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Etiqueta: UNA

Revista Ambientico: espacios verdes urbanos para mejorar el bienestar humano

El Consejo Editorial y la Escuela de Ciencia Ambientales de la Universidad Nacional presenta el más reciente número de la Revista Ambientico, la cual es una revista de divulgación trimestral publicada desde la Escuela de Ciencia Ambientales de la Universidad Nacional, creada en 1992 como una publicación especializada en el análisis de la problemática ambiental costarricense y que tiene como misión estimular, publicar, y difundir un análisis riguroso y actualizado sobre problemáticas e iniciativas ambientales en Costa Rica.

Para acceder a la revista visite el siguiente enlace: https://www.ambientico.una.ac.cr/

 

Compartido con SURCOS por Rafael López Alfaro.

INEINA-UNA: Urge cambiar normas culturales permisivas que facilitan relaciones impropias entre personas adultas y menores de edad

Ante el caso de las niñas de Cartago víctimas de violencia, el Instituto de Estudios Interdisciplinarios de la Niñez y la Adolescencia de la Universidad Nacional (INEINA-UNA) emitió un pronunciamiento en el que destaca la urgencia de que en el país se cambien las normas culturales permisivas que facilitan la existencia de relaciones impropias entre personas adultas mayores y menores de edad, las cuales son ilegales y constituyen delitos penados con cárcel.

“Si las normas legales cambian, pero las normas culturales siguen tolerando las relaciones impropias, entonces éstas se seguirán manteniendo y será difícil que las personas las censuren y denuncien”, subraya el pronunciamiento del INEINA-UNA, instituto que ha hecho importantes aportes para atender las problemáticas de las relaciones impropias y del embarazo adolescente en el país.

En el documento, el INEINA-UNA asegura que Costa Rica debe pasar del discurso a la acción estratégica en el compromiso con los derechos de todas las personas menores de edad en su territorio, por lo cual solicita, de manera respetuosa pero vehemente, que las autoridades en materia de niñez y adolescencia del Poder Ejecutivo:

  1. a) Convoquen y normalicen a la brevedad posible las sesiones del Consejo Nacional de Niñez y Adolescencia, para que este pueda llevar a cabo sus funciones de articulación interinstitucional e intersectorial de las políticas públicas para esta población.
  2. b) Consideren la experiencia de las Universidades Públicas y las convoquen en el corto plazo para robustecer las acciones estratégicas de política pública en materia de prevención, atención y erradicación de la violencia contra las personas menores de edad.
  3. c) Convoquen un proyecto de Ley de fortalecimiento del SNPI, considerando las recomendaciones del estudio realizado por el INEINA.
  4. d) Aceleren las acciones para que el país pueda contar en el plazo más corto posible con una Política Nacional de Niñez y Adolescencia clara, sólida, validada y basada en evidencia, que defina el rumbo del país en este campo en los próximos años.

A continuación, el pronunciamiento completo del INEINA-UNA:

El Instituto de Estudios Interdisciplinarios de la Niñez y la Adolescencia (INEINA) de la Universidad Nacional frente al caso de las niñas de Cartago víctimas de violencia, desea aportar algunas consideraciones para análisis:

– Es urgente que en Costa Rica se cambien las normas culturales permisivas que facilitan la existencia de relaciones impropias entre personas adultas y menores de edad. Es importante destacar que estas relaciones son ilegales y constituyen delitos penados con cárcel. Si las normas legales cambian, pero las normas culturales siguen tolerando las relaciones impropias, entonces éstas se seguirán manteniendo y será difícil que las personas las censuren y denuncien.

– El embarazo adolescente es una problemática compleja por sus diversas implicaciones, frecuentemente la adolescente madre ve truncado o significativamente perjudicado su proceso de desarrollo humano a una edad en que el organismo y la madurez mental son insuficientes para enfrentar el muy demandante proceso de gestación y crianza. Además, con frecuencia, los padres no asumen su corresponsabilidad de cuido, crianza y manutención. Si la madre adolescente sale del sistema educativo antes de finalizar alguna forma de educación terciaria (técnica o universitaria), tendrá menos posibilidades de encontrar empleo formal y esto disminuirá sus ingresos.

– El INEINA de la UNA ha hecho aportes para atender estas problemáticas de la realidad costarricense. Por ejemplo:

  • Desde el 2018 el INEINA tiene un proyecto de extensión llamado “Redescubriendo a la persona en la adolescente madre” que trabaja interinstitucionalmente para el desarrollo integral, la promoción y garantía de sus derechos.
  • En el 2021 el INEINA produjo evidencia de que los programas de educación familiar en el contexto costarricense para la crianza positiva muestran capacidad para reducir significativamente el uso del castigo físico y aumentar la satisfacción de las figuras parentales con su rol de crianza.
  • El INEINA por medio de la investigación ha demostrado que Costa Rica requiere fortalecer su Sistema Nacional de Protección Integral, (SNPI) dadas las carencias y vacíos que le impiden ejercer sus funciones interinstitucionales a cabalidad. Pese a que se elaboró una propuesta para fortalecer el SNPI que ha sido reconocida por diversos sectores y que ha sido presentada en dos ocasiones en administraciones anteriores a la Comisión de Niñez y Adolescencia de la Asamblea Legislativa, no han surgido cambios en el quehacer del SNPI. En este sentido, es importante trascender las acciones aisladas y promover reformas de fondo orientadas a la gestión de políticas públicas basadas en evidencia científica que promuevan la protección de las niñas, niños y adolescentes.
  • El INEINA ha colaborado con Visión Mundial en un proyecto de fortalecimiento de la salud sexual y reproductiva de las personas adolescentes en la Zona Norte del 2020 a la fecha, desde el cual se han capacitado a personas de 12 a 19 años en temas como el abuso sexual, las relaciones impropias, el derecho a una vida sexual sin violencia y a la responsabilidad en materia de salud reproductiva.

Es preocupante que Costa Rica se encuentre sin una Política Nacional de Niñez y Adolescencia vigente, pues la última tuvo su vigencia de 2009 a 2021, lo cual implica una falta de rumbo estratégico para esta población en general, así como en materia de protección de derechos en particular. Esta política nacional debe definir las prioridades, objetivos específicos, metas y procesos de implementación que permitan aclarar el camino y avanzar en la protección de los derechos de todas las personas menores de edad, especialmente de las más vulnerables. Por otra parte, el Consejo Nacional de la Niñez y la Adolescencia (CNNA) no ha sesionado como corresponde, lo cual desatiende el accionar social y la articulación interinstitucional e intersectorial.

Pronunciamiento:

Costa Rica debe pasar del discurso a la acción estratégica en el compromiso con los derechos de todas las personas menores de edad en su territorio, por lo cual el INEINA solicita, de manera respetuosa pero vehemente, que las autoridades en materia de niñez y adolescencia del Poder Ejecutivo: a) Convoquen y normalicen a la brevedad posible las sesiones del Consejo Nacional de Niñez y Adolescencia, para que este pueda llevar a cabo sus funciones de articulación interinstitucional e intersectorial de las políticas públicas para esta población, b) Consideren la experiencia de las Universidades Públicas y las convoquen en el corto plazo para robustecer las acciones estratégicas de política pública en materia de prevención, atención y erradicación de la violencia contra las personas menores de edad, c) Convoquen un proyecto de Ley de fortalecimiento del SNPI, considerando las recomendaciones del estudio realizado por el INEINA, d) aceleren las acciones para que el país pueda contar en el plazo más corto posible con una Política Nacional de Niñez y Adolescencia clara, sólida, validada y basada en evidencia, que defina el rumbo del país en este campo en los próximos años.

Las tragedias como esta nos recuerdan que debilitar la inversión social y la educación, solamente traerá perjuicios y resultados negativos a las familias, y nos pronunciamos vehementemente por una atención integral de estas problemáticas. Nos ponemos a disposición para apoyar en esta importante tarea.

Firma responsable:

M.A. Roxana Rodríguez Araya – directora INEINA

Oficina de Comunicación

Universidad Nacional, Costa Rica

 

Imagen: UNA

Inauguración de moderno edificio académico en Campus Pérez Zeledón de la UNA

El nuevo edificio académico del Campus Pérez Zeledón de la Universidad Nacional (UNA), es un proyecto de 4.120 metros cuadrados de construcción, con una inversión cercana a los $10 millones, financiado con recursos institucionales provenientes del FEES.

El inmueble de tres pisos está conformado por cuatro aulas, dos laboratorios de idiomas, dos laboratorios de informática, la biblioteca, el área administrativa y la soda comedor.

Yalile Jiménez, decana de la Sede Regional Brunca de la UNA, catalogó al nuevo edificio como una necesidad primordial que tenía la institución para con la región, el cual se construyó en el plazo de un año, donde la comunidad universitaria no vio afectadas sus funciones, dado que las obras se realizaron en tiempos de pandemia.

Oficina de Comunicacion UNA

Especialistas UNA piden renuncia de ministra del MEP por declaraciones sobre bullying

La Facultad de Ciencias Sociales y el Centro de Investigación en Docencia y Educación (CIDE) de la Universidad Nacional (UNA) solicitan, de manera vehemente e inmediata, la renuncia de ministra de Educación Pública,  Anna Katharina Müller Castro, por considerar que las manifestaciones de la jerarca en relación con el acoso escolar (bullying) son “triviales, ligeras y sin fundamento”.

En un pronunciamiento, emitido este 22 de marzo, especialistas de las facultades instan a la comunidad universitaria y nacional “a defender y hacer lectura crítica de todo aquello que lesione e irrespete los derechos humanos”.

A continuación, el pronunciamiento completo:

El Centro de Investigación y Docencia en Educación (CIDE) y la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional, manifiestan profunda preocupación ante las declaraciones emitidas por la ministra de Educación Pública, señora Anna Katharina Müller Castro, en relación con el acoso escolar (bullying), al afirmar que “un joven con buena autoestima no se deja afectar por el bullying”.

En primera instancia, es pertinente recordar la Ley Fundamental de Educación, que en su artículo 2° indica como fines de la educación costarricense:

  1. b) Contribuir al desenvolvimiento pleno de la personalidad humana;
  2. c) Formar ciudadanos para una democracia en que se concilien los intereses del individuo con los de la comunidad;
  3. d) Estimular el desarrollo de la solidaridad y de la comprensión humanas.

De manera que los centros educativos deben ser promotores del desarrollo de la personalidad de los educandos desde la solidaridad y la comprensión. Esto, sin duda, es potenciado por el personal docente que, enfrentado a complejas realidades sociales, asume el compromiso de promover valores como el respeto, la tolerancia y la no discriminación.

Sin embargo, preocupa que la jerarca del Ministerio de Educación Pública (MEP), a pesar de lo trascendental de su investidura y de lo que ésta representa, simplifique un problema tan complejo como el acoso escolar (bullying), reduciéndolo a su propia interpretación personal y pasando por alto las heterogéneas causas sociales, culturales, educativas, contextuales, históricas y económicas, entre muchas otras, que intervienen en este fenómeno. El acoso escolar es un síntoma de profundos dilemas que se entrecruzan y derivan en actos de agresión y maltrato de diversa índole.

En este sentido, múltiples investigaciones han indicado los efectos del acoso escolar (bullying) en la vida de los niños, niñas y adolescentes, entre los que destacan:

  • Fracaso escolar, entendido como rechazo a la escuela, exclusión, bajo rendimiento, ausentismo y repitencia.
  • Crisis de ansiedad, pánico y depresión.
  • Constante sentimiento de culpa.
  • Déficit en la autoestima, autoconcepto negativo, autodesprecio, inseguridad.
  • Decisiones poco asertivas
  • Alteraciones del estado de ánimo, de la conducta, sentimientos de ira.
  • Introversión, timidez, aislamiento social, impopularidad, pocas relaciones sociales
  • Insatisfacción familiar.
  • Poca eficacia en las acciones debido a la desmotivación.
  • Síntomas psicosomáticos como insomnio, enuresis y dolores físicos.
  • Cambios frecuentes de centro educativo (Morales y Villalobos, citando a Oñederra 2008).

Así mismo, los datos presentados por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE, 2018), señalan que Costa Rica es el segundo país de Latinoamérica con más casos de acoso escolar (bullying), donde al menos un 11% de los niños y niñas en edad escolar afirman ser víctimas de dinámicas de acoso escolar, como bien refiere el informe PISA 2015.

Uno de los efectos emocionales que produce el acoso escolar (bullying) es, precisamente, un déficit en la autoestima, autoconcepto e inseguridad de la víctima, de manera que la evidencia científica apunta justo en contra de la opinión de la jerarca de Educación. Es menos probable que una persona que sufra acoso tenga la autoestima suficientemente alta como para ser inmune o a las circunstancias que deriven del mismo.

En relación con las declaraciones supracitadas, el Colegio de Profesionales en Psicología de Costa Rica emitió un pronunciamiento donde indica lo siguiente:

“En 2018 la 1° Campaña Alto al Bullying liderada por el Colegio de Profesionales en Psicología, avalada por el MEP, llamaba la atención sobre el tema con una matriz de 16 mitos de la que destacamos que en el número 4, el mito “tiene baja autoestima”, hace referencia a una afirmación incorrecta, dado que la percepción de la baja autoestima no es una causa, es una consecuencia del daño creado. La víctima no es culpable, menos responsable. Con lo que la frase de la Ministra no solo sostiene un mito que pone en retroceso los esfuerzos y avances alcanzados en materia de actuación y prevención en el país, sino que ubica a las víctimas en el lugar de culpables y merecedoras de la agresión sufrida, dejándolas en indefensión mayor e instaurando la falsa idea de que sus recursos emocionales son ineficientes, aumentando el deterioro de su salud mental y por ende el riesgo del daño”.

Así, ante la evidencia científica y la basta información sobre el tema, resulta inconcebible revictimizar a la víctima trasladando la culpa sobre la persona agredida y su familia, lo cual constituye un hecho de graves proporciones viniendo precisamente de la figura rectora del MEP.

Sin duda, el acoso escolar (bullying) es un tema trascendente y sensible; el cual debe considerar las denuncias, las cifras arrojadas por múltiples investigaciones y los diversos y trágicos desenlaces que en ocasiones el acoso ha provocado. Los miles de estudiantes víctimas de acoso escolar y sus familias, podrán concordar con que existen consecuencias de largo plazo en sus vidas, y en que no merecen que se trivialice una problemática de tal complejidad. 

Cuando una persona sufre acoso escolar (bullying), el caso debe ser atendido con la seriedad que corresponde; donde tanto acosado/a como acosador/a requieren de un abordaje integral, acompañamiento y apoyo profesional.

Por lo anterior, la Facultad de Ciencias Sociales y el Centro de Investigación en Docencia y Educación de la Universidad Nacional, censuran las manifestaciones triviales, ligeras y sin fundamento emitidas por la ministra de Educación Pública en relación con el acoso escolar (bullying). Solicitamos, de manera vehemente e inmediata, la renuncia de la señora Müller a su puesto como jerarca del MEP, e instamos a la comunidad universitaria y nacional a defender y a hacer lectura crítica de todo aquello que lesione e irrespete los derechos humanos. 

Campus Omar Dengo, Heredia, 22 de marzo de 2023.

 

Fuente: https://www.unacomunica.una.ac.cr/index.php/marzo-2023/4500-especialistas-una-piden-renuncia-de-ministra-del-mep-por-declaraciones-sobre-bullying

50 años de la UNA: entrevista a Miguel Sobrado Chaves, fundador UNA

En el contexto de la celebración de los 50 años de la UNA, en una entrevista realizada el 14 de marzo de 2023 a Miguel Sobrado Chaves, comentó sobre los factores que favorecieron el nacimiento de esta universidad: el aumento en la tasa de crecimiento de la población en la década de los 50’s, una alta demanda universitaria, una gran faltante en la oferta de carreras y junto con dos fuertes tendencias del momento, la creación de una universidad europea y de una universidad que se acoplara a las necesidades nacionales. La creación de la Universidad Nacional se volvió una necesidad nacional.

A nivel externo, también habían condiciones especiales que intervinieron en su creación: cambio en la geopolítica regional, intereses por parte de Estados Unidos en impulsar reformas agrarias en Latinoamérica y el tema agrario como tendencia del momento.

En 1973 existía un proyecto para crear una universidad pedagógica, en el que se sumaban otros intereses de grupos por crearla. Su creación se dio en un momento en el que llegaban al país muchos exiliados altamente calificados y grandes intelectuales. Fue creada en torno al proyecto de la Escuela de Planificación y Promoción Social, del Padre Hugo Fernández, en el que llamaron a Miguel Sobrado Chaves a participar del mismo.

Comenta que, la Universidad ha llegado muy lejos en cuanto a la innovación en torno a la oferta de carreras, por ejemplo, ambientales, biología marina, ciencias deportivas, entre otras, que responden a las demandas y necesidades del país. Dice que la Universidad está para servir al país y para aprender de las experiencias y construir cambios a partir de los mismos.

Finaliza la entrevista con la idea de cuestionarse sobre qué hace falta y cómo podemos resolverlo; destaca que un aspecto faltante en la UNA es la autoevaluación, por lo que señala que es necesario capacitar y actualizar a los docentes sobre las tecnologías nuevas y cambiantes para acoplarse al mundo tecnológico. 

Si desea ver la entrevista completa lo puede hacer al siguiente enlace:

Los cincuenta años de la UNA y el ethos de sus fundadores (IV y final)

Rogelio Cedeño Castro, sociólogo y catedrático de la Universidad Nacional de Costa Rica (UNA)

El surgimiento de la UNA o Universidad Nacional de Costa Rica estuvo marcado por grandes esperanzas y expectativas (en tiempos de crecimiento económico y auge del estado benefactor) de transformación de la sociedad costarricense, cuando los efectos del crecimiento demográfico sostenido desde los primeros años de la posguerra, una vez concluida la Segunda Guerra Mundial,  se hacían sentir con demandas crecientes de servicios en el campo de la educación, la salud, las edificaciones y la infraestructura vial, en la medida en que una nueva generación, la del Baby Boom, tocaba las puertas de la educación superior cuando la Universidad de Costa Rica era la única institución de educación superior en el país. Fue entonces cuando se crearon nuevas universidades públicas como la UNA, el TEC y la UNED y se produjo una diversificación parcial del sistema educación superior pública de Costa Rica que nació en esos tempranos años de la década de los setenta. Lo paradójico del caso de la UNA es que no figurara entre sus planes la creación de carreras como derecho y medicina más aun, teniendo en cuenta que con la avalancha de universidades privadas surgidas durante las décadas posteriores, y la conversión de la educación en un mero negocio, esas entidades crearon numerosas escuelas de derecho y medicina, valiéndose de los docentes y la investigación que se realiza en las universidades públicas.

En el año de 1977, cuando el doctor Celedonio Ramírez aspiró a la rectoría de la UNA, frente a la candidatura del doctor Alfio Piva Mesén, quien fuera el segundo rector de la institución, recuerdo muy bien la afirmación de quien posteriormente fuera rector de la UNED, de haber recibido la oferta de asumir el Hospital San Juan de Dios, lo que hubiera sido un insumo importante para que la UNA creara una escuela de Medicina mucho antes de que las universidades privadas lo hicieran. ¿será por ese motivo que algunos estudiantes de entonces se sintieron defraudados con la nueva institución, alegando que la UNA les quedó debiendo?

La conmemoración de los cincuenta años de la nueva institución universitaria, que heredó buena parte de la tradición intelectual e instalaciones de la vieja Escuela Normal, fundada más de medio siglo atrás (1915), corre el riesgo de impregnarse del espíritu o ethos de estos tiempos marcados por el totalitarismo neoliberal, y el acelerado desmantelamiento del estado social de derecho que la acompañó durante la primera etapa de su desenvolvimiento institucional. Algunas de las reacciones. y comentarios de otros protagonistas de la vida institucional de entonces, publicadas en estos días, han sido omisas y acomodaticias hacia el presente neoliberal, soslayando así muchas dimensiones del proceso fundacional y el contexto sociopolítico en que se produjo (Ver al respecto José Eduardo Mora “La universidad “necesaria” del Padre Núñez” Semanario Universidad, edición 2454, 1 al 7 de marzo 2023,  página 18, Cultura, en especial en lo referente a las declaraciones de Rodrigo Carreras y Vladimir De La Cruz). Se tiende a obviar la naturaleza específica del proyecto llamado universidad necesaria, especialmente en lo académico, con sus implicaciones en un nuevo tipo de universidad (¿la universidad necesaria acaso?, la que más allá de su mera enunciación implicaba un proyecto académico muy ambicioso) y en cuanto al compromiso político con los sectores populares que planteaba, también en cuanto a la naturaleza del IESTRA y otras unidades académicas e investigativas, que representó una gran oportunidad para incursionar en las múltiples dimensiones del mundo del trabajo (algo que había planteado en una entrega anterior de este artículo), las que iban mucho allá de la docencia dirigida hacia el sindicalismo y el cooperativismo. Siempre estaremos expuestos a la naturaleza acomodaticia de las “verdades oficiales” o mentiras complacientes, motivo por el que sólo la vigilancia y el espíritu crítico, incluso hacia nosotros mismos, pueden librarnos de caer en esas trampas tan peligrosas en este medio siglo transcurrido, desde el nacimiento de la UNA.

En el área de las llamadas Ciencias de la Salud se optó por darle impulso a la Escuela de Medicina Veterinaria, con su hospital veterinario, ambos ubicados en el Campus Benjamín Núñez (Barreal de Heredia), los que han representado toda una revolución en ese campo, dada su enorme proyección hacia el conjunto del sector agropecuario, especialmente en los órdenes de la investigación y extensión.

En medio de la “normalización” y burocratización crecientes, los posgrados representaron una excelente oportunidad para el ensanchamiento de la investigación y la docencia universitaria, si bien la sincronía y la concreción de esas iniciativas no siempre fueron las que se requerían, incluso con urgencia, lo que puede haber dado lugar a una falta de retroalimentación hacia muchas de las propuestas académicas de los fundadores.

La creación de la Maestría en Política Económica, ligada a la Facultad de Ciencias Sociales marcó un punto de inflexión para la docencia y la investigación en la UNA, pues alimentó también los estudios de grado y se proyectó hacia el conjunto de la sociedad costarricense. Posteriormente, los posgrados en otras facultades y especialmente en la Filosofía y Letras, aceleraron el proceso de retroalimentación de la docencia en los estudios de grado. La doctora Magda Zavala jugó un gran papel para la expansión de esos estudios en la mencionada facultad, a pesar de las dificultades de orden institucional que tuvo que afrontar.

Concluyo manifestando que restan muchos temas y situaciones específicas de la vida universitaria, a lo largo de los cincuenta años transcurridos, sobre los que debería haber una discusión constructiva entre quienes fueron sus protagonistas, lo que resulta más urgente en la medida que muchos de ellos van abandonando el escenario histórico,  en especial los de la generación del baby boom.

UNA celebra aniversario con la comunidad Herediana

El 14 y 15 de marzo la Universidad Nacional (UNA) y el pueblo herediano se lanzarán a las calles para celebrar la apertura de la Institución. 

Un 14 de marzo, hace 50 años, la Universidad Nacional abrió sus puertas al país. La comunidad herediana tomó las calles de la provincia para celebrar con entusiasmo, la llegada de la Universidad Necesaria a la ciudad de los maestros.

El próximo martes 14 y miércoles 15 de marzo en el 50 aniversario de nuestra Institución, recrearemos el júbilo de aquella fecha con música, arte, talleres, conferencias y mucho más.

El martes a las 8 a.m. podrá unirse al pasacalle que saldrá de la Explanada 11 de abril de la UNA, ahí participarán las bandas de las escuelas Rafael Moya y Juan Mora Fernández, los pasacalle de las escuelas Manuela Camacho, Los Ángeles de San Rafael de Heredia; las bandas y pasacalle del   liceo de Heredia y el Conservatorio Castella, así como el equipo de porrismo de Promoción Estudiantil de la UNA, el Movimiento Estudiantil indígena, la Escuela de Arte Escénico de la UNA, la comparsa de la UCR del Pacífico, la Escuela de Danza UNA, cimarrona y mascaradas entre otros.

A las 10:30 a.m. en el parque Nicolás Ulloa (central), iniciará el acto protocolario, con la participación de autoridades universitarias y actores locales. A las 12 m. participará la Banda de Conciertos de Heredia, a partir de la 1:30 y hasta las 5:30 p.m. habrá presentaciones de la Escuela de Danza la Escuela de Música, el grupo folclórico Barbac, el Cuarteto de Saxofones y el Coro de la Sierra, los 3 últimos grupos representativos del Departamento de Promoción Estudiantil de la UNA. A partir de las 7 p.m. le invitamos al concierto con Nakury y Mentados. 

Para el 15 de marzo, tanto en el Centro de Cultura Omar Dengo como en el parque Nicolás Ulloa, de 8 a.m. a 12 m. se desarrollarán talleres para niños, jóvenes y adultos, en temas como educación somática, danza, improvisación y expresión del movimiento, creatividad, música y química, entre otros.

De 9 a 11 a.m. en el Centro Cultural Omar Dengo y en la Casa de la Cultura Alfredo González Flores, se impartirán conferencias sobre la creación del corredor interurbano del área metropolitana de Heredia, Movilidad urbana y saludable en el cantón Central de Heredia, diagnóstico comunitario sobre la situación de salud mental y riesgo suicida, sistema de alerta temprana de terremotos, políticas públicas, uso de suelo y conflictos por el agua en el espacio urbano de Heredia y ciudades inteligentes.

Por la tarde, el parque será el escenario para la Cátedra de percusión de la Escuela de Música, el espectáculo Baile de máscaras de la Escuela de Arte Escénico, Cámara Danza de la Escuela de Danza d la UNA, la Rondalla y Marimba, estos últimos grupos representativos del Departamento de Promoción Estudiantil de la UNA. 

El concierto de cierre será con Kawe Calypso y el Colectivo Manteca a partir de las 7 p.m.

Tanto el 14 como el 15 de marzo de 6 a 8:30 p.m. la Escuela de Arte Escénico hará una instalación artística intermedial en la entrada a la plaza de la Diversidad, en el campus Omar Dengo.

Asimismo, durante ambos días, en el parque Nicolás Ulloa, habrá una feria de proyectos, donde se expondrá el quehacer universitario en áreas como investigaciones apícolas, medicina veterinaria, buenas prácticas agrícolas, producción de rumiantes menores, resiliencia y adaptación de pequeños y medianos cafetaleros, comunidades educativas construyendo paz, programas de lingüística, investigación y servicios forestales, entre otros.

Información Comunicación UNA.

Retos de las universidades públicas

Alberto Salom Echeverría

Introducción.

Costa Rica cuenta hoy con cinco universidades públicas. Tres de ellas, la Universidad de Costa Rica (UCR), la Universidad Nacional (UNA) y la Universidad Estatal a Distancia (UNED), se conformaron como universidades humanistas, caracterizadas por poseer un currículo heterogéneo, bastante amplio; sin dejar por eso de contar con escuelas tecnológicamente orientadas. Las otras dos instituciones de educación superior son el Instituto Tecnológico de Costa Rica (TEC) y más recientemente la Universidad Técnica Nacional (UTN), ambas poseen una orientación más tecnológica, pero al contrario de las otras tres, también poseen escuelas que imparten conocimientos y saberes en las áreas de las ciencias sociales y las letras.

Hoy, sobre todo desde afuera del ámbito de las universidades, se impulsa una corriente orientada a crear una bifurcación entre el área de las ciencias sociales, las letras y las artes, que la entienden enfrentada al área de disciplinas tecnológicas. En el presente ensayo, busco explorar el origen de esta corriente y su basamento ideológico, a partir del cual se busca descarrilar el actual curso de desarrollo de las instituciones de educación superior, para intentar reorientarlas hacia un ámbito tecnológicamente orientado, acorde con ciertas concepciones del desarrollo que prevalecen en las élites económicas y sociales dominantes de hoy. Estas corrientes no radican exclusivamente en Costa Rica, sino que más bien son oriundas del mundo de los países de capitalismo desarrollado y desde allí, su orientación se exporta al resto del mundo. Aunque no será el único tema que trate, dada la trascendencia que le atribuyo, es un eje de la problemática universitaria de nuestros días.

Algunos de los aportes Fundamentales de las U. Públicas a la sociedad:

Lo que en adelante escribiré no tiene necesariamente un orden de prioridades.

*Las Universidades Públicas (UP) han aportado a la sociedad costarricense una enorme cantidad de profesionales de ambos sexos. Cada quinquenio la población graduada de las UP ha ido en aumento: El último dato del que tuvimos registro es la comparación entre los profesionales graduados en 2017 con respecto a los del 2021. Mientras en el primer caso se reportó una cifra de 16.447 estudiantes, en el 2021 los graduados ya fueron 21.150 jóvenes. Hubo un aumento significativo, a pesar de la pandemia del COVID-19 que azotó al país, el cual fue de un 28.59%. La sociedad debe tomar nota que hay una enorme cantidad de estudiantes que no llegan al nivel de bachillerato, de modo que, si esta situación mejorara, es bien probable que aumente aún más el porcentaje de los estudiantes que ingresan a las universidades públicas y en consecuencia aumentará en proporción el número de las personas que se graduarán como profesionales.

*Veamos algunos datos. El número de los estudiantes que se matricularon en estas instituciones en los críticos años 2019, 2020 y 2021 siempre fue en aumento; en el 2019 se reportó una matrícula de 111. 595 personas; creció en el 2020 a 111.803 jóvenes estudiantes a pesar de la pandemia y luego a 125.141 en el 2021. En los años que transcurrieron entre el 2017 y el 2022, la matrícula aumentó un 15, 73% (Cfr. https://semanariouniversidad.com 20 de julio del 2022.)

*Por otra parte, mientras que en el 2017 se graduaron de las universidades públicas 16.447 estudiantes, cuatro años después ese número creció a 21.150 egresados, lo que representa un aumento del 28.59%.

*Costa Rica muestra cifras muy robustas entre las naciones de América Latina en cuanto al porcentaje de becarios de la educación superior pública. En el 2020, se registró un porcentaje mayor del 50% de beneficiarios de los programas públicos de becas. Fue el país que más brilló entre los latinoamericanos en los programas de ayudas económicas o becas; es decir, sin contar los programas de créditos porque corresponde a una acepción diferente. El porcentaje de estudiantes cubiertos por una beca aumentó entre el 2017 y el 2021 en un 28,72%. En el 2021 la cifra absoluta ascendió a 69.628 estudiantes. Al tomar en cuenta exclusivamente la población rural que asistió a la educación superior se mostró que el 78% de estos estudiantes obtuvo algún tipo de beca, muy por encima del porcentaje de becarios en la zona urbana del país en el mismo año académico. En conexión con el dato anterior, es relevante el hecho de que el 68% de los estudiantes de las instituciones de educación superior públicas, fueron los primeros alumnos de sus respectivas familias que accedieron a un centro de educación superior. He ahí un mérito de la Universidad.

*De acuerdo con información del Consejo Nacional de Rectores, en el año 2021 del total de estudiantes matriculados en las universidades públicas, 94.443 estaban registrados en la GAM, y 47.125 en sedes regionales. Debe tenerse presente que del total de estudiantes que asisten a un centro ubicado en una zona urbana, hay un porcentaje importante que provienen de las zonas rurales lejanas o de las semirrurales, por la sencilla razón de que, la mayoría de las carreras o programas de estudio únicamente se ofrecen en las sedes de la GAM. También ocurre que, a partir de determinado nivel de educación, los estudiantes de zonas rurales deben migrar a las sedes de la GAM, para darle continuidad a su programa de estudios. Es relevante no obstante que, en el 2022 se puso en evidencia que más del 82% de los estudiantes de primer ingreso provenían de colegios públicos. Esto quiere decir que se ha ido avanzando significativamente en el proceso de democratización del acceso de las personas estudiantes de origen más humilde a las universidades estatales. Datos del 2022, mostraron un aumento relevante en el acceso a las universidades de jóvenes provenientes de hogares más pobres.

*Esa misma confiable fuente del CONARE revela que la cantidad de diplomas otorgados por las universidades estatales ha venido incrementándose de manera significativa. El total de diplomas dados por estas instituciones en el 2014 fue de 14.990, frente a 21.303 en el año académico 2021. Un total de 13.834 de esos diplomas se concedieron en la GAM, frente a 7.456 que se otorgaron fuera de la GAM. (Cfr. División de Planificación Interuniversitaria. CONARE)

*La oferta académica ha crecido y se ha diversificado mucho. La oferta de carreras según datos del 2022 por las UP fue de 742 carreras. En las regiones periféricas se ofrecieron 137 carreras, lo que representa un aumento importante respecto de los años anteriores, aunque persiste todavía un rezago con respecto a las carreras impartidas en las sedes de la GAM, lo que constituye un gran desafío. Además, con frecuencia se desconoce que las universidades públicas realizan más de 2.200 proyectos de investigación (I + D. Investigación y Desarrollo) que inciden en una mejora de la calidad de vida de la población costarricense. Por añadidura, estas instituciones llevan a cabo más de 1250 proyectos de extensión y acción social, que tienen gran impacto en las comunidades donde se ejecutan; para ello se invirtió aproximadamente la suma de 23.000 millones de colones anuales.

¿Quiénes adversan a las universidades públicas?

Las universidades públicas en Costa Rica continúan siendo las instituciones públicas con más prestigio entre la población costarricense, a pesar de una obstinada campaña en contra de ellas por parte de enemigos ideológicos de ellas de viejo y nuevo cuño.

Los principales adversarios de las universidades públicas son ideólogos de un capitalismo voraz que considera que el rubro que debe presupuestar el Estado costarricense en su sostenimiento es exageradamente alto y caro. El capitalismo voraz (también calificado de “salvaje” por el papa Juan Pablo segundo), requiere imperiosamente de las políticas de desregulación de la economía, a fin de aumentar la tasa de ganancia en sus negocios. Esto significa empequeñecer el estado sin importar si hay duplicidades o no entre las instituciones, y obviando qué es lo que instituciones como las universidades públicas le aportan a la sociedad costarricense. La tesis de adelgazar el estado sin una evaluación exhaustiva previa del valor de las instituciones solamente abona el terreno para afectar la calidad de vida de la población más vulnerable en Costa Rica. No soy un defensor ad-perpetuam de cualquier institución pública, aunque sea ineficiente, ni creo que las universidades carezcan de errores. Los tienen y quienes las apoyamos debemos ser exigentes frente a los yerros en que ellas incurren. Pero otra cosa, es la creencia, meramente ideológica de quienes quieren desmantelar las universidades públicas, sin poner el menor empeño en conocer primero sus aportes invaluables a la sociedad.

Entre las personas que abogan por limitar las universidades públicas a un minimum minimorum, destacan también algunos (por fortuna no todos), empresarios de universidades privadas, que incluso, algunos de ellos, hasta tienen la desfachatez de pretender que del presupuesto público destinado a la educación superior, un rubro debería costear los negocios privados en educación superior. Por fortuna, en Costa Rica hay empresarios de la educación, cuya inversión en el negocio no se destina únicamente a obtener la más alta rentabilidad, sino que han apostado también a la calidad, como lo demuestra el reciente ranking realizado por la empresa británica “Quacquarelli Symonds (QS)”, con respecto a la Universidad Latinoamericana de Ciencia y Tecnología (ULACIT), la que destaca entre las instituciones privadas de Educación Superior. En ese mismo Ranking aparecen la Universidad de Costa Rica, La Universidad Nacional y el Instituto Tecnológico, posicionadas, en ese orden, como las tres mejores universidades centroamericanas. No soy conformista, la calificación dada demuestra, que falta mucho por mejorar aún. Pero, es un orgullo para la sociedad costarricense, que las tres universidades con los mejores “rankings” sean esas tres instituciones públicas. Sin embargo, hay una orientación en la anterior administración y especialmente en la actual a reducir significativamente el presupuesto de las instituciones públicas de educación superior, afectando inclusive rubros tan sensibles como el presupuesto destinado a becas.

Las universidades tienen también, hay que decirlo, enemigos internos. Hay personas, que las sangran desde adentro, como cuando se realiza un trabajo mediocre, o se pretenden beneficios sin tener en cuenta para ello, en cuánto se restringe el presupuesto de inversión en investigación, becas o extensión. Las instituciones públicas deben mantenerse atentas a una ecuación que mantenga el presupuesto de inversión más o menos alrededor de un 20% del presupuesto total. Esto es lo que, expertos en el ámbito de la educación superior en América Latina calculan que permite mantener universidades de calidad, que puedan invertir en becas, investigación y desarrollo, y extensión o acción social, para que alimenten la docencia de calidad y viceversa. Es decir, es menester mantener un círculo virtuoso en la academia, entre docencia, investigación y extensión; y al mismo tiempo, la universidad debe seguir cumpliendo con su misión social, becando a la población estudiantil vulnerable, para que pueda obtener estudios superiores de calidad y también estrechando el vínculo con la sociedad nacional en todos los campos, al favorecer principalmente la relación con las comunidades más deprimidas, que requieren por tanto más apoyo.

¿En qué deben mejorar las universidades?

La ruta de las universidades no es tarea fácil, cada día es un requisito mejorar en todo sentido. Se impone la excelencia académica. La complejidad del mundo de hoy es enorme. El futuro se ha tornado cada vez más impredecible y retador. Es paradójico que en la época en que más avance científico tecnológico se ha producido, el mundo se nos ha tornado más incomprensible. Ello es así precisamente porque el avance científico tecnológico nos permite saber y conocer más, pero al mismo tiempo el campo del conocimiento se hace más vasto. Por lo tanto, estancarse es morir, no es una opción. Me referiré solamente a algunos de los retos principales.

Una de las tareas prioritarias es la renovación constante de la oferta curricular. Hay que adecuar el contenido de las carreras a las nuevas necesidades que impone el desarrollo. Esto implica un doble desafío e igualmente paradojal que el anterior: por un lado, las universidades, es cierto, deben aportar profesionales de calidad a las empresas, pero, por otra parte, son las instituciones que más capacidad crítica poseen para plantear los derroteros de un desarrollo sostenible y sustentable con la Naturaleza y con la vida de todas las especies vivientes y sus hábitats. Esto exige mantener una capacidad crítica, para señalar las principales carlancas u obstáculos que impiden que la sociedad obtenga un verdadero desarrollo. Un buen ejemplo de esta tarea lo tenemos en los informes anuales del “Estado de la Nación”, que produce la universidad pública. De modo que, la universidad al tiempo que aporta profesionales al mercado laboral, dotados de capacidad técnica y científica, pero inextricablemente acompañada de una visión humanista sólida, es capaz de criticar aquellas tendencias y orientaciones de las políticas públicas, que nos conducen por rutas equivocadas.

Una visión como la señalada, obliga a la institucionalidad educativa, a sus dirigentes académicos, a los estudiantes y a todos los que en ella laboran, a salvaguardar celosamente la autonomía, a orientar los pasos de las universidades en un sentido comprensivo, capaz de asumir los retos que nos impone el desarrollo de la ciencia y la tecnología; pero, dentro de una visión humanista en la que se preserven y profundicen los valores de la solidaridad social, del compromiso universitario con los sectores más necesitados de la sociedad, con la búsqueda incesante de la verdad. Implica no dejarse avasallar por las imposiciones que puedan provenir de la política y los políticos de turno.

Existe toda una corriente de pensamiento, que se plantea la educación del futuro, centrada en lo que llaman asignaturas o carreras STEM (significa en español ciencias, tecnología, Ingeniería y matemáticas). Otra corriente agrega una A después de la E, para que el acrónimo por sus siglas en inglés se lea STEAM (traducido al español quiere decir: ciencias, tecnología, ingeniería, artes y matemáticas). La diferencia entre ambas es pedagógica. El último acrónimo, emergido en los Estados Unidos aporta supuestamente, una metodología que requiere mayor intensidad de trabajo en el aula por parte del alumnado. Sin embargo, en lo medular son corrientes compatibles entre sí en cuanto a las carreras que buscan promover. Una propuesta plantea que los beneficios de la educación STEAM son: “Adquirir y aunar conocimientos de ciencia y tecnología. Aprender con recursos digitales y mediante el uso de las TIC, básicos para las profesiones del futuro. Desarrollar el sentido crítico de los alumnos, que los ayudará a resolver cualquier situación o problemática.” (Cfr. https://www.classlife.education. 9 de noviembre, 2021). En otro sitio de la web, se permiten hasta recomendar las carreras del futuro, con más empleo y mejores sueldos, y señalan las siguientes: Ingeniería ambiental, Desarrollo de software, Ciberseguridad, Ingeniería Robótica, Marketing digital, Ingeniería genética, salud mental, recursos humanos. En otro sitio, se permiten preguntarse con alevosa intención, ¿qué carreras no tienen futuro? Y responden: Abogacía, contaduría, Ingeniería en estudios del petróleo, aviación, Policía, Bibliotecología, Ejecutivo bancario, y -no podía faltar- Artista. (Cfr. https://experienciajoven.com. 17 de agosto del 2020). Hay un largo etcétera induciendo mediante las preguntas a los estudiantes a ver el futuro con una mentalidad predominantemente mercantilista. No resisto la tentación de presentarles una última, entre las muchas absurdas preguntas que aparecen en diferentes sitios de la web. ¿Cuáles son las carreras del futuro en Costa Rica? El subtítulo en negrita dice: “Carreras mejor pagadas en Costa Rica en 2022”. Aquí, ofrezco la respuesta: Ingeniería de software. -Y agregan- sueldo nacional promedio: desde 1.660.000 colones al mes (aproximadamente, -escriben- 2.688,33 euros), según Glassdoor, Bioinformática y biotecnología, Analítica de datos, Animación digital, Ingeniería en computación. Por supuesto en una parte señalan sin sonrojarse siquiera: “…es que la era tecnológica ha catapultado todas las profesiones relacionadas con la tecnología…” ¡No me diga!!! (Cfr. https://ejemplos-curriculum.com. 2022).

No puede ser más evidente la intencionalidad de producir una polarización entre las llamadas “ciencias tecnológicas y científicas” versus las conocidas como “ciencias sociales, letras y artes”. Estas segundas son completamente menospreciadas, esencialmente porque carecen o carecerán muy pronto, de cabida en el mercado. Y aunque una corriente estadounidense, ha pretendido remediar este asunto, incrustando en el medio el acrónimo STEAM, en la práctica, salvo en la parte metodológica referida a la forma de trabajar en el aula, las ciencias sociales, las letras e inclusive las artes continúan, dentro de esta tesitura viéndose postergadas y menospreciadas. La verdadera razón es ideológica claro está; se busca desacreditar y en lo posible hacer desaparecer todo aquel poderoso conocimiento, que más ha aportado una visión crítica frente al “capitalismo salvaje”, al calentamiento global, del cual es su principal promotor. Además, la ciencia social, la filosofía, la literatura, las artes han dotado a cientos de miles de profesionales (si no millones), de una cosmovisión humanista del mundo, antagónica del “globalismo” puramente mercantil y depredador. Este mundo globalizado prevalece la lucha del ser humano contra sí mismo, buscando abrirse paso en la sociedad contra todo y contra todos, siempre que individualmente adquiera él o ella, una forma “segura” de ganarse la vida acomodándose en la cúspide de la pirámide.

Las instituciones públicas de educación superior no pueden dejarse tentar por esta visión mercantilista de la educación que, esencialmente proviene de una esfera externa a ellas. Aunque, ya algunos profesionales han caído en estas garras, viéndose seducidos por el pragmatismo de carreras más cortas, sin tener que demorarse en lo que quieren ver como una ciencia “insustancial”, “inexacta” y hasta “superflua”. La ciencia y la tecnología no pueden verse como antagónicas del humanismo. ¿Carreras de ciencia y tecnología? Sí claro, pero siempre que estén insertas en un contexto humanista. Para concluir, traigo a colación una frase proverbial. El premio nobel de física, por la teoría “electrodébil”, Sheldon Glashow, dijo algo que por venir de una persona como él no tiene parangón: “Un científico sin cultura humanista hará mala ciencia.” (https://la vanguardia.com. 20.06.2017). Alberto Salom Echeverría/ albertolsalom@gmail.com

La cuestión de la Universidad Necesaria: A 50 años de la Universidad Nacional (UNA)

Alberto Salom Echeverría

Los orígenes de la UNA

La Universidad Nacional, cuyo campus central se encuentra ubicado en la provincia de Heredia, fue fundada oficialmente el 15 de febrero de 1973. Por lo consiguiente, acaba de cumplir 50 años de vida institucional.

El momento de su nacimiento fue propicio, porque apenas existían dos universidades públicas de altísima calidad, como eran La Universidad de Costa Rica (UCR) y, el Instituto Tecnológico de Costa Rica (TEC), el cual acababa de fundarse. La UCR no estaba logrando satisfacer la inmensa demanda de educación superior por parte de los egresados de los estudios de bachillerato. La generación de los niños nacidos en la década de los años cincuenta, conocida como “la generación de los baby booms” por la gran explosión demográfica que se produjo en esa década, tocaba las puertas de los estudios superiores en los setenta.

Fueron muchos los estudiantes egresados de la secundaria que carecieron de recursos económicos para costearse los estudios de educación superior, sin que, especialmente la UCR dada su mayor antigüedad, le fuera posible becarlos a todos. Mucho menos el TEC que, como acabo de expresar, acababa de nacer a la vida institucional. Por otra parte, una gran cantidad de jóvenes vieron frustrados su intento de acceder al máximo nivel de educación, tras ser rechazados al presentar el examen de admisión. Los estudiantes que fracasaban con mayor frecuencia provenían de colegios públicos ubicados en zonas urbano-marginales y, con más asiduidad todavía sucumbían ante la prueba de admisión aquellos otros que, se habían egresado de colegios públicos de zonas rurales con graves rezagos económicos, sociales y culturales.

Por lo consiguiente, en aquellas circunstancias del primer quinquenio de los setenta, las opciones de cupo eran en su gran mayoría aprovechadas por estudiantes que se graduaban en los colegios privados del área metropolitana (AM) y en segundo lugar emergían de los colegios públicos de más larga data. Por eso mismo, sus familias poseían mejores recursos educativos y culturales. Fue así como se constituyó una enorme desigualdad en cuanto a la calidad de la educación media, entre los colegios privados, los semi públicos, junto con los públicos más “prestigiosos”, frente a las instituciones públicas, urbanas o rurales ubicadas en regiones deprimidas de la sociedad. La más evidente diferencia y distancia social fue la que se estableció en favor de los colegios privados, con respecto a los colegios rurales fuera de la región central del país (AM). Derivado de lo anterior, se comenzó a producir irremediablemente una suerte de “elitización” de la educación superior que, generó una gran inconformidad, tanto entre personas afines a los círculos de la educación, como en el seno de las familias cuyos hijos se vieron marginados de la oportunidad de acceder a los estudios universitarios. El ambiente se comenzó a crispar.

Los fundadores de la UNA lanzaron un mensaje claro, ofreciendo respuestas ante esta situación aparentemente sin salida. La propuesta no solo comprendió la situación calamitosa del ingreso a la universidad para una parte de los estudiantes que se veían marginados, también contempló una respuesta integral, de carácter académico: el presbítero Benjamín Núñez planteó al amparo de la teoría del sociólogo brasileño Darcy Ribeiro, una tesis vernácula al concepto elaborado por este último de “Universidad Necesaria.”

Antes de que se hubiese llegado a este punto, es necesario señalar que, en la Asamblea Legislativa, los diputados de entonces Daniel Oduber Quirós y Francisco Morales Hernández, enderezaron la propuesta del ministro de educación pública del gobierno del presidente José Figueres Ferrer, Uladislao Gámez Solano, quien originalmente había planteado la creación de una universidad pedagógica. Aunque la idea de una universidad pedagógica sonaba interesante, sobre todo para darle continuidad a la “Escuela Normal Superior”, no podía convertirse en la alternativa que requerían los estudiantes que se veían segregados a causa de su situación de carácter económico social y cultural, pues ellos demandaban acceso a diferentes carreras y no solamente a una institución que ofreciera exclusivamente la opción pedagógica.

El Concepto de la Universidad Necesaria.

Como quedó expresado, el concepto de “Universidad Necesaria” fue acuñado primeramente por el académico brasileño Darcy Ribeiro. Otros intelectuales humanistas latinoamericanos lo secundaron como el filósofo y escritor mexicano Leopoldo Zea.

Ribeiro fue un estudioso de la antropología cultural especialmente. En tal virtud, estudió los procesos culturales de diferentes países de América Latina, y planteó reformas universitarias en varios de ellos comenzando por su Brasil natal. Fue nombrado por el presidente Kubitschek como primer rector de la Universidad de Brasilia; luego durante el gobierno reformista de Joao Goulart, éste lo nombró ministro de Cultura, período durante el cual impulsó una obra democratizadora, reconocida por sus grandes logros en la educación y la cultura de Brasil. Tras el golpe de estado que se le propinó a Goulart, debió asilarse en la embajada de Uruguay, desde donde posteriormente se trasladó a La República Oriental del Uruguay. Allí prosiguió sus estudios sobre las identidades culturales de los pueblos latinoamericanos. Regresó finalmente a Brasil, donde llegó a ser senador del Estado Federal en Sao Pablo.

Gracias a todos estos antecedentes, desarrolló una conceptualización de la “Universidad Necesaria en varias dimensiones: 1- De acuerdo con sus postulados los pueblos latinoamericanos constituyeron identidades nuevas, a lo largo del proceso de colonización Hispánica y Lusitania. Según Ribeiro la cultura estaba conformada por un sincretismo de tres grandes culturas, la cultura hispánica, la indígena y la africana (y la lusitana, agrego ahora). Esta mezcla fue la que dotó a la cultura latinoamericana de la originalidad que ella posee. Sin embargo, reconoció siempre las indiscutibles diferencias entre regiones y después cuando se conformaron como repúblicas en el subcontinente. Empero, en su criterio, este proceso único frente a la cultura europea y estadounidense es el que alimenta la visión de la primera reforma universitaria que tuvo lugar a principios del siglo XX, teniendo como epicentro “la Reforma de Córdoba” en Argentina en 1918. 2-La segunda reforma para Ribeiro fue la que se desarrolló más bien en la segunda mitad de la centuria, sobre todo durante la década de los setenta. “…no se puede entender -postula Ribeiro- el desenvolvimiento de las universidades en América Latina en los siglos XIX y XX, sin interpretar estas instituciones de educación superior en el proceso civilizatorio y su posición en los países subdesarrollados o en vías de desarrollo.” (Cfr. Ribeiro, Darcy. (1993): “El Proceso Civilizatorio. De la Revolución Agrícola a la Termonuclear.” México. Editorial Extemporáneos, S.A).

Permítaseme agregar otra cita: “En la segunda mitad del siglo XX, los vientos de una nueva reforma universitaria recorrieron los ámbitos de la educación superior en América Latina. Así también había ocurrido en 1918, cuando en Argentina, el grito de Córdoba dio el aviso reformista hacia la nueva educación universitaria.” (Cfr. Ribeiro, D. (1971): “La Universidad Latinoamericana.” Caracas, Ediciones de la Biblioteca de la Universidad Central de Venezuela.) Es desde esta perspectiva que Darcy Ribeiro plantea que las universidades son y serán las fuentes de donde emanará el pensamiento crítico y se forjarán los profesionales que se conviertan en los motores de un desarrollo y una identidad propia de los pueblos latinoamericanos. Postula que en las universidades es donde se forman los dirigentes para el cambio que nuestra América necesita para impulsar su desarrollo con progreso social. Por ello, reflexionaba que se requería impulsar nuevas estructuras en las universidades en consonancia con la necesidad de apuntalar dicho progreso con independencia identitaria. La función de la universidad latinoamericana consiste en la promoción de una cultura autónoma, no enajenada a las estructuras neocoloniales. Para ello el requisito es la creación de institutos independientes de investigación y la extensión universitaria que alimenten la docencia. (Cfr. Ribeiro, D. (1993): “La Cultura Latinoamericana”, en: Fuentes de la Cultura Latinoamericana, coord. Por Leopoldo Zea. México, Fondo de Cultura Económica, Tomo I.)

Ribeiro también planteó que la Universidad Necesaria en América Latina estaba llamada a cumplir un papel dinamizador ente lo que percibió como una nueva “revolución tecnológica”, más profunda que la “revolución industrial”: “La revolución termonuclear”. También planteó que de cara a esta revolución se deben preparar los nuevos cuadros profesionales, en el contexto de una visión cultural y humanista propia. El gran problema consideró era la falta de recursos económicos de que adolecen la mayoría de las instituciones de educación superior, para asegurar el imprescindible desarrollo autónomo. Por esa razón postulaba que, la colaboración entre universidades latinoamericanas se convertía en algo imprescindible. Para Ribeiro la unidad básica de la universidad moderna e independiente de la política, debía ser la unidad departamental y, en torno a ella deben operar los institutos de investigación y extensión universitaria. También consideró crucial la estructuración de los posgrados, la relevancia de las facultades dedicadas a la formación del magisterio, la rendición de cuentas de todo el personal universitaria y, entre las más importantes, la evaluación quinquenal del cuerpo docente.

Vale la pena señalar que el aporte más original de Ribeiro a la estructura de las universidades lo propuso cuando se empleó a fondo en la tarea de la reforma de la Universidad de Brasilia. Para combatir la excesiva compartimentación de la educación superior, basada en unidades autárquicas, separadas las unas de las otras, incluidos los institutos de investigación disciplinarios, Ribeiro propuso más bien una modalidad consistente en tres cuerpos de órganos de enseñanza, de investigación y de extensión cultural, integrados en una estructura funcional: los institutos centrales de ciencias, letras y artes (Matemáticas, Física, Química, Biología, Geociencias, Ciencias Humanas, Letras y Artes), las Facultades Profesionales (Ciencias Agrarias, Ciencias Médicas, Ciencias Tecnológicas, Ciencias Políticas y Sociales, Arquitectura y Urbanismo y Educación) y de Unidades Complementarias (Biblioteca Central, Editorial, Radiodifusora, Estadio y Museum). (Cfr. Ribeiro, D. (1962): Plan orientador do Universidad de Brasilia, Editora UNB, Brasilia. Véase también del mismo autor “La Universidad Latinoamericana”. Op cit. Pp. 92-106)

La Universidad Necesaria en Costa Rica.

El principal fundador de la Universidad Nacional fue quien llevó la batuta en la propuesta y “vernaculización” del concepto de “Universidad Necesaria”. Entendemos por “vernaculización”, una ruta para hacer propio de la cultura costarricense un concepto como el de “Universidad Necesaria”. Esto significa que en líneas generales se toma el concepto propuesto por Darcy Ribeiro, pero adaptándolo a las características de la “formación socioeconómica y cultural” costarricense. La primera adaptación consiste en que se reconoce la realidad costarricense como una “…cada vez más singular en el concierto latinoamericano, [debido a] factores peculiares de la formación de Costa Rica como nación y como pueblo.” (Cfr. Núñez, B. (1994) “Hacia la Universidad Necesaria”. Editorial de la Universidad Nacional (EUNA), Heredia CR). De acuerdo con el criterio del fundador de la UNA, ello es así derivado de: 1- el relativo aislamiento de Costa Rica respecto de la explotación y de la codicia colonial-mercantilista. 2- la ausencia de formas de trabajo servil y 3- del logro consecuente de una distribución relativamente equilibrada, en comparación con los otros países latinoamericanos del factor productivo fundamental en una economía agraria y pobre: la tierra. (Cfr. Ibidem).

Aquí hay una clara diferenciación con respecto a la propuesta de Ribeiro en dos sentidos: el primero tiene que ver con la caracterización de la situación de Costa Rica como una peculiaridad en el contexto latinoamericano. El segundo, está implícito, pero posteriormente el Dr. Benjamín Núñez lo hará explícito: si Costa Rica es un país con una distribución “relativamente más equilibrada”, en particular en cuanto al recurso de la tierra, y donde la explotación, la codicia colonial mercantilista, y el trabajo servil no fueron tan extremos como en el resto de los países, la universidad se desenvolverá en un contexto, en el que lo que se requiere es mejorar el sistema democrático, ya que «en la sociedad global se mantienen las instituciones democráticas [y una] capacidad de promover el desarrollo, con participación ampliada y la posibilidad de la formación de un consenso con propósitos nacionales comunes”. (Cfr. Ops.cit. pp. 27).

Por otra parte, para el Dr. Benjamín Núñez, la universidad costarricense no repite la historia reciente de regresión que se ha observado en tantas universidades latinoamericanas. En consecuencia, gracias además a la conquista de la autonomía universitaria, la universidad costarricense continúa libre e independiente y puede contribuir a promover un desarrollo más participativo y democrático; puesto que en la sociedad global, se mantienen las instituciones democráticas y la capacidad de promover este desarrollo, con participación ampliada, para lograr la formación de un consenso con propósitos nacionales comunes. No se trata, por lo tanto, como lo proponía Darcy Ribeiro, de la universidad inserta en un contexto de lucha por la transformación integral de la sociedad.

Para Benjamín Núñez, La Universidad Necesaria implica en nuestro contexto, no solo la “formación de una conciencia crítica”, sino algo más comprometido aún, pues se requería que ella participara de manera decisiva en la formulación de una propuesta de solución de los problemas, desde una posición no política, pero sí científica y tecnológica, poniendo al servicio de este propósito, las investigaciones sistemáticas de los problemas nacionales. El resumen realizado por el fundador de la UNA queda patente en la siguiente cita textual: “…la Universidad Nacional debe definir su vocación histórica como la responsabilidad de contribuir al estudio y a la solución de problemas de crecimiento productivo del país, de integración solidaria de su población, de autonomía en las decisiones fundamentales, de preservación y perfeccionamiento de la democracia en Costa Rica”. (Cfr. Ibidem. Pp 32)

Al hacer vernácula la propuesta del concepto de la “Universidad Necesaria”, el Dr. Benjamín Núñez debió entrar en una disquisición acerca de la particularidad del desarrollo costarricense con respecto al contexto latinoamericano, insuficientemente caracterizado y con algunas inexactitudes, a resultas de lo cual quedó sobrevalorada la particularidad de la democracia costarricense. Estas premisas le permitieron comprometer de antemano la propuesta acerca del carácter de la transformación que aguardaba (y aguarda todavía) a la sociedad costarricense, para dejarla constreñida a la “preservación y perfeccionamiento de la democracia en Costa Rica”; en lugar de dejar abierto el aporte de acuerdo con el estudio científico específico de la realidad en los diferentes campos, para que fueran las fuerzas sociales y políticas las que a partir de allí escojan el rumbo que desean imprimirle al país, con base, eso sí, en mecanismos ampliamente participativos y democráticos de decisión.

Estimo que hace falta una valoración a fondo acerca del carácter y la naturaleza de la cultura e institucionalidad democrática costarricense, en cuya tarea las universidades costarricenses (así en plural) han aportado ya desde muchos estudios y tienen mucho más que aportar.