Ir al contenido principal

Etiqueta: UCR

UCR: El único Centro de Investigación en Cirugía y Cáncer de Centroamérica abre sus puertas

En la lucha contra el cáncer

El centro, pionero en su tipo en Costa Rica, busca contribuir con la detección temprana del cáncer y en la formación de profesionales con los últimos conocimientos quirúrgicos

¡Es oficial! Este 2023 la Universidad de Costa Rica (UCR) inaugura el primer y único Centro de Investigación en Cirugía y Cáncer de Centroamérica (Cicica-UCR) que le permitirá al país desarrollar investigación de vanguardia para aportar en el desarrollo de mejores técnicas orientadas al diagnóstico temprano de cáncer.

Así lo dio a conocer este viernes 3 de febrero del 2023 el Dr. Steve Quirós Barrantes, director de ese centro de investigación, quien destacó al Cicica-UCR como una unidad interdisciplinaria que une la investigación básica y la investigación aplicada en la búsqueda de mejores alternativas para prevenir esa terrible enfermedad. Los datos así lo reflejan.

Tan solo en el 2020, Costa Rica contabilizó 13 139 casos de cáncer. De esa cifra 6 028 personas fallecieron, según el reporte Globocan, de la Organización Mundial de la Salud.

“Nuestro propósito es dedicarnos a la implementación de nuevas estrategias y metodologías para la prevención, detección temprana y diagnóstico especializado en ese tipo de patologías. Adicionalmente, contamos con proyectos de acción social para llevar este diagnóstico especializado, tanto clínico como de laboratorio, a la población costarricense”, manifestó el Dr. Quirós.

Pero eso no será todo. El Cicica-UCR también le aportará al país un importante programa de educación médica continua y de capacitación en técnicas quirúrgicas mínimamente invasivas para el personal médico especialista, el cual se lleva implementando en la UCR desde el 2002. Primero, en el antiguo Laboratorio de Entrenamiento e Investigación en Cirugía Mínimamente Invasiva (Leicimi-UCR) y luego en el DCLab-UCR (antecesor del Cicica-UCR).

Lo anterior ha permitido que Costa Rica posea más de 565 médicos formados en un tipo de cirugía que genera un menor dolor en las y los pacientes después de un procedimiento quirúrgico, pues la incisión es de casi tres centímetros, una apertura más pequeña que en una cirugía abierta convencional que suele ser de ocho centímetros, según la operación.

Además, promueve una rápida recuperación, genera menores complicaciones postoperatorias, disminuye el riesgo de infección, mejora el resultado estético, minimiza el uso de analgésicos y reduce de manera significativa la morbilidad y la mortalidad.

Ahora, con el Cicica-UCR esos beneficios de formación que ha recibido el país podrán incrementarse en un área dotada con mayor equipo tecnológico y en un ambiente de simulación clínica de vanguardia que facilitará la adquisición de destrezas para el diagnóstico temprano y el abordaje terapéutico novedoso.

La UCR tiene un compromiso absoluto con la seguridad social del país para que los residentes tengan conocimientos que den potenciales beneficios al asegurado y a Costa Rica. Eso lo vemos hoy. En todos los centros del país en donde existen quirófanos, hay profesionales que están haciendo realidad la cirugía mínimamente invasiva porque se entrenaron con nosotros. Este proyecto tiene beneficios en todos los sentidos, tanto para lo que actualmente se aporta, como para lo que se proyecta que siga creciendo en la robótica, la técnica que sigue”, reflexionó en el 2022 el Dr. Marco Zúñiga Montero, coordinador del curso en cirugía mínimamente invasiva del Cicica-UCR.

Lo que viene

El Cicica-UCR ya está efectuando esfuerzos de gran impacto para la salud costarricense en tres áreas: investigación, acción social y docencia.

Desde el eje de investigación se busca generar conocimientos que puedan, posteriormente, traducirse en mejores y más efectivas estrategias de abordaje del cáncer.

De igual forma, aspiran aportar nuevos recursos científicos que faciliten la comprensión y la predicción del riesgo de desarrollo de esa enfermedad, así como su diagnóstico y manejo temprano con alternativas quirúrgicas y terapéuticas nuevas, menos invasivas y mejor tolerables por los pacientes.

“Nuestro centro de investigación prioriza la investigación en el tamizaje del cáncer, el diagnóstico temprano y la oncología de precisión. Si el cáncer se diagnostica en una etapa avanzada, los tratamientos generalmente son menos efectivos, más costosos y producen más efectos secundarios negativos. En ese sentido, el diagnóstico temprano es la mejor alternativa para los muchos cánceres que aún no se pueden prevenir y los que se presentan a pesar de la prevención”, explicó el Dr. Quirós.

Se recibirán pacientes

En el eje de acción social está la plataforma para el diagnóstico clínico oncológico avanzado. Esta plataforma tiene consultorios, una unidad de endoscopia digestiva alta y baja, y un área de recuperación.

“Todas las áreas cuentan con los equipos e instrumentos de última generación para cada especialidad y se planea atender pacientes”, comentó el Dr. Quirós.

Pero esa atención no será por solicitud libre de la persona, como cuando usted va a una clínica privada o pública y pide ser atendido.

En la UCR la atención será solo mediante alguno de los tres modelos que el Cicica-UCR ya tiene formulados para personas en riesgo oncológico en los tipos de cáncer que más afectan a la población: próstata, testículo, cérvix, ovario, mama, orofaringe, tiroides, esófago, estómago, colon, recto, hígado, vía biliar y páncreas.

El primer modelo de atención es mediante las organizaciones de la sociedad civil, como fundaciones, que desarrollen iniciativas para la atención de poblaciones que tienen el riesgo de padecer cáncer y decidan generar una alianza con la UCR.

El segundo modelo es un convenio con la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) que aún se está trabajando y, el tercero, mediante proyectos específicos de investigación clínica. En cada uno de esos tres modelos existen importantes avances.

“Ya estamos trabajando para establecer convenios de colaboración con asociaciones proprevención y lucha contra tipos particulares de cáncer, con el objetivo de contribuir a la detección temprana de esta enfermedad a través de un espacio para población de riesgo y de bajos recursos económicos”, informó el Dr. Quirós.

En cuanto a la CCSS, el convenio todavía está en proceso pero desde ya procura contribuir a los programas de tamizaje de cáncer del país, a fin de disminuir la mortalidad nacional por esta enfermedad.

“De manera de ejemplo, estamos estableciendo un convenio de colaboración con el Centro de Detección Temprana de Cáncer (CDTC) del Hospital Dr. Maximiliano Peralta Jiménez de Cartago. El propósito es aumentar la prevención y la detección temprana de cáncer gástrico, a través del tamizaje especializado de esta patología”, adelantó el Dr. Quirós.

En cuanto al último modelo, enfocado en los proyectos específicos de investigación clínica, las y los pacientes serán reclutados y atendidos con los más altos estándares de rigurosidad ética y científica, en apego a las leyes y a las normativas de investigación clínica nacional e internacional vigente.

“Un ejemplo es que ya estamos trabajando en la formulación de proyectos para la determinación de fragmentos de ADN tumoral que circulan libremente en la sangre de pacientes. Con esto queremos contribuir a que, con una técnica poco invasiva, el paciente reciba el mejor tratamiento que se adapte a su caso particular, monitorear la respuesta a ese tratamiento, valorar su progresión y determinar la recurrencia de la enfermedad”, mencionó el Dr. Quirós.

A partir de la segunda semana de junio del 2021, Costa Rica se convirtió en el primer país de Centroamérica en proporcionar una prueba que le permitirá a las mujeres saber si el virus de papiloma humano (VPH), que infecta el cuello uterino, desencadenará en ellas los eventos que inician el desarrollo de un cáncer cervical. Con el Cicica-UCR ese gran esfuerzo se fortalecerá.

La más alta precisión

En el mismo eje de acción social, el Cicica-UCR trabajará en la oncología de precisión, un enfoque de vital importancia dentro del cáncer.

La oncología de precisión consiste en tener en cuenta las diferencias en los genes, el entorno y el estilo de vida de cada persona para adaptar la prevención y el tratamiento del cáncer.

Lo que se hará en el Cicica-UCR es establecer pruebas de laboratorio celulares, moleculares, inmunológicas y patológicas, con el fin de ofrecer información que permita aplicar con mayor precisión las estrategias de tratamiento y de prevención que mejor funcionen en un grupo de personas.

“Entre las pruebas que se realizan están las genéticas para síndromes hereditarios de predisposición al cáncer, que permiten la detección de alteraciones hereditarias específicas (variantes génicas) e identificar personas que podrían tener un riesgo aumentado de tipos particulares de cáncer”, comentó el Dr. Quirós.

También, pruebas de variantes o mutaciones somáticas (tumorales), las cuales permiten identificar en el tejido de cáncer variantes o mutaciones que ofrecen información sobre el cáncer particular (clasificación, selección de terapia, etc).

Asimismo, se encuentran las pruebas de farmacogenética para identificar variantes en los genes de las personas asociados sobre cómo el cuerpo procesa los medicamentos, lo cual permite predecir la respuesta a estos en términos de potencial eficacia y toxicidad.

Los otros análisis son de tipo diagnóstico en patología anatómica y clínica. Aquí se incluyen estudios de biomarcadores (genes que inciden en la aparición de un cáncer), que tienen relevancia pronóstica y terapéutica.

Finalmente, están los análisis especializados para el diagnóstico temprano. Uno es la prueba enfocada en detectar la transformación celular maligna por el virus del papiloma humano. Esta es una prueba de alta especificidad que permite diferenciar si una infección por el virus va a generar un proceso de desarrollo de cáncer.

El Cicica-UCR se creó el 15 de diciembre de 2021, cuando el Consejo Universitario indicó que la nueva instancia de investigación iba a contar con la infraestructura, equipamiento y recurso humano del antiguo DCLab-UCR, el cual había sido creado en el 2018 como instancia dedicada al estudio y diagnóstico temprano del cáncer, así como al entrenamiento de técnicas quirúrgicas mínimamente invasivas.

Sin embargo, por la pandemia, hasta este 2023 se pudo realizar la inauguración correspondiente.

 

Jenniffer Jiménez Córdoba
Periodista, Oficina de Divulgación e Información,UCR

Video: No caigamos en discursos falsos. Defendamos las Universidades Públicas con la verdad

Carlos Araya, profesor catedrático de la Universidad de Costa Rica desmiente punto por punto las falsedades emitidas por el Presidente Rodrigo Chaves. En este video se menciona cómo la Universidad de Costa Rica dedica un porcentaje menor de su presupuesto en salarios en comparación a muchas otras instituciones públicas, así como también el aumento en becas, en inversión en infraestructura y el papel tan importante que juegan las universidades públicas en la investigación nacional. 

Rector de la UCR presentó informe de labores del año 2022

Este informe se presenta de conformidad con el principio constitucional de rendición de cuentas, y las políticas de transparencia en la gestión universitaria. Foto: Andrea Jiménez, UCR.

Un año que agitó las bases de la educación superior pública costarricense

En una  sesión solemne del Consejo Universitario, abierta al público,  el Dr. Gustavo Gutiérrez Espeleta presentó su Segundo Informe Anual de Labores como rector de la institución,  con el fin de que la comunidad universitaria y nacional conociera información importante sobre la marcha de la universidad durante el año 2022.

Al inicio de su informe el rector destacó que en el año  2022 la Universidad de Costa Rica  demostró  ser una verdadera comunidad en resistencia. En resistencia debido a que fue un año que agitó las bases de la educación superior pública costarricense y que dejó claro que “nos encontramos ante un ambiente político adverso, dispuesto a poner a competir al sistema educativo nacional por recursos financieros  y en particular a segregar a las comunidades universitarias estatales”.

El señor rector recalcó  que «el país requiere y demanda un desarrollo científico independiente, crítico, propositivo y que atienda integralmente las necesidades patrias y humanas. Sin embargo, hacerlo desde una universidad sin autonomía y con la intromisión política que se ha propuesto en la actualidad implicaría carecer de todo lo anterior».

Resumimos aquí algunas de las acciones e iniciativas de este  segundo año de administración. Para conocer el informe en su totalidad puede accesar el siguiente enlace:

La formulación del Plan Presupuesto 2023 presentó un reto para la institución originado principalmente por el crecimiento limitado de la negociación del FEES. Las estimaciones de la inflación al cierre del 2022 oscilan entre 8 % y 12 % y pese a ello solo se reconoció un 1 % por concepto de costo de vida. El presupuesto aprobado finalmente por la Contraloría General de la República fue por un monto de ¢338 889,4 millones.

En este período, enfatizó el rector, la Universidad de Costa Rica ha tenido que adoptar medidas para adaptarse al efecto de la postpandemia, a la aplicación de la Regla Fiscal (ajustado a la Ley 9635) y a la puesta en marcha de la Ley Marco de Empleo Público. Entre algunas de las medidas de contención de gasto que se mantuvieron para el 2022 destacan:  la no creación de plazas; aunado a la aplicación de la Regla Fiscal en materia salarial, que incluye la nominalización de algunos conceptos salariales, reducción del porcentaje de la anualidad y no autorización de aumentos salariales.

Una de las acciones más destacables del año 2022 fue la implementación de la modalidad de teletrabajo en la institución,  en respuesta a la mitigación de la pandemia por covid-19. Es asì como a noviembre 2022, existían  127 dependencias universitarias que registran convenios aprobados de teletrabajo, referidas a las distintas áreas académicas, centros e institutos, estaciones experimentales y oficinas administrativas. En su análisis el rector manifestó que el teletrabajo ha llegado para quedarse y con la aplicación de medidas para un mayor retorno a la presencialidad en las labores docentes y administrativas,  esta opción se concibe como una alternativa de enorme utilidad para ambas partes.

En el 2022  continuó la intensa negociación entre la Administración de la universidad y el Sindicato de Empleados (Sindeu), la  cual generó un nuevo acuerdo de Convención Colectiva del Trabajo que, a criterio del rector,  se perfila como un instrumento armonioso para las relaciones entre la institución  y el colectivo de personas funcionarias.

El rector  destacó los esfuerzos de planificación estratégica para la reducción de las plazas en condición de interinas. La Vicerrectoría de Docencia acompañó a todas las unidades académicas en la presentación de los Planes de desarrollo Docente y de Reducción del Interinazgo (2022-2026), y esto ha derivado en una propuesta de reducción de 2098 plazas docentes entre 2022 y 2026. Esto significa que la proporción de plazas interinas pasará de representar un 58% con respecto a la totalidad de las plazas docentes con presupuesto ordinario de las unidades académicas a apenas un 13% para el 2026.

A estos esfuerzos administrativos se agregan todos los procesos relacionados con la inversión en infraestructura y equipo, que permitieron canalizar los montos presupuestados hacia proyectos prioritarios con mayor grado de avance, y adjudicarlos antes de finalizar el periodo. Se aportaron fondos por más de mil quince millones de colones orientados a la compra de equipo para los programas de educación superior, investigación, docencia, desarrollo regional y administración.

Diferentes autoridades universitarias, personal docente y administrativo, estudiantes y otros actores de la sociedad civil presenciaron el acto de rendición de cuentas en el Aula Magna el pasado 31 de enero. Foto: Andrea Jiménez, UCR.

La UCR ha tratado de enfocarse en acciones estratégicas que permitan una gestión financieramente sostenible y pertinente a las necesidades de investigación de los sectores socio productivos que la requieren, alineada con las políticas y compromisos país de desarrollo de ciencia y tecnología, y siempre bajo los principios de excelencia y calidad. En el 2022 se registró un total de 1 351 proyectos, 284 actividades, 121 prestación de servicios y 48 programas de investigación, desde todas las áreas del conocimiento.

Desde el pilar de la vida estudiantil, la universidad se ha abocado a fortalecer las herramientas y mecanismos de acompañamiento a los y las estudiantes para brindarles la mejor experiencia de enseñanza-aprendizaje, y también de vida. Destacan la ampliación de la cobertura y robustecimiento en la inversión del Sistema de Becas,   uno de los más robustos de la región, que se vio fortalecido con un crecimiento de 17,5 % en el 2022 respecto al 2021. Por ejemplo, en el primer ciclo lectivo del 2022, 46 177 estudiantes (es decir, el 62 % de quienes se matricularon) recibió algún tipo de beca socioeconómica, siendo las sedes regionales aquellos lugares en donde el porcentaje de estudiantes con la mayor categoría de beca supera el 70 %.  Por otra parte, para el 2023 se mantiene este fortalecimiento con un crecimiento (1,46 %) por encima del crecimiento del FEES (1 %) y se  presupuestó para el próximo año la suma de ¢35 745,15 millones.

Especial mención hizo el rector sobre el compromiso demostrado por el equipo de estudiantes y líderes del Programa de Voluntariado en la atención del centro de vacunación contra covid-19 de la Caja Costarricense de Seguro Social  en las instalaciones de la UCR, la cual inició en mayo del 2021 y continuó a lo largo del 2022. Se lograron colocar más de cuarenta mil (40.000) dosis de vacunas a personas adultas, adolescentes, niños y niñas. Esto fue un hito en la alianza institucional estatal.

Una regionalización pertinente para el país, con una verdadera democratización del conocimiento que honre, además, las diversas dinámicas, necesidades y particularidades del territorio, fue otro elemento destacado por el rector como eje transversal de cada uno de los pilares estratégicos de la institución para fortalecer cada vez más el  desempeño las  sedes y recintos. En esta misma línea, se destacó el logro de la homologación de la carrera de Marina Civil por parte del MOPT, así como una certificación del Sistema de Gestión de la Calidad de dicha carrera. Del total de 176 carreras ofertadas en todas las sedes, poco más de la mitad se encuentran acreditadas o certificadas, en proceso de autoevaluación o bien ya poseen su reacreditación.

Un apoyo a la gestión virtual de la docencia a través de instancias como la Unidad de Apoyo a la Docencia Mediada con Tecnologías de la Información y la Comunicación (Metics) y el Centro de Evaluación Académica (CEA), ha avanzado en el documento “Propuesta de metodología para la incorporación de la virtualidad en los planes de estudio de la UCR”, el cual está en proceso de revisión antes de ser divulgado a la comunidad universitaria.

La acción social de la universidad se vio impactada por el contexto de la emergencia sanitaria nacional, con fuertes repercusiones   en el desarrollo y gestión de los proyectos. A inicios de año se contaba con restricciones para realizar acciones en los territorios, lo cual significó cambios y formas de facilitar las actividades en los diferentes proyectos de acción social. No obstante, durante el año 2022 se ejecutaron un total de 785 proyectos. De la misma manera, la cartera de Trabajos Comunales Universitarios (TCU) se sostuvieron con más de cuatro mil cien (4100) que generaron un total un millón doscientos cinco mil ochocientos cincuenta (1.205.850,00) horas de apoyo al vínculo UCR-sociedad.

Avanzar en la articulación del trabajo de comunicación de la Vice rectoría de Acción Social con el Plan Institucional de Comunicación,  liderado por la Oficina de Divulgación e Información  para consolidar la presencia de contenidos de esta vice rectoría  en los medios de comunicación UCR y desarrollar nuevas estrategias orientadas a colocar materiales en medios externos,  con públicos más amplios,  continúa planteando un desafío por atender.

En cuanto a la labor en el ámbito de la internacionalización de la universidad, el rector destacó que “se   ha gestado una vinculación cada vez más fuerte con el quehacer sustantivo universitario, no solo al promover el posicionamiento institucional en el exterior, sino con la reorientación del enfoque de la internacionalización a través de nodos temáticos para afianzar la diplomacia científica y cultural, entre otras acciones”.

Sesión de presentación del segundo informe de labores:

https://www.facebook.com/QuinceUCR/videos/492512289627006

 

María Encarnación Peña Bonilla
Periodista, Oficina de Divulgación e Información, UCR

El compromiso con la autonomía universitaria en Costa Rica

En 1981 se reformó de nuevo la Constitución para crear el Fondo para el Financiamiento de la Educación Superior Estatal (FES), que no solo conserva las rentas que les son propias, sino que el presupuesto global será el producto de un plan quinquenal, aprobado conjuntamente con el gobierno, pero que nunca puede ser inferior al anterior, más la inflación; además establece que estas rentas no pueden ser abolidas o disminuidas, sino no se crean antes otras que las sustituyan

ÓSCAR AGUILAR BUGARELLI

Pablo Santana

La clausura de la vieja Universidad de Santo Tomás

La autonomía de las universidades, es uno de los logros más apreciados hasta hoy, por la sociedad costarricense. Desde la clausura de la vieja Universidad de Santo Tomás en 1888, el país no contó con otra universidad sino hasta 1941 con la creación de la Universidad de Costa Rica durante el gobierno de orientación social cristiana de Rafael Ángel Calderón Guardia.

Sin embargo, la idea de crear una universidad se había dado a conocer desde el año 1935, con la llegada al país de la llamada “Misión Chilena” que ese año hizo público un extraordinario informe sobre las grandes y necesarias reformas que urgían a la educación costarricenses. El Tomo III de dicho documento elaborado por el Dr. Luis Galdames se titula precisamente: La Universidad Autónoma, ya que a su juicio “no se concebiría, pues, una corporación docta que careciese del poder dinámico brotado de su propia vida interna, para renovarse y prosperar constantemente” pues corresponde a la propia universidad para ser tal, patrocinar sus propias “reformas más o menos trascendentales en frecuentes lapsos”.

Y lo más importante, concibió que “en gracia de la completa autonomía que se le confiera, la Universidad de Costa Rica va a encontrarse en condiciones más ventajosas que cualquiera de sus hermanas del continente, para desenvolver un plan de vasto alcance, con unidad y continuidad de miras. NO ENTRAÑARA SU ACCIÓN NINGÚN PREJUICIO, NINGÚN INTERÉS TRADICIONAL, NINGUNA SECTA NI NINGÚN PARTIDO, NINGÚN INFLUJO TRANSITORIO O IMPRUDENTE, EXTRAÑO A SUS FINES…” y obviamente señala que para lograrlo se necesita total independencia corporativa, absoluta y amplia “tanto cuanto sus normas de acción lo justifiquen. Es a esa independencia y a ese poder de medirse y determinarse según su propio criterio, a lo que llamamos AUTONOMÍA UNIVERSITARIA”.

Este histórico sistema de garantía a las libertades universitarias, siempre ha sido visto con positivo apoyo por la inmensa mayoría del pueblo costarricense, que ha sabido cuidar de ese patrimonio; aunque no han faltado ni faltan quienes quisieran acabar con él

Garantía constitucional

Además, aparejada a esa autonomía de gobierno, y que no puede existir la una sin la otra, está la más irrestricta LIBERTAD DE CÁTEDRA, como garante del pensamiento académico y científico sin ninguna restricción.

Este informe fue la base sobre la cual se estructuró la ley que creó la Universidad de Costa Rica en agosto de 1940 y que abrió sus puertas en marzo de 1941. Así, desde el principio, esos dos hitos fundamentales para que una universidad se repute de seria, estuvieron presentes en todo el proceso de creación de la universidad. 

Sin embargo, aquella garantía legal no era suficiente. Por ello, después de los hechos políticos de 1948, que nos llevaron a nuestra última guerra civil y la necesaria convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente; ésta introdujo en el texto de la nueva Constitución de 1949 el concepto de autonomía institucional para varios entes especializados del estado e incluyó a la Universidad de Costa Rica, a la que  otorgó plena autonomía  y capacidad jurídica para “adquirir derechos y contraer obligaciones, así como darse su organización y gobierno propio” garantizando en ese momento, que sus rentas anuales serían el 10% del presupuesto dedicado a educación, cuyo manejo era absolutamente de su incumbencia y de nadie más.

Pablo Santana

Democraticación en el acceso

Con esto se garantizaba, nada menos que por vía constitucional, la más autónoma de las autonomías, como se dijo en su momento, y además con rentas claramente establecidas para ella y no fueran motivo de su manipulación. Si agregamos que, además, la libertad de cátedra quedó establecida también en la Constitución al señalar que es un principio fundamental de la enseñanza universitaria, el círculo de la UCR quedaba blindado y seguro en aquellos dos principios fundamentales.

Pasaron los años, la población del país aumentó, la gratuidad de la enseñanza secundaria que también estableció el nuevo texto fundamental y  que, a su vez, complementó la ley de 1869 con relación a la educación primaria, incrementó la necesidad y demanda universitaria; por lo que entre 1970 y 1977 se crearon tres nuevas instituciones: Instituto Tecnológico de Costa Rica (ITCR), Universidad Nacional (UNA) y la Universidad Estatal a Distancia (UNED), amparadas a una reforma constitucional, por la  que todas las universidades que fueran creadas posteriormente al año 1949, gozarán todas de aquellos mismos derechos y garantías constitucionales de autonomía y libertad de cátedra.

Gracias a la existencia de otras leyes, las universidades recibían diferentes rentas que ayudaban a complementar los ingresos que señalaban sus leyes de creación; pero era obvia su insuficiencia e inconveniente disputa por obtener mayores recursos.

aparejada a esa autonomía de gobierno, y que no puede existir la una sin la otra, está la más irrestricta LIBERTAD DE CÁTEDRA, como garante del pensamiento académico y científico sin ninguna restricción

Fondo para el Financiamiento de la Educación Superior Estatal (FES)

Por eso, en 1981 se reformó de nuevo la Constitución para crear el Fondo para el Financiamiento de la Educación Superior Estatal (FES), que no solo conserva las rentas que les son propias, sino que el presupuesto global será el producto de un plan quinquenal, aprobado conjuntamente con el gobierno, pero que nunca puede ser inferior al anterior, más la inflación; además establece que estas rentas no pueden ser abolidas o disminuidas, sino no se crean antes otras que las sustituyan.

Una vez establecido el nuevo fondo quinquenal, son las universidades las que, por medio de Oficina de Planificación de la Educación Superior y el Consejo Nacional de Rectores, organismos totalmente universitarios, aprobarán el plan de desarrollo y repartición porcentual de aquellos ingresos. Desde su vigencia, nunca se han dado conflictos insalvables entre las universidades, por este motivo,

Este histórico sistema de garantía a las libertades universitarias, siempre ha sido visto con positivo apoyo por la inmensa mayoría del pueblo costarricense, que ha sabido cuidar de ese patrimonio; aunque no han faltado ni faltan quienes quisieran acabar con él.

Los huestes neoliberales son su principal enemigo, tanto que, en este momento, hay en la Asamblea Legislativa un proyecto de ley enviado por el actual Poder Ejecutivo, de sueños autocráticos, que pretende que ese fondo sea creado por una comisión integrada por los ministerios de Educación, Hacienda y Planificación que también supervisarían que las carreras que se ofrezcan estén dentro del Plan Nacional de Desarrollo y de las necesidades de la empresa privada.

Si bien el Poder Ejecutivo solo tiene 9 diputados de 57, podrían encontrar que algunos de otros partidos apoyen semejante desafuero, por lo que la lucha que nos espera a los universitarios y pueblo costarricense, es grande.

 

ÓSCAR AGUILAR BUGARELLI, Catedrático Universidad de Costa Rica UCR y Universidad Nacional UNA.

Publicado en https://www.espaciosdeeducacionsuperior.es y compartido con SURCOS por el autor.

UCR: Con el equipo en mano, científicos suben montañas para apoyar a los pequeños productores de queso

Esencia UCR

El aporte es invaluable para quienes la producción de queso tipo Turrialba es su única fuente de ingresos

Al Dr. Mauricio Redondo Solano no le importa madrugar, subir montañas, recorrer senderos, caminar en medio del ganado con el equipo de análisis en su mano y, en algunas ocasiones, invertir hasta más de ocho horas al día en una visita.

Para ese científico de la Universidad de Costa Rica (UCR), el solo hecho de saber que su aporte ayudará a que los pequeños emprendedores de queso aseguren su producción, la cual para muchos es su única fuente de ingreso, es motivo más que suficiente para dar la milla extra.

Por supuesto, él no está solo. Junto con el Dr. Redondo otros ocho científicos asociados de la Facultad de Microbiología y de la Escuela de Tecnologías de Alimentos de la UCR lo acompañan en la tarea de ir hasta las fincas más alejadas de Turrialba de Cartago, recolectar las muestras y efectuar, posteriormente, los análisis de laboratorio.

Así, cerca de quince productores podrán saber, desde la rigurosidad científica, si su queso fresco, la leche cruda que utilizan, las superficies donde trabajan y el agua que usan dentro de sus fincas está libre de contaminación.

“Si hay algo que considero es que la ciencia debe estar al servicio de la población costarricense. Por eso, buscamos salir y acercar el recurso académico de la universidad, sus laboratorios y personal a la sociedad para ayudar y atender sus problemas”, manifestó el Dr. Redondo.

Sus palabras se plasman en hechos. Por eso, no es raro que antes de una gira el Dr. Redondo esté desde las 6:00 a. m. en su lugar de trabajo, el Centro de Investigación en Enfermedades Tropicales (CIET), de la Facultad de Microbiología, para recoger su equipo de análisis.

Al estar listo, él y un grupo de dos colegas toman un pick up 4*4 para llegar a las distintas fincas productoras, muchas veces, en medio de la lluvia y la neblina. El esfuerzo lo vale.

Los resultados que obtienen le permiten a estos pequeños productores realizar mejoras, garantizar la calidad microbiológica del queso fresco del tipo Turrialba que producen y, así, asegurar su sustento y la tranquilidad de que toda persona pueda consumir el alimento sin temor a enfermarse.

“Si yo le contara cuánto tiempo llevo en la producción de queso, no me creería. Ha sido prácticamente toda mi vida. Lo heredé de mi papá, quien siempre fue un productor de leche y queso. Él nos dejó esta ilusión de seguir trabajando en esto y a mí me encanta. Por eso sigo aquí, es mi principal sustento y, que la Universidad de Costa Rica desde hace algún tiempo nos visite y nos dé ese apoyo significa mucho. Todos los análisis han ido saliendo bien y eso me hace sentir satisfecho de que el trabajo que estoy haciendo está acorde a las necesidades que requieren los consumidores de mi producto”, dijo Marino Núñez Ramírez, pequeño productor de queso de la zona de Santa Cruz de Turrialba.

Mauricio Redondo Solano (investigador) y Marino Núñez Ramírez (pequeño productor de queso) comentan su experiencia.
Desde el inicio del proyecto en el 2019 se han analizado 50 muestras. Fotografía de Pilar Vásquez Cabrera.

Trascendencia

El trabajo que realiza el Dr. Redondo junto con las otras personas científicas asociadas se dan en el contexto de dos proyectos de investigación vinculados al CIET-UCR.

Uno tiene que ver con la caracterización del riesgo asociado al consumo del queso fresco tipo Turrialba y el otro con el análisis del impacto de factores socioeconómicos en la producción de este tipo de alimento.

Ese último punto es particularmente importante. El Dr. Redondo explicó que “el queso fresco es de alto consumo a nivel nacional. Se estima que más del 95 % de todas las familias costarricenses consumen queso fresco al menos una vez por semana”.

“En la mayoría de los quesos hemos determinado de manera positiva la calidad microbiológica. En los casos en los que se ha encontrado alguna evidencia de contaminación, hemos apoyado a los productores a fin de que realicen mejoras y eviten la problemática. Nuestra idea es beneficiar a todos, tanto a productores como a consumidores, y lo hemos logrado al integrar la ciencia básica con la ciencia aplicada y el trabajo de campo”, comentó el Dr. Redondo.

Si bien ese tipo de contribuciones generan un gran aporte a la producción y a la salud, también se impacta positivamente a nivel económico, pues son pocos los productores artesanales que pueden acceder a los estudios. Tan solo un análisis de este tipo en algunos laboratorios privados llega a costar más de 70 000 colones, aproximadamente.

Por ese motivo, desde la misma voz de Marino, esa entrega constituye un gran beneficio pero, principalmente, una esperanza invaluable.

“Una de las cosas importantes que la Universidad me ha dado es el apoyo con respecto a los análisis. Ellos los hacen gratuitamente, no me cobran y eso me hace sentir muy satisfecho del apoyo porque, en realidad, los exámenes para los productos lácteos son de un valor muy alto. Entonces, para mí es súper importante que me sigan visitando para seguir mejorando que es lo que me interesa”, afirmó Marino.

Bernardo Pereira Camacho, pequeño productor de la zona, narra el impacto de la contribución.

Para la UCR, el análisis de Listeria monocytogenes cuesta cerca de 30 000 colones porque solo cubre los activos, pues el valor del recurso humano se da ad honorem. Esa suma puede incrementar, ya que para cada productor se analizan de tres a cuatro muestras de forma gratuita.

Hacia un sueño

Además de asegurar la calidad microbiológica y bacteriana del alimento, la contribución proporcionada por la UCR en estos momentos colabora a que las familias alcancen la certificación del queso tipo Turrialba.

Bernardo Pereira Camacho, otro de los productores vinculados a la UCR, compartió que con esa certificación se logra diferenciar el producto como “verdadero queso tipo Turrialba”. Esto implica que la textura, la apariencia, el sabor y hasta el olor responden a las características del queso tradicional que lleva más de 150 años de elaborarse en la zona.

“El sacar un producto bien inocuo de muchas enfermedades o contaminación que puede ir en el queso nos ayuda mucho con la denominación de origen. Nosotros estamos por certificarnos, entonces ya ahí sabremos si el producto está apto. Esto es un gran apoyo para nosotros y, ojalá, que nos sigan apoyando y que sigan visitando a otros productores como me han visitado a mí”, aseguró Bernardo.

Marino concuerda. En todo este tiempo él ha estado mejorando constantemente para lograr la certificación de origen, uno de sus objetivos más grandes, comentó. “Ya estamos próximos a hacerlo si Dios quiere y, el apoyo que la Universidad nos da, es muy importante para lograr ese propósito y llegar a la meta de tener la certificación, como queremos muchos de los que estamos en el grupo”, enfatizó.

Dra. Evelyn Chaves Ulate, científica del CIET-UCR

Mucha ciencia

Adicional al impacto en la vida de los productores, las muestras recolectadas también le permiten a la UCR generar investigación y un mayor conocimiento científico, especialmente, en relación con la rara pero agresiva bacteria llamada Listeria monocytogenes.

Esa bacteria, que se encuentra principalmente en quesos, leche sin pasteurizar, helados, embutidos y pescados, produce la enfermedad conocida como listeriosis.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se calcula que ese padecimiento origina de uno a diez casos anuales por cada millón de personas, dependiendo del país y la región. Aunque ese número es pequeño, la alta tasa de mortalidad de esta infección la convierte en un importante problema de salud pública, destaca la OMS.

A nivel nacional esa tendencia es similar. Los reportes del Instituto Costarricense de Investigación y Enseñanza en Nutrición y Salud (Inciensa) señalan que en Costa Rica se presentan entre 0 a dos casos de listeriosis por mes.

Dentro de ese desafiante contexto, el esfuerzo de la UCR ha permitido saber más sobre esa bacteria y lo ha hecho en colaboración con el Instituto Pasteur, en Francia. Ahí han efectuado análisis de secuenciación, vitales para conocer toda la información y particularidades de ese microorganismo en Costa Rica.

“El proyecto coordinado por el Dr. Redondo es un excelente ejemplo de la filosofía con la que trabajamos en el Centro de Investigación en Enfermedades Tropicales, un importante polo de generación de conocimiento que se publica en revistas prestigiosas internacionales”, amplió el Dr. César Rodríguez Sánchez, director del CIET-UCR.

Además de investigadores y docentes, los estudiantes de la carrera de Microbiología también son partícipes de los análisis cuando las muestras llegan al laboratorio. De esa manera los jóvenes se entrenan en técnicas para la identificación y estudio de la bacteria Listeria monocytogenes.

Por el país

Como indica el Dr. Rodríguez, el proyecto coordinado por el Dr. Redondo es tan solo un ejemplo de las muchas iniciativas que se implementan en el CIET-UCR.

En los últimos diez años el CIET-UCR se ha dedicado a realizar investigaciones vinculadas a la epidemiología, la patogénesis, la inmunología y otros temas que complementan los esfuerzos de las actividades sanitarias “y, muy importantemente, nos enfocamos en enfermedades emergentes que no son atendidas de forma rutinaria por los sistemas de salud”, destacó el Dr. Rodríguez.

Actualmente, el Centro posee 30 estudios inscritos en desarrollo en once líneas de investigación que van desde la bacteriología médica, la bioinformática, la biología celular y molecular, hasta la helmintología, la bacteriología anaerobia, los vectores, la quimiosensibilidad tumoral, la micología médica, la protozoología médica, la microbiología de alimentos y la virología médica.

Además, el CIET-UCR brinda asesoría técnica y recibe constantemente consultas del público en general, mientras brindan oportunidades de capacitación y entrenamiento científico a estudiantes de grado y postgrado. Aquí participan jóvenes de diferentes carreras, entre ellas: Microbiología, Biología, Biotecnología, Veterinaria, Farmacia y Química.

 

Jenniffer Jiménez Córdoba
Periodista, Oficina de Divulgación e Información, UCR

Conversatorio «Consulta del Consejo Universitario sobre representación administrativa en instancias decisorias de la UCR»

El Lucem Aspicio, Grupo de Pensamiento Estratégico le invitan al conversatorio titulado «Consulta del Consejo Universitario sobre representación administrativa en instancias decisorias de la UCR», que se realizará de manera presencial en la Sala No. 2 de la Biblioteca Luis Demetrio Tinoco, de la Universidad de Costa Rica, este próximo jueves 2 de febrero de 2023, de 5:30 p.m. a 7:30 p.m. 

Si desea más información o desea comunicarse, puede realizarlo al siguiente correo electrónico: voz.ucr@gmail.com, o al número telefónico: 8991-5709, y puede acceder también al siguiente link: https://www.facebook.com/vozadministrativa

UCR: Voz experta: El imaginario indígena precolombino en la narrativa costarricense (1885-1940)

Docente de la Escuela de Filología, Lingüística y Literatura y del Doctorado en Estudios de la Sociedad y la Cultura e investigador del Centro de Investigación en Identidad y Cultura Latinoamericanas Foto: Laura Rodríguez Rodríguez, UCR.

Jornadas de investigación del Ciicla

El indígena es una ‘excusa narrativa’ al que estos relatos no otorgan voz. Estos textos enmascaran, silencian u ocultan la realidad histórica de su situación subalterna en la Costa Rica de la época.

Entre 1885 y 1940 se publicaron en Costa Rica relatos (novelas, novelas cortas, cuentos) que alegorizan al indígena costarricense y su cultura, textos en los que predomina una mirada deshistorizada y arqueológica. Son narrativas tardías del romanticismo indianista, previas al indigenismo que eclosianará posteriormente, ya en pleno siglo XX, sobre todo en el espacio cultural andino.

Fantasías indianistas

Nos referimos, en primer lugar, a Zulai y Yontá (1909, primera edición; 1919, segunda edición; 1946, tercera edición)1, de María Fernández de Tinoco, dos novelas -publicadas bajo el pseudónimo Apaikán– que han de analizarse conjuntamente, tanto por motivos narratológicos y sociológicos como editoriales. Fueron publicadas inicialmente por entregas en la revista Virya, órgano de la Sociedad Teosófica de Costa Rica. El conflicto de Zulai se expresa a través del triángulo constituido por Zulai, Ivdo y Kaurki. Este último, el cacique, buscará impedir que la pareja de enamorados cumpla con su idilio afectivo. Yontá se puede entender como una precuela: alude a la madre de Ivdo, el espiritual y valeroso guerrero que se enamora de Zulai en la novela del mismo nombre. Estas dos novelas han recibido en los últimos años bastante atención crítica (Francisco Rodríguez Cascante; Sergio Coto-Rivel), después de décadas de olvido. Las ideas teosóficas de su autora se canalizan, sobre todo, a partir de los paratextos y de las digresiones explicativas.

Portada de la tercera de edición de Zulai y Yontá, 1945, de María Fernández de Tinoco.

Menos conocida es Arausi (1929), de Diego Povedano (hijo del pintor academicista Tomás Povedano), novela que también deshistoriza las culturas indígenas costarricenses. Su enforque alegórico ya se aprecia desde el paratexto de la dedicatoria: “Dedico esta novela a mi esposa, por haberme servido ella de modelo para la concepción de la heroína de la obra.” La historia sentimental nos remite de nuevo al romanticismo indianista. Se estructura una historia de amor romántico entre Arausi y Surabta, entrelazada con un conflicto colectivo, el organizado a raíz de las pretensiones de la casta sacerdotal de una corte maya, la de Na-chan-caac (la actual Palemke, México), de dominar la voluntad del ilustrado pero débil monarca Tutulxiu, alrededor del mantenimiento o eliminación de los sacrificios humanos en sus dominios. Finalmente, se justifica la unión entre Arausa, princesa maya, y Surabta, guerrero huetar, como contribución a la eliminación de estos ritos sacrificiales.

Portada de Arausi, de Tomás Povedano, 1929.

El delfín de Corubicí (1923, primera edición; 1962, segunda edición), de Anastasio Alfaro, es un caso atípico. Es una novela redactada con el objetivo explícito de convertirse en un texto pedagógico. La primera edición se publicó en el número 12 de la colección El convivio de los niños, organizada por Joaquín García Monge. El proemio “El motivo de este libro” nos ofrece la intencionalidad desde la que fue concebida. Alfaro explica que fue invitado a una escuela superior de niñas para explicarles a estas últimas “las costumbres indígenas tal como las apreciaron los primeros conquistadores españoles” (1923: v), es decir, la vida cotidiana de los indígenas antes de la conquista y la colonia. Afirma que para despertar el interés de su audiencia decidió comunicar este contenido desde una estructura narrativa. Se describe en esta novela corta, desde una visión idílica y festiva, la vida cotidiana de los indígenas del Golfo de Nicoya.

Portada de El Delfín de Corubicí, de Anastasio Alfaro, 1923.

Matla (1933), de Euclides Chacón Méndez, nos ofrece, por el contrario, un enfoque pesimista. Es una novela corta publicada por primera vez en el Repertorio Americano en nueve entregas. En este último caso, contaba con un subtítulo “Fantasía indígena”, que perdió con la publicación en formato de libro. Contó con una primera edición en libro, realizada por el servicio de Publicaciones del Instituto de Alajuela en 1940, en la que se incorporó un prólogo de Moisés Vizenci. No se le conocen ediciones posteriores y podemos sospechar que la primera contó con escasa difusión. Ideológicamente, es una narración que se inserta en la teoría evolucionista de las civilizaciones; unas, más atrasadas, las indígenas, están condenadas a desaparecer en favor de otras menos sanguinarias, occidentales en el presente caso. También se representa en esta novela la típica historia de amor romántico, protagonizada en este caso por Yara, joven chorotega, hija de Kaurki, y Xilotl, un extranjero apátrida, mientras que el caciqué, Cararé, obstaculiza esta relación.

El imaginario precolombino también quedó incorporado en cuentos y leyendas. “De caza” es un cuento de Carlos Gagini, integrado en la colección Chamarasca (1898), que responde a la ideología del exotismo. Al inicio, el narrador observa desde su mirador el panorama del valle del río Barranca. El escritor enfrentado a la crisis de la página en blanco, decide transcribir una leyenda que el día anterior le relató un indígena octogenario: es decir, el narrador transcribe una leyenda indígena antes de que desaparezca uno de sus últimos presentantes. Esta leyenda se preserva en el ‘archivo’ de la cultura letrada escrita, en un relevo que se tematiza como inevitable. Este indígena relata un triángulo amoroso establecido entre Teribe, heredero del cacicazgo de Turiaca, su prima Sula e Itli, el amigo inseparable del primero. Teribe descubre y venga la relación oculta entre los amantes, al decidir que mueran en la hoguera. La atalaya en la que se encuentra el narrador del relato marco también debe entenderse como una metáfora del distanciamiento histórico e ideológico de la sociedad costarricense de finales del siglo XIX frente a unas sociedades precolombinas que considera como desaparecidas. Es, finalmente, la atalaya de la Historia, que observa el relevo de las civilizaciones desde una superioridad epistemológica.

Por su parte ,“Tapaligüi” es un cuento de Ricardo Fernández Guardia recopilado en la colección Hojarasca (1984). La historia de amor romántico tiene un carácter alegórico más evidente que el ofrecido en el cuento de Gagini. El sanguinario y depravado cacique Nambi, de Nicoya, desea a la joven doncella Miri, a su vez enamorada de Tapaligüi, hijo del cacique enemigo de Chira, Niquir. En las fiestas dedicadas al dios sol, Tapaligüi aprovecha para atacar con su ejército el pueblo de Nicoya, aunque llega demasiado tarde para salvar a Miri de ser sacrificada. Justo en este momento se escucha el sonido del cañón de un barco europeo. El relato está estructurado a partir de la narrativa alegórica del ‘destino manifiesto’: las sociedades indígenas han alcanzado un estado tal de corrupción moral (el cacicazgo de Nicoya realiza sacrificios humanos y actos de canibalismo en las fiestas del sol, celebradas tres veces al año) que se justifica la llegada de los españoles, quienes traen los valores civilizatorios del cristianismo. Por este motivo, el autor implícito dedica la primera parte del relato a mostrar la escena descriptiva de una festividad ritual que termina por convertirse en una orgía de sexo y alcohol: mediante este recurso busca mostrar la decadencia moral de la civilización indígena.

La Otredad temporal y sociocultural del mundo indígena es promovida cuando este último queda ubicado en un pasado lejano, previo a la ‘hora cero’ que supuso la llegada de los europeos a América. Este es el caso de “Leyenda indígena”, de Rosa Corrales de Chavarría, de 1903, relato publicado en el suplemento Los Lunes de “La República”, del diario del mismo nombre. El cacique Bu-kerá, respetado por sus súbditos, entra en guerra con un cacique vecino, Sar-Puñg, quien termina por tomar prisionero al primero y a sus jefes. Be tsung, el awa (médico o brujo) de Bu-kerá, negocia el rescate del cacique y Sar-Puñg, por su parte, le exige la entrega de diez doncellas, entre ellas su propia hija, Ka tú. Anteponiendo la lealtad y el amor a su cacique, el awa ofrece a su hija y a las demás doncellas al enemigo. Recriminado por Bu-kerá, quien tiene a Ka tú por amante, el médico-brujo desaparece y su cadáver es encontrado días después en las aguas del Golfo de Nicoya, una alusión a su suicidio.

Por lo demás, numerosas ilustraciones de tema arqueológico precolombino se incorporan en Revista de Costa Rica en el siglo XIX. Tomo I, de 1902. Es una miscelánea, tal como se cultivaron en todo el siglo XIX y a inicios del siglo XX en América Latina. Además de ilustraciones que muestran a indígenas como representantes de la estructura poblacional de la época, esta obra incorpora abundantes ejemplos de naturalezas muertas de objetos arqueológicos. Es un enfoque que también encontramos en la Cartilla histórica de Costa Rica, de Ricardo Fernández Guardia. La visualidad museística de la cultura material indígena la representa como una sociedad muerta que carece de vigencia en la época contemporánea.

La narrativa como invención excluyente

Como vemos, en los relatos mencionados se establece la oposición entre una vida cotidiana comunitaria tribal (dominada por caciques sanguinarios) y la vida idílica y arcádica de una pareja de sujetos indígenas -los protagonistas- que viven una historia de amor romántica en palenques o chozas aisladas, alejados de los vicios de la vida tribal (promiscuidad sexual, violencia, alcoholismo). Son narrativas en las que se distingue tanto al buen salvaje (la pareja protagonista, unida en una relación afectiva escenificada desde el amor romántico) como a Calibán (caciques, casta sacerdotal), mientras que el pueblo es un simple figurante.

Son relatos llenos de anacronismos. Como sabemos, el discurso racista está caracterizado por el tropo de la carencia, y la construcción de los personajes de estas narrativas –que son finalmente estereotipos- registran las huellas de este enfoque jerarquizador: el Otro cultural carece de modestia sexual, de pacifismo, etc. Es lo que ocurre con la figura del cacique (desea a la doncella protagonista del relato, es sanguinario y cruel), mientras que el pueblo carece de contención, a la hora de celebrar unos festivales comunitarios en los que prolifera el alcohol.

Como explica José Ricardo Chaves (comunicación por correo electrónico) en estas novelas (nos referimos propiamente a Zulai y Yontá y a Arausi), la conexión teosófica se observa, sobre todo, en el tema de la antropogénesis y de la sucesión de las distintas razas humanas, enfoque explicativo en el que la teosofía no aporta un fundamento genético, sino cultural y espiritual. Las ‘razas’ corresponden a las distintas etapas por las que ha transcurrido la ‘evolución’ humana, y en estas coordenadas cada ser humano ha pasado, pasa y pasará por todas ellas. No se debe confundir este enfoque explicativo con las problemáticas actuales del discurso racista. En las novelas mencionadas, de la Atlántida derivarían buena parte de los pueblos prehispánicos. Este enfoque formó parte de las ideologías identiarias latinoamericanas, como la de José Vasconcelos y su concepto de la raza cósmica.

En estas narrativas, el poder religioso -la casta sacerdotal- es uno de los antagonistas. Se opone siempre al desarrollo de una sociedad indígena más armónica, alejada del expansionismo militar y de la belicosidad. De alguna manera, esta casta sacerdotal –modelada, anacrónicamente, desde valores inquisitoriales- le permite a estos escritores alegorizar la sensibilidad conservadora de finales del siglo XIX e inicios del XX. Podríamos admitir una segunda lectura alternativa. La insistencia en convertir a la casta sacerdotal en alegoría del oscurantismo religioso, en representante de la idolatría y de la superstición, puede tener un subtexto: reforzar, implícitamente, la importancia de la evangelización cristiana del indígena a inicios del siglo XX. A esta segunda lectura contribuiría el hecho de que el tema de la anticipación evangélica también está presente en algunos de estos relatos. Además, en una tercera lectura, en Zulai y Yontá y Arausi, el triunfo sobre la casta sacerdotal podría aludir a la llegada de un nuevo cristianismo, de una nueva espiritualidad, propia de la teosofía, que pregona valores como la justicia social, el amor y la concordia.

La arqueologización de la cultura precolombina, en el discurso visual (ilustraciones) de algunas de estas novelas, es homóloga a la identificación, en el discurso literario, de las comunidades indígenas como ‘razas’ extintas. Las sociedades precolombinas solo sobreviven a partir de las huellas de una cultura material que los trabajos arqueológicos traen a la superficie. En el proyecto de construcción del Estado-nación costarricense, el pasado indígena precolombino se constituye en un pasado ‘muerto’, en un sustrato desaparecido, en una civilización que, justo en su decadencia, fue sustituida por otra llena de valores espirituales, la cristiana europea.

El indígena es una ‘excusa narrativa’ al que estos relatos no otorgan voz. Estos textos enmascaran, silencian u ocultan la realidad histórica de la opresión que ha vivido. La mímesis literaria romántica, cuando es adoptada y adaptada por el sistema literario latinoamericano, se revela como una invención, fantasía o pantalla que oculta las prácticas de exclusión del indígena en relación con el proyecto del Estado-nación.

Como teatro imaginario, estas novelas escenifican conflictos entre las sociedades indígenas. Las zonas de contacto conflictivas típicas de los contextos coloniales y de las narrativas colonialistas se reproducen en un contexto precolombino. Las naciones a las que presta mayor atención este grupo de narradores son los güetares y los chorotegas. De alguna manera, se alegorizan las relaciones entre el Valle Central y las regiones costeras de la actual Costa Rica. Son narrativas que construyen, finalmente, una geografía histórica imaginaria de Costa Rica.

El espectro potencialmente amenazante de una Otredad contemporánea (la existencia de indígenas en el siglo XX costarricense) queda sublimado desde la Otredad temporal y su imaginario exótico. El mecanismo ideológico empleado consiste en proyectar las ansiedades contemporáneas hacia el indígena en fantasías estereotipadas ubicadas en el pasado.


1 Se publicaron en vida de la autora tres ediciones en formato de libro: la de 1909, la de 1919, ambas surgidas de los Talleres de Alsina y, por último, la de 1946, procedente de los Talleres de la Imprenta Nacional, la que manejamos en la presente investigación, digitalizada por la Biblioteca Nacional de Costa Rica, y la que han empleado los críticos que, en los últimos años, se han ocupado de las dos novelas.

 

Dorde Cuvardic García
Docente de la Escuela de Filología, Lingüística y Literatura y del Doctorado en Estudios de la Sociedad y la Cultura. Investigador del Centro de Investigación en Identidad y Cultura Latinoamericanas (Ciicla)

UCR: Los rectores presentaron sólidos y contundentes argumentos en contra del proyecto de ley 23.380

Las universidades públicas atienden muy diversas poblaciones, zonas geográficas y una gran variedad de áreas constitutivas del desarrollo socioeconómico del país. Para realizar esta tarea, su autonomía y seguridad presupuestaria son garantías de que podrán cumplir con la misión que constitucionalmente les fue encomendada.

Audiencia ante la comisión de la Asamblea Legislativa

Tal propuesta desconoce la institucionalidad costarricense

El proyecto de ley 23.380 Ley Reguladora del Fondo Especial para la Educación Superior, que fue enviado a la Asamblea Legislativa por el actual Gobierno, representa una clara amenaza al funcionamiento y quehacer de las universidades públicas. Además, es un proyecto plagado de inconsistencias, falsos argumentos e inconstitucionalidades. En síntesis, ese fue el planteamiento que el Consejo Nacional de Rectores (Conare) expuso y sostuvo en la comparecencia ante la Comisión Especial de Educación de la Asamblea Legislativa, el pasado 23 de enero.

Los cinco rectores de las universidades públicas enfatizaron que el texto en cuestión es un peligro para la educación superior pública, pues busca que sea el Poder Ejecutivo de turno quien las administre. Eso, entre otros muchos peligros, podría limitar lo que se investiga y enseña en las universidades costarricenses cuando estas no se ajusten a los intereses del Gobierno.

Ante las diferentes consultas y comentarios de los diputados y diputadas de la Comisión Especial, los rectores de Conare dejaron muy en claro todos los aspectos que este proyecto de ley desconoce y desvirtúa sobre la naturaleza y papel de las universidades públicas en la institucionalidad del país.

Durante la audiencia, los rectores demostraron que el proyecto 23.380 redimensiona la autonomía de organización, administración, gobierno de las universidades públicas y libertad de cátedra, todo lo cual origina la nulidad absoluta de la propuesta, por violentar y vaciar de contenido los artículos 78, 84, 85 y 87 de nuestra Constitución Política.

Los señores rectores subrayaron que, sin el menor de los desenfados, ese proyecto busca otorgar potestades regulatorias al Poder Ejecutivo de turno sobre la planificación de la educación superior universitaria estatal y la distribución del Fondo Especial para la Educación Superior (FEES), al otorgarle la autorización para regular estas materias mediante Decretos Ejecutivos.

Los rectores advierten que este proyecto pretende cortar la independencia constitucional de la universidad pública frente a los demás poderes del Estado, ya que elimina su autonomía organizativa, administrativa, de gobierno y económica. Además, le inventa potestades al Banco Central sobre el Fondo Especial para la Educación Superior (FEES), las cuales están alejadas de su naturaleza, pues el financiamiento de las universidades públicas está garantizado en la Constitución Política. Esa pretensión del proyecto no explica la procedencia de los recursos, con lo cual deja así un gran vacío en la garantía del financiamiento.

Los cinco rectores de Conare mostraron gran aplomo y un sólido manejo de los alcances negativos y las oscuras intenciones que el proyecto 23.380 encierra. Así lo manifestaron ante la Comisión Especial de Educación de la Asamblea Legislativa. Foto: archivo Conare.

Un punto álgido en la exposición de los rectores fue su análisis en torno a una devastadora pretensión que presenta el proyecto de ley, con la cual se persigue la creación de un nuevo consejo coordinador de la educación. Este tendría un solo representante de las universidades públicas y cuatro del Gobierno de turno: MEP, Ministerio de Hacienda, Mideplan y Micitt.

Ese nuevo consejo vendría entonces a sustituir a la Comisión de Enlace que ha funcionado. Así las cosas, se violenta otra vez la autonomía universitaria y se deja en las manos del Gobierno del momento la definición de prioridades en la educación superior pública del país. Con esto, se desconoce la competencia para elaborar el Plan Nacional de Educación Superior (Planes), dada a Conare (Convenio de Coordinación de 1974 y Ley N.° 6162 del 30/11/1977) y que la Ley N.° 6580 del 18/05/1980 eleva a rango constitucional (artículo 85).

En cuanto a los falsos señalamientos del proyecto sobre la ejecución del FEES y la rendición de cuentas de las universidades públicas, los rectores dejaron muy claro que toda renta universitaria (propia y del FEES) está constitucionalmente destinada a financiar el Plan Nacional de Educación Superior (Planes), el cual posee más de cien indicadores de evaluación de ejecución del FEES que comprenden todas las áreas del quehacer universitario. Además, el Planes incide en la política  pública de nuestro país mediante la integración en ciento nueve comisiones nacionales. Los rectores fueron contundentes al sostener que la formulación, evaluación y liquidación de los presupuestos universitarios son conocidos y aprobados por la Contraloría General de la República.

Finalmente, los rectores también les mostraron a los diputados de la Comisión Especial que existen varios pronunciamientos, análisis  y criterios en nuestra institucionalidad que sostienen las particularidades constitucionales de las universidades públicas y que no le permiten al citado proyecto 23.380 sostenerse ante las contundentes evidencias de Conare.

VEA la audicienca de los rectores de Conare de forma completa.

Criterio de la Contraloría General de la República del 24 de enero del 2023

Este 24 de enero, la Contraloría General de la República emitió su criterio en torno al proyecto de ley 23.380. El criterio del ente contralor fue solicitado por el Área Asamblea Legislativa, Comisión de Asuntos Económicos. A continuación, compartimos un resumen de este reciente criterio.

Al cierre de la audiencia, los rectores enfatizaron ante los miembros de la comisión que las universidades públicas han sido una piedra angular en el desarrollo histórico, social y económico de Costa Rica. Pero, a pesar de eso, ya las universidades públicas llevan varios años luchando constantemente ante los embates de quienes buscan debilitarlas por múltiples vías.

En el artículo 1 del proyecto de ley en cuestión se dispone la creación del Fondo Especial para la Educación Superior, el cual se define como un mecanismo específico con un propósito particular. Al respecto, el criterio de la Contraloría General de la República (CGR) aclara que: “(…) sin embargo, siendo que la creación de dicho fondo ya se encuentra dispuesta en el artículo 85 de la Constitución Política, la propuesta legislativa debe centrarse en desarrollar la norma constitucional respetando las condiciones establecidas en ella”.

En cuanto al uso de los recursos del citado fondo, señalado en el artículo 3 del proyecto propuesto, que dice “… Cualquier excedente que quede, al finalizar el ejercicio económico pasará a caja única del Estado”, la CGR señala: “… el fondo especial para el financiamiento de la educación superior estatal posee la característica de que sus recursos tienen un destino específico asignado por la Constitución Política, concretamente, financiar la educación superior estatal. Desde esta óptica, estos fondos «atados» en el lenguaje de la Sala Constitucional (voto n.° 5754-94), no pueden destinarse a ningún otro fin de aquel que ha sido fijado por la Carta Fundamental…”.

Sobre la creación de un Consejo de Coordinación de la Educación Superior Universitaria Estatal y sus funciones, propuestas en los artículos 4 y 5 del citado proyecto de ley, la CGR recuerda la importancia de “definir de forma clara el rol, el proceso de toma de decisiones, las responsabilidades de sus integrantes, la estructura requerida, así como los recursos que serán necesarios para su funcionamiento, con la finalidad de brindarle eficacia a la norma. Además, definir ante cuál ente u órgano deben las universidades públicas presentar las propuestas de los planes definidos en el artículo 6 del proyecto de ley, pues no se indica en el contenido de la redacción [sic]”.

Por otra parte, en el artículo 9 del proyecto de ley, en el cual se dispone que: “… Las Universidades Públicas deberán presentar anualmente al Consejo de Coordinación de la Educación Superior Universitaria Estatal y a la Contraloría General de la República un informe financiero de la ejecución de los recursos del Fondo Especial para la Educación Superior… La CGR deberá emitir su criterio respecto al informe rendido, por parte de Conare, cuyo incumplimiento injustificado constituirá falta grave contra la Hacienda Pública…”.

La redacción del citado artículo 9, señala la CGR, “… presenta deficiencias y ambigüedades, ya que no se especifica cuál es el informe que debe rendir el Conare…, además, se hace referencia a términos jurídicos indeterminados como “incumplimiento injustificado” o “correcta distribución”, sin que se defina de forma clara el alcance conceptual de los mismos, generando una eventual inseguridad jurídica en su aplicación…”. “No se omite recordar que la Contraloría General mantiene su potestad de fiscalización sobre la Hacienda Pública, en función de lo establecido en el artículo 183 de la Constitución Política y en el Capítulo II de su Ley Orgánica, N° 7428, por lo que no se considera procedente la definición de la citada función, siendo que ya existe un marco jurídico que define una serie de roles y responsabilidades en materia sancionatoria”.

Por último, la CGR sugiere consultar el texto a los actores involucrados, por la relevancia del proyecto que pretende regular un fondo creado constitucionalmente.

 

María Encarnación Peña Bonilla
Periodista, Oficina de Divulgación e Información, UCR

UCR: Proyecto universitario promueve educación ambiental en la provincia de Limón

Estudiantes durante una recolección de residuos en la playa de Limón. Foto cortesía del proyecto ED-1772.

Se detecta baja participación e interés de las comunidades por involucrarse en las juntas directivas de las ASADAS

Limón es una provincia cuya población es afectada por la contaminación de fuentes acuíferas, dificultando el acceso al agua potable y en algunos de sus cascos humanos, se muestran problemas de una adecuada gestión de los residuos sólidos.

La Universidad de Costa Rica (UCR) por medio del proyecto de acción social Promoción de la Gestión Ambiental en la provincia de Limón (ED-1772), promueve la Educación Ambiental en los campos de la gestión integral de residuos sólidos y la protección del recurso hídrico.

Desde sus inicios del 2012, el proyecto surgió como una iniciativa a lo interno de la Sede del Caribe para implementar una serie de buenas prácticas ambientales. Posteriormente, en el año 2016 el proyecto cambia su orientación y se proyecta hacia el resto de la provincia, así lo confirmó Fernando Bermúdez Kuminev, colaborador del proyecto.

Para Bermudez, la educación ambiental en la provincia es de suma importancia ya que hay un gran analfabetismo ecológico: “el proyecto responde ante esa incapacidad en la que no hemos podido leer nuestro entorno y cómo nos relacionamos con él. Por ejemplo en la playa de la ciudad de Limón se hace limpieza por lo menos una vez por mes, ¿por qué pasa esto? Porque hay mal manejo de los residuos sólidos y desconocimiento del factor movilizador del agua que arrastra todos esos residuos”, argumentó.

Dentro de sus principales actividades, este proyecto contempla la capacitación en educación ambiental y el establecimiento de relaciones con múltiples actores de la zona como asociaciones de desarrollo integral (Río Blanco, Limón 2000), escuelas y colegios, asociaciones administradoras de acueductos y alcantarillados (Río Blanco) y la Asociación Talamanqueña de Ecoturismo y Conservación (ATEC). También ha trabajado con la empresa privada. Para ello, utilizan una metodología dialéctica en la que se llega a las comunidades a escuchar las necesidades, aportes y experiencias, destacó Bermudez.

Para el coordinador del proyecto, Olman Araya Mejías dentro de los principales logros se destaca: tener esquemas de información como talleres, infografías e información para capacitar personas en la Región Caribe en temas de gestión del recurso hídrico y la gestión integral de residuos sólidos, así como publicaciones, que han logrado colocar en el repositorio institucional Kérwá.

Adicionalmente, también destaca la realización en forma bianual desde el año 2018, de un Encuentro de Educación Ambiental a nivel de la Región Huetar Caribe y múltiples capacitaciones con ASADAS y comunidades de la provincia de Limón, con la participación del Instituto Nacional de Acueductos y Alcantarillados (AyA). Para Bermúdez, la inversión en Educación Ambiental ayuda a la comunidad a determinar su modelo de desarrollo.

Alianzas estratégicas

Para Mayra Alejandra Mejía Fernández, gestora socioambiental de acueductos rurales del AyA, el trabajo en conjunto que han venido realizando con la UCR en el marco de este proyecto, es un gran apoyo ya que son apenas once personas para atender, asesorar y acompañar en la gestión del recurso hídrico a 120 ASADAS de la Región Huetar Caribe. En este momento, el trabajo con la UCR se concentra inicialmente en cuatro ASADAS.

Taller de manejo de residuos sólidos. Foto cortesía del proyecto ED-1772.

«La educación ambiental y estrategias de abordaje en la región son de vital importancia por la variedad de grupos étnicos, idiomas y culturas así como por la variedad geográfica en donde hay zonas costeras, urbanas y rurales. Por otro lado, la calidad del agua presenta una alta dureza con presencia de hierro, manganeso, fluoruro, calcio, lo que podría traer consecuencias para la salud y problemas para su distribución por acumulación de calcio en las tuberías de distribución y el costo de las plantas removedoras de estos metales es de alto costo económico» indicó la gestora Mejía. Es por ello que crear conciencia sobre la gestión del recurso hídrico e incluso capacitar a las comunidades en el mantenimiento de la plantas de tratamiento, es indispensable.

Finalmente, Mejía destacó el componente social del proyecto universitario, ya que se ha detectado una baja participación e interés de las comunidades por involucrarse en las juntas directivas de las ASADAS, las cuales están en su mayoría conformadas por hombres adultos y donde la participación de la mujer y de personas jóvenes es escasa. “Es por eso que tenemos la responsabilidad de informar, motivar a la población a ser parte de la solución, cuidar su recurso hídrico y sus recursos naturales, desde pequeñas labores diarias” concluyó.

 

Esteban Umaña Picado
Comunicación Vicerrectoría de Acción Social UCR