Un artista. No al recorte en cultura

Alguien que siguió su instinto, escucho su corazón, decidió apostarlo todo y vivir su vida al límite. Sí al límite de un escenario donde suceden cosas extraordinarias los que ya lo vivieron saben de qué hablo.

Porque para un artista no hay hora, día, espacio o momento para vivir su arte, cualquier lugar y hora es perfecta para romperle la rutina a un público deseoso que eso suceda.

Alegrar corazones y trasmitir vida a través de canciones, pinturas, puestas o cualquier rama del arte. Esa es la misión que se le encomienda a un intérprete, siendo capaz de regalar momentos extraordinarios. Aún y cuando las condiciones muchas veces están en contra. Puede más la pasión por lo que se hace, que las limitaciones que se encuentran en el camino. Y yo hoy aquí y ahora les voy contar.

Qué supe lo que fue tener miedo, cuando estuve detrás de un escenario escuchando como de a poco se llenaba.

Que entendí lo que fue tener pánico cuando en escena se me olvido la letra. Y ahí mismo entendí lo que es el compañerismo cuando un compañero me salvo la escena.

Supe lo que es la frustración y el llanto después de que las cosas no salieron como esperaba.

Experimenté placer y alegría al recibir los aplausos de un público emocionado por nuestro trabajo.

Supe lo que fue vivir. Y todo gracias al arte.

Por los que ya pasaron, por lo que estamos y por los que vendrán. No al recorte en cultura.

Costa Rica, 2022