El próximo miércoles 3 de abril a las 9:00 a.m. se llevará a cabo una importante presentación en la Sala de Audiovisuales, situada frente al Decanato de Ciencias Sociales de la Universidad de Costa Rica. Este evento marcará la presentación del informe de investigación sobre las solicitudes de concesión de minería subterránea de oro y plata en el Pacífico de Costa Rica, elaborado con base en el catastro y los expedientes mineros de la Dirección de Geología y Minas al 2024.
El estudio revela la existencia de varias decenas de expedientes para concesiones de exploración de minería subterránea, abarcando más del 1.5% de la superficie total del país y solicitados desde el año 2019 hasta la fecha. Estas solicitudes se extienden por 15 cantones de las provincias de Guanacaste, Alajuela, Puntarenas y San José.
La presentación estará a cargo del proyecto ED-3526 «Geografía y Diálogos de Saberes: Análisis de la conflictividad socioambiental en territorios rurales de Costa Rica», parte del Programa Kioscos Socioambientales de la Vicerrectoría de Acción Social y la Escuela de Geografía de la Universidad de Costa Rica. Desde el año 2020, este proyecto se ha dedicado a analizar y acompañar a comunidades en procesos de conflictividad socioambiental en sus territorios.
Históricamente, el oro ha sido el mineral de mayor interés en Costa Rica. Desde 1820, se registran explotaciones en la provincia de Puntarenas, en distritos como Esparza y Montes del Aguacate. Según el investigador Rolando Castillo (1997), se identifican cuatro ciclos mineros en el país, cada uno con sus características y efectos.
El cuarto ciclo, iniciado en 1990, se caracteriza por la llegada de transnacionales que emplean técnicas de cielo abierto con lixiviación de cianuro. Durante este periodo, se abrieron minas como Macacona en Esparza y Mina Beta Vargas en Chomes, entre otras. Sin embargo, estas operaciones enfrentaron irregularidades y problemas, lo que llevó al cierre de algunas.
Desde el año 2010, la minería metálica a cielo abierto está prohibida en el país, permitiendo únicamente la minería subterránea. Según la Dirección de Geología y Minas (DGM), se reservaron ciertos cantones para minería artesanal y de pequeña escala.
El 9 de noviembre de 2010, se aprobó por unanimidad la ley N° 8904 para declarar a Costa Rica libre de minería metálica a cielo abierto, archivando todos los proyectos pendientes que no contaban con una concesión válida. Incluso se restringió el uso de mercurio en la recuperación de oro.
Para ampliar información, se convoca a los interesados a participar en la Conferencia de Prensa, donde se proporcionarán detalles adicionales sobre la investigación y se responderán preguntas pertinentes. La actividad también está abierta al público en general.
Para más detalles, contactar a Mauricio Álvarez Mora al 88709165, del proyecto ED-3526 Geografía y Diálogos de Saberes de la Escuela de Geografía y el Programa Kioscos Socioambientales de la Vicerrectoría de Acción Social Universidad de Costa Rica.
Este documental tiene una duración de 40 minutos, producido en alta definición y con música original.
Se estrena en el marco de la celebración de la Anexión del Partido de Nicoya el martes 25 de julio a las 7:00 de la noche por Canal QUINCE UCR, y su repetición es el 29 de julio, también a las 7 de la noche.
Con la producción del documental sobre este alimento olvidado y sus potencialidades para la salud humana, el Sistema Universitario de televisión, QUINCE UCR, cumple con la finalidad de producir televisión con sentido, según reza el lema de este medio de comunicación.
La historia se enmarca en un contexto en el que se reconoce los valores de una sociedad diversa y multicultural. Es una producción del Canal Quince UCR en la cual se relata la problemática de los agricultores en la región norte del país, se describe lo que es el maíz pujagua, un alimento desconocido para la gran mayoría de habitantes de Costa Rica. Se describe el trabajo científico de un grupo de especialistas sobre un alimento que tradicionalmente se ha sembrado, producido y consumido en la región Chorotega de Costa Rica. Es el rescate de un alimento ancestral en que se emplean tecnologías de ingeniería de alimentos, pero a la vez, es un trabajo interdisciplinario que inició con el proceso de recopilación de semillas en varios cantones de Guanacaste.
Los agricultores se han visto amenazados por diferentes factores y la Universidad de Costa Rica intervino para ofrecer soluciones a los productores con la participación del sector privado. La microempresa CURUBANDA buscó la colaboración de Centro Nacional de Ciencias y Tecnologías de Alimentos, CITA para innovar con nuevos productos elaborados a base de maíz pujagua.
Es un proyecto del CITA inscrito en la Vicerrectoría de Acción Social de la Universidad de Costa Rica, que se denomina “Fomento del consumo del maíz pujagua cultivado en Guanacaste, un alimento ancestral de alto valor nutricional, y de sus usos tradicionales”. La coordinadora del proyecto es la científica ingeniera en tecnología de alimentos, la Dra. Ana Mercedes Pérez Carvajal, con una gran experiencia en estudios que llevan al aprovechamiento y rescate de alimentos originarios de Costa Rica. Ella logró conformar un equipo que le ha permitido impulsar diversas acciones como un recetario, un calendario recetario y el documental que se estrena el 25 de julio por Canal QUINCE UCR.
El documental retrata las acciones del proyecto, el cual propone el desarrollo de productos de valor agregado derivados de este tipo de maíz para el fomento de la cadena de valor y la promoción de las familias y comunidades involucradas en los cantones de interés: Nicoya, Santa Cruz, Carrillo y La Cruz.
El equipo de producción grabó en algunos de esos cantones y pudo captar las situaciones apremiantes de los agricultores de maíz pujagua. También se entrecruza con la recopilación de recetas a base de maíz morado, y la promoción de esos nuevos productos.
Es una alianza de la empresa privada con la academia, con la investigación y se emplea el Canal universitario como herramienta para ofrecer la transferencia del conocimiento, al emplear la producción audiovisual para llegar a una mayor audiencia. El propósito es expandir el conocimiento sobre la situación que atraviesan los pequeños agricultores, el peligro de perder un alimento con grandes beneficios para la salud y a la vez, dejar en el olvido una parte importante de la identidad nacional.
Productora: Alejandra Fernández Bonilla
Productora de televisión y periodista en el Canal Quince UCR por más de 25 años. Gran parte de la labor profesional la ha dedicado a la difusión de temas de ciencia y tecnología.
Premios y distinciones: premio de periodismo en ciencia y tecnología del CONICIT 1996, Premio Nacional de Periodismo Jorge Vargas Gené 2003, el Premio René Picado Esquivel de la comunicación en producción audiovisual en el 2017 y en 2018, Premio del 1er Festival Internacional del Audiovisual Educativo y Cultural en la categoría de ciencia y tecnología.
Bachiller en Ciencias de la Comunicación Colectiva, Licenciada en Ciencias de la Comunicación Colectiva, ambos títulos de la UCR y Magister en Administración de Medios de Comunicación con énfasis en Tecnologías de la información y de la comunicación, UNED.
Alejandra Fernández Bonilla, productora del documental durante la presentación inicial en la UCR.
Ficha técnica:
Producción y guion: Alejandra Fernández Bonilla
Edición: Laura Mora Rodríguez
Cámaras: Enrique Vega Méndez, Freddy Quesada Carvajal, Max Arce Mora, Víctor Calderón Zeledón, William Rojas Rodríguez
Música original: Luis Diego Solórzano Boza y Alonso Torres Matarrita
Edición de sonido y mezcla final de sonido: Eduardo Solano Valverde
Canal QUINCE UCR
“La desaparición del maíz morado podría privar a los ticos, no solo de sabores y tradiciones, sino también de grandes beneficios para la salud.
Desde el 2018, científicas de ingeniería de alimentos y otras disciplinas de la Universidad de Costa Rica trabajan en el reconocimiento de las propiedades nutricionales y funcionales del maíz morado, uno de los grandes olvidados de la dieta costarricense. Al mismo tiempo, recopilan información cultural, gastronómica, social y las limitaciones que tiene la siembra de este cultivo”.
La estatuilla del Premio fue transformada este año con el fin de reflejar más claramente el vínculo entre la universidad y la sociedad. La artista a cargo fue Beatriz Parra Thompson, docente de la Escuela de Artes Plásticas de la UCR. Foto: Laura Rodríguez Rodríguez.
La Vicerrectoría de Acción Social entregó los Premios de Acción Social María Eugenia Dengo Obregón 2020 a Patricia SedóMasís, docente de la Escuela de Nutrición, y a Teodoro WillinkCastro, docente de la Escuela de Ingeniería Eléctrica. Asimismo, brindó un reconocimiento a Jorge Vargas Carmiol, docente de la Escuela de Medicina.
Sandra Araya Umaña, vicerrectora de Acción Social, explicó que el Premio se otorga a aquellas personas que sobresalgan por su compromiso ético y social, así como por la originalidad de sus propuestas, la articulación interuniversitaria e interinstitucional y la trascendencia de su labor como aporte a la acción social dentro o fuera de país.
“Este premio lleva el nombre de una ilustre ciudadana que fue la primera vicerrectora de Acción Social y que se caracterizó por ser una profunda humanista y defensora valiente, comprometida con la promoción de la igualdad de los derechos y la paz social. Y este año, más que nunca, requerimos la acción universitaria en pro de los derechos humanos, particularmente los derechos de los sectores vulnerabilizados”, subrayó Araya.
En este sentido, destacó los aportes que ha realizado la profesora Sedó por más de 12 años en el trabajo interdisciplinario e interuniversitario articulando la docencia, la investigación y la acción social en temáticas relacionadas con el rescate de tradiciones, seguridad alimentaria y población adulta mayor. También resaltó el uso de metodologías enfocadas en la educación popular y en la sistematización de experiencias como forma de encontrar nuevo conocimiento en diálogo con las poblaciones.
De izquierda a derecha, los galardonados con el Premio de Acción Social María Eugenia Dengo Obregón 2020: Teodoro Willink de la Escuela de Ingeniería Eléctrica y Patricia Sedó de la Escuela de Nutrición. Los acompaña Jorge Vargas de la Escuela de Medicina, quien recibió un reconocimiento especial. Foto: Laura Rodríguez Rodríguez.
Acerca del profesor Willink, Araya señaló su innovación metodológica para abordar distintas problemáticas desde el área de la ingeniería combinando el desarrollo del arte y la tecnología en beneficio depoblaciones vulnerables de zonas como Talamanca, OsayGolfito. “Con esto, el profesor Willink ha contribuido a la superación de la falsa separación entre las ciencias duras y las mal llamadas ciencias blandas”, subrayó.
En cuanto al reconocimiento brindado al profesor Vargas, Araya detalló que es fruto de sus esfuerzos por articular acciones con distintos actores sociales que propician el derecho a la salud en poblaciones indígenas desde la educación popular y los procesos socioeducativos.
“Los trabajos de ustedes tres son una clara muestra del rol de la acción social como eje sustantivo del quehacer universitario. Gracias por sus aportes al fortalecimiento del vínculo entre la universidad y la sociedad costarricense. También gracias a las personas que trabajaron a su lado por marcar la diferencia desde sus espacios cotidianos y hacer de la acción social una verdadera actividad sustantiva como un posicionamiento ético y político, propio de una universidad pública como la Universidad de Costa Rica”, expresó Araya.
El acto de entrega de los Premios de Acción Social María Eugenia Dengo Obregón contó con la participación de Eduardo Guerra Rodríguez, bailarín de Danza Universitaria. Foto: Laura Rodríguez Rodríguez.
La vicerrectora de Acción Social recordó que el concurso se abre cada año para dos áreas académicas y reconoce a una persona por cada área. En esta oportunidad, la distinción se enmarcó en las áreas de la Salud y de la Ingeniería, donde se están desarrollando 166 proyectos de Acción Social vinculados con la promoción, prevención y atención de la salud, el fortalecimiento educativo, la seguridad alimentaria, la divulgación de la ciencia, el desarrollo comunitario y el fortalecimiento local, entre otros temas.
Por su parte, Carlos Araya Leandro, rector de la Universidad de Costa Rica, recordó los compromisos de María Eugenia Dengo Obregón: enseñar y educar. También rememoró su huella dentro y fuera de la universidad, siendo la primera vicerrectora de Acción Social y la creadora del Trabajo Comunal Universitario.
“Su determinación por generar beneficios al país es la misma que presentan las personas que hoy premiamos. Tal y como lo entendió doña María Eugenia, es en la acción social donde encontramos la herramienta que permite a la comunidad universitaria retribuir la inversión y la confianza que en nosotros deposita la sociedad nacional. Su labor encomiable yendo mucho más allá de sus áreas de conocimiento para beneficio de poblaciones que constantemente son sujetas de discriminación y de exclusión social los hicieron merecedores de este reconocimiento que, más que un premio, es un agradecimiento por esta misión que ustedes han emprendido como parte de su carrera académica”, puntualizó el rector.
Asimismo, enfatizó en la importancia de la acción social como una de las actividades sustantivas de la universidad, sobre todo en los tiempos difíciles que atraviesa el país. “Es en momentos como este, cuando se nublan las esperanzas y se acrecientan las crispaciones y los miedos, que la Universidad de Costa Rica debe brillar con mayor fulgor”, aseveró.
Desde la cocina hasta la música electrónica
“Mi esperanza es que este esfuerzo generado a lo largo de estos años haya contribuido con un granito de arena y que sea una motivación para otras personas de cultivar mucho más, mejorar lo construido, reinventarse ante los nuevos desafíos y promover los cambios requeridos de beneficio para la sociedad”, Patricia Sedó Masís. Foto: Laura Rodríguez Rodríguez.
Al recibir el galardón, Patricia Sedó agradeció a la Universidad, a sus compañeros de trabajo y a los estudiantes, al reconocer que todos sus logros han sido producto del trabajo compartido y en equipo. También destacó la importancia de reconocer que es a través de las acciones que se pueden realizar cambios importantes y transformar una realidad.
Según relata, su interés de trabajar la cocina tradicional y con personas adultas mayores surgió de la necesidad de promover espacios de encuentro intergeneracional y de favorecer ese intercambio de saberes en relación con alimentos y prácticas alimentarias que se han desestimulado en los últimos años por diversas razones.
“Con el trabajo colectivo se reconoce que los recursos alimentarios disponibles en las comunidades y los sistemas alimentarios sostenibles están basados en la alimentación tradicional. De ahí la importancia de la puesta en valor de lo que tenemos y la posibilidad de conservar lo que tenemos, conservar los alimentos y exaltar la tradición alimentaria en las comunidades, a partir de un encuentro de saberes”, mencionó.
“Este Premio es un reconocimiento al trabajo de muchas personas que han participado en los proyectos. Pero, para mí representa un compromiso de seguir trabajando fuerte y también de tratar de inspirar a otros colegas y estudiantes de realizar acción social desde una manera consciente y proyectada hacia las comunidades”, Teodoro Willink Castro. Foto: Laura Rodríguez Rodríguez.
Por su parte, Teodoro Willink advirtió que el Premio debe reconocer el aporte de todo un equipo de trabajo porque “la acción social es un proceso complejo, dinámico y colectivo, no es de una sola persona”. Asimismo, recordó que la acción social es un diálogo entre la universidad y la sociedad, tanto literal como figurativo.
“El proceso de acción social tratamos de hacerlo académico, sistemático, a veces hay que improvisar, debe ser innovador, efectivo y significativo. Se hace con humanidad, con solidaridad y con conciencia ambiental. Lo hacemos con compromiso y con respeto, con responsabilidad y es inherentemente articulado y colectivo. Una sola persona no puede cambiar el mundo. Tenemos que ser varios y todos. A veces se hace con poco presupuesto, pero se hace con mucha pasión, con mucho esfuerzo, con mucho apoyo y con muchísima satisfacción. No se hace por el dinero, no se hace por la gloria tampoco. Se hace para inspirar a otros con el ejemplo y, especialmente en Ingeniería, que tiene menos de la mitad de los proyectos de Acción Social que tiene Salud, y donde, en términos generales, la investigación no está en las comunidades”, destacó.
Willink explica que la idea de combinar la Ingeniería con el Arte surgió de la observación de que en la carrera existen muchos estudiantes con habilidades y destrezas artísticas. A partir de ahí, consideró el arte como una vía para comunicar lo que hacen la Ingeniería y los profesionales de esta área del conocimiento.
Uno de los proyectos que lidera este docente de Ingeniería Eléctrica se denomina “Electrizarte”, en el que los estudiantes realizan presentaciones musicales o dramatizaciones en las que incluyen instrumentos tecnológicos diseñados y creados por ellos mismos. Las funciones se desarrollan en colegios públicos de zonas rurales y sirven para generar preguntas y establecer diálogos donde se estimula la curiosidad científica y el interés por continuar estudios superiores.
Fernando Montero Bolaños Periodista, Oficina de Divulgación e Información
El Foro de Acción Social, impulsado por la Vicerrectoría de Acción Social desde finales de 2016 y hasta abril de 2018, ha constituido una experiencia organizativa y educativa relevante, en la que se ha contado con la activa participación de muchos sectores de la comunidad universitaria, y de personas y grupos con las cuales la Universidad se vincula, a través de su actuar desde la acción social.
El propósito fundamental del Foro fue generar un proceso en el que se pudiera contar con espacios para la reflexión, la discusión y el análisis sobre la acción social de la Universidad, con vistas al replanteamiento del papel que juega esta actividad sustantiva universitaria en su interacción con la Sociedad.
Por tal motivo, se ha sistematizado esta experiencia y se han destacado las principales enseñanzas y propuestas para ser socializadas a la comunidad universitaria y nacional, con el fin de poner en práctica las acciones, las metodologías y las reformas en los distintos ámbitos de la acción social que se abordaron: conceptual, funcional y estructural.
Agradecemos a todas las personas que participaron en este proceso y hacemos un llamado a toda la Universidad a compartir este documento y a continuar con la mejora permanente de esta fundamental actividad sustantiva.
Atentamente,
Dra. Yamileth Angulo Ugalde
Vicerrectora
Vicerrectoría de Acción Social
Imagen ilustrativa Acción Social, UCR.
Información de la Vicerrectoría de Acción Social de la UCR.
Este martes 17 de septiembre inició la exposición de infografías sobre distintos proyectos que tienen las universidades públicas en conjunto con las comunidades, como parte del I Congreso Interuniversitario de Extensión y Acción Social.
Este jueves 29 de agosto de 8 a.m. a 5 p.m. en la Plaza del Pretil frente a la Biblioteca Carlos Monge de la Universidad de Costa Rica en San Pedro de Montes de Oca, San José.
Se mostrarán más de 90 iniciativas de comercio justo, con productos agroecológicos, frescos y preparados, de cuidado personal y mucho más en la IX Feria de Economía Social Solidaria 2019. ¡También habrá Mesa de Trueke abierta para bienes de ¢5000 o menos!
Esta actividad es organizada por la Vicerrectoría de Acción Social de la UCR.
Les compartimos el comunicado de prensa que han realizado las instancias universitarias de TCU Comer Orgánico y el Programa de Economía Solidaria de la UCR, quienes se han dado la tarea de promover este espacio:
UCR promueve el comercio justo, asociativo y el consumo consciente en la IX Feria de Economía Social Solidaria
Alrededor de 90 iniciativas asociativas de todo el país podrán ofrecer productos alimenticios de origen agroecológico, de cuidado personal, artesanías y más
Este 29 de agosto de 8 am a 5 pm se celebrará la novena edición de la Feria de Economía Social Solidaria en la Plaza de El Pretil y frente a la Biblioteca Carlos Monge de la UCR, ubicadas en San Pedro de Montes de Oca.
La actividad busca generar un espacio de comercio e intercambio justo de productos, saberes y experiencias para fortalecer las relaciones de cooperación entre personas consumidoras y personas productoras de todo el país que tienen dificultades para acceder a mercados convencionales o buscan relaciones de intercambio basadas en la mutua satisfacción y la justicia (integrantes de cooperativas, asociaciones, grupos de mujeres, grupos indígenas, colectivos, pequeños emprendimientos, etc).
Esta iniciativa se enmarca desde las prácticas de la Economía Social Solidaria (ESS), basadas en el trabajo asociativo, democrático, sostenible y autogestionado entre las personas; que busca el beneficio de familias, comunidades y el medio ambiente por medio de la producción, comercialización y el intercambio colectivo de productos con rostro humano, con historia y con una cultura productiva y económica que se desea mantener e instaurar.
Con el objetivo de compartir sus experiencias, proyectos y propuestas de acción conjunta siempre en el marco de las prácticas y líneas de acción de ESS, el día previo al evento se realizará un encuentro donde participarán cerca de 50 organizaciones en especial de zonas alejadas del Valle Central.
Yasy Morales, coordinadora del Programa de Economía Social Solidaria (PROESS) adscrito a la Vicerrectoría de Acción Social (VAS) de la UCR, resalta el consumo consciente que promueve la feria:
“No solo se está comprando un objeto sino que al ser un espacio de interacción directa entre personas productoras y consumidoras, la gente también se lleva información sobre la organización, cuántas personas se ven beneficiadas con esa compra, qué tipo de prácticas productivas tienen y cómo impactan de manera positiva en sus territorios”.
En la feria se podrán adquirir de manera directa y a precios justos una amplia diversidad de frutas, hortalizas, panadería artesanal, plantas, textiles, joyería, productos medicinales y de cuidado personal, así como gran variedad de artesanías y alimentos procesados.
También se realizará una “Mesa de trueke” como parte de la feria. Por la mañana del jueves 29 de agosto, se recibirán los artículos y por la tarde del mismo, se realizará el intercambio. Se propone que los objetos para “truekear” tengan un valor aproximado de 5.000 colones o menos. La actividad busca rescatar formas históricas de intercambio no monetario que valorizan la utilidad y alargan la vida de los productos.
De acuerdo con Eva Carazo Vargas, quien apoya la co-organización del evento desde el CEP Alforja y el Centro de Investigación en Cultura y Desarrollo (CICDE) de la UNED, “toda la diversidad y riqueza de productos que se ofrece viene de prácticas sustentables que cuidan a las personas y a la naturaleza, y al mismo tiempo nos permite apoyar con nuestro poder de compra a gente de zonas muy alejadas de San José que está apostando por organizarse y trabajar de forma colectiva, con toda la complejidad y el poder transformador que eso tiene”.
En este espacio de aprendizaje e intercambio sobre temas de comercialización, características de los productos y gustos de las personas consumidoras, “surgen nuevas ideas, nuevos contactos, alianzas e intercambios solidarios entre productores y productoras y a veces también entre personas consumidoras, a partir no solo de la compra directa en el marco del comercio justo sino también mediante el trueque o la simple conversación (…)”, agrega Morales.
“(…) La gente se asocia para unir esfuerzos, para construir sueños en conjunto y responder a sus necesidades individuales de forma colectiva. Y en esta unión, por ser democrática y sin fines de lucro, las personas mantienen prácticas básicas de participación, diálogo, búsqueda de consensos; todo eso permite ir posicionando una cultura de diálogo y construcción colectiva”.
Carazo concluye que asistir a la feria es una “linda oportunidad para ser parte de esta economía solidaria que cuestiona y desarma las relaciones de competencia y explotación tan generalizadas en estos tiempos, para fortalecer una economía que viene demostrando que sí podemos vivir de maneras más justas, sustentables y felices».
El evento es co-organizado por el Programa de Economía Social Solidaria (PROESS) de la Vicerrectoría de Acción Social, el TCU 607 Comer Orgánico de la Escuela de Sociología (TC-607), el Centro de Estudios y Publicaciones Alforja, el Centro de Investigación en Cultura y Desarrollo de la UNED y la Red de arte y gestión cultural comunitaria (GuanaRED).
Además cuenta con el apoyo de la Red de Economía Social Solidaria (RedESS), el Instituto de Desarrollo Rural (INDER), el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), el Frente Ecologista Universitario (FECOU), las radioemisoras de la UCR, Mercadito Azul y el patrocinio del Banco Popular y de Desarrollo Comunal.
El Festival "Vale la pena vivir" se lleva a cabo en la comunidad Acomuita en Shiroles de Talamanca como parte del proyecto de Acción Social "Prevención del suicidio en personas jóvenes del cantón de Talamanca", en donde se fomenta la participación de niñas, niños y jóvenes del cantón.
Desde el mes de mayo más de 20 personas vinculadas con proyectos inscritos en la Vicerrectoría de Acción Social (VAS) de la Universidad de Costa Rica (UCR) se están capacitando para generar artículos científicos a partir de sus experiencias de trabajo en comunidad. Esta iniciativa surge en conjunto con el Instituto de Investigación en Educación (INIE) y pretende crear nuevo conocimiento y visibilizar la labor de las universidades públicas en el trabajo colaborativo a lo largo del país.
La Vicerrectoría de Acción Social y la Facultad de Ciencias Sociales de la UCR le invita al espacio de Cine Universitario a realizarse este mes de mayo en el Mini Auditorio Plaza de la Autonomía a las 6:30 p.m.
Simposio Internacional Mujeres en la Música y la Vicerrectoría de Acción Social organizaron una jornada artística
La cantautora nacional Guadalupe Urbina fue la encargada de cerrar la jornada de conmemoración del Día Internacional de la Mujer. Foto: Anel Kenjekeeva.
Para conmemorar el Día Internacional de la Mujer, el Simposio Internacional Mujeres en la Música y la Vicerrectoría de Acción Social, organizaron una jornada artística para concientizar sobre el machismo en la música y en la academia.
Como parte de esas actividades se llevó a cabo un conversatorio en el que participaron Orquídea Guandique, docente de la Escuela de Artes Musicales (EAM); Alexa Ellis Montoya, estudiante de la EAM; Daniela García, guitarrista eléctrica; y Ana Eduarte, integrante del grupo Claroscuro; junto con Paola Brenes del Centro de Investigación en Estudios de la Mujer (Ciem).
Ellas compartieron sus vivencias en el mundo de la música y a las dificultades que han enfrentado en este ámbito.
Amanda Rodríguez y su canto feminista, fue la encargada de abrir la actividad. En la foto aparece junto a Alexa Ellis Montoya, integrante del grupo Las Sirenatas. Foto: Karla Richmond.
Las panelistas concordaron en que una de las manifestaciones más comunes de machismo con las que se topan regularmente es cuando subestiman su capacidad profesional y técnica, y se cuestionan sus conocimientos. También cuando se limitan los espacios para la participación de mujeres en recitales, conciertos y otros.
Por otro lado, en la academia las estudiantes y profesoras tienen que abrir camino y demostrar su talento en la ejecución de instrumentos que históricamente no son “para mujeres”, por lo que todavía existe disparidad y la inclusión es lenta.
Así mismo se criticó la falta de espacios dentro de la Universidad que respalden la denuncia y la visibilización de problemas como la violencia y el acoso contra las mujeres. En este sentido manifestaron que hay que exigir espacios seguros, perder el miedo a denunciar, hablar de las situaciones que se presentan, evidenciarlas y combatir las múltiples formas de violencia.
Ana Carter, una de las fundadoras del grupo Claroscuro, ofreció la charla «Claroscuro, primer grupo musical feminista en Costa Rica» Foto: Karla Richmond.
También conversaron sobre rutas de transformación, donde la educación en las primeras instancias es fundamental para romper con la desigualdad y los abusos; la creación y apertura de espacios de ruptura y herramientas que fortalezcan el diálogo, la creatividad, la construcción colectiva. Lugares que promuevan el trabajo que están haciendo las mujeres en este campo, para conocer, difundir y respaldar la labor de cada una.
La jornada incluyó recitales de música, poesía y conferencias, entre otras actividades, que se llevaron a cabo durante todo el día.
Igualmente, se invitó a colectivas autónomas, asociaciones estudiantiles y proyectos institucionales que dan acompañamiento a las personas que sufren de violencia machista y se facilitó un espacio seguro de información.
Para concluir, las personas que conforman el Simposio Mujeres en la Música firmaron el siguiente manifiesto:
Manifiesto: voces contra el machismo en la música y en la academia Coloquio Mujeres en la Música: Voces contra el machismo en la música y en la academia. En conmemoración del Día Internacional de las Mujeres
Las personas que conformamos el Simposio Internacional Mujeres en la Música, declaramos en esta jornada feminista musical, que como el tiempo del silencio acabó, estamos unidas para escuchar todas las voces y dialogar entre nosotras.
Con nuestros encuentros, desde 2016, conmemoramos las luchas de las mujeres en todo el mundo que toman acciones en pro de los derechos humanos y la justicia social, y somos conscientes de que cuando las oportunidades para las mujeres se limitan, se atenta contra el principio de equidad e igualdad.
En este sentido, celebramos la reciente declaratoria de las universidades públicas que establece 2019 como el año por la igualdad de género, la no violencia, y una sociedad más justa, y nos mantendremos atentas ante toda acción contraria que lleve a la discriminación, marginación, y violencia machista en la academia y en la música.
Ante la agudización de posturas machistas que amplían la brecha de género en nuestro medio, con la inclusión desproporcionada de hombres y la exclusión automática de mujeres en todos los escenarios de la música, expresamos la urgencia de promover en todos los espacios, la conversación sobre las distintas expresiones de sexismo y machismo que nos encontramos en nuestros entornos académicos y artísticos.
Decimos basta a la invisibilización de las desigualdades. Basta al no reconocimiento de nuestras capacidades en todas las expresiones musicales, desde la docencia y la práctica musical, hasta la investigación y la gestión cultural.
Promovamos las oportunidades, no las limitemos. Promovamos la discusión, no la silenciemos. Promovamos la música, el pensamiento, y las acciones de las mujeres.
Nuestra causa es sorora, y ante el irrespeto a nuestra existencia, venimos con resistencia.