Ministro de Planificación olvida que los gobiernos están para generar políticas públicas que propicien el bienestar de la ciudadanía

La Confederación de Trabajadores Rerum Novarum, rechaza las declaraciones dadas por el Ministro de Planificación al periódico La Nación el pasado 17 de noviembre, contra los sindicatos del sector público y los ambientalistas, a quienes nos culpa de ser los responsables de frenar el desarrollo nacional.

Esas afirmaciones la hace refiriéndose al XIX informe del Estado de la Nación, que año con muestra la delicada situación que atraviesa el país en varios campos, dejando claro que el crecimiento económico de las últimas décadas ha producido concentración de la riqueza, y una creciente desigualdad que contrasta mucho con el tipo de estado que nos legaron nuestras anteriores generaciones.

Toda la ciudadanía costarricense sabe que los Gobiernos que se casaron con la economía de mercado han querido convencerla de que derechos humanos como la salud, la educación, la jubilación, el recurso hídrico, entre otros, ya no lo son, por lo contrario, para los políticos que conducen los partidos, esos derechos son bienes del  comercio.

No menciona el Ministro que las anteriores y actuales generaciones sufren  las consecuencias de la parálisis institucional, de la altísima corrupción generada desde lo público y lo privado, donde se han despilfarrado multimillonarias sumas que aunadas a la ineficacia e ineficiencia institucional, provoca un retroceso inminente de los avances que se habían producido tres y más décadas atrás.

Tampoco dice que los gobernantes impulsores de la  economía de mercado, han sido incapaces de generar empleos desde la perspectiva del trabajo decente, como lo indica la OIT, llevando a Costa Rica a niveles muy cercanos a la media del empleo informal  de la Subregión, es decir, alcanzamos el 43%, de ahí que se mantenga estancado el porcentaje de la pobreza y la pobreza extrema, pero elevado el número de personas pobres.

No sabemos qué entiende el Ministro de Planificación por desarrollo, posiblemente otorgar todas las garantías a las multinacionales, al sector financiero y  los grupos poderosos, sin importar las consecuencias de exclusión y de desigualdad que se produce en detrimento de la gente, así como al abandono que tiene al sector campesino, poblaciones indígenas y en general a las áreas rurales, cuando la propia constitución señala en su artículo 50 el mandato de organizar la producción y un adecuado reparto de la riqueza. En este país el Gobierno que representa ese Ministro y los anteriores gobiernos, han incumplido durante las últimas tres décadas.

Catalogar a los sindicatos del sector público como organizaciones capaces de frenar el desarrollo del país es un argumento débil y mal intencionado, es una cortina de humo, por cuanto no somos los que planificamos, elaboramos ni ejecutamos las políticas públicas que orienten al desarrollo del país, los sindicatos nunca han estado en el gobierno, en el Poder Ejecutivo, ni en la Asamblea Legislativa, por lo tanto, ni hemos elaborado legislación capaz de paralizar los avances que pudiese realizarse. Asimismo, no hemos creado una maraña de instituciones y mecanismos para provocar el estancamiento, ni han generado ni aplicado políticas tendientes a privatizar todo la institucionalidad creada en nuestro país en la mitad del siglo XX, y que dio tantos frutos al acercar al Estado a la ciudadanía en términos de garantías sociales y derechos económicos.

Ni los sindicalistas ni ambientalistas somos evasores, al contrario pagamos los impuestos progresivos como el de renta, según lo indica la ley y el reglamento, por supuesto contribuimos con los impuestos regresivos como el de venta en los productos que adquirimos, por ello, no es de recibo la comparación con los evasores, que conforman grupos que los diferentes gobiernos han alcahueteado durante décadas. Eso no se vale señor Ministro.

Los sindicatos del sector público lo que hemos hecho es defender la institucionalidad del país que con tanto sacrificio construyeron los grandes políticos de los cuarenta, cincuenta y sesenta, del siglo XX y que potenciaron a nuestro país a alcanzar niveles de desarrollo muy importantes, pero sobre todo elevar cobertura y calidad en salud, educación y  trabajo con salarios dignos y con derechos, al contrario de lo que está ocurriendo en la actualidad con la flexibilización y la desregulación de la legislación protectora de los trabajadores y trabajadoras.

Por tanto, la CTRN expresa nuestra posición contraria a las opiniones emitidas por el Ministro de Planificación, ya que entendemos no tiene razón, por lo contrario, pretende evadir responsabilidades suyas y de su gobierno que ha entregado sin ninguna desfachatez a las transnacionales, indicando que el Mercado debería regular todas las políticas y que por lo tanto había que disminuir al Estado a la mínima expresión.

Lo instamos a trabajar los últimos meses que le quedan de Gobierno al menos en un proyecto para desarrollar plenamente las zonas rurales e indígenas del país.

 

Información enviada a SURCOS por CTRN.