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Etiqueta: Trump

Organizaciones canadienses llaman al gobierno de Canadá a actuar ante ataques ilegales de EE. UU. en América Latina y el Caribe

Dos importantes redes de la sociedad civil canadiense —el Grupo de Orientación de Políticas para las Américas (GOPA) y la Coalición Common Frontiers— remitieron una carta oficial a tres altas autoridades del Gobierno de Canadá:

  • Anita Anand, ministra de Asuntos Exteriores

  • Maninder Sidhu, ministro de Comercio Internacional

  • David J. McGuinty, ministro de Defensa Nacional

La comunicación, fechada 13 de noviembre de 2025, expresa una grave alarma ante lo que describen como una escalada de ataques aéreos ilegales y letales realizados por fuerzas estadounidenses contra embarcaciones civiles en Venezuela, Trinidad y Tobago, Colombia, República Dominicana y México.

Señalan ejecuciones extrajudiciales y violaciones al derecho internacional

Las organizaciones destacan que, entre septiembre y principios de noviembre de 2025, se han documentado al menos 19 bombardeos, con decenas de víctimas civiles. Amnistía Internacional, Human Rights Watch, el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos y otros expertos coinciden en que estos hechos constituyen ejecuciones extrajudiciales y contravienen normas esenciales del derecho internacional.

Además, subrayan su preocupación por la ampliación de facultades del Gobierno de EE. UU. para el uso de fuerza letal contra supuestos “narcoterroristas”, sin pruebas ni controles, lo cual incrementa el riesgo de abusos y de un trato militarizado de la región.

¿Puede Canadá estar siendo cómplice?

El comunicado cuestiona el rol canadiense en la Operación CARIBBE, mediante la cual buques y aeronaves de Canadá suministran información de vigilancia a EE. UU. para sus operaciones marítimas. Argumentan que, dada la conducta actual del Gobierno estadounidense, esta colaboración podría implicar complicidad involuntaria en acciones ilegales.

Asimismo, advierten que tecnología militar canadiense pudo haber sido utilizada en al menos dos ataques recientes, según investigaciones de Project Ploughshares. Se señala también una laguna normativa que permite transferir equipo militar a EE. UU. sin los controles de exportación requeridos por el Tratado sobre el Comercio de Armas.

La región se pronuncia: la paz está en riesgo

El documento recoge reacciones de jefas y jefes de Estado de México, Brasil y Colombia, quienes han manifestado públicamente su rechazo a la posibilidad de una intervención militar estadounidense directa en la región. También recuerdan la vigencia de la declaración de América Latina y el Caribe como Zona de Paz, adoptada por CELAC en 2014.

Las solicitudes concretas

GOPA y Common Frontiers piden al Gobierno de Canadá:

  1. Condenar públicamente los ataques ilegales de EE. UU. y exigir su cese inmediato.

  2. Promover la paz y la seguridad regional, apoyando esfuerzos internacionales que presionen por respeto a la soberanía y al estado de derecho.

  3. Suspender la participación de Canadá en la Operación CARIBBE, para evitar riesgo de complicidad en ejecuciones extrajudiciales.

  4. Cerrar lagunas regulatorias que permiten exportar armas a EE. UU. sin controles de derechos humanos, en cumplimiento del Tratado sobre el Comercio de Armas.

La carta concluye expresando disposición a dialogar directamente con las autoridades canadienses.

Descargue el documento original

El texto íntegro del pronunciamiento, con todas sus fuentes y referencias, puede descargarse aquí:
https://surcosdigital.com/wp-content/uploads/2025/11/Organizaciones-canadienses-llamada-a-accion.pdf

De Estambul a Nueva York: alcaldes que ponen nerviosos a líderes autoritarios

La Semana Internacional
Javier Biosca de elDiario.es

Desde su celda de prisión en la que fue recluido en marzo de 2025, el alcalde de Estambul, Ekrem Imamoglu, tenía un mensaje para el nuevo alcalde de Nueva York: “¡Felicidades, Mamdani! has logrado una victoria histórica con la mayor participación desde 1969. El poder del municipalismo social, la inclusión, la solidaridad y el liderazgo a favor del pueblo se ha demostrado una vez más. Una nueva política es posible”.

Un rato antes del mensaje de Imamoglu, Mamdani celebraba su victoria con un emocionante discurso dirigido, en parte, a Donald Trump: “Si alguien puede mostrar a una nación traicionada por Donald Trump cómo derrotarlo, es la ciudad que lo vio nacer. Y si hay alguna forma de aterrorizar a un déspota, es desmantelando las condiciones que le permitieron acumular poder”.

“Así es como detendremos no solo a Trump, sino también al próximo. Así que, Donald Trump, ya que sé que estás viendo esto, tengo tres palabras para ti: sube el volumen”, añadió.

De la cárcel al estrellato

Imamoglu sabe de lo que habla Mamdani. Tras 25 años de dominio absoluto de Erdogan y su partido, AKP, en el motor económico y ciudad más grande del país (representa el 30,4% del total del PIB de Turquía), Imamoglu se hizo con la victoria en 2019. En una maniobra muy cuestionada, las autoridades ordenaron la repetición electoral, pero lejos de recuperar la alcaldía, Imamoglu multiplicó su ventaja de 14.000 a 800.000 votos. En 2024 volvió a ganar las municipales frente al candidato de Erdogan.

En febrero de este año, convertido en la principal figura de oposición a nivel nacional, Imamoglu anunció su candidatura a las presidenciales de 2028 (Erdogan gobierna el país desde 2003). Entonces llegó su detención y ha sido acusado de corrupción, terrorismo e incluso espionaje.

El propio Erdogan forjó su ascenso al poder desde la alcaldía de Estambul. En 1999, un joven alcalde de la ciudad se entrega en prisión rodeado de seguidores tras su condena por recitar un poema religioso considerado peligroso por la élite laica que llevaba décadas dirigiendo el país. “En 1999, el sistema político turco creó su antihéroe encarcelando a Erdogan con cargos falsos. Entró como alcalde, pero salió como una estrella política. El arresto de Imamoglu tendrá el mismo efecto sobre su marca y lo catapultará al estrellato”, escribió entonces el analista Soner Cagaptay.

Livaneli: «Yo fui el que le animó a presentarse»

Hace unas semanas hablé con Zülfü Livaneli, uno de los grandes intelectuales de Turquía. Vino a España, pero antes pasó por la cárcel de Silivri, una de las prisiones más grandes del mundo convertida en el símbolo del autoritarismo de Erdogan. Allí visitó a Imamoglu: “Yo fui el que le animó a presentarse a alcalde porque Estambul es muy importante. Si consigues Estambul después serás primer ministro o presidente, así que le convencí”, me dijo.

En 2002, cuando el partido de Erdoğan llegó al poder, Turquía tenía unos 60.000 presos; ahora probablemente supera los 350.000. Según el último informe del Consejo de Europa, Turquía tiene aproximadamente tantos reclusos como los otros 45 países miembros juntos. Silivri, construida con una capacidad para 11.000 personas, albergaba, según los últimos recuentos, a 22.000. Es una de las prisiones más grandes del mundo.

“Es como un gran campo de concentración. Vi a otros amigos un poco desmoralizados, como Osman Kavala [el Tribunal Europeo de Derechos Humanos ha exigido su liberación en dos sentencias], pero Imamoglu se comporta como un líder. Intenta organizar cosas y quiere dar esperanza a la gente. Es una gran lucha”, decía.

Livaneli fue diputado del mismo partido que Imamoglu, pero se salió por su deriva nacionalista. La formación es heredera de Mustafá Kemal Ataturk, padre de la patria, y mezcla el nacionalismo, la socialdemocracia y la defensa del secularismo.

El músico y escritor, referente nacional de la izquierda, habla mucho con Imamoglu y el presidente del partido. “Soy como su hermano mayor. Me piden opinión y yo les digo que tienen que resolver su problema de identidad. Tienen que convertirse en un partido socialdemócrata como el de otros países del mundo”.

El escritor también fue detenido y encarcelado tras el golpe militar de 1971 y, al salir, se dio cuenta de que sus canciones se habían convertido en himnos de protesta contra el Ejército. “Antes había un gran movimiento de izquierdas en Turquía, pero eso ya no existe”, dice. No solo sus canciones se convirtieron en símbolo de la lucha progresista, sino que Livaneli ha llevado a través de sus canciones los poemas de García Lorca, su “héroe”, a los turcos. Entre ellos ‘Canción de jinete’, también interpretada en España por Paco Ibáñez.

Volviendo al municipalismo y su poder: en el sureste de Turquía, de mayoría kurda, el Gobierno turco lleva una década destituyendo a sus alcaldes prokurdos para instaurar a administradores afines. En 2014 ganaron 102 alcaldías y el Gobierno acabó nombrando administradores para 95, dejando solo siete alcaldes de la formación prokurda. En 2019 se repite la operación: de las 65 alcaldías, solo terminan cuatro. Tras los comicios de 2024 Erdogan utiliza de nuevo su manual en una evidente suspensión de la voluntad democrática.

La política empieza ahí abajo y a los de ahí arriba les da miedo.

Tienes que leer…

Esto está feo, pero como ya te recomendé leer el último libro de Livaneli, ‘A lomos del tigre’ –que es una novela maravillosa sobre el exilio del último gran sultán otomano, Abdulhamid II–, te paso otra lectura turca: ‘Sentirán el aliento de Turquía en la nuca: secuestros, espionaje y guerra sucia en el país de Erdogan’, que publiqué el año pasado con la editorial Península (el burro delante para que no se espante). Es el resultado de años de cobertura sobre Turquía, decenas de entrevistas e historias que podrían ser de una novela de espionaje. Ojalá te guste. Si lo lees, me encantaría conocer tu opinión.
javier.biosca@eldiario.es

Chávez espantó a “marines” en la capital costarricense

Rafael A. Ugalde Q.
Periodista, abogado y notario por la U.C.R.

Un telón plegable con el rostro del comandante Hugo Rafal Chávez Frías y los colores de la bandera de la República Bolivariana de Venezuela puso a correr a los “marines” y a la policía local que resguardaban la embajada estadounidense en la capital costarricense, en medio de tambores de guerra en Suramérica, cada vez más sonoros.

El insólito hecho acaeció la víspera como parte de los actos de los costarricenses identificados con la solidaridad, como acción concreta contra todos los pueblos del mundo que sufren de diversas formas la explotación y humillación del imperialismo. Así, en blanco y negro, sin timoratos, sin mascaras ni reformismos.

Desde la perspectiva histórica que ya vive la humanidad, entre una “fiesta de vampiros”, selectos invitados que nunca faltan y quienes ya no quieren dar más su sangre, la solidaridad tiene hoy, como principal componente, la lucha contra el imperio, por encima de extensión geográfica, color de piel, edad o sexo. Bastaría, pues, que la autodeterminación exigida por cualquier pueblo y el derecho a vivir en paz se vean amenazados por la guerra imperial en sus distintas manifestaciones, para que nos convirtamos en internacionalistas y simples ciudadanos del mundo.

No se había desplegado la fotomural enrollable con el rostro de Chávez Frías y su típica boina roja de paracaidista, que lo inmortalizó como internacionalista de verdad, cuando los “marines” ya habían desaparecido de las afueras de la sede diplomática y una patrulla de la policía local hacia acto de presencia frente a la embajada estadounidense, al oeste de nuestra capital.

La escena cobró relevancia hoy al conocerse por medios periodísticos norteamericanos que la Casa Blanca y sus aliados en la región habían decidido ya un ataque aéreo masivo a tres principales bases militares venezolanas, a varios aeródromos utilizados para el despegue de los bombardeos de fabricación rusos, así como varios cuarteles claves cercanos a las costas, a fin de facilitar luego el desembarco de fuerzas terrestres estadounidenses.

Según el diario “Miami Herald” – cercano a la peor calaña guerrerista de La Florida y de Marco Rubio, secretario de Estado norteamericano – la administración Trump tomó la decisión de atacar instalaciones militares claves dentro de Venezuela. Los bombardeos podrían ocurrir en cualquier momento, señalan.

Los planes de agresión, también reportados por el conservador diario Wall Street Journal, buscan destruir el máximo de instalaciones militares, dividir las tropas bolivarianas y descabezar la oficialía, y luego, ir por las principales cabezas políticas venezolanas, entre las que destacan la del presidente Nicolás Maduro, los ministro de defensa e interior, Padrino López y Diosdado Cabello, respectivamente.

El relato ampliamente promocionado por Washington y sus fieles oligarquías regionales para justificar una intervención militar contra los venezolanos empezó con una especie de leyenda urbana denominada “cartel de los soles”.

Más recientemente, según el noticiero France 24, mientras se “libera” a Venezuela de la “dictadura” de Maduro, después de lo cual supuestamente la invadida isla de Trinidad y Tobago tendría gas gratuito, la Casa Blanca autorizó a las autoridades de la ínsula caribeña a explotar un depósito gasífero junto a Caracas.

Ahora la tercera entrega de la leyenda se redondea con bombardeos a gran escala sobre toda clase de cuarteles, las importantes bases aéreas como Teniente Luis del Valle García, en Anzoategui, en el municipio Simón Bolívar, la Capitán Manuel Ríos, ubicadas ambas sobre planicies, y la del Libertador, en Maracay, con una mayor dificultad para el enemigo, dada la irregularidad del terreno.

Para los norteamericanos, la destrucción de esas tres bases áreas garantizarían la destrucción no solo de los aviones de guerra venezolanos, sino además todo el potencial misilístico de fabricación rusa, capaz de acabar con cualquier portaviones del Tío Sam.

Asimismo, los órganos relacionados con la aviación en Puerto Rico, confirmaron este fin de semana a medios periodísticos de la isla, que el espacio aéreo fue restringido sorpresivamente hasta el 31 de marzo de 2026. Es decir, esperan una guerra corta de seis meses.

Los cuarteles históricamente se inventaron como sitios para guardar armas en ocasión de grandes campañas militares y nunca como depósitos de drogas que mereciesen bombardeos a gran escala.

Sin embargo, con la presente administración Trump y sus bandas espere cualquier cosa. Estos nazifascistas locos por los recursos ajenos, usted tiene que creerle para no engrosar la lista de narcotraficantes y terroristas. ¡La leyenda del cartel de los soles forma parte de ello!

La geopolítica del lenguaje neocolonialista y neoimperialista

Vladimir de la Cruz

¿De qué hablamos cuando hablamos de “América”?

Con más frecuencia hoy se divulga el concepto de geopolítica para tratar de entender el enmarañado mundo de las relaciones internacionales, y el papel que en ellas juegan los grandes países, las grandes potencias como también se les reconoce, los países que desempeñan un papel hegemónico en grandes regiones y con proyección mundial, los países que subordinan a otros países o someten regiones a su influencia y a sus decisiones políticas, económicas, militares y culturales, entre otras.

La geopolítica tiene que ver con la geografía en cuanto a espacio y en cuanto a ordenamiento político. La geografía como ciencia define territorios más allá de lo que en esos territorios existe como regiones políticas delimitadas. Así, por ejemplo, América Central como región geográfica es la extensión que se concentra entre la cuenca del Río Atrato, en Colombia, y el Istmo de Tehuantepec, en México, mientras que si se dice Centroamérica, responde este concepto a los países de Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica. Hoy se ha extendido, la región de Centroamérica, por razones políticas y económicas a Belice, a Panamá, y para algunos efectos a República Dominicana.

Geopolítica también se refiere a la constitución de bloques de países que actúan conjuntamente para atender situaciones políticas, económicas o militares. Geopolítica, igualmente atiende las regiones en conflictos bélicos particulares, donde se encuentran países o regiones en disputas militares políticas y territoriales, y detrás de ellos otros países apoyándolos en sus disputas procurando el triunfo de ellos y el control que puedan generar de los territorios, con sus riquezas naturales, que se encuentran sometidos a esos enfrentamientos.

La geopolítica atiende no solo el espacio geográfico territorial, sino también el espacio de aguas territoriales que les pertenecen a los países o regiones así definidas, a sus espacios aéreos, que también se someten a control, con todo el impacto diplomático que ello contiene, como su repercusión a organismos multilaterales.

Desde hace algunos años se distingue la geografía política y geopolítica, entendiendo la geografía política como parte de la geografía humana mientras la geopolítica como la proyección o expansión internacional de un país en sus áreas periféricas, que impone a la vez el control o el proteccionismo de carácter comercial, la competencia sobre recursos naturales

Detrás de estos conceptos también está la geoestrategia, el control monopólico que se trata de tener sobre rutas comerciales, de transporte y de mercados de materias primas, especialmente estratégicas, minerales o alimentarias como control de mercados de mano de obra barata, para las inversiones extranjeras que se colocan en esos países sometidos a las áreas de influencia geopolíticas.

De manera muy simple se podría decir que la geopolítica es todo aquello que altera el desenvolvimiento pacífico de las relaciones internacionales.

Desde el ascenso a la Presidencia de los Estados Unidos, de Donald Trump, como presidente de ese gran país, se ha impuesto un modelo geopolítico internacional, donde Washington trata de liderar a la fuerza las relaciones internacionales, que como país, Estados Unidos contribuyó a construir.

Así, Trump ha violentado los Tratados Internacionales especialmente comerciales, violándolos unilateralmente, imponiendo en ellos tratamientos que chocan con los intereses regulados en esos tratados, de los países a los cuales trata de imponérseles, de manera ventajosa para los Estadios Unidos, afectando los intereses comerciales y económicos de sus socios comerciales.

Las reglas de carácter arancelario que ha impuesto, de elevar sustantivamente los aranceles a los productos de esos tratados, considerando que Estados Unidos tienen una balanza de pagos desfavorable en esos Tratados ha alterado las relaciones políticas, comerciales y diplomáticas con países como México y Canadá, que forman parte de un Tratado regional, países que ha reaccionado fuertemente contra Trump y sus políticas. Igualmente ha sido con la República Popular China, solo que China ha actuado con la fuerza que también tiene comercialmente para neutralizar bastante las agresivas políticas que Trump quiso imponerles. China ha ido más allá. Ha declarado, desafiando a los Estados Unidos, que a partir del 2026, las actividades comerciales con China, y los inversionistas que quieran allí establecerse, no serán sometidos a aranceles que perjudiquen sus actividades.

Con países como los de Centroamérica, sencillamente Trump se ha impuesto sin fuerte reacción de sus aliados, por la debilidad de las economías como por la debilidad política de sus gobiernos, haciendo excepción en el caso latinoamericano de Brasil y México.

En el lenguaje político del presidente Trump ha ido más lejos comprometiendo su política exterior: ha considerado que Canadá debe integrarse como parte de la Unión Americana, situación que enfrentó al primer ministro canadiense defendiendo su Soberanía e integridad territorial.

El actual presidente de los Estados Unidos ha amenazado con la necesidad de que Groenlandia pase a ser un Estado de la Unión Americana, enfrentando con ello al Reino de Dinamarca, habida cuenta que Groenlandia es un territorio autónomo de ese Reino, desde 1979 y parte de Dinamarca desde 1953.

Estados Unidos en 1946 habían intentado comprar Groenlandia. En 1951 se autorizó que la OTAN pusiera bases militares en ese territorio, en el contexto de la Guerra Fría que acaba de surgir. Igualmente, el ejército estadounidense podía usar y moverse libremente entre estas áreas de defensa, sin infringir la soberanía danesa en Groenlandia. Estados Unidos expandió considerablemente la Base militar Aérea de Thule entre 1951 y 1953 como parte de una estrategia de defensa unificada de la OTAN.

El gobierno de Estados Unidos intentó construir una red subterránea de sitios secretos para el lanzamiento de misiles nucleares en la capa de hielo de Groenlandia, lo que se conoció como “Proyecto Iceworm”. Esto es parte de lo que hoy Trump quiere desarrollar para ejercer n mayor control no solo del territorio groenlandés, sino también de las rutas comerciales navieras que bordean la parte norte de Groenlandia y del Círculo Polar Ártico, en esa parte del mundo, con influencia de China.

El interés de Trump, desde el 2019, es la gran región territorial que constituye Groenlandia, sus llamadas tierras raras, y riquezas naturales que son muy ricas, entre otras de aluminio, plomo, zinc, hierro, uranio níquel, platino, tungsteno, titanio, cobre, rubíes y otras piedras preciosas, y su poca o escasa población, de tradición Inuit. La Unión Europea no ha reaccionado en defensa o solidaridad con el Reino de Dinamarca frente a esta amenaza de apropiación que valora hacerla incluso militarmente.

Con México Trump impuso un conflicto al llamar al histórico Golfo de México como Golfo de América. El Golfo de México hoy lo comparten Cuba, México y los Estados Unidos, en sus regiones de Cuba, la Artemisa Pinar del Río, de los Estados Unidos, Alabama Florida Luisiana Misisipi Texas, y de México, Campeche Tabasco Tamaulipas, Veracruz y Yucatán, siendo el litoral de México en el Golfo de México de 3.294 kilómetros y el de Estados Unidos es de 2.626 kilómetros.

Desde el 20 de enero del 2025 Trump impuso con la Orden Ejecutiva 14172 que todas las agencias federales de los Estados Unidos llamen al golfo de México como Golfo de América.

Igualmente, Trump siguiendo la tradición que han mantenido de definir a América con su propio territorio y constitución de los Estados Unidos, considerando incluso, como se enseña la geografía en ese país, que Estados Unidos es Norte América y el resto, a partir del o Río Grande Bravo, frontera colindante, de poco más de 3000 kilómetros, con México, es Sur América, se empeña hoy en enfatizar en ese sentimiento de América y Americanos solo para identificar al territorio de Estados Unidos y sus habitantes, como una nueva modalidad de ubicarse en el mundo actual, en su papel hegemónico y geopolítico dominante que trata de implantar a la fuerza.

La América, considerada como un continente, así se llama desde la dominación conquistadora y colonizadora principalmente española y portuguesa. Su nombre se debe a Américo Vespucio, comerciante, cosmógrafo, explorador y gran navegante que en sus dos viajes a la región “descubierta” por Cristóbal Colón, que dio inicio a esa conquista y colonización, tuvo la visión de entender y divulgar que estaban frente a nuevas tierras, que empezaron a conocerse como las Tierras de Americus.

Colón, por su parte, en su intento de llegar a la India por la ruta occidental, y no por el mediterráneo y rutas terrestres tradicionales en aquella época, pensó que había llegado a las Indias Occidentales, como se llamó originalmente toda la región. Colón falleció en 1506 sin tener idea del nuevo continente. Incluso tuvo el título de Gobernador General del Virreinato de Indias, desde el 17 de abril de 1492 hasta el 10 de marzo de 1496, extendido luego desde el 30 de agosto de 1498 hasta el 23 de agosto de 1500.

El concepto “americano” que hoy Trump quiere impulsar, en su objetivo geopolítico de dominación hegemónica, no tiene asidero histórico. Veamos.

Geográficamente el continente americano se divide en varias regiones, América del Norte, América Central y América del Sur.

La América del Norte comprende a Canadá, Estados Unidos y México, a Groenlandia y el Archipiélago Ártico Canadiense, hasta el Istmo de Tehuantepec en México.

La América Central Ístmica: comprende la región entre el Istmo de Tehuantepec en México, y la cuenca del río Atrato en Colombia, con los países Belice, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Panamá.

La América del Sur se extiende desde la cuenca del Río Atrato en Colombia hasta el extremo sur del continente, con los restantes países, Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Perú, Venezuela, Bolivia, Paraguay, Brasil Uruguay y las tres Guayanas británica, francesa y holandesa: Guyana, Surinam y la Guayana Francesa.

A la parte continental del territorio americano se considera también la parte insular o de las Antillas, que comprende a los siguientes países Cuba, República Dominicana, Haití, Jamaica, Antigua y Barbuda, Barbados, Dominica, Granada, San Cristóbal y Nieves, San Vicente y las Granadinas, Santa Lucía y Trinidad y Tobago, Bahamas, Barbados, el Estado de Puerto Rico, y una serie de pequeñas islas, consideradas las Antillas Menores, dependencia ellas de otros países, tres territorios de ultramar de Inglaterra, cuatro departamentos y colectividades ultramarinos de Francia, tres territorios autónomos de la Países Bajos.

Así, la América tiene sus especificidades para sus respectivas denominaciones. Si decimos “americanos” hablamos de toda la América, si decimos “norteamericanos” nos referimos a los de la América del Norte, los “centroamericanos” referidos a la parte política de la actual Centro América y “sur americanos” a los que habitan la América del Sur. Los referidos a la América Insular se les denomina “caribeños” ya que estas islas se ubican en el Mar Caribe, que comprende la parte tropical del Océano Atlántico hasta las costas de la América Central.

Si se trata la América por la presencia europea que la conquistó, colonizó y dominó por 300 años tenemos también regiones: Hispanoamérica, la que dominó España; Luso América, la que dominó Portugal; Anglo América, la que dominó Inglaterra o Gran Bretaña, la Franco América, dominada por Francia, denominaciones que también se traducen al idioma de los conquistadores y colonizadores dominantes; Ibero América cuando se unen España y Portugal como países dominantes; Latino América cuando se agrega Francia junto a España y Portugal; Anglo América a las regiones bajo la influencia Inglesa, así como también se usa la América Neerlandesa, por la influencia Holandesa.

Estas diferencias se han llevado a polémicas internacionales que tienen que ver con las Academias de los Idiomas o Lenguas, para precisar la definición den los gentilicios y formas de llamar a los habitantes de las distintas regiones, incluso considerando un nombre como sustantivo o como adjetivo.

Así la Real Academia de la Lengua Española recomienda no usar el término “americano” o “América” para referirse exclusivamente a los habitantes de los Estados Unidos. En este sentido se debe usar “estadounidense”, que frente a la arremetida lingüística geopolítica de Trump es como deberíamos enfatizar quienes nos oponemos a esa agresión geopolítica.

Fue usual que en las guerras de independencia de la América Española se usara el concepto “americano” para distinguirse de los “españoles”.

No se debe usar el concepto suramericano para distinguir a los habitantes de toda la América de habla hispana, incluyendo a los mexicanos, y por extensión a los de habla francesa, portuguesa, u holandesa.

El uso de América para referirse a los Estados Unidos, y de americanos para sus habitantes, es lo que se impuso en la tradición inglesa y en la tradición anglosajona, así avalado por el Oxford Dictionary.

Políticamente nos corresponde llamar la atención, en este momento de la Historia que vivimos, llamar en nuestros escritos y habla, a los habitantes de los Estados Unidos, “estadounidenses”. Es la forma más precisa de combatir el trumpismo galopante como nueva forma ideológica de dominación, que afecta usos, tradiciones y conceptos históricos de nuestras comunidades identitarias.

El continente América seguirá siendo la Casa Común de todos los que lo habitamos. Las particularidades identitarias serán válidas para las regiones. Pero, la particularidad de los estadounidenses no debe extenderse de manera equivocada como americanos solo para ellos.

La Organización de los Estados Americanos, OEA, que nos reúne a todos los del continente, se define a sí misma como la organización de todos los Estados americanos, en inglés “The Organization of American States”, y en español, “la Organización de los Estados Americanos”.

Cuando Colón llegó a América desconocía su existencia como continente, y como tierras pobladas y organizadas social y políticamente. Como las tierras americanas no eran dependientes de los reinos europeos, con la orden de apropiarse de las tierras que no pertenecieran a otros reinos europeos, se las apropio en nombre de los Reyes Católicos de España, dando origen a esa idea del descubrimiento de nuevas tierras, y de lo que llegó a constituirse como el imperio colonial español.

El territorio estaba ampliamente poblado. Todo el continente se dice entre 90 y 110 millones de habitantes, Centroamérica de entre 5 y 7 millones, Costa Rica, entre 500.000 y un millón de habitantes. No se podía descubrir lo que estaba ampliamente poblado, y que en su interior había grandes imperios y sociedades muy desarrolladas.

Todos estos habitantes americanos con sus organizaciones sociales y políticas debidamente funcionando, con sus sistemas políticos reconocidos y legitimados en su existencia, que fueron violentados en todo su ordenamiento para imponerles el modelo de organización política, económica, religiosa, social, jurídica e ideológica de España, Portugal, Francia e Inglaterra, según se fueron estableciendo como modelos de organización política y de vida social.

La llegada de los españoles durante 400 años dominó el recuerdo y la celebración de aquel encuentro de culturas. El primer centenario, el segundo centenario y el tercer centenario de esa llegada o presencia no se celebró. El cuarto centenario, 1892, cuando la América, casi toda, ya era independiente se celebró mundialmente con la Exposición Mundial de Barcelona desde 1888, de donde surgió también el concepto de España como la Madre Patria de todo el continente, y se inauguró el Monumento a Colón, época en que se aumentaron los estudios sobre América.

En Washington se había producido la I Conferencia Panamericana, enrre1889 y 1890, y en Madrid la Exposición Histórico-Americana y la Exposición Histórico-Europea, que se celebraron entre el 12 de septiembre y el 31 de diciembre de 1892.

Con la celebración del V Centenario de la llegada de los españoles, en 1992, se replanteó la forma de su celebración y se produjo la idea del Encuentro de Culturas frente a la idea del Descubrimiento. El 12 de octubre asociado a la llegada de Colón al continente se cambió en ese sentido en su celebración.

Parte de ese cambio fue declarar en algunos países el Día de los Pueblos Indígenas, como así se le ha llamado en Estados Unidos, desde 1968, hasta el jueves 9 de octubre del 2025 cuando el Presidente Trump, en esa arremetida que tiene contra los valores que no comparte y que quiere destruir ideológica y geopolíticamente, proclamó que este día en los Estados Unidos debía llamarse el Día de Cristóbal Colón, agregando que amaba a los italianos, y proclamando el día feriado en honor al Gran Almirante y navegante, borrando de esa manera la proclamación que había hecho el Presidente Biden, en 2021, de declarar ese día como el Día de los Pueblos Indígenas, que honraba la historia de los nativos y pueblos autóctonos americanos, evocando también las matanzas y extinción que significó la conquista de América desde la llegada de Colón.

Trump así se ha puesto a exaltar ese genocidio conquistador colonialista, que lo identifica con el apoyo que hoy le da, con su gobierno, a las guerras colonialistas, expansivas y genocidas que se siguen dando en el mundo actual.

Estamos frente a constantes neologismos políticos, hegemónicos e ideológicos que procuran justificar la nueva dominación geopolítica que se impulsa bajo el gobierno de Donald Trump, en los Estados Unidos.

Compartido con SURCOS por el autor.

La llamada entre Putin y Trump: ¿un giro inesperado del eje Washington–Moscú?

Mauricio Ramírez

Mauricio Ramírez Núñez
Académico

La conversación telefónica de más de dos horas entre Donald Trump y Vladímir Putin, realizada este 16 de octubre, ha generado inquietud en el bloque occidental. La sola posibilidad de un acercamiento entre ambos líderes reconfigura el tablero estratégico global y amenaza con debilitar aún más la posición de una Europa políticamente fragmentada, desgastada por la guerra en Ucrania y por sus propias crisis internas.

En los círculos euroatlánticos, la llamada ha sido interpretada como una señal de alarma. Los demócratas estadounidenses, férreos opositores de Trump, temen que un eventual entendimiento entre Washington y Moscú pueda erosionar la narrativa y la estrategia que durante casi tres años ha sostenido el involucramiento occidental en Ucrania. Europa, por su parte, observa con creciente preocupación cómo se desmorona la posibilidad de justificar ante su opinión pública una guerra que ya no parece sostenible ni política ni económicamente.

Aunque Trump es un actor imprevisible, con sus típicos cambios de postura que desconcierta incluso a sus aliados, el hecho concreto de que ambas partes acordaran una reunión presencial en Budapest es significativo. Podría representar el inicio de un proceso hacia la desescalada del conflicto ucraniano o, incluso, la antesala de una capitulación parcial de Kiev. Si esto se confirma, sería un golpe devastador para el proyecto geopolítico de una Europa que apostó por la derrota total de Rusia como medio para reafirmar su autonomía estratégica y sostener su modelo liberal de seguridad, cimentado en la OTAN y en la fe casi dogmática en el libre mercado como garantía de estabilidad.

La pregunta que ahora flota en las capitales europeas es inevitable: ¿cómo explicar a sus ciudadanos el fracaso de una guerra que absorbió ingentes recursos, debilitó sus economías y reveló la falta de liderazgo continental? En un contexto de creciente descontento social, crisis energética y erosión del Estado de bienestar, la derrota ucraniana podría acelerar el desgaste político de varios gobiernos europeos y precipitar el ascenso de fuerzas euroescépticas o nacionalistas. Estaríamos hablando entonces no solo de una derrota ucraniana, sino del colapso político del proyecto europeo; una crisis profunda de la idea misma de una Unión Europea sólida y cohesionada capaz de actuar como bloque coherente en el tablero global.

En este marco, el movimiento de Trump tiene una lectura interna ineludible. Si sus círculos más próximos actúan con visión estratégica, un acercamiento con Putin no es un gesto diplomático aislado, sino que se insertaría en la lógica de contención de la creciente fractura interna estadounidense. En un país cada vez más polarizado, donde las tensiones institucionales rozan el punto de ruptura, mantener un canal con Moscú puede ser interpretado como un movimiento de autodefensa estratégica: asegurar que, si el sistema entra en turbulencia, existan actores externos dispuestos a contener el colapso y estabilizar el equilibrio global. Aquí la pregunta sería: ¿estaría Putin dispuesto a tender un salvavidas a Estados Unidos para evitar su caída definitiva?

Putin, pese al prolongado deterioro de las relaciones con Washington y a las sanciones occidentales, siempre se ha mostrado dispuesto al diálogo en un marco de respeto mutuo. Esto sugiere que Moscú percibe en un eventual retorno de Trump una oportunidad para negociar desde una posición de fuerza relativa y consolidar el tránsito hacia un mundo multipolar.

De forma paradójica, el liderazgo de Occidente podría terminar dependiendo, en parte, de la voluntad de aquellos actores que, por distintas razones, se han situado fuera del consenso liberal. Rusia y China, como antagonistas directos de ese orden, pero también países soberanistas como la Hungría de Orbán, la Italia de Meloni o la Turquía de Erdoğan, encarnan corrientes políticas que buscan revalorizar la soberanía nacional frente al globalismo económico y al intervencionismo institucional característico del sistema liberal. Desde esta perspectiva, no resulta impensable que un eje soberanista más pragmático que ideológico, realmente multipolar, en el que converjan Washington bajo el liderazgo de Trump, Moscú, Budapest, Roma, Ankara e incluso Pekín, termine configurándose como un canal alternativo de estabilidad internacional ante una eventual crisis interna de los Estados Unidos.

Así, la llamada entre Trump y Putin, más que un episodio diplomático aislado, podría marcar el inicio de un nuevo realineamiento geopolítico. No necesariamente un pacto formal, sino una convergencia circunstancial basada en la comprensión de que el orden liberal occidental atraviesa su momento más vulnerable en décadas y que un cambio drástico en el sistema internacional es irreversible.

La paz orwelliana (“1984”) y distópica

Por Jiddu Rojas

Seamos claros: se acaba de otorgar un nuevo y cuestionado Premio Nobel de la Paz 2025, que es prácticamente una licencia para una próxima invasión militar del hegemon norteamericano contra una sitiada Venezuela.

Por favor, sin entrar a defender o no al gobierno de Maduro ni al cuestionado proceso electoral bolivariano, pero ¿cómo se puede pedir una intervención militar extranjera contra su propia patria? ¿Cómo puede ser una supuesta líder política tan cipaya y servil? ¿Puede ser la ocupación extranjera imperial mejor que el régimen actual, bajo constante ataque económico y mediático de Estados Unidos y Occidente?

Hasta Henrique Capriles Radonski, excandidato de oposición a Maduro, condenó públicamente la amenaza de intervención militar de Trump y Marco Rubio. Muchos otros sectores de la oposición venezolana también condenan esas amenazas.

Pero seamos honestos: más allá de las simpatías o antipatías hacia el gobierno de Maduro, ¿realmente alguien cree que al gobierno de Estados Unidos le interesan los derechos humanos de los venezolanos o la “democracia”? ¿O se trata solo de su petróleo, de sus tierras raras y de sus recursos naturales?

¿Premiar así a una líder de extrema derecha, acusada de golpista y de promover la posible intervención militar norteamericana y occidental? ¿Una ficha geopolítica de Trump maquillada que gana un Premio Nobel de la Paz? Esto es una clásica inversión axiológica (Franz Hinkelammert), al mejor estilo de la novela 1984: un montaje internacional, un show mediático y una burda maniobra geopolítica.

¿A quién beneficia esta polarización extrema: María Corina vs. Maduro/Diosdado? No ciertamente al pueblo de Venezuela, agredido por esta guerra híbrida internacional, cuyas víctimas económicas son las propias comunidades civiles.

Trump queda doblemente expuesto, porque su incondicional “alfil” venezolano se convirtió en reina y le arrebató, sin querer queriendo, la corona y los laureles mediáticos que tanto necesitaba para frenar la caída de su popularidad interna. ¿Funcionará su pax imperial sobre los cadáveres de los niños, mujeres y civiles de Gaza, frente a la voracidad de la limpieza étnica de su socio Netanyahu, acusado internacionalmente de crímenes de guerra y de lesa humanidad?

Pero volvamos al Gran Caribe bajo la hegemonía norteamericana. No se trata de legitimar o no al gobierno de Nicolás Maduro y Diosdado Cabello; se trata de no legitimar una inminente invasión militar de Trump a Venezuela.

Hagamos memoria: ¿qué salió de “bueno” para la humanidad de las invasiones a Granada, Panamá, Irak (Bush padre y Bush hijo), la antigua Yugoslavia, Afganistán, Somalia, Libia, Siria o Yemen, por parte de Estados Unidos y sus aliados europeos e Israel? ¿Blood for oil?

¿Qué resultado dejaron sus guerras “proxy”, como la de Ucrania frente a la invasión rusa? Miles de jóvenes muertos, un país devastado, dos pueblos hermanos enemistados y una gran venta de armas y nuevas tecnologías militares; además de, paradójicamente, consolidar la posición geopolítica de Rusia y del gobierno de Putin, pese a las sanciones occidentales.

¿Dejó de ser la Federación Rusa una amenaza militar o China Popular una superpotencia económica cada vez más consolidada? No. Tanto los gobiernos de Biden como los de Trump, con sus matices, parecen haber equivocado su política exterior belicista contra Rusia y China. ¿Se debilitaron los BRICS+ o se fortalecieron? La respuesta es obvia: se fortalecieron, igual que la búsqueda de un mundo multipolar.

En cambio, ¿ayudaron estas masacres imperialistas a consolidar un mundo más justo y multipolar, o solo reforzaron el viejo unilateralismo norteamericano y su dependencia del complejo militar-industrial?

Nada nuevo bajo el sol: el Premio Nobel de la Paz, después de figuras tan polémicas como Henry Kissinger, ya estaba devaluado. Pero para este complejo 2025, ¿realmente no había una persona más decente y coherente para recibirlo?

¿Qué hay de quienes han luchado pacíficamente contra el genocidio en Gaza?
Por ejemplo, Francesca Albanese, relatora especial de la ONU para los Territorios Ocupados, ha desarrollado una labor meticulosa y humanista frente a un genocidio televisado a vista de los poderosos.

Lamentable. Realmente lamentable. Será un craso error estratégico con consecuencias a largo plazo para la legitimidad democrática de los gobiernos del norte global.
Sus propios pueblos, más allá de la desinformación sistemática, comenzarán a sospechar más y más de sus gobiernos y de sus élites.

Como es arriba, es abajo, dijo Hermes Trismegisto. Este arrogante gesto geopolítico imperial traerá consecuencias. Se desenmascaran radicalmente ciertas instituciones nacionales e internacionales.

Las consecuencias de esta acelerada quiebra de legitimidad democrática, sumadas a la apatía colectiva, la desconfianza institucional y el crecimiento de la desigualdad estructural, pueden resultar letales para las democracias representativas, el ideal del Estado social de derecho y los ecosistemas del planeta.

Gracias, paz y justicia.
MEL. Jiddu Rojas Jiménez

Red de Solidaridad con Palestina condena ataque de Israel a la Flotilla Sumud

Red de Solidaridad con Palestina CR

La Red de Solidaridad con Palestina CR condena el asalto terrorista de las fuerzas militares aéreas y navales de la entidad sionista Israel contra la pacífica y humanitaria Flotilla Sumud a Gaza.

Responsabilizamos al Gobierno de Israel de la vida e integridad de todas y todos los miembros de la Flotilla Sumud y la inmediata liberación de los ilegalmente detenidos ciudadanos y ciudadanas del mundo en las embarcaciones por esta operación terrorista de Israel contra una acción pacífica y humanitaria.

Gaza es un campo de concentración de Israel y de su régimen fascista. Trump y su Administración es el Mando militar e intelectual de estos crímenes de guerra y Genocidio contra la población civil hambreada, despojada de sus casas y bienes y con más de 70 mil personas civiles asesinadas, entre ellos más de veinte mil niños y niñas.

El Gobierno de Costa Rica y su Canciller son corresponsables de este acto de violencia contra el pueblo de Gaza y contra los miembros de la Flotilla por negarse a ofrecer protección a esta acción humanitaria tantas veces demanda por nuestra organización.

Exigimos:

-Ruptura inmediata de relaciones diplomáticas y de toda índole con el Estado de Israel.

– Suspensión inmediata de las negociaciones de un TLC con Israel y la decisión definitiva de no suscribir ningún acuerdo comercial TLC con Israel.

– Pronunciarse inmediatamente condenando ante la Comunidad Internacional este acto violento de Israel asaltando la flotilla y deteniendo a sus miembros, así como demandando la liberación inmediata de todas y todos los detenidos.

– Demandamos del Plenario de la Asamblea Legislativa un pronunciamiento de condena en los mismos términos anteriores.

– Llamamos a la población civil, al pueblo costarricense a manifestarse en parques y sitios céntricos protestando por esta acción terrorista de asalto a la Flotilla Sumud y a apoyar las acciones convocadas por la Red de Solidaridad con Palestina CR.

Por la Red de Solidaridad con Palestina Suy Wong y Pablo Hernández.

Costa Rica respalda el plan de Trump para Gaza… ¿y la paz real?

El Gobierno de Costa Rica anunció su apoyo al Plan de 20 puntos de Donald Trump para Gaza y Medio Oriente, presentándolo como un paso hacia la paz. Pero ¿qué hay detrás de esta propuesta?

El Observatorio de Bienes Comunes analiza críticamente cómo el plan:

  • Reproduce lógicas coloniales que silencian la voz del pueblo palestino.

  • Establece una reconstrucción y gobernanza bajo tutela extranjera.

  • Jerarquiza vidas en un conflicto donde los más afectados son las mujeres e infancias de Gaza.

  • Pone en tensión la tradición pacifista histórica de Costa Rica.

Desde una mirada decolonial y educativa, exploramos por qué esta “paz” no garantiza justicia ni autodeterminación.

Lea el análisis completo y forme su propia opinión: https://bienescomunes.fcs.ucr.ac.cr/cuando-la-paz-es-colonial-trump-impone-su-plan-para-gaza-con-el-reconocimiento-de-costa-rica/

Mecanismos que posee el CAFTA‑DR para responder a las recientes medidas de Trump de imponer aranceles

Alberto Salom Echeverría
albertolsalom@gmail.com

I. El CAFTA‑DR (Tratado de Libre Comercio entre Centroamérica, República Dominicana y Estados Unidos) fue firmado en 2004, pero su implementación fue gradual y distinta según cada país. En el caso de Costa Rica, el tratado no entró en vigor hasta el 1 de enero de 2009, luego de un referéndum nacional realizado el 7 de octubre de 2007, en el cual el “Sí” al tratado se impuso con un 51.6 % de los votos (Wikipedia, 2024). Esto convirtió a Costa Rica en el único país firmante que sometió el tratado a consulta popular.

Uno de los argumentos más usados por los defensores del Tratado de Libre Comercio de las Repúblicas de Centroamérica y República Dominicana, fue que el Tratado vendría a proporcionar mucha más seguridad jurídica que la Iniciativa para la Cuenca del Caribe a la que estábamos adscritos con anterioridad. Algunos de los máximos defensores de este argumento fueron:

  1. Alberto Trejos. Cuando fungía como ministro de Comercio Exterior, manifestó que con la firma del TLC (CAFTA-DR), se establecía un marco jurídico más robusto para regular el comercio con EE. UU. Dijo expresamente: “La firma de este instrumento marca el fin de una etapa más en el proceso por lograr el establecimiento y consolidación de un marco jurídico adecuado que sirva para regular la relación de Costa Rica con los demás socios del Tratado.” (Ref. “Costa Rica aplaude firma de CAFTA en agosto” LMTENESPANOL, julio22, 2004). La cita claramente alude al concepto de seguridad jurídica, aún cuando no lo nombre de manera literal.

  2. Alfredo Volio. Líder del movimiento Alianza Ciudadana por el SÍ durante el referéndum. Aunque no se ha encontrado ninguna referencia explícita a la seguridad jurídica que, según su criterio daba el tratado, es evidente que un empresario como él, que fue colocado al frente del grupo del SÍ por el TLC, avalaba la firma del Tratado y por lo tanto lo que en el mismo se contenía en cuanto a la resolución de controversias.

  3. Diario La Nación. Se encuentra una mención expresa sobre el Concepto de Seguridad Jurídica en el siguiente extracto de un editorial del 6 de marzo de 2025, aunque no aludido específicamente sobre el TLC se subraya la importancia “…de la seguridad jurídica, previsibilidad y certidumbre como elementos esenciales para el buen desempeño del comercio exterior, especialmente para un país pequeño como Costa Rica.” (Ref. Editorial del 6 de marzo del 2025.).

  4. Capítulo 20: Solución de Controversias TLC-CAFTA.

  1. Consultas: Las partes deben intentar resolver sus diferencias mediante consultas diplomáticas (Art 20.4)

  2. Intervención de una Comisión del Tratado: Si las consultas fallan, se puede elevar el caso a la Comisión de Libre Comercio (Artículo 20.5).

  3. Panel Arbitral: Si no se resuelve el Conflicto, una de las partes puede solicitar el establecimiento de un panel arbitral independiente (Artículo 20.6), que evaluará la situación con base en el texto del tratado.

  4. Informe Final y Cumplimiento: El panel emite un informe definitivo. Si un país incumple, hay espacio para adoptar medidas compensatorias o de retorsión (Artículo 20.16), es decir sanciones económicas proporcionadas.

  5. Por lo tanto, ante las recientes políticas de Trump de imposición de aranceles que, claramente contravienen el TLC-DR, los países centroamericanos no están en la indefensión. El propio Tratado contiene cláusulas como las citadas, que amparan a los países que resulten víctimas de transgresiones, como ocurre hoy en día por parte del mismo gobierno de los EE. UU, otrora impulsor de los tratados de libre comercio.

Veamos estas cláusulas con un poco más de detalle.

  1. Consultas y arbitraje interestatal

El tratado prevé un mecanismo de solución de controversias entre Estados. Si un país firmante considera que otro ha incumplido sus obligaciones —como lo sería la imposición de aranceles que violen los compromisos adquiridos— puede iniciar un proceso que consta de:

1. Consultas bilaterales, con la posibilidad de mediación ante una comisión del tratado.

2. Si no hay solución en un plazo breve (30 días o menos si hay productos perecederos), la parte afectada puede solicitar un panel arbitral.

3. El panel, compuesto por tres árbitros imparciales, emite una resolución vinculante.

4. Si el país demandado no acata la resolución, el país reclamante puede suspender beneficios equivalentes a los daños sufridos.

Esta herramienta legal otorga a los Estados un recurso formal y reconocido para defender sus intereses dentro del marco del tratado, reforzando así la seguridad jurídica multilateral (CAFTA‑DR Text, Capítulo 20).

b. Precedente actual: República Dominicana

En 2025, ante la imposición de nuevos aranceles estadounidenses del 10 %, República Dominicana recurrió a este procedimiento, solicitando consultas oficiales en el marco del CAFTA‑DR (KPMG, 2025). Esto indica que los Estados parte reconocen la validez y relevancia del mecanismo incluso frente a potencias como EE. UU., y lo utilizan como vía de presión diplomática respaldada jurídicamente.

II. Vías judiciales internas en EE. UU.: ¿Quién puede frenar al presidente?

Más allá del ámbito internacional, existe otra vía crucial para frenar las políticas arancelarias de Trump: el sistema judicial estadounidense.

a. El caso V.O.S. Selections, Inc. v. United States

Este litigio, iniciado por una pequeña empresa importadora de vinos, ha tenido un impacto profundo en la legalidad de los aranceles presidenciales. El 28 de mayo de 2025, el Tribunal de Comercio Internacional (CIT) falló en contra de Trump, declarando que la Ley de Poderes Económicos en Emergencia Internacional (IEEPA), utilizada como justificación para imponer aranceles amplios, no autoriza al presidente a modificar unilateralmente las tarifas sin la aprobación del Congreso (Haynes Boone, 2025; Vox, 2025).

El fallo se apoya en principios constitucionales como la separación de poderes, la doctrina de no delegación legislativa y la llamada “doctrina de las grandes preguntas”. Dicha decisión representa un precedente importante que cuestiona la legalidad de los aranceles de emergencia como instrumento político (Cato Institute, 2025).

Sin embargo, la decisión fue suspendida temporalmente por una corte de apelaciones el 29 de mayo de 2025 (KPMG, 2025), y se espera que el caso llegue a la Corte Suprema de EE. UU. en los próximos meses (Covington, 2025).

Este litigio sugiere que la vía interna estadounidense puede resultar más eficaz y definitiva para frenar las medidas arancelarias, ya que podría invalidar las decisiones ejecutivas en su origen, en lugar de limitarse a responder con represalias como lo permite el CAFTA‑DR. Es evidente que, las represalias que pueden emplear los países centroamericanos y República Dominicana no resultarían tan eficaces de aplicar contra una nación tan poderosa como lo es EE. UU. Aun así, no se debe renunciar a ellas, pero como hemos visto, existe el poderoso mecanismo de la legislación interna de los Estados Unidos, que dejamos citado supra.

III. ¿Qué pueden y deben hacer los países afectados?

Los países centroamericanos y caribeños enfrentan un dilema estratégico: ¿deben actuar mediante los canales diplomáticos previstos en el tratado, o esperar a que las cortes estadounidenses resuelvan internamente la legalidad de los aranceles?

a. Activar simultáneamente ambas vías

Una estrategia podría ser activar ambas opciones de forma paralela:

• Iniciar consultas formales en el marco del CAFTA‑DR para dejar constancia legal y política del desacuerdo.

• Apoyar, mediante “amicus curiae” o declaraciones diplomáticas, los procesos judiciales que están en curso en EE. UU., como el caso V.O.S. Selections.

Conclusión

La actuación del actual presidente de los EE. UU, Donald Trump, al imponer aranceles a todos los países con los que tiene una relación comercial, pero en particular aquellos como son los centroamericanos y República Dominicana, con lo que mantiene vigente un contrato comercial, que es ley entre las partes es a todas luces arbitraria e ilegal. Aún más, es inconstitucional puesto que se trata de un “acto ejecutivo”, que ha ignorado por completo al propio Congreso de los Estados Unidos.

De confirmarse esta actuación en los hechos, quedaría burlado tanto el derecho nacional de los EE. UU, tanto como el internacional y la confianza que las élites políticas y económicas han depositado siempre en el Gobierno estadounidense.

Más allá de si estamos de acuerdo o no con los beneficios que puede haber traído el Tratado, el presidente de los Estados Unidos ha quedado en un pésimo predicamento con relación a todas las naciones del mundo con las que ha firmado un Tratado comercial. Podría surgir aquí una grave situación de fragilidad del derecho comercial internacional, que podría hacer peligrar aún más, la ruta de las negociaciones, el camino del diálogo y la paz internacionales.

Fuentes citadas

Wikipedia. (2024). Referéndum sobre el CAFTA en Costa Rica.

Haynes Boone. (2025). Court Declares Emergency and Reciprocal Tariffs Unconstitutional.

Vox. (2025). Trump Tariffs and the V.O.S. Selections Case.

KPMG. (2025). Federal Circuit Temporarily Halts Trade Court Judgment on Tariffs.

Covington & Burling. (2025). Status of Legal Challenges to Trump’s IEEPA Tariffs.

Cato Institute. (2025). Legal Brief on V.O.S. Selections v. Trump.

CAFTA‑DR Official Text. (Capítulo 20, Solución de Controversias)

UCR. Un análisis del economista Rodrigo Cubero: el chock Trump 2.0 

Actividad organizada por el Capec-UCR

Estados Unidos ya no cree en el comercio internacional

El economista Rodrigo Cubero B. ofreció sus perspectivas de la economía internacional y nacional a través del Programa de Capacitación y Actualización Profesional en Economía (Capec). Capec nace como parte de las actividades de acción social de la Escuela de Economía y su propósito es promover la actualización profesional de los economistas o la capacitación de profesionales de otras disciplinas en temas relacionados con la economía. Foto: Archivo Semanario Universidad.

El economista y expresidente del Banco Central, Rodrigo Cubero Brealey, analiza lo que él llama el “chock Trump 2.0” que combina políticas nacionalistas, proteccionistas y aislacionistas, que en la segunda administración viene con una base más fuerte y tendrá mayor impacto y duración. La charla, ofrecida por el destacado economista, es parte de las actividades organizadas por el Programa de Capacitación y Actualización Profesional en Economía (Capec-UCR) de la Escuela de Economía de la Universidad de Costa Rica. 

La actual gestión administrativa del socio comercial más importante para Costa Rica cree que el comercio internacional es una estafa. Ve con malos ojos el déficit comercial (cuando se compra o se importa más de lo que se exporta o se vende).  

De la misma forma, hoy la administración de Estados Unidos es adversa a la producción internacional (que empresas estadounidenses produzcan en otras naciones) y en consecuencia produzcan empleo fuera de Estados Unidos.  

Además, reconfigura a sus aliados en el globo y combate a toda forma de migración. En resumen; eso es el movimiento MAGA (Make America Great Again), que a criterio del experto es una “pésima decisión de política económica” desde el punto de vista de la eficiencia de la producción.  

También, el chock Trump 2.0, es disminución de impuestos; recortes a la inversión social (como el cierre de la agencia de ayuda externa y el intento de cerrar el ministerio de educación); una política deliberada para debilitar el dólar, para favorecer las exportaciones estadounidenses; y propone una política fiscal laxa que incrementará la deuda pública.

Por último, hay un cambio que propicia la desregulación ambiental y favorece la explotación de hidrocarburos.

A la espera de un sismo (de grandes consecuencias)

Nada destruye más las posibilidades de inversión que la incertidumbre, y ella cobrará la factura en mayor inflación y menor crecimiento.

  1. Entre los factores que están sumando presión están la creación de empleo que no es favorable, datos negativos para la administración Trump; a los cuales respondió con el despido del líder del Instituto de Estadísticas, lo que en consecuencia tiene un efecto nocivo de confiabilidad de datos en EE. UU.   
  2. Además, el clima agresivo y de arrestos en frontera y el aumento en el número de deportaciones, traerá como consecuencia la escasez de la mano de obra migrante con un efecto en la inflación. 
  3. Cuberto asegura que el efecto inflacionario del chock Trump 2.0 aún no se ha sentido.  
  4. Las tasas de interés en EE. UU. serán al alza y eso afectará al resto del mundo. Pues se reduce el espacio para la baja en la Tasa de Política Monetaria.   
  5. Es esperable una desaceleración de la economía a nivel global como consecuencia de las barreras arancelarias que hoy en promedio son del 18 %; el nivel más alto desde 1934. Antes de Trump, eran de 0 %.“Es un escalamiento sin precedentes”, afirma el experto.

Arancel y otras desventajas para Costa Rica

A partir del 7 de agosto pasado inició la aplicación de las barreras arancelarias al libre comercio, promovidas por Estados Unidos, donde se fijó un piso del 10 % a toda importación que ese país realice.  

Sin embargo, para Costa Rica, las noticias fueron peores. Debido a que Estados Unidos tiene un déficit comercial con el país, el arancel recíproco quedó fijado en un 15 %, asunto que coloca a las exportaciones costarricenses en desventaja frente a la gran mayoría de naciones centroamericanas, y especialmente en desventaja con México, país al que se le aplicó un 0 % a casi la mitad de su producción. 

Lo anterior tiene un fuerte efecto en la economía costarricense, pues del total de bienes exportados por el país, el 47 % tiene como destino los EE.UU. de un total de servicios del 50 %. Adicionalmente, el 70 % de la Inversión Extranjera Directa que recibe el país es proveniente de esa nación.  

Además, existe un nuevo peligro que se cierne sobre Costa Rica, pues dos senadores, uno del Partido Republicano (Jim Justice, de West Virginia) y otro del Partido Demócrata (Rubén Gallego, de Arizona), presentaron un proyecto de ley mediante el cual pretenden repatriar los centros de llamadas. Para ello, restringirían ciertos beneficios –como acceso a incentivos y préstamos garantizados por el Gobierno Federal– a las empresas que trasladen o mantengan esos servicios fuera de Estados Unidos. 

“En tiempos normales, no le hubiéramos prestado mucha atención a tan disparatada idea. Probablemente, se trataría tan solo de un nuevo proyecto que naufragaría en las aguas de la sensatez en Washington D.C., tal y como ha sucedido en el pasado con otras iniciativas de similar naturaleza. Pero, los tiempos han cambiado”, concluye Cubero.

Webinar: Coyuntura internacional y perspectivas para la economía costarricense

El webinar analizará el entorno internacional y sus implicaciones para la economía costarricense. Se tocarán las perspectivas económicas y los riesgos externos e internos para el rumbo de la economía nacional. Expositor: Rodrigo Cubero Asesor y consultor internacional en temas económicos y legales, y miembro de varias juntas directivas. Sirvió como presidente del Banco Central de Costa Rica entre agosto del 2018 y mayo del 2022.

Gabriela Mayorga López
Editora digital y periodista, Oficina de Comunicación Institucional, UCR