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Etiqueta: centroamérica

El sueño posible de cumplir

Por Marlin Oscar Ávila

Mientras el conflicto bélico de Israel con Irán trata de distraer nuestra atención al genocidio provocado por los sionistas en Palestina, en Centro América nos preparamos para elegir nuevas autoridades nacionales en algunos países. No es el caso de Costa Rica con el presidente ya elegido Rodrigo Chaves, ex funcionario del Banco Mundial, egresado de la Universidad de Ohio, EUA, tecnócrata, elegido, sin trayectoria política nacional (outsider), aun cuando parece más cuerdo, dispuesto al igual que Javier Milei, de Argentina, en cumplir con su plan tecnológico neoliberal, si le fuese posible.

En Nicaragua, los Ortega han neutralizado la oposición, reprimiendo a sus retractores, incluso, quitándoles su innata nacionalidad y expulsándoles del país. Ahora ese pueblo vive con miedo y en silencio cómplice. Es interesante ver como más de cuarenta miembros del Partido Nacional hondureño, acusados de corrupción, se han asilado en ese país vecino.

En Honduras, se preparan con un año y medio anticipado para las elecciones. El Partido Libre en el poder, con su fuerte candidata Rixi Moncada y la presidente Xiomara Castro, no se visualiza ninguna oposición capaz de convertirse en una real competencia política, para Libre. Esto seguirá siendo así mientras las agencias de inteligencia estadounidenses se mantengan distantes. Pero, en los muchos meses que faltan para las elecciones, sin duda, estarán estudiando cómo dividir al Partido Libre, sino es que provocan una tragedia donde nadie desvele sus autores intelectuales.

En el Salvador, sigue figurando su Presidente Nayib Bukele empresario salvadoreño de ascendencia árabe Palestina, un muy astuto joven conservador. Presidente desde 2023, después de ganar dos importantes alcaldías, porque logró hacer creer a los del Frente de izquierda que era un revolucionario. Ahora está logrando engañar a la izquierda de América Latina. Este joven cuarentón, cuenta con un 85% de popularidad asegurando así su reelección.

En Guatemala está el recién electo presidente César Bernardo Arévalo de León, quien es un político, diplomático, sociólogo y escritor guatemalteco que se desempeña como presidente desde el 15 de enero del presente año.

No cabe dudas que la presidente hondureña, Xiomara Castro, con el significativo apoyo intelectual del secretario de relaciones exteriores, Dr. Eduardo Enrique Reina, ha logrado perfilarse como una líder regional, principalmente a través del CELAC.

Esto hace ver como el expresidente Manuel Zelaya, coordinador del partido Libre, ha logrado unir las diversas corrientes internas, para convertir en un bloque sólido a su partido, con otra fuerte mujer, como lo es, la abogada Rixi Moncada, quien seguiría gobernando a Honduras.

Si esto llegara a cumplirse, Honduras dejará de ser vista como la cenicienta o la Banana República de nuestra región.

Centro América requiere de esa fortaleza para llegar a proponer la Federación Centroamericana, un sueño de su héroe Francisco Morazán.

Abril, 2024

Impacto de las Políticas Públicas en Centroamérica y República Dominicana: Algunas tendencias actuales – Conferencia

Le invitamos a la Conferencia “ Impacto de las Políticas Públicas en Centroamérica y República Dominicana: Algunas tendencias actuales”.

Lunes 22 de abril a las 5:00 p.m. en el Miniauditorio de la Facultad de Ciencias Sociales UCR (Auditorio 608).

La actividad académica estará a cargo del M.Sc. Alberto Mora Román y la Dra. Ilka Treminio Sánchez, además, será moderada por la Dra. Nancy Piedra Guillén. Más información en la imagen.

¿Qué pensás de la democracia?

La Fundación Friedrich Ebert, como parte del Programa del Estado de la Región, busca conocer las percepciones de las personas de Centroamérica en torno a la democracia. A continuación la información

¿Qué pensás de la democracia?

Te invitamos a hacer el test aquí: https://www.testidentidades.com/

Para explorar si tenés inclinación hacia la democracia. Al final podrás ver los resultados y compararlos con las respuestas de otras personas de toda América Central. 

Esta iniciativa es una herramienta digital, diseñada por el Programa del Estado de la Región y cuyos resultados serán parte del próximo Informe regional. Tiene como objetivo identificar las percepciones ciudadanas que la población de Centroamérica y República Dominicana tiene sobre la democracia, en un contexto marcado por crecientes preocupaciones sobre su erosión.

Información compartida a SURCOS por la Fundación Friedrich Ebert.

Ana Lorena Cartín y su importancia en Radio Noticias del Continente

Ana Lorena Cartín, mujer costarricense, química de profesión, pero con una visión política de la vida llevó a cabo proyectos “desde abajo” -como solía mencionar-, falleció el jueves 21 de marzo de 2024. El Grupo de Trabajo de CLACSO “Violencias en Centroamérica” lamenta profundamente su fallecimiento.

Su labor como directora de Radio Noticias del Continente (RNC), fue fundamental para las luchas de los pueblos de Nuestra América, en particular en el Cono Sur, y en Centroamérica. RNC contó con la presencia de estudiantes costarricenses y exiliados del Cono Sur, principalmente de Argentina.

Su principal misión fue romper el cerco mediático que cubría a los gobiernos dictatoriales de Argentina, Chile, Uruguay y también los de Centroamérica, región del continente que se encontraba en una férrea lucha. En Nicaragua, en 1979 justo triunfaba la revolución sandinista, en El Salvador, el FMLN continuaba su lucha contra la junta militar y en Guatemala las distintas organizaciones guerrilleras hacían lo propio. A esas luchas se sumó RNC, evidenciando las violaciones a derechos humanos y llegó a transmitir la última homilía de Monseñor Romero, la cual, fue escuchada en varias partes del continente. Como recordaba hace poco, “nosotros lo transmitimos todo”.

A sus 31 años, Ana Lorena dirigió RNC, se enfrentó a la injerencia de la dictadura argentina en Costa Rica que solicitó información de ella para lograr el cierre de la radio. Tres años después de su apertura y ante el intento de concluir las transmisiones y cuatro ataques con armas y bombas, la red de solidaridad con la radio vino de países como México, Nicaragua, República Dominicana, Panamá, Ecuador y también de la a Federación Latinoamericana de Periodistas protestó ante el presidente de Costa Rica. En 1981, Ana comentó lo siguiente:

“En esta encrucijada para la libertad de prensa en Costa Rica y en nuestro castigado continente latinoamericano reitero mi señalamiento sobre la arbitrariedad que implicaría cerrar un medio de información, con el pretexto que sea, y dejar impunes a los terroristas que llevaron a cabo ataques armados contra RNC, a los infiltrado en los cuerpos de seguridad estatales que atentaron contra la seguridad de la empresa y de sus trabajadores, a los cómplices de las dictaduras que con lujo de recursos se dedicaron a insultar a la emisora y a lo que es mucho peor, a engañar al pueblo de Costa Rica con una concertada serie de tergiversaciones”.

Nos unimos a sus seres queridos en esta profunda pérdida y desde el Grupo de Trabajo de CLACSO “Violencias en Centroamérica”, la recordamos como una mujer solidaria con las luchas de América Latina.

Curso corto «Estado-Nación y Multiculturalismo en Centroamérica»

Por José Daniel Gamboa Araya

La Universidad de Costa Rica se complace en informar la oportunidad de matricularse en el curso corto titulado «Estado-Nación y Multiculturalismo en Centroamérica». Este curso, a cargo de la doctora Aida Ramírez, ofrece una exploración profunda del conocimiento empírico y teórico sobre temas clave como el Estado-Nación, el multiculturalismo y su relación con Centroamérica.

Durante el curso, las personas participantes tendrán la oportunidad de adentrarse en las políticas de la diferencia, así como en el desarrollo del pensamiento crítico en torno a estas temáticas fundamentales para comprender la realidad socio-política de la región centroamericana.

Las fechas importantes para la matrícula son las siguientes:

Prematrícula: 18 y 19 de marzo.

Matrícula regular: 16 al 30 de julio.

El proceso de matrícula se llevará a cabo a través de la plataforma «E-matrícula» de la Universidad de Costa Rica. Se anima a todos los estudiantes interesados en profundizar su comprensión sobre Estado-Nación, multiculturalismo y su impacto en Centroamérica a aprovechar esta oportunidad única de aprendizaje.

Para más información sobre el curso y el proceso de matrícula, los estudiantes pueden consultar la página oficial de la Universidad de Costa Rica o comunicarse directamente con la coordinación del curso.

¡No pierdas la oportunidad de enriquecer tu formación académica y participar en este apasionante curso sobre temas tan relevantes para nuestra sociedad!

Centroamérica unida para la prevención de riesgos ocupacionales 

Desde el 2003, el programa Salud, Trabajo y Ambiente en América Central (Saltra), adscrito al Instituto Regional de Estudios en sustancias Tóxicas de la Universidad Nacional (Iret-UNA), trabaja en el desarrollo de capacidades para monitorear los riesgos ocupacionales y los daños a la salud en sectores como la construcción, agrícola y la economía informal, que permiten mejorar la calidad de vida y promover un desarrollo sustentable para las familias y comunidades.

Gracias a un convenio de cooperación, operan centros de trabajo desde universidades públicas en Guatemala, Honduras, El Salvador, Panamá y Costa Rica, liderados por la Universidad Nacional, que tienen como objetivo desarrollar capacidades nacionales y regionales en Centroamérica para la prevención de riesgos ocupacionales, con perspectivas de salud pública y de producción sostenible, como condición necesaria para reducir y prevenir la pobreza en la región.

Del 12 al 14 de febrero, los coordinadores de cada centro se dieron cita en Antigua Guatemala, para celebrar la firma de una adenda al convenio marco, dada en diciembre anterior e iniciar el desarrollo de una hoja de ruta para los próximos cinco años.

De acuerdo con Jennifer Crowe, coordinadora de Saltra en Costa Rica, por más de 20 años el programa ha experimentado diferentes fases, siempre con la visión de mejorar la salud ocupacional y ambiental en Centroamérica.  “Saltra nació con apoyo de la Agencia Sueca de Cooperación para el Desarrollo Internacional y creció mediante la participación de universidades públicas de los diferentes países de Centroamérica. Posteriormente, contó con financiamiento de la Unión Europea para establecer centros nacionales de salud ocupacional y ambiental en universidades públicas, fase que permitió garantizar la sostenibilidad del programa después del periodo de financiamiento externo. Hoy Saltra opera desde los centros nacionales para salud ocupacional y ambiental en las universidades públicas, sin financiamiento externo y con un convenio de cooperación firmado para los rectores de las universidades participantes, el cual permite colaboración entre los países para enfrentar los retos de salud ambiental y ocupacional más importantes de la Región».

Oficina de Comunicación
Universidad Nacional, Costa Rica

Un grito excluyente, otra vez

Por Memo Acuña (Sociólogo y escritor costarricense)

En la anterior columna sobre la región Centroamérica hablábamos sobre el grito de los excluidos en los procesos de resistencia popular. Es un grito fuerte, claro, directo.

Hoy lamentablemente debemos referirnos a otro tipo de grito: el grito excluyente.

Es ya lugar común que una parte de la afición mexicana que acude a ver a su selección de futbol, una y otra vez recurra a la emisión de un sonido claramente dedicado a insultar de forma homofóbica, al contrario. Por ello, la organización del fútbol mexicano ha recibido apercibimientos, multas, órdenes para parar ese flagelo.

De nada ha servido. Lo han vuelto a hacer. Esta vez en el último partido contra la selección de Honduras.

Los estadios donde se juega fútbol y en general los reductos que reciben afluencia importante de aficionados, son espacios que condensan una radiografía de sus sociedades, amparada en un anonimato oficializado. Ocurrió hace poco en un estadio costarricense, esa vez con insultos xenofóbicos de por medio hacia un jugador nicaragüense.

No hace mucho, en los años ochenta, cuando equipos o selecciones centroamericanas venían a jugar al estadio nacional costarricense, eran recibidos con gritos y sonidos parecidos a los que identificaban a los personajes indígenas de las películas estadounidenses de aquellos años. Todo el estadio. Al unísono.

Recordemos que esos aires de superioridad racial costarricense fueron construidos en la época de consolidación del proyecto liberal donde blancura y excepcionalidad conformaron los ejes temáticos del discurso hegemónico.

Aún queda mucho por trabajar en estos temas. México, su selección, está a las puertas de una fuerte sanción que le impediría inclusive jugar la Copa América. En Costa Rica la investigación de un nuevo caso de racismo de un jugador hacia otro nos recuerda la permanente tarea pedagógica, pero sobre todo humana, que debemos realizar todos y todas en esta sociedad para acallar esas voces, esos gritos excluyentes de una buena vez.

Una ficción en clausura

Por Memo Acuña (Sociólogo y escritor costarricense)

Centroamérica se debate hoy, una vez más en su historia, en una hora compleja. Los escenarios en Guatemala y Panamá dan cuenta de procesos en los que aparece su población como protagonista.

Al tiempo que se escriben estas notas se conoce del ataque del Ministerio Público guatemalteco a la institucionalidad académica, clara cuestionadora de los arreglos y amaños colmados de corrupción e impunidad, que las élites políticas han impulsado durante décadas en detrimento de las condiciones de vida de amplios sectores de la población.

En Panamá durante días la manifestación pública en contra de la instalación de un proyecto minero (uno más que la racionalidad neoliberal ha intentado imponer a toda costa) ha sido constante, multisectorial y resistente.

A prueba de una agenda mediática repleta de espectáculos, superficialidades y cortinas de humo, las redes de comunicación horizontal que por suerte hoy están en nuestras manos nos hacen conocer los pormenores de la situación panameña. Colegas como los sociólogos Briseida Barrantes y Olmedo Beluche han sido nuestros interlocutores en estos días y por medio de sus constantes mensajes nos enteramos de la persistente dignidad que presenta el pueblo panameño en estos momentos.

Precisamente Olmedo Beluche compartió recientemente una reflexión sobre esta coyuntura a la cual habría que prestarle atención, desde mi perspectiva, en dos aspectos: el primero, reconocer el rasgo estructural que origina las manifestaciones cuyo hecho visible es la oposición tajante al funcionamiento de una empresa minera, pero que en el fondo devela una profunda crisis del modelo social, político y económico en aquel país. Por eso la conformación de un sustrato de actores amplio, como lo menciona Beluche:

“Movilizaciones masivas como no se habían visto nunca en la historia de la república de Panamá, un país donde cada tanto la gente se tira a la calle a protestar. Decenas de miles de jóvenes autoconvocados por las redes sociales que se reúnen y marchan por las principales avenidas de la ciudad capital. Miles de pobladores de comunidades indígenas, rurales y urbanas pauperizadas que espontáneamente salen a bloquear la carretera Panamericana, en tantos lados a la vez, que es imposible para la policía reprimirlos a todos. Miles de activistas sindicales y gremiales que marchan y cierran calles convocados por una alianza de organizaciones populares con carácter asambleario, compuesta por docentes, obreros de la construcción, trabajadores de la industria, estudiantes, etc.”

El segundo rasgo apela a reconocer una especie de “desujección” que la subjetividad política popular panameña ha realizado: el “descreimiento” hacia la institucionalidad, la política, los grupos patronales y los medios de comunicación. Es efectivamente un tajante cuestionamiento al orden social promovido por las élites panameñas y sus referentes políticos y financieros transnacionales.

En Costa Rica no ha detonado así el descontento popular, aunque hay suficientes motivos, porque aún persiste un saldo en el pensamiento colectivo sobre esa institucionalidad que sostuvo la vía costarricense durante buena parte del siglo XX. Aún quedan ciertos mitos fundacionales, aunque débiles, que sostienen una supuesta comunidad de iguales. Aunque nunca lo fuimos.

Uno de estos mitos, me parece, el de la comunidad horizontal e inclusiva, ha empezado a clausurarse. Solo así se entienden las incomprensibles reacciones de buena parte de aficionados durante el último partido de la selección costarricense, casualmente contra su homóloga panameña. Si ya las ficciones que sostenían ese pacto social (lo político vía la representación y lo colectivo vía la apelación a la comunidad por medio de figuras de identidad como la selección) no contienen. entonces estamos observando posiblemente el cierre técnico de esa comunidad que fuimos alguna vez. Si el cierre propiciara “el grito”, como mencionaba John Holloway alguna vez, bienvenido sea para el caso costarricense.

Aguardemos.

Avancemos hacia CA-5

Vladimir de la Cruz

Antes de 1821 la región de Centroamérica era una unidad política, fragmentada en provincias, que se extendía desde la provincia de Costa Rica hasta la Provincia de Chiapas, al sur de México. La cabecera central estaba en Guatemala; y se denominó, en distintos momentos, Capitanía General o Reino de Guatemala, como parte de la gran división del Virreinato de México o Nueva España.

Los sucesos de la Independencia desde Chiapas, a finales de agosto y principios de setiembre de 1821, hasta Costa Rica, el 29 de octubre de ese año, fragmentaron toda la región, provocando las independencias de las provincias, que intentaron reunirse de nuevo, a partir de 1823 en lo que se llegó a llamar Provincias Unidas de Centro América, a partir de 1823, y República Federal de Centro América, en 1824, unidad política en la que desde el principio Chiapas no estuvo presente por haberse agregado al Imperio mexicano de Agustín de Iturbide, como también lo habían manifestado sectores en las restantes provincias sin que eso se materializara.

Así, ese proceso de reunificación se dio desde ese final de 1823 hasta 1838 cuando de la República Federal se retiraron Nicaragua, Honduras y Costa Rica. En 1839 Guatemala declaró su separación federal. En 1841 lo hizo El Salvador.

En aquellos años el territorio actual de Belice se consideraba parte de Guatemala, aunque bajo control de Gran Bretaña, situación proyectada hasta adentrado el siglo XX, cuando se logró la Independencia de Belice. México disputó a Guatemala esta región hasta ese momento.

El proyecto centroamericano fue ambicioso en diversos aspectos sin que lograra materializarse. Las luchas internas en cada una de las provincias debilitó el proyecto unionista. Independentistas, imperialistas, en los días inmediatos a la Independencia de 1821, criollos, liberales, conservadores, federalistas, anexionistas, unionistas, y otras denominaciones fueron la expresión de estas contradicciones.

El esfuerzo final que desde Costa Rica quiso hacer Francisco Morazán en 1842 ahogó esa esperanza unionista de ese primer período centroamericanista.

A mediados del siglo XIX fueron los intereses imperialistas, de Inglaterra y Estados Unidos, principalmente, los que se movieron sobre Centroamérica, interesados en el control de la posible ruta canalera que podría haberse hecho utilizando el Río San Juan, el Gran Lago de Nicaragua y el Estrecho de Rivas, fracasado el proyecto canalero francés en Panamá.

La Compañía del Tránsito, que operaba desde la costa este hasta la costa oeste de los Estados Unidos, aprovechaba esa ruta, debido a que no se había construido el ferrocarril de costa a costa de los Estados Unidos. Dicha compañía, en 1865, fijó “idealmente” la extensión del territorio de los Estados Unidos en el proyecto imperialista colonizador de William Walker, que quiso apropiarse de las cinco repúblicas, lo que produjo la Guerra Nacional de Centroamérica contra él, su falange, sus intereses esclavistas y anexionistas a los estados sureños de los Estados Unidos. Derrotado Walker el 1 de mayo de 1857 y fusilado en setiembre de 1860, en Honduras, cuando de nuevo intentó regresar a Centroamérica con igual propósito, la idea de la centroamericanización unitaria no había desaparecido. Inglaterra se había establecido con un protectorado en la costa caribeña de Honduras y Nicaragua prácticamente hasta finales del siglo XIX, en la llamada Mosquitia.

Internacionalmente la región se conoció como República Federal de Centroamérica. A finales de la década de 1840 e inicios de la década de 1850, los países, o Estados centroamericanos, empezaron a ser reconocidos de manera independiente cada uno de ellos, bajo la forma de Repúblicas. Aun así, a finales de la década de 1840 el General Rafael Carrera de Guatemala intentaba mantener la Federación.

El sentimiento unionista se mantuvo en diversos sectores de la sociedad centroamericana, en cada una de sus Repúblicas. Así, por ejemplo, en junio de 1895 se produjo el Pacto de Amapala, con motivo de las reformas liberales de El Salvador, Honduras y Nicaragua, con el cual intentaron reunirse nuevamente, sin éxito al no estar Costa Rica ni Guatemala. Esta República de Centroamérica se trató de reconstituir en 1898 bajo el nombre de Estados Unidos de Centroamérica, proyecto también abortado.

La Independencia de Panamá de Colombia, en 1903, colocó a Panamá desde el punto de vista geopolítico en la región de Centroamérica, en la que se le sigue considerando. Panamá es partidaria de una integración a todo nivel.

Se avanzó en otros niveles, cuando en 1907 fue creada la Corte de Justicia Centroamericana, con sede en Costa Rica, proyecto que se suspendió en 1917 cuando Nicaragua se retira y la Corte fue disuelta en 1918. El proyecto político unitario no avanzó.

El unionismo centroamericano se mantuvo e hizo surgir el partido político del unionismo, más como una aspiración de sectores, que como una realidad concreta. En Guatemala estuvo el Partido Unionista activo en la caída del dictador Estrada Cabrera, y en Costa Rica el escritor y ensayista Vicente Saénz fue uno de esos líderes unionistas, a partir de la década de 1920. En 1922 El Salvador, Guatemala y Honduras intentaron de nuevo constituir la República Federal de Centroamérica.

Los siguientes proyectos unionistas fueron impulsados más al calor de los intereses imperialistas y hegemonistas de los Estados Unidos en la región. Así se dieron entre otros intentos, después de la II Guerra Mundial, bajo un nuevo esquema mundial de alianzas estratégicas, en el marco de la Guerra Fría, el 14 de octubre de 1951, la creación de la Organización de Estados Centroamericanos, ODECA, que fue un impulso para la integración centroamericana, al mismo tiempo que en Europa se daban los primeros pasos de la Unión Europea. El Salvador celebra el 14 de octubre como el Día de la Integración Centroamericana, junto con la SICA.

Con la ODECA se avanzó en proyectos comunes centroamericanos, como la unificación de las señales de tránsito, de procesos aduanales, de políticas culturales, de programas educativos y de libros de textos, cubiertos con el sello de ODECA.-ROCAP, más al calor de la Unión Centroamericana de la década de 1960, textos que fueron combatidos por la Escuela de Educación de la Universidad de Costa Rica. La ODECA también impulsó el Convenio sobre el Régimen de Industrias Centroamericanas de Integración, del Tratado Multilateral de Libre Comercio e Integración Económica Centroamericana, firmado en 1958, que fueron los antecedentes directos del Tratado General de Integración Económica Centroamericana, suscrito en Managua, el 13 de diciembre de 1960, donde surgió el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE). Todo esto reforzado con la Carta de San Salvador de 1962.

La ODECA se superó con el surgimiento del Sistema de la Integración Centroamericana, SICA, que estableció un nuevo marco jurídico y político de relaciones entre los Estados centroamericanos, marco que se ha proyectado en múltiples niveles, y en otras instancias que se han creado, como el Banco Centroamericano de Integración Económica, BCIE.

Las guerras en Centroamérica, en el período 1970-1990, provocaron cambios importantes en la región. El Mercado Común Centroamericano, de la década de 1960, se debilitó. En plena guerra, a principios de la década de 1980, el gobierno de Estados Unidos impulsó el Plan de la Cuenca del Caribe, bajo el Gobierno de Ronald Reagan, con el fin de establecer tratados bilaterales y abiertos con cada una de las repúblicas centroamericanas. El ascenso de gobiernos revolucionarios en Nicaragua, y del auge de la guerrilla en El Salvador y Guatemala, especialmente, impulsaron el Plan de Paz de Oscar Arias Sánchez y los acuerdos de Esquipulas I y Esquipulas II, creando las bases de la reconstrucción democrática de las repúblicas centroamericana, tan gobernadas por dictadores, satrapías, militares, tiranos, gobiernos golpistas y antidemocráticos, estableciendo un procedimiento firme para establecer la paz y la democracia en Centroamérica, que ha funcionado con algunas debilidades.

Resultado de estos acuerdos se dio impulso al Parlamento Centroamericano, PARLACEN y a la Corte de Justicia Centroamericana, organismos de los cuales Costa Rica no es parte, ni los ha reconocido. Ambos organismos fueron creados desde 1990 y 1991, todo con la intención de restaurar la vieja unión política. Guatemala. República Dominicana y México están allí como observadores regionales. Panamá suscribió el PARLACEN en 1993 y hace varios años inició un proceso de separación del SICA.

En las Constituciones Políticas centroamericanas, excepto en la Costa Rica, hay un sentimiento unionista, centroamericanista. El Presidente Abel Pacheco, 2002-2006, fue claro al señalar que era muy difícil para Costa Rica abrazar este proyecto mientras existieran ejércitos en Centroamérica, que los expresidentes de las Repúblicas se convirtieran en diputados vitalicios del PARLACEM, y los integrantes de la Corte de Justicia Centroamericano obedecieran a los poderes ejecutivos de sus países y no fuera un órgano absolutamente independiente. Del mismo modo, consideraba que los diputados del PARLACEN debían ser representantes de los Congresos de cada país, sin los altos salarios que se les paga, y sin elección particular para elegirlos.

En la práctica Guatemala, Honduras y El Salvador, desde hace bastantes años, desde el 2000, han constituido lo que se llama o reconoce con el nombre de Triángulo Norte de Centroamérica. Son países que tienen condiciones similares en diferentes aspectos económicos, políticos y sociales, además de su cercanía y posición geográfica.

Este triángulo reconoce la región de esos tres países de manera que sus fronteras tienen un mismo punto de triangulación de sus capitales. Es una región que opera como un Tratado de Libre Comercio, de libre tránsito de sus ciudadanos y de unión aduanera, que permitan desarrollar ventajas competitivas en bloque. También como región firmaron un Tratado de Libre Comercio con México el 29 de junio del 2001, de similares condiciones. Este Tratado procura la integración de mercados financieros y de capitales.

El Triángulo Norte de Centroamérica no tiene a la vista problemas migratorios internos, más allá de los de ser paso obligado de quienes transitan todo el territorio centroamericano, desde el norte de Sudamérica, con la intención de trasladarse hacia los Estados Unidos. Casi no se producen problemas migratorios intra centroamericanos. El más relevante, quizá, es el de nicaragüenses hacia Costa Rica, que históricamente se produjo, en comparación con esos otros países, por la estabilidad económica nacional, por las condiciones de vida que el país siempre les ha ofrecido; y, sobre todo por la estabilidad y seguridad política que siempre les ha dado Costa Rica.

Los países del Triángulo Norte Centroamericano tienen tratados comerciales firmados con Colombia, Estados Unidos y México, con resistencia de algunos sectores sociales y económicos que sienten afectados por ellos.

La situación política de Nicaragua la ha tenido separada del Triángulo Norte. Sin embargo, para efectos de tránsito de ciudadanos y de actividades comerciales, Nicaragua se ha integrado, en lo que han llamado CA-4 (Centroamérica 4, por la incorporación de Nicaragua a los otros tres países). Costa Rica sigue al margen.

La situación particular de las relaciones de Costa Rica con Nicaragua no son las más deseables ni las mejores. Constantemente hay problemas de críticas por el régimen nicaragüense y la violación de derechos humanos en ese país. De parte de Nicaragua cuando artificialmente levantan el viejo conflicto de la incorporación del Partido de Nicoya a Costa Ria, en 1824, o el derecho de libre navegación por el limítrofe río San Juan. Nicaragua tiene la llave que cierra la frontera con nosotros creando problemas graves del transporte de mercancías con nosotros y el resto de Centroamérica. Esto ha llevado a la necesidad de impulsar el ferry desde Puerto Caldera hasta El Salvador para solucionar este problema, con la ventaja que acelera el intercambio comercial en muchas horas, pero con la desventaja de que el Ferry no ha tenido el apoyo gubernativo que merece.

A esto se ha sumado, recientemente el problema, que ha creado el gobierno de Costa Rica, con los hondureños, de solicitarles visa a sus ciudadanos con una serie de requisitos, que dificulta la obtención de la misma. Por esta razón, y en reciprocidad el gobierno de Honduras ha procedido de igual manera, como era de esperar, y según se estila en las relaciones diplomáticas.

La razón principal que se ha esgrimido para la actuación del gobierno de Costa Rica es que estaban entrando hondureños, en carros de alto nivel de blindaje, dirigidos especialmente a la zona caribeña, a la región de Limón, con armas, con drogas, y con sumas altas de dinero, insinuando claramente que eran personajes ligados a los carteles mafiosos de ese país.

En lo que recuerdo de las noticias periodísticas no se ha dicho nada de capturas de este tipo de personajes o de este tipo de situaciones. Así como supuestamente han entrado, y los han seguido, seguramente los han dejado salir, o los han sacado, en silencio. Lo que hizo detonar la situación fue la reacción hondureña contra los costarricenses con iguales exigencias de visa. Que Honduras cuide sus mafiosos es un problema de Honduras. Pero, que Costa Rica cuide mafiosos y sus territorios es un problema nacional.

Lo que pareciera en la práctica, por lo que se ve y se percibe en la prensa, es que el gobierno de Costa Rica, y su Ministerio de Seguridad, lo que están haciendo es proteger territorios de mafiosos. No entran al país mafiosos hondureños a alterar o disputar los territorios costarricenses en manos de grupos similares. Esta es la película que se está exhibiendo. Creo no exagerarla. Pero, lo que aquí ocurre no se da sin la complacencia de autoridades nacionales, de todos los niveles institucionales involucrados en esta lucha.

Se denuncia el costo de los daños ocasionados a los escáneres de Limón, con 15 días de instalados y paralizados varios meses, sin que haya acciones punitivas ni resarcitorias, económicamente, contra los responsables, no solo los choferes, sino los dueños y empresarios involucrados en ese trasiego de droga que es regular en esa zona de Limón; los que empacan la droga en los contenedores; desde donde la empacan y quienes la transportan hasta los muelles; y en los propios muelles quienes la reciben y la trasladan a los barcos. Tampoco se habla de detenidos cuando el proceso de acarreo de esos contenedores es bien detallado en sus fases de almacenamiento, carga y transporte.

Finalmente, el visado de los ciudadanos en general es el tema. Pareciera que si en el Triángulo Norte, CA-3, Guatemala, Honduras y el Salvador, la liberación de los trámites migratorios de visas está superado, sin graves problemas a la vista, ni alborotos públicos, sin procesos migratorios complejos entre esos países; ni escándalos relacionados con transporte de drogas, y de armas, que es otro problema que debe atenderse, porque se mueven por mismas rutas de la droga, ¿o por otras?, ni crea problemas de libre tránsito, no interrumpe el flujo comercial, no obstaculiza el movimiento turístico, ¿por qué Costa Rica no libera a los centroamericanos de estos trámites de visa?

La verdad es que para pasar las fronteras se requiere siempre presentar el pasaporte, la cédula de identidad o de residencia, de los ciudadanos habitantes y residentes en esos países. Y, en esos puestos fronterizos están las máquinas migratorias que pueden corroborar los fichajes internacionales de interpol, de las policías locales y cualquier otro mecanismo de control que se tenga para ello.

Nicaragua, se me ha informado, forma parte de este engranaje centroamericano, que ellos llaman CA-4, Nicaragua más los otros tres países del Triángulo Norte, sin que oficialmente Nicaragua forme parte de ese Triangulo, situación que permite a nivel de ciudadanos y residentes un libre flujo migratorio en toda esa región.

¿Por qué no valorar nacionalmente, con serenidad, con visión política, el avanzar y liberar a todos los centroamericanos y los residentes en esos países de estos requisitos migratorios? ¿Por qué no propiciar el CA-5, con Costa Rica inmerso en ese proceso de unidad centroamericana, al menos en este terreno?

La lucha contra la droga, el narcotráfico nacional y regional, y el control de sus actores, se seguirá realizando de la misma forma que se hace hoy, comprometiendo más, en este sentido, a las autoridades centroamericanas en la lucha que desde Costa Rica se realiza.

Liberando, en este sentido, el flujo migratorio centroamericano no vamos a tener más problemas de migrantes centroamericanos o nicaragüenses de los que ya existen. El flujo turístico o de entrada de centroamericanos no es mucho, pero es superior al de muchos países europeos. Solo Hondureños son casi 15.000 mensuales, cifra nada despreciable. Mas que suizos, holandeses, austríacos, belgas e italianos.

Es necesario agilizar el tráfico de mercancías por vía terrestre, para fortalecer las cadenas de suministros y las relaciones intrarregionales. Los sectores empresariales de Centroamérica claman por esta solución, porque se han paralizado las cargas de toda la región, no solo de Honduras y Costa Rica. El problema no es solo de choferes y ciudadanos en general, es de la economía regional. Es también un problema de incremento en los costos que todo esto provoca. De Costa Rica están afectados, con esta situación provocada por el gobierno d de Rodrigo Chaves, los sectores de la industria alimentaria, de químicos y agroquímicos, de equipos y materias de construcción, de servicios logísticos y de los importadores de materias primas. Además, se afectan los plazos de entrega de mercaderías, y directa e indirectamente, se afecta el empleo relacionado con todo este engranaje.

Este problema ha adquirido la forma de una crisis migratoria. Ayer 24 de octubre llegó al país una delegación hondureña compuesta por el ministro de Seguridad, Gustavo Sánchez; el vicecanciller, Gerardo Torres, y el director de Migración, Allan Alvarenga, para una reunión con sus homólogos costarricenses, en busca de soluciones a la actual crisis migratoria, de la que se espera salga humo blanco.

Hay que resolver urgentemente esta situación. Avancemos hacia el CA-5. Fortalezcamos el comercio y las exportaciones nacionales hacia Centroamérica. Atrevámonos a romper viejos esquemas que nos encasillan y amarran económicamente. Avancemos.

 

Enviado SURCOS por el autor.

La Universidad de Costa Rica ofrece doctorado único en la región

En el marco de este doctorado se realizan investigaciones sobre las élites centroamericanas, la acumulación de riqueza y desigualdad de la región, las violencias y las migraciones (foto Archivo ODI).

Profesionales investigan las problemáticas sociales de Centroamérica, para ser capaces de generar estrategias y polítias públicas que las solventen

Con el objetivo de analizar y dar solución a las principales problemáticas de la región, el Sistema de Estudios de Posgrado de la UCR abrió la segunda promoción del Doctorado en Ciencias Sociales sobre América Central.

Diez personas profesionales de psicología, trabajo social, geografía, sociología, historia, y estudios latinoamericanos, y provenientes de países como Colombia, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Costa Rica forman parte de la nueva generación que cursa este doctorado, el cual se ofrece en modalidad híbrida (presencial-virtual).

El Doctorado en Ciencias Sociales sobre América Central tiene como objetivo principal consolidar una comunidad académica y profesional a escala regional, que potencie la formulación de estrategias y políticas públicas de desarrollo de mediano y largo plazo en la región.

Según el Dr. Carlos Sandoval García, Director del programa, esta novedosa opción de estudio es clave para la región, en un momento en el cual América Central se enfrenta a fenómenos sociales cruciales.

“Estamos en contexto centroamericano muy complejo, en donde hay amenazas al presidente electo en Guatemala, en donde hay dificultades por elegir fiscal o fiscala en Honduras, y ni qué decir de lo que ocurre en El Salvador, Nicaragua e incluso en Costa Rica. De manera que hay un enorme reto para las Ciencias Sociales de tratar de entender por qué las circunstancias sociales y políticas en Centroamérica se han vuelto tan particularmente difíciles. Nuestros retos son regionales, por ejemplo, las migraciones forzadas, la emergencia climática, la violencia, el narcotráfico. Podemos plantear soluciones a nivel regional para esos desafíos” aseguró Sandoval.

En la foto aparecen los estudiantes que forman parte de la segunda promoción del Doctorado en América Central (foto cortesía Carlos Sandoval García).

Desde su perspectiva, el principal aporte y propósito de este doctorado es constituirse, desde la academia, como una apuesta regional por el bienestar en Centroamérica.

“En medio de las dificultades de diferencias de criterio con los gobiernos vecinos, tenemos el gran reto de proponer políticas públicas regionales, para contribuir a que haya menos inequidades y menos injusticias. Es como la promesa con la cual se consolidaron las Ciencias Sociales en la década de 1960, y es lo que estamos tratando de recuperar modestamente, con este doctorado que se impulsa desde la Universidad de Costa Rica” aseguró Sandoval.

Por su parte, Daniela Vásquez Pino, estudiante del Doctorado manifestó que la experiencia de cursar esta oferta de estudio ha sido muy enriquecedora.

“Gracias a este oportunidad he comprendido cuál es el impacto de las Ciencias Sociales en la región, y he logrado entrecruzarlo con la discusión de vincular la realidad de Centroamérica y Suramérica, más en mi caso porque estudié en Colombia y Ecuador, y me interesa estudiar y analizar la situación de las costas del Caribe Centroamericano, entonces el Doctorado en la Universidad de Costa Rica me ha permitido delimitar, detallar y entender cómo ha sido la construcción social en este territorio” manifestó Vásquez.

Asimismo, Anthony García Marín, estudiante del doctorado destacó la importancia del aprendizaje colaborativo que ofrece este posgrado.

Es importante destacar que el Doctorado en América Central impulsa el análisis del contexto regional, así como las soluciones a los principales desafíos, desde una perspectiva multi, trans e interdisciplinar, y desde una metodología de análisis comparado, es decir desde la contrastación de casos y fenómenos sociales.

Para cumplir con este objetivo, el Doctorado cuenta con docentes e investigadores de reconocida trayectoria de toda la región, Estados Unidos y países europeos. Asimismo, cuenta con apoyo del Instituto de Investigaciones para el Desarrollo (IRD) de Francia.

Algunos de los principales ejes temáticos que están siendo investigados por esta nueva generación de doctorandos son: las élites centroamericanas, la acumulación de riqueza y desigualdad de la región, las violencias y las migraciones.

Si usted está interesado en obtener más información sobre esta oferta de estudio puede ingresar al siguiente enlace: https://www.sep.ucr.ac.cr/pdcsac-inicio

 

Tatiana Carmona Rizo
Periodista de la Oficina de Comunicación Institucional, UCR