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Etiqueta: BCR

¡El BCR no se vende!

En el proyecto de Ley 23331 se pretende autorizar la venta del conglomerado BCR, a lo cual el movimiento social y sindical se opone.

Esa lucha procura exigir el respeto a todos los derechos laborales.

En comunicado recibido por SURCOS, se señala que el  conglomerado del BCR se enfoca en tres ejes importantes: 

  1. La pretendida venta del BCR implica el desmantelamiento del Estado Social de Derecho de nuestro país, a partir de la privatización o venta de activos del estado.
  2. El valor social que representa la venta del BCR para cada uno de los ciudadanos costarricenses, que por estimaciones que se han realizado, este costo social ronda por los 400.000 millones de colones.
  3. Dar la lucha por los derechos laborales de todos los ciudadanos costarricenses es urgente en este momento.

Por lo tanto, ¡El BCR no se vende con este proyecto y con ningún otro!

Compartido con SURCOS por Auxiliadora Zúñiga.

Colochos mentales en Zapote

Luis Paulino Vargas Solís
Economista / Investigador CICDE-UNED

Al presidente Chaves no le gustó lo que Douglas Soto, gerente general del BCR, dijo ante la comisión legislativa que estudia el proyecto de ley que propone privatizar ese banco. Y como no le gustó, su primerísima y más ruidosa reacción, fue atacarlo personalmente. Es la característico de este gobierno: arrinconar a patadas a quien se atreva a disentir.

Aparte esa chabacanería, el único argumento del presidente consistió en afirmar que el BCR, podría pagar más impuestos, puesto que los bancos privados son “más rentables” que los públicos.

Evidentemente, el presidente tiene un colocho mental, y está gravemente confundido.

Es obvio que el presidente habla de rentabilidad privada, en cuyo caso habría que aclararle un detalle muy básico: no se supone que los bancos públicos deban ser rentables, como son los privados. Claramente el presidente no entiende lo que es propio de una entidad pública. Igual uno podría decir que los servicios privados de salud y educación son más “rentables” que sus contrapartes públicas. Pero es que, sin duda, los servicios públicos de salud y educación no deben ser rentables desde el punto de vista de la rentabilidad privada.

En tales casos, mejor fuera hablar de “rentabilidad social”. Pero parece que ni en Ohio ni en el Banco Mundial le enseñaron al Dr. Chaves lo que eso podría significar.

Además, en algún momento, el presidente habló de “números contundentes”, aunque, a decir verdad, no aportó muchos números que digamos. Ni contundentes ni de los otros.

Pero ¿qué tal si repasamos algunos numeritos para ayudarnos a entender por qué los bancos privados son más “rentables” que los públicos? Los datos que doy a continuación, incluyen al Banco Popular dentro de la categoría de bancos públicos, y en lo que a los bancos privados se refiere, incluye los 8 grupos financieros principales:

1) Número total de agencias y sucursales: bancos públicos 513; bancos privados 123.

2) Porcentaje de sucursales en el área metropolitana de San José: 32,2% los públicos; 47,2%, los privados.

3) Porcentaje de sucursales fuera del área central de Costa Rica: 43,5% los públicos, 22,8% los privados.

4) Un detalle llamativo: los bancos privados tienen 14 agencias en Escazú, o sea, ese opulento cantón, sede de corporaciones transnacionales y residencia de la gente más rica de Costa Rica, acapara el 11,4% de las sucursales de esos bancos. En el caso de los bancos públicos, en Escazú se ubican 9 sucursales, un 1,8% del total respectivo.

Al presidente la fascina la “rentabilidad” de los bancos privados. He aquí una de las razones por las que son más “rentables”: no solo tienen mucho menos sucursales, sino que el 77% de éstas, están en el área central del país, estratégicamente posicionadas en lugares donde mayor riqueza se concentra, como el cantón de Escazú.

¿Quiénes tienen sucursales en Upala, Guatuso, la Cruz, Río Frío, la Virgen de Sarapiquí, Batán, Guácimo, Palmar Norte o Puerto Jiménez? Ningún banco privado. Solo bancos públicos. Por eso los privados son más “rentables”.

La audiencia crédula

Oscar Madrigal

Al principio fue el cambio de espejitos por oro, ahora es el escandalillo por la venta del país. Y aún la mayoría sigue aplaudiendo.

El verdadero objetivo del gobierno de Chaves se refleja en sus prioridades de proyectos de ley a discutir en el próximo periodo de sesiones de la Asamblea Legislativa: Básicamente son 3:

1- Endeudamiento por 6 mil millones de dólares.

2- Venta del BCR

3- Jornadas flexibles.

El primer punto es solo necesario para pagar intereses de la gigantesca deuda del país, en este caso la deuda externa. La lógica es simple: pedir prestado para pagar los préstamos y sus intereses, aumentar la bola de nieve y ser fiel cumplidor de los organismos financieros internacionales.

Lo segundo es la venta o privatización de los bienes, empresas e instituciones de los costarricenses, cuya venta será -también- para pagar la deuda, los préstamos.

Y el tercer punto es las jornadas 4×3 que propone eliminar las horas extras, establecer jornadas extenuantes, todo ello en perjuicio de la salud y el ingreso de las trabajadoras y trabajadores.

En estos proyectos está recogida la esencia de las políticas de Chaves: neoliberalismo del puro que es privatización, endeudamiento, pérdida de derechos laborales.

Pero las políticas esenciales deben adornarse o vestirse atractivas para engatusar a una audiencia crédula.

La credulidad de la opinión pública, que no es más que la pérdida del sentido crítico, se abona con escándalos, bravuconadas y mentiras que se hacen aparecer como verdades. Llama la atención, por ejemplo, como los ministros y el Presidente mienten, se retractan y vuelven a mentir con una naturalidad o cinismo que solo se explica por su desprecio a la inteligencia ajena.

Aunque la pobreza, el desempleo o los bajos salarios, el alto costo de la vida, el desastre vial, la destrucción de las instituciones estatales, siguen siendo males que no encuentran propuestas de solución del señor Chaves, muchos siguen creyendo que La Nación y Chaves son esencialmente diferentes.

Ni siquiera alcanzamos a vivir en la ciencia ficción, porque ella siempre se fundamenta en la rebelión de los despojados, la lucha contra los opresores o de aquellos que vienen a destruirnos.

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6 razones para no vender el BCR

Carta pública a la Asamblea Legislativa*

Los abajo firmantes, apoyamos la posición de muchos profesionales y expertos que, desde muy diversas posiciones ideológicas y políticas, manifiestan oposición a la venta del Banco de Costa Rica (BCR).

Consideramos que la competencia entre la banca privada y la banca pública siempre es beneficiosa. La banca es mucho más que un tema financiero: tiene que ver con el bienestar de las personas y la ciudadanía, propósito último de toda política pública.

1.- LA COMPETENCIA BANCARIA SIEMPRE ES BUENA. De acuerdo con la SUGEF, Costa Rica tiene 11 bancos privados, 5 financieras privadas y 21 cooperativas de ahorro y crédito, supervisadas. Es decir, 37 entidades privadas y solo 3 bancos públicos (ver información detallada en la página web de la Sugef). En simple teoría de la competencia, base de la sociedad de mercado, es muy sano que esa enorme cantidad de entidades bancarias privadas tengan competencia de algunos pocos bancos públicos con funciones diferenciadas. Esto ayuda al mercado, ayuda a la ciudadanía y a transparentar el negocio bancario.

Pretender lo contrario es favorecer oligopolios. Es estar en contra de la competencia misma. El BCR es la institución financiera pública con menor margen de intermediación del país (6,46%). El margen de intermediación financiera del BCR se redujo en casi un 3% entre 2019 y 2020, pasando de 171 mil millones de colones en 2019 a 167 mil millones de colones en 2020.

Eso es eficiencia operativa. Justamente, entre 2017 y 2019 dicho indicador pasó de 67,55% a 78,12%, es decir un aumento de más de 10 puntos porcentuales en menos de 2 años. Los principales expertos en banca nos indican que, a pesar de tantos bancos privados, el mercado bancario costarricense es oligopólico, con tasas de interés muy altas (y una diferencia muy aguda entra la tasa activa y pasiva). Dos importantes estudios lo demuestran: “Intermediación Financiera y Poder de Mercado: el caso Costa Rica” de Castro y Serrano (2013); y el estudio de Salas, Mora y Agüero, del año 2015, “Una mirada a la competitividad del Sistema Bancario Nacional Costarricense a través del Indicador de Boone”, publicado en la Revista de Ciencias Económicas, lo cuales concluyen claramente que el mercado bancario privado en Costa Rica es muy cerrado y no favorece al consumidor. Necesita competencia.

2.- LA VENTA DEL BCR NO SOLUCIONA EL PROBLEMA DE LA DEUDA: La venta del BCR en la suma que ha mencionado el propio presidente, de USD 1.800 millones, no es una solución al problema de la deuda en el corto plazo.

Tampoco en el largo plazo, pues es más lo que pierde el país por los rendimientos dejados de percibir por el BCR que el dinero que ahorraría en pago de intereses. Veamos los números duros:

De acuerdo con el Ministerio de Hacienda, el año pasado, la deuda del Gobierno Central fue de USD 43.015 millones de dólares, los cuales corresponden a un 68,34% del PIB. Así que, USD 1.800 millones sería un aporte de solo el 4,1% en reducción a la deuda que ni siquiera nos libera de la situación más gravosa de la Regla Fiscal.

Veamos los números detallados: solo el año pasado 2021, el pago de intereses de la deuda del Gobierno fue de USD 2.989 millones (4,91% del PIB), de los cuales USD 2.593 millones (4,26 % del PIB) correspondieron a intereses de deuda interna, y USD 396 millones (0,65 % del PIB) a intereses de deuda externa. Literalmente, esos USD 1.800 millones se esfumarían en 6 o 12 meses, apenas en el pago de intereses.

En un año o dos, nos quedaríamos sin BCR y con la deuda igual o creciendo. Lo mismo que tratar de apagar un incendio con un vaso de agua. Las medidas para reducir la deuda tendrán que ser mucho más estructurales, como indicamos al final de este artículo.

3.- ¿Y SI NOS QUEDAMOS SOLO CON EL BANCO NACIONAL? Sería un grave error.

Serían 37 entidades privadas compitiendo contra un solo banco público.

Las tendencias oligopolistas se verían acentuadas. Además, se trata de dos bancos muy distintos. El BN es un banco más abierto y tradicional, con una gran masa de ahorrantes en cuentas de ahorro y créditos, extendido por todo el país. El BCR ejerce otra función: es una plataforma de servicios moderna, dinámica, que ofrece servicios mediante miles de negocios que apoyan la vida cotidiana de millones de personas al año.

4.- EL BCR Y EL BENEFICIO A LAS PYMES Y LOS PEQUEÑOS NEGOCIOS. Con 162 oficinas, el BCR logra atender más de un 1 millón de transacciones mensuales entre clientes y usuarios, impulsando la autogestión bancaria y el uso de canales digitales. Adicionalmente, a través de 95 plataformas distribuidas en 67 oficinas BCR dentro de instituciones públicas, se beneficia con servicios bancarios a la población, con más de 9.815.000 servicios al año.

El BCR ha logrado colocar una serie de créditos y apoyos para las pymes del país a través de “PUNTOS TUCÁN”, el programa de microbanca más exitoso en la historia de Costa Rica, con 4.676 puntos y cobertura del 41% en comercios fuera de la GAM.

La clave es una red de pequeños comercios (sodas, pulperías, farmacias, etc.) que contribuyen al impulso social y a los procesos de bancarización. Como dijimos, el PROGRAMA TUCÁN del BCR es una red de 4.676 pequeños negocios afiliados que dinamizan económicamente a la sociedad.

Lo anterior convierte al BCR en la institución financiera que tiene mayor cobertura a nivel nacional, una tercera parte del alcance genérico está dedicado a sectores fuera de la GAM, superando en razón 4:1 la cantidad de oficinas que tiene el banco privado que más oficinas tiene.

El tercer rubro más importante en las colocaciones del BCR el año anterior fue a pymes, pasando de 25.959 millones de colones en 2020 a 36.491 millones en 2021. Aparte de su ser una gran Plataforma de Negocios para pequeños empresarios, el BCR tiene un impacto importantísimo para instituciones de bien social. Solamente en los último cinco años (período 2017-2021), las aportaciones a estas instituciones han sido las siguientes:

− CONAPE: 10.651.536.687 colones

− CNE: 6.390.922.155 colones

− IVM: 34.415.944.483 colones

− Infocoop: 11.564.438.799 colones

No solo se perderían esas cargas parafiscales sino, además, una serie de herramientas de carácter estratégico como el pago a pensiones de invalidez, las plataformas de depósitos judiciales, becas universitarias, alianzas público-público, la migración digital y educación financiera, fideicomisos de obra pública y las donaciones directas a emergencias nacional.

5.- EL BCR Y SU IMPORTANCIA PARA EL MUNDO RURAL. El BCR cuenta con 162 oficinas distribuidas en 15 regiones, zonas como Pérez Zeledón cuenta con 13 oficinas, la Zona Sur, con 6, el Caribe con 15, Guanacaste con 17 y la Zona Occidental y Puntarenas con 7 y 10 respectivamente. ¿Ha visto usted banca privada en las zonas más rurales y alejadas del país, como es el caso de Guayabo de Bagaces o Aguas Claras de Upala? No. Allí solo existen el BCR y el BN. La razón es muy sencilla: la vida rural no es generalmente rentable para la banca privada, cuyo eje son las tarjetas de crédito y crédito de consumo.

El mundo rural se mueve con créditos a pequeña escala para los productores, ofreciendo servicios financieros, acompañamiento empresarial y manejando el ahorro de miles de familias. Eso solo lo hace la banca estatal, pues son actividades que no generan mucha rentabilidad financiera. Por eso, sólo el BN y el BCR atienden a nuestro mundo rural y campesino. El acceso al mercado bancario de las poblaciones más vulnerables debe ser una prioridad democrática.

6.- ¿CUÁL ES LA SOLUCIÓN INTEGRAL AL PROBLEMA DE LA DEUDA? La corrección de nuestra deuda debe ser mucho más estructural. Por un lado, generar reducción de gasto burocrático ineficiente. Pero, además, correcciones tributarias modernas y justas. Cobrar impuestos (no a la mayoría de los empresarios y ciudadanos que ya pagan muchos tributos) sino, a la gran cantidad de evasores, y a los muchos sectores y grupos que están metidos en odiosos y privilegiados sistemas de exención y exoneración. El propio Ministerio de Hacienda de Costa Rica informó, desde el año 2018, que la evasión de impuestos en CR era casi el 5,4% del PIB anual y que los sectores exonerados dejaban de pagar casi un 4,15% anual del PIB adicional, según estudios del Ministerio de Hacienda del año 2021. Ambas sumas son más del 9% del PIB anual. Con eso bastaría para eliminar nuestra deuda es menos de 10 años.

Hay que eliminar los odiosos privilegios de las grandes empresas que reportan 0 ganancias en impuesto de renta; y también de aquellas que se esconden en paraísos fiscales mediante mecanismos como los denunciados en Panama Papers. Son malas prácticas tercermundistas. Todo el mundo tiene que pagar impuestos en una democracia moderna.

Ya el G-20, impulsado por el propio gobierno de los EE.UU. anunció que hay que implantar un impuesto corporativo mundial de, al menos, el 15%.

Y ni qué decir del sobrepago de los intereses de la deuda pública interna que, injustamente, absorbe otros puntos del PIB en sobreprecios.

La corrección de nuestra deuda debe ser mucho más estructural que dilapidar los activos estratégicos.

Insistimos en lo que se dijo al inicio: regalar el Banco en 1.800 millones de dólares, como si fuera un plato de lentejas, no puede ser visto más que como una “curita” a corto plazo sin reformas estructurales y de largo plazo. Está claro que no solucionará la deuda del Gobierno Central. Un activo como el Banco de Costa Rica es mucho más que su valor financiero, es un motor de desarrollo que le genera gran cantidad de beneficios al país.

*FIRMANTES

  • Alpízar Otoya, Claudio. Politólogo.
  • Arguedas, Gabriela. Experta en bioética.
  • Araujo, Ana Margarita. Experta en mediación.
  • Arrunátegui Madrigal, Karla. Psicóloga.
  • Botey, Montserrat. Economista.
  • Bustos, José Manuel. Empresario.
  • Cabezas Moya, Rodrigo. Médico.
  • Carranza Villalobos, Carlos. Investigador.
  • Castellón Rodríguez, Leonardo, director Instituto de Investigaciones Económicas (UCR)
  • Castro Calvo, Ricardo. Asesor Legislativo.
  • Chan Mora, Gustavo. Director del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad de Costa Rica.
  • Cuevas Cordero, Felisa. Socióloga.
  • Céspedes Vargas, Renzo, Economista.
  • De Sárraga, Alejandro. Economista, experto en desarrollo local.
  • Díaz Jiménez, Luis Fernando.
  • Dubois Cisneros, Vanessa. Asociación Regional Centroamericana para el Agua y el Ambiente (ARCA).
  • Fonseca Rodríguez, Ariel. Periodista.
  • Garrón Figuls, Ricardo.
  • Hernández González, Greivin. Economista.
  • Leiva, Jorge. Economista y empresario.
  • Lopes, Gilberto. Periodista y escritor.
  • Moreno Buján, Marcela. Decana de la Facultad de Derecho UCR.
  • Muñoz Villalobos, Alejandro.
  • Mora Portuguez, Jorge. Vicepresidente del Concejo Municipal, Municipalidad de Montes de Oca.
  • Nuñez Artiles, Adriana., Periodista.
  • Nuñez Vargas, Eduardo. Politólogo.
  • Olivares Martínez, Luis Carlos. Abogado, economista, especialista en Políticas Públicas.
  • Ordóñez Chacón, Jaime. Abogado.
  • Quirós, Javier. Ex secretario del Tribunal Electoral del PLN.
  • Ramos González, Welmer. Economista.
  • Rosales, Rotsay. Politólogo.
  • Solís, Sonia Montejo, Economista.
  • Succar Guzmán, Habib. Escritor.
  • Trejos Benavides, Eugenio. Exrector TEC.
  • Ulate, Enrique. Coordinador del Doctorado de la Facultad de Derecho de la Universidad de Costa Rica (UCR)
  • Varela Erasheva, Marcelo. Experto en desarrollo.
  • Vargas Zeledón, Olman. Exsecretario Ejecutivo del Colegio Federado de Ingenieros y arquitectos (CFIA).
  • Vartanian, Daniel. Economista.
  • Vásquez Drexler, Juan Carlos. Abogado especialista en tecnología.

UNI Global UNION en contra de la venta del BCR e INS

UNI Global Union es la voz de 20 millones de personas trabajadoras del sector de servicios del mundo entero. A través de 900 sindicatos afiliados, UNI representa a trabajadores y trabajadoras en 150 países y en todas las regiones del mundo. UNI representa a los trabajadores de los sectores de Limpieza y Seguridad, Comercio, Finanzas, Juegos de Azar, Gráficos y Embalaje, Peluqueros y Esteticistas, Medios de Comunicación, Espectáculo y Artes; Correos y Logística, Seguro Social, Deporte, Trabajadores Temporales y de Agencias y Turismo.

Dos de sus representantes se han posicionado respecto al proyecto de ley del Gobierno de Costa Rica, que pretende vender el Banco de Costa Rica y el Instituto Nacional de Seguros. Citan el caso de Argentina, un país en el que se comenzó vendiendo acciones de los bancos estatales, con porcentajes similares como los que se pretende en Costa Rica (un 49% de las acciones del INS); sin embargo, todas las funciones sociales se perdieron poco a poco y terminó siendo de dominio privado.

Consideran que el problema con esta privatización, es el deshacerse de una herramienta financiera a largo plazo que pertenece al Estado y le da solvencia económica por medio de sus utilidades, por una disminución realmente simbólica del 3% de la deuda pública. Pero además, no solo en términos económicos, las afectaciones repercuten en el apoderamiento del Estado y la afectación a toda la institucionalidad pública.

Además, se refieren al caso de la pandemia, escenario global de crisis y de consecuencias nunca antes vistas, pero a pesar de ello, un país como Costa Rica se sostuvo gracias a su estructura pública y al financiamiento de bancos estatales para las pequeñas y medianas empresas. Por supuesto también destacan el papel del INS para cubrir condiciones de salud que por lo privado, hubiese sido inviable para la mayor parte de la población.

Finalmente, reflexionan sobre la tendencia creciente de América Latina y Costa Rica, de limitar la libertad en los derechos de negociación colectiva, diálogo social y sindical. Consideran que es necesario que el Poder Ejecutivo escuche las opiniones de las organizaciones y sindicatos, previo a cualquier ejercicio de toma de decisiones.

 

Información compartida con SURCOS por Alejandra Apuy Alvarado.

Muere la democracia si no…

Freddy Pacheco León

Muere la democracia si no negociamos el Banco de Costa Rica y el Instituto Nacional de Seguros, si no favorecemos a APM Terminals frente a Japdeva, si no negociamos Fanal, si no debilitamos el ICE, si no desaparecemos al Senara y a la Setena, si no erosionamos las Áreas Silvestres Protegidas, si no damos la revisión técnica vehicular al grupo alemán, si no hacemos un burumbún en el Mopt, si no flexibilizamos las medidas sanitarias, si ajustamos salarios en la Caja, si no aprobamos unos préstamos para pagar deuda.

Será un sinsentido pero por ahí andan.

Mensaje al señor presidente

Edgar Chacón

Edgar Chacón
Octubre, 2022

Señor presidente por favor.

Señor presidente por favor que le quede claro: las personas que votaron por usted no le regalaron el país, en primer lugar, porque no pueden.

Usted es el mandatario y el mandatario está para cumplir el mandato que le fue encomendado, no para hacer a su antojo.

El mandato que le fue encomendado es que la población de este país esté bien, no echar a la basura lo que por años se ha construido en este país y le ha dado un bienestar relativo, estabilidad y tranquilidad.

Otra cosa: Tenga presente que a quien usted se debe es al pueblo de Costa Rica. Porque parece que es al Banco Mundial.

A quien usted debe servicio y obediencia es a las y los costarricenses. A nadie más.

Señor presidente, hay cosas en las que mejor no se ponga creativo, deje de inventar que va a vender el Banco de Costa Rica. ¿Su nombre no le dice nada? Es de Costa Rica, del país, no de unos cuantos tagarotes.

Ahora quiere privatizar el AyA y ¿Como vamos a hacer para tomar esta agua tan preciada, si sube de precio y baja de calidad? Usted sabe que cuando salgo del país, a América Central o a México, por ejemplo y sólo se puede tomar agua de botella, de mala calidad, lo primero que hago cuando estoy de vuelta, es abrir el tuvo del AyA, llenar un vaso o un jarro y disfrutar de calmar mi sed con esta agua preciosa y la disfruto y me alegro porque pasé varios días, fuera del país sin poder beber agua del tubo. Y cuando gente de esos países viene a la casa de uno y le pide un poco de agua, al ver que uno les sirve agua del tubo, le preguntan: “¿no tenés de botella?”, uno les responde: “tomala con confianza” y al poco rato están toma que toma agua del tubo, muy contentos.

Y cuando ando en alguna provincia, pregunto: el agua es del AyA y mis oídos se alegran con ese SÍ, y con confianza y tranquilidad bebo para refrescarme. 

¿No es que usted viene de un hogar humilde? ¿Que su papa fue chofer? ¿Entonces? ¿Por qué está gobernando para los ricos, o como dicen: para los pudientes y no para toda la población?

Señor presidente, está a tiempo y tiene en sus manos que el país siga siendo justo y equitativo.

Le recuerdo: El AyA, el ICE, la educación, La Caja, la banca estatal, entre otros, son tan importantes como no tener ejército.

 

Enviado a SURCOS por el autor.

La oscura venta del Banco de Costa Rica – Una explicación a la ciudadanía

Por Jaime Ordóñez (abogado) y Montserrat Botey (economista)

Detrás del interés de venta del Banco de Costa Rica se esconden números oscuros, que deberían encender todas las alarmas. Parece que alguien quiere comprar ese banco a precio de regalo, con grave daño para el país. Veamos los números duros de la SUGEF y de otras entidades oficiales:

REGALAR EL BANCO POR EL 20% DE SU PRECIO. El gobierno dice que quiere venderlo en 1.750 millones de dólares. Pero, contablemente, el BCR vale exactamente 685% más. Según contabilidad oficial del BCR (avalada por la propia SUGEF, año 2021) el Banco tiene un capital de 7.627.000 millones de colones que son casi 11,500 millones de dólares al tipo de cambio del Banco Central. De esa suma, cerca de 6,300 millones de dólares corresponde a su cartera bancaria como acreedor y el restante de 4, 859 millones de dólares en otros activos.

Es decir, pretenden vender el BCR en menos del 20% del valor de sus activos. Es un banco cuyo valor no debería ser menos del 80% o 90% de esos activos (jamás la ínfima suma de 1.750 millones).

¿Por qué? Según la propia SUGEF, el BCR tiene una efectividad bancaria de casi el 97% (supera a muchos bancos privados) con una morosidad de apenas un 3,1% en toda su gestión. Es decir, es un banco altamente exitoso. Por otro lado, pretenden meter dentro del paquete de venta (y por el mismo precio) un conglomerado de entidades altamente rentables: BCR Pensiones, BCR Valores, BCR Sociedad Administradora de Fondos de Inversión y BCR Corredora de Seguros. Adicionalmente, es el accionista mayoritario del Banco Internacional de Costa Rica (BICSA). Vender todo eso por 1,750 millones es regalarlo a destajo. Literalmente, un robo contra el Estado de Costa Rica.

UN BANCO ALTAMENTE RENTABLE PARA EL PAÍS. Ahora bien, ¿tiene sentido vender un banco altamente efectivo para el país para pagar intereses de deuda, que es lo que haríamos? Desde luego que no. Es un pésimo negocio. Ninguna soda o restaurante vende una de sus principales cocinas o refrigeradoras para pagar deuda. Jamás. Nunca se vende un activo que genera ganancias para pagar un pasivo. Eso lo sabe cualquier pulpero. Es el ABC de los negocios.

El BCR es la segunda entidad financiera más relevante del país y su propietario es el Estado costarricense. La entidad tiene operaciones desde 1877 y cuando se fundó el Banco de la Unión y, en 1890, pasó a tener su nombre actual. Cuando se fundó, entre sus funciones iniciales estuvo emitir el dinero del país, y fue una de las primeras entidades bancarias en dar financiamiento al gobierno.

Además de tener una ganancia neta anual de 80 millones de dólares (según Informe SUGEF, 2021) el BCR le genera al país (previo a esa ganancia) una serie de beneficios importantes de carácter parafiscal. Estos buenos resultados se ven reflejados en las contribuciones parafiscales que ha realizado en los últimos cuatro años: ₡64.184 millones dirigidas a la Comisión Nacional de Préstamos para Educación, Comisión Nacional de Emergencias, el Seguro de Invalidez, Vejez y Muerte y el Instituto Nacional de Fomento Cooperativo). En caso de vender el BCR todos esos beneficios sociales desaparecerían y esa ganancia, incluidos los 80 millones de dólares netos finales que genera al año.

ES FALSO QUE REDUCIRÁ LA DEUDA. De nuevo, veamos los números duros: Para el cierre del año pasado, la deuda total de Costa Rica era de 38.500 millones de dólares (datos oficiales de la OCDE y el Banco Mundial) que corresponden a un 68.34% como porcentaje del PIB.

1.750 millones de dólares es menos del 5% de esa deuda de 38.500 millones. No servirá para ninguna reducción real del principal de los empréstitos. Literalmente, se esfumarán en 6 o 12 meses, apenas en el pago de intereses. Sería como tratar de apagar un incendio con un vaso de agua. En un año o dos, nos quedaríamos sin BCR y con la deuda igual, o creciendo.

Estaríamos cometiendo el mismo error de otros países de América Latina (Brasil, Argentina, Chile, México, etc.) que, durante los años 80 y 90, vendieron sus activos y no lograron reducir sus obligaciones. Los dineros desaparecieron en pocos meses en el pago de intereses del servicio, sin tener un impacto estructural alguno. El propio FMI (bajo el liderazgo de su actual Directora Gerente del FMI, Kristalina Georgieva) reconoció hace poco el fracaso de muchas de las políticas del antiguo Consenso de Washington, el cual sólo dejó privatizaciones a muy bajo precio, que enriquecieron a capitales de la región sin aportar una solución duradera a largo plazo.

La corrección de nuestra deuda debe ser mucho más estructural. Por un lado, generar reducción de gasto burocrático ineficiente en forma eficaz, es cierto, pero, además, una reforma tributaria moderna y justa. Cobrar impuestos (no a la mayoría de empresarios y ciudadanos que ya pagan muchos tributos) sino, a la gran cantidad de evasores, y a los muchos sectores y grupos que están metidos en odiosos y privilegiados sistemas de exención y exoneración. El propio Ministerio de Hacienda de Costa Rica informó, desde el año 2018, que la evasión de impuestos en CR era casi el 5.4% del PIB anual y que los sectores exonerados dejaban de pagar casi un 3% anual del PIB adicional. Ambas sumas son más del 8% del PIB anual. Con eso bastaría para eliminar nuestra deuda es menos de 10 años.

Regalar el Banco en 1.750 millones de dólares no ayudará realmente en nada. Sólo servirá para que algún sector financiero infle más sus bolsillos a costa de una institución que genera mucho beneficio al país.

EL B.N., el B.C.R. Y EL MUNDO RURAL. – Finalmente, estaríamos regalando y malbaratando uno de los dos bancos públicos que ejerce una función esencial para el mundo rural y campesino: sólo el BN y el BCR ejercen esa labor.

¿Ha visto usted banca privada en las zonas más rurales y alejadas de CR? ¿En Guatuso? ¿En la Suiza de Turrialba? No. Por una sencilla razón: no es rentable para la banca privada. La gestión bancaria que no es de plástico o tarjetas de crédito, es decir, la gestión del ahorro común en cuentas de ahorro y crédito es la base de nuestro mundo rural. Eso sólo lo hace la banca estatal, pues no genera mucha ganancia, pero tiene un beneficio social extendido y amplio.

Por eso, sólo el BN y el BCR atienden a nuestro mundo rural y campesino. El acceso al mercado bancario de las poblaciones más vulnerables debe ser una prioridad democrática. Además, ¿qué hacemos con los 3.987 empleados que actualmente tiene el BCR en sus 128 oficinas en todo el país? ¿Echarlos a la calle? Muchos de ellos no podrían seguir trabajando en sus localidades actuales (generalmente, adonde viven) pues el sector privado bancario no tiene, como predominante, ese giro de cuentas de ahorro y crédito.

Ojalá nuestra Asamblea Legislativa no secunde este proyecto que busca, literalmente, regalar por tres centavos un activo de alto interés para el país como el BCR sin que vaya a significar una solución estructural para nuestra economía ni para nuestra deuda pública. –

– Jaime Ordóñez es abogado (UCR, The George Washington University, U de Madrid)

– Montserrat Botey es economista (Science Po, Paris; Universidad Buconi, Italia, Universidad de Burdeos).

 

Compartido con SURCOS por Patricia Salgado y José Manuel Peña Namoyure.

Declaración a la comunidad nacional sobre la solución a la deuda interna

El Movimiento de Ciudadanía que Construye Territorios Seguros, de manera responsable, como corresponde a la persona ciudadana que constitucionalmente debe asumirse como El Soberano, dio a conocer públicamente su posición sobre el tema de la deuda interna, desde el 2019, propuesta que fundamentamos debidamente en su momento, pero que, al mejor estilo de “lo políticamente correcto” del hacer nacional de distintos grupos y autodenominados dirigentes políticos, la discusión se pospuso en aras de esperar los resultados del paquete tributario aprobado en 2018, cuando nuestro Movimiento logró que se hiciera pública la lista de los Grandes Contribuyentes que no tributaron desde el 2008 y el desenlace de las elecciones que se avecinaban en febrero de 2022, donde muchos de ellos se veían protagonistas de primera línea.

Hoy el presidente Chaves ha presentado ante el Congreso su propuesta de vender a manos privadas el BCR y una parte del capital accionario del INS, lo que ha desatado -más por cálculo electoral, que de interés estratégico nacional- una polémica desde algunos “grupos y movimientos sociales” , como si la sola presentación del proyecto es ya una ley, dejando de lado que son los diputados, los que tomarán la última decisión, pero que curiosamente, no se les menciona como responsables de la situación, más bien, solidarizándose con  ellos y ellas, como si estuvieran obligados a cumplir, contra su voluntad, el designio presidencial. Esa minimización y personalización del problema es sumamente peligrosa, pues aleja el debate de lo que realmente es.

Hay que reconocer que el tema de la deuda interna es ideológico y político, desde cualquier enfoque que se le quiera abordar, no es simplemente económico, ni mucho menos de ungidos que solo ellos entienden el problema, el tema es nacional y debe discutirse con profundidad, reconociendo que la situación que afrontamos es responsabilidad de todos, unos por su silencio cómplice y otros, especialmente aquellos que desde la representación política y social -donde hay responsables con nombres y apellidos-, por ser autores intelectuales de la situación que vivimos.

 Entonces, el debate ideológico debe establecerse ya, teniendo como punto contundente de partida: “la clase política ya no le teme al pueblo” y “los pobres ya están acostumbrados a pasarla mal” para saber hacia dónde marcha el país y establecer de manera participativa, como lo manda el Art. 9 Constitucional, el país y la República Participativa que debemos construir en las actuales condiciones históricas y de crisis internacional, puesto que lo que nació en las administraciones ungidas desde 1982 por el Fondo Monetario Internacional, fue transformar nuestras más preciadas instituciones y posesiones, en una mercancía del sistema financiero y en una propiedad de alguno de ellos o ellas (porque en eso no existen problemas de género), profundizando la desigualdad existente y consolidando los niveles de violencia a los que poco a poco nos han ido acostumbrando.

También debe entenderse que nuestra banca nacionalizada, en procura del desarrollo nacional, dejó de serlo hace ya mucho tiempo, específicamente desde los periodos administrativos de Monge y Arias, quienes, atendiendo fielmente los mandatos del FMI, en una acción de venganza contra la Administración Carazo y con el aplauso de dirigentes sindicales, comunales, universitarios, del momento, propiciaron desde el INCAE y con el apoyo de la UCCAEP, la separación del Banco Central y la banca en la organización del desarrollo, para pasarlo al naciente sector financiero, para lo cual se establecieron leyes específicas, pasándolo a manos privadas a través del CONASSIF, órgano del que nadie quiere o se atreve a hablar, ni mucho menos señalar a sus integrantes y la responsabilidad directa en la construcción de la desigualdad nacional y disputar el liderazgo de Costa Rica en ese campo a nivel mundial, la facilitación para el blanqueo de capitales provenientes del narcotráfico o peor aún, haciendo de la moneda que es un factor de intercambio en el capitalismo para la construcción de riqueza, establecer ahora, que su posesión y su acumulación es ahora la riqueza, haciendo del sector financiero, el sector privilegiado.

De esa forma, es que nuestra banca sigue siendo “nacional” porque el capital accionario pertenece a los costarricenses, pero está sujeta y determinada por los estándares de la banca comercial internacional, desde la aplicación de las normas determinadas por el FMI, donde fuimos entregados a los intereses transnacionales financieros y donde perdimos nuestra soberanía.

La ausencia de transparencia, rendición de cuentas y evaluación de resultados, consignados en nuestra Carta Magna en el Art. 11, crea una distancia entre la población y los funcionarios públicos, aunado al sentimiento de que éstos se asumen dueños de la institución, su ley y sus reglamentos, lo que ha fortalecido la corrupción y la impunidad, de la que todos nos hemos enterado.

Nuestro Movimiento está consciente de que en nuestro país existe una gran cantidad de personas decentes, responsables, llenas de sentido de patria, que buscan sacar adelante nuestro país, en ella se encuentran personas ciudadanas, empresarios grandes, pequeños y medianos: funcionarios públicos, académicos, profesionales y especialmente mujeres y jóvenes, con quienes podemos contar, pues la esperanza en ellos no muere.

De esta forma, es necesario incorporar en la defensa de estas instituciones, las acciones correctivas aquí señaladas, pues de lo contrario las acciones mismas serán débiles en el horizonte de lo que el país debe ser y la institucionalidad que se requiere para lograrlo.

Estamos en una situación que hemos pospuesto, muy a lo tico, pero también es el momento, al igual que en 1821 con el Pacto de Concordia y aprendiendo de ello, establecer un Nuevo Pacto Social, donde desde los más profundos disensos, establezcamos el consenso necesario para tener a tiempo la Costa Rica que desafiará el futuro.

Es un momento de inflexión nacional, con una situación internacional de profundo contenido de cambio, no podemos torpemente verlo y desestimarlo, ya ese error lo cometimos profundamente en los últimos 30 años del siglo pasado. Debemos ser profundamente críticos de nuestros errores y asumir con la responsabilidad que lo hicieran los defensores de nuestra independencia y fundadores de nuestra república, raíces que obstinadamente un malinchismo ha querido destrozar.

Propuesta ciudadana para manejar la deuda interna disponiendo de bienes nacionales

La propuesta que hemos alentado, consiste en:

  • La deuda es interna, es decir, nos debemos a nosotros mismos, es entre familia.
  • El estado ha incumplido con su tarea, desde luego los responsables tienen nombres y apellidos, debemos saber quiénes son, pues pueden ser los mismos que tendrán ahora en sus manos la decisión estratégica, lo cual es un alto riesgo.
  • Dar en dación de pago, no es lo mismo que vender, es un principio comercial simple, pues es un acuerdo.
  • De esta forma, por acuerdo nacional, como parte de un Nuevo Pacto Social, se otorga en dación de pago el Banco de Costa Rica y el Instituto Nacional de Seguros a la Caja Costarricense del Seguro Social, por la deuda pendiente con la institución.
  • En estos momentos debe transparentarse el proceso, debemos ser vigilantes ante el intento de venta.
  • Ya “los expertos” se frotan las manos por la cuantiosa suma de dinero que se ganarán por validar lo que valen nuestras instituciones en disputa, afectando el principio de abonar a la deuda, pues de camino se enriquecen algunos de manera inmoral, pero legal, lo que prostituye el proceso y el principio que debemos atender.
  • Sabemos que la CCSS no tiene la experiencia para manejar bancos ni seguros, pero como el interés final es salvaguardar nuestros activos, debemos replantearnos en las actuales condiciones el papel de los mismos, dándole fortaleza estratégica al sistema de salud, estableciendo el acompañamiento necesario, como lo hace cualquier institución o empresa moderna.
  • La ciudadanía responsable debe sin discusión, dar un paso al frente y hacerse garante del presente proceso, consciente de que su ausencia irresponsable, permite el espacio a la corrupción y la impunidad.
  • Deberá establecerse un proceso de rendición de cuentas (que no es un informe de labores) y evaluación de resultados organizado desde la ciudadanía tal cual lo establece el Art. 11 Constitucional, para transparentar las acciones institucionales, pues al fin y al cabo los dueños del sistema de salud son las personas ciudadanas que son las que lo mantienen con sus cuotas, por lo tanto, son los accionistas de la empresa de salud más importante de Costa Rica.
  • Deberán revisarse con profundidad los procedimientos de compra de proveedores de la CCSS así como su manejo financiero, para no arrastrar a las entidades nuevas que se le suman (BCR – INS) a subsidiar los malos procedimientos que hasta ahora están en función.
  • Así como el sistema de salud busca democratizar el acceso a la salud, deberá hacerlo en democratizar la economía, abriendo el acceso de las pymes locales, especialmente las mujeres y jóvenes vulnerables, para transformarse en proveedores del sistema, en los diferentes órdenes de aprovisionamiento, para lo cual se revisará la normativa existente para facilitarlo.

Quedamos a sus órdenes sabiendo de su compromiso con nuestro país y convencidos de su espíritu de colaboración, nos manifestamos a la orden para aclarar cualquier duda, en nuestro teléfono 8769 8714 o al correo comusepo@gmail.com

De ustedes atentamente,

Carlos Campos Rojas
Coordinador Nacional

ES LA IDEOLOGÍA… es la ideología

Oscar Madrigal

¿Alguien con una pizca de sentido crítico podrá pensar que la venta del Banco de Costa Rica (BCR) contribuirá significativamente a reducir la deuda del Gobierno? Los números aportados en muy diversas instancias señalan que el BCR es un gran negocio para el país y su venta una reducción importante de ingresos.

¿O que el aumento de salarios a las trabajadoras y trabajadores de la CCSS afecte el déficit fiscal y con ello la deuda del Gobierno? Los salarios que paga la Caja en nada afectan los gastos del Presupuesto Nacional porque no se pagan de allí.

El Presidente Chaves no solo arremetió contra el aumento de salarios en la Caja sino que hizo la siguiente afirmación de forma contundente e inapelable:

LA CAJA ESTÁ QUEBRADA

¿Qué sentido tiene esta afirmación? Una es proponer un nuevo modelo de financiación del sistema de salud aligerando las cargas a los patronos o empresarios, tema sobre el que vienen insistiendo desde hace años y la otra es privatizar servicios importantes que brinda la Institución.

Estemos claros, lo que persigue el Presidente Chaves es privatizar servicios trascendentales de la CCSS.

Igual sucede con la venta de la mitad del INS, otra fuente de ingresos para el Estado.

Recordemos que tanto el Presidente Rodrigo Chaves como la Primera Dama son exfuncionarios del Banco Mundial, cuyo catecismo privatizador prometen ejecutar. Así lo hizo Chaves en Indonesia. La máxima ideológica del BM y sus representantes es que el Estado y sus instituciones son por definición ineficientes, a diferencia de la empresa privada que, por las leyes del mercado, según el dogma, actúan o sirven mejor. El objetivo que persigue el Presidente Chaves es pasar a un sistema de mercado donde fluyan supuestamente libres las fuerzas de mercado, con la mínima participación estatal.

Chaves y su grupo íntimo están convencidos de eso y en dirección a la privatización están trabajando. Para ello están buscando apoyo e inversiones en el exterior. No es que quieran reducir la deuda pública, no es quieran racionalizar el gasto, es que quieren privatizar o vender el Estado de Bienestar. Los hechos están a la vista.

Y nosotros dejemos de dar vueltas, el actual Gobierno incluyendo a la Primera Dama, quiere y pretende -lo dice abiertamente- privatizar todo lo que pueda, empezando ahora por los bancos estatales, la aseguradora estatal y parte esencial de la Caja.

Es la ideología, sin más excusas.

El virus ideológico privatizador llegó con fuerza. Hay que inmunizar el país.

Nota: mientas escribo esto, llega la noticia que Alemania nacionalizó la mayor planta de gas del país. Nosotros caminamos de espalda.