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Etiqueta: tortugas marinas

Jaguar no es una amenaza para las tortugas marinas

Tortugas lora y verde son parte normal de la dieta de este felino, impulsar la protección de estas especies ayudaría a la conservación de nuestros ecosistemas.

Pese a que en los últimos años se ha dado una mayor presencia del jaguar y como consecuencia un aumento en la depredación de tortugas en el sector del Parque Nacional Santa Rosa, dentro del Área de Conservación Guanacaste, una reciente investigación muestra que la población de tortugas lora y verde no se encuentra amenazada.

El estudio, realizado por Miguel Chopin Rodríguez, para optar por el grado de Maestría en Conservación y Manejo de Vida Silvestre de la Universidad Nacional (Icomvis-UNA), se concentró en Nancite y Naranjo, dos de las muchas playas del país ampliamente reconocidas como sitios para la anidación de tortugas. La tesis buscaba evaluar los factores bióticos y abióticos asociados con la depredación de las tortugas lora (Lepidochelys olivacea) y la tortuga verde (Chelonia mydas) por el jaguar (Panthera onca).

Lo primero que realizó Chopin fue un registro de anidación, tanto para playa Nancite (107 registros de tortugas lora y 35 de tortugas verde), como para playa Naranjo (104 registros de tortugas loras y 17 de tortugas verdes). “Dentro del modelo estadístico que utilicé se incluyeron las variables de fase lunar y su interacción con el coeficiente de marea, playa de anidación y la temperatura de la superficie oceánica. Respecto a la fase lunar esta puede estar asociada al hecho de que las tortugas marinas suelen anidar en cuarto menguante, por condiciones idóneas de luz. Además, el coeficiente de marea está relacionado directamente con la luna, por lo tanto, este también tiene influencia sobre las tortugas. Las anidaciones sucedieron en su mayoría a coeficientes de mareas bajos, ya que esto significa para la tortuga un menor esfuerzo para alcanzar la playa”.

La diferencia entre la cantidad de anidaciones por playa se debe, según Chopin, a que Nancite es una playa de anidación masiva de miles de tortugas en una sola noche, a la poca presencia humana, y otros factores como su topografía y drenaje de agua.

Naturalmente

Chopin también recorrió ambas playas en busca de nidos de tortugas marinas y tortugas depredadas por el jaguar. “Reregistré 19 eventos de depredación en total, de los cuales 12 se dieron en playa Naranjo (63.16%) y 7 en playa Nancite (36.84%). En Naranjo registré un 50% de depredación para tortuga lora (5.6 depredaciones por cada 100 anidaciones) y el 50% restante fueron tortugas verdes (16.67 depredaciones por cada 100 anidaciones). Mientras que en playa Nancite, registré un 85.7% de depredación de tortugas loras (5.87 depredaciones por cada 100 anidaciones) y 14.3% de depredación de tortugas verdes (5.9 depredaciones por cada 100 anidaciones)”.

Para el investigador, la anidación de tortugas verdes fue el factor más importante para la depredación de tortugas marinas. “Probablemente se deba a que la tortuga verde suele tardar el doble de tiempo que la tortuga lora en su proceso de anidación, esto se traduce en mayor tiempo de exposición en la playa y, por lo tanto, su probabilidad de ser depredada aumenta”.

Chopin también evaluó la distribución de carcasas de tortugas marinas depredadas por jaguar. Este recorrido se realizó entre junio y noviembre de 2019; ahí registró 338 carcasas de tortugas marinas depredadas por jaguar, 156 corresponden a playa Naranjo, 103 a playa Nancite y 89 a playa Colorada. En términos de número de carcasas por hectárea, la playa con mayor densidad promedio fue playa Colorada (8.7) carcasas/ Ha), seguida de playa Nancite (6.06 carcasas/ Ha) y por último playa Naranjo (2.64 carcasas/Ha).

“La distancia a la playa muestra una relación negativa con el número de carcasas, esto puede estar asociado con las dimensiones de la tortuga y el esfuerzo que significa para el depredador arrastrarla, pues las tortugas verdes (especie de mayor tamaño) fueron encontradas a menor distancia que las tortugas loras. En cuanto al factor playa se observa una tendencia de mayores concentraciones en sitios de menor presencia humana, este factor puede estar afectando tanto a las tortugas en sus anidaciones, como al jaguar en su actividad de depredación sobre estas últimas”, detalló Chopin.

Esta investigación concluye que el factor más importante relacionado con la depredación de tortugas marinas en el Parque Nacional Santa Rosa es el número de anidaciones de tortuga verde por noche. El resultado muestra la estrecha relación depredador-presa entre jaguar y tortugas marinas, en especial de la tortuga verde, la cual se encuentra categorizada como en peligro de extinción.

En playa Naranjo, el investigador recomienda que se regule la visita turística en los sitios de mayor importancia para la anidación de tortugas marinas, depredación de éstas por jaguar y distribución de carcasas. “(Se debe) evitar que las personas caminen por la playa hacia la sección más al norte durante las noches, donde se concentra la anidación de tortugas; de igual manera, evitar que caminen hacia el extremo sur, pues este punto es muy importante para la anidación de tortugas verdes, y ahí se concentran los eventos de depredación por el jaguar, así como el mayor número de carcasas/ha. Por lo tanto, las actividades turísticas durante la noche deberían estar limitadas al área de camping o en la playa en el área más cercana a la entrada a ésta, para evitar interferir con los procesos ecológicos normales de tortugas marinas y jaguares”.

Chopin también destaca la importancia de un programa de monitoreo permanente que considere la actividad del jaguar y tortugas marinas en las playas de estudio. “Estos programas de monitoreo deberían tener énfasis en la tortuga verde, ya que se identificó como especie de gran importancia para el jaguar, y la misma ha mostrado un aumento en su actividad en los últimos años en el Parque Nacional Santa Rosa”.

La investigación concluye que el factor más importante relacionado con la depredación de tortugas marinas en el Parque Nacional Santa Rosa es el número de anidaciones de tortuga verde por noche.

Fotografía de Miguel Chopin, Programa Jaguar.

Para más información ver el siguiente video:

https://studio.youtube.com/video/ukCBi89ecpY/edit

 

Imagen: Tortuga Lora anidando durante el día en playa Naranjo.

Mar se adueña de las costas

Mar se adueña de las costas

Erosión en las zonas costeras causaría impacto en la zona marítima terrestre y en especies marinas como las tortugas baula y carey.

 

El deshielo de los polos y el aumento de la temperatura del planeta, además de las actividades producidas por las personas, provocan un aumento de la erosión en las zonas costeras. La acción del oleaje y las corrientes marinas, arrastran el material erosionado hacia los pastos marinos, los arrecifes de coral y algas marinas afectando la penetración de la luz y por tanto, dificultando el proceso de fotosíntesis; además, las tortugas marinas pueden encontrar mayores obstáculos para su anidación.

“El mar puede llegar a inundar algunos sitios, esto puede causar impacto en la zona marítimo terrestre que se movería hacia adentro en la tierra firme y que podría, incluso afectar propiedad privada”, explicó Lilliana Piedra, académica de la Escuela de Ciencias Biológicas.

Belleza amenazada

La tortuga carey anida en las costas caribeñas, no solo es perseguida por sus huevos y carnes sino también por la belleza de su caparazón;  esto la coloca en la lista de especies en peligro de extinción. La carey enfrenta ahora un nuevo reto para su sobrevivencia: la erosión de las playas que se convierte en una barrera para que puedan depositar sus huevos de forma segura. “Las tortugas salen del mar y se encuentran con que en la playa hay barreras de erosión que les impiden avanzar hasta sitios donde el agua marina no alcance sus huevos. Pueden hacer varios intentos, pero se encuentran con cúmulos de arena, ramas y rocas; al no poder cruzar estos obstáculos se deben retirar a  otras playas, donde probablemente les suceda lo mismo”, dijo Piedra.

Posible estero

En Puerto Vargas, contiguo a playa Cahuita, la erosión se observa en las decenas de árboles caídos o con sus raíces socavadas, así como en las huellas del agua salada sobre los pantanos de agua dulce. “La vegetación de los pantanos no tiene adaptaciones para sobrevivir en agua salada, por eso empieza a morir. Probablemente, en unos cinco años se puede dar una transformación de la costa con el establecimiento de pequeños esteros en esta zona”,  comentó Piedra.

De acuerdo con la investigadora, este proceso de intromisión del mar se hace cada vez más evidente, y se tendrían que tomar ciertas medidas para la mitigación. “En 20 años podríamos tener cambios en las actividades socioeconómicas, podríamos perder incluso territorio continental. Se podrían tomar ciertas medidas como la restauración de la vegetación,  pero debemos tomar en cuenta que este fenómeno está ocurriendo en cerca del 80 por ciento de las playas del Caribe, así que debe ser una decisión de país”, detalló Piedra.

Otras acciones individuales que se podrían desarrollar son el reducir, reutilizar, reciclar y recuperar los desechos como una medida de mitigación ante el cambio climático.

Corales en riesgo

La dinámica de los corales, de acuerdo con Lilliana Piedra, académica de la Escuela de Ciencias Biológicas, también puede cambiar consecuencia del aumento del nivel del mar, de las temperaturas así como la acidificación del océano. “Con este proceso, también se produce una reducción en el carbonato disponible para que los corales, moluscos y otros organismos lo fijen para formar estructuras calcáreas como exoesqueletos o conchas”, explicó Piedra.

 

Enviado a SURCOS por UNA Comunicación.

 

Deficiencias en el estudio de impacto ambiental del proyecto “nueva terminal de contenedores”

Señoras y señores

Comisión Plenaria

Secretaría Técnica Nacional Ambiental

SETENA

Ref.: DEFICIENCIAS EN EL ESTUDIO DE IMPACTO AMBIENTAL DEL PROYECTO “NUEVA TERMINAL DE CONTENEDORES”, expediente NºD1-7968-2012-SETENA.

 

Estimadas señoras y señores:

El suscrito, Marco Levy Virgo, mayor, soltero, vecino de Limón, ecologista, con cédula de identidad N°7-069-314, en mi doble calidad de ciudadano y Presidente de la Asociación de Desarrollo Para la Ecología, me presento a solicitarles con todo respeto, se sirvan brindarle su atención y aclaración para lo que de seguido expongo, en relación al proyecto de referencia.

Las tortugas marinas

Cual si un de relleno de 78,6 hectáreas (780.600 m2), con arena dragada del mar de vecino, y la construcción de rompeolas, diques y una zona de muelle anclada sobre 600 pilotes, no tuviere efectos significativos sobre el ecosistema local y regional de Moín, el  anexo presentado como Capítulo VIII: Ambiente Biológico, no cumple con el objetivo de predecir, evaluar y mitigar el impacto ambiental sobre las tortugas marinas del lugar.

Al tratarse de un proyecto a desarrollarse en dos áreas ambientalmente frágiles (la zona marítimo terrestre y el mar abierto) con un Plan Regulador de Limón que no contempla algo semejante, y que incluye el desvío del cauce natural del río Moín, ubicado a tan solo 2,7 kilómetros del actual muelle de Moín, los autores del Estudio de Impacto Ambiental (Asociación Centro Científico Tropical) y el biólogo encargado del apartado 8.3.3.1.5 Tortugas Marinas (páginas 527 a 552), el máster Didier Chacón Chaverri (SETENA 146-12), demostraron cierta indolencia sobre el tema de protección a las tortugas marinas.

Aunque dicho apartado es, fundamentalmente, una ligera recopilación de información documental reconocida para las poblaciones de tortugas marinas del Caribe costarricense, que permite reiterar que en la zona se registran tres especies (tortugas verdes, baulas y carey), siendo las tortugas verdes las más abundantes, seguidas por las baulas, es reprochable el desdén con que se tratan las amenazas a su bienestar. Paradójicamente, en cuatro líneas se refleja esta actitud cuando se indica, con respecto a las tortugas baulas, lo siguiente:

“Es inminente (sic) dejar claro que cualquier actividad en la fase constructiva y operativa del proyecto (e.g. toma de materiales de préstamo, dragado, construcción de dique, rompeolas, entre otros) que se ejecute en coincidencia temporal y espacial con esta especie debe tomar en cuenta acciones que atenúen y compensen los impactos”.

Con lo reseñado, se esperaría un apartado de propuestas que permitan ejecutar acciones “que atenúen y compensen los impactos”, según se desprende de lo enunciado, pues las actividades señaladas podrían acabar con las poblaciones de baulas que anidan en las playas del área del proyecto y su zona de influencia. Sin embargo, para las más de 234 hembras que se informaron en el año 2007, -el mismo señor Chacón Chaverri así lo indica-, no se propone nada para mitigar o compensar tal impacto sobre las baulas (única de las tres especies anotadas que anidan en las playas de Moín).

Dentro de la información sobre generalidades, que se presenta como complemento al ligero ensayo que se incluye como parte del Estudio de Impacto Ambiental, en el apartado anotado, no existe propuesta alguna que pudiere servir al desarrollador del proyecto (representado por el señor Paul J. Gallie, en calidad de apoderado generalísimo de APM Terminals Moín, S.A.) y a la SETENA, a la hora de considerar el otorgamiento o no de la viabilidad ambiental.

Lo anterior no es más que una grave deficiencia pues, se aleja de las metas que se persiguen con lo estipulado en la Ley Orgánica del Ambiente, que en su artículo 84 señala como una de las funciones de la SETENA:

“Recomendar las acciones necesarias para minimizar el impacto sobre el medio, así como las técnicamente convenientes para recuperarlo”.

Así también, el artículo 50 constitucional, en su referencia a un ambiente “ecológicamente equilibrado” es igualmente desdeñado, pese a que en las playas de Moín se reporta una población de tortugas baulas hasta un 600% mayor que las que escasamente llegan al Parque Nacional Marino Las Baulas de Guanacaste, según se lee en el mismo ensayo presentado como parte del EIA.

Para mayor claridad, se está ante una de las poblaciones de tortugas baulas más importante de Costa Rica que, pese a que su playa de anidación no forma parte de las áreas de conservación del SINAC, merece una atención especialísima de parte de todos los costarricenses, y obviamente, de parte de los profesionales y activistas ambientales que, como es el caso del autor de ensayo que nos ocupa, dirige organizaciones dedicadas a la conservación de las tortugas marinas del Caribe limonense, entre otros.

El joven Jairo Mora perdió su vida cuando precisamente trabajaba para el señor Chacón Chaverri en la protección de los nidos de las tortugas baulas, por lo que consideramos que el tema es de una trascendencia difícil de valorar en su verdadera magnitud.

Por todo ello, solicitamos a las estimables señoras y señores de la Comisión Plenaria, se sirvan considerar la emisión de una resolución, que corrija lo que se vislumbra como un atentado contra la naturaleza, que ha de ser motivo de meditación y acciones propias de un estudio de impacto ambiental propiamente dicho.

 

Información enviada a SURCOS por María Elena Fournier.