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Etiqueta: capitalista

No necesitamos héroes

Esteban Beltrán Ulate
Profesor
esbeltran@yandex.com

No podemos tener un héroe de paz porque la paz es una aspiración, es in ideal, es el horizonte que debemos aspirar como humanidad. La paz no es un anhelo personal, es un anhelo que debe sentirse en comunidad. No podemos tener un héroe de paz, porque la historia del héroe esta cargada de muchos discursos del pasado, el héroe no habla del pasado, mientras que la paz nos viene del futuro. No hay paz en el pasado, no hay paz en el presente, solo esperanza de un futuro con un cielo para todos, con una tierra sin fronteras, con pan y agua, palabra y amor para cada niño y niña que nace.

No hay paz cuando se manipula la historia para inventar falsos ídolos, no hay paz cuando se manosea el código trabajo para hacer las horas más largas y los salarios más pequeños. No hay paz cuando los vicarios de la economía dictan al oído de la educación y la salud los pasos que deben dar. No hay paz mientras apaguen las voces de los pueblos originarios que claman por una ecología integral, no hay paz mientas la violación y la muerte sean sinónimo de muerte de mujer. No hay paz mientras vivamos en una sociedad colonialista, patriarcal y capitalista; no hay paz mientras los gobiernos disputen la verdad frenando la libertad de prensa. No hay libertad mientras no exista una vacuna contra la corrupción.

No necesitamos esos héroes de paz falsificados, es imposible callar las voces del ayer que muestran la violencia en manos de intereses vanidosos por administrar el poder de gobierno. No necesitamos ídolos que digan a nuestro niños y niñas como debe forjarse un pueblo. Son muchos los mitos en los que vivimos como costarricenses, a lo largo de la historia de nuestra nación, hemos construido una caverna colmada de fantasías, una caverna que no permite que veamos más que sombras, ahí olvidamos nuestros océanos, nuestros bosques, incluso a nuestro prójimo.

Pero la historia también tiene fisuras, la historia se puede escribir y leer de muchas maneras, por eso, incluso en medio caverna que los poderes políticos dominantes han construido bajo la tienda de campaña de los últimos tres partidos en el poder, la ciudadanía puede negar sus ídolos, dar la espalda a la mentira y caminar hacia la verdad, que habita en el horizonte.

No necesitamos héroes, necesitamos las manos abiertas de nuestros compatriotas, aquellos que comparten el pan de la justicia y la igualdad. No necesitamos de figura mesiánica que se presente como el absoluto salvador, necesitamos de una humanidad dispuesta a transformarse y transformar la sociedad en la que vivimos, dispuestos a todo, por una vida digna, donde el pan, el techo, el agua, el aire, todo sea todos, para nuestras generaciones y para las venideras.

Crisis de Fronteras

Arnoldo Mora

 

¿Hemos vuelto a la situación que antecedió a la II Guerra Mundial? ¿Es Trump la versión actualizada del ascenso de Hitler a partir de la crisis financiera de 1929, que hizo colapsar el sistema capitalista mundial en momentos en que la joven URSS crecía a un ritmo de un 10%  por mas de una década? ¿No es lo que ha hecho ahora China por tres décadas consecutivas logrando así convertirse en la segunda potencia política y económica mundial? Mientras tanto, la crisis financiera en Occidente se vuelve crónica. Las repercusiones en el campo político no se han hecho esperar. El Reino Unido podría tener los días contados si Escocia se independiza. Algo similar podría suceder en España. En cuanto a los Estados Unidos, dan la impresión de estar cada vez menos “unidos”. La violencia policíaca contra negros y latinos ha rebasado sus ancestrales raíces étnico-culturales; hoy es, ante todo, política. El jovenzuelo que masacró a los asistentes a una iglesia de negros lo dijo: hacía eso porque los afrodescendientes amenazaban con convertirse en mayoría.

Detrás de la escalofriante tragedia de los migrantes se esconde una causa similar. El mundo unipolar hegemonizado por Occidente, que proclamaron  con bombos y platillos Reagan y Thatcher luego del derrumbe de la Unión Soviética, no pasó de ser un aborto. La oleada migratoria que hoy estremece a la geopolítica mundial recuerda lo acaecido en los dos últimos siglos del Imperio Romano, cuando sus fronteras fueron sobrepasadas por los pueblos circunvecinos hasta llegar a Roma y derogarla como poder imperial pero adoptando mucho de su cultura. En los tiempos que vivimos, Occidente da muestras inequívocas de decadencia. Prueba de ello es el descenso demográfico. Europa y los gringos rubios prefieren tener perros y gatos en vez de chiquitos. Yo vi en las zonas rurales de Francia el año pasado aldeas enteras deshabitadas. Lo mismo pasa en España. Eso se dio en la Roma imperial desde el siglo IV. Hoy las fronteras de Occidente se han convertido en cementerios: el Mediterráneo, la frontera Sur de los Estados Unidos, México, Ucrania, Medio Oriente.

Esta violencia generalizada es síntoma de ingobernabilidad y, como se trata de un fenómeno mundial en sus causas y repercusiones,  podría convertirse en la  antesala de un conflicto de dimensiones planetarias. Los gritos desgarradores de las víctimas de hoy podrían sonar como el canto de réquiem de una especie que ha demostrado tener muy poco de sapiens. Frente a esta apocalíptica alternativa considero que solo cabe una alternativa, inspirada en el principio epistemológico según el cual las soluciones solo son tales si son concordantes con la naturaleza y alcance de los problemas que las originan. Tratándose en este caso de un problema planetario, la solución no puede inspirarse en una concepción tendiente a una  hegemonía nacional o regional. Solo puede ser llevada a cabo por un centro de poder con jurisdicción planetaria. Para eso se requiere un compromiso de todas las naciones en favor del respeto a los derechos humanos y a los principios fundamentales del derecho internacional. Ya el P. Vitoria y la Escuela jusnaturalista de Salamanca lo intuyeron en los albores mismos de la modernidad.

 

Enviado a SURCOS Digital por el autor.

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Costa Rica: crisis del empleo y mentiritas empresariales

Luis Paulino Vargas Solís

Costa Rica- crisis del empleo y mentiritas empresariales

Es seguramente cierto que la economía de Costa Rica ha perdido competitividad, lo cual tiene importancia en cuanto somos una economía capitalista y una parte mayoritaria del empleo y la producción depende de industrias y empresas que funcionan bajo reglas capitalistas, es decir, guiadas principalmente por criterios de ganancia, lo cual les exige cierto nivel mínimo de competitividad. En ese punto llevan razón las cámaras empresariales. Y, sin embargo, está claro que estos poderosos sectores no ofrecen un diagnóstico que merezca consideración alguna. Sus irrespetuosas estridencias, cargadas de cinismo, son un monumento a la charlatanería y la irresponsabilidad.

Han mentido de manera desvergonzada en relación con el precio de la electricidad y los niveles de tributación que afectan las ganancias empresariales. Y mientras mienten, al mismo tiempo promueven la irresponsabilidad tributaria y el ataque a los sistemas de seguridad social, todo lo cual adquiere el cariz de una imprudente y peligrosa guerra de clases promovida desde arriba.

Más allá de toda esa histeria empresarial, es cierto que hay un fondo económico problemático, que afecta no tanto a esas cúpulas empresariales poderosas, sino a la economía en su conjunto y, en especial, a la amplia base de empresas pequeñas y medianas. Haciendo de lado tanta superchería y destemplanza, propongo aquí un ejercicio de reflexión que, muy en síntesis, se esfuerza por aportar un punto de vista serio y fundamentado.

Costa Rica- crisis del empleo y mentiritas empresariales2

1) Estos problemas que tanto furor levantan hoy no son novedosos en absoluto: el bajo crecimiento de la economía y la pésima –más bien catastrófica- situación del empleo son problemas que se remontan a 2009. Es una especie de crisis económica larvada y silenciosa;  un estado de depresión económica que no se manifiesta como un colapso repentino y violento, sino como un largo proceso de estancamiento y gradual retroceso. O sea, resulta verdaderamente grotesco que quieran hacer pasar por nuevo lo que para un millón de trabajadoras y trabajadores costarricenses ha sido motivo de angustia laboral por más de un quinquenio.

2) Como ya dije, la costarricense es predominantemente una economía capitalista. Por su parte, el capitalismo se orienta hacia la acumulación incesante de capitales –o sea hacia el crecimiento económico- pero ese movimiento expansivo está regulado por la ganancia, es decir, por la tasa de rentabilidad que se obtiene sobre las inversiones empresariales. Pero las inversiones, como las ganancias que puedan obtenerse, están siempre envueltas en una nebulosa de incertidumbres; las empresas saben cuánto ganaron (o perdieron) en el pasado pero no cuánto ganarán en el futuro, con el agravante de que sus inversiones son siempre una apuesta al futuro construida sobre el terreno inestable de las expectativas empresariales. A veces son certeras y exitosas y otras veces no. Para que una inversión realizada hoy pueda dar los frutos esperados, se requerirá que en los años venideros haya mercados en expansión donde colocar la producción que resulta de esas nuevas inversiones. Y, con seguridad, ahí empiezan los problemas que la economía costarricense viene padeciendo. Es muy factible que las anticipaciones optimistas que prevalecían en los años de auge de 2006-2007, y aún los momentáneos y no muy vigorosos rebrotes de entusiasmo que surgieron hacia 2012, luego se hayan topado con la realidad de mercados que se muestran poco propicios. Las expectativas empresariales han ido chocando con realidades poco halagüeñas lo que, progresivamente, profundiza el ambiente sombrío y, con ello, perpetúa la debilidad de la economía.

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3) Inciden en todo esto varias tendencias negativas que confluyen y se refuerzan:

a) El comportamiento frágil y vacilante de la economía mundial durante el período posterior a la fase aguda (2008-2009) de la crisis mundial. Dada la amplitud y características de la apertura de la economía costarricense-en gran medida influida por los tratados comerciales-, ello perjudica el desempeño de las exportaciones y el turismo, en especial cuando se trata de empresas nacionales pequeñas y medianas.

b) Pero también impactan –incluso de forma más severa- varios factores internos. Primero, el agudo deterioro que el empleo registró en 2009 a raíz del impacto de la crisis mundial. Ello juega en contra de las empresas que producen para el mercado nacional, el cual pierde capacidad de demanda al deteriorarse el poder adquisitivo de quienes padecen situaciones laborales anómalas. En cuanto los problemas del empleo persisten y se agravan, con ello se favorece que los salarios se deterioren, puesto que a las empresas les sobran personas a quienes contratar pagándoles menos. Pero al hacerlo así el mercado interno se debilita aún más y, de nueva cuenta, ello incide negativamente sobre los problemas del empleo.

c) Desde finales de 2005, el tipo de cambio colón-dólar entra en un movimiento de mediano y largo plazo que tiende a ubicarlo en niveles artificiales. Ello es así puesto que los niveles de inflación en Costa Rica se mantienen sostenidamente por encima de los índices de inflación de la mayoría de los países con los que se comercia. Esto crea una situación de creciente estrés competitivo para las empresas exportadoras y turísticas –en especial las de capital nacional pequeñas y medianas- así como para las que compiten con productos importados. Tal es, posiblemente, el fardo más pesado que hoy frena la creación de empleos. Hay básicamente dos vías para tratar de compensar esa creciente desventaja: mediante reducción de los salarios reales o a través de ganancias sustanciales de productividad. Lo primero efectivamente se viene intentando, con dañinas consecuencias sociales y debilitando adicionalmente –como expliqué más arriba- el mercado interno con perjuicio para las empresas que producen para este último, lo cual lastra el desempeño general de la economía. Lo segundo encuentra limitaciones en factores generales de la propia economía costarricense –como las grandes falencias de la infraestructura de transportes y el conservadurismo del empresariado tico- y en la limitada capacidad inversora que, sobre todo en las actuales circunstancias, enfrentan muchas empresas, puesto que para mejorar la productividad se necesitan inversiones que incorporen tecnologías más avanzadas. Mas no olvidemos que tales tecnologías tienden a destruir empleos, cosa indeseable en nuestras actuales circunstancias.

d) Esa disminuida capacidad para la inversión que modernice los sistemas productivos de las empresas, encuentra una limitación adicional en el altísimo costo de financiamiento. Con tasas de interés superiores al 15%, solo empresas muy rentables podrían asumir tales créditos.

e) La combinación “tipo de cambio sobrevaluado + elevadas tasas de interés” –con todos sus nefastas consecuencias sobre la producción y el empleo- configura una juego rentístico-financiero, ampliamente favorable a la banca (pública y privada). Es una situación deplorable cuyo principal responsable es el Banco Central.

d) Esta combinación de factores objetivos interactúa con y refuerzan los factores sicológicos sombríos. Las pesimistas expectativas empresariales se refuerzan así en círculo vicioso. De ahí que el estancamiento tienda a perpetuarse. Se necesitará una muy significativa reorientación de la política económica, en ámbitos como la inversión pública, tasas de interés y crédito y, en particular, corrección del tipo de cambio, para que pueda haber a corto plazo una recuperación económica significativa, la cual, sin embargo, estará inevitablemente influida por lo que pase en la economía mundial.

 

Tomado del Blog Soñar con los pies en la tierra de Luis Paulino Vargas:

http://sonarconlospiesenlatierra.blogspot.com/2015/03/costa-rica-crisis-del-empleo-y.html

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El Buen Vivir no es desarrollo, ni el desarrollo es sostenible

Ollantay Itzamná*

El Buen Vivir no es desarrollo

Ante la inminente catástrofe existencial a la que nos llevó el sistema-mundo-occidental-capitalista, en los últimos años, activistas reflexivos, y algunos de la academia progresista, “descubrieron” los modelos de convivencia milenaria de los pueblos originarios y los plantearon como desarrollo alternativo.

Debemos entender que el desarrollo (desenvolver) como modelo de vida basado en la producción-consumo-confort, no tiene más de tres siglos de antigüedad. En el siglo XIX, el pensamiento eurocéntrico lo denominó progreso. En el siglo XX, después de la II Guerra Mundial, el entonces Presidente Truman de los EEUU, proclamó a su pueblo como país desarrollado, y al resto, nos catalogaron como “subdesarrollados”. Desde entonces, parte de la humanidad se obsesionó por la dinámica suicida de producción/explotación-consumo-confort, para ser desarrollados.

En menos de tres siglos el desarrollo no sólo convirtió a sus agentes en consumopáticos y energívoros, sino que activó una crisis ecológica planetaria sin precedentes. Fue, entonces, que en la década de los 70 del pasado XX se acuñó el término de desarrollo sostenible para “preservar” los derechos y el bienestar de las siguientes generaciones. Desarrollo sostenible quiere decir: sigamos devorando al planeta herido, pero preservando algunas migajas para los nuevos y futuros consumopáticos.

Ya vamos casi como medio siglo intentando el promisorio desarrollo sostenible, pero pueblos enteros y ecosistemas completos continúan siendo sacrificados para sostener el desarrollo de unos pocos insensibles. Y la Madre Tierra ya perdió su capacidad autoregenerativa y autoregulativa hidroclimática.

El desarrollo siempre tiende hacia la acumulación infinita, y los bienes de la Tierra son evidentemente finitos. ¿Cómo la humanidad se puede desarrollar infinitamente si los bienes de la Tierra son finitos? El concepto de desarrollo sostenible se equipara a un lobo feroz pero con los colmillos limados. Al final siempre es predador. Entonces, ¿cómo salimos de este entuerto hegeliano del desenvolvimiento infinito? La respuesta es el silencio.

En este contexto de silencio desesperante, se intenta teorizar sobre las vivencias milenarias del sumaq kausay. Vivencias vapuleadas y estigmatizadas, como causas atávicas de la miseria y atraso, hace tan sólo unas décadas atrás, por los mismos académicos ilustrados que, ahora, intentan construir nuevos discursos sobre desarrollo sostenible con lo abominable.

Nuestros abuelos y padres nos hablaron de que los humanos no somos ninguna finalidad, ni centro de la realidad existente. Todos los seres materiales y espirituales tenemos dignidad, derechos y obligaciones. Ellos nos inculcaron que los humanos somos una chakana (puente) para reestablecer el equilibrio en la comunidad cósmica. Nuestra misión es cuidar y posibilitar el equilibrio en todo y con todo cuanto coexiste en la comunidad cósmica, incluida la especie humana.

Somos jardineros, guardianes de todo cuanto coexiste en la Madre Tierra. No explotamos, nos servimos. No acumulamos, compartimos. No somos sedentarios, somos nómadas. Nuestra felicidad no está en el poseer cosas, sino en contemplar y cuidarlas. A eso denominamos sumaq kausay, suma qamaña, ñandereko (buen convivir, en quechua, aymara y guaraní, respectivamente)

Entonces, el Buen Vivir es completamente diferente al concepto del desarrollo sostenible. Erróneamente algunos analistas asumen el Buen Vivir como una fase más del proceso de desarrollo. El desarrollo es antropocéntrico, el Buen Vivir es cosmocéntrico. Para el sistema del desarrollo, sólo los humanos gozan de derechos. Para el Buen Vivir, nuestra Pachamama (Madre Tierra), los ríos, los árboles, los animales, las piedras, los espíritus protectores, los humanos, etc., todos tenemos derechos y obligaciones. Para que el desarrollo sea sostenible se requiere de individuos adiestrados compitiendo y sacrificándose muchos por pocos, para posibilitar el sumaq kausay se requiere de la convivencia equilibrada y cooperante en la comunidad cósmica. El desarrollo es un rodillo aplanador y uniformador que aniquila la diversidad biocultural, el sumaq kausay existe en la medida en que florecen los diferentes tipos y formas de vida.

 

* Indígena quechua, abogado y antropólogo

http://moncadalectores.blogspot.com/2014/11/el-buen-vivir-no-es-desarrollo-ni-el.html

 

Compartido con SURCOS Digital por Graciela Blanco Martén.

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La Izquierda Despersonalizada

Las sociedades occidentales se debaten aunque algunos detractores o defensores de los sistemas de explotación lo nieguen, en una permanente lucha de clases y esto es así puesto que para algunos es la manera de dominar el poder para su propio beneficio de acumulación de riquezas, para otro, es el asalto del poder para beneficio y bienestar de la mayorías, donde el desarrollo y el crecimiento económico brille para todos. La clase social explotada, es el sustento de los ricos o sea de la burguesía y oligarquía de allí su consecuente rebeldía, ante quienes nos esclavizan y explotan, latifundistas y capitalistas, esto es innegable, y no se puede ocultar.

Pero para algunos que se llaman ser revolucionarios sucumben ante la tentaciones y el sabor de la miel del poder y del dinero, que le atrae en obtener bienes materiales y del vivir bien, sin importarle cuanta miseria padece el pueblo, cuántos niños mueren de desnutrición, de enfermedades fáciles de combatir, cuantos jóvenes sin oportunidades, ancianos abandonados y cuantas personas sin trabajo que no pueden llevar el sustento a sus hogares.

Eso es lo que ofrece el sistema capitalista de allí la lucha de clases, este proceso es ineludible porque es la quinta esencia de la realidad en una sociedad dividida en clases. Hablar de esto no es pecado, es como si habláramos de la religión que forma parte de la sociedad.

Los ideólogos de la burguesía como clase dominante lo ha satanizado aprovechándose del bajo nivel cultural de la población, allí obedece el por qué aun en este siglo todavía existen bolsones de analfabetas o de niños y jóvenes excluidos del sistema escolar, más aún con contenidos que no nos adentran en el conocimiento científico del mundo, si no que están más interesado en que las escuelas sean máquinas de producción de manos de obra sin importar lo que tengan en la cabeza.

La izquierda como tal está llamada a luchar contra el status quo, así surgió y debe ser así en cualquier sociedad, la izquierda está llamada a desenmascarar a la derecha en los tres tipos de lucha, a saber, en lo económico, político e ideológico y esto tenemos que hacerlo con altura, preparación y respecto a nuestros enemigos de clase, nuestra arma poderosa son nuestras ideas revolucionarias, la clase obrera tiene que apropiarse de ella.

El hecho de que la izquierda deje de hacerlo no significa que cese la contradicción de clase, mucho menos se detiene el proceso social hacia estadios superiores, otros llenaran es vacío y tomaran la reivindicación del progreso social mundial.

Hoy en día la mal llamada izquierda ha asumido la reivindicación socio-económica del capitalismo, han llevado a los pueblos a la miseria, han impuesto su modelo neoliberal, han apoyado intervenciones militares, se olvidaron y abandonaron sus raíces y se han entregado al imperialismo. Ya lo denunciaba Lenin cuando la división de la ll Internacional (1889-1916), su traición y oportunismo de clase, con la que expresaban posiciones reformistas, revisionistas y colaboracionistas, con apego a los medios electorales.

Sin embargo, lo fundamental no es que te llame de Izquierda, lo importante y que cobra sentido es que puedas desenmascarar a la derecha, asumir el compromiso de profundizar la lucha de clase, advertir a tu pueblo que otra sociedad distinta a la capitalista es posible y real y el que asuma este rol de izquierda tendrá que ser consecuente con su origen, lo cual, es romper el status quo, romper con el orden social y económico existente, obrar lo contrario es síntoma de traición y oportunismo.

Cualquier proceso de alianza debe estar enfocado en esa dirección y no debe desdibujarse la condición social por la cual esta llamada la izquierda. Convivimos dentro del sistema y eso nos da la preeminencia de estudiarlo a profundidad con objetividad para ofrecer los cambios y desenmascarar sus propósitos y con ello hacérselo saber al pueblo para que comprendan que este sistema ya caducó que se abre el paso hacia uno nuevo y todo aquello que hay entenderlo como un proceso inexorable.

En nuestro país, los grandes luchadores sociales a inicio del siglo pasado jamás ocultaron sus raíces de Izquierda y desenmascaraban a la oligarquía de entreguistas, bregaban por mejores condiciones de vida para el pueblo y difundieron las ideas revolucionarias marxista-leninista a lo largo y ancho del país, pero, el imperialismo norteamericano y sus lacayos internos jamás podían permitir el avance y atractivo de la ideas revolucionarias, para ello, le ofreció despojo, represión, asesinatos a los revolucionarios, obligándolo a recurrir a la más profunda y oscura clandestinidad.

Hoy en día triunfante las ideas revolucionarias de izquierda en nuestro país, con todo el sacrificio que esto significó, al menos aparece en nuestra carta magna lo cual es respeto a las ideas y a la libertad de conciencia, con este aval no existe excusa de poder levantar y elevar nuestras ideas revolucionarias en el debate público, esto es lo fundamental que podamos entrar al debate con nuestras propias ideas revolucionarias de izquierda, ¿Quién nos las impide?, ¡nosotros mismos!

Se pierde, se despersonifica la izquierda y las ideas revolucionarias, los que supuestamente son nuestros voceros de la izquierda se disipan en el debate coyuntural. No existe planteamiento alguno ni profundidad del porque de las cosas, de los sucesos, andamos empantanados con nuestras propias ideas, la hacemos perder en la vorágine de los acontecimientos sociales.

Autor: Alfredo Graell.

Central Nacional de Trabajadores de Panamá (CNTP).

 

Enviado a SURCOS por el dirigente sindical panameño Fernando Rangel Cruz, secretario de Relaciones Intersindicales e Internacional de la Central Nacional de Trabajadores de Panama (CNTP).