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Chávez espantó a “marines” en la capital costarricense

Rafael A. Ugalde Q.
Periodista, abogado y notario por la U.C.R.

Un telón plegable con el rostro del comandante Hugo Rafal Chávez Frías y los colores de la bandera de la República Bolivariana de Venezuela puso a correr a los “marines” y a la policía local que resguardaban la embajada estadounidense en la capital costarricense, en medio de tambores de guerra en Suramérica, cada vez más sonoros.

El insólito hecho acaeció la víspera como parte de los actos de los costarricenses identificados con la solidaridad, como acción concreta contra todos los pueblos del mundo que sufren de diversas formas la explotación y humillación del imperialismo. Así, en blanco y negro, sin timoratos, sin mascaras ni reformismos.

Desde la perspectiva histórica que ya vive la humanidad, entre una “fiesta de vampiros”, selectos invitados que nunca faltan y quienes ya no quieren dar más su sangre, la solidaridad tiene hoy, como principal componente, la lucha contra el imperio, por encima de extensión geográfica, color de piel, edad o sexo. Bastaría, pues, que la autodeterminación exigida por cualquier pueblo y el derecho a vivir en paz se vean amenazados por la guerra imperial en sus distintas manifestaciones, para que nos convirtamos en internacionalistas y simples ciudadanos del mundo.

No se había desplegado la fotomural enrollable con el rostro de Chávez Frías y su típica boina roja de paracaidista, que lo inmortalizó como internacionalista de verdad, cuando los “marines” ya habían desaparecido de las afueras de la sede diplomática y una patrulla de la policía local hacia acto de presencia frente a la embajada estadounidense, al oeste de nuestra capital.

La escena cobró relevancia hoy al conocerse por medios periodísticos norteamericanos que la Casa Blanca y sus aliados en la región habían decidido ya un ataque aéreo masivo a tres principales bases militares venezolanas, a varios aeródromos utilizados para el despegue de los bombardeos de fabricación rusos, así como varios cuarteles claves cercanos a las costas, a fin de facilitar luego el desembarco de fuerzas terrestres estadounidenses.

Según el diario “Miami Herald” – cercano a la peor calaña guerrerista de La Florida y de Marco Rubio, secretario de Estado norteamericano – la administración Trump tomó la decisión de atacar instalaciones militares claves dentro de Venezuela. Los bombardeos podrían ocurrir en cualquier momento, señalan.

Los planes de agresión, también reportados por el conservador diario Wall Street Journal, buscan destruir el máximo de instalaciones militares, dividir las tropas bolivarianas y descabezar la oficialía, y luego, ir por las principales cabezas políticas venezolanas, entre las que destacan la del presidente Nicolás Maduro, los ministro de defensa e interior, Padrino López y Diosdado Cabello, respectivamente.

El relato ampliamente promocionado por Washington y sus fieles oligarquías regionales para justificar una intervención militar contra los venezolanos empezó con una especie de leyenda urbana denominada “cartel de los soles”.

Más recientemente, según el noticiero France 24, mientras se “libera” a Venezuela de la “dictadura” de Maduro, después de lo cual supuestamente la invadida isla de Trinidad y Tobago tendría gas gratuito, la Casa Blanca autorizó a las autoridades de la ínsula caribeña a explotar un depósito gasífero junto a Caracas.

Ahora la tercera entrega de la leyenda se redondea con bombardeos a gran escala sobre toda clase de cuarteles, las importantes bases aéreas como Teniente Luis del Valle García, en Anzoategui, en el municipio Simón Bolívar, la Capitán Manuel Ríos, ubicadas ambas sobre planicies, y la del Libertador, en Maracay, con una mayor dificultad para el enemigo, dada la irregularidad del terreno.

Para los norteamericanos, la destrucción de esas tres bases áreas garantizarían la destrucción no solo de los aviones de guerra venezolanos, sino además todo el potencial misilístico de fabricación rusa, capaz de acabar con cualquier portaviones del Tío Sam.

Asimismo, los órganos relacionados con la aviación en Puerto Rico, confirmaron este fin de semana a medios periodísticos de la isla, que el espacio aéreo fue restringido sorpresivamente hasta el 31 de marzo de 2026. Es decir, esperan una guerra corta de seis meses.

Los cuarteles históricamente se inventaron como sitios para guardar armas en ocasión de grandes campañas militares y nunca como depósitos de drogas que mereciesen bombardeos a gran escala.

Sin embargo, con la presente administración Trump y sus bandas espere cualquier cosa. Estos nazifascistas locos por los recursos ajenos, usted tiene que creerle para no engrosar la lista de narcotraficantes y terroristas. ¡La leyenda del cartel de los soles forma parte de ello!

agresión, imperialismo, Rafael A. Ugalde Q., Trump, Venezuela