El pasado 26 de junio, la Rectoría y el Instituto de Estudios de la Mujer de la Escuela de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional (IEM-UNA), realizó la graduación de la primera generación del curso técnico en Género y Políticas Locales. En esta oportunidad 18 personas, la mayoría mujeres, obtuvieron su título técnico.
Dichos estudios permiten a las personas comprender y abordar las diferentes formas de influencia del género en sus vidas y las sociedades. Además, mediante la investigación son capaces de identificar las desigualdades y desafiar las discriminaciones basadas en género, para garantizar una sociedad más justa e inclusiva.
Al acto asistieron autoridades universitarias, docentes del Instituto, así como los acompañantes de los graduandos. Cabe destacar que este programa técnico fue impartido de forma gratuita y de manera virtual durante ocho meses, equivalente a 526 horas certificadas.
Fanella Giusti, directora del IEM, resaltó que el técnico en Género y Políticas Locales, ha sido un esfuerzo colectivo que refleja la dedicación del Instituto con la formación de profesionales capaces de deliberar el cambio, promover la igualdad y equidad de género en sus comunidades. “Este conocimiento no solo beneficia a su desarrollo profesional, sino que impacta en positivo a la sociedad en su conjunto. Al entender y aplicar conceptos de igualdad de género, los graduados son capaces de enfrentar los retos sociales contemporáneos y contribuir al desarrollo de políticas públicas más inclusivas y equitativas.
Francisco González, rector de la UNA, indicó que esta ceremonia marca un importante avance en el compromiso de la UNA con la educación inclusiva y el desarrollo social, la equidad y justicia social. “Al incorporar una perspectiva de género obtenemos una comprensión más clara y, por lo tanto, un abordaje más efectivo de los desafíos comunitarios y así promover una verdadera inclusión sustentada en el ejercicio real de los derechos humanos», subrayó González.
Igualitaria e inclusiva
María Moreira, una de las estudiantes del curso, expresó que emprender este proyecto académico significó adentrarse en un nuevo camino de aprendizajes, el cual transformó por completo su vida y la de sus seres queridos. “Cada nuevo conocimiento nos inspira a creer en la posibilidad de construir un mundo más colaborativo, menos violento, más igualitario e inclusivo. Con orgullo puedo decir, que quienes completamos este técnico somos agentes de cambio, conscientes del poder transformador que poseemos”, agregó Moreira.
Shiley Molina, otras de las graduadas, comentó que el curso realizado ha sido un aliado en su trabajo al contar con mayores herramientas, desde una perspectiva de género y derechos humanos, que con visión más inclusiva.
Stephanie Vargas, también estudiante graduada, manifestó que el técnico contribuyó a reforzar sus conocimientos superiores en trabajo social, con un enfoque más dirigido a una población específica, por eso es que busqué este técnico en género. “Lo novedoso para mí fue el tema de políticas locales, cómo se trabaja y manejan las políticas públicas desde un gobierno local, este fue como el punto que mayor pudo enriquecer mi aprendizaje”, dijo Vargas.
Este es un programa colectivo que refleja el compromiso del IEM con la formación de profesionales capaces de liderar el cambio y promover la equidad de género en sus comunidades.
Oficina de Comunicación Universidad Nacional, Costa Rica
Costa Rica posee la red sismográfica más grande de América Latina, con la mejor tecnología y la mayor cobertura. Esta semana, 170 especialistas en sismología y estudiantes se reúnen en la V Asamblea de la Comisión Sismológica Latinoamericana y del Caribe.
La inauguración de esta actividad se llevó a cabo el pasado 25 de junio en el Hotel Radisson Costa Rica, con la intervención de Francisco González, rector de la UNA; Jorge Herrera, vicerrector de Investigación; Lilliam Quirós, decana de la Facultad de Ciencias de la Tierra y el Mar y Esteban Chaves, sismólogo del Ovsicori-UNA y coordinador del evento.
Esta es una oportunidad, dijo Chaves, para hacer crecer nuestra región. “Tenemos que entender que la ciencia y el nuevo conocimiento que desarrollamos a través de nuestro trabajo no debe quedarse en el escritorio ni en artículos científicos, sino que también debe trasladarse a la gente que más lo necesita, aquellos que son más vulnerables a la ocurrencia de terremotos, tsunamis, deslizamientos y erupciones volcánicas. Debemos tener presente que esta es y siempre debe ser nuestra labor dentro del área de la sismología”.
Para González, los investigadores no solo aportan conocimiento, sino pasión por el descubrimiento que inspira a nuestros estudiantes e impulsa esfuerzos de investigación innovadores. “Cada descubrimiento innovador que hacemos se traduce en publicaciones impactantes, y esto lo logramos gracias a la colaboración de las personas, investigadores con otras universidades e investigadores de otras latitudes. Nuestros científicos y científicas publican sus hallazgos en revistas de primer nivel dentro de sus respectivos campos, lo que claramente eleva nuestra reputación académica, pero sobre todo, contribuye significativamente a la construcción de una narrativa científica global en torno a las ciencias oceánicas y de manera particular, a las de la tierra sólida”
Como parte de la agenda se cubrirán diversos temas que incluyen: sismología, vulcanología, geofísica, geología, oceanografía, peligros geológicos, educación en geociencias, análisis de datos, nuevas tecnologías y mucho más. Además, antes de la asamblea se realizarán tres talleres sobre los siguientes temas: Tensor de momento regional, sensor acústico distribuido y métodos de aprendizaje automático y aprendizaje profundo aplicados a datos geofísicos.
“Tenemos que reconocer que el conocimiento adquiere valor cuando lo compartimos, cuando lo socializamos, cuando los datos que generamos pueden ser utilizados en otras latitudes o en trabajos conjuntos para generar nuevo conocimiento, cuando estamos claros que el conocimiento tiene un valor fundamental y que estamos llamados a contribuir al desarrollo de la diplomacia científica, entendiendo que el conocimiento tiene que ser la base para poder hacer una correcta toma de decisiones a nivel político; pero sobre todo, creo que tenemos que reconocer que la gran visión que tenemos las personas que hacemos ciencia y tecnología es poder ayudar a que el conocimiento que todos los días producimos genere una cultura científica, de forma tal que todas las personas puedan conocer y ser más sensibles y conscientes de los fenómenos físicos, naturales y químicos que estamos estudiando, y que ese conocimiento sirva para poder desarrollar capacidades en la construcción de una sociedad cada vez más resiliente”, subrayó Jorge Herrera, vicerrector de Investigación.
Lilliam Quirós, destacó que el Ovsicori a través de su historia ha invertido gran cantidad de recursos en formar profesionales en universidades de gran prestigio de Europa, Estados Unidos y Asia. Además, “atrajo a jóvenes científicos de otras latitudes que hoy nos acompañan en la Universidad Nacional, y este aporte se traduce en proyectos, programas y actividades de investigación y extensión de gran calidad, acordes con su misión, con un enfoque interdisciplinario que permite mejorar y profundizar en su campo de conocimiento y que además genera y dibuja información oportuna y precisa, así como productos académicos de gran valor. Hoy día el Ovsicori cuenta con la base de datos más grande que tiene el país para realizar estudios de amenaza sísmica y amenaza volcánica, para el ordenamiento del territorio, y ejecuta novedosas investigaciones con el fin de mitigar el impacto futuro de los sismos y los volcanes en Costa Rica”.
Este encuentro, es organizado por el Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica de la Universidad Nacional (Ovsicori-UNA), la Red Sismológica Nacional de la Universidad de Costa Rica (RSN-UCR) y la Comisión Sismológica Latinoamericana y del Caribe (Lacsc).
Oficina de Comunicación Universidad Nacional, Costa Rica
Con el objetivo primordial de profesionalizar a los artistas, el Cidea celebra 50 años de su fundación, una trayectoria que lo posiciona como referente de alto nivel en la región
En 1973 nace la Universidad Nacional, tan solo un año después, y bajo la idea del Padre Benjamín Núñez y el maestro Arnoldo Herrera, se celebraba la creación de la Escuela de Bellas Artes, adscrita a la Facultad de Filosofía y Letras, y conformada por con las secciones de Artes Plásticas, Danza, Música y Teatro.
Juan Carreras Jiménez fue quien asumió la primera dirección, le acompañaron Margarita Fuscaldo en Artes Plásticas, Elena Gutiérrez en Danza, Roger Wesby en Música, y Jean Moulaert en Teatro.
Con su trabajo y aporte, en 1979 las secciones se independizaron de la Facultad y en 1985 se consolidaron como el Centro de Investigación y Docencia en Extensión Artística (Cidea), que se conoce en la actualidad.
Según cuenta José Pablo Solís, decano del Cidea, las labores se inician en el Matadero de Santo Domingo, donde se empezó a generar una oferta diferenciadora, que incluye áreas como diseño, artesanías, danza, música, y en sus inicios literatura y poesía entre otros, sin embargo, cita Solís “hay una intervención sistemática dentro de la relación del concepto de cultura, arte y pedagogía artística”.
Conozca más de la fundación y el trabajo que se realiza en el Cidea, este jueves a las 2 p.m. en el auditorio Marco Tulio Salazar del Cide, donde darán inicio las actividades de celebración, en el marco del desarrollo del Festival Las Julias, organizado por la Escuela de Arte Escénico.
Durante los próximos meses se desarrollarán actividades desde las distintas actividades académicas que se anunciarán de manera oportuna, el acto de clausura se hará el 21 de noviembre con una gala que reunirá manifestaciones artísticas de todas las escuelas del Cidea, en el auditorio institucional Cora Ferro de la UNA.
Rector de la UNA destacó que desde la creación de esta Universidad se le encomendó la gestión de la cultura, lo cual se reafirma con este estandarte
UNA Comunica. 21 de junio de 2024. Quienes visiten la casona del Museo de Cultura Popular de la Universidad Nacional (UNA), en Barva de Heredia, podrán encontrar una placa sobre una base de madera, que contiene un estandarte reconocido por el derecho internacional humanitario y que se conoce como Escudo Azul.
Significa que, desde ese momento, el Museo estará protegido ante las amenazas suscitadas por conflictos bélicos o desastres naturales. El escudo lo entregó la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
La necesidad de ofrecer una protección especial sobre bienes materiales e inmateriales tuvo su antecedente en 1954, cuando, en la Convención de la Haya, se aprobó un tratado relativo a la protección del patrimonio cultural. Costa Rica, ratificó en 1988, dicho tratado internacional.
De esta manera, la casona del Museo se convierte en la vigésimo primera institución en el país que cuenta con este estandarte. Para el rector de la UNA, Francisco González, desde la promulgación de la ley 5.182, que dio vida a esta universidad, la voluntad del legislador fue encomendar la gestión de la cultura a esta casa de enseñanza, precepto que se convierte en realidad por medio de la labor del museo.
“El Museo de Cultura Popular surgió como resultado de proyectos de investigación y extensión que desarrollamos en la Universidad a inicio de la década de los noventa. Aquí fue fundamental el aporte de valiosos académicos como Georgina DiCarli, Mayela Solano, Carlos Naranjo, Antonio Castillo, Margarita Silva y muchas otras personas que forjaron la idea de crear un vínculo entre la universidad y la comunidad, por medio de este museo”, detalló González.
Desde entonces, manifestó el rector, el Museo ha sido hábitat de un diálogo continuo, un punto de encuentro y de manifestaciones culturales donde se da cabida a la historia y a la idiosincrasia del campesino costarricense. Aludió, incluso, a la inserción de un concepto llamado “nueva museología”, que refiere a esa conexión directa con la vida cotidiana.
Fue por medio de las gestiones que se llevaron a cabo desde la dirección del Museo y de la Escuela de Historia de la UNA, ante la dirección de Patrimonio Cultural del Ministerio de Cultural, que se recibió la noticia, el pasado 8 de mayo, de que la casona recibiría el Escudo Azul.
De acuerdo con Luis Pablo Orozco, director del Museo, se trata de la primera universidad en Costa Rica que recibe esta placa en una de sus instalaciones y el primero en el cantón de Barva. “Estamos convencidos del aporte y la responsabilidad social a partir de la labor de este museo, a sabiendas de que la reactivación del patrimonio cultural es un deber de prospectiva con las actuales y futuras generaciones para contribuir al fortalecimiento del tejido social”, resaltó Orozco, durante el acto de develación de la placa.
La viceministra de Cultura, Vera Beatriz Vargas, manifestó que “la historia ha dado un veredicto. Por todo lo que representa este museo, es un espacio significativo en donde se puede proteger el legado patrimonial del país. Desde el Ministerio de Cultura hacemos un recorrido por toda Costa Rica para determinar estos sitios que tienen este valor simbólico”, manifestó la jerarca.
El museo es universidad
Para la decana de la Facultad de Ciencias Sociales, Marta Sánchez, el acto de develación del Escudo Azul revalida la sensibilidad hacia las problemáticas rurales que han guiado la labor de la UNA desde su fundación, hace 51 años.
Detalló que los primeros proyectos de investigación se enfocaron en el análisis de las problemáticas relacionadas con los conflictos agrarios, la distribución equitativa de la tierra y el desarrollo agropecuario. Luego, el enfoque de estudio se amplió hacia el abordaje de la cultura popular y el rescate de la memoria y fue allí donde surgió el proyecto que en principio se denominó Museo UNA, pero luego cambió a Museo de Cultura Popular. La casona abrió sus puertas al público en 1994.
La relevancia del tema generó que incluso en el Plan de Mediano Plazo Institucional de la UNA se incluyera un área estratégica relacionada con la cultura y el patrimonio, que integra a las escuelas de Sociología e Historia dentro de esa labor. “Sin duda alguna, el Museo es Universidad y nosotros somos garantes de ello”, amplió Sánchez.
Uno de los actores relevantes del proceso que concluyó con el otorgamiento del Escudo Azul es la Cruz Roja. Su presidenta, Dayanne Marenco, resaltó que esta institución, benemérita de la Patria y cercana a cumplir 140 años, surgió justamente en el contexto del desarrollo de conflictos armados. “Es ahí, en el marco del derecho internacional humanitario, que se enmarca la protección de bienes culturales”.
Durante la actividad estuvieron presentes, además, los alcaldes de los cantones de Barva y Heredia, Jorge Acuña y Ángela Aguilar, respectivamente, además de la embajadora Carmen Claramunt, presidenta honoraria de la Comisión Costarricense de Derecho Humanitario.
En presencia de las autoridades de la UNA, los gobiernos locales, el Gobierno de la República, estudiantes, niños y niñas, se develó la placa justo al pie de las gradas de entrada a la casona, que fuera del expresidente Alfredo González Flores y que hoy es fuente indispensable del conocimiento histórico, arquitectónico y cultural del país.
Oficina de Comunicación Universidad Nacional, Costa Rica
El Movimiento Estudiantil Indígena (MEIUNA) de la Universidad Nacional emerge como una voz representativa y activa de los estudiantes indígenas de Costa Rica en el ámbito universitario. Conformado por una diversidad de culturas originarias, tales como bribri, cabécar, maleku, brunca, ngäbe-buglé, y brörán, entre otras, este movimiento se erige como el décimo órgano de la Federación de Estudiantes de la Universidad Nacional (FEUNA). Su función primordial radica en la integración y representación de la comunidad estudiantil indígena en la UNA.
En la actualidad, el MEIUNA cuenta con 252 estudiantes indígenas registrados en la Universidad Nacional, distribuidos en diversos campus y sedes. Destaca la presencia de 115 estudiantes en el Campus Omar Dengo, seguido por la Sede Regional Brunca con 82. Este multiétnico grupo de estudiantes indígenas abarca un espectro amplio de 38 carreras universitarias, lo cual evidencia su diversidad académica e intereses profesionales.
El origen del movimiento se remonta al periodo 2011-2012, cuando un académico de la Vicerrectoría de Extensión de la Universidad de Costa Rica (UCR) inicia la búsqueda y organización de estudiantes indígenas universitarios. Este esfuerzo surge en respuesta al estudio preparatorio realizado para el Banco Mundial, previo al Plan Quinquenal de Pueblos Indígenas, con la intención de involucrar activamente a los estudiantes indígenas en la toma de decisiones que afectan sus comunidades. A partir de negociaciones y acuerdos, los estudiantes indígenas fueron incluidos en los equipos que diseñaron e implementaron la primera etapa del Plan Quinquenal para Pueblos Indígenas en las universidades públicas.
El MEIUNA responde directamente al Plan Para Pueblos Indígenas del 2013, bajo el marco del Proyecto Mejoramiento de la Educación Superior (PMES), financiado por el gobierno de la República y el Banco Mundial. Este plan busca garantizar el acceso y la permanencia de estudiantes indígenas en la educación superior, y promueve acciones culturalmente pertinentes. A través del PMES, se logra la formación de pequeñas agrupaciones indígenas dentro de cada universidad, con el propósito de ejecutar proyectos y actividades que integren al estudiantado indígena en la educación superior.
Las actividades del movimiento abarcan una amplia gama de temas relevantes para las culturas indígenas presentes en la Universidad Nacional, e incluyen encuentros, demostraciones de artes, festivales culturales, convivios, giras, y acompañamiento a estudiantes de nuevo ingreso.
Con miras al futuro, el MEIUNA se propone continuar con sus actividades de promoción cultural, incrementar el ingreso de estudiantes indígenas a la Universidad Nacional, establecer alianzas estratégicas con otras instituciones, y fortalecer la participación de los indígenas en la vida universitaria.
Oficina de Comunicación Universidad Nacional, Costa Rica
Graduados tendrán las competencias profesionales para su desempeño en ámbitos como la inteligencia de mercados, la gestión de riesgos, el planeamiento estratégico, el análisis de datos, como enlace de asuntos globales o coordinadores de equipos de investigación.
UNA Comunica. 13 de junio de 2024. La malla curricular de la Universidad Nacional (UNA) da un paso hacia adelante en la innovación académica tras la aprobación, por parte del Consejo Nacional de Rectores (Conare), del bachillerato en Inteligencia y Estrategia Global, una nueva carrera de la Escuela de Relaciones Internacional (RI).
Durante una ceremonia oficial este 11 de junio, el presidente del Conare, Gustavo Gutiérrez Espeleta, hizo entrega al rector de la UNA, Francisco González Alvarado, del certificado que acredita esta carrera, que recibirá a su primer grupo de estudiantes a partir del I ciclo lectivo del 2025.
La concepción de esta nueva oferta académica parte de la necesidad de formar a futuros profesionales en áreas del aprendizaje vinculadas con la innovación, el pensamiento estratégico, el dominio del idioma inglés, el análisis de datos, las matemáticas y el conocimiento de tendencias globales en los mercados internacionales.
Según destacó Marco Vinicio Méndez Coto, director de la Escuela de Relaciones Internacionales, aproximadamente un 42% de los contenidos de esta carrera están asociados con las áreas STEM (ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas).
“La inteligencia y la estrategia global han sido concebidas como áreas de conocimiento que se caracterizan por ser interdisciplinarias. Esto genera que, al nutrirse de diversas disciplinas, buscamos la formación de nuevas personas profesionales con destrezas y habilidades que sean integrales. Nosotros mismos reconocemos lo desafiante de esta iniciativa; sin embargo, en el mundo actual y con el desarrollo alcanzado por las ciencias sociales, hemos observado que es la adaptabilidad y la integración de saberes lo que nos habilitará para comprender el mundo dinámico y volátil en el que vivimos”, expresó Méndez.
Alcanzar el objetivo de consolidar la propuesta curricular fue un proceso que se materializó “en tiempo récord”, de acuerdo con las autoridades universitarias. El director de la Escuela de RI relató que fue en marzo del año anterior cuando adoptaron el reto de crear una nueva carrera de grado que les planteó el rector Francisco González.
La académica de la Escuela de RI, Viviana Santamaría, fue la coordinadora de la comisión encargada de diseñar el plan de estudios. Durante su exposición, hizo un repaso del proceso que incluyó el estudio de las tendencias globales en el marco de las relaciones internacionales, sesiones de trabajo con docentes de la Escuela, y reuniones con actores claves como la Promotora de Comercio Exterior (Procomer) y la Coalición Costarricense de Iniciativas de Desarrollo (Cinde) para conocer la perspectiva sobre la demanda laboral en el país y en otros contextos.
Se hizo además un modelo comparativo de carreras similares, además de la coordinación con otras unidades académicas y la validación con empresas del sector privado e instituciones públicas.
Este esfuerzo resultó en “una propuesta que no se encuentra en la región latinoamericana, por el tipo de formación que propone”, en criterio del director Méndez.
Hito de gran relevancia
El rector de la UNA, Francisco González, destacó como un “hito de gran relevancia” la aprobación de esta carrera, a la luz de la prospectiva del Plan de Mediano Plazo Institucional 2023-2027, que incorpora el cumplimiento de una prioridad estrategia sobre innovación y transformación curricular.
“Proponemos que todas las carreras de la Universidad Nacional, en nuestro plan de mediano plazo, pasen por un proceso profundo de revisión curricular, que implica someterlas al análisis y discusión de al menos 10 competencias que todo plan de estudios debe incorporar: bilingüismo, tecnologías de la información y la comunicación, mayor cercanía con el mercado laboral, flexibilidad laboral, incorporación de habilidades blandas y competencias para el emprendimiento, entre las más relevantes”, citó el jerarca de la UNA.
González también resaltó el liderazgo de la Vicerrectoría de Docencia para generar esta ruta institucional. El vicerrector de esta área, Randall Hidalgo Mora, hizo énfasis en el trabajo conjunto con la unidad académica que posibilitó la apertura de una carrera que responde no solo a las necesidades actuales del mercado laboral, sino también a los desafíos del futuro.
Muestra de la pertinencia de la nueva carrera es el perfil profesional que se definió para quienes se gradúen de este bachillerato. Según explicó la académica Viviana Santamaría, los campos laborales en los que podrán desempeñarse abarcan desde la inteligencia de mercados, hasta la gestión de riesgos, el planeamiento estratégico y el análisis de datos, como enlace de asuntos globales o coordinadores de equipos de investigación.
Al estar dentro de la Escuela de Relaciones Internacionales, es fundamental la formación en temas de geopolítica mundial y cómo, a partir del conocimiento de herramientas tecnológicas y el manejo de datos, se pueden tomar decisiones que impacten la seguridad de los Estados.
Esa perspectiva que correlaciona la innovación académica de las universidades públicas con las necesidades de atender las nuevas demandas profesionales la resaltó Gustavo Gutiérrez, presidente del Conare. “El progreso del conocimiento, la ruptura de las disciplinas, el fortalecimiento de las áreas cognoscitivas y profesionales, apuntalan la misión y los objetivos del sistema de educación superior pública, que desde el Conare apoyamos. Es por eso por lo que hoy resaltamos el trabajo de la Universidad Nacional por implementar esta acción que demuestra el compromiso práctico y efectivo con la sociedad y el país”.
Durante la ceremonia se entregó un reconocimiento a las personas académicas y administrativas de la UNA que intervinieron en el proceso que culminó con la aprobación de carrera.
Durante la actividad asistieron, además, la rectora adjunta Marianela Rojas; el vicerrector de Investigación, Jorge Herrera; la decana y el vicedecano de la Facultad de Ciencias Sociales, Marta Sánchez y Guillermo Acuña, respectivamente; académicos y estudiantes de la Escuela de Relaciones Internacionales, así como representantes de empresas del régimen de zonas francas, de cámaras empresariales, de Procomer, de Cinde, del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto y del Ministerio de Comercio Exterior (Comex).
También estuvieron presentes la embajadora de España en Costa Rica, Eva Martínez y la embajadora María Isabel Sanabria, en representación de la Academia Diplomática.
Oficina de Comunicación Universidad Nacional, Costa Rica
Un centenar de personas adultas mayores, entre 65 y 90 años, se graduaron de los talleres de inglés de los niveles I, II y III, la mañana de este viernes. Los cursos los imparten estudiantes de segundo año del Bachillerato en la Enseñanza del Inglés de la División de Educología del Centro de Investigación y Docencia en Educación (Cide) de la Universidad Nacional (UNA) y brindan una oportunidad de aprendizaje y crecimiento a una población muchas veces olvidada en programas educativos.
Desde 2014, la UNA ofrece estos cursos de inglés dos veces al año, durante el primer y segundo ciclo lectivo. Este programa ha permitido a una numerosa población de adultos mayores adquirir habilidades lingüísticas esenciales en un idioma global, con lo cual se fomenta su desarrollo personal y social. Este año, por primera vez, los talleres se llevaron a cabo en la comunidad de Guararí, en el distrito de San Francisco de Heredia, con lo que se amplía el alcance de la educación inclusiva de la Universidad.
Giannina Seravalli Monge, académica de la División de Educología y del Bachillerato en la Enseñanza del Inglés, recordó que la UNA tiene un compromiso con la educación comunitaria. “Estas actividades reflejan el principio de universidad necesaria, ya que llegan a las poblaciones vulnerables. Es un retorno de la educación al servicio de la comunidad”, afirmó Seravalli. Este compromiso institucional con la educación inclusiva, agregó, demuestra cómo las universidades pueden desempeñar un papel crucial en el fortalecimiento del tejido social.
El evento de graduación estuvo lleno de historias inspiradoras. Una pareja de esposos, quienes lucharon juntos por obtener el título, se graduó hoy, y demostraron que el aprendizaje puede ser una experiencia compartida y enriquecedora. Además, una de las estudiantes que impartió el taller compartió su alegría al ver, feliz, a su abuelita cumplir el sueño de aprender un segundo idioma. Este evento no solo celebró los logros individuales, sino también los lazos familiares y el apoyo mutuo.
Ave María Alpízar Jiménez, una de las graduadas, recibió su título del primer curso de inglés. “Siempre había querido aprender inglés desde cero. En la escuela y el colegio solo tenía conocimientos básicos, pero siempre quise aprender a leer y hablar el idioma. Gracias a los estudiantes de la UNA, ahora creo que pronto estaré hablando y entendiendo más el inglés”, dijo. En su testimonio resaltó la importancia de estos programas en la realización de sueños personales y en el empoderamiento de los adultos mayores.
Javier Frutos Jiménez, otro de los graduados, destacó el papel de su hija en su decisión de unirse a los talleres. “Mi hija me preguntó si quería estudiar inglés, y le respondí que sí. Siempre me ha gustado el idioma, y hoy me gradúo del primer nivel. Esto es solo el comienzo, tengo la meta de seguir adelante”, comentó.
Entre los graduados, también destacó Nazira Naranjo Rueda, quien a sus 90 años finalizó el tercer nivel de inglés, con lo cual demostró que nunca es tarde para aprender y que la educación puede ser un camino de por vida.
Para los estudiantes universitarios, la experiencia de impartir estos cursos fue gratificante y desafiante. Así lo expresó Kendal Bonilla Mesén, uno de los instructores. “Hemos tenido que adaptar las clases, buscar formas creativas para enseñar pronunciación y vocabulario, y enfrentar desafíos únicos en la enseñanza a adultos mayores. Pero la satisfacción de ver su progreso ha sido inmensa”, comentó.
Los adultos mayores participantes animaron a otros a aprovechar esta oportunidad educativa. Asimismo, resaltaron que estos cursos son vitales no solo para su desarrollo cognitivo, sino también para su bienestar físico y mental, por lo que no dudan en invitar a otras personas adultas mayores y sus familias a aprovechar la oportunidad de seguir aprendiendo y creciendo.
Las personas mayores de 65 años interesadas en participar en estos talleres pueden comunicarse a los números telefónicos 2277-3368 / 2277-3936. Los únicos requisitos son saber leer y escribir. Estos talleres son gratuitos, lo cual reafirma el compromiso de la UNA con la accesibilidad y la inclusión educativa.
Oficina de Comunicación Universidad Nacional, Costa Rica
Más de 500 participantes reunieron propuestas para un océano sostenible, posibles mediante la colaboración entre sectores académicos, privados y públicos
Con una participación de más de 500 académicos y científicos de 20 países de América, Europa y Asia, así como de asociaciones de desarrollo, líderes y lideresas comunitarias, organizaciones no gubernamentales y otros actores locales que desarrollan acciones en pro de la sostenibilidad del océano, se celebró del 3 al 6 de junio el Congreso de Integración de Saberes para un Océano Sostenible (CISOS24), organizado por la Comisión de Vicerrectores de Investigación del Consejo Nacional de Rectores (CONARE).
Foros, mesas redondas y talleres, culminaron en una declaratoria que será presentada este 7 de junio en el evento de Alto Nivel Inmersos en el cambio, preparatorio para la Cumbre Mundial de los Océanos a celebrarse en Niza en el 2025, con la coorganización de los Gobiernos de Francia y Costa Rica.
La declaratoria presentada por Karol Ulate Naranjo, académica de la UNA y Álvaro Morales Ramíez, académico de la Universidad de Costa Rica, aborda los temas urgentes y problemáticas que se deben enfrentar en temas como Gobernanza del mar, donde se introduce la diplomacia azul como una herramienta que une el ámbito científico y académico con el político, facilitando espacios de diálogo necesarios para gestionar y preservar el océano de manera justa para las futuras generaciones. Respecto a la protección de los ecosistemas marinos, se insta a los gobiernos a integrar políticas públicas que combinen elementos académicos, comunitarios y políticos para abordar los problemas de las poblaciones marino-costeras. Llama a implementar y respetar instrumentos internacionales y desarrollar marcos normativos nacionales para el uso sostenible de los recursos marinos, evitando la sobreexplotación y la contaminación. Además, se promueve la creación de áreas de conservación marina interconectadas e internacionales, siguiendo los principios de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, para gestionar y conservar eficientemente la biodiversidad marina en áreas fuera de la jurisdicción nacional.
En el tema de riesgo y monitoreo del océano, se subraya la necesidad de que los gobiernos colaboren con el sector académico y científico para desarrollar planes de emergencia y proteger a las comunidades costeras vulnerables al cambio climático. “Es fundamental divulgar los resultados de investigaciones y fortalecer la influencia política del sector científico para mejorar las políticas públicas y la planificación del sistema marino-costero”. Asimismo, se insta a priorizar la inversión en tecnología avanzada para el monitoreo y gestión de riesgos oceánicos, fomentar el desarrollo sostenible en las zonas costeras y fortalecer la resiliencia ante amenazas como tsunamis. También se considera crucial mejorar el acceso a datos satelitales, expandir el uso de fibra óptica y desarrollar protocolos de monitoreo de fauna marina respetando los ecosistemas.
Con respecto a la productividad del océano y su salud, se resalta la necesidad de impulsar la investigación y el monitoreo de fenómenos como las floraciones algales nocivas, abordar integralmente la contaminación marina y fomentar la colaboración entre sectores académicos, privados y públicos. Asimismo, la importancia de preservar el ambiente marino y los recursos en las zonas económicas exclusivas de los países, requiriendo recursos, infraestructura y capacitación adecuada. “Es determinante ampliar la infraestructura y acceso a datos para decisiones informadas, medir el impacto de la pesca artesanal frente a las grandes industrias pesqueras, fomentar la maricultura sostenible y aumentar la investigación en tecnologías limpias para reducir emisiones y aprovechar la energía de los océanos”.
Finalmente, bajo el eje Un océano que inspira, se hace un llamado a la ciudadanía para participar en procesos de investigación a través de la ciencia ciudadana y aseguran, se debe mantener un equilibrio entre la conservación del océano, el aprovechamiento de sus recursos y los derechos humanos de quienes dependen de ellos, fomentando prácticas no extractivas que aseguren una vida digna. Además, afirman que es esencial proteger la biodiversidad marina e incentivar la investigación en regiones profundas mediante la cooperación internacional, así como equipar adecuadamente a los laboratorios para facilitar proyectos de investigación experimental y organizar conferencias para difundir resultados y metodologías a sectores sociales, productivos y políticos, que promuevan el intercambio de conocimientos.
Para Francisco González, rector de la UNA, la sostenibilidad del océano no es solo una preocupación ambiental, sino una cuestión vital para el futuro de nuestro planeta y para toda la humanidad. “Conscientes de esta realidad, nuestras universidades han adoptado un enfoque integral y sistemático para abordar los desafíos que enfrenta nuestro océano y esto es posible gracias a la labor integrada de múltiples actores que trabajan mano a mano con el sector académico y científico, que en nuestro país está depositado en su mayoría en las universidades públicas. Nuestras universidades han estado a la vanguardia de la investigación marina, desarrollando estudios pioneros sobre la biodiversidad, los impactos del cambio climático en los ecosistemas oceánicos y las técnicas de conservación más efectivas, así como el monitoreo ante los riesgos y cómo podemos convivir adecuadamente las personas con la naturaleza. Nuestro país es 92 % océano, mucho de este es aún desconocido por la mayoría y por esto es necesario sensibilizar e invertir en investigación que nos permita conocer quiénes somos y cuál es el patrimonio cultural y natural que tenemos”.
Durante estos días también se realizó en la Cumbre de Juventudes Latinoamérica Azul, organizada por la Alianza de Sostenibilidad del Océano (SOA) capítulo Costa Rica, que reunió a 100 jóvenes de Latinoamérica y el mundo para discutir temas relevantes sobre la sostenibilidad del océano y el cumplimiento del ODS 14.
Marilyn Valverde, representante de la SOA en Costa Rica fue la encargada de presentar un extracto de la declaratoria preparada por los jóvenes participantes. “Como juventudes latinoamericanas, reconocemos el rol crucial que cumple el océano en nuestras vidas y cómo necesitamos su conservación para hacerle frente a la triple crisis planetaria que enfrentamos. Ante eso, buscamos y demandamos mayor ambición por los países de la región latinoamericana en los siguientes puntos principales: cumplir la meta 30 /30 del Marco Global de Diversidad Biológica de manera efectiva, sin permitir actividades perjudiciales; ratificar y firmar en los países de nuestra región el acuerdo de diversidad biológica más allá de la jurisdicción nacional; Incluir soluciones basadas en el océano dentro de las contribuciones nacionales determinadas de los países de la región; la creación de un reconocimiento a centros educativos que incluyan la cultura oceánica; establecer una comisión internacional latinoamericana de contaminación marina que tenga como objetivo la centralización de la información a nivel regional y que sea accesible a todos los países de la forma de una plataforma de datos de acceso libre, gratuito y en línea”.
También incluyen en su declaratoria posicionamientos públicos, propuestas nacionales y la generación de investigación científica que permitan que los países de la región muestren apoyo a la moratoria por la minería submarina.
Política pública basada en ciencia
Hervé Berville, Secretario de Estado del Mar, Francia, aseguró en el acto de clausura, que la ciencia es necesaria, no solo para comprender mejor el océano, sino para guiar las políticas públicas. “Necesitasmo convencer a otros países de que, por ejemplo, los microplásticos son perjudiciales para nuestra salud, son una amenaza para la biodiversidad marina. Necesitamos que la ciencia convenza a la gente de que no deberíamos iniciar la minería en aguas profundas porque sólo conocemos el tres por ciento de este hermoso ecosistema. Y necesitamos, recursos genéticos marinos que están en las profundidades del mar que podrán ayudarnos para abordar alguna enfermedad para avanzar en el campo farmacéutico y médico, entonces no deberíamos iniciar una actividad que dañe el ecosistema. También necesitamos ciencia para comprender mejor el impacto de las actividades económicas en este ecosistemas marinos, y para asegurarnos de que no solo impongamos reglas, sino también sanciones”.
Finalmente, el ministro de Relaciones de Relaciones Exteriores Arnoldo André Tinoco, destacó el compromiso y espíritu innovador por el avance del conocimiento. “Más allá de la investigación pura, quiero destacar el papel fundamental que desempeña la comunidad científica y académica en la formulación de políticas y la toma de decisiones. Sus hallazgos y recomendaciones no sólo informan a los gobiernos y a las organizaciones internacionales, sino que también inspiran y movilizan a la sociedad en su conjunto para actuar en Defensa del océano y los recursos marinos. En Costa Rica reconocemos la importancia vital de esta colaboración entre la ciencia, la política y la sociedad. Estamos comprometidos con la protección de nuestro océano y con el desarrollo de políticas públicas basadas en evidencia científica, que promuevan la conservación y el uso sostenible de nuestros recursos marinos. Sabemos que este es un desafío que requiere del esfuerzo conjunto a nivel mundial. El océano y sus recursos no conocen fronteras y su preservación es responsabilidad de todos nosotros. Por lo tanto, es fundamental que continuemos fortaleciendo los lazos de colaboración y cooperación entre los diferentes actores, tanto a nivel nacional como internacional. Este es un trabajo que trasciende a los gobiernos y crear alianzas entre la comunidad científica, la academia, la sociedad civil y el sector privado es esencial”.
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A pesar de que desde 1968 la Ley de Planificación Urbana establece que todos los gobiernos locales deben tener un plan regulador como instrumento de ordenamiento territorial, menos del 50% de los municipios del país cuentan con uno vigente, aprobado antes del año 2000.
Recientemente varias comunidades se han levantado a favor o en contra de los planes reguladores propuestos para sus cantones, tal es el caso de Pérez Zeledón y Montes de Oca. ¿Pero, qué es un plan regulador y cómo funciona?
De acuerdo con Guillermo Calderón Ramírez, coordinador del Programa para la Promoción de la Gestión y el Ordenamiento del Territorio (PROGOT), un plan regulador es una herramienta de planificación y gestión que busca organizar y ordenar el uso del suelo y los recursos en un territorio determinado. Donde su objetivo es promover un desarrollo sostenible y equilibrado, considerando aspectos sociales, económicos, ambientales y culturales.
En Costa Rica, la planificación regional y nacional está a cargo del Mideplan y el Instituto Nacional de Vivienda y Urbanismo (Invu), pero la planificación local corresponde a las municipalidades. «Sí, la Ley de Planificación Urbana de 1968 establece que todos los gobiernos locales deben tener un plan regulador como instrumento de ordenamiento territorial», afirmó Calderón. Sin embargo, destacó que menos del 50% de los municipios cuentan con un plan regulador vigente, muchos de los cuales fueron elaborados antes del año 2000.
Calderón destaca, que uno de los componentes más visibles y a menudo controversiales dentro de un plan es la zonificación. “Esta es la que define los usos de suelo: dónde se puede construir, dónde pueden estar las zonas residenciales, comerciales, industriales, entre otros, pero el propósito principal de un plan regulador es ‘ordenar la casa’, es decir, organizar nuestro territorio para evitar la densificación desordenada y el crecimiento exponencial sin planificación”.
El plan regulador trabaja con usos residenciales, comerciales, industriales, agrícolas o mixtos, basándose en las características de cada cantón y haciendo proyecciones de hasta 10 y 20 años para planificar el crecimiento futuro del territorio. Calderón aclaró que la infraestructura existente mantiene su uso. «Si una zona es residencial, seguirá siendo residencial; si es comercial, seguirá siendo comercial. Los cambios se aplican a las nuevas construcciones y desarrollos futuros».
Calderón enfatizó que un plan regulador no es una herramienta para confiscar tierras ni para limitar arbitrariamente el uso del suelo. «Es un instrumento para ordenar el territorio de manera racional y sostenible».
En detalle
El proceso comienza con la elaboración del presupuesto y la formación de una comisión en el gobierno local. Luego se realiza un diagnóstico territorial con la participación de la comunidad. «El diagnóstico territorial se realiza a través de talleres de participación ciudadana, porque la población conoce su territorio mejor que nadie», dijo Calderón.
Una vez completado el diagnóstico, se desarrolla una propuesta territorial que también se consulta con la comunidad. Esta propuesta define los usos del suelo y las áreas de crecimiento. Después, se lleva a cabo una audiencia pública y se envía el plan al INVU para su revisión. Finalmente, el concejo municipal adopta el plan y se publica en el Diario Oficial La Gaceta, convirtiéndolo en ley.
«El proceso puede tardar aproximadamente un año y medio, pero puede extenderse dependiendo de la revisión por parte de diferentes entidades como Setena o el INVU», explicó Calderón.
El investigador también mencionó el papel de la UNA como un actor social en la elaboración de estos planes. «Nuestro papel es socializar la información y apoyar a la población. La Universidad ofrece un valor significativo a estos proyectos, más allá de lo económico, contribuyendo con la confianza y participación de la comunidad».
Actualmente la UNA trabaja con las municipalidades de Atenas, Cañas, Bagaces, Tilarán, Upala, San Rafael de Heredia, en la consolidación de sus planes reguladores.
Oficina de Comunicación Universidad Nacional, Costa Rica
Decenas de científicos costarricenses de las universidades estatales y las delegaciones de más de 20 países de América, Europa y Asia, así como de asociaciones de desarrollo, líderes y organizaciones no gubernamentales que desarrollan acciones en pro de la sostenibilidad del océano, se reúnen desde hoy y hasta el jueves 6 de junio en el auditorio Cora Ferro Calabrese de la Universidad Nacional.
El océano está amenazado por los impactos del cambio climático, sobreexplotación, pérdida de hábitat, defaunación marina, contaminación y otras presiones. Las investigaciones advierten de los aumentos en la concentración de dióxido de carbono y las consecuencias relacionadas con el cambio climático que tendrán importantes efectos en toda la columna de agua y el fondo marino profundo.
Decenas de científicos costarricenses de las universidades estatales y las delegaciones de más de 20 países de América, Europa y Asia, así como de asociaciones de desarrollo, líderes y lideresas comunitarias, organizaciones no gubernamentales y otros actores locales que desarrollan acciones en pro de la sostenibilidad del océano, se reúnen desde hoy y hasta el jueves 6 de junio en el auditorio Cora Ferro Calabrese de la Universidad Nacional, para participar del Congreso de Integración de Saberes para un Océano Sostenible (CISOS24), organizado por la Comisión de Vicerrectores de Investigación de Consejo Nacional de Rectores (CONARE).
“La gobernanza global de los océanos se enfrenta a numerosas dificultades en múltiples frentes, incluidos los riesgos para la salud de los ecosistemas, la salud humana y la sostenibilidad. El cambio climático perjudica la equidad social, limita el uso de actividades humanas relacionadas con el mar y reduce la capacidad de los ecosistemas marinos para prestar servicios. Se requiere entonces una gobernanza global de los océanos más adaptable, que tenga en cuenta una amplia gama de actores en diversos niveles que trabajen juntos de manera gradual y pragmática, de acuerdo con el requisito de un cambio continuo hacia la consecución de los objetivos de desarrollo sostenible”, dijo Jorge Herrera, vicerrector de Investigación de la Universidad Nacional en el acto de inauguración.
Este es un foro académico – científico que pretende: generar recomendaciones desde la integración de saberes académicos y no académicos para garantizar acciones en torno a la sostenibilidad del océano, así como evidenciar aportes científicos, tecnológicos, experienciales, de gestión comunitaria, entre otros, en el cumplimiento de los objetivos de desarrollo sostenible 2030, de cara a las acciones a desarrollar para la III Conferencia de la Organización de las Naciones Unidas sobre el Océano (UNOC25), a realizarse en Francia en junio de 2025, donde Costa Rica será coanfitrión. Este evento se proyecta como una ventana para el mundo en materia de lo que la academia costarricense produce y comunica en este campo del conocimiento.
Para Francoise Gaill, representante del Panel Internacional por la Sustentabilidad del Océano, dijo que, hoy más que nunca el océano está en un estado de emergencia, pues el océano se vuelve cada vez más cálido, más contaminado, más insalubre, y estamos ante la pregunta de qué hacer para volver a un océano más sostenible. “Necesitamos el conocimiento científico porque es una manera universal de entender la realidad del mundo, pero también necesitamos el saber hacer y el cómo hacer, y es a través de eventos como este, donde podemos intercambiar conocimientos para lograr objetivos”.
Se realizarán foros, talleres, paneles de discusión, conversatorios, conferencias y mesas de trabajo, el resultado de este trabajo será una declaratoria en el marco del evento de alto nivel: Immersed in Change, a realizarse el 7 y 8 de junio en el Centro de Convenciones, donde la Universidad Nacional participará con un stand donde compartirá información sobre su trabajo académico e investigativo asociado con la sostenibilidad del océano, y dos paneles organizados por los académicos Silvia Chacón del Sistema Nacional de Monitoreo de Tsunamis (Sinamot-UNA) y Sergio Cambronero del Laboratorio (LAOCOS), ambos del Departamento de Física en sus temas de gestión de riesgos por tsunami y océano profundo
Cooperación
“Lo sabemos todos y ya se recordó esta mañana: el océano desempeña un papel fundamental en la regulación del calentamiento global por su función de bomba de carbono. Se calcula que el océano contiene 50 veces más carbono que la atmósfera, que absorbe el 30 % de las emisiones de dióxido de carbono de origen humano y que genera el 50 % del oxígeno que respiramos. Pero sabemos todos también, lamentablemente, el importante deterioro de la salud del océano y de su biodiversidad, lo que provocará pérdidas irreparables. Como lo declaró el Secretario General de las Naciones Unidas en la segunda Conferencia sobre el Océano celebrada en Lisboa en junio de 2022, el océano se encuentra en estado de emergencia, entonces hay que actuar rápidamente. En junio de 2022 se decidió que Costa Rica y Francia iban a presidir conjuntamente la tercera Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Océano en Niza, en junio de 2025. Nuestros dos países son en efecto, totalmente conscientes de esta emergencia. Decidieron asumir y liderar un compromiso colectivo para detener el declive de la salud del océano, para proteger el océano, nuestro bien común, y ustedes, los científicos lo saben mejor que nadie, el conocimiento es totalmente clave”, dijo la Embajadora de Francia Alexandra Bellayer-Roille.
Para Francisco González, rector de la UNA, “esta es una evidencia de la forma en la cual hemos venido orientando también nuestras capacidades institucionales al servicio de la diplomacia internacional. De manera particular con Francia hemos venido construyendo una relación de mucho apoyo estratégico, que hoy se consolida con esta iniciativa que es el primer congreso donde desde la academia, reflexionamos y aportamos para la agenda política del próximo congreso mundial”.
Adicionalmente, este evento alberga la Cumbre de Juventudes Latinoamérica Azul, organizada por la Alianza de Sostenibilidad del Océano (SOA) capítulo Costa Rica, que reúne a 100 jóvenes de Latinoamérica y el mundo para discutir temas relevantes sobre la sostenibilidad del océano y el cumplimiento del ODS 14.
“Somos personas de entre 18 y 35 años de Argentina, Cuba, Costa Rica, Chile, Colombia, México, Panamá, Perú, Portugal, entre otros. Estos días vamos a tener talleres, charlas, paneles, pero también unos espacios de construcción. El objetivo principal es culminar con una declaratoria de iniciativas de jóvenes involucrados activamente en sus países en temas de conservación, ciencia, gestión de los recursos, política, ideas que esperamos sean atendidas por los tomadores de decisiones”, detalló Marilyn Valverde, representante de la SOA en Costa Rica.
La causa principal de la acidificación del océano es la liberación a la atmósfera del CO2 originado por actividades humanas. La única opción realista de mitigación que se conoce a escala mundial consiste en limitar los niveles futuros del CO2 atmosférico. Así lo detalló Jean -Pierre Gattuso, quien impartió la conferencia inaugural Océano y cambio climático, donde afirmó que acciones como la restauración de las zonas pantanosas, la plantación de nuevos bosques y la reforestación podrían mejorar la absorción por la vegetación y los suelos, pero indicó que la acidificación del océano no está explícitamente regulada por los tratados internacionales, y que si bien se considera una amenaza para los ecosistemas ecológicos y económicamente más importantes, así como para el bienestar humano, no existen todavía mecanismos internacionales ni financiamiento para emprender acciones que mitiguen la acidificación o la adaptación a ella.
Océano bajo la mirada del arte
Además de conocer la investigación generada en torno a los océanos, en el lobby del auditorio, los asistente podrán participar de “Las dimensiones del océano”, una instalación intermedial cuya narrativa integra la creación de objetos de especies marinas en 3D, la impresión de algunos de estos objetos en 3D, el uso de sensores, la respuesta sonora de ciertos animales marinos, y la interactividad y la inmersión a través de la realidad virtual.
“La era digital, aunada a nuestro potencial de desarrollar tecnologías de alta gama y sofisticación, nos permite aproximarnos cada vez más a la inmensidad del océano, conocer sobre las diversas especies marinas, y sus formas de convivencia e interacción. Esta es una oportunidad de acercarnos a una alfabetización oceánica desde una mirada artística”, dijo Paula Rojas, directora de la EAE-UNA.
De acuerdo con Rojas, se trata de un proyecto investigativo que involucra tanto a personas estudiantes y académicos artistas que aportan a la investigación, a la generación de los contenidos, y a la resolución técnica y/o dramatúrgica de la propuesta. Así, esta idea se convierte en un estímulo a las investigaciones desarrolladas en el LED, y una puerta para conocer, admirar y comprender los retos que tenemos como humanidad frente al océano.
La oficina de Comunicación de la Universidad Nacional, preparó un especial que reúne la trayectoria de la UNA en materia de océanos, e incluye una diversidad de esfuerzos inter, multi y transdiciplinarios que contribuyen con la producción de conocimiento sobre cómo se establece la relación entre el océano y la sociedad de una manera sostenible.
Conozca también algunas de estas iniciativas en las voces de sus especialistas, el cronograma de ambos eventos así con los proyectos de la UNA en el siguiente enlace: https://acortar.link/bOpe1u