Sin ejércitos no habría guerras

1 de diciembre de 2023.
Por: Giovanny Blanco Mata.
Mundo sin guerras y sin Violencia Costa Rica

  • Ante la impotencia y el dolor que nos causa tantas guerras en nuestro planeta, hay una luz de esperanza, que da esta pequeña Nación.
  • ¨Cuando la Paz es la prioridad, la abolición del ejército es el camino a seguir¨ Dalai Lama.

En la Plaza de la Democracia y de la abolición del ejército, durante la Protesta Nacional Pacífica.

En Costa Rica celebramos cada 1 de diciembre, 75 años de la abolición del ejército, decisión tomada por el General vencedor, una vez que ganara la última guerra civil que se libró en este país en 1948. Tal acto se realizó frente a uno de los cuarteles principales de esa época y desde ese momento se destinó que su futuro sería convertirse en museo.

Hoy en día, la mente y el corazón de nuestra sociedad costarricense, ya tiene instalado en su imaginario colectivo, que lo normal es que en su suelo no existan militares, ni tanques de guerra, que lo normal sea, que los antiguos cuarteles, sirvan hoy como museos, porque de lo contrario no tendría razón de ser que esas edificaciones militares sigan manteniéndose en pie.

Lo que, para muchas personas en tantos países en guerra, es un anhelo impensable y utópico, para nosotros los costarricenses es una realidad, de la que disfrutamos y nos enorgullecemos, dar ese paso de evolución humana, que significa vivir sin ejército.

Ante la impotencia y el dolor que nos causa tantas guerras en nuestro planeta, hay una luz de esperanza, que da esta pequeña Nación y que debería ser llamado a seguir por muchos países, sobre todo en este momento en que los conflictos se recrudecen y los intereses de los bloques en guerra, provocan la masacre de tantas vidas inocentes , incluyendo miles de niños atrapados en esa cruel realidad, pero además con su afán de posible escalada nuclear, ponen en peligro la sobrevivencia de toda la especie humana .

Para algunos plantear la eliminación de los ejércitos no sólo es impensable, sino que es una irresponsabilidad, ya que le imprimen un carácter necesario de seguridad nacional y protección de soberanía a las fuerzas armadas. Para otros la eliminación del ejército , en Costa Rica es un mito, porque al no contar con esta figura se han militarizado y capacitado las Fuerzas policiales, de manera que a pesar de no tener militares oficialmente, se posee un ala de las Fuerza Pública, preparada en caso de conflictos limítrofes , etc.

Nosotros desde Mundo sin Guerras y sin Violencia, proponemos que se incluya en las constituciones de todos los Estados, que la guerra no será usada como método para resolver conflictos entre los países. Que el diálogo, la diplomacia, la negociación y el multilateralismo, se anteponga, a los conflictos bélicos. Ante esta lógica, la necesidad de los ejércitos, se vería cuestionada y su rol debería variar, tal como lo indica Silo en la Octava Carta de su libro ¨Cartas a mis amigos¨.

Por otro lado, en mi opinión, no se puede desacreditar el potente y significativo mensaje que envía Costa Rica al mundo, porque va cargado de vivencias, de energía positiva, de un sentimiento de esperanza, que grita a todas las otras naciones que sí es posible, vivir sin ejército, sin la imagen grotesca del armamento pesado en nuestras calles, sin el servicio militar para nuestros jóvenes, sin tener que otorgarle poder político a fuerzas castrenses durante ya más de 70 años.

Ciertamente la paz, no es solamente la ausencia de guerra y actualmente, vivimos en Costa Rica, una realidad convulsa con aumento de la violencia, narcotráfico, inseguridad ciudadana y debilitamiento de nuestras conquistas sociales en salud, educación, derechos humanos y democracia real. Es por eso que conscientes de eso, estamos llamados como habitantes de esta Nación, a proteger el legado de nuestros antepasados, como un pueblo que promueve la paz a nivel internacional, pero que también sabe unirse, para defender la paz social y la noviolencia en sus territorios.

Quizás el aporte de Costa Rica, en este aspecto, es dar una señal al concierto internacional de naciones, de que sí se puede vivir sin ejército, que la seguridad nacional no tiene que estar en manos de militares, que se puede apostar al diálogo, a la diplomacia, al multilateralismo y a las cortes internacionales de justicia. Costa Rica, como referencia de ese modelo, deberá perfeccionarlo y retomar la senda de priorizar la inversión pública; en educación, salud y cultura de paz , aprovechando que no tiene gastos militares.

Quizás la vía del futuro hacia la resolución de conflictos, sin el uso de la guerra, se podrá dar solamente sin la existencia de ejércitos, o cambiando el rol que estos juegan, convirtiéndolos en instrumentos para la paz, desarmando progresivamente sus arsenales y destinando sus presupuestos al cumplimiento real de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, siguiendo la premisa que dijo el Dalai Lama. “Cuando la paz es la prioridad, la abolición del ejército es el camino a seguir”.