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Etiqueta: Teatro Nacional

Concierto RUS-TICO en el Teatro Nacional

El Ministerio de Cultura y Juventud y el Teatro Nacional presentan el concierto «RUS-TICO», un evento que promete una noche inolvidable de música el próximo jueves 31 de octubre, a las 7:00 pm. La cita será en el Teatro Nacional, donde se presentarán: David Serrano González , Anastasia Makhamendrikova , y Alexis Morales Barrientos.

Este concierto une el talento de estos reconocidos artistas, ofreciendo una experiencia única para los amantes de la música en Costa Rica.

Precios de las entradas :
-Entrada general: ₡8.000
-Adulto mayor: ₡4.000
-Estudiantes: ₡4.000

Las entradas están disponibles en la boletería del Teatro Nacional o en su sitio
web www.teatronacional.go.cr | 2010-1142 ó 2010-1143.

Identidades con Amarillo, Cian y Magenta

El próximo viernes 13 de septiembre de 2024 el grupo musical Amarillo Cian y Magenta tendrá un concierto de estreno y lanzamiento de su nuevo álbum titulado “Identidades”, el cual se presentara en el Teatro Nacional de las 8:00 p.m. a las 10:00 p.m.
Esta agrupación conformada en el 2003 toca música instrumental, y tiene un colorido repertorio musical, con una increíble variedad de ritmos, creada por sus integrantes, los cuales son músicos experimentados que destacan en otras prestigiosas agrupaciones musicales, ya sean de géneros clásicos o populares.

La música de “Identidades”. que será lanzado el viernes, está compuesta a partir del estudio de la cultura alrededor de referentes fundamentales de la identidad cultural costarricense, como el calypso y el tambito. De esta forma, la agrupación plantea en este álbum la identidad cultural costarricense como uno de sus principales ejes temáticos, y propone las mezclas como una alternativa de discursos culturales para representarnos. Partiendo desde que esta identidad está basada de una gran diversidad de influencias de grupos étnicos que han confluido en nuestro territorio, y han aportado no solo a la música, sino a diversas áreas del entramado cultural del país.

Para más información acerca de este espectáculo, puede visitar este enlace al Facebook del evento: https://www.facebook.com/events/2280393628971392/?ref=newsfeed o bien el propio sitio oficial del Teatro Nacional: https://www.teatronacional.go.cr/Calendario/detalle/2738/identidades-con-amarillo,-cian-y-magenta-  en donde puede comprar sus entradas o consultar los precios. Están a la venta por medio de https://ticketshow.cr/  ¡No falte!

El símbolo del Teatro Nacional no puede cambiarse

Vladimir de la Cruz

Historiador

Fue el gobierno de Luis Guillermo Solís Rivera, 2014-2018 que, por medio de una Ley, firmada por él, institucionalizó y declaró el Teatro Nacional como un Símbolo Nacional del Patrimonio Histórico Arquitectónico y Libertad Cultural.

Tuvo esta ley una aprobación de 40 diputados en su segundo debate. Dicho de otra manera, el Teatro Nacional se declaró Símbolo Nacional por una Ley de la República, no por un Decreto Ejecutivo ni por un acto administrativo del Ministerio de Cultura.

Cuando se declaró Símbolo Nacional se estableció que los días 12 y 13 de mayo del 2018 estuviera abierto de acceso al público para que, mediante visitas guiadas en días, el pueblo pudiera recorrerlo y conocerlo en sus detalles interiores.

La ley estableció que el Ministerio de Educación Pública tiene que incluir en el temario correspondiente en los estudios, en la escuela primaria como en la secundaria, los contenidos respectivos para que se estudie, valore y destaque el Teatro Nacional como Símbolo Nacional.

Desde el 5 de febrero del 2018, cuando se aprobó la declaratoria el Teatro Nacional pasó a ser un Símbolo Nacional más, el número 14 de la lista de símbolos declarados.

Ya había sido reconocido como monumento nacional, así establecido por Decreto No. 3632 del 24 de diciembre de 1965, bajo el gobierno de Francisco Orlich Bolmarcich, 1962-1966. En 1995, en el gobierno de José María Figueres Olsen, 1994-1998, se amparó, en 1995, el Teatro Nacional a la Ley de Patrimonio Histórico Arquitectónico, reconociendo su importancia arquitectónica, patrimonial, cultural e histórica. Así el edificio principal fue declarado Monumento Histórico Nacional; con lo que el Estado costarricense reconoció y estableció la importancia arquitectónica, patrimonial, cultural e histórica del inmueble.

Cuando se creó el Ministerio de Cultura, Juventud y Deportes se estableció que el Teatro Nacional estaría adscrito a este Ministerio, así dependiente desde 1974.

En 1998, en el gobierno de Miguel Ángel Rodríguez Echeverría, 1998-2002, se le declaró Institución Benemérita de las Artes Patrias.

En el 2019 se aprobó, por la Asamblea Legislativa, un Contrato de Préstamo con el Banco Centroamericano de Integración Económica, para darle al Teatro Nacional un Programa Integral de Seguridad y Conservación, siguiendo una iniciativa del Poder Ejecutivo del 2018. Cuando se aseguró la preservación del edificio patrimonial, se excluyó del mismo cualquier actividad de tipo administrativa que representara un riesgo, que alterara la fusión del legado del siglo XIX con las necesidades del siglo XXI.

El Teatro Nacional de Costa Rica (TNCR) había nacido como ente jurídico estatal el 28 de mayo de 1890 cuando el Congreso Constitucional de la República emitió el Decreto XXXIII que en su artículo primero declara “Obra Nacional el Teatro de la Capital de la República», financiado en sus inicios con un impuesto a la exportación de café, para su construcción, fortalecido con Decretos de 1892 y 1893.

En nuestra Historia Nacional tenemos símbolos nacionales del período del Estado (1821-1848) y de la República (1848-2024, hasta hoy). Los símbolos nacionales son objetivos, verdaderos, tangibles y sagrados. Tenemos Símbolos Nacionales que podemos considerar Mayores y los que podemos considerar Menores, todos son SÍMBOLOS NACIONALES.

Los MAYORES son la Bandera, el Escudo, los Escudos de Armas, el Pabellón Nacional, las Letras y Música del Himno Nacional. El Pabellón Nacional es la integración del Escudo y la Bandera en un solo cuerpo, que se presenta solo en el acto correspondiente que preside el titular de cada uno de los Poderes de la República: el Poder Ejecutivo, Legislativo, Judicial o Electoral.

Nos recuerdan los símbolos nacionales la afirmación del proceso de construcción y del desarrollo democrático nacional. Son síntesis de la historia nacional, la independencia, la libertad y la soberanía. Recogen el pacto social y político de los costarricenses, su unidad nacional y destino común.

Los Símbolos Nacionales MENORES son aquellos que destacan valores y particularidades de la sociedad costarricense, de la cultura nacional, de la tradición histórico cultural, de la biodiversidad geográfica y natural, que distinguen especialmente particularidades del pueblo y de la nación costarricense, así como del territorio nacional en toda su amplitud. Pueden tener características muy regionales o particulares, como son los símbolos asociados o que representan la fauna nacional; el animal y ave nacional, que exaltan la protección y conservación de las aves; la flor nacional y el árbol nacional, que representan la flora costarricense; la carreta costarricense con la cual se destaca el trabajo como valor generador del desarrollo económico, de la riqueza social y como expresión del arte popular.

Los Símbolos Nacionales, son comunes a los costarricenses, son cuerpos independientes entre sí, con su propia historia y desarrollo. Identifican valores de la sociedad, exaltan hechos históricos, concretan idiosincrasia; reflejan aspiración, afán de lucha y progreso de la nación; expresan ideales y la confianza de un hermoso porvenir. Algunos símbolos sobresales sobre los otros. Tienen un reconocimiento público y popular más destacado.

A los Símbolos Nacionales se les rinde respeto, honor y ritual de uso. Parte de ese respeto y ritual de uso es mantener lo particular que distingue a cada símbolo, ya como un emblema, como un logo, como un elemento de identificación, como su genuina cédula de identidad.

Así por ejemplo el logo que históricamente ha identificado al Teatro Nacional, que es parte consustancial de su propia estructura arquitectónica, que desde su construcción ha permanecido como su sello de reconocimiento público, y así ha sido empleado para todos los efectos, la combinación de la T y la N en el cuadrado que las entrelaza.

Los Símbolos Nacionales no pueden ser alterados por actos administrativos o ejecutivos. Lo que por Ley se crea solo por Ley se pude cambiar.

Los gobiernos a veces han tratado de distinguirse con un Logo de la Administración de turno. Es válido para los actos del Poder Ejecutivo en el uso de su correspondencia y papelería oficial.

Nunca ningún logo de gobierno ha sustituido un símbolo propio, particular, de ninguno de los Símbolos Nacionales, con los cuales se reconocen, como ha hecho el actual Ministro de Cultura (¿?), que ha eliminado, entre otros el Símbolo o Logotipo que ha caracterizado al Símbolo Nacional del Teatro Nacional, sustituyéndolo por otro, un rectángulo horroroso, que incluye, destacando en amarillo ,una silueta del país, que más parece un homenaje a las políticas oficiales que amparan la tala de árboles en zonas protegidas, y que proyecta un país sin zonas ni áreas protegidas de bosques o reservas nacionales de conservación y de biodiversidad.

Lo que se trata de imponer es un símbolo vacío. Si así quiere expresar lo que es el actual gobierno, puede hacerlo para la papelería oficial, pero no para sustituir los emblemas con que se han distinguido históricamente los símbolos nacionales en su particularidad.

Comete un grave error el Ministro de Cultura cuando trata de imponer un logo de gobierno como un logo histórico de una Institución Benemérita, como lo es el Teatro Nacional. ¿Cuánto va a durar ese nuevo logo de gobierno? ¿Lo que queda de gobierno, 18 meses?

El Teatro Nacional es un Símbolo Nacional, emblemático, de nuestra cultura y de nuestra sociedad democrática en el momento en que se construyó, por la participación popular que contribuyó en su construcción. El Emblema, el Logo, que lo ha distinguido como reconocimiento institucional es parte de su propia estructura y arquitectura. Como tal no puede ser cambiado.

La Universidad de Costa Rica pone su conocimiento al servicio del arte

Para agilizar el proceso de investigación, se elaboró un instrumento que ayuda a que la toma de fotografías sea lo más fiel a la realidad posible, para luego analizar la información que se requiere. Foto: Laura Rodríguez Rodríguez, UCR.

La conservación del patrimonio artístico está en buenas manos

Mantener y cuidar el patrimonio cultural y artístico que posee el país es una labor permanente que requiere del trabajo, el esfuerzo y la voluntad de múltiples actores.

Desde hace seis años, el Teatro Nacional, en un convenio con la Universidad de Costa Rica (UCR), examina el estado de varias de las obras que resguarda. Por eso, un grupo multidisciplinario de investigadores de áreas como artes plásticas, química, física, microbiología, geología e ingeniería ha estudiado minuciosamente distintas creaciones pictóricas.

El proyecto “Abordaje multidisciplinario para el establecimiento del estado de conservación de las obras pictóricas de gran formato del Teatro Nacional de Costa Rica”, inscrito en el Instituto de Investigaciones en Arte (IIArte) de la UCR, continúa trabajando con el objetivo de evaluar las condiciones de estas pinturas y los procesos de deterioro en entornos climáticos tropicales. El fin es construir estrategias adaptadas de conservación preventiva y futuras intervenciones sobre el patrimonio cultural.

Luego de haber analizado en profundidad un telón de boca, de Antonio Rovescalli, así como tres pinturas de Vespasiano Bignami —ubicadas en el foyer del edificio— y el díptico de gran formato Musas I y Musas II, del artista italiano Carlo Ferrario, la investigación se centró recientemente en una obra mural en óleo sobre estuco de Paolo Serra, que data de 1897 y se ubica en la pared oeste del aposento que es utilizado como oficina de la Dirección.

Entre los principales aspectos que se estudian en este proyecto destacan los tipos de microorganismos que hay en la obra y el deterioro que pueden causar, las afectaciones causadas por las condiciones ambientales, las intervenciones que haya tenido la pintura, los materiales que se utilizaron y el proceso creativo que se realizó originalmente, entre otros.

Para recabar parte de los datos, elaborar mapas de deterioros y zonas de interés, se emplea la fotografía multiespectral, que consiste en tomar fotos de alta resolución, con distintos filtros que capturan desde el espectro de luz visible hasta el infrarrojo y ultravioleta.

Con esta técnica es posible conocer y determinar qué es parte de la pintura original, los cambios hechos en intervenciones posteriores, los materiales y los pigmentos que se usaron, por ejemplo.

Como parte del trabajo que se ha realizado, se estudió el díptico de gran formato Musas I y Musas II, del artista italiano Carlo Ferrario. Gracias a parte de los datos que se recolectaron, hoy esta obra se encuentra en proceso de restauración. Foto: Anel Kenjekeeva, UCR.

El mural se va fotografiando por segmentos, hasta tener una copia en alta definición, que se ingresa a un software especializado y así se establecen las zonas donde se visualizan daños y se decide dónde se hará el muestreo. Luego, estas muestras se analizan y se caracterizan mediante diversas técnicas modernas, como microscopía óptica de fluorescencia, espectroscopía Raman y rayos X de energía dispersiva, entre otras.

La Dra. Daniela Jaikel Víquez, investigadora principal del proyecto, señaló que, con esta obra de Serra, tuvieron una serie de retos que resolvieron con creatividad.

Al ser un mural y no un lienzo en el techo —como la mayoría de las obras examinadas con anterioridad—, la toma de fotografías se tornó más lenta, pues había que adaptar el equipo a distintas alturas. Esto último provocó que algunas de las imágenes salieran borrosas, a distancias diferentes o con tonalidades de luz variadas.

Fue gracias al ingenio de Álvaro Bermúdez, estudiante de la carrera de Ingeniería Agrícola y de Biosistemas, que se resolvieron esos inconvenientes. Él construyó un aparato para la toma de fotografías, hizo un boceto en el que incluyó todas las necesidades y con la ayuda de su papá logró armar un dispositivo que contiene un soporte para la cámara, el celular o la tableta, así como para las luces. Como debe ser de fácil movilidad, tiene rodines y un riel para moverlo hacia abajo o hacia arriba.

Muchas disciplinas, un objetivo en común

Desde el área de la ingeniería mecánica, se está analizando el flujo de aire y de calor en la dirección donde se encuentra el mural de Paolo Serra.

La investigadora Dra. Leonora de Lemos Medina, explicó que se estudia si existe correlación entre la cantidad de materia y microorganismos que se encuentran en la obra y los flujos de aire y calor que presenta el recinto, para determinar la mejor manera de tener un ambiente que resguarde la integridad del mural.

La obra de Paolo Serra

Según detalló Yojina Mora Quirós, artista plástica e investigadora del proyecto, la pintura en estudio se inspiró en Francia e Italia y fue concebida a finales del siglo XIX, en el marco de la construcción del Teatro Nacional.

El italiano Paolo Serra fue contratado para realizar varias de las obras que decoran el Teatro, entre ellas la pared oeste de la antigua Administración, que ahora es la actual Dirección. Esta consta de un panel central con una figura femenina basada en los murales pompeyanos, así como de decoraciones laterales que están acompañadas por dos columnas cuidadosamente ornamentadas. El panel central está dividido de las columnas laterales por medio de ventanas. 

Por su parte, el microbiólogo Dr. Mauricio Redondo Solano señaló que su labor en el proyecto consiste en examinar el papel que juega la microbiología en la conservación de la pintura.

En su caso específico, su estudio se centra en realizar muestreos en la obra para aislar las bacterias, identificarlas y determinar las cantidades, con el fin de descubrir la relación entre la presencia de microorganismos y el deterioro del mural.

Además, con las bacterias que se encontraron, se analizó su sobrevivencia en la pintura, cuánto tiempo pueden durar ahí, si tienen algún efecto negativo o positivo sobre la obra y si hay algún tipo de vínculo entre las bacterias y los hongos hallados.

De esta manera, es posible probar algunas eventuales estrategias de intervención para conservar, desde el punto de vista microbiológico, este tipo de productos culturales.

El quehacer de la artista plástica Lic. Yojina Mora Quirós ha sido determinar los daños a simple vista. Además, realizó muestras de la pintura, utilizando réplicas de los pigmentos y los materiales del mural, y es allí donde se realizan experimentos con bacterias y hongos. Este proceso lo desarrolló igual o lo más cercano posible a como se creó la obra.  

Ella explicó que su labor se centra en entender cómo se ejecutó el trabajo y detectar daños, colores desaparecidos, craquelados, descamaciones y manchas que están presentes y afectan la lectura original del mural.

Gracias a la gran e importante tarea que ejecuta este proyecto, la investigación se ha ampliado a obras que se encuentran en otras instituciones, como los Museos del Banco Central y el Museo Histórico Cultural Juan Santamaría, entre otros.

Andrea Marín Castro
Periodista Oficina de Comunicación Institucional, UCR

Hacia la incultura y la estulticia generalizadas

Rogelio Cedeño Castro
Sociólogo y escritor costarricense

En un país donde la subcultura del reggeaton y las croquetas para gatos (traídas a cuento por un diputado no precisamente poseedor de una gran ilustración) tienden a ocupar el primer plano de la atención de muchas gentes, no debe sorprendernos en modo alguno, el recorte presupuestario de los recursos que estaban destinados al área de la cultura para el año 2021, incluso con independencia de los criterios que tengamos sobre esas asignaciones presupuestarias, todo esto es apenas una de las muestras de la culminación de un largo proceso de mediatización y minimización de la cultura, no sólo dentro del Estado sino también en la cada vez más mediocre clase política y aún hacia el interior de la llamada “sociedad civil”. Hace apenas una década cerró, o más bien quebró “La Casa de las Revistas”, una empresa que cumplía una labor cultural muy importante en este país, sin que se oyera ninguna inquietud dentro de la sociedad costarricense, mientras que apenas poco tiempo atrás cuando se discutió la inversión para proteger contra incendios o otros desastres al Teatro Nacional, las voces discordantes de numerosos diputados esta nefasta legislatura intentaron negarle recursos a un proyecto tan importante, sobre todo en una ciudad como San José, convertida en una de las capitales más horribles de América Latina, donde ya se perdió la mayor parte del patrimonio arquitectónico de cierta relevancia histórica, dada la ignorancia y la torpeza de las autoridades nacionales, y también municipales de la ciudad.

Como resultado de todo lo anterior, mientras nos encontramos sumidos en una crisis fiscal artificiosa y falsa de toda falsedad, generada por los grandes evasores y elusores del pago de impuestos, quienes astutamente compraron los bonos de la deuda interna que el estado debió emitir para cubrir el dinero faltante, a lo largo de las últimas dos décadas, cosa para la que no alegaron cero ganancias como en el caso del pago de los tributos, llevándonos al chantaje de los altos intereses de esa deuda originada por ellos mismos,  para exigir -de ahí en adelante-el desmantelamiento del estado y las instituciones más importantes, que son patrimonio de todo el pueblo, además del recorte de los presupuestos de salud, educación y cultura que son esenciales para mejorar el bienestar de las grandes mayorías populares, lo que se traduce en el desmejoramiento de todos esos servicios, y en el campo específico de la cultura pone en peligro el funcionamiento la Orquesta Sinfónica Nacional, que está a punto de cumplir su ochenta aniversario de servir a la cultura nacional, también las orquestas sinfónicas juveniles, los programas de educación musical intensiva en muchas escuelas del país, las acciones educativas y culturales del Sistema Nacional de Bibliotecas públicas del país, los programas de danza y de teatro juntos con muchos otros que ven comprometida su existencia, con lo que estas élites incultas y violentas no sólo continúan saqueando al país, sino que se preparan para sumirnos en la incultura y la estulticia más profundas, con el propósito no siempre oculto de obtener una mano de obra inculta y sumisa, para que no se enfrente a sus acciones depredadoras.

Sucede que, en el microcosmos cultural de este cambio de siglo, un universo empequeñecido donde la mayoría de las gentes pasan sumergidas en las pantallas de sus aparatitos electrónicos, con sus lecturas apresuradas por no decir que “instantáneas”, acerca de todo lo  humano y lo divino, en una época en que la comprensión profunda de lo que está ocurriendo, más allá de las apariencias fenoménicas, es ya cercana a cero con su imparable descenso que incluso alcanzó ya una escala descendente, propia de los signos negativos de un cosmos algebraico, o de la escala del cero absoluto de Kelvin en la física, y dentro de los términos del devastador ascenso de la insignificancia, de la que nos hablaba con cierta vehemencia, el filósofo y sociólogo griego-francés Cornelius Castoriadis (1922-1927) durante los últimos años del siglo anterior, dado que “ Existe una temible capacidad de la sociedad actual para ahogar toda divergencia verdadera, sea acallándola, sea convirtiéndola en un fenómeno más, comercializado como los demás” (Castoriadis, 1998, página 89) con el agravante de que “El conjunto es instrumentalizado, utilizado por un sistema que es el mismo anónimo. Todo esto no es el resultado de la acción de un dictador, de un puñado de grandes capitalistas o de un grupo de formadores de opinión, se trata de una inmensa tendencia socio-histórica que se mueve en esta dirección y que se hace que todo se torne insignificante. La televisión ofrece evidentemente el mejor ejemplo: por el hecho de ocupar el centro de la actualidad durante veinticuatro horas, una cosa se vuelve insignificante y deja de existir pasado ese tiempo, porque se ha hallado o porque hay que hallar otra que ocupe su lugar. Culto a lo efímero que exige al mismo tiempo una contracción extrema, lo que en la televisión americana recibe el nombre de ATTENTION SPAN, la duración útil de la atención de un espectador, era de diez minutos hace aún algunos años, para caer gradualmente a cinco minutos, a un minuto y hoy a diez segundos( al finalizar el siglo XX).El SPOT televisivo de diez segundos es considerado como el medio más eficaz (Castoriadis, ibid, pág 90) con lo que “, es lo único que el espectador es capaz de asimilar” (Ibidem).

Es de ahí, de esa creciente insignificancia, de donde viene esa especie de surmenage (fr) o agotamiento cultural en el que está sumida la mayor parte de la humanidad, que es una población que deviene incapaz de distinguir lo esencial de lo puramente accesorio. Mientras tanto en nuestro país, y en la mayor parte de la región, se despliega el modelo de la dictadura neoliberal en democracia para ablandar a quienes se resistan a coquetear con las profundidades del abismo al que nos quieren llevar, empleando para ello formas más o menos violentas, según cada caso, oscilando entre la violencia simbólica, a través de los grandes medios o de las redes sociales y la más feroz represión policial, una vez llegado el caso de requerirlo. La democracia y la cultura son asuntos que les estorban, cada vez más, a estas poco ilustradas y codiciosas élites del poder.

UCR ofrecerá concierto de gala en el Teatro Nacional

UCR ofrecerá concierto de gala en el Teatro Nacional
Con este concierto, la Escuela de Artes Musicales inicia su temporada de gala en el Teatro Nacional (foto Marvin Vargas Alfaro).

Andrea Marín Castro,

Periodista Oficina de Divulgación e Información

 

La Escuela de Artes Musicales (EAM) presentará un concierto de gala en el que participarán el Coro y la Orquesta Sinfónica de la EAM el próximo miércoles 24 de junio a las 8 de la noche en el Teatro Nacional.

Las entradas podrán adquirirse en la Escuela de Artes Musicales el lunes 22 de 1:00 pm a 5:00 pm, el martes 23 de 10:00 a.m. a 5:00 p.m., y el miércoles 24 en el Teatro Nacional, de 10:00 a.m. a 5:00 p.m.

En esta ocasión se contará con la participación del barítono José Arturo Chacón, quien se ha desempeñado como solista en la Orquesta Sinfónica de Costa Rica, la Camerata Bach, la Cincinnati Chamber Orchestra y la Orquesta Centroamericana.

Además ha ofrecido recitales en Estados Unidos, Guatemala, Perú, Costa Rica, Nicaragua y Francia.

El Coro estará bajo la dirección de Ramiro Ramírez, agrupación que dirige desde el 2014. Ramírez ha trabajado como director artístico del Coro Sinfónico Nacional desde 1989, y es invitado frecuentemente como director para conciertos con la Orquesta Sinfónica Nacional.

Ha sido invitado por la Compañía Lírica Nacional como director artístico en varias ocasiones, para las producciones de Macbeth, Tosca, Falstaff, Così fan tutte y Faust.

Por su parte, Gabriela Mora dirigirá a los músicos de la Orquesta Sinfónica. Recientemente fue nombrada directora titular de la Orquesta Sinfónica Municipal de Cartago, es directora de la Banda Sinfónica Juvenil (BSJ) y de la Orquesta Intermedia (OSIN) del Instituto Nacional de la Música (INM).

El programa de este concierto de gala incluye las obras Kindertotenlieder (Canciones a los niños muertos) de Gustav Mahler, Misa Ave Maris Stella de Julio Fonseca y Sinfonía Fantástica de Héctor Berlioz.

 

Información tomada de: http://www.ucr.ac.cr/

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