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Etiqueta: ambientalismo

Pronunciamiento por la Justicia para Jerhy Rivera

Se unieron más de 200 organizaciones a nivel nacional e internacional este 9 de septiembre para aclamar a una sola voz: ¡no más impunidad! Estas adhesiones, unidos a doña Digna Rivera, y los pueblos recuperadores de territorios ancestrales escribieron el próximo mensaje pidiendo justicia para Jerhy Rivera:

PRONUNCIAMIENTO POR LA JUSTICIA PARA JERHY RIVERA RIVERA LÍDER INDÍGENA Y DEFENSOR DEL MEDIO AMBIENTE 

A la comunidad costarricense, En febrero de 2020, Jerhy Rivera Rivera, líder comprometido con la protección del ambiente y los derechos de las personas indígenas, fue asesinado en medio de un proceso de recuperación de tierras. Cuatro años después, el dolor por su pérdida sigue siendo profundo, agravado por la falta de justicia en su caso.

Durante el 2023, Juan Eduardo Varela, el presunto asesino que confesó haber cometido el acto en una actividad pública, fue sentenciado a 22 años de prisión. Sin embargo, tiempo después, el Tribunal de Cartago lo puso en libertad tras una apelación presentada por sus abogados. 

El proceso judicial que ha seguido al asesinato de Jerhy no ha logrado hacer justicia, dejando una herida abierta en la lucha por los derechos humanos de las personas indígenas, su autonomía y la protección del ambiente en nuestro país.

Actualmente, el proceso se encuentra en la recta final, siendo el lunes 9 y martes 10 de septiembre del 2024 los últimos dos días del juicio, que se ha estado llevando a cabo durante las últimas semanas en los Tribunales de Pérez Zeledón. Por esta razón, es imprescindible que unamos nuestras voces y exijamos justicia.

Este es un momento decisivo para Costa Rica. Es imperativo que el Estado asuma su responsabilidad y garantice que la muerte de Jerhy no haya sido en vano. Exigimos que se retomen las acciones necesarias para esclarecer su asesinato, se asegure la protección de los derechos de los pueblos indígenas y se fortalezcan las políticas ambientales que Jerhy defendió con tanto fervor. 

Es tiempo de que los tribunales actúen con firmeza y hagan justicia, por todas aquellas personas que continúan luchando por la defensa del ambiente y por quienes han sido víctimas de un Estado que no garantiza la protección de sus derechos ni territorios. 

La ratificación del Acuerdo de Escazú es una de las grandes deudas que el Estado mantiene con las personas ecologistas. Este tiene como objetivo garantizar la implementación plena y efectiva en América Latina y el Caribe de los derechos de acceso a la información, a la participación pública y al acceso a la justicia en asuntos ambientales, siendo el primer tratado de este tipo en el mundo. 

Diversos territorios han sido escenarios de numerosos conflictos y agresiones en los últimos años, donde se ve reflejada la continua amenaza que enfrentan las personas indígenas defensoras de sus territorios en Costa Rica. 

Honramos la memoria de líderes y lideresas que han caído en defensa de sus tierras, sus derechos y de la vida misma en Costa Rica y América Latina. Recordamos con dolor a Sergio Rojas y Jehry Rivera, así como las luchas que se siguen dando en Salitre, Térraba, y China Kichá. En estos territorios, las personas indígenas enfrentan constantemente hostigamiento por su lucha para la recuperación de las tierras ancestrales, ocupadas ilegalmente por empresas y personas no indígenas.

¡Justicia para Jerhy, Justicia para los pueblos! 

¡Aunque nos quieran bajo tierra, no saben que somos semillas!

Firman, 

 

Red de Mujeres Rurales, Costa Rica. 

Colectivo de Apoyo a Doña Digna Rivera. 

Movimiento de Trabajadores y Campesinos (MTC) 

Frente Ecologista Universitario de la Universidad de Costa Rica. 

Asociación de Estudiantes de Trabajo Social de la Universidad de Costa Rica. 

Asociación de Estudiantes de Ciencias Políticas de la Universidad de Costa Rica

Asociación de Estudiantes de Estudios Generales de la Universidad de Costa Rica 

Federación de Estudiantes de la Universidad de Costa Rica.

Asociación de Estudiantes de Psicología de la Universidad de Costa Rica. 

Partido Federativo Integra de la Universidad de Costa Rica. 

Consejo Iriria Sätkök del territorio ancestral Yäbamï Dí Katá, conocido como Cabagra, Costa Rica. 

Organizaciones de Mujeres Indígenas Mano de Tigre (Dbön Orcuo), Costa Rica.

Casa del Migrante, Costa Rica. 

Iglesia Metodista Wesleyana Costarricense.

Bloque de Vivienda, Costa Rica. 

Comisión Comunal Pro Asfaltado Ruta 811, Costa Rica. 

Sindicato Unitario de Pequeños Productores Agropecuarios de Pococí y Guácimo (SIUNPPAPG), Costa Rica. 

Confederación Unitaria de Trabajadores -CUT, Costa Rica. 

Proyecto Jirondai, Costa Rica. 

Coordinadora por la Liberación Animal, Costa Rica.

Frente de Resistencia Animal y de la Tierra, Costa Rica. 

Micro-santuario el Rinconcito Animal, Costa Rica. 

Proyecto Piapias: educación popular y comunicación antiespecista, Costa Rica. 

Movimiento no apoyo las corridas de toros a la tica ni el tope, Costa Rica. 

Movimiento yo no voy al zoo, Costa Rica. 

Jornadas Solidarias, Costa Rica. 

Orgullo Disidente, Costa Rica. 

Alianza Escazú, Costa Rica. Unidos por el Agua, Costa Rica. 

Centro de Amigos para la Paz, Costa Rica.

Ediciones Libres, Costa Rica. PATRULLAJE, Costa Rica. 

ACAN ASOCIACIÓN CULTURAL AMÉRICA NATIVA, ARGENTINA. 

Asociación para una Ciudadanía Participativa, Honduras. 

Unión Nacional de Educadores-UNE, Ecuador. 

SAKIAT-Organización del Pueblo Kichwa Saraguro, Ecuador. 

Confederación Intersindical Solidaria, España. 

Ensenyants Solidaris, ONG. España. 

Ribaborza SOS Ribarboza, España. 

Confederación Intersindical Solidaria, España. 

Aci-Participa, Honduras. 

Ofraneh Garifuna. 

Asociación de Comunidades Indígenas Lencas de la Paz, Honduras. 

Red Nacional de Defensoras de Derechos Humanos en Honduras. 

Alternativa de Reivindicación Comunitaria y Ambientalista de Honduras. 

Red Académica de Solidaridad con Palestina, México. 

Comité Universitario en Solidaridad con el Pueblo Palestino, Mexico. 

Comité de Defensa de los Derechos de La Mujer-CODEMA.C, Oaxaca, Mexico. 

CLETA-UNAM, México. 

Frente Comunicacional Anti-imperialista de Nuestra América, Mexico. 

Museo Comunitario Alfredo Almeida, Mexico. 

Personas físicas; 

María Trejos Montero, Costa Rica. 

Eli Ortiz Torres, Bribri clan Túbölwak, Costa Rica. 

Clarita Quiel Torres, Bribri del clan Túbölwak, Cabagra, Costa Rica. 

Marielos Muñoz, Costa Rica. 

Bruno Coto Barboza, Costa Rica. 

Elidies Rivera Navas, Costa Rica. 

Denis Cálix, Costa Rica. 

José Amesty, Costa Rica. 

Orlando Barrantes Cartín, Costa Rica. 

Allen Cordero, Costa Rica. 

Suy Wong, Costa Rica. 

Felix López Zambrana, Costa Rica. 

Ashley Padilla, Costa Rica. 

Alexis Rodríguez Gallardo, Costa Rica. 

Nidia Fonseca, Costa Rica. 

Marbella Martin Fragachan, Costa Rica. 

Magda Solís Alpízar, Costa Rica. 

Ana Mena Morelli, Costa Rica. 

Josué Fernández Baldizón, Costa Rica.

Tiryth Vindas Campos, Costa Rica. 

Alex Ramos, Costa Rica.

Edgar Atencio, Costa Rica. 

Danilo Alizaga, Costa Rica. 

Daniela María Salas Monge, Costa Rica. 

Roberto Gavarrete, Costa Rica.

Luis Fernando González Marín, Costa Rica. 

Aren Vindas Alvarez, Costa Rica 

Keneduar Gerardo Herrera Herrera, Costa Rica. 

Fátima Gómez Campos, Costa Rica.

Emily Quirós Víctor, Costa Rica 

Jimena Alvarado Vargas, Costa Rica 

Leonardo Fletes Castillo, Costa Rica. 

Ariel Enrique Solano Sancho, Costa Rica. 

Marshall Valverde Chacón, Costa Rica 

Amanda Carvajal Umaña, Costa Rica 

Estela Ceballos, Argentina. 

Sisa Pacari, Ecuador. 

Pilar Bravo Pemjean, Chile. 

Cecilia Castillo Nanjarí, Chile. 

Miriam Miranda, Honduras. 

Felipe Benitez, indígena Lenca, Honduras. 

María Julia López,, Honduras. 

Johan Davis, Estados Unidos. 

Carolina Rivera, Estados Unidos. 

Zaida Docouto, Estados Unidos. 

Carol Davis, Estados Unidos. 

Alejandra Davis, Estados Unidos. 

Leslie Andino, Estados Unidos. 

Celeste Rivera, Estados Unidos. 

Sara Rodas, Estados Unidos. 

Edwin Buezo, Estados Unidos. 

José Luis Reyes, Estados Unidos. 

Daniel Ramírez, Estados Unidos. 

Sofía Becerra, Estados Unidos. 

Madeline Kiser, Estados Unidos. 

Observatorio de Derechos Humanos de los Pueblos 

Integrantes del Consejo Consultivo: 

Argentina Adolfo Pérez Esquivel Premio Nobel de la Paz, Stella Calloni Corresponsal de la Jornada en Buenos Aires; Colombia Rubiel Vargas Secretario Ejecutivo Nacional del Comité Permanente por la Defensa de los Derechos Humanos de Colombia (CPDH), María Cardona Mejía Defensora de Derechos Humanos, Dr. Mario Hernández Álvarez Coordinador Doctorado Interfacultades en Salud Pública Universidad Nacional de Colombia, Víctor Osorio Cadena Presidente del Sindicato Nacional Memoria Viva; España Ana Andrés Ablanedo Defensora de Derechos Humanos de Soldepaz Pachakuti, Ricardo Sánchez Andrés miembro de la junta de la (ACP) Asociación Catalana por la Paz – miembro de la Asamblea de Internacional de (Comunistes de Catalunya) y miembro permanente del consejo de Solidaridad de la Ciudad de Manresa, María Victoria Fernández Molina Candidata a Doctora en Derechos Humanos, Estados Unidos James Patrick Jordan Coordinador Nacional de la Alianza por la Justicia Global y Eduardo García Activista de la Alianza por la Justicia Global e integrantes del Observatorio de Derechos Humanos de los Pueblos capítulo Estados Unidos, Suiza José Manuel González López, Gerardo Romero Luna y Mariella Bauer integrantes del Observatorio de Derechos Humanos de los Pueblos capítulo Suiza; Venezuela Hugo Alberto Nieves Integrante del Movimiento Político – Social VAMOS, Zuleima Vergel Guerra Vocera Nacional del Movimiento Político – Social VAMOS de Venezuela, Indhira Libertad Rodríguez Red de Colectivos La Araña Feminista, José Miguel Gómez García Movimiento Internacional de la Economía de los Trabajadores, Ali José Álvarez Observatorio de Derechos Humanos de los Pueblos – Movimiento Cultural Campesino Los Arangues Venezuela; Ecuador Abg. Franklin Columba Cuji Presidente de la Unión de Organizaciones Sociales Interculturales del Sur de Pichincha UOSISP de Ecuador; Bolivia Rodolfo Machaca Yupanqui Ex Secretario General de Confederación Sindical Única De Trabajadores Campesinos de Bolivia – CSUTCB; Palestina Jamal Juma Coordinador STOP The WALL; Guatemala Ana Laura Rojas Padgett integrante de la Red de Integración Orgánica – RIO; Panamá Ligia Arreaga Integrante de la Alianza por un mejor Darién – AMEDAR; Brasil Gizele Martins del Movimiento de Favelas de Rio de Janeiro; Perú Betty Izaguirre Lucano Coordinadora General del Movimiento Alfa y Omega, Percy Katari Integrante de la Comisión de Comunicación del Observatorio de Derechos Humanos de los Pueblos, Director Internacional de ComuniSur, Impulsor del Frente Comunicacional Antiimperialista de Nuestra América, Responsable de la Secretaría de Países Andinos de Conaicop; Chile-Wallmapu – Territorio Mapuche Onesima Lienqueo Fundadora de la Red por la Defensa de la Infancia Mapuche; Chile Pablo Ruiz integrante del Observatorio para el Cierre de la Escuela de las Américas – Chile; México Eduardo Correa Senior Profesor de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México – UACM, Dr. José Enrique González Ruiz Profesor de la Universidad Nacional Autónoma de México – UNAM, Dr. José Rafael Grijalva Eternod Doctor en Derechos Humanos, Dr. Felix Hoyo Arana Profesor de la Universidad Autónoma de Chapingo; Daniela González López Coordinadora Internacional del Observatorio de Derechos Humanos de los Pueblos, Soledad Ortiz Vásquez Consejera General del Comité de Defensa de los Derechos de la Mujer – CODEM, Claudia Tapia Nolasco Consejera General del Comité de Defensa de los Derechos de la Mujer – CODEM, Lic. Hugo Aguilar Promotor y Defensor de Derechos Indígenas, Miguel González Muciño Director del Centro Cultural Las Jarillas, Arturo Díaz González Organización Proletaria Emiliano Zapata – Frente de Organizaciones Sociales de Chiapas OPEZ – FOSICH, Lic. Jocelyn García Fondón Integrante del Secretariado Técnico del Observatorio de Derechos Humanos de los Pueblos; Costa Rica Orlando Barrantes Cartín Coordinador General del Movimiento de Trabajadores y Campesinos MTC – Costa Rica.

Ministro de Ambiente Franz Tattenbach desprotege Gandoca-Manzanillo y niega amenazas de muerte a líderes ambientalistas

Comunicado*

Personas habitantes de comunidades del Caribe Sur, diversas organizaciones y personas activistas independientes, nos hicimos presentes en la comparecencia del ministro de Ambiente, Franz Tattenbach, ante la Comisión de Ambiente de la Asamblea Legislativa.

La vida de personas defensoras del ambiente está en riesgo. Hacemos un llamado urgente a la comunidad nacional, internacional, ante las amenazas a personas que defienden el ambiente y la vida, situaciones que el Ministro se niega a atender.

06 de Agosto, San José, Costa Rica- Asistimos a las barras de la Asamblea con el objetivo de protestar ante la inacción, corrupción y violencia que atentan contra los ecosistemas naturales y las personas ecologistas en el contexto de la tala ilegal y otras presiones sobre el Refugio Gandoca-Manzanillo, problemáticas provenientes o amparadas por el Ministerio de Ambiente y su ministro, así como por Maylin Mora, directora del Área de Conservación La Amistad Caribe (ACLAC), que a su vez se vinculan con el debilitamiento de la institucionalidad y del Estado social de derecho que ha caracterizado al actual Gobierno.

Rechazamos de forma contundente las declaraciones del ministro Franz Tattenbach al ser cuestionado por las amenazas de muerte a personas activistas del Caribe Sur, entre ellas integrantes de la Asociación Talamanqueña de Ecoturismo y Conservación (ATEC). Consideramos que sus palabras indican un cuestionable desinterés y negligencia ante la gravedad de las denuncias y de la situación de violencia que viven las personas ecologistas, quienes sufren de hostigamiento, estigmatización y discriminación de forma constante, a causa de las denuncias sobre irregularidades ambientales y los vínculos políticos y empresariales involucrados en el ecocidio en Gandoca-Manzanillo.

Recordamos que es obligación del Estado proteger y garantizar los derechos de las personas defensoras del ambiente, tal y como establece el artículo 27 de la Resolución 3/2021 de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH): “Los Estados deben adoptar medidas inmediatas para promover y proteger los derechos de estas personas a la vida, integridad y libertad personal, de reunión y libertad de asociación, a la privacidad y a la protección de la honra y la dignidad, de circulación y residencia, al debido proceso y garantías judiciales, asegurándose que las personas defensoras no sean hostigadas, estigmatizadas, discriminadas o asesinadas por el trabajo que realizan”.

Consideramos inaceptable e irresponsable la falta de acción y de reconocimiento de la gravedad de esta situación por parte del ministro Tattenbach. La omisión y la indiferencia del Estado ante estos hechos ponen en riesgo la vida de quienes defienden nuestro ambiente y ejercen su derecho a la libre expresión y denuncia.

Cabe destacar que estas obligaciones también son amparadas por el Acuerdo de Escazú, mismo que no ha sido ratificado por Costa Rica en una clara muestra de lamentable desinterés hacia la situación de las personas activistas que pagan el precio en la defensa de la naturaleza y el bien común.

Hacemos un llamado urgente a las organizaciones, medios de comunicación y a la sociedad civil, a manifestarse en apoyo de la protección de las personas defensoras de la naturaleza. Es imperativo que se tomen medidas inmediatas para garantizar su seguridad y que se investiguen a fondo las irregularidades denunciadas. No podemos permitir que las personas que luchan por el derecho humano a un ambiente sano sean silenciadas e intimidadas.

Ante la represión y violencia es URGENTE mayor organización, presencia en las calles y apoyo de la comunidad internacional ante una democracia cada vez más amenazada.

*Compartido en redes por distintas personas ambientalistas y enviado a SURCOS.

Imagen: Semanario Universidad.

“Verde por fuera, colonialista por dentro: crítica al ambientalismo corporativo en América Latina y el mundo”

Por Adrián Leitón Gutiérrez

Es importante en el mundo en el cual vivimos, definir las diferencias entre ambientalismo y ecologismo. Hoy por hoy, hablar de ambiente se ha vuelto una moda y el discurso por el cuido del planeta ha sido tomado por las grandes corporaciones y los políticos de centro y de derecha, para mercadearse como espacios “eco-friendly”, y continuar con su agenda neoliberal.

Según Róger Martínez Castillo (2015), catedrático de la UCR, sí existen diferencias teóricas entre el ambientalismo y el ecologismo. La primera supone que todos los problemas ambientales, económicos y sociales se resuelven desde el lucro. El mercado supuestamente es capaz de plantear por sí solo, soluciones con nuevas tecnologías cuyas patentes son monopolizadas por empresas pero eso sí, sin involucrar tanto a la política. De ahí surge el “desarrollo sostenible” en donde seguimos con los mismos patrones desenfrenados de consumo pero… verdes. Gracias al ambientalismo es que ahora cualquier grupo, cargo o persona puede considerarse un héroe ambiental: administraciones como la de Joe Biden o la de Carlos Alvarado, el Estado de Israel, empresas como Google, y un largo etcétera.

Particularmente en Costa Rica y otras partes de América Central o América Latina en general, procesos como la gentrificación en las playas y demás zonas turísticas se han vendido a la sociedad como “soluciones verdes”. Ese ambientalista de playa, que viene usualmente de la ciudad o de algún país del Norte Global vive como un colonizador más en lugares como La Fortuna de San Carlos, Playa Tamarindo en Santa Cruz o Santa Teresa de Cóbano. Practica y predica el veganismo, pero sin conciencia social; sin entender que muchas comunidades originarias de la nueva zona en la que vive muchas veces ni siquiera tienen la seguridad alimentaria para poder consumir las tres comidas mínimas por día, con todos los nutrientes y balances necesarios para vivir. 

Su trabajo directo por el ambiente se reduce si acaso a reciclar o a hacer únicamente limpiezas de playa. Estos eventos son financiados a través de la Responsabilidad Social Corporativa (RSC), en donde la misma industria que explota trabajadores, amenaza líderes sociales y contamina fuentes de agua, ahora es la que contribuye activamente en pro de la sociedad, para así mejorar su competitividad y su desempeño. Los grupos ambientalistas con sede en la playa consiguen apoyo para sus proyectos, y las empresas que los financiaron se van con una Bandera Azul Ecológica o cualquier otro certificado de “industria colaborativa con el ambiente”. Es un gane para ambas partes, pero una pérdida para la causa ecologista.

Mientras en otras zonas más marginales o más campesinas de esa misma comunidad se vive la represión policial por actividades, como ejemplo, la venta y el consumo de cannabis, el acceso al agua, o la caza y la tala ilegal; la gentrificación provee un escudo de defensa que excluye a estos colonos de la violencia policial o estatal. Lo vimos en 2020 y 2021 con la pandemia del coronavirus que, mientras habían órdenes de mantenerse en casa en otras zonas del Pacífico con personas de otra clase social, en Cóbano el aumento del turismo trajo una de las mayores olas de contagio aún sin ser un cantón necesariamente denso en población, según autoridades de la municipalidad del cantón y de la CCSS (Bolaños, 2001). Setenta por ciento de los contagios detectados por semana en ese distrito correspondían a población extranjera, concentrados en su mayoría en la playa de Santa Teresa, de acuerdo a Juan Gabriel Ledezma, ex jerarca de la región Pacífico en el Ministerio de Salud de ese momento.

A nivel internacional, es muy común también encontrar eventos masivos con panelistas de la ONU o de algún otro organismo de cooperación para hablar sobre derechos humanos o desarrollo sostenible, y usualmente destinados a jóvenes con una excusa para viajar. Es una manera muy sutil de hacerle marketing al país a nivel internacional y blanquear las problemáticas ambientales y sociales de la región. Socialmente se convierte en tabú hablar sobre los recientes asesinatos de líderes indígenas en Costa Rica, o la crisis que están generando las piñeras en Zona Norte, o el creciente megaturismo del cual comentábamos anteriormente.

La Conferencia de las Partes, el supuesto órgano rector de los convenios internacionales y el encuentro climático internacional más grande del mundo, le ha fallado muchísimo y traicionó completamente a la clase obrera de estos tiempos. Lo que pudo haber sido un panel científico, que caminara de la mano de la justicia social y vele por el bienestar de toda la humanidad y una manera más justa de la distribución de la riqueza y los recursos naturales, se volvió un espacio en donde las grandes empresas petroleras, los Estados genocidas e imperialistas, y la industria militar tuvieran su espacio de promoción y mercadeo gratuito. Es la razón también por la cual estos encuentros se han realizado en lugares como Sharm El-Sheikh (Egipto, algo cerca de la frontera con Gaza y la entidad sionista, en 2022), Dubái (de las ciudades más exclusivas en el mundo y extractora de petróleo, Emiratos Árabes Unidos, 2023) y Bakú (Azerbaiyán, país que hoy por hoy lleva a cabo un conflicto bélico con Armenia, 2024).

Siguiendo con el texto de Martínez Castillo, el ecologismo por su parte, ve estas ambigüedades del ambientalismo y se propone como una alternativa popular y anticapitalista. Es más radical y señala al neoliberalismo como el verdadero generador de la crisis ambiental. Es decolonial a nivel geopolítico; dice que se requieren cambios radicales y abolir el sistema actual en el que vivimos por uno más socialista y de la gente. Exige ir más allá del reciclaje y el veganismo, y entender que no todas las personas son iguales entre sí y por ende alcanzar o cumplir con ciertos estilos de vida les es casi imposible por su situación socioeconómica o geográfica.

Hay que dejar esto en claro porque, tenemos que entender que ahora cualquier individuo o colectivo se hace llamar “héroe ambiental”, sin necesariamente representar una ideología popular, crítica e interseccional. Esta lucha de alguna manera fue apropiada por los grandes colonizadores para evitar el señalamiento y la investigación de sus grandes actos de corrupción e imperialismo en varias partes del planeta. Uno de los varios críticos de estos procesos de blanqueamiento político ha sido Joan Martínez Alier, un economista y catedrático barcelonés. Martínez Alier explica y se concentra en muchas de sus obras en un concepto que él llama el ecologismo de los pobres o el ecologismo popular. Básicamente, se refiere a la lucha de las comunidades más desfavorecidas por la defensa de su entorno y sus recursos naturales. Aún a veces siendo marginadas y de bajos ingresos, enfrentan y resisten la degradación y explotación de sus recursos ambientales por parte de agentes externos, que sólo buscan beneficios propios sin pensar en un impacto ecológico o social (Mejía y Rengifo, 2009).

No es coincidencia que en los países o en los territorios con mayor conflicto social y político también sean los lugares con más extractivismo ambiental y privatización de los recursos naturales, que es al final de cuentas lo que intenta explicar Martínez Alier. Y tampoco es coincidencia, que este ambientalismo tradicional, que no se cuestiona las realidades y las relaciones de poder venga también de países de mucho desarrollo y privilegio económico; casi que siendo una excusa para ejercer clasismo y racismo en nombre del cuido de la naturaleza. Y es que, como miembros del movimiento que lucha por la justicia climática tenemos que entender que los recursos naturales hay que preservarlos, sí, pero también están para algo. En los sistemas de poder no hay espacios vacíos, y por tanto, alguien va a usarlos si usted no los reclama.

El agua, por ejemplo, si bien no es inagotable y hay que preservarla, está en este planeta para ser usada en sus diferentes formas. Solo que quizás se vuelve un problema únicamente cuando las comunidades más marginalizadas exigen su uso. Por ejemplo, lo vimos más recientemente en este 2024 cuando hubo protestas en los barrios del sur de la capital (que finalizaron siendo criminalizadas por la Fuerza Pública) y que al final, la responsabilidad de proteger el derecho al recurso hídrico quedó en las familias más pobres de Hatillo y no en el ente rector designado como el AyA, o inclusive barrios más de lujo como Monterán, donde actualmente vive el señor presidente (Nuñez, 2024). Y algo también curioso de cuando se dieron estas manifestaciones por el agua, no hubo presencia ni actos de solidaridad por parte de organizaciones ambientales que se supone que tratan estos mismos temas. Fueron nueve las y los dirigentes comunales que fueron detenidos en medio de los bloqueos, y en su mayoría ni siquiera estaban en la calle como tal, sino en la vereda. Primero los mantuvieron en la delegación de Barrio México y en menos de dos horas a los Tribunales del Circuito I, sin ni siquiera saber cuáles eran los delitos que habían cometido.

También, este ambientalismo hegemónico o tradicional se ha quedado callado ante la crisis humanitaria que vive Gaza producto de la ocupación israelí desde hace más de setenta años. Israel es de los países más contaminantes del agua en el mundo, en un territorio árido como lo es el Levante, y especialmente en zonas donde viven familias palestinas que se quedan sin agua potable producto de la intimidación de los colonos que llegan a amenazar e inclusive a amedrentar de muerte a estas y estos habitantes originarios (Actis, 2024). Según Nadua Abu Ghazalah, miembro de la diáspora palestina en España, en Palestina existe cierta abundancia de agua gracias a los acuíferos del Valle de Jordán. Sin embargo, desde el Nakba y con ello el inicio oficial de la ocupación, las autoridades sionistas le han negado a los palestinos y a las palestinas el acceso al agua a través de políticas muy estrictas de control.

Construir pozos nuevos está prohibido, a menos que se cuente con un permiso de las fuerzas de ocupación (que prácticamente nunca los dan). Recolectar agua de lluvia también está prohibido, e Israel destruye y confisca sistemáticamente cualquier infraestructura palestina para la gestión de los recursos hídricos y territorios con abundancia de agua. Cisjordania paga por metro cúbico alrededor de tres veces lo que cuesta en Jerusalén y nueve veces más de lo que cuesta en Tel Aviv. Medio millón de colonos disfrutan de seis veces más de agua que más de dos millones de palestinos exactamente en el mismo territorio, haciendo que en promedio el consumo diario del agua en Palestina sea entre dos o tres litros y del lado “israelí” cien veces más. Esto por consecuencia plantea una crisis de salubridad crónica y de mucha tensión, con un alza en enfermedades como la diarrea y la desnutrición infantil, causándole la muerte a veintitrés menores de edad gazatíes por deshidratación.

La solidaridad internacional dentro de contextos ambientalistas y/o ecologistas es muy importante, sin embargo también hay que saber trabajar el metro cuadrado. Uno de los más grandes ausentes en las elecciones municipales de 2024 fue el movimiento climático, quienes con sus recursos y plataformas pudieron convocar al voto y fiscalizar a los diversos partidos políticos y coaliciones que se reñían los diversos puestos en cada ayuntamiento o intendencia de este país. Cada vez más, el abstencionismo va en aumento; a nivel nacional, este año 7 de cada 10 personas elegibles a votar no fueron a ejercer su derecho al sufragio (TSE, 2024). Partidos políticos como el PUSC, Nueva República, el PLP, y de cierta manera el PLN ganaron bastantes escaños en estas últimas elecciones. Partidos políticos que (¡sorpresa!) tienen un historial de mucha corrupción estatal, mucha violencia política y que también van a tener un impacto enorme en el desarrollo e implementación de los Planes Reguladores de cada cantón.

Si como movimiento climático queremos seguir realizando limpiezas de playa, si queremos seguir protegiendo los parques nacionales, los refugios de vida silvestre y las cataratas escondidas en las montañas, hay que prestarle atención a los Planes Reguladores de cada municipalidad. Son el instrumento de planificación local que define en un conjunto la política de desarrollo y distribución en temas como uso de la tierra, servicios públicos, rehabilitación de áreas y más (CEPAL, 2024). Es un documento que se discute y después se vota en los espacios municipales, que nos permite entender cómo se va a ir construyendo literalmente el cantón en los próximos años. Decir “no sé” ante la importancia de dicho debate no es una respuesta válida por parte del activismo verde de este país. Y se empieza por ver cuáles figuras están postulándose para un puesto en la Muni.

En conclusión, la distinción entre ambientalismo y ecologismo es crucial, ya que la preocupación por el medio ambiente se ha mercantilizado y utilizado para legitimar agendas corporativas y políticas. El ambientalismo tiende a favorecerse bajo un marco neoliberal y superficial, versus el ecologismo como una respuesta más radical y anticapitalista. Es imperativo que el movimiento climático cuestione las estructuras de poder y reconozca las inequidades socioeconómicas y ambientales del sistema que tenemos actualmente, así como defender en primera mano los derechos de las comunidades más vulnerables y promueva una distribución más equitativa de la riqueza y el poder. Es esencial que los movimientos ambientales no se limiten a acciones simbólicas como la limpieza de una playa o la participación de una conferencia internacional, sino que comiencen a crear teoría crítica sobre lo que significa ser ambientalista en Costa Rica y si se asemeja a los intereses del Norte Global.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:

  1. Martínez Castillo, R. (2015). Ambientalismo y ecologismo: diferencias. Semanario UNIVERSIDAD. San José, Costa Rica. Tomado de: https://historico.semanariouniversidad.com/opinion/ambientalismo-y-ecologismo-diferencias-2/ 
  2. Bolaños, D. (2021). Turismo trae ola de COVID-19 a las playas de Cóbano. Radios UCR. San José, Costa Rica. Tomado de: https://radios.ucr.ac.cr/2021/05/interferencia/turismo-trae-ola-covid-19-a-playas-cobano/ 
  3. Núñez Chacón, M. (2024). Población de Hatillo sin agua por semanas y la policía responde deteniendo a líderes comunales en medio de manifestación pacífica. Semanario UNIVERSIDAD. Tomado de: https://semanariouniversidad.com/pais/poblacion-de-hatillo-sin-agua-por-semanas-y-la-policia-responde-deteniendo-a-lideres-comunales-en-medio-de-manifestacion-pacifica/
  4. Actis, A. (2024). El apartheid hídrico de Israel en Gaza: cuando el agua es también un arma de guerra. Revista CLIMÁTICA. Madrid, España. Tomado de: https://climatica.coop/apartheid-hidrico-israel-gaza-agua-guerra/
  5. Mejía, C. y Rengifo, L. (2009). El ecologismo de los pobres, por Joan Martínez Alier. Editorial ICARIA. Barcelona, España.
  6. Goebel-McDermott, A. (2009). El ecologismo de los pobres y marginalidad social: vehículos de complementariedad y puentes dialógicos. CIGEFI, Escuela de Historia. UCR.
  7. Tribunal Supremo de Elecciones. Resultados provisionales de las elecciones municipales de 2024. San José, Costa Rica. Tomado de: https://www.tse.go.cr/vr2024/#/alcaldes 
  8. INVU, SETENA, CEPAL (2018). Manual de Planes Reguladores como Instrumento de Ordenamiento Territorial. Tomado de:  https://www.invu.go.cr/documents/20181/33489/Manual+de+Planes+Reguladores+como+Instrumento+de+Ordenamiento+Territorial 

Ambientalismo en Costa Rica: agenda actual y censura – enlace al video

El pasado viernes 10 de marzo de 2023, tuvo lugar el programa “Ambientalismo en Costa Rica”, elaborado por el Colectivo Reflexión-Acción, un conversatorio orientado a analizar las problemáticas y/o temáticas actuales de Costa Rica en la temática ambiental por la plataforma de zoom, que fue transmitido en Facebook Live. Algunos de los temas tratados fueron SETENA, CONARE, Ministerio de Ambiente y Energía, los parques, el poder económico que sostienen los medios de comunicación y la manera en la que el Estado y en sí la Administración actual en Costa Rica no se enfoca en las problemáticas reales que enfrenta el medio ambiente. De igual manera, mencionaron que las personas no se interesan lo suficiente y no tienen consciencia social, e incluso comparan la educación del país con el de ciertos países europeos que cuentan con métodos para realizar compost, les enseñan a los niños a tener consciencia ambiental y siendo las personas educadas en dicha temática, crecen siendo personas educadas en materia ambiental, con mayor conciencia para cuidar, preservar y defender los espacios ecológicos.

También comentaron acerca de la protección de flora y fauna y de que en ésta no ha habido cambios en en el presente gobierno para salvaguardar el medio ambiente y sigue utilizándose recursos para otros fines, verticalizando la toma de decisiones, hay proyectos para mejorarlo, sin embargo, no son muchos y en una votación no va a lograr la mayoría de votos; mencionó Pedro Salguero, que en la agenda ambiental actual no hay temas a tratar acerca de las personas activistas, ni de preservar el medio ambiente. 

Siguen estando pendientes temáticas a tratar, como el Acuerdo de Escazú y canalizar el poder y fondos para  medio ambiente, necesitado de apoyo ambiental, social, económico y político. Si desea escuchar el conversatorio completo puede ingresar al siguiente enlace: https://www.facebook.com/AlternativasGrecia/videos/906483167298782 

Los enemigos imaginarios del Ministro Franz Tattenbach

(Bloque Verde, 25/4/2022) Durante los últimos días ha circulado una desafortunada frase que se le atribuyen al Ministro de Ambiente y Energía entrante, Franz Tattenbach. El rezo dice algo así como: “La empresa privada no es necesariamente enemiga del ambiente, pero si existen ambientalistas enemigos de la empresa privada.”

El exdiputado condenado por el delito de falsedad ideológica, Otto Guevara; el pastor evangélico ultraconservador Fabricio Alvarado y hasta el gremio sindical de los empresarios la UCCAEP, se han puesto a repetir esta frase difamatoria que ofende a cualquier persona que se precie de amar la naturaleza y protegerla.

Estos señores ofenden a buena parte de una población nacional que identifica con el cuido de los ecosistemas. Dichosamente la opinión pública está de nuestro lado. En mayo del 2021 una encuesta de opinión sobre la percepción de las instituciones en el país, elaborado por el Centro de Investigaciones y Estudios Políticos de la Universidad de Costa Rica, revelaba que las organizaciones ecologistas estamos entre las instituciones con más respaldo por parte la población costarricense.

Muy a pesar de lo que dice el señor ministro entrante, ningún ambientalista ha sido condenado por “ser enemigo de las empresas”. Lo que en realidad si existen son empresas condenadas judicialmente por contaminación, deforestación, por invasiones de Áreas Silvestres Protegidas, por secar y desaparecer humedales, por tráfico de vida silvestre, por desviar causes de ríos o quebradas, etc. Incluso hay evidencia de que la empresas piñeras deforestaron casi 6.000 hectáreas con total impunidad y hasta la fecha no existe un proceso judicial en su contra y así incontables delitos haciendo fila en los tribuales de justicia de este país aún sin procesar.

Las organizaciones ambientales sabemos que lo que significa las palabras del ministro entrante Tattenbach. Este gobierno propiciará un clima de impunidad para los delitos ambiental de las empresas y persecución para defensoras y defensores ambientales. Alertamos a todo el país de esto.

El abogado ambientalista Alvaro Sagot en redes sociales ha reaccionado señalando varias interrogantes al respecto que compartimos 1) ¿En general hay ambientalistas enemigos del sector privado o ambientalistas enemigos del sector privado que genera daños ambientales? 2) ¿Estará el nuevo ministro avalando y motivando un enfrentamiento? 3) ¿El Estado no es quién debe ser el primero en enfrentar fuertemente, por disposición legal, a las empresas que generan daños ambientales? Finalmente: 4) ¿Sería el Estado enemigo del sector privado por tratar de aplicar las normas ambientales, que por cierto son las mismas que utilizan los grupos ambientalistas?

El ambientalismo del gobierno profundiza las crisis

COECOCeiba – Amigos de la Tierra CR

Este es un primer artículo de tres que analiza la actual coyuntura. En este primer artículo, daremos nuestra visión de qué tipo de gestión ambiental plantea el actual gobierno. En un segundo artículo, analizaremos algunas de las propuestas y políticas que el gobierno ha seguido o puesto en práctica. Finalmente, el tercer artículo hablará de soluciones reales a las crisis.

Costa Rica está viviendo una crisis profunda en la actualidad. El COVID 19 aceleró condiciones para que esa crisis se manifieste con la gravedad con que hoy la vivimos: una cuarta parte del país en condiciones de pobreza, las tasas de desempleo más altas de las últimas décadas, la situación fiscal, una violencia estructural cada vez más fuerte, son solo ejemplos que muestran que es necesario un cambio de sistema.

Lo ambiental no es ajeno a esta crisis: invasión de monocultivos en áreas protegidas, debilitamiento de la legislación y políticas ambientales, grave erosión y retroceso de espacios de participación ciudadana, criminalización de quienes defienden el ambiente, grave retroceso en derechos (de Pueblos Indígenas, de comunidades locales, del público en general) y el aumento de recetas que son presentadas como soluciones a las crisis, pero más bien profundizan sus causas. El cambio de sistema es más que necesario, de lo contrario la realidad que nos tocará enfrentar será más dura de la que estamos empezando a vivir hoy.

El COVID 19 a su vez, ha permitido que distintos actores, se refieran a dos realidades: la vieja que ha creado pobreza, grandes desigualdades, una enorme inequidad y un gran deterioro y destrucción ambiental. Y una nueva, que a todas luces debe ser distinta. Eso sí, en Costa Rica no se ha promovido un debate con amplia participación de todos los sectores, con relación a cuál debe ser esa nueva realidad.

El presidente Carlos Alvarado ha dicho que hay que “incorporar la protección de la naturaleza como centro de las decisiones comerciales y financieras para enfrentar la crisis que ha generado en el mundo el COVID-19 (…) En ese contexto, sostiene que la pandemia es una oportunidad para cambiar la forma en que comemos, vivimos, crecemos, construimos y potenciamos nuestras vidas para lograr una economía sana y resiliente, baja en emisiones de carbono y «positiva para la naturaleza» y detener así la crisis que se generará por la pérdida de biodiversidad para el año 2030.” (1)

La intención puede parecernos positiva: si el sistema de desarrollo dominante ha destruido la naturaleza y ha provocado la enorme crisis que vivimos, nada es más necesario que adoptar enfoques distintos que superen ese modelo y nos lleve a construir mejores condiciones de vida dejando de lado la destrucción y deterioro de la naturaleza. Es necesario un cambio de sistema. Sin embargo, debemos preguntarnos ¿será esa nueva realidad distinta a la vieja realidad?, ¿en qué lo será?, es cierto que hay que proteger la naturaleza, pero ¿para qué?, ¿quién lo hará y cómo tomará las decisiones?, ¿estaremos frente a un cambio de sistema promovido desde el gobierno?

Las declaraciones citadas líneas arriba del Presidente Alvarado nos da pistas de hacia donde él, su gobierno y sus socios nacionales e internacionales se dirigen. El Presidente Alvarado, dijo lo que señalamos líneas arriba en su condición de co-presidente de la comunidad Champions for Nature. Lo dijo además, durante la conferencia virtual del Foro Económico Mundial (que lanzó en esa misma reunión, el Nuevo Informe de Economía, el cual plantea Soluciones Basadas en la Naturaleza como motor de reactivación económica en el mundo) (2).

Para entender el carácter de esa intervención es importante recordar que el Foro Económico Mundial es lo que se conoce como el Foro de Davos. Este, es una reunión anual que se celebra en Suiza donde asisten las más grandes corporaciones, algunos presidentes y otros actores afines. Este Foro inició como reacción al Foro Social Mundial que se organizaba en Porto Alegre, Brasil como un encuentro anual de movimientos sociales a nivel global que se reunían para compartir, discutir y construir propuestas comunes en distintos niveles. Además, el Presidente Alvarado dio ese discurso no como un invitado más de ese foro corporativo, sino como presidente de Champions for Nature (3), una instancia del mismo Foro Económico Mundial donde Alvarado está en su presidencia (junto al presidente de Unilever y la subsecretaria del Programa Ambiental de Naciones Unidas). Es decir, Alvarado le estaba hablando a los de su casa que son quienes tienen una enorme responsabilidad en la creación de las causas que provocan la crisis que actualmente estamos viviendo.

Durante toda esta crisis, hemos visto cómo actúan los distintos actores. Las grandes corporaciones transnacionales -las mismas que van todos los años a la reunión del Foro Económico Mundial o Foro de Davos- siguen adueñándose de enormes cantidades de territorio para expandir el monocultivo, no han modificado en nada su forma de producción y más bien, utilizan falsas soluciones y promesas para expandir sus negocios (4). En Costa Rica hemos visto que el agronegocio sigue funcionando igual: en el monocultivo de piña, por ejemplo, en toda su cadena de producción, no solo se violentan derechos laborales, sino que se han convertido en foco de diseminación del COVID 19. Fomentan también la contaminación de acuíferos, invaden áreas de protección, fomentan el uso intensivo de plaguicidas, entre otros. Las amenazas al ambiente van más allá, se busca abrir legislación para volver a actividades altamente contaminantes como la minería de oro, la pesca de arrastre, la exploración y explotación petrolera mientras otra es debilitada. Y desde el gobierno, se continúa con la promoción de medidas y políticas neoliberales que impactan negativamente al país. Por lo tanto, esperar que las palabras del Presidente Alvarado, que inicialmente pueden sonar bien, conlleven un cambio de sistema o al menos, un inicio para construir cambios estructurales, es una ilusión irreal. Es claro que los discursos que desde el gobierno costarricense dicen que es necesaria una nueva realidad, lo que vienen a hacer es profundizar aún más el modelo de desarrollo vigente. Así, la crisis ambiental, se convierte en una oportunidad para que políticas oficiales, brinden mayores oportunidades y beneficios a quienes han venido destruyendo el ambiente.

[1]El País, 15 de julio del 2020: http://www.elpais.cr/2020/07/15/costa-rica-propone-incluir-a-la-naturaleza-como-eje-de-decisiones-economicas-frente-a-la-pandemia/

[2]En el segundo artículo de esta serie, analizaremos las soluciones basadas en la naturaleza.

[3]https://www.weforum.org/communities/champions-for-nature

[4]En el segundo artículo de esta serie, nos referiremos a las mismas.

Actualización sobre huelga de hambre contra pesca de arrastre

Comunicado

28 de octubre 2020, 3:00 pm

A esa hora se habían cumplido 117 horas desde el inicio de la huelga de hambre por parte de dos mujeres jóvenes, Ana María y Melissa, el pasado viernes 23 de octubre, para exigir que el presidente de la República vete la ley que abre el portillo a la reactivación de la pesca de arrastre en Costa Rica, aprobado en segundo debate la semana pasada.

Las huelguistas se encuentran estables de salud y han estado acompañadas por otras personas manifestantes durante todas las horas de huelga.

Por parte del gobierno no ha existido ningún acercamiento a las huelguistas ni se ha propiciado ningún tipo de diálogo. La única respuesta estatal hasta el momento ha sido la presencia policial constante.

El día de ayer el presidente recibió oficialmente el documento de la ley, por lo que a partir de hoy comienza a regir el plazo para que la vete o la firme. Por ello, desde la huelga de hambre se reafirma la exigencia a vetarla, a sabiendas de los graves impactos ambientales y sociales que la pesca de arrastre puede traer al país, como lo demuestran numerosos estudios científicos. Incluso el día de ayer 30 municipalidades se pronunciaron en contra de esta práctica, en las provincias de Guanacaste, Heredia. San José y Cartago.

Carlos Alvarado: ¡Vete la ley! Más información: 8488 0832 / 8721-3412

Nosotros no somos el virus

Sebastián Solís Vargas *

Yo me considero un ambientalista, pero a veces pienso en que quizá esa palabra no es percibida de la misma manera por todos. Aunque la palabra hace pensar en alguien que se preocupa por el medio ambiente, la definición que yo le doy no acaba ahí. Quiero aprovechar este medio para explicar mis pensamientos respecto a esa palabra tan importante para mí y de paso exponer por qué creo que algunas personas tienen un concepto totalmente equivocado sobre el ambientalismo.

Es una creencia popular que el ser humano es un ser “ajeno” a la naturaleza, un ser superior a la misma, tanto así que para muchos es difícil concebir la idea de que pertenecemos el reino animal. En parte es por eso que durante las últimas generaciones han ocurrido las conocidas revoluciones industriales, las cuales han llevado a la humanidad a explotar la naturaleza de una manera nunca antes imaginada. Por el contrario, la generación actual ha promovido la creencia de que el ser humano SÍ es parte de la naturaleza y no un ente ajeno y superior, por lo que dependemos de ella y debemos cuidarla. A simple vista parece que el ambientalismo se apega a la segunda creencia. De hecho, creo que muchos ambientalistas piensan así. Sin embargo, mi posición se aproxima más a la primera forma de pensar. El propósito de los próximos párrafos es explicar esta supuesta contradicción.

Un ejemplo del choque de creencias que mencioné se ha hecho manifiesto durante la actual cuarentena ocasionada por el virus COVID-19. Mientras que las actividades humanas han sido frenadas por primera vez en décadas, la naturaleza parece empezar a resurgir en lugares antes afectados por la contaminación y de igual manera empiezan a surgir publicaciones en redes sociales con la frase “Nosotros somos el virus”. De aquí emerge el título de esta publicación. Después de analizar esta frase durante mis días de cuarentena fue que llegué a comprender mejor cuál es mi posición al respecto.

Si la crisis climática empeorara lo suficiente como para causar la extinción de la humanidad, e incluso la de la mayoría de las especies existentes, eso no significa que sea el fin de la naturaleza. Te aseguro que ella tarde o temprano se recuperará, y seguirá adelante sin importarle que existamos o no. Te lo puedo asegurar porque la Tierra ya ha pasado por eventos similares en el pasado. Nosotros las conocemos como “Las cinco extinciones masivas”.

Cinco. Durante la historia de nuestro planeta han sido cinco las ocasiones en las que la naturaleza pareció estar al borde de la muerte.1 Y aun así, la naturaleza se ha levantado, lo suficientemente fuerte como para dar lugar al planeta hermoso, verde y lleno de vida que conocemos. Por eso pienso que la naturaleza no necesita a alguien que la defienda de los humanos. “Nosotros NO somos el virus”. Somos nosotros los que deberíamos tener cuidado. Esto NO es una guerra entre la naturaleza y la humanidad, como normalmente se nos hace creer.

Yo no soy ambientalista simplemente porque quiero que la naturaleza prospere.

Yo soy ambientalista porque quiero que la humanidad prospere.

Definitivamente es cierto que la humanidad depende de la naturaleza para existir.

Sin ella no tendríamos fuente de alimento, de agua, de aire, de paisajes hermosos, ni siquiera del suelo en el que ponemos nuestras casas. Y aunque esto nos hace parecer que estamos totalmente a la merced de los caprichos de la naturaleza, yo sí pienso que el ser humano es un ser superior a la naturaleza—o más bien, tiene el potencial de serlo.

Comprender las causas de una extinción masiva es muy complicado, porque hay muchos factores involucrados, todos cambiando al mismo tiempo. No es para nada como un experimento de laboratorio, en el cual solo se modifica una variable mientras que las otras se mantienen constantes.2 Más bien, es una maraña de elementos interconectados que ninguno de sus espectadores, como reptiles, plantas y anfibios prehistóricos, podría haber siquiera comprendido; mucho menos hacer algo para evitarlo.

Pero nosotros somos diferentes. Desde 1886 la humanidad descifró el cambio climático3: desde entonces hemos descubierto que la quema de combustibles fósiles libera un gas invisible que favorece al incremento de la temperatura global y que han ocurrido eventos muy similares en el pasado—sí, también como parte de las extinciones masivas2.

Somos la primera especie con el súper poder de predecir el futuro de esa manera. Los millones de especies afectadas por estos eventos estarían increíblemente celosos.

A pesar de tener ese poder colectivo tan útil, creo que no es suficiente para hacernos llamar “seres superiores a la naturaleza”. Pues, por el momento seguimos actuando como si nada pasara, igual que las víctimas de las antiguas extinciones: a pesar de estar en medio de una crisis global, no tenían idea de lo que pasaba, y simplemente continuaron sus actividades rutinarias. Ya fuese cazar insectos, hacer fotosíntesis o tomar el sol, no podían hacer nada para salvarse. Si realmente queremos hacernos llamar seres superiores a la naturaleza, hay que demostrarlo dándole la vuelta a esta crisis. Solucionarla es nuestro examen de graduación.

Las corporaciones y gobiernos obsesionados con el crecimiento económico continúan destruyendo el medio ambiente porque creen que explotar a la naturaleza demuestra cuán poderosos son4, cuando en realidad solo demuestra que actúan como cualquier otro ser vivo sin capacidad de razonamiento. Si de verdad queremos demostrar lo poderosos que somos, ¿qué mejor manera de hacerlo que actuar para evitar la sexta extinción masiva? Ese sería un logro del que sí nos podríamos sentir orgullosos como especie. La frase “Nosotros somos el virus”, lejos de sonar como algo que un ambientalista diría, sirve como una excusa para no enfrentar a la crisis climática. Se traduce a algo como “Si nosotros somos el virus, entonces es mejor que nos extingamos. Así ya no causaremos más problemas”. Suena como algo que diría alguien que ya se rindió y está dispuesto a no hacer nada, y a morir a manos de la crisis climática. Esto NO es ambientalismo. Es exactamente lo contrario.

Yo me considero un ambientalista. Pero es posible que la palabra que más se ajuste a mi forma de pensar y actuar sea “humanista”. Porque nosotros no abogamos simplemente por el bienestar del medio ambiente. Abogamos por el bienestar de la humanidad misma.

Nosotros no somos el virus. Somos mucho más valiosos que eso, y llegó el momento de demostrarlo.

Referencias

1. Taylor, Paul D. Extinctions in the History of Life. Londres: Cambridge University Press, 2004.
2. Weart, Spencer R. The Discovery of Global Warming. Londres: Harvard University Press, 2004.
3. Wignall, A. Hallam & P.B. Mass Extinctions and Their Aftermath. Nueva York: Oxford University Press, 1997.
4. Evans, Malcolm D. Whitehead and Philosophy of Education: The Seamless Coat of Learning. Amsterdam : Rodopi, 1998.

* Integrante de Fridays For Future Costa Rica