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Etiqueta: territorio

La participación ciudadana en la Comisión del Plan Regulador de Escazú ha sido una muestra de cooperación y trabajo conjunto entre la municipalidad y la comunidad a través de los años

La Asociación para la Conservación y Desarrollo Sostenible de los Cerros de Escazú (CODECE) hace un llamado para recordar que la participación ciudadana ha sido una de las formas en las que el cantón de Escazú integra el trabajo de la municipalidad en unión a la visión de la ciudadanía.

Muestra histórica de lo que es posible hacer con la participación ciudadana.

Este recuerdo que comparte la CODECE alude a la discusión que traen las diferentes denuncias que han efectuado diferentes organizaciones como la misma CODECE o la Comisión del Plan Regulado (CPR), que desde setiembre y octubre de 2025 han expuesto que existen intentos institucionales mediante la reforma al reglamento de la Comisión del Plan Regulador, solicitada el 30 de setiembre por los regidores municipales, para restringir la participación ciudadana en la gestión del territorio cantonal.

Las organizaciones denunciantes han manifestado su descontento y definen la reforma del reglamento Plan Regulador como una pérdida de la colectividad, un trámite burocrático que busca limitar la participación ciudadana y transformarla en un formulario. Las organizaciones han advertido que cualquier modificación en el plan debería ser de carácter no restrictivo y más bien un intento por ampliar la participación ciudadana.

La reforma del Plan Regulador trae consigo aspectos positivos como la paridad de género, la transparencia y una posibilidad de candidaturas abiertas, sin embargo, el poder de decisión sería trasladado al aparato municipal. Esto como consecuencia, trae descontento a las organizaciones comunales porque impone formularios, juramentaciones y plazos restrictivos que burocratizan la participación al punto de transformarla en un procedimiento controlado.

Esta disputa por el Plan Regulador de Escazú apela al sentido de la democracia local y expone dos caminos, uno en el cual el espacio se convierte en un proceso de gestión burocrático y otro en el cual existe una construcción colectiva del territorio. Por este motivo, la CODECE apunta a la importancia del trabajo en conjunto entre municipalidad y comunidad, como en 2010, cuando la agenda del Plan Regulador era discutida mediante Audiencia Pública.

Claves de la cosmovisión Bribri frente al Antropoceno

Maycol Alonso Morales Pita*

El Antropoceno se reconoce como la época actual en la cual la acción humana ha adquirido tal magnitud que se ha convertido en una fuerza geológica destructiva, provocando el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y poniendo en riesgo la vida en el planeta (Crutzen, 2002). Este concepto encierra la paradoja de una humanidad que, en lugar de sostener la vida, amenaza su propia existencia.

Frente a este escenario global de crisis, la cosmovisión bribri aporta claves esenciales para resistir, reconstruir y proyectar alternativas de vida. Esta cosmovisión no solo ofrece prácticas ambientales sostenibles, sino una concepción integral que conecta espiritualidad, territorio, comunidad y esperanza.

«El Siwa cuerpo del saber bribri

El Siwa constituye el cuerpo de conocimiento que articula la existencia bribri. Según Bozzoli (1990, 2021) y Jara (2016), este concepto expresa la interconexión entre el mundo espiritual y el mundo material en una unidad dinámica e inseparable.

  • Es aire, respiración, viento, alma, orden, aliento vital y orientación de la vida.
  • Contiene la narrativa del mundo de Sibö̀, el dios creador, y los códigos de comportamiento derivados de su organización del cosmos, como la creación de la semilla de maíz, origen de los pueblos indígenas.
  • No se limita a una colección de mitos: constituye un sistema filosófico, ético y práctico que regula la vida cotidiana.

El Siwa revela la existencia de dos mundos discursivos:

  • El espiritual o mitológico, que es origen y causa creadora de la vida.
  • El material o actual, que corresponde a la experiencia visible y tangible.

Ambos no se conciben como realidades separadas, sino como planos en permanente diálogo. El mundo actual es reflejo del mundo espiritual, más auténtico y trascendental. En este sentido, la cosmovisión bribri expresa una concepción multiversal y causalista: todo lo que existe en el plano sensible tiene su razón de ser en el plano espiritual (Jara y García, 2003).

Incluso la lengua refleja esta visión: el vocablo ka nombra simultáneamente el tiempo, el día, el lugar y el espacio, lo cual expresa una concepción circular y cíclica de la realidad (Guevara, 2016). Esto rompe con la noción lineal de tiempo dominante en Occidente y reafirma la lógica bribri como tejido vivo de interconexiones.» «Manuscrito Arroyo 2025)

El sujeto comunitario

En la cosmovisión bribri, el sujeto no es el individuo, sino la comunidad (Morales, 2019). Esta concepción se fundamenta en los lazos de reciprocidad y de vida compartida que sostienen al colectivo (Brandão, 2012). El individuo cobra sentido en función de su pertenencia a la comunidad, de manera que podemos hablar de un sujeto comunitario: un “nosotros” que siente, sufre, resiste y proyecta futuro.

El territorio es indispensable en esta concepción, porque constituye el espacio material e inmaterial en donde se sostiene la vida comunitaria y se realizan las prácticas ancestrales. La comunidad puede representarse como una red en la que cada miembro ocupa un lugar único e irreemplazable. Si un integrante se desconecta, el tejido se resiente y se abre un vacío que afecta a todo el conjunto.

Este sujeto comunitario no es solo cultural, sino también político. Se configura en la acción colectiva y crítica frente al mundo no indígena, resiste y reconstruye posibilidades de existencia a partir de los saberes ancestrales y del diálogo con nuevos conocimientos. Según Valero (2009), el paso del “yo” al “nosotros” es un proceso de emancipación social: los sujetos recuperan su lugar en la historia, despliegan sus capacidades en común y generan acuerdos colectivos para sostener la vida.

Claves de la cosmovisión bribri frente al Antropoceno

  1. Naturaleza como ser vivo

La cosmovisión bribri reconoce a la naturaleza como sujeto vivo y no como recurso. Ríos, montañas, bosques y animales son parientes con los que se establece una relación de reciprocidad y respeto. Este principio cuestiona directamente la visión utilitaria del Antropoceno, en la que la naturaleza es reducida a mercancía. Reconocer a la naturaleza como ser vivo implica que su destrucción es también la destrucción de la comunidad.

  1. Equilibrio y reciprocidad

El principio del dar y recibir regula la vida cotidiana: se toma solo lo necesario y se devuelve a la naturaleza mediante reforestación, cuidados y rituales. En la agricultura, por ejemplo, se combina la diversificación de cultivos con la regeneración del suelo. Este equilibrio confronta la lógica capitalista del consumo ilimitado y constituye una práctica concreta de sostenibilidad frente a la crisis climática.

  1. Comunidad como principio

El bienestar es siempre colectivo. La vida bribri se organiza en torno a prácticas comunitarias como la mano vuelta o Juntas, donde el trabajo se comparte para beneficio de todos. La comunidad es una red: si un miembro se rompe, el tejido entero se resiente. Desde esta lógica, el sujeto comunitario se convierte en el centro de la existencia. Esto contrasta con el individualismo del mundo moderno, y muestra que la fuerza colectiva es la clave de la resiliencia.

  1. Educación viva

El aprendizaje se transmite en comunidad, de generación en generación, mediante la oralidad, los relatos míticos y la práctica directa. La educación bribri no solo busca transmitir información, sino formar en valores, espiritualidad y ética. Esta educación viva se convierte en un acto de resistencia cultural frente a los modelos homogenizantes de la modernidad, y garantiza la continuidad de la memoria y la identidad.

  1. Defensa del territorio

El territorio no es únicamente tierra cultivable, sino espacio espiritual, político y cultural. Es el lugar donde se sostiene la vida y se materializa el Siwa. Defender el territorio implica resistir frente a invasiones, proyectos extractivos y políticas estatales que amenazan la autonomía indígena. Sin tierra no hay cultura, y sin cultura no hay futuro. Frente al Antropoceno, la defensa del territorio es la defensa de la existencia misma.

  1. Mirada intracultural

Fortalecer los valores, el idioma y la espiritualidad interna permite enfrentar con mayor fuerza los desafíos externos. La intraculturalidad no es aislamiento, sino el fortalecimiento interno que posibilita establecer alianzas y diálogos con el mundo global. Desde esta clave, los bribris no se limitan a resistir: también construyen puentes desde la solidez de su cultura.

  1. Crítica al sistema capitalista

El capitalismo global ejerce una presión permanente sobre los bienes comunes y promueve el extractivismo. Su lógica de acumulación amenaza el agua, la tierra y los bosques. Para la cosmovisión bribri, la vida no tiene precio y no puede mercantilizarse. En este contraste, la cosmovisión indígena se levanta como una resistencia ética y política frente al paradigma dominante.

  1. Conectar con la esperanza

Finalmente, la cosmovisión bribri no se limita a resistir: también proyecta futuro. La esperanza no es una ilusión, sino una fuerza vital que orienta las prácticas de construcción viva. El amanecer sobre el territorio, la siembra de nuevas semillas, la transmisión de saberes a los jóvenes son expresiones concretas de esa esperanza que mantiene viva la posibilidad de otro mundo.

Reflexiones finales

La cosmovisión bribri constituye un marco alternativo para enfrentar la crisis civilizatoria que el Antropoceno representa. El Sũwõ’ (siwa), como cuerpo del saber, y la noción de sujeto comunitario, como sujeto político y cultural, se articulan con claves prácticas: reconocer a la naturaleza como ser vivo, vivir en equilibrio y reciprocidad, sostener la comunidad, defender el territorio, fortalecer la intraculturalidad, resistir al capitalismo y proyectar esperanza.

Estas claves, lejos de ser simples prácticas locales, representan aportes universales para la humanidad. En tiempos de crisis climática y devastación global, el mensaje bribri es contundente:

“Defender la vida es construirla cada día, en comunidad y con la naturaleza.”

Referencias

  • Bozzoli, M. E. (1990). El Poder de Sibö̀. Editorial Costa Rica.
  • Bozzoli, M. E. (2021). El mundo espiritual bribri. Editorial Costa Rica.
  • Brandão, C. R. (2012). La comunidad como sujeto. Editorial Popular.
  • Crutzen, P. (2002). Geology of mankind. Nature, 415(6867), 23.
  • Guevara, J. (2016). Tiempo y espacio en la cosmovisión bribri. Revista de Antropología, 45(2), 199–210.
  • Jara, C. (2016). El mundo bribri: espiritualidad y territorio. Universidad de Costa Rica.
  • Jara, C. & García, M. (2003). Mundos discursivos y causalidad en la cosmovisión indígena. Editorial UCR.
  • Morales, M. (2019). Siwa ka. Manuscrito inédito.
  • Valero, A. (2009). El sujeto colectivo y la emancipación social. En Bonafe, J. (Ed.), Procesos sociales y resistencia. Editorial Popular.

*Publicado en el espacio de Facebook del autor y compartido con SURCOS por Alberto Rojas Rojas. Maycol Alonso Morales Pita es un sociólogo bribri.

Sesión municipal entre el interés ciudadano y el cálculo político

El Observatorio de Bienes Comunes de la Universidad de Costa Rica (UCR) presenta un análisis de lo sucedido en la sesión ordinaria del Concejo Municipal de Escazú del pasado 19 de agosto, en la que se esperaba debatir sobre el Plan Regulador.

No obstante, la agenda dio un giro inesperado: durante dos horas se expuso un informe sobre Vivienda Municipal y, de forma sorpresiva, se incluyó un nuevo punto para presentar los avances de la Oficina de Plan Regulador.

Lo que no se preparó fue el espacio para la ciudadanía. Afuera del edificio, cerca de cien vecinas y vecinos exigían una participación real en la construcción del Plan Regulador: incidir en las decisiones de zonificación, asegurar que el ordenamiento priorice zonas seguras y comunitarias y no solo negocios inmobiliarios, además de plantear medidas preventivas frente a la creciente presión urbanística.

A esto se suma la preocupación por la zona protectora de los Cerros de Escazú, vital para la recarga hídrica, la biodiversidad y la seguridad ante desastres. La disputa no es solo técnica, se trata de definir si el ordenamiento territorial garantizará condiciones de vida dignas y sostenibles para el cantón o si se impondrán intereses fragmentados y comerciales.

Mientras tanto, dentro de la sesión, la Municipalidad improvisaba con sillas y nunca resolvió los problemas de audio. Lo único asegurado fue la presencia de la Policía Municipal. Quienes asistieron denunciaron la falta de condiciones mínimas para la participación ciudadana y cuestionaron que las audiencias solicitadas iniciaran hasta pasadas las diez de la noche.

La administración, por su parte, defendió la labor de la Oficina de Plan Regulador con más de una hora de exposición, apelando a combatir la “desinformación” ciudadana. Pero lo que quedó en evidencia fue la ausencia de espacios efectivos de diálogo, el uso de advertencias sobre sanciones penales y una dinámica política marcada más por el cálculo que por la construcción de confianza.

El trasfondo revela que el Plan Regulador no es un asunto meramente técnico, en Escazú se entrecruzan tensiones entre agricultura, comercio y zonas residenciales. La presión inmobiliaria acorrala a las familias agricultoras y amenaza la zona protectora, mientras la falta de agua, las inundaciones recurrentes y la mezcla desordenada de usos de suelo son problemas que la ciudadanía identifica día a día.

La sesión se extendió hasta casi la medianoche, cuando finalmente se abrió un espacio para escuchar a la comunidad. Como resultado de la presión vecinal, se propuso convocar una sesión extraordinaria en el Centro Cívico, con condiciones adecuadas para un diálogo más abierto.

Acceda a la nota completa en la página del Observatorio de Bienes Comunes UCR: https://bienescomunes.fcs.ucr.ac.cr/sesion-municipal-entre-el-interes-ciudadano-y-el-calculo-politico/

Dignidad indígena en resistencia: Presbere y Saldaña siguen caminando

Esta nota comparte una producción del Observatorio de Bienes Comunes de la Universidad de Costa Rica, a partir del trabajo del Colectivo Antonio Saldaña.

El pasado 5 de julio, en una jornada cargada de memoria y lucha, el Colectivo Antonio Saldaña conmemoró el legado de Pablo Presbere y Antonio Saldaña, figuras centrales de la resistencia indígena en Costa Rica. La actividad no fue solo un acto simbólico: fue un ejercicio político y comunitario de afirmación cultural y territorial. Desde la región Bribri-Cabécar de Talamanca, la memoria viva se convirtió en acción colectiva.

El artículo disponible en el sitio del Observatorio explora cómo estos referentes históricos continúan inspirando luchas por la autonomía de los pueblos originarios, el derecho a la tierra y la descolonización del pensamiento. A través de textos, imágenes y participación comunitaria, la conmemoración permitió revitalizar preguntas fundamentales: ¿Qué significa hoy defender el territorio? ¿Cómo se ejerce la soberanía cultural frente a las amenazas del olvido institucional?

Presbere, símbolo de la resistencia contra la colonización en el siglo XVIII, y Saldaña, defensor de los pueblos indígenas en las primeras décadas del siglo XX, encarnan un legado que continúa vigente. El texto hace un recorrido por sus vidas, sus luchas, y la forma en que sus nombres abren camino para nuevas generaciones que exigen justicia histórica, memoria digna y defensa de la vida colectiva.

Desde el presente, las comunidades reafirman que sin autonomía no hay justicia, sin memoria no hay futuro y sin territorio no hay vida.

Les la nota completa aquí:
https://bienescomunes.fcs.ucr.ac.cr/dignidad-indigena-en-resistencia-el-legado-de-presbere-y-saldana/

Humedal Carbón bajo amenaza: ocupación ilegal denunciada en Playa Negra, Talamanca

La Asociación para el Desarrollo de la Ecología presentó una denuncia formal ante la Coordinación Nacional de Humedales del MINAE el 29 de junio de 2025, por la ocupación ilegal del Humedal Carbón, ubicado en Playa Negra, cantón de Talamanca.

Durante una visita realizada el 28 de junio, se constató la intervención del área mediante drenajes, rellenos y construcciones con maquinaria pesada, caminos abiertos y presencia de materiales de obra. Todo esto dentro de un ecosistema clasificado como humedal protegido, lo que representa una posible violación de la legislación ambiental vigente.

El humedal, parte del Patrimonio Natural del Estado, se encuentra bajo protección de normas nacionales e internacionales, como la ley orgánica del Ambiente (N.º 7554), la ley forestal (N.º 7575) y el convenio Ramsar sobre humedales. Ante estos hechos, la asociación solicita la intervención urgente del MINAE y de otras instituciones competentes.

Entre las medidas solicitadas, el documento exige:

Un informe técnico detallado, con análisis de imágenes y ortofotos desde 1996 hasta la fecha.

La identificación de propiedades dentro del humedal, con información catastral y registral.

Coordinación interinstitucional con SETENA, la fiscalía ambiental, la Municipalidad de Talamanca, el registro nacional y otras instancias para determinar responsabilidades.

Que la gestión sea liderada directamente por la Coordinación Nacional de Humedales, sin delegaciones locales o regionales.

La denuncia fue firmada por Marco Levy Virgo, presidente de la organización, y copiada a autoridades de la fiscalía general, fiscalía ambiental y fiscalía agraria, entre otras.

El documento completo forma parte del expediente AEL-00263-2025.

Terreno rellenado parte de la Zona Marítimo Terrestre en Playa Negra.  (Foto: Philippe Vangoidsenhoven)

Rey Curré avanza con el proceso de consulta indígena para la construcción del reglamento forestal

Por Uriel Rojas

El sábado 14 se trabajó con la comunidad El Progreso

Este sábado 14 de junio de 2025, la Comisión Encargada de presentar el proyecto a las comunidades del territorio Indígena Curré viajó a El Progreso de Cajón, una comunidad situada al sur de Cajón de Boruca, al otro lado del río Grande de Térraba.

Las actividades en esta comunidad se enfocaron en presentar el proyecto a las personas asistentes para que se empiece a conocer sus pormenores del contenido y se ajusten los detalles que los vecinos consideren necesarios.

Este reglamento lo que busca es otorgar a los pueblos indígenas la competencia sobre el aprovechamiento de los recursos forestales dentro de sus territorios, permitiendo el manejo sostenible de los bosques y la gestión de los permisos para la eliminación y aprovechamiento de árboles.

La consulta de este reglamento es un derecho de los pueblos indígenas y surge de la necesidad de regular el aprovechamiento forestal en sus territorios, reconociendo la importancia de los recursos forestales para estas comunidades y buscando un equilibrio entre su uso y la conservación.

Esta normativa forestal le daría facultad a las ADIs, para gestionar el aprovechamiento forestal en sus territorios, además del uso sostenible de sus recursos forestales, tales como la siembra de la misma especie o especies nativas, y el cumplimiento de condiciones técnicas para el aprovechamiento.

El reglamento busca armonizar la normativa forestal con los derechos de los pueblos indígenas, garantizando su participación en la gestión de sus territorios.

El pasado sábado 07 de junio, la Comisión estuvo trabajando este tema con la comunidad de Las Vegas de Chánguena.

Este primer conversatorio de consulta realizado este sábado 14 de junio en la comunidad El Progreso de Cajón inició a las 8am y se extendió hasta la 1pm.

Gentrificación y exclusión: Una lucha que no podemos ignorar

Observatorio de Bienes Comunes, UCR

El pasado 17 de enero de 2025 estuvimos presentes en el plantón contra la gentrificación, donde tuvimos la oportunidad de dialogar con una integrante del Colectivo No a la Gentrificación, Turistificación y Daño Ambiental en CR. Durante la conversación, exploramos las tensiones que están transformando diversos territorios en Costa Rica y reflexionamos sobre los desafíos que enfrentan las comunidades locales.

Este tipo de manifestaciones resulta crucial para visibilizar los impactos de modelos de desarrollo que priorizan el poder adquisitivo, flexibilizan las normativas según intereses particulares y terminan profundizando los impactos ambientales y la exclusión social de las personas locales. Participar y apoyar estos espacios nos invita a repensar cómo construir territorios más inclusivos y sostenibles.

Asimismo, buscamos destacar las implicaciones de los procesos de denuncia y defensa de los territorios, los cuales se han convertido en un ejercicio que expone cada vez más a las personas a situaciones de mayor vulnerabilidad.

Para escuchar el audio, ingrese en este enlace.

GALERÍA

Territorios tribales amenazados por gavilanes de tierras

Por Bernardo Archer Moore

Durante los últimos cincuenta años, el estado costarricense ha participado en el despojo de propiedades de la población afrocostarricense en diversas partes del país, especialmente en las zonas costeras.

Estas injusticias se han perpetrado a través de la reclamación ilegal y silenciosa de derechos de propiedad sobre sus tierras, gestionada por el ITCO/IDA, ahora INDER. En años recientes, se ha implementado un Sistema de Información de Registro de Propiedades (SIRI) que excluye la mayoría de los títulos de propiedad registrados durante la primera mitad del siglo.

A pesar de ser un delito, la apropiación indebida de tierras ajenas – antes por helicópteros y ahora por internet – es uno de los mayores problemas en los territorios tribales afro-costarricenses. Se ha convertido en un crimen organizado destinado a empobrecer a los pueblos tribales costeros.

Entre las diversas formas de depredadores, en cuanto a color, plumaje y tamaño, el peor es el ser humano de tu propia comunidad, que actúa como un peón para identificar propiedades privadas que no están registradas en el SIRI, ocuparlas ilegalmente mientras sus cómplices tramitan información falsa para legitimar el robo de la propiedad.

Por lo tanto, la delimitación de los pueblos tribales del caribe costarricense debe comenzar con el estado devolviendo las miles de hectáreas que ha confiscado y que aún están en manos del INDER.

Además, las tierras que han sido designadas como parques nacionales, refugios de vida silvestre, humedales y reservas similares deben seguir formando parte del territorio tribal, manteniendo la misma rigurosa protección ambiental. Sin embargo, deben ser administradas por el respectivo pueblo tribal, quien debe tener pleno acceso y disfrute económico de esos recursos para contribuir a la protección del medio ambiente y desarrollo socio-económico del pueblo.

A propósito de este asunto de territorio ancestral, No nos engañemos, somos descendientes de agricultores y pescadores que vivían en la costa pero cultivaban en la montaña por lo que esa era su extensión territorial.

Así que ni se les ocurra intentar defraudarnos, porque nuestros límites territoriales ya los definieron nuestros antepasados y lo conocemos.

¿De Quién es la Tierra?

Catalina Obregón

“¡Es del Mi-na-e!” reitera, alzando la voz desde su podio doña Pilar Cisneros. “¡No es de los santaneños!”. Como si pronunciarlo es voz alta le otorgara un significado distinto. Como si con esa afirmación pudiera borrar generaciones enteras de vida compartida, de historia común, de arraigo al paisaje donde hemos vivido por tanto tiempo.

Se olvida la diputada que el territorio sí importa. Ese lugar donde nacimos o al que inmigramos por elección es nuestro hogar; amarlo y defenderlo es, además, algo instintivo. Es un llamado biológico a proteger y hacer respetar nuestro espacio vital.

Como ciudadanos podemos defenderlo con acciones concretas, promoviendo políticas y leyes. Somos los habitantes los llamado a resguardar el patrimonio territorial. Pero hay otros habitantes que también dependen de este espacio: aquellos que necesitan el corredor biológico para sobrevivir, aquellos que no distinguen entre divisiones ni cercas porque entienden que la tierra es suya para moverse, vivir y habitarla sin restricciones. Ellos necesitan nuestra ayuda.

Son muchos. Veintitrés especies de anfibios, cincuenta y ocho especies de reptiles, ciento treinta especies de aves y dieciséis especies de mamíferos, además de la riqueza ecológica de los ecosistemas que los albergan.

Santa Ana decidió hace mucho tiempo su destino, cuando luchamos para evitar que se instalara un basureo en nuestro cantón. También cuando defendimos estos terrenos de aquellos que pretendían construir el proyecto gol. Ya elegimos que nuestra verdadera riqueza es despertar con el sonido de las chicharras y los yigüirros, que nos encanta ver a los coyotes bajar los cerros por las quebradas y a los mapaches asomarse a nuestras ventanas. Nos emociona que ahora, en el barrio, nos visitan perezosos y tucanes.

La decisión sobre el destino de estas 53 hectáreas en el corazón de nuestra ciudad es tan importante hoy como lo fue, en su momento, rechazar el basurero. Tenemos la oportunidad de decir sí a un parque donde, además de preservar la naturaleza, tal vez podamos recuperar valores como la filantropía de un ciudadano que vio en su tierra un tesoro más grande que el monetario, como el respeto a los muertos y el deber moral de cumplir su voluntad. Como lo es la protección de la vida que hoy convive con nosotros.

Hay causas por las que vale la pena unirse. El Parque Natural Urbano Lorne Ross nos brinda de nuevo la posibilidad de decidir cómo queremos vivir y con quién compartir nuestro territorio. Nos lo agradecerán nuestros hijos y nietos, pero también lo agradecerá la rana de ojos dorados, que ha encontrado en nuestros “charrales” una pequeña isla donde evadir, al menos por ahora, su extinción.

Por si aún tenían dudas, esta tierra es de ella, porque un hombre y su esposa, decidieron hace cuarenta y ocho años, dejarle en herencia la finca de sus ancestros.