Por José Luis Pacheco
20 de octubre 2021
Se aprobó en primer debate el rebajo al costo del marchamo. Un ridículo de rebaja y un ridículo lo que hacen esos diputados para vanagloriarse en esta época electoral. Ese impuesto al ruedo en Costa Rica es un “asalto” que hemos soportado por años. Se supone que es un impuesto al ruedo de un país en el que no se nos permite rodar en una cantidad de días al año por el tema de la restricción vehicular y además no se nos permite rodar las 24 horas del día.
Además somos el país centroamericano con las peores carreteras. Mal mantenidas y peor iluminadas y mucho peor señalizadas. Una buena cantidad de accidentes ocurren por esa mala iluminación y mala señalización y en esos accidentes el Estado nunca es responsable. Y si nos comparamos con el cobro que se hace en Centroamérica somos los más caros y a pesar de esa rebaja ridícula lo seguimos siendo y por mucho.
“Los nicaragüenses tienen el costo de rodamiento menos costoso del istmo.
Los costos van desde los 50 y hasta los mil córdobas por marchamo, es decir, entre mil y 18 mil colones. Además, las personas jubiladas están eximidos de este pago. En Panamá cobra $27 a todos los vehículos sin importar el año y $37 si son comerciales. Honduras tiene un cobro fijo pero según el cilindraje del auto. Los menores a 2.500 cc pagan $55 y los mayores a esto $100. El Salvador también tiene precios escalonados que van desde los $10 y hasta los $285 dependiendo de las placas, sean particulares o nacionales.
En Guatemala se paga un porcentaje de impuestos según el año de fabricación del auto; entre más antiguo sea el porcentaje es menor. En Guatemala los modelos 2020, aunque sean de lujo o compactos, pagan lo mismo, mientras que en Costa Rica se paga el impuesto a partir del valor de cada auto sin importar el año. (Fuente periódico La República)”
Como se puede observar, los costarricenses pagamos muchísimo más que todos los otros países de la región y lo peor es que es el único país en el mundo en que a más años más caro el Vehículo. Los valores tributarios suben cada año y la defensa es que se puede pedir rebaja, cuando lo lógico es que de oficio se defienda al pueblo. Este impuesto al ruedo es una muestra clara de la voracidad fiscal de un gobierno que no escatima en hacer cada vez más pobre a su pueblo. Le cobra por rodar su vehículo pero le impide hacerlo gran parte del año. Eso en cualquier otro lado se le llamaría “robo o estafa fiscal.”
Dios quiera que estos diputados y los que vengan hagan justicia y cambien los parámetros para determinar este impuesto y se haga justicia con el pueblo que sigue siendo explotado por la clase política.