El 7 de febrero pasado, el denominado «Grupo de Contacto Internacional (GCI)» adoptó una primera declaración sobre Venezuela. Pocamente divulgado en medios de prensa internacional, su contenido evidencia un nuevo esfuerzo diplomático, promovido esta vez por la Unión Europea (UE), en aras de encontrar alguna salida al impasse en el que pareciera mantenerse la profunda crisis política en Venezuela. El tono de esta declaración conjunta difiere sensiblemente del de otros comunicados conjuntos o resoluciones sobre Venezuela leídos en los últimos meses.
El Grupo de Contacto Internacional (GCI): breves apuntes
Se trata de una iniciativa desplegada por la diplomacia europea a la que se han sumado Bolivia, Costa Rica, Ecuador y México en América Latina, en aras de encontrar algun mecanismo de acompañamiento en Venezuela que permita una salida negociada a la crisis que ahí se vive: como bien es sabido, el mes de enero del 2019 ha visto agudizarse significativamente la crisis política que azota a Venezuela desde varios años, al haber iniciado formalmente su segundo mandato por 6 años el Presidente Nicolás Maduro (10 de enero) y al haberse proclamado «Presidente encargado de Venezuela» Juan Guaidó, actual Presidente de la Asamblea Nacional, el pasado 23 de enero.
Foto de la Representante de la Unión Europea en materia de Política Exterior con el Ministro de Relaciones Exteriores de Costa Rica durante la cita en Montevideo convocada por el GCI. Foto extraída de nota de prensa de Informa-tico titulada «Más países apoyan salida pacífica, política y diplomática a la crisis venezolana».
Desde el punto de vista diplomático, puede resultar extremadamente aventurado intentar mediar en una crisis en la que algunos se han inclinado por reconocer como legítima a una u otra autoridad venezolana. Este nuevo esfuerzo busca encaminar un proceso pese a este delicado escollo, incorporando, además de la UE, a varios Estados de América Latina que mantienen incólumes sus vínculos oficiales con las autoridades lideradas por el Presidente Nicolás Maduro, o que han optado recientemente por replantear su posición con relación a Venezuela (caso de México).
Nótese que el «Mecanismo de Montevideo sobre Venezuela» (véase comunicado oficial de México sobre esta propuesta en 4 etapas) inicialmente ideado por México, Uruguay y varios Estados caribeños también coincidió pocas horas antes de la reunión del GCI en la capital uruguaya: véase nota de El Pais (Uruguay) sobre esta iniciativa que dio lugar a una conferencia de prensa de los cancilleres de México y Uruguay el pasado 6 de febrero. Se trata de un mecanismo que posiblemente mantenga vigencia, en particular si el proceso iniciado por el GCI encuentra algún tipo de dificultad y se debe afianzar. Solicitada con relación a este otro esfuerzo impulsado por México y Uruguay durante una conferencia de prensa, la vocera de la UE expresó con respecto al Mecanismo de Montevideo que:
«They are not incompatible with each other. On the contrary, we have discussed ways in which the two can converge towards the aim of having a peaceful, democratic outcome of this crisis, but the composition, the objective and the life of the two initiatives is different. Uruguay is the link – Montevideo is the physical link – to these two initiatives that remain distinct«
(véase texto completo de sus declaraciones a la prensa con fecha del mismo 7 de febrero del 2019).
Declaraciones previas a la del GCI
Esta primera declaración conjunta del GCI fue precedida por otra declaración del denominado «Grupo de Lima«, adoptada el 4 de febrero en Ottawa (véase nota nuestra al respecto). Como bien se sabe, este grupo reúne desde el 2017 a Estados del hemisferio americano partidarios de mantener un tono confrontativo con el Presidente venezolano Nicolás Maduro: entre sus más entusiastas integrantes figuran Argentina, Canadá, Colombia, Chile, Paraguay y Perú. En la reunión de Ottawa, los integrantes del «Grupo de Lima» consideraron útil (y oportuno) integrar en sus futuras reuniones a las autoridades venezolanas que consideran legítimas, al acordar que:
«2. Acogen con gran satisfacción la solicitud del Presidente Encargado Juan Guaidó de incorporar al legítimo gobierno de Venezuela al Grupo de Lima y le dan la bienvenida«.
(punto 2 de la Declaración de Ottawa adoptada el 4 de febrero por los siguientes Estados miembros del «Grupo de Lima«: Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Honduras, Panamá, Paraguay y Perú).
Es preciso recordar que el 26 de enero, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas celebró una larga sesión sabatina sobre Venezuela, por más de 4 horas y media, en la que se pudo apreciar cuán dividida se mantiene la comunidad internacional sobre la crisis institucional que se vive en Venezuela. La inusual duración de esta sesión se debió al hecho que, además de los 15 integrantes del Consejo de Seguridad, 21 Estados del hemisferio quisieron participar para dar a conocer su parecer: véase al respecto breve nota nuestra publicada en el sitio especializado de DIPúblico.
En América Latina como tal, las divisiones también son evidentes y la región ha quedado desdibujada como pocas veces en su historia reciente. Cabe precisar que, desde diciembre del 2018, México ya no suscribe las declaraciones del «Grupo de Lima» y se puede considerar que ya no es parte del mismo: se trata de una importante baja, al tratarse de uno de sus principales impulsores desde su creación en el 2017, a raíz precisamente de la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA) celebrada en Cancún en la que la diplomacia de Venezuela logró evitar la adopción de una resolución en su contra por parte de este órgano interamericano (obligando a México a retirar la resolución en la tarde del 21 de junio: véase breve nota nuestra sobre este epidosio pocamente analizado). El hecho que los dos integrantes del Caribe anglófono (Guyana y Santa Lucía) que integran el «Grupo de Lima» no suscribieran la declaración de Ottawa del pasado 4 de febrero también puede reflejar algún tipo de divergencias en el seno de este grupo.
En el marco interamericano, cabe señalar la adopción de una resolución por parte del Consejo Permanente de la OEA sobre Venezuela el pasado 10 de enero del 2019, con 19 votos a favor (de 34 votos) y la abstención de El Salvador, México y Uruguay: véase breve nota nuestra al respecto, que reproduce el texto de dicha resolución y el detalle del voto obtenido.
La declaración del GCI como tal
El texto de la declaración final adoptada por el GCI en Montevideo el pasado 7 de febrero no contó con el apoyo de Bolivia… ni de México. Su contenido se reproduce a continuación tal como difundido por la diplomacia española (véase enlace oficial) se lee como sigue:
07/02/2019
«Conscientes de la severidad de la crisis actual en Venezuela y de su impacto en la región y profundamente preocupados por la difícil situación de su pueblo, el Grupo de Contacto Internacional (GCI) sobre Venezuela mantuvo su primera reunión en Montevideo el día 7 de febrero de 2019.
El GCI apunta a forjar un abordaje internacional común para apoyar una resolución pacífica, política, democrática y propiamente venezolana de la crisis excluyendo el uso de la fuerza a través de elecciones presidenciales libres, transparentes y creíbles, de acuerdo a la Constitución venezolana.
Para que Venezuela pueda superar la presente crisis, es crucial restaurar la plena democracia, el estado de derecho, la separación de poderes y el respeto por el mandato constitucional de las instituciones del país, más particularmente la democráticamente electa Asamblea Nacional.
El GCI destaca que las libertades fundamentales y los derechos humanos de todos los venezolanos deben ser respetadas. Deplora los muertos y heridos causados por el excesivo uso de la fuerza y subraya que el uso de la violencia no es nunca una solución.
En su primera reunión, el Grupo analizó la situación del país y discutió sobre cómo podría ayudar para encontrar un camino pacífico que pueda conducir a la celebración de nuevas elecciones presidenciales con todas las condiciones y garantías necesarias en conformidad con la Constitución, como fuera establecido en los términos de referencia del GCI.
El GCI también reconoce la crisis humanitaria que se continúa profundizando día tras día, afectando a millones de venezolanos. El Grupo expresó su compromiso de desplegar más asistencia en áreas de necesidad y coordinar su entrega en conjunto con el Representante Especial de la ACNUR/OIM, Sr. Eduardo Stein.
Para dicho fin, el GCI, a través de sus co-presidentes de esta reunión, procederán con los contactos necesarios con los actores venezolanos relevantes así como con los socios regionales e internacionales con el objetivo de: I) establecer las garantías necesarias para un proceso electoral creíble, en el menor tiempo posible, II) permitir la entrega urgente de asistencia de acuerdo a los principios internacionales de ayuda humanitaria.
A efectos de implementar ambas metas, el Grupo enviará una misión técnica al país.
El GCI convocará nuevamente una reunión a nivel ministerial a comienzos del mes de marzo para analizar el desarrollo.
La declaración ha sido acordada por los siguientes miembros del Grupo Internacional de Contacto: Uruguay, Unión Europea, Costa Rica, Ecuador, España, Italia, Portugal, Suecia, Alemania, Francia, Países Bajos, Reino Unido«.
Tal y como se puede apreciar, el tono de esta declaración difiere sensiblemente del que usualmente se aprecia en las del autodenominado «Grupo de Lima» desde mediados del 2017, priorizando el GCI entre sus objetivos el establecimiento de garantías para un futuro «proceso electoral creíble» en Venezuela. La ausencia de toda mención explícita al carácter legítimo o ilegítimo de las autoridades en Venezuela es otro aspecto a tomar en cuenta: posiblemente explique la ausencia de reacción formal por parte del aparato diplomático venezolano (mediante algún comunicado de prensa) a esta declaración del GCI. Una primera forma de señal que pasó desapercibida para muchos y que, en nuestra opinión, merece mención.
Nótese que el único Estado que participa en el «Grupo de Lima» y a la vez en el GCI es Costa Rica.
A modo de conclusión
Esta primera declaración del GCI permite canalizar los esfuerzos internacionales en aras de intentar mediar en la crisis venezolana, y abrir un espacio para la diplomacia, el cual pareciera haberse cerrado en el marco de la OEA: una organización regional a la que Venezuela dejará oficialmente de ser Estado Miembro en abril del 2019 (al materializarse la denuncia de la Carta de la OEA presentada formalmente por Venezuela en abril del 2017). Cabe destacar que, a diferencia de su homólogo en la OEA, el Secretario General de Naciones Unidas mantiene de igual forma, pero de manera separada al GCI, su disposición ofreciendo sus buenos oficios para lograr resolver la crisis que se vive en Venezuela (véase comunicado oficial del 4 de febrero del 2019).
En el marco subregional, la Comunidad de Estados del Caribe (CARICOM) también se expresó en términos similares desde Nueva York (véase declaracion oficial del 31 de enero del 2019).
Con relación a la Comunidad de Estados de América Latina y del Caribe (CELAC), desde que inició este 2019 no se ha pronunciado sobre la crisis en Venezuela. Bolivia asumió la Presidencia Pro Tempore de esta entidad a mediados del mes de enero.
Por su parte, el Estado del Vaticano, cuyo delegado asistió a la toma de posesión de Nicolás Maduro el pasado 10 de enero, también está intensificando sus esfuerzos diplomáticos en aras de lograr una salida negociada en Venezuela.
Tal y como se puede observar, son varios los intentos diplomáticos desplegados y es muy posible que la UE deba aceptar coordinar sus esfuerzos con el de otras entidades regionales para lograr sus objetivos en Venezuela.
(*)Profesor de Derecho Internacional Público, Facultad de Derecho, Universidad de Costa Rica (UCR).
Cuando el presidente de México, Andrés López Obrador, se encontró con el de España, Pedro Sánchez, el miércoles 30 de enero, quien, en una conferencia de prensa, le recordó a su homólogo, que en 1838/39, cuando Francia invadió este país mientras Benito Juárez fuera presidente de México, expresó que “el respeto al derecho ajeno es la paz”, expresión que quedó grabada en todo México desde entonces. Por tal razón, México apuesta por el diálogo entre las partes en el conflicto de Venezuela.
Este domingo 3 del presente se reunieron de emergencia los miembros del “Grupo de Lima”, que lo integran los 14 países de nuestro continente, liderados por Donald Trump, a través de Luis Leonardo Almagro, el secretario general de la OEA. La reunión fue para afinar su estrategia contra el gobierno de Venezuela. Uno de los puntos que sobresalieron fue una donación canadiense de US$53 millones en ayuda humanitaria, la cual se junta a los US$20 millones donados por Donald Trump.
Lo que se perfila no es un cambio real de estrategia del Norte de América (Canadá y EUA), pero un cambio de mano de naipes. Dado que el Grupo de Lima, desde su fundación en agosto de 2017, suscribió un quinto acuerdo en su declaración de constitución en el cual reza “Su enérgico rechazo a la violencia y a cualquier opción que involucre el uso de la fuerza”. Siendo que en las últimas dos semanas se han confirmado las aseveraciones de Washington de intervenir militarmente a Venezuela, como “opción que se mantiene sobre la mesa”, a sabiendas que una intervención militar a Venezuela, tendría mayores consecuencias para toda la región, que lo que pudo ser la invasión a Panamá, en 1989/90. Además, los gobiernos de la región saben que EUA trata de involucrar a la mayor parte de militares de los países Latinoamericanos en este conflicto, aun cuando los militares estadounidenses dirijan esta guerra, se corre un gran riesgo político por los actuales gobernantes de obtener el rechazo de sus pueblos.
Honduras tiene una experiencia ganada cuando facilitó su territorio y bases militares en la década de los ochentas para asaltar a El Salvador durante su guerra civil, dejando no menos de setenta mil salvadoreños asesinados, es algo que los ex guerrilleros y veteranos, ahora en el nuevo gobierno no han de olvidar.
Así es que ante tales condiciones el gobierno de EUA acepta irse por el camino trazado desde antes de las expresiones sanguinarias de la Casa Blanca. Primero, aplicar la receta ya experimentada con la Nicaragua Sandinista en los ochentas: ahogar económicamente, logística y psicológicamente a la población venezolana, hasta que cambie su preferencia por el actual gobierno hacia el gobernante nombrado por Trump. Esto debe ir acompañado de asistencialismo a quienes se están muriendo de hambre y busquen la manera de salvarse antes de morir ahogados. Con 73 millones de dólares se podrá, no solamente atender las demandas de los hambrientos y desesperados que deja el boicot y las sanciones internacionales, pero financiar a aquellos militantes y militares que quieran vender su conciencia. La última declaración de este grupo de gobernantes sometidos a los dictados de Trump, es que el Ejército venezolano acepte cambiar su preferencia de Maduro hacia el Juan ese, del cual no logro recordar su apellido. Saben los del Grupo que es allí donde estaría el quiebre político. Aun cuando eso produzca violencia, la pueden justificar de alguna manera. ¡Qué dicha que aún no tengamos un ejército en Costa Rica! Aunque si los del Pentágono se propusieran, pudiera haber un golpe de estado militar allí también, pues saben inventar presidentes de la nada, no sería raro que inventen un ejército. ¿Será por eso que Carlos Alvarado apoya al Grupo de Lima? El miedo, a veces, es un arma infalible que hace cambiar y temblar a valientes.
Nadie duda en las razones por las cuales los gobiernos de Guatemala, Honduras y Panamá están en este Grupo. Después de la vapuleada que recetara la ex canciller venezolana, Delcy Rodríguez, a la canciller de Honduras en una Asamblea de la OEA, el 20 de junio de 2017, sobre las diferencias sustanciales de las condiciones de ambos países, solamente nos resta decir que, en Honduras hay un suicidio por día y, si Venezuela tiene un 6% de su población viviendo en otros países, Honduras tiene un 11%, lo que en ambos países aumenta con caravanas de emigrantes. La diferencia es que a Honduras le ocurre esto aún con la protección y colaboración política, económica y logística de la UE, Canadá y EUA, mientras que, a Venezuela, se le sanciona y boicotea diariamente por no ceder a los caprichos del imperio estadounidense, sin tomar en consideración los millones de dólares que se paga a los principales medios internacionales para perjudicar la imagen del gobierno venezolano. Así que la mejor fórmula para arruinar una sociedad hasta su destrucción total, no está en Venezuela, pero sí está en Honduras, colocando en la cabeza del gobierno de Venezuela a alguien como Juan Orlando Hernández. Así no habrá que sancionarle ni boicotearle sus propuestas de desarrollo. No se requeriría formar Grupos de políticos incondicionales, ni hacer mayores, ni menores, esfuerzos para que entregue sus riquezas naturales a las corporaciones internacionales, siempre y cuando compartan con él las ganancias. Será por esto que han convertido a un joven venezolano, violento, soberbio, improvisado, cínico y falso, en auto nombrado presidente interino Juan Gauidó (al fin recordé su apellido). Este hombre esta dispuesto a llamar a las tropas gringas o, de donde sea, para que le aseguren “su poder” en Venezuela, aunque solamente sea para tramitar la entrega formal de las riquezas nacionales.
Lo que habrá que saber ahora es, hasta donde les va a aguantar Donald Trump, sin cambiarles de nuevo esa “humanitaria” y política agenda. Sabemos de lo errático que es su personalidad, dentro de un marco muy similar al de un mafioso neonazi y xenofóbico. Además de los minerales e hidrocarburos, Trump quiere liberalizar todo lo nacionalizado por el gobierno de Venezuela y, este proceso “pacífico” del Grupo de Lima le puede causar muchas frustraciones ante las presiones de las grandes corporaciones. De todas manera ya el imperio gringo dejó claro públicamente qué es lo que buscan en Venezuela, para qué entonces esperar más, solamente para complacer a esos gobernantes “tontos del grupo de Lima”.
En la Conferencia en Montevideo, del jueves 07 de febrero de 2019, ya se aprobaron los mecanismos del diálogo. El proceso aprobado es el de 1) Diálogo Inmediato; 2) Negociación; 3) Compromisos; y 4) Implementación. Pese a las exigencias de ocho países de Europa Occidental, a excepción de Italia y Grecia[1], por lo cual la UE, sin un consenso no puede expresar su opinión unánime; y, del grupo de Lima, en la Conferencia de Montevideo la balanza estuvo en favor de la Paz y no intervención.
Uruguay y México parecen haber tirado una “tabla de salvación” para quitar del medio ambiente una probable guerra, no solamente contra el pueblo venezolano, pero contra el pueblo de nuestro continente. Es evidente que la opinión generalizada de nuestra juventud, incluyendo a buena parte de la oposición venezolana, es contra una intervención militar directa o indirecta contra Venezuela. América Latina no favorece la guerra, en Venezuela ni en cualquier territorio del continente. Ha sido de harto sabido la motivación económica del gobierno estadounidense y de sus corporaciones internacionales fabricantes de armas y petroleras, así que ningún pueblo quiere que, por tener recursos naturales codiciados por los gringos, van a masacrar a nuestro pueblo, tal como lo han hecho en medio oriente.
Ahora, cómo podrían explicar los profesores a sus alumnos el concepto de Democracia, cuando los 14 gobiernos, incluyendo a Honduras, Guatemala y Costa Rica, han definido como presidente de Venezuela a alguien salido de la manga de camisa de Donald Trump, que de repente se para frente a un grupo de conciudadanos para declararse presidente interino. Eso sí va a ser difícil para el magisterio de educación media y no digamos la superior.
Esperamos que la mediación de México y Uruguay tenga los éxitos deseados para la paz de nuestro continente. Nuestros pueblos no podrían ser indiferentes ante este posible nuevo genocidio estadounidense.
Enviado por el autor.
[1] «Grecia no lo hizo porque todavía creemos que el grupo de discusión que se reunirá en los próximos días en Montevideo, brindará una solución positiva y pacífica a los problemas que enfrenta Venezuela».
Imagen ilustrativa tomada de https://www.3museos.com
Este jueves 14 de febrero a las 5:30 p.m., el Centro de los Amigos Cuáqueros para la Paz y la Editorial Universidad Nacional estará presentando la galardonada obra Rosa Luxemburgo, Utopía y vida cotidiana del Profesor Rodrigo Quesada Monge
Le acompañará en la mesa principal la compañera Heidy Valencia.
¿Dónde?
Centro de Amigos para la Paz, Avenida 6 Bis, Calle 15, entre Av. 6 y 8. Costado Oeste de los Tribunales de Justicia. 150 metros. Sur y 25 metros Oeste de la esquina Suroeste del Museo Nacional. Tel. 2222-1400.
Para más información con el Sr. José Solano (CAP) al teléfono 8315-6037 o la Sra. Karen Chaves (EUNA) al teléfono 2562-8750.
Hoy 8 de febrero, en el 205 aniversario del natalicio de nuestro Héroe Mayor, Luko Hilje nos comparte este artículo, basado en una conferencia que dio hace un año en el Club Unión, organizada por el grupo cívico La Tertulia del 56, al cual pertenece.
Revista Comunicación. Volumen 27, año 39, núm. 2, julio-diciembre, 2018 (pp. 69-82):
Comisión Permanente Especial de Relaciones Internacionales y Comercio Exterior de la Asamblea Legislativa (noviembre-diciembre 2018) https://opi.ucr.ac.cr/node/1294
El 02 de febrero, Chalecos Amarillos volvió a recuperar las principales ciudades de Francia, protestando contra la represión brutal que las fuerzas de seguridad han desplegado en los últimos 3 meses, contra las actividades de gilets jaunes
Además, salieron a protestar contra la ley que se aprobó la semana pasada, que penaliza las manifestaciones dentro del marco de la ley antiterrorista.
No somos “casseur” gritaban los manifestantes, que una vez más fueron reprimidos con armas convencionales de guerra, que ya son 11 personas fallecidas desde que empezó la protesta.
El sábado 02 de febrero, la represión salvaje, no fue la excepción, pero la fuerza de los amarillos es incontenible.
El pasado martes 05 de febrero se llevó a cabo la huelga general en Francia, apoyada por los sindicatos; que por fin se desmarcaron del gobierno y que, en definitiva, las circunstancias los obligaron a comprender que no le podían seguir dando la espalda al pueblo, que está luchando y jugándose el pellejo en las calles por una nueva República.
La Asamblea Nacional de Francia aprobó el pasado 1 de febrero, la “ley anticaussers”.
Esta nueva ley criminaliza la protesta social.
Por una parte, se autoriza a las fuerzas arrestar a las personas que participen en manifestaciones, invocando actos que arriesguen el orden público, con pena de 6 meses de prisión y 7500 € de multa.
Por otra parte, crea el delito de disimulación de rostros en manifestaciones.
Este delito castiga que un manifestante porte casco o use montañas, sancionado con un año de prisión y 15000 € de multa
Estas medidas represivas urgentes pretenden intimidar a las personas y trabajadoras, en la víspera de la huelga general que fue convocada para el pasado 05 de febrero.
En la suiza centroamericana, se pretende penalizar la huelga y disolver los sindicatos que convoquen a manifestaciones públicas.
Por lo visto, más de un volado está agarrando Macron del gobierno neoliberal del duo Piza/Alvarado
El pasado 26 de enero, el Consejo de Seguridad se reunió para intercambiar opiniones sobre la situación imperante en Venezuela, a solicitud de Estados Unidos. No se aprobó ninguna resolución sobre el tema objeto de dicha reunión sabatina.
Algunos detalles de la sesión en breve
Al inicio de la sesión, se solicitó un voto, al considerar Rusia que la situación interna en Venezuela no es tema de agenda ni califica como «amenaza para la paz y la seguridad internacional«: el resultado fue de 9 votos en favor de mantener el orden del día, 4 votos en contra y 2 abstenciones.
Foto del Secretario de Estado norteamericano rodeado de los delegados de Reino Unido y de Bélgica durante la votación del orden del día del Consejo de Seguridad durante el pasado 26 de enero del 2019. Foto extraída de artículo de prensa de El Comercio.
En el acta de esta sesión (disponible en este enlace, versión en español), se puede apreciar la diversidad de las posiciones de los Estados que participaron a esta cita, a lo largo de sus extensas 45 páginas.
La inusual duración de esta sesión del máximo órgano de Naciones Unidas se debe al hecho que, además de los 15 Estados que integran formalmente el Consejo de Seguridad, participaron los delegados de otros 21 Estados del hemisferio americano que desearon hacerse presentes a la cita para exponer su posición sobre la situación interna prevaleciente en Venezuela.
Cabe precisar que Colombia, Estados Unidos y Venezuela optaron por enviar a sus respectivos Ministros de Relaciones Exteriores a esta sesión.
Un abanico de posiciones
Un análisis pormenorizado de estas 45 páginas puede ciertamente resultar de interés, pero se recomienda una lectura integral del acta en aras de hacerse una idea del tono, de las valoraciones y del tipo de acusaciones realizadas por algunos Estados: en particular un grupo que ha optado por mantener un tono extremadamente confrontativo con Venezuela. Desde el punto de vista diplomático, varios Estados mantuvieron un tono mesurado, posiblemente en razón de intentos colectivos de mediación futura (Grupo de contacto u otra modalidad) que propondrá la comunidad internacional en aras de encontrar una salida negociada a la crisis política que se vive en Venezuela.
Varios de los Estados que participaron a la cita no reconocen como legítimo al Presidente Nicolas Maduro en Venezuela cuyo segundo mandato inició formalmente el pasado 10 de enero del 2019. Tuvimos la oportunidad hace unas semanas de analizar la declaración del denominado «Grupo de Lima» hecha al respecto el 9 de enero del 2019 (véase nuestra breve nota sobre el particular). En una declaración del 23 de enero suscrita por sus integrantes, el mismo «Grupo de Lima» reconoció como autoridad legítima en Venezuela a Juan Guaidó (véase texto de la declaración circulada desde la cancillería brasileña).
Siempre en América Latina, cabe señalar que el pasado 30 de enero, México y Uruguay convocaron a una conferencia internacional a celebrarse en Montevideo este próximo 7 de febrero para intentar acordar un mecanismo de mediación internacional en Venezuela (véase comunicado de prensa de la Secretaría de Relaciones Exteriores de México).
La Unión Europea: en busca de una delicada mediación internacional sobre Venezuela
Este llamado de México y Uruguay podría en parte coincidir con el realizado por la Unión Europea (UE) el mismo 26 de enero, fecha en la que se reunía el Consejo de Seguridad, en el que se lee que «La UE se mantiene preparada para apoyar un proceso inmediato y creíble de colaboración, inclusive a través del establecimiento inmediato de un Grupo Internacional de Contacto. Continúan los contactos y coordinación con los socios regionales e internacionales y se intensificaran en las próximas horas» (véase comunicado de prensa de la portavoz de la UE).
Dicho comunicado responde al que emitieron 6 Estados, incluyendo a España, Francia y Portugal, el pasado 22 de enero, invitando expresamente a la UE a involucrarse en la creación de un grupo de contacto internacional sobre Venezuela (véase comunicado conjunto divulgado por el sitio oficial de la diplomacia española).
(*)Profesor de Derecho Internacional Público, Facultad de Derecho, Universidad de Costa Rica (UCR).
El investigador del Centro de Investigación en Cultura y Desarrollo, CICDE, Orlando Amaris Cervantes y el co-investigador comunitario Dany Villalobos Villalobos visitaron las comunidades Orocú y Chomes, en el cantón central de Puntarenas como parte del proyecto “Diagnóstico hidrocomunitario para la gestión socio-ambiental del territorio de acción de la Alianza de Organizaciones por la Defensa del Agua en Puntarenas”. Se trata de un proyecto de investigación y acompañamiento junto a varias Asadas y otras organizaciones de este cantón del Pacífico Central costarricense.