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Etiqueta: solidaridad

Individualismo versus cuido mutuo: un proyecto sociocultural en declive en Costa Rica

Por Memo Acuña (Sociólogo y escritor costarricense)

Durante 40 años seguidos, el proyecto sociocultural en marcha en Costa Rica validó un esquema basado en la actitud individual como base para la construcción de su modelo socioeconómico: se apeló al éxito como fin último de la acción social y muchas concepciones relacionales e identitarias fueron modificadas: del usuario de los servicios del estado se pasó al concepto de cliente, del micro empresario al emprendedor, del trabajador al colaborador.

La creencia en una estructuración societaria organizada de esta manera supuso una serie de condiciones contenidas en las formas de respuesta de las personas ante coyunturas y contingencias: responsabilidad, orientación, criterio.

Por otro lado, el sentido de colectividad, ese al que podríamos acudir hoy bajo la premisa del cuido mutuo, solo fue y es apelado desde la maquinaria industrial de la comunicación de masas y la polifonía de las redes sociales.

La épica de la gloria deportiva, por ejemplo, siempre fue propicia en todos estos años para conjuntar de nueva cuenta esa comunidad imaginada y activar los dispositivos de una identidad nacional que aunque frágil y repleta de remaches, aún funcionaba. Hoy ni siquiera la apelación a la sangre roja del costarricense pareciera tener sentido. Pero en realidad poca cosa pareciera tener sentido en una experiencia fallida de comunidad como la que estamos experimentando durante estos días.

En otras reflexiones sobre la noción de comunidad ampliada y su resquebrajamiento en el caso costarricense, hemos adelantado que existen hoy otras figuras que aglutinan y dan sentido de comunidad: el número de tarjetahabientes que existen en el país se asemeja o supera inclusive al total de la población nacional. Si esto no es una forma de denominar esa otra colectividad basada en la organización del mercado, ya nada podría explicar el comportamiento aparentemente errático endosado preliminarmente a una falta de responsabilidad individual.

Desde el proyecto civilizatorio puesto en marcha a partir de los años ochenta en Costa Rica, la pertenencia a una base social común solicitó peajes de entrada: éxito individual, capacidad de consumo, competencia rampante, a toda costa, a cualquier costo.

De esta manera, una comunidad real y sustentada sobre valores como la protección, la horizontalidad y el apoyo fue disuelta del discurso y las prácticas cotidianas.

Por ello cuando acciones organizativas y orgánicas desde lo colectivo se han levantado, han sido opacadas y silenciadas. Algunas enfrentadas desde la fuerza del estado, otras instrumentalizadas como las de ciertos derechos de poblaciones y comunidades específicas. En los últimos años una subjetividad política joven trató de levantarse, pero rápidamente fue estigmatizada y procesada por un discurso academicista y adultocéntrico que la descalificó ad-portas.

Los derechos colectivos están hoy más que nunca conculcados y truncados. El derecho legítimo a manifestarse fue proscrito. Los defensores de la territorialidad indígena son amenazados permanentemente y en los últimos dos años han sido asesinados dos líderes en medio de una inacción gubernamental sin precedentes. Y una vez más las poblaciones migrantes han sido utilizadas como chivo expiatorio de los males sociales, económicos y sanitarios que aquejan al país.

El discurso ha sido hábil para responsabilizar a la población de una tremenda desidia para acatar órdenes sanitarias y guardar un comportamiento ejemplar. Pero ni lo uno ni lo otro ha sido evidenciado con vehemencia para hacer ver la responsabilidad de los actores económicos, las hegemonías y sus presiones hacia la acción gubernamental.

Es claro que luego de décadas de una permanente individualización de la experiencia colectiva puesta en marcha por la maquinaria comunicativa y cultural hegemónica, la noción de cuido mutuo a partir de una acción personal responsable, fracasó absolutamente. Y ha fracasado porque sencillamente no hay colectividad imaginada que cuidar.

En el año 2020 el politólogo francés Bertrand Badie mencionaba en una entrevista para la Revista Nueva Sociedad, que la humanidad había transitado en un periodo de tiempo muy corto en tres extinciones visibles: la de la crisis financiera de 2008; la del espionaje planetario que supuso la eliminación de las libertades y la extinción sanitaria, a partir de 2020. Para el caso costarricense, en específico, se ha abierto una clausura de un proyecto de sociedad iniciado en el siglo XIX y que el rasgo sociocultural homogenizante de los últimos cuarenta años se ha encargado de diluir. Asistimos a nuestra propia extinción y en eso continuamos siendo creativos y excepcionales.

O como diría Roque Dalton: «País mío, no existes».

Tomarán décadas para volver a levantar de nuevo una idea solidaria e incluyente de ese país en el que todos y todas nos sintamos pertenecientes. Y esta no es una tarea de la postpandemia: es urgente iniciarla ya.

 

Imagen tomada de https://elsoldeoccidente.com

Espacios de confinamiento y sacrificios humanos: los impactos de la pandemia en las movilidades humanas. Una rápida mirada regional

Por Memo Acuña (Sociólogo y escritor costarricense)

Raúl, un empresario centroamericano de élite se apresa a tomar un vuelo comercial reprogramado tan pronto se reestablecieron las comunicaciones aéreas internacionales. Se dirige a otro país centroamericano, donde debe trabajar en la reactivación económica bajo la premisa de que el resguardo de la salud es importante, pero también lo es la tan instalada idea que los sectores económicos, ciertos sectores económicos, deben contar con los apoyos gubernamentales regionales como requisito indispensable para garantizarles el re-despegue.

Antes que su vuelo parta, desde su teléfono inteligente, coordina reuniones, movimientos financieros, inversiones urgentes. Ha debido cumplir con todos los protocolos sanitarios para movilizarse con toda naturalidad, en medio de un contexto que todavía dibuja la excepcionalidad como principal concepto explicativo.

Sin embargo, A Raúl no lo alcanzan las limitaciones ni las expresiones de rechazo que predominan para otro tipo de movilidades, las que no se dan en las alturas, las que se producen a ras de suelo, entre las fronteras terrestres, donde la «inmovilidad de la movilidad» para diversas poblaciones se ha instalado como política migratoria planteada por los Estados.

Estamos claros. Existen movilidades legítimas, permitidas, tanto en los discursos como en las prácticas de relación entre las elites de los países regionales. Son las que representa Raúl y su movilidad higiénica, esa que de acuerdo con las agendas de los medios de comunicación son las necesarias, las que están bien y deben potenciarse.

Otras movilidades, sin embargo, pasan por el filtro de la construcción de percepciones en que la relación entre movilidad y enfermedad es casi obligatoria. Son las que están representadas por esos, los otros sujetos y sujetas a quienes se debe exponer, testear en público, aislar en sitios que no cumplen con las especificaciones de salud mínimas requeridas porque representan el peligro. Como hemos dicho en otro momento: son armas de destrucción biológica. Ejemplos de esta práctica se han reproducido en toda la región desde que la emergencia sanitaria inició en 2020.

En este contexto, la formación de «espacialidades del miedo» ha tomado fuerza. Lo hemos dicho ya: son las fronteras en la región centroamericana, por ejemplo. En particular tres puntos calientes: la frontera México-Guatemala, la frontera entre Costa Rica y Nicaragua y la espacialidad conformada por las fronteras entre Costa Rica y Panamá y Panamá y Colombia, con el Tapón del Darién como una auténtica geografía del riesgo para las movilidades humanas.

Pero también en el sur de la región la relación entre espacialidad-movilidad-enfermedad, ha devenido en la construcción de respuestas afincadas en un enfoque securitario y militar. Países como Perú, Chile y Colombia, han transversalizado una respuesta estatal prohibitiva, casi punitiva, cerrando sus fronteras y brindando tratamiento criminalizante a cientos de personas migrantes, muchas de ellas de origen venezolano, pero también extracontinental y caribeño.

Otro tipo de espacialidades de la incertidumbre también han sido expuestas en el año de la pandemia. Los albergues, los sitios de aseguramiento, los espacios de habilidad para personas migrantes (cuarterías en Costa Rica, pensiones en otros sitios), los lugares de trabajo. En todos los casos la sacrificialidad de la persona se produce y reproduce de forma cotidiana.

Sobre esta condición que avanza y no cesa, conversamos ampliamente el pasado 19 de marzo en un espacio transnacional de reflexión organizado por la Noda Chile del Proyecto regional (In) movilidad en las Américas en tiempos de COVID, denominado tal y como hemos titulado esta columna.

Junto a Cecile Blouin (Perú), Nanette Liberona (Chile), Gabriela Cano (Colombia) Felipe Vargas (México), moderados por la colega y amiga Carolina Stefoni (Chile) concordamos que existe una matriz autoritaria, discriminatoria y excluyente hacia las múltiples formas que ha tomado la persona que se moviliza en los actuales contextos. La realidad es un espejo, dijimos. También dijimos que la complejidad toma formas diversas y múltiples y que las personas en contexto de movilidad deben ser visibilizadas en sus condiciones reales de existencia. Dijimos que es urgente cambiar este estado de situación.

Frente a los devueltos, los varados, los deportados, los inmovilizados, los sitiados en espacios de confinamiento formal e informal, los obligados a trabajar en espacios laborales plagados de malas condiciones higiénicas (los delivery workers, los trabajadores agrícolas, las personas dedicadas a los servicios domésticos) la respuesta estatal ha sido común: aplicar medidas migratorias restrictivas, estrictos monitoreos, controles administrativos bajo la mampara de una supuesta tarea sanitaria. Son ellos, los otros, los que traen el virus que acabará con nosotros.

Siendo así, la época de excepcionalidad vivida solo potencia condiciones ya existentes. Las potencia y las agrava. Ante su funcionamiento, las respuestas desde quiénes las experimentan provienen de un verdadero espíritu de reconocimiento de la condición humana, la solidaridad circular y horizontal, el rostro de la mujer tras los mecanismos de afrontamiento, la movilidad como un acto de resistencia en sí mismo.

Raúl, nuestro empresario centroamericano exitoso, ha llegado ya a su destino tras una hora de vuelo. El trámite migratorio ha sido expedito: una rápida toma de temperatura, la revisión de su documento médico que confirma el resultado negativo de la prueba y un lavado de manos antes de salir de la zona de aduanas. Todo según lo previsto.

A algunos kilómetros de esa escena, una familia afectada por la pobreza, la inseguridad y los embates de los eventos naturales de noviembre anterior, toma la decisión de marcharse en una nueva estrategia colectiva. Les espera una férrea respuesta militar en cada frontera por cruzar. Les espera una política de la hostilidad que les confinará de nuevo, quizá para siempre, a sus condiciones reales de existencia. El ciclo de la incertidumbre volverá a abrirse. Una vez más.

Imágenes: https://la.network

Pablo Sibar envía audio al presidente Alvarado ante amenazas a su vida

El coordinador del Frente Nacional de Pueblos Indígenas (FRENAPI) Pablo Sibar envió un audio al presidente de la República Carlos Alvarado, en el cual, expone los fundamentos de la lucha que llevan adelante por la recuperación de sus tierras y la defensa de su identidad ancestral.

Este llamado que hace el dirigente indígena al mandatario se produce luego de ser objeto de muchas amenazas a su vida, como la que compartimos en recorte, y cuya copia completa está en poder de los organismos nacionales e internacionales que velan por la integridad de las personas de pueblos indígenas.

Les invitamos a escuchar el llamado hecho por Pablo Sibar al presidente Carlos Alvarado.

#8M2021 ¡Contra el virus del patriarcado y el capitalismo, la vacuna del feminismo y la solidaridad!

8 de marzo de 2021 – Día de las Mujerxs Trabajadoras – Llamado de Acción Global de La Vía Campesina

(Harare 25 de febrero 2021)

Este 8 de marzo 2021, articuladxs en nuestra diversidad, y en una sola voz, afirmamos ¡Contra el virus del patriarcado y el capitalismo, la vacuna del feminismo y la solidaridad!, a la vez que resaltamos el rol fundamental de las mujerxs del campo, y del campesinado en su conjunto, como primera línea en la producción de alimentos agroecológicos y saludables que sustentan la vida, y representan entre el 60 y el 70% de la producción mundial.

Al cumplirse 25 años de la construcción colectiva de la Soberanía Alimentaria, ésta es nuestra vía concreta y sostenible frente a las distintas crisis que hoy vivimos, necesitamos acabar con la violencia sistémicamente del capitalismo y del patriarcado, que hoy vulneran principalmente los derechos de las mujerxs, diversidades, de la niñez, y la clase trabajadora, excluyéndolos incluso, del acceso público y gratuito a una vacuna, que debería ser considerada así como la alimentación un derecho humano. Tal como lo defendemos en nuestro llamado internacional ¡Por el Derecho a la Salud pública y gratuita para todas las poblaciones!

En el mundo el rol político, social y económico de las mujerxs es vital, más aún en medio de esta pandemia, y seguimos recibiendo salarios más bajos, estamos en la informalidad, precarizadas, explotadas, somos migrantes, madres solteras, trabajadoras agrícolas, pescadoras, pastoras, que tenemos menor acceso a la tierra, a la tecnología, y a políticas públicas de salud, protección contra la violencia, educación y cultura. El mayor obstáculo al que nos enfrentamos en el campo es la falta de acceso a medios de producción como la tierra. En el mercado, las mujeres apenas poseemos el 1% de las tierras y aun así tenemos el reto de seguir garantizando la alimentación y cuidado de comunidades, familias y del mundo en condiciones de desigualdad política, económica y social.

En ese sentido, en esta jornada también exigimos a los Estados implementar la Declaración de la ONU sobre Derechos Campesinos y de otras personas que trabajan en zonas rurales (UNDROP, por sus siglas en inglés). Donde se reconoce a las mujeres y al campesinado como «sujetxs de derecho. Esta Declaración de las Naciones Unidas es un instrumento estratégico para fortalecer las luchas y propuestas de los movimientos rurales. Además, sienta una jurisprudencia y una perspectiva jurídica internacional para orientar la legislación y las políticas públicas en todos los niveles institucionales en beneficio de quienes alimentan al mundo.

El modelo del agronegocio imperante está estandarizado por el poder económico de la agroindustria, son las grandes corporaciones multinacionales las que controlan que se va a producir, qué comemos, cuánto comemos y el precio de lo que comemos, hacen lobbys con gobiernos, e incluso con organismos multilaterales, tal como hemos venido denunciando con la Cumbre de la Alimentación organizada por la FAO para este año, y cuyo objetivo es seguir acaparando aún más el mercado de la alimentación. Esta dinámica genera altas ganancias para las corporaciones, y costos gravísimos para la salud de las sociedades y del planeta.

A lo largo de la historia las mujerxs luchamos por ser sujetas de transformaciones, de movilización y concientización, es así que como La Vía Campesina saludamos todas las luchas y compañeras que resisten en la India, Colombia, Chile, Venezuela, Cuba, Kurdistán, Palestina, las zapatistas, las mujeres diversas organizadas en la Marcha Mundial de Mujeres y otras redes amigas, que están participando activamente de los cambios que precisan nuestras sociedades, por justicia y dignidad para las mayorías.

Movilízate:

Este 8 de marzo, como cada Día de las Mujeres trabajadoras, llamamos a nuestras organizaciones miembros, aliados y amigxs a conspirar desde todos los espacios donde estemos, en nuestras comunidades, calles, plazas, mercados, escuelas y trabajos, cuidando de la vida, sigamos denunciando y movilizando conciencias, presionando para que los estados se comprometan con las luchas históricas de las mujerxs de los campos y las ciudades.

¡Contra el virus del patriarcado y el capitalismo, la vacuna del feminismo y la solidaridad!

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Promotora Costarricense de la Innovación y la Investigación: Reflexiones a posteriori de la aprobación del proyecto

José María Gutiérrez
Profesor Emérito, Universidad de Costa Rica

Recientemente fue aprobado en la Asamblea Legislativa el proyecto de ley que transforma el Consejo Nacional para Investigaciones Científicas y Tecnológicas (CONICIT) en la Promotora Costarricense de Innovación e Investigación. La tramitación de este proyecto, el apoyo que recibió por parte de las autoridades de ciencia y tecnología, y las reacciones que motivó en la comunidad científica ofrecen insumos importantes para la reflexión. Presento a continuación algunas consideraciones, con la idea de que contribuyan a generar más discusión sobre el tema de la ciencia, la tecnología y la innovación (CTI).

Visiones encontradas del desarrollo de la ciencia, la tecnología y la innovación

Las discusiones alrededor de este proyecto dejaron ver diferentes visiones de los rumbos que debe tomar el desarrollo de la CTI en el país. Más allá de la retórica que busca mostrar consensos donde no los hay, aparecen en el escenario nacional visiones contrapuestas sobre este tema. Por un lado, se nos presenta una concepción de que la CTI es básicamente un instrumento de desarrollo económico. Esta perspectiva, que permea la médula del proyecto mencionado, centra la prioridad de los procesos de desarrollo y transferencia tecnológica e innovación hacia la provisión de insumos para el fortalecimiento del sector productivo y, más específicamente, del sector productivo empresarial. El conocimiento, desde esta perspectiva, es básicamente un elemento para el crecimiento de la economía y, en particular, de cierto sector de la economía.

Para muestra un botón: en las versiones iniciales de dicho proyecto no se incluía la ciencia entre los objetivos de la Promotora y solamente se asignaba un puesto para la comunidad científica en la integración de la junta directiva, dominada por cámaras empresariales. Que esto cambiara parcialmente en la versión final del proyecto se debe a la presión ejercida por la comunidad científica nacional, no a la visión de quienes gestaron y promovieron el proyecto de ley.

Frente a esta concepción emerge una visión alternativa que parte del concepto de que la CTI constituye un conjunto de componentes de carácter sistémico, los cuales deben ser vistos y promovidos integralmente. El complejo CTI incluye la generación de conocimiento básico a nivel de ciencias naturales y sociales, el desarrollo tecnológico y la transferencia de tecnología a sectores de la sociedad que demandan este conocimiento, la innovación, y el fomento de una cultura científica que socialice el conocimiento y contribuya a forjar una ciudadanía informada y crítica. Se trata de un engranaje complejo que va desde la generación de conocimiento fundamental, por medio de la ciencia, hasta la aplicación de dicho conocimiento de muy diversas formas y en beneficio de amplios sectores de la sociedad.

Desde esta perspectiva, la innovación, el desarrollo tecnológico y la transferencia de tecnología son fundamentales, pero son solo algunas piezas de un engranaje mucho más complejo. Esta visión sistémica e integral de CTI demanda un delicado equilibrio entre los diversos componentes del sistema, incluyendo la ciencia básica. Además, los beneficios del conocimiento no solo deben permear al sector económico, sino también a muchos otros ámbitos de la sociedad. Por ello, la excesiva priorización en algunos de los componentes va en detrimento del carácter holístico que debe prevalecer en la CTI. Sin una ciencia básica fuerte, apoyada desde el estado, que genere ideas realmente novedosas, la innovación y la transferencia de tecnología serán muy limitadas. Esta concepción integral de CTI es la que ha privado en los países donde la ciencia y la tecnología se han insertado como elementos esenciales para generar prosperidad y equidad.

Existe un evidente distanciamiento entre las autoridades de CTI y la comunidad científica nacional

Uno de los aspectos que más llamó la atención durante el proceso de discusión de este proyecto fue la evidente escisión y distanciamiento que existe entre las autoridades políticas de CTI y la comunidad científica nacional. Para quienes integramos esta comunidad fue muy claro, desde un inicio, que el proyecto de marras tendría un impacto negativo para la ciencia del país. Eso lo manifestaron tanto la Academia Nacional de Ciencias como el Consejo Universitario de la Universidad de Costa Rica, así como diversos sectores del ámbito científico, en foros y artículos. Lamentablemente estas opiniones no recibieron la atención debida por parte de las autoridades de CTI, ni de las señoras y los señores de la comisión legislativa que promovieron este proyecto. No fue sino hasta el final, ante la presión de investigadoras e investigadores, que se introdujeron algunos cambios. Esto ha generado molestia y decepción en un amplio sector de la comunidad de ciencia y tecnología.

Lo anterior revela un distanciamiento notorio entre la comunidad científica y las autoridades nacionales de CTI. Esto no es nuevo, ya que desde hace décadas quienes trabajamos promoviendo la investigación científica hemos observado un desinterés evidente, de parte de los sectores políticos, por las necesidades, limitaciones y urgencias que tenemos en nuestro campo. El Informe del Estado de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación, elaborado por el Programa Estado de la Nación, fue muy claro en este sentido, al detectar una disyunción entre los planes oficiales de CTI y las áreas científicas en las que el país ha acumulado fortalezas. Esta dislocación es un problema importante que se debe reconocer y atender, porque limita seriamente el desarrollo de la CTI.

¿Cómo fortalecer la ciencia en Costa Rica?

El escenario arriba descrito nos obliga a replantearnos el tema de cómo fortalecer la ciencia en el país. De prevalecer el modelo ‘economicista’ descrito, aunado a la creciente reducción de la inversión pública en este y otros ámbitos esenciales, es muy probable que la ciencia costarricense se debilite paulatinamente en el futuro cercano. La comunidad científica y el país en general debemos evitar que esto ocurra. Pero ¿qué hacer? La pregunta invita a procesos de reflexión colectivos. A continuación, presento algunas consideraciones al respecto.

  • Generar instancias de organización de la comunidad científica: Es evidente que las autoridades nacionales de ciencia y tecnología, y la clase política en general, no le han dado la prioridad debida al desarrollo científico nacional. Ante esta realidad, la comunidad de investigadoras e investigadores debe movilizarse para gestar formas novedosas de organización, con el fin de promover la ciencia en el país. En esto tiene un importante papel que jugar la Academia Nacional de Ciencias, pero también otras formas de organización del sector. Por ejemplo, un grupo de investigadoras e investigadores está gestando la creación de un colectivo de personas jóvenes, que inician su carrera, de manera que sirva de punto de encuentro para compartir inquietudes y desarrollar iniciativas que les permitan consolidarse en dinámicas de creación científica. Es necesario que la comunidad científica sea más proactiva en acciones de carácter político que promuevan la ciencia y en participar más activamente en la vigilancia de procesos legislativos que atañen a su campo de trabajo. Ello implica también presionar a los sectores políticos de CTI para que asuman una visión más integral. Se requiere poner en marcha amplios procesos de discusión sobre el desarrollo de la CTI que conduzcan, entre otras cosas, a afirmar la relevancia de la investigación científica para el país.
  • Defender la autonomía y el presupuesto de las universidades públicas: Las universidades públicas son, con mucho, el principal reservorio de ciencia y tecnología del país. Estas instituciones, gracias a su autonomía, han sabido resistir las presiones externas que intentan volcar la investigación al plano económico prioritariamente. Las universidades públicas han desarrollado una agenda de investigación integral, que fomenta el desarrollo equilibrado de las ciencias básicas, las ciencias sociales, las tecnologías, las letras y las humanidades. Y también han sabido proyectar este cúmulo de saberes a diversos sectores de la sociedad. Ha sido gracias al esfuerzo sostenido de estas universidades que el país cuenta con colectivos fuertes en varias áreas del conocimiento. Y esto se ha efectuado muchas veces a contrapelo de las políticas oficiales nacionales de CTI. Pero las universidades están siendo sometidas a procesos de acoso externo sin precedentes, que tocan aspectos esenciales de su autonomía y que debilitan su financiamiento. El efecto que estos procesos tendrían sobre la ciencia nacional puede ser devastador. Por ello, una acción política clave, no solo de las comunidades universitarias sino del país en general, es la defensa a ultranza de la autonomía universitaria y del presupuesto de estas instituciones. Así mismo, es esencial mantener la filosofía integral de desarrollo académico y científico en ellas.
  • Fortalecer el colectivo de investigadoras e investigadores del país: El eje central de cualquier proceso de desarrollo de CTI es contar con un colectivo de personas muy bien formadas en el país y el exterior, comprometidas con la investigación científica y tecnológica. Costa Rica, sobre todo a través de las universidades públicas, ha logrado consolidar una comunidad científica, pero la misma adolece de falta de redundancia, y presenta problemas de brechas de género, relevo generacional y endogamia académica, como lo señaló el informe del Estado de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación. Las crecientes limitaciones fiscales y las restricciones presupuestarias perjudican la contratación de personas jóvenes bien formadas y muchas de ellas han optado por trabajar en el extranjero. Además, el sector privado ha sido muy omiso en cuanto a ofrecer oportunidades para personas que trabajen en investigación. Todo esto obliga a gestar formas ingeniosas y creativas para abrir espacios a las nuevas generaciones de investigadoras e investigadores del país. Cómo hacerlo es una tarea que requiere compromiso, creatividad y voluntad política. En buena medida, el futuro de la CTI nacionales depende de ello.
  • Gestar formas novedosas de financiamiento de la investigación: La crisis fiscal del país, la reducción de los presupuestos universitarios y las políticas erráticas de ciencia y tecnología han hecho que el porcentaje del PIB dedicado a investigación y desarrollo en el país se haya reducido a valores cercanos al 0,4%, más bajos incluso que el promedio de América Latina. Ello demanda esfuerzos creativos de diverso tipo en procura de formas novedosas de financiamiento de la investigación. Se requiere desarrollar mejores destrezas de captación de recursos externos para la investigación, mediante alianzas internacionales y un mejor conocimiento de las oportunidades que ofrece el universo global de la ciencia y tecnología. El sector privado debe comprometerse mucho más en este tema del financiamiento y se deben promover incentivos fiscales para el apoyo de la ciencia. El problema invita a nuevas formas de financiamiento en el país, como podría ser asignar un porcentaje del presupuesto de algunas instituciones autónomas para investigación en áreas de su interés. Además, se plantea la necesidad de establecer un tributo a las empresas de zonas francas para apoyar la ciencia y la tecnología nacionales. Es una responsabilidad que este sector tiene con el país.
  • Forjar colectivos de investigación y fomentar alianzas internacionales: La ciencia hoy día funciona con base en emprendimientos de carácter inter- y trans-disciplinario alrededor de temas complejos. Debemos avanzar hacia formas de trabajo colectivas donde las fortalezas de los grupos compensen las debilidades. Así mismo, se requiere fortalecer una política de alianzas académicas internacionales, que permitan a nuestros grupos acceder a proyectos y facilidades con las que no contamos en el país, así como a financiamiento compartido. Para esto, debemos depurar cada vez más la calidad de nuestro trabajo científico y tecnológico. Conviene también fomentar los nexos con la diáspora científica costarricense ubicada en muchas instituciones en el mundo, la cual ha mostrado una excelente disposición por vincularse con los esfuerzos científicos del país.
  • Fomentar la participación ciudadana en el fortalecimiento de CTI: La propuesta economicista de CTI únicamente concibe a los sectores productivos empresariales como los beneficiarios del conocimiento científico-tecnológico. Esta visión reduccionista requiere ser sustituida por la concepción de que la CTI debe permear a todos los sectores de la sociedad, no solo en el plano económico, sino también en los planos social, cultural, ambiental y otros. Y entender que la ciencia, como forma de comprender la realidad, es parte de la cultura. Para ello se requiere fomentar la educación científica y los vínculos de la comunidad de investigación con amplios ámbitos de la sociedad, así como promover el conocimiento científico de la realidad como un auténtico insumo para mejorar la calidad de vida. Además, es necesaria la creciente participación ciudadana en las discusiones y tomas de decisión sobre temas relativos a la CTI.

A manera de conclusión

Costa Rica está inmersa en procesos políticos en los que se deciden aspectos esenciales para el futuro del país, incluyendo cuál será el papel de la CTI en el desarrollo nacional. Las visiones que subyacen detrás del proyecto de la Promotora Costarricense de la Innovación y la Investigación no son muy halagüeñas para la ciencia del país. La comunidad nacional, incluidos los sectores de investigación en ciencia y tecnología, debe reflexionar críticamente sobre los rumbos que lleva y debería llevar la CTI nacional. Solo una decidida y activa participación de la comunidad de ciencia y tecnología, y de la ciudadanía en general, podrá garantizar que la CTI se consolide integralmente, reciba el apoyo político que requiere y aporte a un desarrollo centrado en la prosperidad, la equidad y la solidaridad, el cual beneficie a toda la sociedad y no solo a algunos sectores.

Fotos: UCR

Solidaridad con la lucha de los pueblos originarios

Isabel Ducca D.

Abordar el tema de los territorios indígenas es asumir una red de conflictos muy compleja que lleva necesariamente a toda la historia de nuestro país. Sin embargo, para conmemorar los asesinatos de Sergio Rojas y Jehry Rivera, vamos a plantear algunas respuestas básicas a lo que, probablemente, son los cuestionamientos principales que surgen desde la desinformación de que somos víctimas, aún sin saberlo en muchos casos.

¿Por qué los matan?

Jehry Rivera, al igual que Sergio Rojas, fue un líder comunitario Bröran del territorio de Térraba, recuperador de un terreno que había sido de sus antepasados y había sido usurpado por personas no indígenas. Fue asesinado el 24 de febrero de 2020, exactamente a escasas tres semanas en que se cumplía un año del asesinato de Sergio Rojas, quien había sido víctima de quince dispararos en su propia casa el 18 de marzo de 2019.

Ambos asesinatos pudieron haber sido evitados si el Estado costarricense cumpliera con sus compromisos con los pueblos indígenas. En abril de 2015, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos pidió al Estado costarricense adoptar medidas cautelares para garantizar la seguridad de pueblos indígenas como los Bribri por encontrarse «en riesgo debido a las acciones para recuperar sus tierras». No hubo tal protección, pese a que, en ambos casos, se habían interpuesto denuncias, petición de medidas cautelares o alertas tempranas.

El Estado es cómplice y “comparte derechos de autor” con los criminales. Quienes andan sueltos y siguen amenazando a la población indígena. De hecho, el asesinato de Jehry Rivera al año de la muerte de Sergio Rojas fue un triunfo y celebración de la impunidad con que se vanaglorian los usurpadores de los territorios indígenas.

¿Cuál es el antecedente inmediato a la recuperación de tierras?

La recuperación de tierras fue el laberinto al que lanzó el mismo Estado costarricense a la población indígena como única forma de hacer valer sus derechos, alzar la voz por su dignidad pisoteada una y otra vez, así como lograr una presencia para romper la invisibilización a la que es sometida constantemente.

En el año 2010, el 9 de agosto, Día Internacional de los Pueblos Indígenas, un grupo de 26 personas indígenas de distintos pueblos había tomado pacíficamente la Asamblea Legislativa para pedir que los y las diputadas votaran la Ley de Autonomía Indígena. La respuesta del “representante del pueblo” que, en ese momento, fungía como presidente de la Asamblea Legislativa, pagado por todos los costarricenses, fue sacarlos como si fueran perros del recinto legislativo en la madrugada del 10 de agosto. Ese “insigne” imitador de algún conquistador español fue Gerardo Villanueva.

Pablo Sibar Sibar, Coordinador de FRENAPI, lo recuerda:

“Sin embargo, lo que logramos fue que después de sembrarnos miedo cerrándonos los servicios, dejarnos sin luz a las dos de la mañana, fuimos expulsados y arrastrados desde el salón Beneméritos de la Patria hasta la calle donde con frio insoportable vimos con impotencia cómo actuaban. Así nos trataron solo por defender nuestros derechos. Afuera gran cantidad de ANTIMOTINES estaban listos como si fuéramos seres peligrosos.

Con mi hermano Sergio llevábamos muchos años de lucha desde FRENAPI trabajando ese proyecto y le dábamos seguimiento. Magdalena dijo: “Nada tenemos que buscar en estos peladeros, defendamos nuestras tierras en nuestros territorios, que ahí nos arrastren”.

Fue ahí cuando definimos comenzar con las recuperaciones por la vía de hecho ya que en los tres poderes de la República no existe ninguna voluntad de solucionar los derechos que nos pertenecen. Así, en el 2011 empezó Salitre con las recuperaciones por la vía de hecho y hoy esa lucha se ha extendido a Cabagra, Rey Curre, China Kicha, Térraba, Maleku y todos los pueblos que conforman el Frente Nacional de Pueblos Indígenas”.[i]

¿Son ilegales las recuperaciones de tierra por parte de los pueblos indígenas?

Toda la legislación nacional e internacional protege a la población indígena. Nicolás Boeglin lo aclaró:

«Este desalojo violento marcó la lucha, pues la dirigencia indígena presente decidió que las siguientes acciones de defensa territorial se harían desde los mismos territorios. En este punto, las y los indígenas decidieron retirarse del Valle Central y ejercer la autonomía desde sus comunidades argumentándola desde los marcos jurídicos de la Ley Indígena de Costa Rica N.º 6172, el Convenio 169 de la OIT y la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, del 2007, en los que se ratifican los derechos territoriales y el ejercicio de la autodeterminación de los pueblos».[ii]

No hay interpretaciones posibles a esas leyes, son claras en cuanto a la autonomía y posesión de los territorios se refiere. El problema es de otra índole.

¿Estará dispuesto el Estado y el gobierno de Carlos Alvarado a romper con una herencia racista y colonial en las celebraciones del Bicentenario?

Desde Confluencia Solidaria queremos brindar nuestro apoyo a la lucha por la justicia y autonomía para los pueblos indígenas.

Recordaremos a Sergio Rojas y a Jehry Rivera este miércoles 24 de febrero a las 6 p. m.

Usted puede unirse a este homenaje en Facebook Live de Surcos digital.

[i] Puede leer el texto completo en: Sibar, P. (2020, agosto 10). Una década de que nos sacaron arrastrados de la Asamblea Legislativa. En: Surcos digital https://surcosdigital.com/una-decada-de-que-nos-sacaron-arrastrados-de-la-asamblea-legislativa/

[ii] Puede leer el texto completo en: Boeglin, N. (2020, agosto 21). A 10 años del desalojo de líderes indígenas por parte del Congreso costarricense. En: Universidad de Costa Rica https://www.ucr.ac.cr/noticias/2020/08/21/voz-experta-a-10-anos-del-desalojo-de-lideres-indigenas-por-parte-del-congreso-costarricense.html#:~:text=El%20pasado%209%20de%20agosto%2C%20se%20conmemoraron%20los%2010%20a%C3%B1os,Asamblea%20Legislativa%20la%20tarde%20anterior.

El Día del Amor y la Amistad bajo la Pandemia

Vladimir de la Cruz

Se celebra internacionalmente el 14 de febrero el día de los enamorados, también día del Amor, y desde hace pocos años se le llama «Día de la Amistad», con la intención de darle un manto cobertor más amplio, que fomenta la solidaridad, las relaciones sociales con amigos, compañeros de trabajo o estudio, y la expresión de sentimientos, especialmente, con la pareja y los seres queridos.

Es una fecha que sirve, con estos sentimientos, de afecto y amistad, intercambiar mensajes, obsequios y manifestar cariño.

El amor como sentimiento, como afecto, como pasión o placer siempre se ha experimentado y vivido. Probablemente desde los más antiguos seres humanos sentimientos de esta naturaleza se desarrollaron y se vivieron más que las expresiones instintivas de la naturaleza humana. Los hombres como las diversas culturas de distinta manera lo han expresado.

Desde las antiguas culturas se celebra y rinde culto a este sentimiento y pasión.

Los griegos fundamentaban el origen de la creación del mundo como resultado de un acto de amor. Hesíodo, poeta griego, del siglo VIII A.C., consideraba que el mundo se había creado de la formación, primero, del espíritu del amor, Eros o Cupido y la Tierra, Gea. Luego, de la unión de Erebo, la oscuridad y de Nix, la noche, surgieron Eter, el cielo claro y Hémera, el día. Gea, por su propio poder, produjo a Urano, el firmamento que la cubría, al igual que a las montañas y al mar.

Eros, considerado el más joven de los dioses comenzó a agitar el mundo y todo lo que en él había reuniendo todas las cosas en parejas. De estas primeras parejas, Urano y Gea, cielo y tierra, surgieron los seres que poblarían el mundo, titanes, gigantes, cíclopes, como el resto de los seres.

Así, los griegos concibieron la creación del amor desde el caos de los elementos, que opuestos, se preparaban para recibir la humanidad.

Eros representaba para ellos el deseo de amar. Como figura masculina acompaña siempre a Afrodita o Venus; es el que inspira la atracción afectiva entre los distintos seres; es el que mezcla, une y varía las distintas especies.

Afrodita o Venus, considerada la diosa del amor en el sentido más amplio de la palabra, se le asociaba también a lo que es bello, noble y sublime. Como poder del amor se pensaba que unía la tierra, el cielo y el mar y presidía sobre el amor humano. Se le hacía acompañar de Eros, las Gracias, las Horas, de Himeros, que es el dios del deseo del amor; de Potos, el dios de las ansiedades del amor y de Peito o Suadela, el del suave discurso del amor.

Afrodita presidía la vida del matrimonio y sus ceremonias. En Roma, en su honor, cada año se celebraba un festival llamado Veneralia, de danzas y placeres llenos de pasión.

También, en Roma, realizaban cada año una fiesta dedicada a la fertilidad o lupercalia, que se celebraba en honor al Dios Lupercus, cada 15 de febrero. Así, esta práctica social de esta festividad se inició en la antigüedad.

Desde el siglo IV A.C. los romanos rendían culto al Dios Lupercus. Acostumbraban, como rito de iniciación, cada 15 de febrero, introducir en una caja nombres de jóvenes mujeres para que los muchachos, al azar, sacando sus nombres, las tuviesen durante todo el año, hasta la siguiente celebración.

Durante más de 700 años practicaron esta costumbre en Roma, hasta que bajo el gobierno del emperador Claudio II, en el 270 D.C., con motivo de las guerras y la necesidad de la movilización de jóvenes y hombres para las mismas, se dispuso, por edicto, prohibir matrimonios de gente joven o en edad de incorporarse al ejército. Así se tendrían a los varones disponibles para las guerras. Además, se consideraba que los soldados casados no se desempeñaban como los soldados solteros, ya que el separarlos de sus familias los afectaba.

Por tal motivo, en defensa del amor, de la pareja y del matrimonio, el Obispo Valentín de Interamma, de la actual región italiana de Terni, invitó, retando al emperador, a las jóvenes parejas de novios, o de enamorados, que le visitaran en secreto para casarlos y unirlos en el sacramento del matrimonio.

El Obispo consideraba los decretos imperiales indignos. Estimaba el acto de amor como una cualidad de la libertad del hombre, tanto para amar a Cristo como para realizarse en matrimonio.

Cuando el emperador se enteró, primero trató de persuadirle de que se le aliara y sirviese a los dioses romanos, pero el Obispo Valentín, aferrado a su fe, con profunda convicción y voluntad, no renunció a sus creencias, por lo que el Emperador ordenó que se le encarcelara, apaleara, lapidara y decapitara en el 273 D.C., un 14 de febrero.

Esta situación fundamentó que la Iglesia Católica le declarara Mártir del Amor y se oficializara el día de San Valentín como el de los enamorados, junto a la celebración pagana del día de la fertilidad o de la lupercalia, que se seguía celebrando en honor al dios Lupercus.

Cuenta, también, la leyenda que en la cárcel, esperando la ejecución de su sentencia, se enamoró de la hija del carcelero, llamado Asterio, que padecía ceguera, produciéndose el milagro de la recuperación de su vista. Se despidió de ella enviándole una nota firmada «de tu Valentín», lo que dio origen a la costumbre de obsequiar tarjetas, en este día.

La situación de la Pandemia del Coronavirus COVID-19 no permite los acercamientos sociales afectuosos con personas que no son del propio círculo inmediato de las personas, de la llamaba Burbuja social de cada uno. Pero, ha obligado a fortalecer el refugio hogareño, ha mantener las relaciones de amor, afecto y amistad de manera más intensa, a convivir en los espacios comunes con mayor respeto y tolerancia. El Día del Amor y la Amistad bajo la Pandemia no va a dejar de celebrarse en el interior de las familias aunque comercialmente de manera más estrecha o reducida.

Por ello, en el interior de cada Burbuja, en este Día de la Amistad, y en general, cuando abrace a su ser querido, a su pareja, a sus hijos, a sus padres, a sus familiares, a sus amigos, sus compañeros de trabajo o de estudio, abrácelo de modo que el lado izquierdo de su pecho toque el lado izquierdo del pecho de su ser querido, y permita con ello que sus corazones «hablen», «se saluden», que su corazón «toque» o «abrace» el de su ser querido. Esta es la forma cómo deben realizarse los abrazos cuando se dan con estos sentimientos profundos de Amistad y de Amor.

Feliz día de San Valentín para todos y para todas. ¡que vivan el amor y la amistad!