A la Cocota

(EL JOCOTE)

Por Carlos A Meneses R.

 

Paradisiaca fruta centroamericana

de estas tierras encantada

aparece tras las lluvias

se esconde cual cigarra

transcurre en cada año

tradiciones de gustos y sabores

por calles estrechas josefinas

en carretas repletas de arco iris.

Aquí jocote. Allá cocota

Yo, humilde cantor de esta frutilla

al aquí llegar te conocía:

arribaste, a puerto de la Magdalena

allende los mares,

el poeta trotamundos

marchante por esta tierra hospitalaria

transpórtate en ramos, semillas, troncos, ganas

 

Y en húmedas huertas coloniales

de la citadina Ocaña

también floreces en estaciones

anuales.

Si lo tomas rojizo, amarillo

dorado: de sabor almibarado

lo muerdes pintoso, de oscuro

verdor, achocolatadas vetas, rasga

el agridulce concentrado,

en abundada jugosa bocanada, refresca

con infinitos recuerdos

la garganta.

 

Si es de verde biche

masticas la pasta

pulpa dura

es tamo con afrecho macerado.

nada se pierde en el ritual amado.

Inquietos jovenzuelos en rústicos

laboratorios la procesan

de la pulpa: alcohol de sopor

evaporado

de la semilla dura resecada:

sorprendente papel sacado de la nada.

Pero aquí jocote o cocota de encantado

sabor golosinado.

Mantén el verdor de gema, esperanzada

el encendido amarillo de felicidad hallada

el rojo gustoso de los lados

que mitiga las ansias

ahogando con la sabia derramada

sin fin de palabras y sabores

esperando al irse la cosecha

una nueva temporada.

San José Costa Rica, en el año de mil novecientos noventa y siete.

La Cocota

Por, Carlos Arturo Meneses Reyes.

Desde San José Costa Rica, última década del siglo XX.

 

Desde antes de arribar a este acogedor país centroamericano, tenía conocimiento que su formidable flora contenía el originario árbol del apetecido fruto. En alguna ocasión conversando con el fallecido escritor y periodista Don Ciro Osorio en su casa de habitación en la ciudad de Barranquilla, me contaba sobre la genial iniciativa de un trotamundos vate ocañero llamado SANTIAGO RIZO RODRÍGUEZ, quien hacia parte del grupo literario Los felibres y cuyo nombre artístico era EDMUNDO VELÁSQUEZ y así conocido en el ambiente cultural y poético. EDMUNDO VELÁSQUEZ, de rancia familia ocañera, nació en la ciudad de Nueva York el 22 de mayo de 1881 y falleció en San José de Costa Rica el 11 de diciembre de 1954.Difícil seguir el itinerario de su vida. Transcurriendo el año de 1910 decide enviar desde Costa Rica- vía marítima – a sus tías solteronas en Ocaña, unos pequeños palos de jocote con sus ramitas. Luego de publicar un libro de poemas: Psiquis, en Madrid, en 1913, lo cual demuestra lo inestable de su asiento, radicase unos años en Ocaña. Referencias indican que nuevamente residenciado en Costa Rica, en 1936, unió en nupcias con Carlota Brenes Arguello, artista y poetisa costarricense, que tomó el seudónimo de BLANCA MILANES, en fiel consonancia con la admiración que profesaba al escritor y poeta ocañero, Adolfo Milanés o Euquerio Amaya R.

Edmundo Velásquez, con quien podía-generalmente familiares- enviaba palitos de jocote. La suerte le sonrió pues el prodigioso fruto “prendió”, en las solariegas huertas del centro de Ocaña. Lo curioso es que, en otras regiones de Colombia, ni aun de la Provincia de Ocaña, se da. Solo en su casco urbano. Por eso es que los ocañeros nos hemos apropiado del Jocote. Allá la tenemos como una fruta 100% ocañera y símbolo en esa región. De mi parte sabia, antes de radicarme en este país, que en las calles de San José se vendía prolíferamente; conforme me lo relató el Dr. Jorge Arturo Portilla Álvarez. Pues, ciertamente, allá (Ocaña), el Jocote se conoce con el nombre de Cocota, de cosecha anual. Coincide para la época de acentuadas lluvias, entre los meses de agosto a octubre.

Ocaña es región de humedad relativa cercana al 80%. El grado de humedad del solar colonial o huerta ocañero contribuyó a su hábitat. El desarrollo urbanístico de la ciudad con la subsiguiente escasez de solares afectó el número de cocotos sembrados, a finales de los años de mil novecientos ochenta. Algunos inquietos explicaban, igualmente, que la canalización de aguas, las extensiones de redes de alcantarillados limitaban la disponibilidad de terrenos con el humus adecuado para la proliferación de árboles cocotos. En una Feria Científica de los Colegios, en Ocaña, ingeniosos estudiantes expusieron la extracción de productos del Jocote o Cocota tales como alcoholes, papel-cartón etc.

Anexo la referencia científica extractada del libro FRUTICULTURA TROPICAL, del Lic. José María Arias Rodríguez y publicado por la editorial Costa Rica:

Jocote Spondias Purpurea L.

Árbol de la familia de las anacardiáceas. Entre las variedades conocidas hay tres que se cultivan con relativa importancia, el jocote de fruta grande de tres a cuatro centímetros, de color amarillo rojizo cuando madura con cinco protuberancias en el extremo. Por lo que es llamado jocote de corona; otra variedad se llama ciruela, árbol de mediano tamaño, de fruto menor que el anterior, de color rojizo, con pulpa un poco ácida, pero bastante agradable; otra variedad es el sismoyo, similar al anterior, pero el fruto es de un color amarillo intenso con pulpa agridulce muy agradable. El jocote desarrolla árboles grandes de copa amplia debido al sistema de ramificación.

Las otras variedades mencionadas son generalmente de menor tamaño; la corteza de todas es rugosa y áspera, la madera es muy quebradiza. Se reproduce únicamente en forma vegetativa. Las semillas son estériles y salvo en casos muy raros aparece una semilla fértil que logra germinar. Este es un ejemplo en que la continua y prolongada reproducción vegetativa atrofió las condiciones germinativas de la semilla. Para el pueblo tienen más importancia los servicios que prestan los jocotes como soporte en las cercas, que la producción de frutas. Sus hojas son perseguidas por el ganado. A los brotes con hojas nuevas se les atribuye propiedades alimenticias.”

Complementaría destacando que para la época del año reseñada la fruta es totalmente comercializada, no solo en ventas callejeras sino también en supermercados.

«Es una especie de ciruela enorme que tiene sabor a lluvias, a tarde y a solar, su color nos empieza a hacer falta desde finales de agosto; chorros de rojo y ocre en ávidos labios, sol de verano con aguacero» (Casadiegos Benjamìn, «La Cocota»). Escritor ocañero. –

Santiago Rizo Rodríguez, quien como anteriormente se indica fue el primero en traer la cocota a nuestra región, envió por correo (fluvial) tres palitos del árbol, esto aconteció entre los años de 1908 y 1910. La casa donde se sembró el primer cocoto fue en la Casa del general Rodríguez ubicada en la carrera 13 N0. 11-29, propiedad de Don René Cure, de don Miguel Esper y actualmente, de don Carlos H. Carvajalino.

Nota del Administrador (de Café Cocota):

Liliana Ascanio nos ha enviado una breve historia de la cocota, fruta típica de nuestra tierra (a quien debe el nombre esta página web) y uno de los aspectos más representativos de toda nuestra región, entre muchos otros, que hacen de Ocaña y su provincia un lugar inolvidable. Desafortunadamente la información disponible sobre esta exquisita fruta es muy escasa, por lo cual agradeceríamos cualquier aporte adicional a este Texto.

Es justo decir, que la Cocota no proviene de Ocaña, pero sus características y su importante participación en la idiosincrasia y tradición Ocañera, hacen que sea hoy por hoy una fruta que los Ocañeros nos hemos apropiado, para hacerla como dice la introducción de este artículo «Una fruta 100% Ocañera».

 

Enviado a SURCOS por el autor.

Suscríbase a SURCOS Digital:

https://surcosdigital.com/suscribirse/