Ortega: 65 Años más de Vida

José Ortega y Gasset es uno de esos seres humanos que indudablemente ha alcanzado la inmortalidad del alma, porque a pesar que su cuerpo ha dejado de existir hace 65 años, sus ideas continúan con el accionar de su existencia, porque es uno de esos seres que ha logrado trascender por sus ideas, y que nacen de una profunda reflexión de su accionar humano.

Para hablar de Ortega tenemos que tener en claro que toda su obra está orientada al yo social, por eso acuña ese «yo soy yo y mi circunstancia y si no a salvo a ella, no me salvo yo» que puso siempre en práctica, frase tan celebrada en su vida, porque no solo buscó comprender a la España o Europa de su época, sino también al personaje principal que la habita – ese que al mismo tiempo habita todo el mundo- «el hombre y su gente», porque el hombre es un personaje que va siempre ligado a los otros (la gente), debido a que su naturaleza proviene de dos seres que forman parte de la gente, la masa, el pueblo. Por eso, podemos contemplar en la vida de Ortega su preocupación por la sociedad, esa misma que espera libre, dueña de sí misma, y no presa de una dictadura ni de una mediocridad que lo aleja de su ser trascendental; logrando desarrollar de esa manera un pensamiento racional vitalista, desde donde empieza a meditar y plasmar cada una de sus preocupaciones y contemplaciones humanas, aquellas que nos conducen al encuentro con nosotros mismos, dentro de sí y en medio de la sociedad a la que pertenecemos.

Para hablar del pensamiento orteguiano primero debemos desnudarnos el alma, despojarnos de todas las cosas que nos rodean el cuerpo y la mente para ser libre, deshaciéndonos de todo prejuicio y soberbia del conocimiento, así como de todo tecnicismo, porque -como él mismo lo manifestaba – «la claridad es la cortesía del filósofo», por eso necesitamos ser sencillos y humildes para poder comprender lo que este gran filósofo nos quiso enseñar a través de sus reflexiones humanas, esas que en resumen nos deberían enseñar ir a la acción, al cambio del mundo, formando personas con criterio, personas que no trasgreden el bien común ni el propio, porque no irán contra los otros ni en perjuicio de sí mismos, debido a que sabrán aplicar perfectamente la frase que podría resumir toda su preocupación filosófica, con la que pudo haber logrado la rebelión de las masas, porque solo basta aprender y comprender que «cuando enseñes, enseña a dudar hasta lo que enseñes» para evitar los dioses y dictadores, y para centrarnos en nuestro ser que siempre va a estar ligado a una sociedad: la humanidad, sin ser más ni menos que otro.

Pucallpa, 18 de octubre de 2020 a las 11:36 horas