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Etiqueta: arma política

USAID: Cuando la ayuda se convierte en arma política

Mauricio Ramírez Núñez.

Mauricio Ramírez Núñez
Académico

La Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) se ha vendido durante décadas como un pilar del compromiso estadounidense con la democracia, los derechos humanos y el desarrollo global. Sin embargo, recientes revelaciones han destapado la verdadera naturaleza de esta organización: un instrumento geopolítico al servicio de los intereses de Washington, más preocupado por financiar propaganda, desestabilizar gobiernos no alineados y sostener su hegemonía, que por cumplir su misión humanitaria.

El presidente Donald Trump ha denunciado que USAID desvió «miles de millones de dólares» hacia medios de comunicación como The New York Times y Politico para asegurar una cobertura favorable al Partido Demócrata y su ideología woke. Esto sugiere que fondos destinados al desarrollo internacional han sido utilizados como herramienta de manipulación política dentro de EE.UU., comprometiendo la credibilidad del periodismo y la transparencia gubernamental. ¿Cómo puede una agencia que se autodenomina promotora de la libertad de prensa justificar semejante injerencia? Cualquier parecido con 1984 de Orwell es mera coincidencia.

Este no es un caso aislado. En otras regiones, USAID ha sido acusada de financiar medios de comunicación alineados con los intereses de EE.UU., usando el discurso de la libertad de expresión para impulsar narrativas favorables a su agenda geopolítica mientras socava a gobiernos no alineados.

Más grave aún es el papel de USAID en la desestabilización de gobiernos que no se someten a la línea de Washington. A través de la financiación de ONGs, movimientos opositores y proyectos «pro-democracia», la agencia ha respaldado intentos de golpe de Estado y procesos de cambio de régimen en América Latina, África y Oriente Medio.

Ejemplos recientes han demostrado que USAID canaliza fondos hacia grupos opositores en países con gobiernos soberanos que buscan diversificar sus relaciones internacionales, particularmente aquellos que fortalecen lazos con China o Rusia. En lugar de actuar como un ente neutral de ayuda, la agencia se convierte en un instrumento de presión política.

En Oriente Medio, USAID ha sido vinculada al financiamiento de grupos armados que, lejos de promover la democracia, han contribuido al caos y la violencia en la región. El financiamiento a supuestas ONGs con nexos terroristas pone en entredicho cualquier pretensión humanitaria de la agencia. Todos los documentos sacados a la luz por la administración Trump así lo demuestran.

USAID opera bajo la premisa de que su misión es expandir los valores democráticos. Vaya hipocresía y doble discurso, ya que su historial demuestra lo contrario: financiamiento a medios para controlar la narrativa, apoyo a oposiciones serviles a los intereses estadounidenses y desestabilización de gobiernos legítimos.

Si realmente promoviera la democracia, USAID respetaría la autodeterminación de los pueblos y dejaría de ser una herramienta de injerencia. Si realmente defendiera los derechos humanos, no financiaría regímenes y movimientos que han cometido atrocidades en nombre de la «libertad». Todo esto solo demuestra lo que muchos hemos venido diciendo por años sobre este tipo de organizaciones y sus supuestos fines “humanitarios” y “neutrales”.

Las recientes denuncias sobre el uso de fondos de USAID serán investigadas con rigor por el gobierno estadounidense. El mundo entero necesita transparencia en el manejo de los recursos de esta agencia y, más importante aún, un replanteamiento sobre su verdadero papel en el escenario internacional.

El hecho de que Trump haya puesto todo esto al descubierto tampoco es garantía de que estas prácticas vayan a cesar. La injerencia y el financiamiento encubierto de oposiciones es parte del ADN de la política exterior de EE.UU., sin importar quién esté en la Casa Blanca. Más que un cierre de capítulo, estas revelaciones son un llamado de atención para preguntarnos por dónde ejercerán ahora su presión contra los países débiles, qué nuevas estrategias diseñarán y cuál será el próximo frente de batalla en su agenda hegemonista.

Los países que han recibido fondos de USAID deben preguntarse: ¿realmente es ayuda o es una forma de control? La democracia y los derechos humanos no pueden ser una excusa para la intervención extranjera. Es hora de poner un alto a la manipulación encubierta y exigir que la cooperación internacional se base en el respeto y la soberanía de los pueblos, no en agendas ocultas que solo favorecen a los intereses hegemónicos de una potencia.

La Oposición en Venezuela utiliza la Vacuna de AstraZeneca como Arma Política

Lic. José A. Amesty R.

En estos momentos, la vacuna llamada AstraZeneca ha sido suspendida por varios países de Europa principalmente, así como otros países del mundo, después de reportes de posibles efectos secundarios graves y por las complicaciones que se han presentado a quienes han sido vacunados.

La principal preocupación de estos países se basa en los informes de que algunas personas vacunadas con el antídoto, creado por la farmacéutica AstraZeneca y la Universidad de Oxford, desarrollaron coágulos sanguíneos, sangrado, nivel bajo de las plaquetas.

La suspensión es hasta que la Agencia Europea de Medicamentos, investigue sobre los efectos secundarios sospechosos. No obstante, recientemente la Agencia Europea de Medicamentos (EMA, por sus siglas en inglés) informó de una posible relación entre la vacuna de COVID-19 de AstraZeneca, y unos pocos casos de coagulación de la sangre registrados en adultos que habían recibido la inyección.

Lo cierto es que la Agencia Europea de Medicamentos EMA, aunque afirma que más son los beneficios de la vacuna, y que seguirán investigando, quedan las sospechas e incertidumbres, y varios países están siendo cautelosos y esperan los últimos resultados.

Al margen de los resultados finales en esta diatriba, deseamos señalar cómo la oposición en Venezuela, en contra del gobierno legítimo de Nicolás Maduro y la Revolución Bolivariana, están utilizando esta situación como arma política, veamos…

Primero, ya sabemos que Juan Guaidó con el dinero robado a Venezuela, supuestamente financió la compra de la vacuna AstraZeneca. ¿Con qué intención?

Segundo, la oposición venezolana ha desatado una campaña psicológica y por redes sociales, a favor de la vacuna de AstraZeneca, para que a cualquier lugar la vacuna sea utilizada en Venezuela. ¿Con que intención?

Tercero, la campaña es: “dejen entrar las vacunas”, “el régimen no quiere que te vacunes”, “la elite chavista ya se vacunó”. Esta es la prueba contundente de las malas intenciones de la oposición venezolana, al desear la vacuna de AstraZeneca.

Cuarto, la farmacéutica inglesa-sueca que produce la vacuna llamada AstraZeneca, mantiene un prontuario de irregularidades y fraudes en las últimas dos décadas, cuyo proceder es muy oscuro.

Quinto, se agrega que el mecanismo Covax, el cual busca garantizar vacunas de manera equitativa para todos los países, principalmente los que tienen dificultades financieras, ha sido criticado, ya que solo tiene relaciones con las farmacéuticas occidentales, atraídas por el mercado que asegura la pandemia en términos de salud e investigación científica.

Sexto, además ya desde noviembre del 2020, según estudios de la Universidad Británica de Oxford y la Farmacéutica AstraZeneca, la vacuna desarrollada previene el Covid-19 en un 70,4% de los casos, indicaron resultados preliminares difundidos.

Estos datos contrastan con la efectividad del 95% mostrada por las vacunas producidas por las compañías Pfizer y Moderna. Asimismo, la Sputnik V, arroja una efectividad del 92%.

Con los anteriores puntos y las interrogantes planteadas, es evidente que estamos ante la más cruel y bárbara utilización de la pandemia y el uso de la vacuna de AstraZeneca, para que a toda costa, la oposición tome nuevamente el poder en Venezuela.

No les importa si la vacuna tiene efectos negativos o cause males de muerte. No les importa las múltiples denuncias contra la vacuna. No les importa hacer negocios con farmacéuticas mercantilistas e inhumanas, que solo les interesa la ganancia de dinero como sea.

Lo que les importa a la oposición venezolana, es erradicar la Revolución Bolivariana, llevándose a rastras a cualquier cantidad de venezolanos y venezolanas. Realmente es una actitud miserable y ruin, que será escrita en la historia de Venezuela, como la más despiadada, inhumana e inverosímil.

Aquí la salud es concebida como mercancía, y se encubre la empresa como parte del gran capital farmacéutico global, llamado la Big Pharma.

Por supuesto, Guaidó plantea de forma hipócrita y cínica que es el gobierno bolivariano quien está politizando el tema señalando “primero es la salud del pueblo”, la adquisición de la vacuna es “un paso importante para en los próximos meses hacerle frente al Covid-19. Una vacuna a través del mecanismo Covax, confiable, que podrá atender a seis millones de venezolanos y así brindar una solución a los más vulnerables en medio de esta pandemia”.

Entonces, la intención de presionar para la compra y el uso de las dosis de AstraZeneca, por parte del antichavismo, es de daño humanitario a los venezolanos, al parecer una nueva táctica de Guaidó, para sus fines políticos, en concordancia con el mecanismo Covax instrumento de confusión y agresión a Venezuela.

Para las pantallas internacionales, se entiende que el gobierno de Maduro no aprueba el uso del producto de AstraZeneca por indolencia y “control social” desde una posición dictatorial, cuando la decisión obedece a razones empíricamente científicas, y no se le puede imponer al país por la vía de la presión mediática, una vacuna que está siendo cuestionada por muchos otros Estados en el mundo.

Otros datos sobre AstraZeneca:

  1. Al inicio de la pandemia, ésta se benefició de un laboratorio financiado por el gobierno británico, en la universidad pública de Oxford, para generar una vacuna de acceso libre sin patente y con precios bajos garantizados.
  2. La economista india Jayati Ghosh, cuenta cómo se desarrolló la vacuna de AstraZeneca: La vacuna fue desarrollada en su totalidad por un laboratorio financiado con fondos públicos de la Universidad de Oxford. El modelo de distribución original era para una plataforma de licencia abierta, diseñada para que la vacuna estuviera disponible gratuitamente para cualquier fabricante. Sin embargo, la Fundación Gates, que tenía influencia porque había donado 750 millones de dólares a Oxford para el desarrollo de vacunas, persuadió a la universidad de cambiar de rumbo por completo y firmar “un acuerdo exclusivo de vacunación con AstraZeneca que le otorgaba al gigante farmacéutico los derechos exclusivos y ninguna garantía de precios bajos».

Oxford y AstraZeneca prometieron no obtener ganancias con la venta de la vacuna, pero los detalles se dejaron difusos. Si bien Oxford no recibirá regalías durante la pandemia, posteriormente podría beneficiarse de patentes, incluidas las de Vaccitech, una empresa derivada con fines de lucro.

Mientras tanto, AstraZeneca está cobrando precios diferenciales por sus vacunas enviadas a diferentes países, y algunos países más pobres pagan tarifas más altas. La Unión Europea paga $3,50 por dosis, mientras que Bangladesh paga $4 y Sudáfrica hasta $5,25.

¿Todo lo relatado por Ghosh no suena más bien a estafa?

  1. Y sin embargo es curioso que el fraude haya sido una constante de AstraZeneca, no solo durante estos meses pandémicos, en los que esta empresa se ha visto inmersa en escándalos de corrupta transparencia en los contratos firmados con la Comisión Europea y sobre el retraso y la cantidad de las dosis acordadas con cada país, también en otros periodos de la historia la farmacéutica anglosuiza ha estado en cortes estadounidenses y europeas procesada por delitos más o menos relacionados con lo reseñado.
  2. Una breve búsqueda en la web da cuenta de que en 2003, 2010, 2014, 2018 y 2020 la empresa AstraZeneca, ha tenido que pagar cientos de millones de dólares por casos de fraude, en las que sucesivamente sus representantes han tenido que aceptar la culpabilidad de las causas o han sido hallados culpables en juicio procesal.
  3. Así que no sería la primera vez en que el currículo de esta empresa, se ha visto manchado ante la opinión pública, la impunidad sobre estas farmacéuticas impera como un dogma religioso y seguirán mermando los intereses de la población pobre global, con el ojo puesto sobre el drama lucrativo que inyecta un mercado tan grande como la tragedia pandémica que vivimos.