La Convención de Liberación Nacional, Importancia, significado y retos

Vladimir de la Cruz

El Partido Liberación Nacional enfrenta, el próximo domingo, la realización de su Convención Electoral interna para escoger su candidato presidencial, para las elecciones que ya están encima, el próximo 6 de febrero en su primera ronda electoral. No es la primera vez que este Partido realiza una Convención. Ha sido el mecanismo democrático que ha tomado desde varias campañas electorales atrás. Fue el primer Partido que así lo decidió e hizo. Este es un mérito suyo, y un ejemplo para otros partidos.

La Convención está convocada de modo abierta, es decir, con todo el Padrón Electoral abierto, lo que significa que todo elector, cualquier elector, en todo el territorio nacional, puede participar, sea o no miembro del Partido Liberación Nacional. No es una oferta para que solo los miembros de Liberación Nacional escojan su candidato, es una posibilidad que tienen todos los ciudadanos de escoger, de la lista de cinco candidatos que se disputan esa posibilidad, en ese Partido, el que cada ciudadano considere que puede ser el mejor para representar ese Partido en posibilidad de dirigir el país.

A todos los costarricenses nos interesa que cada partido político lleve, ojalá, su mejor candidato, el más idóneo para la Presidencia de la República. No deseamos que se improvisen candidatos ni que ellos no tengan experiencia alguna en la Política, en el ejercicio de la Política.

Deseamos que tengan una vida clara, transparente, de trabajo, de honradez y honestidad conocida, de familia, ojalá también de estudio, lo que no es necesario para el cargo, porque muchas personas se forman en la Escuela, el Colegio y la Universidad de la Vida.

Deseamos que conozcan la estructura, organización y funcionamiento del Estado, de sus instituciones, de las limitaciones, retos y desafíos que tienen y sus potencialidades, que conozcan los problemas importantes de su funcionamiento, de su entrabamiento, de la necesidad de su agilización, eficacia y eficiencia.

Deseamos también que tengan educación, y formación teórica política, cultura general y cultura y conocimiento de Historia costarricense. Y, deseamos, sobre todo que conozcan de la mejor manera posible los principales problemas del país, para ver cómo nos dicen que pretenden enfrentarlos. Del mismo modo, que sepan cual es el estado actual del país por el impacto de la Pandemia del COVID 19.

Liberación Nacional propone cinco candidatos, entre los que se tiene que escoger uno. Ellos son José María Figueres, Rolando Araya, Carlos Ricardo Benavides, Roberto Thompson y Claudio Alpízar.

José María fue Ministro y Presidente de la República, y se ha desempeñado por casi 20 años como Consultor Internacional y Director de organismos internacionales. De todos los candidatos que suenan, en todos los partidos políticos, es el único que ha sido Presidente de la República. Rolando ha sido Diputado, Ministro y Candidato Presidencial, además de haber desempeñado puestos dentro del Partido Liberación importantes, y también en otros partidos, regresando de nuevo a Liberación Nacional. José María y Rolando por haber sido candidatos presidenciales tienen asiento en el Directorio Político del Partido de Liberación, el órgano de dirección política más importante en ese Partido. Carlos Ricardo ha sido Ministro, Diputado y Presidente de la Asamblea Legislativa donde se lució en su ejercicio. Roberto ha sido Viceministro, Alcalde y ahora Diputado. Claudio, de todos ellos, es el que no ha pasado por puestos de esta naturaleza, donde seguramente hubiera sido un excelente funcionario.

Todos los candidatos son profesionales y reconocidos en sus respectivos campos. Han conocido la actividad empresarial de distintas formas. José María, Rolando y Claudio tienen un historial de publicaciones, destacando en su variedad y temas Rolando, que podría ubicarse como uno de los pensadores más serios que tiene ese Partido. Claudio y Rolando han destacado en medios de comunicación con programas que dirigen de distintos análisis y de la realidad política nacional, como los enfatiza Claudio, quien además tiene una Revista con ese propósito, y ha puesto su acento en LA POLITICA, la Política, con P mayúscula.

En este sentido, la lista de candidatos que ofrece Liberación Nacional para el domingo da para escoger al que se pueda considerar el mejor, para ese Partido, y eventualmente para el país, si por él se deciden los costarricenses el 6 de febrero próximo.

Su historial de vida y de trayectoria política, el de todos ellos, da para que puedan ser criticados por su participación política pasada. Aquí no se está evaluando lo que hicieron, sino la madurez con que enfrentan el ahora y el mañana, con la seguridad de que sabrán superar los yerros que ellos mismos puedan saber de sí mismos, de sus gestiones anteriores, o porque se los recuerden. Aquí se trata de escoger el gato, no si tiene cola, y que si ese gato sabrá matar los ratones que hoy roen el engranase institucional y evite que el edificio o la casa nacional pueda derrumbarse.

Si consideramos el desenvolvimiento institucional y de desarrollo del país tenemos que aceptar que hay un continuo crecimiento y desarrollo, aún con los problemas que como cadenas pesan en el momento actual, que nos hacen sentir y ver que vivimos mejor como sociedad, que en el pasado, aunque los problemas del impacto de la pandemia del COVID no nos permitan ver con claridad este panorama, por la situación concreta que viven miles de familias hoy, y para quienes la campaña electoral se presenta como un horizonte de expectativas, de esperanzas, de sueños por cumplir y de condiciones económico sociales por recuperar, y superar, donde cada candidato, de todos los partidos, será como un canto de sirena, cuando no un Flautista de Hamelin convocando a sus votantes.

La Convención por su esencia es una instancia democrática de participación ciudadana. Esto es lo que hay que valorar. Es un llamado a ejercer el derecho del voto. Quienes han luchado porque no se realice la Convención, aspecto ya superado porque se tomó la decisión de hacerla el próximo domingo, casi le hacen un daño enorme a los procesos institucionales que estimulan las votaciones, a la toma de conciencia política que significa cada elección, a los procesos electorales mismos.

En Costa Rica hemos establecido instancias de participación ciudadana como el referéndum y el plebiscito, de consultas populares, que incluso institucionalmente son saboteadas cuando se solicita hacerlos, y se trata también de sabotear estos procesos de consulta electoral, cuando pueden hacerse con las regulaciones que el momento exige, y que el Partido Liberación Nacional ha coordinado con el Ministerio de Salud y el propio Tribunal Supremo de Elecciones.

En la realización de la Convención de Liberación Nacional se está poniendo a prueba la elección del seis de febrero. Así como en una semilla hay un árbol, en esta Convención está la elección de febrero, no tanto por la cantidad de personas que puedan movilizarse para ir a escoger el candidato de Liberación, sino por su organización de la cual el mismo Tribunal Supremo de Elecciones, el Ministerio de Salud y la Caja Costarricense sacarán experiencias para hacer de la elección de febrero, si todavía estamos con problemas del COVID 19, para que se pueda llevar a cabo con toda la magnitud que se necesite, y que posibilite que la mayor cantidad de votantes puedan expresar su libre voluntad soberana de representación popular.

De esta Convención electoral del próximo domingo el mismo Tribunal Electoral, que la supervisa sacará y aprenderá experiencias para las elecciones de febrero que no pueden posponerse, por estar establecida su fecha por mandato constitucional, para el primer domingo de febrero.

Intentar atrasarla como se ha querido, y se hace en otros partidos políticos, que la han venido posponiendo, es quedarse atrás del proceso electoral mismo, cuando otros partidos no realizan Convenciones para avanzar en sus decisiones electorales, como ya lo están haciendo, por la vía de la Asamblea Nacional, y en las que ya están nombrando no solo candidatos presidenciales, sino a toda la lista de candidatos a diputados.

La verdad para estos partidos es que posponer sus Convenciones 15 días o un mes máximo no les va a producir mayores cambios a las decisiones que en el interior de esos partidos ya se tienen tomadas. Y, frente a esos partidos que ya proclamaron sus candidatos se pusieron a la cola, pues ya van atrasados en la oferta pública de sus candidatos.

En cuanto al resultado electoral de la Convención pueden decirse muchas cosas. Lo importante es que va a tener un resultado, que en el caso de Liberación Nacional le permitirá valorar las fallas de movilización, de organización y de convocatoria de simpatizantes, sus debilidades organizativas, para lo que tendrán tiempo, para corregir lo que corresponda. A la vez, ya con candidato escogido tendrán una sola dirección de enfoque.

Como toda Convención deja heridos de distinta naturaleza. Pondrán a funcionar sus hospitales de campaña para restañar heridas y para recuperar heridos en posibilidad de que sigan combatiendo por esas banderas. El que de los candidatos de Liberación Nacional pase a retiro por propia voluntad, o peleado con los otros, o con el ganador, por perder en la Convención, o por negarle su apoyo, o por ponerse hipercrítico, cierra sus posibilidades futuras de seguir jugando en esas canchas políticas. Veamos.

Si José María gana la Convención, con 67, años tiene la posibilidad de llegar a ser Presidente a los 68, dos años más que cuando Oscar Arias repitió su Presidencia, pero le quedarían todavía dos procesos más si quisiera mantenerse en esa brega, en caso de perder, y hasta una para volver a ser candidato si llegare a ganar, y ser como el Ricardo Jiménez del siglo XXI, a lo que muchos le ponen obstáculos. Si Rolando gana la Convención, y ganara la Presidencia, lo haría a los 75 años, con una posibilidad, si acaso, de volver a pulsear la candidatura, en caso de que pierda. Los otros candidatos, Roberto con 61 años, Claudio con 58 y Carlos Ricardo con 52, igual ellos, en caso de ganar la Convención y la Presidencia de la República, tendrían más oportunidades de intentar un segundo gobierno a partir del 2030, que son las edades que tiene hoy José María y un poquillo más Rolando, y más oportunidades para seguir siendo precandidatos en procesos futuros. Si alguno de estos tres ganara la Presidencia de la República les quedan más oportunidades para intentar reelecciones, y estar en el ranking de los Presidentes al menos de dos períodos o gobiernos.

Lo real es que para Liberación Nacional esta Convención es clave para su futuro político. En la historia electoral desde 1953 hasta el 2018 Liberación Nacional, la Unidad Social Cristiana y Acción Ciudadana, son los únicos partidos que han tenido la posibilidad de gobernar dos veces seguidas. Liberación Nacional en tres ocasiones, 1970 -1978 con José Figueres y Daniel Oduber, 1982 – 1990, con Luis Alberto Monge y Oscar Arias, y 2006 -2014, con Oscar Arias y Laura Chinchilla, la Unidad Social Cristiana lo hizo en 1998 – 2006 con Miguel Ángel Rodríguez y Abel Pacheco, y Acción Ciudadana, recientemente desde el 2014 – 2022, con Luis Guillermo Solís y Carlos Alvarado.

De estos tres partidos Liberación Nacional ha recuperado el Gobierno después de haberlo perdido dos veces seguidas. La Unidad Social Cristiana ha perdido cuatro veces después que gobernó dos veces seguidas.

Si la Unidad Social Cristiana la vuelve a perder no pasa nada, solo que dependiendo el resultado se puede hundir más de lo que estaba hasta la elección del 2014, cuando Rodolfo Piza empezó su rescate. Si Liberación Nacional pierde la presidencia me parece que entrará en una situación similar a la de la Unidad Social Cristiana después del 2006, en pérdidas y descréditos continuos, que les va a ser muy difícil remontar, salvo que la generación joven que está hoy disputando candidaturas se mantenga más activa y con banderas más progresistas.

En el caso de Acción Ciudadana no sabemos si va a continuar gobernando por tercera vez consecutiva hasta que se realicen las elecciones de febrero. Si pierde se coloca en el promedio de dos gobiernos seguidos y una pérdida. Si gana me parece que crea las bases para una priízación de ese partido, y de la política nacional, como con el PRI en México, constituyéndose por muchos años en el partido de Gobierno, y provocando una entrada electoral al siglo XXI, y a la Costa Rica del Bicentenario, a partir de este proceso electoral muy diferente de lo que hemos tenido.

Lo que se pretende que vote el domingo es la base más importante de Liberación Nacional. Cualquier resultado será una ganancia porque se tendrá como el número de afiliados en posibilidad de convertirse en agentes y activistas hacia la elección de febrero.

El candidato que gane, igual es para todos los partidos políticos, tiene la inmensa tarea de mantener lo más unido al Partido y a los otros candidatos que participaron en la Convención, hacia la campaña electoral, con alianzas, con negociaciones políticas que satisfagan de común acuerdo a todos. Esto es válido considerando que el asumir Gobierno no es solo llegar a la Casa de Zapote. Es asumir toda la dirección del Estado en todos los puestos públicos que tienen la potestad de dirigir instituciones, y que eso abre la perspectiva de los puestos de diputados, de ministros, de miembros de Juntas Directivas, de Embajadores y puestos de confianza, donde el Poder Ejecutivo tiene un margen de nombramiento de casi 1800 personas, sin perder la posibilidad de volver a ser candidatos en el 2026. Así es la Política y la vida política de los partidos que logran ganar gobierno y elegir en puestos de representación popular. En el caso de las últimas dos derrotas nacionales de Liberación Nacional después de la Convención interna quedaron fragmentados, divididos, enemistados entre quienes aspiraron a la Presidencia. Si no han entendido esas derrotas vayan cerrando los paraguas…