Rodrigo Chaves, por la gracia de Dios

Vladimir de la Cruz

Los textos o Libros Sagrados son los que fundamentan una religión, una fe religiosa, que para quienes los siguen son resultados muchas veces de inspiración divina. Los Libros Sagrados responden más a leyendas, basadas en tradiciones orales, que luego fueron escritas, y son textos que también combinan relatos legendarios como historias que terminan aceptándose como reales. Estas interpretaciones pueden ser tan variadas como religiones o creencias haya, en controversia con quienes no son creyentes, o que las niegan.

Los textos sagrados tienen su propio valor para las comunidades que los tienen como sagrados, para validar una determinada creencia. La importancia del Libro Sagrado la da la propia cultura o sociedad donde se tenga como tal, sea desde el punto de vista histórico, religioso o propiamente literario. Algunos de estos Libros Sagrados se consideran revelados por una divinidad. En este sentido son la fuente teológica de la religión que así los considere o estime.

Los Libros Sagrados en muchos casos son de acceso casi solamente a los miembros de la religión que los sigue. En otros, están al alcance de cualquier persona que los quiere leer, interpretar o estudiar.

Los Libros Sagrados se mantienen como se les reconoce su existencia, no se les pueden hacer modificaciones, cambios o adiciones.

Las traducciones de los Libros Sagrados generalmente reciben una aprobación oficial. Iglesias o Congregaciones religiosas generalmente regalan sus textos sagrados. Otras exigen un pago por el derecho de impresión, el copyright.

Los Libros Sagrados tienen distintas formas de origen y de ser presentados o tenerse, sea como rollo, códices, en un único texto o en varios tomos y como recopilación en varios volúmenes, que resultan de la tradición oral trasmitida por generaciones hasta que se preservaron de manera escrita

Las religiones o creencias religiosas más importantes hoy en el mundo son el Cristianismo, el Judaísmo, el Islamismo, el Budismo, el Hinduismo, el Sijismo, los Bahai y la religión tradicional china. Las tres más grandes son el cristianismo, el islam y el hinduismo. En todas ellas hay valores semejantes, paz, igualdad, mandamientos o normas morales que seguir, tolerancia.

En el desarrollo de estas prácticas religiosas se dieron desde corrientes politeístas hasta monoteístas, que son las dominante hoy.

En la práctica histórica muchas de estas religiones provocaron movimientos políticos por impulsarlas, imponerlas como únicas y verdaderas, ocasionando con ello guerras interreligiosas, expansiones de imperios con este mismo fin, imposición de ellas como resultado de procesos de colonización y colonialismo, como el fue el caso de la imposición de la religión católica a las colonias ibéricas en el continente americano, con destrucción, hasta donde se pudo, de los valores y creencias no católicas de las comunidades indígenas originarias americanas.

La Biblia, como concepto viene del latín biblĭa, y este concepto del griego βιβλία biblía, que refiere a “libros”. Se considera que el nombre de Biblia surgió como diminutivo del nombre de la ciudad de Biblos (Βύβλος, Býblos), que era un importante centro comercial o gran mercado de papiros de la antigüedad, siendo un término o concepto usado antes del nacimiento de Cristo.

Como concepto en la tradición cristiana se confirmó el concepto de Biblia en el Concilio de Hipona, en el año 393, luego fue ratificado en el Concilio III de Cartago, en el año 397, y más tarde en el IV Concilio de Cartago, en el año 419. Luego de la separación de Martin Lutero, en 1519, en el Concilio de Trento, del 8 de abril de 1546, se reconfirmó el concepto. Antes, en el Concilio den

Roma, del año 382, la Iglesia Católica y el Papa Dámaso I instituyeron el Canon bíblico con la lista del Nuevo Testamento. En el año 405 b ajo el papado de Inocencia I se dio el canon bíblico con los 73 libros que hoy lo componen. En el Concilio de Trento, que se desarrolló entre 1545 y 1563 este canon se fijó en la Iglesia, declarándolo dogma.

Las Biblias cristianas no católicas, ortodoxas, son ligeramente más amplias, ya que incluyen el Salmo 151, la Oración de Manasés, el Tercer libro de Esdras y el Tercer libro de los Macabeos, el Cuarto libro de Esdras y el Cuarto libro de los Macabeos, entre otras cosas.

Con el surgimiento de los protestantes en el siglo XVI y su Reforma, la luterana, se impuso la idea de “una sola escritura”, una sola Biblia como fuente de la doctrina cristiana.

En la tradición católica es fuente doctrinal no solo la Biblia sino también, desde el 18 de julio 1870, cuando el Papa Pío IX, en el Concilio Vaticano I, promulgó la constitución Pastor Aeternus, que reafirma la Primacía papal y proclamó la infalibilidad del Sumo Pontífice en asuntos de fe, moral y doctrina cristiana, lo que se conoce como dogma de la infalibilidad papal, en cuanto se impone como único “sucesor de Pedro” y, “custodio y depositario de las llaves del Reino de los Cielos”, siendo el Papa, de esta manera, la suprema autoridad y supremo poder del Obispo de Roma, en la Santa Sede, sobre todas las diversas Iglesias que componen la Iglesia católica en sus diferentes, casi una docena, de ritos latinos y orientales.

Para los protestantes no hay cabeza única de la Iglesia reconocida en el Papa, para ellos es Jesucristo. El judaísmo rechaza el Nuevo Testamento y su fuente doctrinal es el Talmud.

La Biblia sobre todo es un libro de fe, se dice que es o expresa la palabra de Dios comunicada a los hombres, para los cristianos. Es en ese tanto un libro espiritual.

El libro de la Biblia es un conjunto de libros, por las partes en que se divide, especialmente el Antiguo y el Nuevo Testamento. Hay diferentes ediciones, versiones y traducciones. La hay oficial para la Iglesia Católica. Para los cristianos opera el Antiguo y Nuevo Testamento, para los judíos solo el Antiguo Testamento, donde predomina el origen y desarrollo del pueblo de Israel.

El conjunto de libros que se contienen en la Biblia varía. Son 73 escritos para los católicos y 66 para los cristianos protestantes. Algunas Biblias consideradas ortodoxas contienen 76 libros. Estos textos responden al Antiguo Testamento y al Nuevo Testamento, donde históricamente también camino el número de libros que la componen.

Para todas las religiones cristianas existe una sola Biblia; es su Libro Sagrado, el más importante de la tradición judeocristiana. Recoge escritos hebreos, arameos y griegos.

En el Antiguo Testamento se narra la creación del mundo, del primer hombre y de la primera mujer, de su vida y expulsión en el Edén, de los primeros profetas y de la vida del pueblo de Israel, así como las historias relacionadas con el Arca y el Diluvio Universal, la construcción del Templo de Salomón, que llega a inspirar hoy incluso a los Masones.

Hay mucho de relatos mitológicos y de leyendas, más que narración histórica documentada. En distintos momentos se recogieron por vía oral y luego de forma escrita.

En el Nuevo Testamento está presente la vida de Jesús, que se recoge fundamentalmente por medio de los llamados evangelistas, Lucas, Mateo, Marcos y Juan. Jesús no dejó nada escrito y los textos de estos evangelios fueron redactados en los siguientes 100 años, después de su muerte, en que se supone su existencia.

Ninguno de los evangelios fue escrito por testigos directos de la vida y tiempo de Jesús. Hay un Evangelio, el de Tomás, que sí se considera testimonial de la época de Jesús, pero no ha sido incorporado al canon oficial de los evangelios. Hay personas y estudiosos que niegan su existencia.

Católicos, Protestantes en general, y Judaístas difieren en cuanto a los libros de la Biblia, aunque coincidan en la mayoría de ellos, especialmente del Antiguo Testamento, destacándose en este caso para los judíos la Torah, en cuanto a los libros del Génesis, el Éxodo, el Levítico, los Números y el Deuteronomio.

La Biblia cristiana está considerada como el libro que más ha sido editado en el mundo, y uno de los libros de mayor influencia.

En cuanto a Jesús están también los textos manuscritos de Nag Hammadi, de tradición gnóstica, a modo de códices, que están en el Museo Copto de El Cairo, que son traducciones coptas, que presentan otra versión de la vida de Jesús, diferente a la oficial, en trece manuscritos. Estos manuscritos de Nag Hammadi fueron descartados del cannon bíblico, se les llegó a considerar heréticos, y se enmarcan más dentro de las tradiciones gnósticas, en las cuales la misión de Cristo no redime del pecado, sino que es una guía de conocimiento espiritual.

Del mismo modo, las otras religiones históricas, tienen sus propios Libros Sagrados. Y, puede haber tantos Libros Sagrados como religiones haya, y que se fundamenten en un Libro o un Texto de esta naturaleza. Así, por ejemplo, tenemos los siguientes:

El Bardo Thodol, o el Libro Tibetano de los Muertos, que es el Texto Sagrado del Budismo Tibetano, escrito en la época tibetana de Padmasambahava, en el siglo VIII DC, que se considera un libro de preparación para la muerte, para penetrar en el nuevo mundo que puede surgir después de la muerte o en el proceso que debe seguir después de fallecer. Es un Libro que prepara para la muerte estando en vida. Así quien muere, si está preparado para ello, y tiene conciencia madura para la muerte, se supone que experimentará “la Gran Luz”, que es la fuente de toda energía con la que se funde el fallecido para alcanzar la liberación por medio del nirvana, que es un estado que resulta de la liberación de los deseos, de la consciencia individual y de la reencarnación, proceso que se logra por medio de la meditación y la iluminación. El nirvana así es una fusión del individuo con la esencia divina, que supone la ausencia del deseo.

El budismo es una religión no teísta. Buda no es considerado como un dios. Se le considera como el guía y maestro que indica el camino para alcanzar el nirvaṇa. Buda no es una deidad que hay que adorar.

El Bhagavad-Gita, que es un poema épico, considerado el Libro Sagrado del hinduísmo, es una obra literaria, escrita alrededor del siglo II AC, que se asocia a la epopeya hindú Mahabhárata, que recuerda el conflicto de las familias reales de los Pandavas y los Kauravas con 18 capítulos y 700 estrofas. Son diálogos de Arjuna y Krishna, donde se expone la doctrina del atman, que habla de la muerte y el nacimiento. El atman es el equivalente del alma para los cristianos. En el hinduísmo es el resultado de la sabiduría y de la autoconciencia.

El Chung Yung, es el Libro canónico del confucianismo, al que se le suman también los Libros de Anacletas de Confucio, el Libro de Mencio y el Gran Saber. Es un texto más de relaciones humanas, que tiene que ver con la armonía familiar y social. Se le considera una religión, una filosofía política que se basa en la ética, la decencia, la rectitud, la lealtad y la virtud individual, para poder lograr sociedades y gobiernos estables, caritativos, piadosos, justos, con tolerancia, respeto a las jerarquías, basadas en la tradición, el estudio, con la obligación de cumplir con los deberes.

El Corán, que es el Libro Sagrado del Islam, que registra en este caso la palabra de Alá, que se considera fue trasmitida a Mahoma, por medio del Arcangel Gabriel. Originalmente fue escrito en el idioma Quraix, que es la esencia de la lengua árabe, lo que hace que el Corán sea un texto muy accesible para los diferentes dialectos del árabe.

El contenido del Corán comprende creencias, mandamientos religiosos, órdenes y vedas éticas, amonestaciones y albricias, anécdotas, así como aspectos de legislación social, política, penal, civil y militar, y aspectos de espiritualidad. Las albricias son regalos que se producen por buenas noticias. Las vedas, como espacios de tiempo, significan conocimiento, que son base de la religión védica en la India, que fue anterior a la religión hinduista.

El Corán se divide en capítulos llamados Sura y las Suras en versículos llamados Aleyas, para un total de 114, de las cuales 86 fueron reveladas en La Meca, y 28 en Medina. El Corán también se divide en 30 Libros que comprenden 60 apartados, llamados Hizb.

El Dasam Granth, que significa el Libro Décimo, es el Libro sagrado del sikhismo o sijismo, relacionado con el décimo gurú, con más de 2000 poemas y 1428 páginas.

Otros textos sagrados de tradición sij son el Granth Sahib, que tiene 1430 páginas, que fue escrito en idioma punjabí, el cual contiene gran cantidad de himnos y poemas en los que se destaca la igualdad entre sexos, castas, etnias y la creencia en un dios único. Este texto se encuentra en el Templo Dorado, en Amristar, Punjab, en la India.

También está el Janan Sakhis, como conjunto de Textos sagrados del sijismo, que narran la vida, milagros y enseñanzas del primer Gurú Nanak. Este texto sagrado se acompaña de los textos Japji y el Mul Mantra.

El Dharmapada es el Libro Sagrado o Texto Sapiensal budista del canon pali, con discursos de Buda, en 423 versículos que se reúnen en 16 capítulos. Aquí se recoge la sabiduría y los ideales budistas, a base de sentencias y proverbios, como una doctrina y ética de esta corriente religiosa.

En el budismo del Tibet está el Libro Kanjur, como texto sagrado, que se compone por más de 100 tomos, que abarcan cuatro tipos de textos: El Vinaya, Los Sutras de la Perfección de la Sabiduría, Los Sutras de Mahayana y los Tantras de Acción, de Realización y de Yoga Supremo. Este canon tibetano tiene una segunda parte con doscientos volúmenes que abarcan doctrinas, rituales e iconografías.

Los budistas de Ceilán tienen como Libro Sagrado el Mahavansa que se completa con otro libro llamado Culavamsa, donde se contiene la tradición religiosa y la historia budista de Ceilán.

Hay otro texto budista, Mahavasty, que trata sobre la vida de Buda como ser trascendentte

En la India está el Libro Sagrado de El Mahabharata, que significa “La Gran Historia del Pueblo de la India”, que es la obra más grande escrita en sánscrito, con todo el saber religioso de la India, recogida desde el siglo IV AC. Hasta el siglo IV D.C., que se compone de 18 libros llamados “parvan”, con más de 100.000 estrofas. De este Libro forman parte el Bhagavad-gita, y el Ramayana, donde se narran en poemas los episodios de la vida de grandes guerreros siendo Krishna la figura central del primero y Rama, la del segundo. Aquí, en este Libro se comprenden objetivos para la vida: el Dhrama, que regula el orden moral, el Artha, asuntos del bienestar, el Kama, lo relacionado con el placer y el Moksa con la liberación.

Nuestras comunidades indígenas americanas conocieron textos sagrados.

El Popol Vuh, se puede considerar el Libro Sagrado de los mayas, siendo el más importante de los textos mayas que se conservan, una mezcla de narraciones históricas y mitológicas o legendarias, sobre la naturaleza del mundo y la presencia importante del hombre en este mundo. En el caso del Popol Vuh tenemos conceptos como la creación, en la primera parte del libro, los héroes divinos que marcan los valores y las conductas y la historia del linaje, de la tradición quiché.

El 27 de setiembre del 2000 la Asamblea Legislativa promulgó la Ley 8030 por la cual se creó el Día Nacional de la Biblia, en la que se detalla que el primer sábado de mes setiembre de cada año se celebrará el día de la Biblia, con el objetivo de fortalecer los valores morales y espirituales del individuo. En otros países de Latinoamérica también se ha establecido una fecha con este propósito, en España, en Argentina, en Perú, en Venezuela, en Nicaragua, en República Dominicana. Esta fecha tiene relación con el 26 de setiembre de 1569 cuando se terminó de imprimir la primera Biblia traducida al español. Como día de celebración responde más a la tradición cristiana no católica. En el caso costarricense así se produjo por propuesta legislativa de diputados cristianos no católicos.

En Costa Rica esta celebración se estableció no por iniciativa católica, sino por iniciativa protestante. Como Día Internacional se celebra el 23 de noviembre. Algunos países lo celebran el 26 de setiembre recordando que en 1569 ser terminó de imprimir la primera Biblia traducida al español por Casiodoro de Reina, revisada por Cipriano de Valera, que da origen a la llamada Biblia de Reina Valera. Los protestantes también lo celebran el 31 de octubre relacionado con la Reforma Protestante. El protestantismo surgió como reacción a las malas prácticas y abusos que se daban en la Iglesia Católica, movimiento provocado por Martín Lutero, a principios del Siglo XVI. De este protestantismo surgieron diversas formas y corrientes religiosas cristianas no católicas.

La Asociación Nacional de la Biblia y la Sociedad Bíblica Americana, ambas de los Estados Unidos, hacen de la fecha una celebración multireligiosa.

Fue un error, me parece establecer el 27 de setiembre del 2000, por parte de la Asamblea Legislativa la Ley 8030, por la cual se creó el Día Nacional de la Biblia.

Se quiso exaltar la importancia de la Biblia como Libro Sagrado de la cristiandad, como pueblo seguidor y practicante del cristianismo católico y no católico.

En el caso costarricense por el impacto del proceso de la conquista y la colonia impuesta por España, las comunidades aborígenes e indígenas de América, sometidas de esa manera, junto con el impacto de conquista y colonia de la región del Brasil por los portugueses, el catolicismo se impuso poque los reyes de España, como de Portugal, eran católicos. Las comunidades indígenas sufrieron un modelo de violencia religioso que les impuso una manera de ver, apreciar y entender el mundo, en oposición a sus prácticas y creencias religiosas de tradición naturalista, asociadas a su mundo natural, el que vivían y habían interpretado a su manera.

La religión católica no era natural en el continente. Fue impuesta a la fuerza, a sangre y fuego. Se convirtió en la justificación moral de la conquista y la colonia; en aceptar la dominación a condición de la salvación que les ofrecían los conquistadores después de la muerte. Templos indígenas y tradiciones religiosas de los pueblos originarios hasta donde pudieron los conquistadores los eliminaron.

La religión impuesta por los españoles correspondía a la que ellos tenían como propia y válida, reconocida como única. En su tiempo había guerra de religiones, como en cierta manera se siguen expresando. Pongamos de ejemplo el hecho de que si al continente en lugar de los españoles hubieran llegado los árabes, que habían sido expulsados de España a mediados del siglo XV, la religión que se profesaría en el continente mayoritariamente sería el islamismo, la religión también monoteísta de los musulmanes.

La religión católica se impuso fuertemente. Marcó a todos los habitantes de manera casi genética, al punto de creer y hacer sentir que se es católico y cristiano por nacimiento. Monopólicamente se desarrolló el catolicismo en el país hasta bien avanzado el siglo XIX. Con la construcción de ferrocarril al Atlántico, como se decía, vinieron empresarios y trabajadores practicantes de otros credos religiosos. Los gobernantes de la época, bajo las banderas del liberalismo político abrieron el país a la práctica de esos cultos religiosos. Así penetraron las primeras manifestaciones religiosas protestantes a Costa Rica.

Estas corrientes religiosas han crecido notablemente. Hoy impactan militantemente casi a la mitad de los costarricenses.

Hay también en el país grupos de ciudadanos que cultivan otros credos religiosos, el judaísmo, el islamismo, con sus respectivos templos y estructuras religiosas, por citar dos de esas expresiones religiosas.

En este sentido, siguiendo la tradición democrática costarricense, de entender también la sociedad costarricense desde el punto de vista constitucional como una sociedad plural, multiétnica, con un gobierno popular, representativo, participativo, alternativo y responsable, donde todas las personas son consideradas iguales, donde no puede realizarse discriminación alguna, donde se garantiza el ejercicio de cultos religiosos que no se opongan a la moral universal ni a las buenas costumbres, garantizando igualmente la libertad de enseñanza, que implica respeto a los niños y niñas, a los jóvenes en su proceso escolar y por ende a sus familias, no se puede ni se debe imponer una práctica religiosa de manera oficial, por medio del proceso educativo nacional, porque se violentarían estos principios esenciales de los costarricenses.

Ese Día Nacional de la Biblia que se estableció debió haberse hecho de manera más universal, que no exaltara solo la importancia de la Biblia como libro sagrado del cristianismo, fe religiosa mayoritaria de los costarricense, sino que se hubiera puesto como día de celebración de los Libros Sagrados, espirituales o civiles, de los costarricenses, en sus diversas expresiones sociales y políticas, como existimos en la realidad. Se debió haber aprobado no un día Nacional de la Biblia, si no un Día Nacional de los Libros Sagrados para que de esa manera a la par de la Biblia se comprendiera el Corán, el Talmud o la Torá, por lo menos. Haber establecido un día del Libro Sagrado, hubiera reflejado mejor al conjunto de todos los costarricense en sus diversas y distintas creencias religiosas.

En mi opinión debió haberse establecido la celebración del Día del Libro Sagrado, porque responde más y mejor a la variedad de cultos religiosos que los costarricenses practican o profesan, más allá de la cantidad de seguidores que tenga cada credo religioso, o práctica religiosa.

Por otra parte, igualaría a todas las religiones e igualaría, sin discriminación, en la celebración del Libro Sagrado a todos los practicantes religiosos.

La celebración como está del Día de la Biblia es discriminatoria de otras religiones y creencias, y obviamente está interesada esa fecha solo en un texto religioso, cuando hay muchos de igual valor y significado. Aún dentro de la misma Biblia hay textos diferentes, la de los católicos y la de los protestantes. En las prácticas protestantes incluso se cuestionas valores y prácticas católicas. No se ha perdido la memoria de los ataques que hicieron contra la Virgen de los Ángeles en una campaña electoral los seguidores del actual diputado Fabricio Alvarado.

Como práctica de esta celebración, del Día Nacional de la Biblia, en la Asamblea Legislativa, es frecuente ya que los grupos cristianos y neopentecostales realicen actividades con este motivo y en esa fecha, y han ido metiendo prácticas religiosas que no deberían hacerse en el Poder Legislativa, por la esencia y naturaleza del mismo.

Debería hacerse un esfuerzo en este sentido de cambiar esta celebración por la del Libro Sagrado, y que cada quien lo asuma de acuerdo a sus creencias.

Dentro de este concepto de Libro Sagrado, el más importante de los libros de los costarricenses, de todos los costarricenses, es el libro de la Constitución Política, que debería ser de especial celebración nacional, el Día de la Constitución, que no lo tenemos declarado de esta manera. En países como España, México, Nicaragua, Guatemala, Argentina, República Dominicana sí se celebra.

Debería aprobarse por ley un Día de la Constitución. Existe el Decreto Ejecutivo, el No. 31617, del Ministerio de Educación, que declara el Día de la Promulgación de la Constitución Política de Costa Rica. No es suficiente la sola declaración. Debe aprobarse una modificación a la Ley 8030 por la cual se creó el Día Nacional de la Biblia, para que de manera más amplia, inclusiva e igualitaria se establezca en su lugar El Día Nacional del Libro Sagrado.

La Constitución Política es la que exalta nuestra esencia, nuestra forma de vida y convivencia, la que promueve los derechos y libertades de todos los costarricenses, entre ellos la libertad de conciencia, la libertad y práctica de cultos religiosos, de todos los cultos y religiones.

¿Por qué no exaltar conmemorativamente un día que permita discutir, reflexionar, analizar sobre el significado de la Constitución Política que nos protege, sobre su contenido y alcances?

No es la Biblia el Libro Sagrado de los costarricenses, es la Constitución Política. Démosle su lugar.

En este momento se está impulsando un “Proyecto de Ley para promover la Biblia como Libro de formación integral”, mediante la consulta popular del Referéndum Ciudadano, donde se reduce la existencia de los problemas sociales de Costa Rica a la ausencia de “una lectura, un aprendizaje ni un texto que nos ayude y nos permita aprender a conocernos plenamente y formarnos en nuestro fuero interior, mental, psíquica, moral, espiritual y éticamente, propiamente dicho y categórico. De allí, muchas de nuestras carencias y deficiencias conductuales que luego nos inducen a malas prácticas de actitudes y conductas que debilitan nuestro pleno fuero interior, pero que, además, nos cuestan muy caro en la pretensión humana, familiar y social de resolver serios conflictos nacionales, al tener que costear grandes sumas de dinero en centros de atenciones en salud y contención de malas conductas que pueden ser prevenibles. No hay un texto que nos haya indicado, orientado y ni siquiera insinuado, desde la trayectoria humana universal, que tampoco nos dé esta claridad y fortaleza interior, más aún, fortaleza plena para nuestra formación humana integral, como la Biblia”, lo que se haría obligatoriamente desde la escuelas y colegios. Según la propuesta se trata de imponer a Jesucristo como el “personaje universal más famoso, inigualable, incomparable, inimitable y perenne”.

Tiene como propósito el Proyecto de Ley “alumbrar, corregir, transformar, educar, formar, dirigir, confrontar, ayudar, apoyar y más, a la persona y a la vida humana, desde su nacimiento, durante su transitoriedad, su muerte y, sobre todo, más allá de esta. No es un libro religioso como se dice o supone, sino un libro formativo integralmente. Ninguna actividad y necesidad humana está fuera de ella.”

Se parte en la propuesta de que “Dios es el autor y sustentador de la Biblia, él es el personaje de la Biblia”, y se dice expresamente que “el presidente Rodrigo Chaves Robles hizo su histórico juramento sobre la Biblia”, lo que introduce al actual presidente en una perspectiva muy peligrosa del Teocratismo, de la democracia teocrática chavista contra las dictaduras y tiranías que según el mismo presidente Costa Rica ha vivido desde 1948.

Está claro que el presidente Chaves ha venido elaborándose una imagen religiosa, de “salvador” nacional. Para todo hace referencia a Dios, robándole el discurso y las banderas políticas a los partidos religiosos y pentecostales que existen en el país. Ya un partido de estos le dio su apoyo al presidente Chaves.

La propuesta de la introducción obligada de la Biblia en el proceso escolar está encaminada a que se discuta por la vía del Referéndum ciudadano. Esto es abrir el país a una discusión pública muy peligrosa, de carácter popular, que poder provocar fanatismos religiosos con tintes políticos hacia las elecciones nacionales del 2026.

Esta propuesta debe ser rechazada. Esperemos que no sea una propuesta de Referéndum distractor del Referéndum del Jaguar.

No le conviene a la comunidad nacional una discusión de este tipo. No le conviene al ambiente electoral y preelectoral ese escenario.

¿A dónde nos quieren llevar?

Si Rodrigo Chaves está detrás de esto no sería extraño que se acuñe una moneda o un billete con su imagen y su nombre, que añada como en la España de la dictadura franquista…Rodrigo Chaves por la gracia de Dios…Solo eso nos falta.