La lucha de las mujeres indígenas

Isabel Ducca D.

Esperanza Jurado de la Red de Mujeres Rurales:

Fallecida en agosto de 2014. Dejó un ejemplo de lucha por la dignidad como legado para las generaciones venideras. Sus palabras brillan todavía con la luz de la resistencia:

“Como mujeres hemos visto hace tiempo lo que tenemos que hacer, tenemos muchas necesidades, nuestro pueblo tiene muchas grandes necesidades, pero no hay quien hable, quien diga la verdad. Todos se callan, por pequeñas mentiras. Los políticos llegan a mentir a nuestros pueblos y nosotros nos dejamos a llevar, nosotros estamos acegados. Hoy por hoy es hora de despertarnos hermanas y hermanos campesinas e indígenas. Yo vengo luchando durante años, por nuestra Madre Tierra, a la defensa de Nuestra Madre Tierra, llevando el memoria el Convenio 169 de la OIT, como mujeres defensoras de nuestros derechos. Como mujeres luchadoras por el Nuestra Tierra y el buen vivir, defendemos nuestras semillas criollas y la soberanía alimentaria”.[1]

“Los indígenas no tienen que ser esclavos de los blancos y si son esclavos, nunca tendrá casa, nunca tendrá dónde vivir, solamente vive de los paguitos cada ocho días. Nosotros tenemos derecho ser libres, ser autónomos, nosotros no tenemos que ser esclavos de los blancos, más bien debemos arrebatar la tierra que es nuestra. He luchado en todos los territorios indígenas, ese es mi orgullo”. [2]

Elides Rivera Navas de la organización Mano de tigre:

En el 2020, la Asociación de Desarrollo de Térraba iba a dar en posesión diecisiete fincas, decidimos hacer una acción acá varias familias y, dentro de eso, estuvimos nosotras como organización Mano de tigre que somos solo mujeres en una de las recuperaciones. Eso fue el 23 de febrero y fue algo sumamente violento, el grado de la violencia que ha desbordado esta gente campesina es increíble porque, de pronto, los ves que predican una religión, que están en la iglesia, comulgan, se arrodillan, pero, de pronto, cuando ven que no es lo que ellos desean imponer dentro de nuestros territorios es algo malévolo. Están decididos a quitarle la vida a quien sea y como sea y a cuantos sean y así lo demostraron el 24 de febrero cuando fue el asesinato de Jerhy. Lo podemos ver en la manera como a él lo asesinan. Muchos son los que están involucrados dentro de eso. Si bien es cierto que uno fue el que disparó el arma como arma, pero lo cierto es que había muchos que lo golpearon, que lo patearon, le quebraron incluso la cabeza antes de morir del balazo. A él le deshacen tres dedos, se los muelen, ¿a pedradas? Podés ver el ensañamiento, podés ver el odio. Todo lo que han dejado desbordar de malos sentimientos.

Sin embargo, la lucha que nosotros como pueblo hemos emprendido no es una lucha con armas, ha sido una lucha de no violencia. …

Pueden ver ustedes en los números que se dan de las agresiones, las agredidas son las personas indígenas, salen macheteadas, salen muertas, salen lesionadas, incluso mujeres mayores, abuelas adultas, niñas, niños. Sin embargo, nosotros a ellos no les vamos a hacer eso, ese no es el pensamiento, esa no es la idea. La idea es que nosotros estamos exigiéndole al Estado que nos devuelva lo que nos pertenece.

Pero los juzgados o los jueces o los fiscales no quieren ver el contexto de la situación. Y eso para mí es lo que más me preocupa, porque no podemos nosotros hablar de justicia, cuando a nosotros se nos quita más de la mitad del porqué son Jerhy y Sergio asesinados. No es cierto que es una cosa pasajera como lo quiso apuntar en su momento el comandante Miranda diciendo que fue una reacción en legítima defensa. Eso no es cierto. La legítima defensa no es esa. A Jerhy lo matan a las 8.45 de la noche del 24, pero a las 9.45 de la noche Juan Luis Varela y Eduardo Varela llegaron a cancha rellegada con una turba y Juan Luis Varela dice que él tasajea a Pablo[3] ahí. ¿Cómo me van a decir a mí que es legítima defensa?

Vemos todo un contexto, un clima de violencia de más de veinte y cuatro horas.

El Organismo de Investigación Judicial ha hecho muy bien su investigación, pero la Fiscalía no lo toma así. Eso es lo que a mí me preocupa. Nosotros esperamos que ya en agosto empiece el juicio, pero, para mí, no va a haber justicia, si solo van a castigar a Eduardo Varela no es justicia porque ese es uno, pero fueron muchos. Y muchas cabecillas están y son los que han armado todas estas acciones en contra de Sergio, en contra de Jerhy y en contra de cualquier líder que aparezca asesinado porque eso se gesta con días, con recursos, con acciones, con organización. Si no existe todo eso, no hay justicia”.[4]

Si usted piensa como el comandante Miranda que no hay una organización que sostiene y planifica la violencia contra las personas recuperadoras de tierras, puede leer el reportaje del Semanario Universidad: Más de 300 hectáreas quemadas en dos meses en China Kichá en escalada de violencia.[5]

Hay una organización muy bien protegida para que continúe trabajando con absoluta impunidad para resguardar los grandes intereses nacionales y extranjeros. Esas mujeres recuperadoras de tierras nos dan aliento y ejemplo para seguir.


[1] Anónimo. (2014, agosto 27). Esperanza Jurado sigue con nosotras. Surcos digital.

[2] Canal 15. (2015, mayo 13). Salir a volar – Palabra de Mujer.

[3] Se refiere a Pablo Sibar, líder indígena Bröran, coordinador del Frente Nacional de Pueblos Indígenas.

[4] No pasa nada. (2022, febrero 9). El conflicto indígena en Costa Rica: Usurpación, asesinatos y corrupción.

[5] Molina, L. (202, marzo 3). Más de 300 hectáreas quemadas en dos meses en China Kichá en escalada de violencia. Semanario Universidad.