La Benemérita Biblioteca Nacional, se complace en invitarle a la conferencia Lecturas para católicos: la Iglesia y el control de los medios impresos en Costa Rica (1880-1965) por el Dr. Eugenio Quesada Rivera.
En nuestra condición de sacerdotes y religiosos comprometidos con la Iglesia Católica y motivados por los más altos intereses de nuestra Patria, subscribimos las siguientes consideraciones que compartimos con la opinión pública y especialmente con los fieles laicos de nuestras comunidades:
Se avecina la segunda ronda electoral, el próximo 1 de abril del 2018, donde elegiremos al próximo Presidente de la República, llamado a procurar el Bien Común y el beneficio de todos los costarricenses, sobre todo de la población más empobrecida, desempleada y excluida de la riqueza nacional, en particular las mujeres, así como de los grupos minoritarios que claman por el respeto a sus derechos: comunidades indígenas, adultos mayores, migrantes, personas con discapacidades, entre otros.
Consideramos contraria al espíritu evangélico toda manifestación violenta contra la población LGTBI. En los evangelios no se ve que Jesucristo discrimine a una persona por su condición sexual.
Algunos ciudadanos, erróneamente, consideran que la Iglesia Católica toma partido en beneficio de un candidato porque menciona en su discurso la defensa de la vida y la familia, como si tuviera el monopolio de la defensa de estos valores.
Lamentamos la manipulación del sentimiento religioso, característico de la mayoría de nuestra población creyente, especialmente de los más pobres, por parte de algunos pastores y líderes cristianos evangélicos, no todos, que abiertamente favorecen a un candidato a la presidencia.
Consideramos como amenaza para la paz social, los intereses de algunos sectores económicamente poderosos que visualizan como criterio de oportunidad para hacer negocios, el modelo adoptado en otros países del continente americano, cuando se combina poder político y evangelismo conservador y fundamentalismo de corte neo pentecostal.
Finalmente, en medio de la incertidumbre y la pasión que pueda desencadenar la contienda electoral, hacemos eco del llamado a cumplir con la obligación patriótica del sufragio.
Ejerzamos el derecho a elegir exentos de toda utilización de nuestro sistema de creencias religiosas.