Los presupuestos de salud post pandemia, el problema actual de Costa Rica

Juan Jaramillo Antillón.

La epidemia mundial viral causada por la covid-19, un coronavirus que puso patas para arriba a los sistemas de salud y a la economía mundial, dejó ver claramente, que ningún país, incluso los desarrollados tenía una organización o capacidad para combatir una epidemia de esa magnitud. 

La necesidad de tener que usar en forma masiva los servicios de emergencias de los hospitales, los internamientos hospitalarios que se requirieron y sobre todos los de las UCI (unidades de cuidados intensivos), dejaron ver que, ni siquiera los sistemas de salud o los seguros sociales universales de los países desarrollados pudieron hacer frente adecuadamente a la avalancha de enfermos que se produjo y ni que decir la situación en los países en vías de desarrollo o pobres, donde la situación fue caótica. 

El número de casos registrados mundialmente hasta agosto del 2022 del coronavirus que produjo esta pandemia es de 604 millones (no se incluyen China por falta de datos) se supone que por lo menos hay otros 600 o más millones de casos no registrados. Las muertes suman más de 6,5 millones. Se cree que, por lo menos la cantidad de fallecidos es el doble de los reportados.

Los Estados Unidos, donde existe la mejor y más sofisticada medicina del mundo (para quién pueda pagarla) se vio afectado por un número muy elevado de casos y muertes. Las estadísticas de India y Brasil parecieran por los problemas de su población pobre, ser menos confiables que las otras ahí señaladas de países ricos.

País

Casos

Estados Unidos

95.000.000

India

45.000.000

Francia

34.000.000

Brasil

34.000.000

Alemania

32.000.000

Corea del Sur

23.000.000

Costa Rica

1.099.000

Los Estados Unidos hasta agosto 2022 reportaban 1.000.000.00 muertes. Costa Rica 9.000 fallecidos. 

Lo que impresionó fue el papel que algunos países como los Estados Unidos y, incluso la OMS tuvieron en cuanto a fallar en no darse cuenta de la magnitud del problema que se les venía. 

China, donde en una ciudad Wuhan, comenzó el brote desconocido de neumonías y que luego se extendió muy rápidamente desde noviembre del 2019, no notificó como debió ser de esta situación a la OMS (Organización Mundial de la Salud) de las Naciones Unidas, para que esta se pusiera alerta y avisara al mundo hasta febrero del 2020. Pese a lo anterior, desde enero del 2020 en vista de los rumores de una nueva enfermedad respiratoria en la misma China, además de Hong Kong, Taiwán, Corea del Sur y Japón, comenzaron a usar la mascarilla nasal, y a evitar viajes a ese país. En febrero era claro que había una epidemia seria de una infección respiratoria trasmitida por un virus y sin embargo no fue sino a mediados de marzo que la OMS declaró que nos enfrentábamos a una epidemia mundial provocada por un virus desconocido. Lamentablemente la OMS falló en considerar la diseminación área del virus (que afectaba claramente las vías respiratorias aparte de otros órganos) y no recomendó inicialmente el uso de mascarillas a la población mundial. En Costa Rica se dio esta falla en ese tiempo y aún continua a nivel general a pesar de que no se ha acabado la actividad del virus.

La rápida trasmisión de China a otros países se dio por vía aérea y esta forma de transporte continuó siendo la causa de diseminación de dicho virus entre países. 

Debido a todo lo anterior, por lo menos en los países desarrollados hay la intención de reforzar preventivamente sus sistemas de salud. 

En Costa Rica la prensa nos informa que envista de que el Gobierno tiene problemas económicos, ha decidido recortar los presupuestos de sus Ministerios y oficinas. Lamentablemente nos muestra que Salud es el ministerio con el recorte más alto de todos de -9,0 eso sin restar el 4.9% de menos por la inflación, lo que elevaría el déficit a -13.9 y entre los más afectados por estos recortes, está el Programa de los CEN-CINAI que atiende a los niños pequeños pobres de madres que trabajan, y en cambio el Poder Judicial y el Ministerio de la presidencia son intocables, lo mismo las Universidades estatales y otros. 

Todos sabemos que los presupuestos para atender la Salud no deben ser considerados un gasto, sino una inversión, en el capital humano, el insumo más valioso que tiene una nación. Sin salud un ser humano o un país no producen, solo generan pérdidas, por ello junto con educación son los pilares sobre los que se produce el crecimiento y desarrollo económico y social de las personas o del país. 

Debido a la hecatombe económica que causó esta epidemia, en todo el mundo se puso en evidencia la necesidad de reforzar los presupuestos de salud, con el fin de lograr establecer un buen sistema de vigilancia epidemiológica y proporcionar más recursos para actuar ante una emergencia futura, ya que a corto o largo plazo se espera una nueva pandemia viral o bacteriana pues aún persiste a nivel mundial las deficiencias sanitarias y ambientales que causaron que este virus mutara de su hábitat natural silvestre y de sus hospederos los murciélagos a los animales domésticos y a los seres humanos. Lo anterior sin haber finalizado la pandemia actual ya que se siguen reportando nuevos casos y variantes en todo el mundo.

En Costa Rica, se debería proceder igual, ya que aparte de mejorar el sistema de vigilancia epidemiológica, es urgente mejorar los servicios de emergencia de los hospitales públicos en cuanto a una adecuada oportunidad de la atención, mejorando su calidad y para eso urge aumentar el número de camas hospitalarias, dotándolas del respectivo personal, en especial para las UCI, donde los encargados, desde el médico al personal de la limpieza están agotados física y emocionalmente. 

Las autoridades del gobierno actual al parecer han hecho caso omiso de esta situación y continuaremos desarmados esperando la próxima pandemia lo que nos causará problemas sanitarios económicos y sociales peores que la actual. 

No olvidar que el déficit de número de camas de la Caja Costarricense de Seguro Social es de los más serios en Latinoamérica. 

Camas disponibles en hospitales por 1000 habitantes. Según datos de la OMS. 

Japón 13.0, Alemania 8.0, Francia 5.9. Italia 3.1, España 3, Dinamarca 2.6, Israel 3, en América tenemos: Cuba 5.3, Argentina 5, Los Estados Unidos 2.9, Uruguay 2.8, Canadá 2.5, Chile 2.1, Brasil 2.1, Colombia 2.1, Jamaica 1.7, México 1.5, Bolivia 1.3, El Salvador 1.2, Costa Rica 1.1, Belice 1.0, Nicaragua 0,9.

Otro factor que se debe tener en cuenta para mejorar todos los servicios de salud es que, durante los años 2021 y 2022, se dejó de atender a los enfermos habituales (crónicos) y muchos nuevos no agudos del Seguro Social (no a las emergencias), acumulándose entonces un mayor déficit en los tiempos de atención de los pacientes del Seguro Social que de por sí ya estaban escandalosamente largos de meses a años para: 1- ser atendido primero por el médico general. 2. Para ser atendido por los especialistas si era necesario. 3- Para que se hicieran en un tiempo normal, los exámenes y estudios de gabinete que ordenaran los médicos. 4- que se reportaran los resultados y, 5- Años para ser internado y operado de ciertas patologías. La oportunidad de una adecuada atención del enfermo está fallando muy seriamente en su conjunto. Además, hay que atender las secuelas físicas que la infección del coronavirus dejó entre los enfermos recuperados, y, a ello se agregan los cuadros de depresión, ansiedad y ataques de pánico que afectan a las personas en todo el mundo, incluyendo nuestro país, donde la salud mental de nuestra población pareciera estar muy afectada, sobre todo si aceptamos lo señalado por el V Foro de Salud Mental de agosto de este año (Angela Avalos, La Nación 5 de agosto 2022) el cual como conclusión señaló que: 1.3 millones de costarricenses mayores de 15 años viven con cuadros graves de ansiedad, depresión y estrés como resultado de los casi tres años de convivir con los efectos de la pandemia, que causaron los confinamientos domiciliarios, la perdida de fuentes de trabajo, la inestabilidad laboral y la falta de sociabilidad entre otros. 

Todo lo anterior pone en peligro la salud y la vida de los pacientes, ocasionando que nuestro Seguro Social en cierta forma se le considere brindando atención de tercer mundo, debido a las deficiencias señaladas, aunque reconocemos que una vez internado se recibe casi atención de primer mundo, siendo esto toda una paradoja de la salud costarricense. 

Ahora bien, soy muy pesimista de que podamos mejorar en este campo, las acciones hasta ahora del gobierno dejan a ver que se minimalizan los problemas, como las de la vacunación obligatoria, el uso de mascarillas, e incluso no se cumple con la simple promesa de fortalecer el CENARE donde hay una clara falta de personal y equipo, compromiso que la CCSS había dichos se subsanaría después de usar dicho hospital para enfermos de la Covid-19.

Finalmente, señalar, que, arrastramos aún la enorme dificultad de siempre, el Estado como tal debe a la Caja Costarricense de Seguro Social solamente en el Seguro de Salud (SEM) la suma de 2.7 billones y 508.000. millones al de IVM. Si se hubiera cancelado la deuda de Salud, no tendríamos el menor problema de dar puntuales y adecuados servicios médicos y prevención de enfermedades a la población y tendríamos así una medicina del primer mundo. Todo lo anterior sin tener en cuenta que existe un juicio donde la Caja señala que el Estado en realidad le está debiendo ¢8.7 billones de colones. Si lo anterior se hubiera cancelado a tiempo daríamos la mejor medicina del mundo. 

Finalmente, la prensa hoy 13/9/2022, señala que la Junta Directiva de la CCSS, pese a advertencia en contrario de la Dirección Actuarial, decidió hacer un aumento de unos ¢8,000.00 este año a los 63 mil empleados, y además, pago retroactivo de cada año desde el 2020. El total del costo de ese aumento saldrá en ¢29.000 millones. Lástima que la Junta Directiva no propuso a los trabajadores, no hacer el aumento y emplear esa gigantesca suma en mejorar los servicios de todo tipo de la institución, a fin de cuentas, dar buenos servicios a los pacientes debería ser el fin de los trabajadores y de la Institución. Todo lo anterior, mientras quebraron miles de pequeños negocios, y, miles de personas perdieron su empleo o les ha sido rebajado su salario debido a la crisis económica ocasionada por más de dos años de la pandemia viral.

Imagen de la UCR con fines ilustrativos.