaban a las entidades financieras mencionadas, lo que llevó a la pérdida de ahorros de muchos costarricenses.

La figura de Rocío Aguilar.

Uno de los personajes más cuestionados es Rocío Aguilar, actual superintendente de la SUGEF y también de la SUPEN. Su gestión ha sido criticada por la falta de acción oportuna para prevenir las quiebras financieras. A pesar de los escándalos, sigue en su puesto, sostenida por el Consejo Nacional de Supervisión del Sistema Financiero (CONASSIF), presidido por Laura Suárez Zamora.

¿Qué sigue para DESYFIN y los inversionistas?

El futuro de DESYFIN sigue el mismo camino que Coopeservidores: la resolución o disolución de la financiera. Con los activos que queden, se tratará de cubrir las deudas, aunque es probable que muchos inversionistas pierdan gran parte de sus ahorros. Este ciclo de quiebras pone en evidencia la fragilidad del sistema financiero costarricense y la necesidad urgente de una supervisión más rigurosa.

Para más detalles sobre este tema, te invitamos a ver el siguiente video de Sergio Ortiz Pérez:

Compartido con SURCOS por Flora Fernández Amón.

Caso Aldesa y caso Coopeservidores

En el programa «Desde la Otra Acera» de la APSE, Flora Fernández expone su situación en relación con el caso Aldesa. Durante su intervención, se mencionan casos similares que no recibieron la atención adecuada. También se espera que Rocío Aguilar, en el mismo programa, haga comentarios sobre la percepción de que «en Costa Rica en ninguna parte la plata está segura».

Entre las críticas expresadas, se destaca la falta de regulación efectiva en el sistema financiero. Además, se menciona la existencia de nepotismo y la protección de grupos dentro de instituciones como el Ministerio de Hacienda, la Superintendencia de Pensiones y posiblemente también en el ámbito de relaciones exteriores. Se sugiere que los nombramientos en estas áreas a menudo se basan en favores políticos, lo que resulta en la permanencia de funcionarios considerados inconvenientes pero vinculados a círculos políticos.

Se critica también la falta de intervención efectiva por parte de CONAPAM en asuntos relacionados con adultos mayores afectados por el caso Aldesa. Se menciona específicamente que en la semana anterior al programa, falleció la víctima número 101 relacionada con este caso, destacando el impacto severo que ha tenido en esta población durante los últimos cinco años.

ASOCOMI respalda decisión de declarar de interés público la lucha contra los préstamos “gota gota”

  • Asociación apoya las iniciativas que faciliten el acceso a créditos formales y a educación financiera a la población más vulnerable, e insta a los afectados por el gota a gota a denunciar ante el OIJ.

  • Las empresas de microcréditos formales también cuentan con productos que pueden combatir el financiamiento informal entre las personas de menores recursos.

San José, Costa Rica, mayo del 2024. La Asociación Costarricense de Microfinanzas (ASOCOMI) recibe con mucho agrado el anuncio, realizado hoy por el señor Presidente de la República, de declarar de interés público la lucha contra los créditos gota a gota y la promoción de herramientas financieras formales, como lo son los microcréditos.

Desde hace varios meses ASOCOMI ha venido reiterando que la Ley de Usura dejó fuera del sistema crediticio formal a miles de costarricenses, lo cual ha provocado un aumento de los créditos gota a gota y de los problemas de inseguridad que estos generan.

Según datos brindados por el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) a la Asociación, al mes de abril ya se contabilizaban 100 denuncias formales asociadas a este tipo de préstamos.

Durante un encuentro entre Iván Rojas, jefe de la sección de Delitos Varios del OIJ y Mónica Navarro, Vicepresidenta Ejecutiva de ASOCOMI, trascendió que todos los días se presentan nuevas denuncias, aun así, el temor a represalias hace que muchos de los afectados prefieran el silencio y no recurran a las instancias judiciales, manteniendo el círculo de violencia que se genera por parte de estos grupos.

“Nos sentimos sumamente complacidos con el anuncio del Poder Ejecutivo de sumarse a la lucha contra los gota a gota, mediante el impulso a los créditos y los microcréditos formales, así como a la educación financiera. Son miles de costarricenses que han caído presa de las préstamos informales lo que provoca no solo angustia y preocupación en los hogares, sino también eleva los niveles de inseguridad del país. Es por ello que vemos este anuncio con muy buenos ojos y como Asociación  estaremos también sumando esfuerzos para combatir este problema y mantener a la población en la formalidad crediticia”, indicó Mónica Navarro, Vicepresidenta Ejecutiva de ASOCOMI.

En total coincidencia con lo expresado por el señor Presidente y los Ministros de MEIC y Seguridad, es importante recurrir siempre primero a las instituciones financieras y empresas formales de microcréditos, antes de caer en los créditos gota a gota, pero si ya cayó en uno de ellos es importante denunciar ante el OIJ a fin de que se realicen las investigaciones correspondientes.

¿Quiénes están adquiriendo préstamos informales?

Según datos del OIJ el principal grupo etario que adquiere préstamos informales están en rangos de edad de entre los 25 y 50 años de edad y en su mayoría adquieren este dinero en la informalidad para hacer frente a situaciones fortuitas como accidentes de tránsito, reparación de electrodomésticos y en la búsqueda de solucionar problemas a nivel familiar.

Aunque la mayoría de las denuncias que se presentan ante las autoridades se realizan en San José, Alajuela, Heredia y Cartago, los expertos consideran que este problema no escapa de las zonas rurales, pero que es el desconocimiento y hasta el temor lo que lleva a los afectados a no presentarse a interponer la denuncia, lo cual agrava el problema y dificulta dar con los culpables.

Urge aprobar proyecto de Ley

Para ASOCOMI la Ley de Usura ha generado una brecha y a los únicos que impacta es a miles de personas excluidas de la formalidad. Mientras tanto los informales, siguen sin cumplir con límites de topes de tasas, sin aplicar regulación, siempre a la libre.

Nuestra propuesta de ajuste normativo, tal cual indica la iniciativa,  empieza con la reversión de esa exclusión con la aprobación del proyecto 23.101 “Ley para la Promoción y Regulación del Microcrédito como Fomento de la Inclusión Social Financiera en Costa Rica”, que se encuentra en la corriente legislativa. ¡Urge su convocatoria

Sobre ASOCOMI

La Asociación Costarricense de Microfinanzas (ASOCOMI), agrupa a las principales empresas que ofrecen acceso de microfinanzas en todo Costa Rica.

Actualmente brinda asistencia financiera a más de 540 mil costarricenses anualmente, de los cuales alrededor del 50% se encuentran fuera del GAM, no bancarizados y con poco o nulo acceso a crédito por parte del sistema financiero nacional tradicional.

CINPE-UNA analiza resultados a tres años de la Ley de Usura

  • Costa Rica ha disminuido en promedio alrededor de 10 puntos porcentuales desde la implementación de la ley.

Desde la implementación de la regulación de las tasas de usura en Costa Rica, se ha observado una reducción notable en las tasas de interés en comparación con otros países de la región y a nivel global. A tres años de aprobada esta normativa, el Centro Internacional de Política Económica para el Desarrollo Sostenible (CINPE) de la Universidad Nacional (UNA), presentó un estudio con resultados de la implementación de la Ley de la Promoción de la Competencia y Defensa Efectiva del Consumidor, conocida como la Ley contra la Usura Crediticia.

La regulación de las tasas de usura tiene como objetivo principal proteger a los consumidores y promover la estabilidad y la equidad en el sistema financiero, y rige desde el 20 de junio del 2020 (Ley N° 9859), siendo aprobada durante la pandemia por el COVID-19.

Dentro de las principales acciones, la ley busca proteger a los consumidores financieros, fomentar la transparencia, estimular la competencia, promover la inclusión financiera, reducir el endeudamiento excesivo, y mantener la estabilidad financiera.

El catedrático y coordinador del núcleo de investigación en Regulación y Políticas Públicas del CINPE, Leiner Vargas Alfaro, expuso los principales resultados desde su implementación.

Primero, en el caso de las tarjetas de crédito, las tasas de interés en Costa Rica han disminuido en promedio alrededor de 10 puntos porcentuales desde la implementación de la ley de usura. Esto ha permitido que las tasas de interés en el país sean más competitivas en comparación con las de otros países de la región, donde las tasas de interés de las tarjetas de crédito pueden ser significativamente más altas.

En el caso de los créditos personales, también se ha observado una reducción en las tasas de interés, aunque en menor medida que en las tarjetas de crédito. La disminución en las tasas de interés en los créditos personales ha mejorado la accesibilidad al crédito para una mayor cantidad de consumidores y ha estimulado la demanda de préstamos.

Por otra parte, esta regulación ha obligado a las entidades financieras a ser más transparentes en cuanto a las tasas de interés y otros cargos asociados a los préstamos, lo que ha permitido a los consumidores tomar decisiones más informadas al solicitar créditos.

“La mayor transparencia en el mercado financiero costarricense se ha dado en varios aspectos, principalmente en la divulgación de información sobre las tasas de interés y otros cargos asociados a los préstamos. Esto ha sido resultado de la regulación de las tasas de usura y otras medidas adoptadas por las autoridades regulatorias”, indicó Vargas.

Cabe destacar que al contar con información clara y detallada sobre las condiciones de los créditos, los consumidores pueden comparar diferentes opciones y elegir aquella que mejor se adapte a sus necesidades y capacidad de pago. La transparencia en la divulgación de las tasas de interés y otros cargos permite a los consumidores comparar fácilmente las ofertas de diferentes instituciones financieras. Esto incentiva a las entidades a ofrecer mejores condiciones y productos más atractivos para los consumidores, lo que beneficia a todo el mercado.

Para el economista del CINPE-UNA, tener información clara sobre las condiciones del préstamo, permite a los consumidores evaluar su capacidad de pago y tomar decisiones más responsables en cuanto al endeudamiento, evitando caer en situaciones de sobreendeudamiento.

“La regulación de las tasas de usura ha ayudado a mantener la estabilidad del sistema financiero al evitar que las entidades financieras asuman riesgos excesivos en busca de mayores rendimientos mediante tasas de interés elevadas. La protección de los consumidores y la reducción del endeudamiento excesivo son dos objetivos clave de la regulación de las tasas de usura en préstamos personales, tarjetas de crédito y microcréditos”, explicó Vargas.

En conclusión, el académico Vargas, señaló que hay desafíos pendientes, como por ejemplo el acceso al crédito para sectores vulnerables y pequeñas empresas, lo cual es crucial para promover la inclusión financiera y el crecimiento económico en Costa Rica.

Oficina de Comunicación
Universidad Nacional, Costa Rica 

Lecciones de un microbio

Hernán Alvarado

            La tragedia COVID-19 suma más de 182.000 fallecidos y contando. El 17 de marzo, el senador colombiano Gustavo Petro afirmó que solo hay dos medidas efectivas contra esta pandemia:

            «a) Confinar drásticamente a la población en sus casas y

    b) Aumentar sustancialmente la capacidad hospitalaria».

            La primera es más importante dada la debilidad de los sistemas de salud, mas no cabe descuidar la segunda. Tal la enseñanza de otras virosis, así que obviarla configura un «genocidio por omisión». Tómese en cuenta para evaluar las diferentes respuestas gubernamentales. Este microbio sacude nuestras certezas y sin decir nada cambia los términos del debate ideológico, al desnudar las aberrantes desigualdades que la globalización neoliberal ha auspiciado. Asimismo, facilita una expansión de conciencia que presagia aprendizajes significativos.

  1. El mercado es de cristal opaco

            En el mercado, la mercancía preñada de ganancia representa el valor en su máximo esplendor, aunque la inversión pasa por su momento más crítico. Ahí el valor parece sólido, pero su dueño lo necesita líquido. Por lo demás, el dinero es un invento fabuloso, como medio de cálculo e intercambio facilita la distribución del producto social; pero cuando se convierte en un fin, como en la usura, resulta tan peligroso que debiera vigilarse como una central atómica.

            En cuanto todo transcurre normalmente el mercado luce tan útil como una columna, pero se hace añicos en las crisis. Además, su falsa transparencia oculta la desigual distribución de riqueza, es decir, el mecanismo mediante el cual pocos se enriquecen cada vez más, mientras la gran mayoría se empobrece. Pese a que Jeffrey Sachs mostró, en 2005, cómo se puede conseguir El fin de la pobreza, Costa Rica es ahora uno de los diez países más desiguales del mundo.

  1. La crisis como modus operandi

            El Subcomandante Marcos denunció, desde el año 2000, que la crisis es el modus operandi del neoliberalismo.[1] En rigor, así opera el capitalismo para concentrar la riqueza. En la crisis, el pez grande se come al chico, mientras la clase trabajadora se encarga de los desempleados vía solidaridad familiar. En realidad, la crisis es una fase necesaria y cíclica de la acumulación capitalista mediante la cual se aumenta la productividad promedio, o sea, la innovación del capital es tan destructiva como su desarrollo.

            La crisis no se origina en el sistema financiero, pero se incuba ahí, por eso resulta su principal protagonista. Mediante maniobras monetarias y crediticias genera las condiciones para ese sorprendente fenómeno que es la desaparición del dinero. Entonces, ramas enteras de la producción colapsan y reestructuran. De carambola, los negocios mejoran su rentabilidad empeorando las condiciones laborales. De hecho, esta crisis ya había sido anunciada, el Covid-19 la desencadenó y hará más dura la reactivación.

  1. Una economía para la vida

            Entre otros efectos, este microorganismo contrasta esa economía para la concentración de riqueza con la alternativa que sería para la vida. Además de condenar a millones de personas a la pobreza, esa economía letal ha eliminado a millones de especies vivas, cuyos beneficios potenciales, ecológicos y económicos, ni siquiera fueron explorados.

            Pero ahora ha quedado claro que el motor de la economía son las personas que trabajan, producen y consumen. Sin personas las empresas son meras ficciones jurídicas; la producción de riqueza se detiene cuando ellas no trabajan, la ganancia se congela si no compran. En una cuarentena, el capital se muere de sed, como un vampiro en su cueva.

            Paradójicamente, una economía para la vida debe superar primero el antropocentrismo, puesto que el ser humano no sobrevive sin el ecosistema. Edgar Morin ha mostrado el camino en La vida de la vida, donde el sujeto no es el ser humano sino la vida misma. Al destruir su ecología el Homo Sapiens cava su propia tumba o, como dice Franz Hinkelammert, corta la rama en la que está sentado. Sin embargo, la economía para la muerte contamina el aire, recalienta la Tierra, contamina los ríos y ensucia los océanos; pareciéndole solo un daño colateral del desarrollo.

  1. Huelga general de compras

            Según Zygmund Bauman (1925-2017), en la post modernidad el trabajador ha sido licuado como consumidor, en rigor como comprador; del mismo modo el productor ha sido licuado como inversionista. La mayoría son consumidores, la minoría inversionistas. Si las huelgas de trabajadores públicos se restringen y el sector privado no admite más sindicato que el de los empresarios (UCAEP), al pueblo todavía le queda la huelga de compras.

            Ahora los compradores finales saben que la producción responde a su demanda y que muchas cosas son más publicitarias que necesarias. Podrían abandonar entonces lo que arruina su salud o daña a la Madre Tierra. Ese poder de compra puede usarse, por ejemplo, para reducir la ingesta de animales y el uso de plásticos. Solo los compradores detendrán el consumismo voraz que conduce al colapso planetario. Eso viene sucediendo espontáneamente, verbigracia el caso del petróleo. No comprar es más potente que cualquier acción; de hecho no puede reprimirse, no infringe la ley y detiene la codicia más irresponsable. Como esta crisis revela, el capitalismo es una máquina ciega que debe ser conducida mediante una coordinación facilitada por la tecnología colaborativa. Según Manuel Castells, la política es hoy fundamentalmente comunicación.

  1. El Estado no basta

            Existe un impulso irrefrenable hacia la comunidad y la solidaridad, cual instinto de especie o de «manada» que se manifiesta en el cuerpo médico, los empleados públicos y las miles de personas que se quedan voluntariamente en casa. Además, como escribiera Alan Woods, nada puede reprimir el «deseo inconsciente» de transformar el mundo preservado en la clase trabajadora. A la vez, hay una resistencia tenaz al trato indiferenciado que la política pública impone como parte de la reacción inmunitaria revelada por Roberto Esposito (Véase: Communitas e Inmunitas). Esto significa que el éxito de una política pública depende sobre todo de la colaboración de sus destinatarios.

            El poder real radica en los ciudadanos que mueven las ruedas del mundo cotidianamente y no, como pareciera, en sus delegados. Quienes gobiernan ostentan el poder formal, como ilusión de élite sostenida por la creencia mayoritaria en ficciones del tipo Estado y empresa; fenómeno destacado por Harari en Homo Deus. Por eso, al final depende del monopolio de la violencia legítima. Pero separado del representado, el poder del representante deviene fetiche que oculta en vano su ejercicio ilegítimo; según lo ha revelado Enrique Dussel en sus 10 tesis de política. Ese poder «legal» pero ilegítimo es una bomba de tiempo. Poder formal cada vez más difícil de alcanzar, ejercer y sostener, según lo descrito por Moisés Naím en el Fin del poder. En realidad, el poder formal parece sólido solo mientras el Soberano está silente.

            Además, el Estado costarricense existe en el Gran Área Metropolitana, pero conforme se aleja del centro se va desdibujando, hasta que en lugares remotos, como fronteras y costas, se reduce a la policía. Hay comunidades que ni cuentan con eso, como se sufre particularmente en el sur, donde se asesinan dirigentes sociales en territorio indígena.

            En el mar patrimonial el Estado prácticamente no existe; ahí yace buena parte de la riqueza de la nación, pero es coto de caza de atuneros y narcotraficantes. Una gestión de desarrollo de espaldas al mar significa que se ha abandonado el 92% del territorio nacional (574.725 km²) mientras las comunidades pesqueras se convierten en las más vulneradas. Alguna vez la burguesía costarricense fue patriótica, pero ha dejado de serlo, salvo honrosas excepciones. Tal vez comenzó a desnacionalizarse desde que fusilaron a Juanito Mora (1814-1860), cuyo cadáver quisieron arrojar al estero de Puntarenas.

  1. La democracia representativa no es suficiente

            La democracia representativa pasa por su peor crisis, a despecho del Fin de la historia y el último hombre, anunciado por Francis Fukuyama. Los ciudadanos creen cada vez menos en la «clase» política, en sus partidos de pacotilla y en las instituciones que dirige. Hasta las judiciales se están desprestigiando porque su independencia es una aspiración más que una realidad. En América Latina, según Manuel Castell, alrededor del 80% de la población no se siente representada por sus gobernantes.[2]

            Aunque sea claro que las elecciones limpias y transparentes son necesarias, también lo es que no son suficientes. De hecho, los representantes ganan con «mayorías» reglamentarias, no de verdad, y rápido su legitimidad se erosiona. Los ciudadanos tampoco creen en los medios de comunicación, por su servilismo a mezquinos intereses económicos. Esa crisis crónica de gobernabilidad es en términos de Antonio Grasmci (1891-1937) una crisis de hegemonía moral y cultural.

            En suma, sin una renovación radical la democracia representativa se seguirá desplomando como los glaciares por el cambio climático. La oligarquía, menos del 1% de la población, se ha vuelto su peor enemiga porque boicotea sistemáticamente el Estado de derecho y la institucionalidad pública, dejando de pagar sus impuestos y sus contribuciones a la seguridad social, exportando sus ganancias a los paraísos fiscales, cabildeando para obtener cuantiosas exenciones y amnistías, incidiendo en el poder judicial, haciendo campañas truculentas para disimular su evasión tributaria y cargando sobre los hombros del pueblo los costos hundidos de todas sus crisis. A la vez que usufructúa de la deuda, la inversión y los servicios públicos. Su liberalismo in extremis conduce al caos o al fascismo y desemboca, en el mejor de los casos, en la indignación y la movilización general.

  1. La renovación democrática impostergable

            En 2003, la Asamblea Legislativa aprobó la reforma constitucional más importante después de la abolición del ejército. Consistió en una modificación aparentemente inocua que a algunos les pareció redundante y muchos ni se dieron por enterados. El artículo 9 describe nada menos que las características del gobierno: popular, representativo, responsable y alternativo. La reforma agregó «participativo» significando que el gobierno es ejercido por el pueblo junto a tres Poderes independientes. A la letra dice:

El Gobierno de la República es popular, representativo, participativo, alternativo y responsable. Lo ejercen el pueblo y tres Poderes distintos e independientes entre sí. El Legislativo, el Ejecutivo y el Judicial (…).[3]

            O sea, renovar la democracia es un imperativo constitucional desde hace 17 años, pero se ha avanzado poco o nada. Al respecto, la Asamblea Legislativa ha pecado por omisión, incumpliéndole al Soberano que ya debería haber sido apoderado. Eso hubiera sido más digno de su investidura que dedicarse a confiscar pensiones a personas adultas mayores, cohonestando la violencia simbólica del estigma difamatorio que se ha usado contra ellas cual caballo de Troya.

            Tal reforma política es urgente e indispensable porque ninguna democracia puede llamarse realmente representativa si no es participativa y ningún gobierno puede decirse popular y responsable sin una ciudadanía activa. Ella implica formas de participación, directas e indirectas, en todas las instituciones de los tres Poderes. Asimismo, se trata de garantizar que los reguladores de servicios públicos no sean capturados por los proveedores. Toda la institucionalidad pública debe hacer efectivo ese gobierno del pueblo, para el pueblo y con el pueblo, simplemente por ser un mandato superior. En cuyo caso ¿cuántos desfalcos, confiscaciones, evasiones y extorsiones dejarían de ser viables? Además supone la aprobación de mecanismos como el plebiscito revocatorio de mandato de todos los representantes, incluyendo diputados. Así como prácticas regulares de rendición de cuentas, como la patrocinada, ejemplarmente, por el «Movimiento Territorios Seguros».

            Por su parte, los tres Poderes deben ser independientes entre sí para que el diseño de Estado funcione, si no se pierde el contrapeso. A la Asamblea Legislativa le toca una oposición visionaria ante el Ejecutivo y al Judicial parar los abusos de ambos. Sin embargo, esos Poderes lucen hoy confundidos, configurando un tipo de gobierno antidemocrático. En consecuencia, ya no debieran valerse esas leyes que un grupito de iluminados aprueba a espaldas de la ciudadanía, aplaudidos únicamente por la prensa desprestigiada, como fue el «plan fiscal» y la ley 9796 contra el derecho a una pensión digna. En contraste, pese a ser inmoral e ilegal, los diputados no se han atrevido a poner fin a la usura, lo cual no se limita a poner un tope de verdad a la tasa de interés. Alguien debiera recordarles que un gobierno de los ricos y para los ricos no solo es ilegitimo, además es anticonstitucional.

  1. Refundar la República del bicentenario

            Por eso, la responsabilidad debe asumirla ahora, directamente, el pueblo de Costa Rica. Cuando existan las condiciones este debe impulsar una reforma integral de la Constitución de 1949, que sería la forma más seria de honrar el bicentenario de la independencia. Dicha reforma debería girar alrededor de tres ejes temáticos preliminares:

A. Transformación de la democracia representativa en democracia participativa, según el artículo 9 ya reformado. Eso implica revisar críticamente el sistema electoral y garantizar la independencia absoluta de los tres Poderes respecto a cualquier presión externa política o económica. De igual manera, consolidar y ampliar las autonomías institucionales y territoriales. Asimismo, supone la gestión soberana, participativa, integral, descentralizada, sustentable e inclusiva de la totalidad del territorio nacional, incluyendo el mar en toda su extensión.

B. Garantías jurídicas para un avance progresivo de los derechos humanos de todos los habitantes: personas, poblaciones, culturas, etnias, naciones, comunidades, géneros, edades y condiciones, incluso más allá de las convenciones internacionales ratificadas.

C. Principios de una economía para la vida que implica, por ejemplo, un ingreso digno y universal para cada habitante, de acuerdo con el artículo 50 sobre el «bienestar de todos» y el «reparto de la riqueza»; dignidad y libertad del trabajo que no puede ser degradado, según artículo 50, «a simple mercancía»; reforma tributaria justa y progresiva (que los ricos paguen como ricos y los pobres como pobres); y, de acuerdo con los derechos de la Naturaleza, incentivar la generación de negocios realmente sustentables, socialmente responsables y solidarios.

            La meta mínima debe ser que la Constitución se cumpla sin interpretaciones antojadizas o acomodaticias. El programa mínimo implica avanzar sobre el eje A, que no es negociable. Sin una determinación férrea y unitaria de quienes constituyen la polifonía del Soberano, el futuro de la patria seguirá en manos de cuatro gatos cuya astucia ideológica les permite caer siempre parados al ser fieles a los intereses foráneos.

[1] Hoy Subcomandante Galeano del EZLN de México.

[2] Ruptura fue publicado en 2017 con el subtítulo: La crisis de la democracia liberal, como el libro de Rodolfo Cerdas de 1972 sobre el caso de Costa Rica.

[3] Constitución de la República de Costa Rica, artículo 9. Así reformado en 2003.

Resistiendo al fascismo

Arnoldo Mora

 

Las crisis que afectan al sistema financiero suelen tener terribles repercusiones en el campo político, pues engendran regímenes fascistas, como se dio en Europa  en 1929. A esos regímenes y a sus ideologías se les califica de fascistas. El fascismo surge en  Europa en la primera posguerra: Italia con Mussolini, Alemania con Hitler, España con Franco y  Portugal con Salazar. Con frecuencia, esos regímenes recurrieron a manipulaciones de inspiración religiosa; Hitler encabezaba en Nüremberg sus multitudinarios e histéricos desfiles con una gigantesca manta que decía: Gott mit Uns (Dios está con nosotros). Franco acuñó la moneda (peseta) con su efigie y a su alrededor decía: Caudillo por la gracia de Dios. Acabar con el fascismo le costó a la humanidad la más sangrienta conflagración  de su historia: La II Guerra Mundial y sus 50 millones de muertos.

Frente a esa barbarie surgieron hombres y mujeres heroicos de todas las latitudes, tradiciones culturales y credos religiosos pero con convicciones antifascistas, que se organizaron en redes clandestinas de resistencia, arriesgaron sus vidas; muchos murieron o sufrieron vejaciones y torturas en campos de exterminio. Los testimonios de estos heroicos resistentes no cesan de aparecer. Un intelectual de origen belga radicado en nuestro país, el Dr. Víctor Valembois, acaba de publicar el diario de una compatriota suya anciana que vive en las faldas del Volcán Poás. En ese impactante libro, la autora muestra con dureza y lucidez, pero sin perder el amor a la vida, los horrores que vivió por dos años en campos de concentración  nazis siendo una jovencita.  El libro se titula: Esmerlada. Crónica de mi supervivencia. Su autora se llama Luisa Hermans (Esmeralda fue el de su clandestinidad), Editorial Promesa, San José, 2013.

Experiencias similares han sufrido  innumerables víctimas de las tiranías de Nuestra América. Leer estos escalofriantes relatos debe servirnos para hacer que nunca olvidemos  de lo que es capaz el ser  humano (¿?), sobre todo ahora que no pocos compatriotas, desengañados con la corrupción imperante en los medios políticos tradicionales  abogan por un gobierno “autoritario” (¡!). Estas lecciones, extraídas de la historia reciente,  deben servir  para  reforzar nuestras convicciones democráticas.

 

Enviado a SURCOS por el autor.