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Etiqueta: arquitectura

UCR. Proyecto Arquiwood impulsa la apropiación de los espacios públicos

En la foto se aprecia el proyecto “MAD-ERA, una estructura efímera en madera para potenciar espacio público parque central de Moravia, foto cortesía Arquiwood.

Estudiantes y docentes de la UCR usan la madera para embellecer el parque Central de Moravia

Las personas de la comunidad de Moravia disfrutan ahora de una obra efímera denominada “MAD-ERA”, que se localiza en el parque central del cantón, gracias al arduo trabajo de estudiantes y docentes del proyecto Arquiwood de la Escuela de Arquitectura la Universidad de Costa Rica.

Se trata de la sexta edición de este proyecto, mediante el cual, el conocimiento generado en las aulas universitarias se pone al servicio de las comunidades, en este caso, del cantón de Moravia, con la creación de una estructura simbólica y artística que impulsa la apropiación y disfrute del espacio público.

El proyecto Arquiwood tiene como objetivo ofrecer a estudiantes y docentes de diferentes carreras de la UCR y al público en general un acercamiento técnico a los procesos de diseño y fabricación con madera, desde un enfoque participativo y en beneficio de las comunidades.

Para conseguir este objetivo, los participantes del proyecto realizan giras y reciben talleres y capacitaciones sobre temas como: gestión responsable de la madera, sensibilización sobre el uso de la madera en expresiones de diseño y construcción, experimentación sobre diferentes técnicas y herramientas para el trabajo con madera y otros materiales, desafíos del diseño, y trabajo colaborativo y pensamiento crítico

Estudiantes de Arquiwood realizaron una gira de campo a la plantación de madera de la empresa Maderas Cultivadas en donde conocieron más sobre el proceso de producción de la madera, foto cortesía Arquiwood.

Según el Arq. José David Cubero, coordinador de la iniciativa, este 2024 las personas participantes del taller tuvieron la oportunidad de conocer todo sobre la madera, desde un enfoque ecológico, conociendo desde su origen y plantación, el proceso industrial para obtener las piezas, hasta el impacto ambiental que se genera su producción, esto gracias a la gira de campo realizada con el Ing. Ignacio Rodríguez Varela a las plantaciones forestales de  Maderas Cultivadas en Costa Rica en la Zona norte del país.

Además la profesora Viviana Paniaga resaltó la importancia del diseño colaborativo: “La experiencia de este taller fue muy valiosa ya que se hace desde un enfoque participativo, en donde se parte de una necesidad a la cual hay que darle una solución, entonces la idea es que cada estudiante haga su propuesta de acuerdo con la necesidad y materiales con los que se cuenta y las aplique en beneficio de la comunidad”.

Por su parte, la estudiante Natalie Morales dijo que el Arquiwood ofreció una experiencia de formación integral al fomentar el trabajo en equipo, y les permitió desarrollar habilidades colaborativas y fortalecer el aprendizaje a través de la cooperación entre los integrantes.

“Este proyecto amplió nuestro entendimiento sobre la madera como un material altamente sostenible, profundizando no sólo en sus usos, propiedades y beneficios ecológicos, sino también brindándonos la oportunidad de experimentar, de manera práctica, el proceso completo de creación de estructuras con este recurso. Como arquitecta en formación, esta experiencia me permitió aprender de manera directa sobre un material que, aunque históricamente poco utilizado debido a ciertos tabúes, está ganando popularidad por sus excepcionales cualidades. Además, complementó mis conocimientos teóricos con una valiosa experiencia práctica, al capacitarme en el uso de la maquinaria necesaria para trabajar la madera de manera eficiente. Esto me ha permitido explorar el material de forma creativa y funcional, ampliando mis posibilidades de diseño” explicó Morales.

La estructura MAD- ERA está ubicada en el parque central de Moravia, foto cortesía Arquiwood.

Por su parte el estudiante Pablo Aragonez destacó que “el desarrollo de estas actividades permiten a los estudiantes hacer un acercamiento a lo que es construir en la vida real, ya que se nos involucra en un proceso en el que se deben de enfrentar imprevistos y dar soluciones en el momento, además de que el proyecto desde inicio tenía una clara responsabilidad con la comunidad en el plazo de entrega y los materiales disponibles, por todas estas variables se vuelve una experiencia valiosa para nuestro futuro profesional.”

En esta edición de Arquiwood participaron un total de 17 personas estudiantes: Pablo Aragonez, Paola Rapso, Fernando Villar, Emilia Rojas, Oscar Gonzáles, Alejandro Roca, Sol Zuñiga, Gabriel Murillo, Wendy Ortiz, Héctor Gonzales, Natalie Morales, Carlos Rivera, Katalina Sánchez, Luis Madrigal, Yendri Quirós, Luyyan Blanco, Glenda Sánchez. Todos ellos bajo la dirección de los docentes: David Cubero Fernández y Viviana Paniagua Hernández de la Escuela de Arquitectura de la UCR.

El proyecto también contó con el apoyo de los asistentes: Esteban Lobo Quesada y Melanie Salazar Vargas, así como de Alejandra Hernández Novoa, Vicealcaldesa de Moravia, la Arq. Karina Aguilar Montero de la Municipalidad de Moravia, y del socio comercial, el Ing. Ignacio Rodríguez Varela de Maderas Cultivadas en Costa Rica.

En el marco de este proyecto, durante el mes de octubre se desarrollarán talleres en el parque central de Moravia sobre el uso de madera en el diseño y construcción de estructuras, así como otras actividades lúdicas, esto con el fin de motivar a la población a apropiarse del espacio público.

Estas actividades se llevarán a cabo el día sábado 26 de octubre y 2 de noviembre y son abiertas a todo público. Para más información puede escribir al correo: arqui.wood.ucr@gmail.com

Tatiana Carmona Rizo
Periodista, Oficina de Comunicación Institucional, UCR

Alfréd Hajós: natación y arquitectura

Gabe Abrahams

Alfréd Hajós nació en Budapest el 1 de febrero de 1878, en el seno de una familia judía con el nombre de Arnold Guttmann. Su padre fue Jakob Guttmann, un judío checo, y su madre Rosalia Löwy, una judía húngara. Tuvo cuatro hermanos.

Alfréd Hajós aprendió a nadar con su padre a la edad de cuatro años en una piscina construida a orillas del Danubio. Y, tras observar con 13 años cómo este se ahogaba, decidió que quería ser nadador profesional e inició sus entrenamientos para conseguirlo.

En 1895, con solo 17 años, Alfréd Hajós se proclamó Campeón de Europa de los 100 metros estilo libre. Y, un año más tarde, acudió a los Juegos Olímpicos de Atenas, compitió y triunfó. Alfréd Hajós, con solo 18 años, consiguió vencer en la prueba de los 100 metros estilo libre con un tiempo de 1 minuto y 22 segundos y en los 1.200 metros estilo libre con un registro de 18 minutos y 22 segundos. Una gloria olímpica temprana.

Antes de la prueba de los 1.200 metros, Hajós se cubrió el cuerpo con una capa de grasa de un centímetro de grosor para intentar atenuar el frío, pero a pesar de eso lo padeció con extrema dureza. Después de la prueba, reconoció que era tal el frío dentro del agua que hubiese preferido salirse de ella que ganar.

Alfréd Hajós fue el primer Campeón Olímpico de natación de la historia y el más joven de los campeones de los Juegos Olímpicos de Atenas de 1896.

Concluidos los Juegos de Atenas, Hajós revalidó su título europeo de 100 metros estilo libre y se dedicó a otros deportes como el atletismo y el fútbol con notable éxito. En 1898, se proclamó Campeón de Hungría de atletismo en las pruebas de 100 metros lisos, 400 metros vallas y lanzamiento de disco. Y, desde ese año hasta 1904, militó en el Budapesti Torna Club, equipo de fútbol con el que consiguió el título de la Liga de Fútbol de Hungría de los años 1901 y 1902. En 1906, en el ocaso de su carrera deportiva, Hajós también ejerció de seleccionador nacional de fútbol de Hungría.

Alfréd Hajós tuvo otra devoción fuera del deporte, la arquitectura. Se graduó en la Universidad Politécnica József de Budapest como arquitecto en 1899 y, de inmediato, se decantó por el estilo Art Nouveau o modernismo, aunque más tarde evolucionaría hacia otros estilos.

En 1910, año en el que junto a Vilma Blockner tuvo a su único hijo Endre, Alfréd Hajós diseñó la fábrica Dozzi József Szalamigyár Rt de Budapest. Y, en 1913, el Gimnasio Ján Francisci-Rimavský, situado en Levoča, actual Eslovaquia. Dos obras modernistas destacadas.

Ya en 1915, Alfréd Hajós diseñó el Grand Hotel Aranybika de Debrecen, Hungría, un edificio modernista extraordinario, en este caso con 192 habitaciones, cafés, restaurantes, spa, teatro y un salón ceremonial, junto a diversas estancias internas repletas de simbolismo.

En los años veinte, Alfréd Hajós firmó otras obras deportivas destacadas en Budapest como el Estadio Ferenc Szusza (1922), el Estadio Millenáris Sportpálya (1928) o el Estadio Nacional de Natación (1930), el cual actualmente lleva su nombre.

En 1924, Hajós presentó un diseño a la competición de arte que se organizó en los Juegos Olímpicos de París 1924 y consiguió la medalla de plata, en un concurso en el que el jurado no otorgó ninguna medalla de oro. Fue otro éxito en su trayectoria.

Tras unirse el gobierno húngaro a la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), la situación para los judíos húngaros se agravó y Hajós tuvo que limitar su actividad e, incluso, esconderse. Finalizada la guerra, la URSS ocupó el territorio de Hungría, estableciéndose la República Popular Húngara en 1949, y Hajós retomó su actividad como arquitecto. Pasó a ser el asesor técnico de la Oficina de Diseño para la Construcción de Edificios del nuevo Estado húngaro, participando en la reconstrucción de grandes edificios públicos. Fueron sus últimas grandes obras.

En 1953, el Comité Olímpico Internacional le otorgó a Alfréd Hajós el diploma al mérito olímpico. Y, a posteriori, los Hall of Fame de natación y de los deportistas judíos lo incorporaron en sus listas. Entre 1954 y 1955, Hajós escribió sus memorias, las cuales vieron la luz tras su muerte en 1956.

Al igual que otros atletas y campeones olímpicos como Thomas Green, Harold Abrahams o Ralph Metcalfe, Alfréd Hajós fue miembro de la masonería. Y, al igual que Abrahams, fue un converso al cristianismo.

Alfréd Hajós falleció en Budapest el 12 de noviembre de 1955, siendo enterrado en la tumba de la familia de su esposa del cementerio hebreo de la calle Cozma de Budapest, a pesar de su conversión al cristianismo. Su mujer Vilma Blockner le sobrevivió trece años.

El Estado comunista de la República Popular Húngara no se olvidó de Alfréd Hajós tras su fallecimiento. En 1966, el Ayuntamiento de Budapest le puso su nombre al paseo situado junto al Estadio Nacional de Natación. Y, en 1968, el Estado húngaro abrió el Museo de Educación Física en reconocimiento a Alfréd Hajós.

Alfréd Hajós dejó una huella imborrable con sus dos oros olímpicos en natación y los grandes edificios que construyó. El mundo del deporte y la arquitectura lo recuerdan, no lo han olvidado. Sus logros y sus obras son testigos de su excepcional talento.

La arquitectura bizantina y su influencia

Freddy Pacheco León

No ha de ser fácil, determinar con certeza incuestionable, cuando fue sustituido, un estilo arquitectónico antiquísimo, como el BIZANTINO, desarrollado desde la era del Imperio Bizantino, entre los siglos V y IX, con Bizancio como capital, luego Constantinopla y hoy Estambul, en Tiempos del Imperio Romano de Oriente, por otro que lo sustituyera, como parte de ese «flujo dinámico» propio de la historia de la Humanidad.

Y es que, igualmente, según el tiempo y el espacio, estilos arquitectónicos relevantes que gozaron de merecido auge, vieron nacer otros, que se nutrieron de ellos, pero con innovadores aportes, visiones y materiales.

Sucedió así, con la arquitectura bizantina, muy representada en admirables iglesias de Europa Oriental, como, ejemplarmente, las iglesias ortodoxas rusas.

Así, vemos como, al avanzar los siglos XIX y XX, por las nuevas tendencias, la arquitectura bizantina con inevitables variaciones es calificada por eruditos como arquitectura NEOBIZANTINA.

Un ejemplo muy admirado, formidable, es el de la Basílica del Sagrado Corazón de Montmartre, París, de 1923, donde deslumbran muy llamativos elementos orientales.

En Costa Rica, allá por 1912, un arquitecto catalán, Luis Llach Llagostera, ganó un concurso abierto para construir una importante iglesia costarricense. A su diseño él lo definió como estilo bizantino, aunque otros dicen que es neobizantino; algo que, para nosotros, ignorantes de tan atractivo tema, eso es secundario. Lo principal es, más bien, la sobriedad y belleza arquitectónica, que sobresale en su exterior e interior. Área interna, con bellas columnas y capillas, donde el color y la luz juegan un papel decorativo, místico, de valor espiritual, que invita a la oración y nos acerca a la Madre de Dios, pero que, quizá «por costumbre», no percibimos cuando visitamos la Basílica de Nuestra Señora de los Ángeles. Única, incomparable, de estilo bizantino o neobizantino…, no importa.

UCR: Estudio resalta la necesidad de fortalecer el sector vivienda en Costa Rica

En el 2020 el Gobierno entregó 12 870 bonos de vivienda, mientras que en el 2022 la cifra bajó a 8 500; se trata de la mayor reducción en los últimos 25 años. Foto Laura Rodríguez, UCR.

Se dan a conocer los resultados de un proyecto liderado por el Programa de Posgrado en Arquitectura de la UCR, y que integran la Fundación Gestionando Hábitat y el CFIA

Cada vez más viviendas necesitan mejoras; existe una reducción drástica en la cantidad de bonos de vivienda entregados; la falta de soluciones de vivienda para familias de nivel socioeconómico medio; y la urgente necesidad de reestructurar y modernizar el sector son parte de las situaciones reveladas en el informe: Balance y tendencias del sector vivienda 2022.

Este estudio se presentó el pasado lunes 28 de agosto en las instalaciones del Colegio Federado de Ingenieros y Arquitectos de Costa Rica (CFIA). Se trata de un informe que coordina el Programa de Posgrado en Arquitectura de la Universidad de Costa Rica (UCR), junto con la Fundación Gestionando Hábitat y el CFIA. Este es el tercer año consecutivo en que se realiza.

“Es de suma importancia que el país cuente con una radiografía periódica del sector vivienda y por eso nuestro compromiso es darle continuidad año con año, con el apoyo de nuestras y nuestros especialistas, organizaciones aliadas y patrocinadores”, explicó la directora del Posgrado de Arquitectura, Arq. Dania Chavarría Núñez.

“Debemos recordar que la vivienda es, para una importante cantidad de ciudadanos, la inversión más anhelada y el bien material que les propicia mejor calidad de vida, de ahí la importancia de trabajar de manera conjunta para atender esta necesidad”, indicó por su parte el Ing. Marco Antonio Zúñiga, presidente de la Junta Directiva General del CFIA.

Este informe consta de seis capítulos y fue elaborado por especialistas en temas como arquitectura, urbanismo, trabajo social, economía, geografía y sociología.

Una radiografía del sector vivienda 2022

El balance realizado para el año pasado da cuenta de un contexto económico mundial y nacional muy cambiante, con subidas y bajadas constantes en variables que afectan al sector vivienda como los intereses, la inflación y el tipo de cambio.

La cantidad de hogares que carecen de vivienda ha disminuido de 11,2% en 2020 a 9,5% en 2022, para un total de 11 437 casas que hacen falta. No obstante, la cantidad de viviendas que necesitan mejoras aumentó en más de 100 000 viviendas en tres años, pasando de 659 959 en 2020 a 760 170 en el 2022.

El déficit de vivienda disminuye en cantidad, pero no en calidad; además continúa existiendo la situación de que las familias con un ingreso aproximado entre los 320 mil y los 800 mil colones no cumplen con los requisitos para adquirir un crédito para una vivienda propia y adecuada, ni tampoco califican para obtener el bono de vivienda del artículo 59, que les ofrece una solución integral para terreno y edificación. Una población que sigue estando desatendida con el pasar de los años”, manifestó Franklin Solano, coordinador de investigación del Informe.

El informe tomó la opinión de un grupo de personas expertas que fungen o se han desempeñado como jerarcas del sector vivienda y ordenamiento territorial; especialistas de desarrollo urbano y del sector mutualista; personas investigadoras y docentes universitarias; y desarrolladoras de amplia experiencia en construcción de viviendas. Foto Laura Rodríguez, UCR.

Otro asunto que preocupa a las y los autores de este estudio es que desde el 2020 se ha dado una reducción drástica en la cantidad de bonos familiares de vivienda entregados, pasando de 12 870 bonos en 2020 a tan solo 8 500 en el 2022. Esa es la menor cantidad de bonos entregados en los últimos 25 años.

“La disminución en la cantidad de bonos familiares de vivienda entregados, no solo significa que miles de habitantes pierden la oportunidad de tener una vivienda adecuada y propia, sino que también impacta la salud de las familias y la macroeconomía del país”, expresó Minor Rodríguez, presidente de la Fundación Gestionando Hábitat.

Esta investigación representa una herramienta útil para mejorar la gestión del espacio público y el desarrollo urbano. Foto Karla Richmond, UCR.

“Se estima que por cada colón que el Estado invierte en un bono se producen 1,67 colones en los servicios ligados a la construcción de edificios residenciales, desde generación de empleo hasta compra de materiales, sin mencionar la devolución que se hace al mismo estado en materia de impuestos”, agregó Rodríguez.

“Estamos ante una problemática que se acrecienta y eso afecta el desarrollo de los habitantes y del país”, opinó al respecto el presidente de la Junta Directiva General del CFIA, Marco Antonio Zúñiga.

“El informe también es una oportunidad para mejorar la gestión del espacio público y el urbanismo, de manera que se impacte positivamente en el bienestar físico y mental de la población, sin dejar de lado el impacto responsable con el medio ambiente”, puntualizó este representante del CFIA.

Además de profundizar en otros importantes aspectos del sector como la construcción y el crédito para vivienda o el impacto que tiene el tener una residencia para la salud de las personas, el Informe hace un importante aporte a la realidad actual con un análisis de personas expertas y de gran experiencia en vivienda sobre la necesidad de reestructurar y modernizar el sector.

Algunas de las principales recomendaciones del estudio sobre cómo restructurar el sector vivienda son:

  • Existe coincidencia en la necesidad de reestructurar y modernizar el sistema para mejorar su eficiencia y eficacia.
  • Debe de haber un solo ente que dirija el sector vivienda, el hábitat y el ordenamiento territorial, pero fusionar MIVAH, INVU y BANHVI no es la solución más adecuada, pues agrupa instituciones de naturaleza jurídica distinta y puede tener roces constitucionales.
  • Se recomienda integrar solo MIVAH e INVU, bajo la ley de este último y que la Presidencia Ejecutiva del INVU, con rango de ministro, también sea la cabeza de la Junta Directiva del BANHVI para fortalecer el trabajo conjunto.
  • Es urgente contar con nuevas formas de financiamiento del sector para no depender solo del aporte estatal.

Este proyecto contó con el patrocinio de Hábitat para la Humanidad Internacional, CRDC Global, la Asociación Centroamericana para la Vivienda (ACENVI), Mucap Costa Rica, el Grupo Mutual Alajuela la Vivienda, y la firma consultora FCS Capital.

 

Carlos Quesada
Asesor en comunicación del Informe, UCR

UCR: Estudio resalta la necesidad de fortalecer el sector vivienda en Costa Rica

En el 2020 el Gobierno entregó 12 870 bonos de vivienda, mientras que en el 2022 la cifra bajó a 8 500; se trata de la mayor reducción en los últimos 25 años. Foto Laura Rodríguez, UCR

Se dan a conocer los resultados de un proyecto liderado por el Programa de Posgrado en Arquitectura de la UCR, y que integran la Fundación Gestionando Hábitat y el CFIA

Cada vez más viviendas necesitan mejoras; existe una reducción drástica en la cantidad de bonos de vivienda entregados; la falta de soluciones de vivienda para familias de nivel socioeconómico medio; y la urgente necesidad de reestructurar y modernizar el sector son parte de las situaciones reveladas en el informe: Balance y tendencias del sector vivienda 2022.

Este estudio se presentó el pasado lunes 28 de agosto en las instalaciones del Colegio Federado de Ingenieros y Arquitectos de Costa Rica (CFIA). Se trata de un informe que coordina el Programa de Posgrado en Arquitectura de la Universidad de Costa Rica (UCR), junto con la Fundación Gestionando Hábitat y el CFIA. Este es el tercer año consecutivo en que se realiza.

“Es de suma importancia que el país cuente con una radiografía periódica del sector vivienda y por eso nuestro compromiso es darle continuidad año con año, con el apoyo de nuestras y nuestros especialistas, organizaciones aliadas y patrocinadores”, explicó la directora del Posgrado de Arquitectura, Arq. Dania Chavarría Núñez.

“Debemos recordar que la vivienda es, para una importante cantidad de ciudadanos, la inversión más anhelada y el bien material que les propicia mejor calidad de vida, de ahí la importancia de trabajar de manera conjunta para atender esta necesidad”, indicó por su parte el Ing. Marco Antonio Zúñiga, presidente de la Junta Directiva General del CFIA.

Este informe consta de seis capítulos y fue elaborado por especialistas en temas como arquitectura, urbanismo, trabajo social, economía, geografía y sociología.

Una radiografía del sector vivienda 2022

El balance realizado para el año pasado da cuenta de un contexto económico mundial y nacional muy cambiante, con subidas y bajadas constantes en variables que afectan al sector vivienda como los intereses, la inflación y el tipo de cambio.

La cantidad de hogares que carecen de vivienda ha disminuido de 11,2% en 2020 a 9,5% en 2022, para un total de 11 437 casas que hacen falta. No obstante, la cantidad de viviendas que necesitan mejoras aumentó en más de 100 000 viviendas en tres años, pasando de 659 959 en 2020 a 760 170 en el 2022.

El déficit de vivienda disminuye en cantidad, pero no en calidad; además continúa existiendo la situación de que las familias con un ingreso aproximado entre los 320 mil y los 800 mil colones no cumplen con los requisitos para adquirir un crédito para una vivienda propia y adecuada, ni tampoco califican para obtener el bono de vivienda del artículo 59, que les ofrece una solución integral para terreno y edificación. Una población que sigue estando desatendida con el pasar de los años”, manifestó Franklin Solano, coordinador de investigación del Informe.

El informe tomó la opinión de un grupo de personas expertas que fungen o se han desempeñado como jerarcas del sector vivienda y ordenamiento territorial; especialistas de desarrollo urbano y del sector mutualista; personas investigadoras y docentes universitarias; y desarrolladoras de amplia experiencia en construcción de viviendas. Foto Laura Rodríguez, UCR

Otro asunto que preocupa a las y los autores de este estudio es que desde el 2020 se ha dado una reducción drástica en la cantidad de bonos familiares de vivienda entregados, pasando de 12 870 bonos en 2020 a tan solo 8 500 en el 2022. Esa es la menor cantidad de bonos entregados en los últimos 25 años.

“La disminución en la cantidad de bonos familiares de vivienda entregados, no solo significa que miles de habitantes pierden la oportunidad de tener una vivienda adecuada y propia, sino que también impacta la salud de las familias y la macroeconomía del país”, expresó Minor Rodríguez, presidente de la Fundación Gestionando Hábitat.

Esta investigación representa una herramienta útil para mejorar la gestión del espacio público y el desarrollo urbano. Foto Karla Richmond, UCR

“Se estima que por cada colón que el Estado invierte en un bono se producen 1,67 colones en los servicios ligados a la construcción de edificios residenciales, desde generación de empleo hasta compra de materiales, sin mencionar la devolución que se hace al mismo estado en materia de impuestos”, agregó Rodríguez.

“Estamos ante una problemática que se acrecienta y eso afecta el desarrollo de los habitantes y del país”, opinó al respecto el presidente de la Junta Directiva General del CFIA, Marco Antonio Zúñiga.

“El informe también es una oportunidad para mejorar la gestión del espacio público y el urbanismo, de manera que se impacte positivamente en el bienestar físico y mental de la población, sin dejar de lado el impacto responsable con el medio ambiente”, puntualizó este representante del CFIA.

Además de profundizar en otros importantes aspectos del sector como la construcción y el crédito para vivienda o el impacto que tiene el tener una residencia para la salud de las personas, el Informe hace un importante aporte a la realidad actual con un análisis de personas expertas y de gran experiencia en vivienda sobre la necesidad de reestructurar y modernizar el sector.

Algunas de las principales recomendaciones del estudio sobre cómo restructurar el sector vivienda son:

  • Existe coincidencia en la necesidad de reestructurar y modernizar el sistema para mejorar su eficiencia y eficacia.
  • Debe de haber un solo ente que dirija el sector vivienda, el hábitat y el ordenamiento territorial, pero fusionar MIVAH, INVU y BANHVI no es la solución más adecuada, pues agrupa instituciones de naturaleza jurídica distinta y puede tener roces constitucionales.
  • Se recomienda integrar solo MIVAH e INVU, bajo la ley de este último y que la Presidencia Ejecutiva del INVU, con rango de ministro, también sea la cabeza de la Junta Directiva del BANHVI para fortalecer el trabajo conjunto.
  • Es urgente contar con nuevas formas de financiamiento del sector para no depender solo del aporte estatal.

Este proyecto contó con el patrocinio de Hábitat para la Humanidad Internacional, CRDC Global, la Asociación Centroamericana para la Vivienda (ACENVI), Mucap Costa Rica, el Grupo Mutual Alajuela la Vivienda, y la firma consultora FCS Capital.

 

Carlos Quesada

Asesor en comunicación del Informe, UCR

Barcelona, a través de Adolf Florensa

Gabe Abrahams

Adolf Florensa Ferrer (1889-1968) fue un destacado arquitecto catalán natural de Lérida. La ciudad de Barcelona y su arquitectura le deben mucho, más de lo que uno puede presuponer al escuchar su nombre por primera vez.

En 1914, Adolf Florensa finalizó sus estudios de arquitectura y empezó a dedicarse a la docencia. En 1920, obtuvo una cátedra de Mecánica Racional, siendo además nombrado en 1924 arquitecto municipal del Ayuntamiento de Barcelona.

Partiendo del Noucentismo, Florensa se decantó por la Escuela de Chicago y la introdujo en España. Esta escuela de arquitectura se fundamentó en un estilo arquitectónico basado en nuevos materiales y técnicas de construcción y en grandes edificios comerciales y rascacielos. Su origen obviamente fue la ciudad de Chicago de comienzos del siglo XX.

Adolf Florensa estuvo al frente de las obras más importantes de la Escuela de Chicago construidas en Barcelona, durante los años veinte del pasado siglo. Aún perduran en la Vía Layetana barcelonesa. He aquí una lista de esas obras situadas en la citada avenida:

-número 28 – Inmobiliaria Catalana (1925)
-número 30 – Casa Cambó (1925)
-número 31 – Casal del Metge (1932)
-número 32 – Foment del Treball (1934-1936)
-número 45 – Casa Artur Suqué (1927)

De entre todas esas obras, la más destacada es la Casa Cambó.

En la misma etapa que realizó sus grandes obras de la Vía Layetana, Adolf Florensa también llevó a cabo restauraciones que merecen ser recordadas. En 1926, junto con Antoni de Falguera y Joaquim Vilaseca, reformó el edificio de la Casa de la Ciudad, sede del ayuntamiento barcelonés. En 1928, llevó a cabo la Reforma de la Capitanía General de Barcelona. En 1929, junto con Félix de Azúa, fue, además, el autor del Palacio de Comunicaciones y Transportes de la Exposicón Internacional de Barcelona.

La obra de Adolf Florensa no se detuvo en los años treinta con sus últimas obras de la Escuela de Chicago. Por el contrario, Florensa prosiguió su carrera como arquitecto realizando esencialmente restauraciones. En 1940, restauró la Catedral de Vic. Entre 1957 y 1962, restauró el Monasterio de Poblet. Entre 1957 y 1966, restauró las Atarazanas barcelonesas, siendo reconvertidas en un Museo Marítimo. En 1965, restauró la Catedral de Barcelona. Palabras mayores dentro de la arquitectura.

Además de esas obras, Florensa publicó numerosos artículos y libros como L’architecture gothique civile en Catalogne (1935), La calle Montcada (1959), La antigua casa de la ciudad (1960), La Casa de la Ciudad en los tiempos modernos (1960).

Adolf Florensa falleció en Barcelona en 1969, dejando un legado enorme para la posteridad.

En Italia, le reconocieron su labor, otorgándole el título de Caballero de la Orden al Mérito de la República Italiana (1964). En Barcelona, recibió también a título póstumo la Medalla al Mérito Cultural de la Ciudad de Barcelona (1969).

Cuando uno visita Barcelona y pasea por sus calles, tiene mucho que ver. Pero sinceramente Barcelona no se acaba de conocer del todo si uno no recorre la Vía Layetana, fiel reflejo a través de sus edificios de lo que fue la ciudad durante el siglo XX. Recorrer la Vía Layetana supone en cierta forma un regreso a ese siglo. Los edificios imponentes de Adolf Florensa tienen una parte importante de culpa.

UCR: Muchos actores en el país están sembrando un nuevo paisaje de innovación urbana

Proinnova-UCR celebró el foro Espín en el que se mostraron los avances de Costa Rica en esta temática

El tren eléctrico de pasajeros es un proyecto que conectará a las cuatro provincias que conforman el Gran Área Metropolitana (GAM) y su trazado abarca a 15 cantones. Foto Karla Richmond.

Costa Rica necesita mejorar su potencial competitivo en todos los sectores para impulsar su economía y eso puede depender en gran medida de las condiciones que ofrezca el entorno en donde se desarrollan las actividades, es decir, ante condiciones idóneas la producción podría maximizarse.

Existen esfuerzos provenientes de entidades estatales y gobiernos locales dirigidos a producir los cambios necesarios para facilitar el progreso socioeconómico del país, y además establecer mejores condiciones de vida para las personas; sin embargo, muchas de estas propuestas trabajan individualmente y no tienen un punto de encuentro para interactuar entre sí y en conjunto lograr mejorar los resultados, a pesar de que se buscan metas similares.

De ahí que la Unidad de Gestión y Transferencia del Conocimiento para la Innovación (Proinnova) de la Universidad de Costa Rica (UCR), organizó el jueves 13 de febrero el foro denominado ESPÍN: Costa Rica hacia la innovación urbana.

La Arq. Lucía Artavia Guzmán hizo hincapié en la importancia de los planes reguladores, como herramienta para mejorar el ordenamiento territorial y por ende la planificación de todas las acciones que se dan en un cantón. Foto Karla Richmond.

La Licda. Génesis Durán Zúñiga, Gestora de Promoción de la Innovación de Proinnova UCR, dijo que buscaron abarcar cuatro variables principales: espacios públicos, movilidad urbana, ciudades inteligentes, y cultura, y a partir de ahí exponer iniciativas para que surjan sinergias que apoyen la innovación urbana.

“Quisimos crear una plataforma que conecte los distintos actores nacionales e internacionales que trabajan alrededor del tema del urbanismo y que están impulsando diversas iniciativas por separado, para que se conecten y se conozcan. El término ESPÍN es un concepto relacionado con los átomos, en los que varios ejes giran en torno a un eje central, y en este caso es el de la innovación urbana para que giren todas esas variables juntas”, comentó Durán.

Desarrollo urbano sostenible

La Arq. Lucía Artavia Guzmán, asesora sobre planificación y movilidad urbana de la Casa Presidencial, inició con el ciclo de charlas y centró su exposición en cómo se va a aprovechar el área de influencia del proyecto del tren eléctrico.

Las instalaciones del hotel Double Tree Hilton Cariari albergaron las presentaciones del ESPÍN: Costa Rica hacia la innovación urbana. Foto Karla Richmond.

Entre las características más importantes están que tiene un circuito total de 72 km, atraviesa 15 cantones y tendrá un área de influencia de 216 km, la cual se ha identificado como una oportunidad para generar mejoras que impacten directamente a todas las zonas adyacentes.

Se trata de vincular el sistema de transporte, en este caso la infraestructura férrea, con el territorio, que serían los 15 cantones que traviesa este proyecto. Con esto se cumpliría el objetivo de revertir el problema del crecimiento urbano y guiarlo hacia una estrategia de desarrollo urbano que concentre las actividades y la habitabilidad en puntos que realmente tengan la capacidad de concentrar densidades”, detalló Artavia Guzmán.

Esta Arquitecta agregó que la idea es articular el tren eléctrico con otras redes de movilidad (autobuses, ciclovías, taxis, etc.) para que desemboque en un sistema urbano integral, “la meta es lograr un plan subregional en un espacio de cinco años”, aseveró.

La Arq. Alejandra Orozco Mena recalcó la posición de privilegio que tiene Costa Rica en el mundo como el país con mayor diversidad, por lo que debemos de diseñar las ciudades de manera que no afecte el medio ambiente y aprovechar de forma sostenible y racional esa riqueza natural. Foto Karla Richmond.

Por su parte la Arq. Alejandra Orozco Mena, especialista en arquitectura del paisaje de la firma ENDÉMICA Arquitectura del Paisaje S.A., analizó en su presentación a los espacios públicos urbanos y la gestión que se viene dando sobre ellos, incluida la propuesta del tren urbano.

“En el área de la arquitectura se han desarrollado muy buenas estrategias para uso de energías alternativas, uso de aguas residuales, materiales reciclados, etc., pero, ¿qué pasa con el paisaje natural? En el caso del proyecto del tren, representa una gran oportunidad para Costa Rica pero no quiero que las personas simplemente salgan de sus casas, se suban al tren, lleguen al trabajo y viceversa; si va a haber una intervención urbana, por qué no hacerlo con la experiencia que tiene el país en las áreas protegidas, es decir, gestionar paisaje en ese espacio. La idea es que se diseñe toda una estructura de paisaje urbano basado en un eje de turismo, en donde las personas disfruten de estar en el espacio público”, acotó Orozco.

Esta arquitecta agregó que desde ya las municipalidades tienen que estar diseñando el espacio público tomando en cuenta las necesidades de los transportes eléctricos y también que cualquier edificación debe responder a una buena gestión de residuos, como el reciclaje y el compostaje (abono), “debemos gestionar el territorio rural, urbano y costero de una forma que facilite la protección de la biodiversidad, además de mantener e incrementar la cobertura forestal, y unir la experiencia del país en la conservación con la gestión del paisaje en el resto del territorio nacional”, subrayó Orozco.

La unión de varias propuestas amigables con el ambiente, entre las que destaca el transporte público que incluye vehículos eléctricos como los autobuses, impulsan al país hacia el cumplimiento de las metas de carbono neutro. Foto Karla Richmond.

Maximizar las aptitudes de la población

Otro de los expertos invitados a este foro fue el viceministro de Paz, Jairo Vargas Agüero, quien se refirió a la experiencia que ha obtenido ese Ministerio al crear los Centros Cívicos por la Paz, que son espacios dedicados a la prevención de la violencia y promoción de la inclusión social, además que impulsan las capacidades de convivencia y buscan oportunidades de desarrollo mediante la educación, la tecnología, el deporte, actividades artísticas y de recreación.

Vargas manifestó que existen siete centros de este tipo, uno en cada provincia, y son administrados por las municipalidades, aunque fueron diseñados con los aportes dados por instituciones como el Ministerio de Cultura y Juventud; Ministerio de Ciencia, Tecnología y Telecomunicaciones; Instituto Costarricense del Deporte y la Recreación; Instituto sobre Alcoholismo y Farmacodependencia, entre otros.

“Estos Centros tienen una premisa que es entender que los procesos de intervención con los jóvenes se hacen desde tres principales aristas: la primera involucra los procesos de crianza, en donde cada uno de ellos se desarrolla; el segundo es todo lo que acompaña a la educación formal y no formal; y la tercera es su interacción con el espacio físico. En éste último se les enseña y se les brinda herramientas y habilidades blandas para que puedan construir proyectos”, enumeró Vargas.

El Dr. Fernando García Santamaría indicó que como sociedad debemos repensar el diseño y desarrollo de las ciudades, para poder encontrar soluciones a los problemas que nos aquejan y hacerlo desde el intercambio de ideas. Foto Karla Richmond.

Los Centros Cívicos por la Paz benefician a las personas jóvenes, pero también se impacta a otros grupos de la población, aseguró Vargas; actualmente más de 5000 jóvenes han sido certificados como participantes de esta iniciativa.

Finalmente el vicerrector de Investigación de la UCR, Dr. Fernando García Santamaría, hizo un llamado para que las ciudades sean mejores sitios para vivir, “la investigación es un camino para encontrar soluciones que de otro modo no se podrían encontrar y es una muestra más del compromiso de la UCR para con la sociedad. Estamos firmemente comprometidos con la generación de espacios de encuentro y de discusión, pues los problemas que afectan nuestra convivencia, nuestra relación con las ciudades y nuestra apropiación de los espacios públicos son cada vez más complejos, y requieren una mayor colaboración para abordarlos desde diversas perspectivas”, indicó García.

Al foro ESPÍN: Costa Rica hacia la innovación urbana se inscribieron 240 personas y participaron como expositores 20 especialistas provenientes de diversas organizaciones e instituciones públicas y privadas.

A cada expositor que participó en el ESPÍN se le obsequió un recuerdo como el de la imagen por parte de la organización del evento. Foto Karla Richmond.

 

Otto Salas Murillo

Periodista, Oficina de Divulgación e Información

Información tomada de: http://www.ucr.ac.cr/

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UCR: Estudiantes de Arquitectura diseñan espacios educativos para la niñez de Ngäbe-Buglé

  • La cooperación interinstitucional entre el MEP y la Escuela de Arquitectura dio paso al diseño de módulos educativos desarmables y amigables con el ambiente

Para los estudiantes José Barrantes y Ana María Lizano, la arquitectura se basa en la resolución de conflictos cotidianos y en un abordaje integral de los fenómenos. Foto Anel Kenjekeeva.

En el 2015, surgió en Costa Rica un nuevo modelo dentro de la Red Nacional de Cuido y Desarrollo Infantil, con el objetivo de reconocer y garantizar los derechos de las niñas y niños de familias migrantes de Ngäbe-Buglé. El Instituto Mixto de Ayuda Social (IMAS), como impulsor de este sistema de atención, creó las Casas de la Alegría de naturaleza público-privada.

Estos centros se instalan dentro de fincas y son construidos por sus propietarios o con fondos de cooperación internacional o donaciones. El Estado se encarga de financiar el costo de la atención diaria y servicios médicos a través de subsidios. Asimismo, le da un seguimiento periódico a la condición de las casas, capacita a las personas cuidadoras y cocineras, se encarga de los permisos de habilitación, entre otras acciones.

El año pasado se atendió a 629 menores en las 16 Casas de la Alegría habilitadas en los siguientes cuatro distritos de Coto Brus: Pittier, Gutiérrez Brown, San Vito y Sabalito. La función de estos centros consiste, principalmente, en brindar un cuido integral a los niños y niñas; sin embargo, no suplen el derecho fundamental de acceso a la educación.

A raíz de esta necesidad, surge una relación interinstitucional entre el Departamento de Interculturalidad del Ministerio de Educación Pública (MEP) y la Escuela de Arquitectura (EA) de la UCR, con el fin de crear espacios para brindar educación básica no formal a esta población, durante la época que permanecen en nuestro país y como complemento al cuido que reciben en las Casas de la Alegría.

La Escuela de Arquitectura colabora con otras instituciones estatales para brindar mejores condiciones de desarrollo a las niñas y niños de comunidades indígenas. Foto Archivo ODI.

Ana María Lizano Zelaya y José Eduardo Barrantes Romero, estudiantes de la EA, habían desarrollado en el último año de carrera un proyecto académico que consistía en diseñar una vivienda desmontable.

“Un tiempo después me contacta el MEP para pedirme apoyo con el diseño de lo que llamaban un ‘aula móvil’ para la población de Ngäbe-Buglé. Lo relacioné con este proyecto (el de la pareja de estudiantes) y, como ya estaban en proceso de formular su tesis, me pareció que podría ser un buen momento”, mencionó el profesor y director de la tesis, Arq. Manuel Morales Alpízar.

La población indígena de Ngäbe-Buglé migró por primera vez hacia Costa Rica a mediados del siglo XX y provenían de la comarca que lleva su mismo nombre, en Panamá. En la actualidad generalmente ingresan a nuestro país a partir de octubre para el periodo de la recolecta de café, la cual se extiende hasta marzo del año siguiente. Por tratarse de habitantes no permanentes en nuestro territorio, enfrentan un difícil acceso a servicios básicos de salud y educación.

Cooperación interinstitucional

De esta manera, la iniciativa de los módulos educativos complementarios a las Casas de la Alegría ideada por el MEP se llegó a convertir, para los estudiantes Ana María Lizano y José Barrantes, en su proyecto de tesis de Licenciatura y pasó a adquirir el título de Provisionales y portátiles, espacios educativos para la niñez Ngäbe-Buglé en Coto Brus.

Vista exterior del diseño de los módulos propuestos por los estudiantes de la Escuela de Arquitectura. Imagen cortesía Ana Lizano y José Barrantes.

“El proyecto se trata de un espacio dividido en dos tipologías, una para preescolar y otra para primaria. Esto debido a que el MEP planteó el proyecto de esta manera tanto por didácticas lectivas, necesidades específicas de las diferentes edades de 0-6 años y de 7-12, y también porque quieren implementar una estimulación temprana para los menores y para los más grandes otros temas diferentes”, explicó Ana María Lizano.

Se le denomina “educación básica no formal” debido a que esta no sigue el esquema básico planteado para el nivel de primaria de cualquier escuela pública del país, sino que se trata de una pedagogía más adecuada a la cultura indígena de Ngäbe-Buglé.

“La investigación se basó en tres ejes: educativo-legal, fisicoambiental, y sociocultural. Lo principal de la investigación está enfocado en lo fisicoambiental y lo sociocultural, tema por lo cual se hicieron dos giras de campo más que todo para tener un contacto con la población”, detalló José Barrantes.

Así se observa el interior de los módulos diseñados para ser instalados en comunidades indígenas. Imagen cortesía Ana Lizano y José Barrantes.

“Con base en esto y en que las fincas tienen ciertas condicionantes de temas altitudinales, de climas, y zonas de vida, hubo que detallar un poco la investigación en cada finca y cada distrito; no solo considerar el proyecto en sí para ubicarlo en un lugar, sino adecuarlo a las necesidades de ese lugar”, agregó Barrantes.

Los estudiantes visitaron zonas en Coto Brus donde es común que se asiente esta población indígena y, para entonces, había 14 Casas de la Alegría activas. Realizaron actividades con los niños y niñas que involucraron dibujos y pinturas a partir de las cuales los estudiantes pudieron delimitar las pautas de diseño de los módulos, para que estos fueran compatibles con la cultura desde el punto de vista infraestructural.

La mayoría de las personas con las que los estudiantes tuvieron contacto provienen de Kankintú, Panamá y el tiempo de traslado para llegar a Costa Rica les toma una o dos semanas. “Se hizo un mapeo de todos los centros educativos en esos distritos y ellos rondan distancias de hasta 5 km desde donde está la Casa de la Alegría. Es muy difícil para los papás pues tienen que empezar a trabajar temprano e ir a dejar a los niños a la escuela”, indicó Barrantes.

Módulos amigables con el ambiente

Según relató Barrantes, gran parte de los espacios tienen techos bajos y cuentan con materiales muy viejos, en mal estado o cerramientos de concreto prefabricado. No poseen controles de sus ventanas, por lo que si el cielo está abierto a la intemperie, es posible que la sensación térmica sea de mucho calor o frío.

Además los espacios son conjuntos, lo que ocasiona que el aroma de la comida se mezcle con otros olores y que los niños que duermen tengan que estar al lado de los que juegan; cualquier animal puede ingresar, así como el polvo y el humo de las quemas que hay en los alrededores.

Este proyecto busca mejorar el espacio de aprendizaje e intercambio de conocimiento en el que se desenvuelven los niños y jóvenes indígenas. Imagen cortesía Ana Lizano y José Barrantes.

Actualmente, las Casas de la Alegría no son aptas desde el punto de vista arquitectónico y desde nuestros criterios para una habitabilidad correcta, porque anteriormente eran utilizadas para barracas, bodegas y distintas construcciones en la finca. El dueño lo que hizo fue adaptarlo con sus recursos”, comentó Barrantes.

De acuerdo con el profesor Arq. Manuel Morales, uno de los objetivos consistió en que los módulos no superaran el costo típico de las Casas de la Alegría, las cuales no reúnen los parámetros adecuados para un uso de este tipo.

El objetivo, aseveró Morales, era que dichos módulos tuvieran un costo equivalente a las Casas de la Alegría, el cual se podría reducir por su producción en masa. Estos centros cuentan con mejores condiciones de flexibilidad, adaptación al clima y versatilidad, inclusive podrían funcionar eventualmente como albergues para situaciones de emergencia.

“Han aparecido algunas otras entidades públicas interesadas en el proyecto por sus múltiples posibilidades, por ser armable y desarmable. El manual técnico, por ejemplo, fue diseñado para ser comprendido independientemente del nivel de alfabetización de las personas. Incluye cómo debe de ser el proceso de almacenamiento para que los materiales se conserven bien, cómo se puede transportar de un lugar a otro a través de un contenedor o un camión, cómo es el desembalaje, y cómo armarlo en el sitio”, añadió Morales.

De acuerdo con los estudiantes, en los distritos que visitaron (Sabalito, San Vito y Pittier) hay un rango de la menor altitud a 862 metros sobre el nivel del mar y la mayor casi a 1 400 metros, lo que ocasiona que haya temperaturas de ambiente diferentes. Por este motivo, los módulos fueron diseñados a partir de pautas de arquitectura bioclimática, es decir, son estructuras capaces de adecuarse a los distintos factores que la rodean, tales como los cambios de temperatura.

Para efectos del proyecto de tesis, los estudiantes diseñaron dos módulos, uno más grande que el otro, los cuales tienen un mobiliario que se puede adaptar a distintos usos. Asimismo, cuentan con una capacidad de albergar entre 20 y 30 personas. Estos están pensados para acoplarse unos con otros, de manera que se puedan configurar radialmente, o bien, alinearlos en forma de C o L.

Una de las cosas que se persiguió y logró con el diseño es que tuviera una huella ambiental mínima. Después de que se arma y tras varios meses, cuando se desarma, el impacto que deja en el terreno es prácticamente nulo. Los módulos están hechos para que se posen sobre el sitio sin interrumpir las correntías o que haya que hacer movimiento de suelo. Los estudiantes aspiraron a altos estándares de calidad y seguridad al diseñarlos”, explicó Morales.

“La Escuela de Arquitectura está en un momento crucial, próximamente cumplimos 50 años de creación y eso amerita conmemorarse, pero más que eso lo vemos como un momento que nos invita a hacer una reflexión profunda sobre lo que ha sido durante este periodo, cuáles han sido sus aportes al país, al desarrollo social y territorial. Estamos en un contexto muy distinto y que la arquitectura ya no es lo que era cuando se creó esta Escuela y que el planeta tampoco lo es, pero cabe un análisis de nuestro quehacer”, reflexionó finalmente Morales Alpízar.

 

Bianca Alina Villalobos Solis

Asistente de Prensa, Oficina de Divulgación e Información

Información tomada de: http://www.ucr.ac.cr/

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UCR: La agricultura urbana propone »revegetalizar» las ciudades

  • En muchas ciudades del mundo, las huertas urbanas son una realidad en crecimiento, debido a sus beneficios ambientales y socioeconómicos

Las huertas urbanas se convierten en espacios de socialización entre los vecinos, al tiempo que aprenden a autoabastecerse con alimentos sanos. Foto: Archivo de la ODI.

Cuando pensamos en agricultura posiblemente la asociemos con las zonas rurales, lejos de los núcleos de población. Sin embargo, desde hace algunos años una nueva tendencia ha tomado fuerza en el mundo para recuperar la agricultura en las ciudades por medio de huertas urbanas.

“Hemos expulsado la agricultura de la ciudades y ahora intentamos recuperarla”, afirmó el Dr. Raúl Puente Asuero, geógrafo, profesor e investigador de la Universidad Pablo de Olavide, de España.

El Dr. Puente ofreció una charla sobre este tema el pasado 3 de julio, invitado por la Escuela de Arquitectura (EA) de la Universidad de Costa Rica (UCR).

En su exposición, el profesor mostró cómo la agricultura urbana ha ayudado a transformar el paisaje urbano de muchas ciudades que llevan la delantera en este tema, principalmente europeas.

París, por ejemplo, tiene un ambicioso plan para crear huertos a lo largo y ancho de la ciudad para que, desde el aire, la ciudad se vea tan verde como los bosques en su entorno. De esta forma, la agricultura urbana busca “revegetalizar” las ciudades.

“Los huertos siempre han estado en las ciudades, pero hablamos de una agricultura que no la hacen profesionales del campo, sino ciudadanos que hacen una actividad agrícola. Nos enseñan una manera diferente de producir alimentos”, aseguró Puente.

El Dr. Raúl Puente explicó en el Auditorio de Arquitectura su experiencia en el desarrollo de huertas urbanas, principalmente en ciudades europeas. Foto: Anel Kenjekeeva.

Así, la gente puede cultivar sus propios alimentos, aprenden cómo trabajar la tierra a pequeña escala y trae beneficios no solo para la salud, sino también para el ambiente y la sociedad.

“La agricultura urbana es una de las estrategias para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos”, indicó este investigador español. Aunque dijo que este proceso debe ser acompañado por diversos proyectos con objetivos similares, como por ejemplo la movilidad urbana, el manejo de residuos, la gestión del agua, entre otros.

A la actividad también asistió Alejandro Arango, arquitecto asesor de la Municipalidad de Curridabat y cofundador de Huertas donde sea, una iniciativa para promover la agricultura orgánica en el país.

Arango expuso cómo a través de su experiencia en diferentes comunidades han podido diseñar e implementar pequeñas huertas públicas, en escuelas o hasta en empresas, por medio de una metodología participativa-colaborativa.

“Tiene que haber un proceso de apropiación y construcción del espacio público”, dijo este arquitecto.

Para ambos investigadores, el tema aún tiene un amplio margen de crecimiento y estudio, pero debe haber un impulso desde los gobiernos locales y desde las comunidades.

 

Francisco Ruiz León

Asistente de Prensa, Oficina de Divulgación e Información

Información tomada de: http://www.ucr.ac.cr/

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