¿Qué hay más allá del proscenio?
Por Memo Acuña (Sociólogo y escritor costarricense)
Es difícil dimensionar la respuesta a la pregunta ¿A qué huele la cultura? En tiempos de inteligencia artificial, las múltiples posibilidades de resultados seguramente arrojarían una materia indeterminada, sin corazón, sin músculo.
Decir a qué huele el arte y la cultura es hoy, en este minuto en Costa Rica, un acto de absoluta resistencia, un acto político, que contiene al mismo tiempo todas las herramientas juntas de la expresión, la felicidad, el disfrute y la sensibilidad.
Si. Porque la cultura y el arte huelen a teatro. Al Teatro Arnoldo Herrera González. Ese “si” lugar en el que por más de 70 años generaciones de artistas de este país hemos entrado y salido siendo seres humanos completos, absolutos y dichosos: Alegres en la vida.
En este momento, en tiempos de rapiña empresarial, leo absorto en una publicación compartida por un grupo inmobiliario, la siguiente declaración de razón instrumental voraz, rampante, perversa:
“Teatro del Castella ya fue vendido y eso nos da más seguridad de que se aproxima el inicio de lo que podría ser el primer rascacielos de #CostaRica
Este viernes algunas personas molestas por la venta se reunieron para llevarse algunos objetos de valor de la propiedad donde se ubica el teatro Arnoldo Herrera en Sabana Norte.
Portafolio Inmobiliario”
En el país de los no lugares, los si lugares del corazón están siendo aniquilados. El arte y la cultura son borrados sistemáticamente del contorno social sin contrato en el que nos hemos convertido.
Tendremos el primer rascacielos, pero nos habremos quedado para siempre sin el olor de las butacas, el crujir del escenario, la luz que se proyectaba absoluta sobre quiénes amábamos estar allí creyendo, creando, creciendo. Esto, hay que decirlo, es la estocada final de un período iniciado hace más de 20 años por un grupo que se arrogó la auto representación de la institución benemérita de la patria y ha querido entregársela a intereses espurios.
Más allá del proscenio del Si lugar hay almas dispuestas a pulsionar desde el arte y la resistencia. Hay un olor a un lugar que debe ser remozado, cuando las herramientas jurídicas lo permitan, pero jamás destruido.
Ahora, a quienes amamos ese si lugar, nos toca representar y defender en carne viva el relieve de contornos hecho mural escultórico creado por Felo García y Néstor Zeledón que forma la fachada y está a punto de ser derribado junto con todo el teatro, por un tractor.
Más allá del proscenio, nos toca estar. Estaremos.
acto político, arte, cultura, expresión, Memo Acuña, rapiña empresarial, resistencia, Teatro Arnoldo Herrera González, Teatro del Castella