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Etiqueta: concentración de riqueza

¿Qué está pasando en la democracia costarricense?

Foto: Gerardo Iglesias

El nuevo gobierno

Después de 200 años de independencia y más de setenta de vida democrática ininterrumpida, Costa Rica ofrecía un retrato de estabilidad política, instituciones públicas medianamente aceptables y logros en el plano de la salud, la educación y la protección medio ambiental. Ya no es el caso.

Gerardo Castillo

La línea ascendente alcanzó a llegar hasta los años 1980, cuando el desgaste del Estado benefactor y la introducción, por fuerza externa o sumisión, del ideario neoliberal puso de moda las políticas económicas que colocan al libre mercado y la iniciativa privada por encima del bienestar general.

Para ello, se orquestó toda una campaña mediática muy cargada contra los partidos políticos, tildándolos en forma general como corruptos, y se satanizó a los sindicatos y sus dirigentes.

El Estado fue vapuleado como ineficiente ante la sociedad civil, se criticaron los altos salarios, la abultada planilla y la duplicidad de instituciones y; por otro lado, se intensificaron los negocios entre el sector privado y el público.

La influencia del primero fue mayor y esto permeó más la corrupción, principalmente en mandos medios. Todo esto devino en una Costa Rica diferente.

La pandemia como espejo

El panorama estadístico actual refleja una situación preocupante; por un lado, la pandemia sacó a la superficie lo que venía mal y agudizó los problemas: la creciente pobreza, las altas tasas de desempleo (13,6 por ciento) y; por el otro, la concentración de riqueza en pequeñas élites de industriales y banqueros.

Los impactos son visibles, principalmente a nivel interno. Las comunidades de las zonas fronterizas y los puertos concentran no solo situaciones de riesgo, sino que agregan un crecimiento de la delincuencia, el narcotráfico y una putrefacción que alcanza a los gobiernos locales.

Los dos años de pandemia fueron más que suficientes para constatar que la seguridad social resistió, que el personal de salud no es tan vago como la prensa pintaba y que la coexistencia entre grupos sociales (ricos, pobres, medios y excluidos) por más que la han ido diluyendo, sigue siendo una necesidad intrínseca del ser humano.

¿“Quo vadis” Costa Rica?

Las últimas elecciones no solo dejaron un presidente infrecuente sino una serie de enseñanzas para los estudiosos de las conductas políticas modernas.

El Partido Progreso Social Demócrata (PPSD) es una etiqueta como muchas otras que se presentaron en el mercado electoral. Un partido improvisado, sin ideología clara ni dirigentes conocidos.

Esta constatación no solo desenmascara la cultura política tica sino que estimula la revisión crítica de los partidos y políticos tradicionales y los no tradicionales (religiosos y personalizados), que han brillado por su indisciplina, volatilidad, irresponsabilidad, personalismo, incompetencia y oportunismo.

Los candidatos fueron muchos y en gran parte carentes de interés por mostrar una identidad partidaria.

Esto suscita desconfianza y en sus discursos resultaba todo un acertijo descifrar las corrientes ideológicas que pregonan. ¿Es una visión de derecha, de izquierda, socialdemócrata, social-cristiana o liberal?

En los comicios recientes quedó evidente el desprestigio que vive la política nacional.

Se alcanzó el más alto nivel de abstencionismo (40 por ciento) pero, aun así, el vencedor pudo con menos de un 30 por ciento convencer al electorado con promesas de un cambio, sin evidencias de cómo lograrlo, ni con qué equipo va a llevarlo a cabo.

El PPSD operó como una franquicia utilizada por un outsider de la política que regresó al país después de más de veinte años de ejercer como funcionario internacional en el Banco Mundial.

Fue nombrado ministro de Hacienda sin mayor investigación de su prontuario, duró corto tiempo, pero suficiente para ser encandilado por las cámaras.

Soberbia

En la realidad cotidiana no existía el PPSD, más allá del registro electoral. Fue encabezado por un desconocido sin experiencia política electoral que exhibió soberbia al diagnosticar los males del país (empleo, costo de vida, pensiones de lujo y corrupción) −que están sobrediagnosticados− y que prometió resolverlos en forma inmediata, frontal o por la vía que sea necesaria.

Males muy conocidos, propios de un país desigual, controlado por élites empresariales que, en alianza con la dirigencia de los partidos tradicionales y la prensa comercial, han venido concentrando y ensanchando la distancia entre la Costa Rica pobre y la Costa Rica de los ricos. ¿Y… la clase media?

El estado social de derecho ha sido debilitado y la clase media, cada vez más estrujada, entró a engrosar el grupo de los indignados y desclasados.

Resultó fácil al candidato del PPSD, supuestamente libre de pecado, adversar a otro candidato que cargaba con el desgaste de una anterior administración y estigmatizado, con razón o sin ella, como corrupto.

No de “los mismos”
La victoria fue clara y demostró, entre otras cosas, que fueron las provincias más pobres y de menor desarrollo (pobreza, desempleo, salubridad, escolaridad, inseguridad, etc.) las que inclinaron su voto a favor del debutante.

La inteligencia, las universidades, periodistas, escritores y grupos de mujeres de reconocida imagen internacional abogaron por el candidato conocido, pero no logró cambiar un pronóstico que ya había sido anunciado: la gente menos favorecida y resentida quería cambio y un presidente que no fuera de “los mismos”.

Lo sorprendente de lo acontecido no fue la lógica manifestación de los antisistema, sino más bien que la izquierda y los sindicatos no fueran quienes lideraran la inconformidad social.

Sí lo logró un candidato de derecha, cuyos discursos dejan muchas dudas respeto a la inclinación populista y al deterioro que pueda sufrir la institucionalidad democrática del país.

Como las lluvias de mayo

Y como elemento más perturbador se han ventilado serias dudas acerca del origen y transparencias de los fondos utilizados en el financiamiento de campaña del PPSD.

En definitiva, el mando político de CR a partir del 8 de mayo es un tiro al aire, tanto por la reducida representación del Ejecutivo en la Asamblea Legislativa como porque llega un gobierno con gabinete de desconocidos, sin experiencia política, improvisados y con contradicciones que ya saltan a la opinión pública como las torrenciales lluvias en mayo.

Con más dudas que esperanzas

Una de las críticas ácidas en la campaña electoral fue que ni el partido ni el candidato contaban con un equipo profesional calificado, con experiencia en administración en el manejo del Estado.

A ello el candidato ganador respondía en los debates que los partidos que tenían los mejores equipos eran los mismos que presentaban como figuras a los responsables del descalabro.

Por eso, él asumiría el compromiso de llevar profesionales jóvenes y sin amiguismo de ningún tipo.

Los jerarcas serían escogidos por agencias especializadas en selección de personal, tal y como acostumbra hacerlo la empresa privada.

De nuevo el mensaje endulzó el ingenuo anhelo de cambio sin considerar que las ideas, igual que los propósitos, solo logran demostración en los hechos y que estos, para cumplirse, exigen competencia, capacidad y una mínima cohesión en principios y un modelo de país, condiciones básicas que no pueden inventarse de un día para otro.

La victoria no requirió presentar ningún equipo. Al formarse el gabinete afloraron las primeras contradicciones: “que el país está económicamente quebrado, dijo una diputada, y por otro desmintió el ministro aclarando que no…eso no puede afirmase de esa forma…”

Gerentes

Apenas se publicaron nombres de ministros aparecieron las observaciones: una ministra de Trabajo de conocida trayectoria antisindical, acompañada de un viejo funcionario de dudosa reputación; un ministro de Hacienda que en la administración pasada se descubrió que había incumplido al fisco; una ministra de Agricultura no solo atada a las cámaras empresariales sino enredada en casos de infracciones laborales.

El propio ministro del Medio Ambiente declaró que los grupos ambientalistas van contra la empresa privada y el presidente expresó no estar a favor del Acuerdo de Escazú.

¿Cuál va a ser la imagen de Costa Rica a partir de ahora en los foros internacionales que luchan por la defensa del planeta? Es predecible en un corto plazo que la incomunicación del “equipo” conduzca a rápidas deserciones y a una centralización presidencialista.

Hay indicios para pensar que, lejos de un presidente de la república, tendremos un gerente con un maletín de ocurrencias que presagia conflictos, no solo con los otros poderes sino desde diferentes frentes sociales.

 

Fuente: http://www.rel-uita.org/costa-rica/que-esta-pasando-en-la-democracia-costarricense/

La sociedad negada II: El cercamiento a nuestras esperanzas

El extremismo es resultado de la hipertrofia de la irracionalidad y esta hipertrofia se da cuando se está objetiva y emocionalmente inmerso y dominado por intereses materiales, que podrían ser en sí legítimos, sino trajeran consigo miseria y la injusticia a la mayor parte del país.

Ignacio Ellacuría

Luis Andrés Sanabria Zaniboni

Seguimos dando el prudente tiempo al gobierno que recién empieza, para que pueda amueblar la casa presidencial, preparar la documentación y proyectos de ley. Es así que como comentamos en el artículo anterior, podemos seguir reflexionando sobre nuestro contexto. Por esta razón nos preguntamos ¿Cuáles sociedades se encuentran al margen del proyecto dominante?

Empecemos por desnudar un falso principio, que la concentración de riqueza ordena nuestras sociedades, que premia el “esfuerzo”, es decir genera las legitimidades y relaciones que reconocen el “esfuerzo”. En cambio, lo que dicha concentración si evidencia son las formas y modos que reproducen la dominación y explotación en nuestras sociedades, pero también impiden el surgimiento o reproducción de otras lógicas que atenten ese monopolio del discurso del “esfuerzo”.

Una supuesta “meritocracia” que premia al más vivo, en detrimento de las personas que se quedan “dormidas”, es decir aquel que sabe cómo se mueven las cosas, a quien llamar o a quien citar, dista mucho de ese esfuerzo que representa el trabajo de tantas personas, que a partir de su fuerza mueven un país.

¿Por qué falso principio? Porque la concentración de riqueza, lejos de demostrar la idoneidad de algo, es precisamente la consecuencia de muchas acciones que van desde la privación de algo hasta el despojo violento de comunidades y de nuestros bienes comunes (naturales, sociales, culturales).

Este marco nos permite identificar que proyectos de sociedad se privilegia sobre otros, es decir leyes, políticas, discursos  y prácticas. En esta ocasión, no nos preocuparemos por aquellos que se imponen, sino a pensar sobre esas sociedades que desaparecen.

Siguiendo esto, podemos mirar nuestras comunidades campesinas que han sido devoradas por la expansión de monocultivos para la exportación en beneficio de la agroindustria y los mercados financieros. Esta voluntad de los sectores dominantes por la supuesta “tecnificación”, genera no sólo la destrucción del mundo rural y la migración a la ciudad, sino que la mezcla de ambos vulnera nuestra naturaleza, ya que el abandono de la tierra representa la  desprotección del bosque y de los ciclos de la vida.

Esto nos lleva a repensar el conflicto que viven los pueblos indígenas ante su voluntad de permanecer en sus territorios, lo cual ha reflejado el extremo al que llega el despojo,  ya que por un lado la indiferencia refleja la grave reducción de los pueblos indígenas a meros portadores del “folklore”, es decir sus formas y modos de ser en el mundo, no son reconocidas ni legitimadas.

Por esto la galopante impunidad ante los actos de violencia que procuran aterrorizar y desmovilizar a las personas indígenas en sus territorios.  Sin la intensión de escarbar mucho detalle, podemos remontar la agudización de estos actos desde el 2012 al presente.

La anulación de los derechos colectivos, es una muestra más de este cercamiento de la “ciudadanía”, es decir de esas sociedades que habitan los territorios y espacios públicos, erosión y reducción constante de los “servicios públicos” (salud, educación, cultura entre otros) , muestra el camino de la reconfiguración de la ciudadanía “real”, en donde el poder económico, es decir la propiedad, poder adquisitivo y la concentración de riqueza determina el grado de libertad y capacidad de autorrealización posible de los individuos y los sujetos colectivos.

Sumado a esto, la ofensiva por la revisión de todo lo que se pueda denominar “ideología de género” muestra una vez más el cercamiento que sufre la diversidad sexual y los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres. Es decir una sociedad que estratifica los roles de género, privilegiando una supuesta “tradición” moral y un falso determinismo biológico, que esconde las relaciones de desigualdad que es fruto del poder de la dominación-esclavitud que enajena la voluntad de muchos a pocos.

Este es un vistazo hacia esas sociedades negadas, a cómo esas violencias estructurales se configuran para impedir su realización, establecen no sólo relaciones, sino también mecanismos para negar su existencia, desde la institucionalización se garantiza su invisibilidad. Tal vez, la muestra más clara de este proceso, es la ya mencionada oleada contra la “ideología de género”, que nos evidencia este proceso de negación en clave de retroceso.

¿Cómo llegamos a esto? Son muchas las trenzas de dominación que han estructurado nuestras sociedades, en ocasiones identificamos al capitalismo, patriarcado y el colonialismo, que se manifiestan desde la xenofobia, el racismo, machismo y otros más que tal vez han escuchado en otras ocasiones. Sin embargo, también son muchas las experiencias que han apuntalado hacia un compromiso por la liberación, desde la necesidad y la crítica han convertido su pensar-hacer en formas y modos instituyentes de otra cosa. Este será el centro de nuestra última entrega.

Sobre las declaraciones de Eliecer Feinzaig y otras miradas necesarias

Juan Carlos Durán Castro

Las mayorías que ven como llevamos décadas esperando el cumplimiento de las promesas del PUSC-PAC, deben tener plena certeza que a Don Eliecer Feinzaig, no le hace falta, como dicen popularmente quemarse dando apoyos, lo cual aplica exactamente igual para otras banderas de inclinación conservadora que ocupan sillas en Cuesta de Moras. 

Estos actores políticos tienen una cuota del pastel otorgada por la gente, misma que nunca tuvieron y con la cual van a jugar a más no poder. 

Así dicho, lo que sí debe quedarle claro a la gente, es que en la oscuridad de los pasillos legislativos estas fracciones a las cuales le dieron su confianza  apoyarán ideas ( proyectos de ley),  que serán como un lobo con piel de oveja y que las mismas serán camufladas y distorsionadas por los medios de comunicación cuyos dueños tienen contrato firmado con sus marionetas legislativas, ya que estás  son parte de un sistema que genera pobreza, informalidad, precariedad social, robo de impuestos y concentración de la riqueza.

Visto este panorama, desde las organizaciones sindicales, sociales y socioproductivas con mayor autonomía política  debemos monitorear cómo evoluciona ese grupo legislativo de Don Eliecer y los otros debutantes, para ir viendo los signos del comportamiento a favor o en contra de los más pobres,  para así ir definiendo nuestras acciones de lucha social en los distintos escenarios .

Ahora bien y para ser asertivos y objetivos, decimos, que mientras no se logre empezar a descarrilar mínimamente este tren neoliberal absurdo, dogmático y excluyente los excluidos y oprimidos de Costa Rica, seguirán como dice nuestro pueblo, llevando palo, realidad que empezará a cambiar un poco de manera más efectiva cuando se inicie  una cirugía mayor en las direcciones sindicales y sociales o al menos se opte por mayor análisis político y se retome la autonomía política .

Por ahora nos es claro, que  no todo es blanco o negro y que  existen grises y otros colores, lo cual pone de relieve  la remota posibilidad  de futuras rupturas en determinados contextos dentro de este congreso inclinado sin duda a la derecha.

Así las cosas, si en esos grupos humanos legislativos la balanza se  inclina por posiciones de muy antihumanas que riñan con arraigos puramente ticos, hay que sin dilaciones potenciar esas contradicciones dentro de los operadores políticos sistémicos del capital, para no perder la oportunidad de potenciar y ver posibles eventos de  fricciones, que hay que aprovechar sin duda a favor de las mayorías empobrecidas.

Igual lectura debemos hacer de las demás fracciones legislativas, sin caer en la ingenuidad, claro está, todo esto, mientras no se logre modificar el estado de situación actual de los movimientos sindicales, sociales y socio-productivos, lo cual pasa dentro de otros ejes, por  cambios en las direcciones.  

Lo anterior impone igualmente no perder de vista  que  está en desarrollo  una nueva especie de totalitarismo que ostenta un traje bastante invisible y que debemos visibilizar para orientar con contundencia, ya que observamos tintes de un discurso engañoso de antipolítica y de necropolítica,  que es peor aún.

Lo anterior,  si analizamos el discurso de Doña Pilar Cisneros sobre el sector cultura y esto sin olvidar los temas de campaña ya conocidos y que ayudaron a que algunos votos migrarán a la derecha  y a la izquierda, respetando los enfoques que se tenga para ambos casos.

Los jueguitos de un Presidente

Luis Fernando Astorga Gatjens

En un tono de regaño (que no le viene nada bien, por cierto), el presidente Carlos Alvarado les pidió a los candidatos presidenciales que “no pueden andarse con jueguitos” en lo concerniente al acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). También sacó pecho para afirmar que dejará las finanzas públicas “estables” y que terminará su gobierno bien.

¿Bien para quién? Es la inevitable pregunta que habría que formularle a un presidente, tan devaluado en su credibilidad como el colón. Y tendríamos que responder que para quienes habitamos esta Costa Rica bicentenaria y pandémica, y somos una inmensa mayoría, las cosas están mal. Estaban mal antes de la pandemia y a partir de las decisiones y políticas del actual gobierno, las cosas –en muchos aspectos– han empeorado.

No estarán de ninguna manera bien para quienes el hambre ha venido tocando sus puertas, sin clemencia, en los últimos meses. Tampoco para quienes apenas sobreviven en medio de una informalidad laboral, que es la otra cara de un crudo desempleo.

Obviamente que las cosas no están nada bien para los millares de hogares y las casi millón y medio de personas sumidas en la pobreza. Menos aún la situación estará bien para los sectores medios empujados a la creciente incertidumbre económica.

Claro está: El optimismo presidencial no estará bien para las crecientes cifras en desigualdad social y concentración de la riqueza en pocas manos.

No estará bien asimismo el final de esta administración para el casi 17 % de personas desempleadas y con un horizonte laboral marcado por la inseguridad laboral. No estará tampoco nada bien para los pequeños y medianos agricultores, productores pecuarios y pescadores que esa administración los abandonó a su suerte.

No estará bien para la salud pública, ya que la crisis financiera que golpea la CCSS sigue fijando un futuro sombrío para esta institución señera, mientras este gobierno, la fracción legislativa del PAC y otros diputados cómplices, se negaron a tomar medidas de fondo, para resolver una situación gravísima como lo fijó el informe de la comisión legislativa que investigó sus finanzas.

Y ¿Cómo puede decir el presidente Alvarado que terminará bien su mal-gobierno con el desastre que hereda en educación pública? O con la incapacidad manifiesta de su gobierno, en hacer avanzar la conectividad y la alfabetización digital para millares de hogares que podrían tener tal acceso, si se hubiera aquilatado a tiempo, el tamaño de la emergencia para utilizar los más de $ 300 millones de dólares que tienen en sus arcas FONATEL para tal propósito.

En fin, las cosas no marchan nada bien para un Estado Social de Derecho, de cuyo deterioro son corresponsables administraciones del PLN, PUSC y PAC, mientras que, en la acelerada erosión reciente, el gobierno de Alvarado Quesada tiene una cuota de responsabilidad enorme.

Para quienes si estarán bien las cosas es para las grandes empresas y personas, evasoras y elusoras de impuestos, sea que guarden sus enormes riquezas en paraísos fiscales (Papeles de Panamá y de Pandora), o en bancos propios o ajenos. Forman parte también de quienes se regocijan de felicidad ante las políticas de esta administración, esos “grandes contribuyentes” a los que este mal-gobierno les perdonó sus deudas.

Del presidente Alvarado ya no se puede esperar otra cosa que frases que ya no pueden causar un efecto favorable. Se trata de un gobernante que, a lo largo de estos tres años y medio, mostró su falta de liderazgo y su incapacidad absoluta de autocrítica. Se regodea en una mediocridad de varios días.

¿Cuántos días falta para el próximo 8 de mayo? No tantos en el calendario gregoriano, pero si demasiados para el fin de un gobierno que ha gobernado contra las mayorías.

(25 de octubre, 2021)

Costa Rica: pan y circo de bicentenario

Marcos Chinchilla Montes

Juvenal acuñó la expresión “pan y circo para el pueblo”, la que alude a la distracción que se le ofrece e impone a un pueblo para evitar que éste no solo reflexione sobre las contradicciones y problemas que afectan a la sociedad en la que vive, sino también para que busque superarlas.

En eso resumo el espectáculo que se organizó para celebrar la independencia costarricense el pasado 15 de setiembre en el Estadio Nacional. Un colorido espectáculo tipo Hotel Fiesta (con su todo incluido) donde se conjugan luces, trajes, bailarines, músicos e historias perfectamente sincronizadas en torno a una idea central: el ser iguales en un país encantador, perfecto, independiente y sin contradicciones. Miles aplaudieron la versión oficial, la versión que siempre han conocido desde su niñez.

Ni por asomo, una alusión a la corrupción, al aumento de la pobreza, o la concentración de riqueza cada vez más descarada y vergonzosa, a las imposiciones históricas del Fondo Monetario Internacional. Nada de mencionar el machismo y la violencia hacia la mujer, el tráfico de drogas, la discriminación a las poblaciones no binarias, la violencia del crimen organizado que se extiende por todo el país. Bien escondidos quedaron los asesinatos políticos del Codo del Diablo, el robo de las tierras indígenas, el combo fiscal, la ilegalización de las huelgas, la destrucción del medio ambiente, la policía militarizada que reprime manifestantes, la exclusión educativa, la venta de la patria. Carmen Lyra figuró mutilada e instrumentalizada, al menos no quedó reducida a los Cuentos de mi tía Panchita.

Se impuso la fina coreografía, una bofetada descarada a historia crítica y reflexiva de nuestro pasado.

En fin, lo volvieron a hacer; millones de costarricenses recibieron su dosis de soma para afianzar la idea de que somos lo mejor de Centroamérica y América Latina; aunque diversos indicadores sociales reflejan la progresiva y peligrosa regresión social que sufre el país. Eso se llama construir la identidad nacional a base de mentiras y sueños, ocultando debajo de la cama nuestras múltiples contradicciones acumuladas a lo largo de siglos.

Tal vez para el tricentenario, quienes nos sucedan puedan reflexionar de manera profunda y honesta sobre el país que están construyendo; si es que quienes vivimos en esta época, algo les dejamos para repensar su pasado y futuro.

Homenaje A Carlos Lanz: Ideario Bolivariano

Lic. José A. Amesty R.

En homenaje y reconocimiento al camarada y profesor Carlos Lanz Rodríguez, artífice de la Formación Sociopolítica, conjuntamente con un equipo interdisciplinario, quienes nos dimos a la tarea de Facilitar los Talleres de Formación Sociopolítica, por todo el territorio venezolano, compuesta por varios Ejes Temáticos, y continuamos este recorrido por ellos con el de Ideario Bolivariano.

Presentación del Eje Temático

Ideario Bolivariano, Proceso Popular y Coyuntura Histórica, se inscribe en todos los temas desarrollados por el programa de Formación Sociopolítica y este pretende llegar a cada compatriota haciendo una puesta en común de lo que ha significado la heroica resistencia de nuestros pueblos indígenas y afrodescendientes, así mismo los planteamientos recogidos en el Bolivarianismo Revolucionario, el Cristianismo Liberador y la lucha armada revolucionaria de los años 60 y 70, más las luchas del movimiento popular venezolano de los últimos años. Igualmente este cuaderno, rescata la vigencia del árbol de las tres raíces, en las ideas de Simón Rodríguez, Simón Bolívar y Ezequiel Zamora, como fundamento filosófico de la Revolución Bolivariana. Por último se caracteriza la democracia representativa como el modelo político de dominación, ante esta se dan a conocer las respuestas construidas por el movimiento popular venezolano, que alcanzan su máxima expresión con el triunfo electoral del Presidente Chávez.

Contenido

El Eje Temático Ideario Bolivariano, Proceso Popular y Coyuntura Histórica desarrolla un conjunto de elementos los cuales se recogen en:

  • Herencia Histórica Libertaria:
    1. Resistencia Indígena.
    2. Resistencia Afroamericana.
    3. Bolivarianismo Revolucionario.
    4. Cristianismo Liberador.
    5. Resistencia Armada Revolucionaria de los 60 y 70.
    6. La lucha del Movimiento Popular.
  • Árbol de las tres Raíces:
  1. Simón Rodríguez (Samuel Robinson).
  2. Simón Bolívar.
  3. Ezequiel Zamora.
  • Desmoronamiento de la Democracia Representativa.
  • Reacción Anti-Bolivariana y Contraofensiva Popular.
  • La Lucha Bolivariana Continúa.

Ideario Bolivariano, Proceso Popular y Coyuntura Histórica

La historia político social de los pueblos latinoamericanos, recoge un conjunto de hechos, vivencias y experiencias de rebeldía en contra de las imposiciones externas. Formamos parte de un Sub Continente que fue sistemáticamente violentado por los europeos a partir de la invasión (nunca descubrimiento) que inicio el almirante Colón a partir de 1492, a estas tierras que luego llamaron América. En correspondencia con las ideas de uno de los grandes pensadores de nuestra América, como lo es el maestro Simón Rodríguez, creemos en la necesidad de desarrollar ideas y organizaciones originales, contextualizadas con nuestra realidad. En este orden asumimos, lo que el movimiento popular ha venido construyendo, sobre el conjunto de ideas y postulados, que le han dado vida a los procesos populares revolucionarios a lo largo y ancho de Latinoamérica y el Caribe, considerando los principales personajes históricos de la resistencia. Es un esfuerzo conciente por cohesionar un proceso político que integre la diversidad de las corrientes revolucionarias. Esta Herencia Histórica Libertaria se alimenta de 6 fuentes las cuales son:

La Resistencia Indígena

Desde el mismo momento que los invasores Europeos llegaron a Abya-yala (Tierra En Plena Madurez) como llamaban los indígenas Kuna de Panamá al Continente Americano, los pueblos aborígenes emprendieron una brava resistencia contra la dominación extranjera en sus territorios, expresada en diferentes formas. Estas rebeliones fueron las primeras expresiones de lo que hoy se conoce como Guerra Asimétrica. Los europeos contaban con una superioridad militar que fue enfrentada valientemente durante cientos de años a través de las distintas maneras de resistencia por parte de los aborígenes. La resistencia indígena tiene ya 513 años en el Continente manifestándose de diversas maneras, siendo las más relevantes actualmente el levantamiento armado de Chiapas en México, las luchas de los indígenas en Ecuador y Bolivia, sin olvidar las heroicas gestas de resistencia, como las de Tupac Amarú en Perú, Montezuma en México y en el caso Venezolano, destacamos el coraje de nuestros caciques Guaicaipuro, Tamanaco, Chacao, Baruta, Aramaipuro, Aricabuto, Tiuna, Guaicamacuto, Arichuna, Guaratari, Queipa, Catia, Cayaurima, Chicuramay, Cuaicurian, Conopaima, Sorocaima, Mamacurri, Guarauguta, Manaure, mara, Maracay, Meregote, Murachi, Naiguata, Paisana, Paramacay, Paramaconi, Pariata, Maiquetia, Terepaima, Yaracuy, Yare, Yavire, Paramaiboa, Pariaguan, Yoraco, Prepocunate, entre otros muchos que todavía hoy nos siguen inspirando con su ejemplo de entrega y valentía.

La Resistencia Afroamericana

Luego de ser secuestrados en diversos lugares del África Sub-Sahariana y obligados a trabajar como esclavos en América, los africanos y sus descendientes desarrollaron múltiples formas de resistencia frente a la salvaje explotación que les fue impuesta por españoles, ingleses, franceses y portugueses. Estas formas de resistencia son denominadas “Cimarronaje” y se definen como el conjunto de acciones que abierta o encubiertamente realizaban los esclavizados para rebelarse frente a la explotación de los esclavistas. El Cimarronaje logró desarrollar espacios libertarios en distintos puntos geográficos del Continente, que con diferentes denominaciones: Cumbes, Palenque, Quilombos, eran áreas donde se consolidaron relaciones de ayuda mutua y cooperación al margen de la sociedad esclavista.

Entre los Cumbes (organizaciones de resistencia afro) que se conocen en Venezuela, podemos nombrar: el Cumbe de Ocoyta liderizado por el negro Miguel (Barlovento), el de Cata (Aragua), el de Yaracuy liderizado por el Negro Andresote, así mismo es preciso destacar la extraordinaria lucha liderizada por José Leonardo Chirino, quién logró estructurar un movimiento libertario y desde las serranías de Coro proclamó la necesidad de construir una República de iguales en el año 1795. Este extraordinario aporte ha sido históricamente ignorado, pero hoy, luego de múltiples acciones de los Afrodescendientes venezolanos, el Gobierno Bolivariano ha decretado el 10 de Mayo (fecha del levantamiento de José Leonardo) como Día de la Afro Venezolanidad, igualmente es notorio la existencia en Brasil del Quilombo de Palmares, el cual tuvo una duración de casi cien (100) años y contó con todo un sistema integral que incluía ejércitos de defensa, escuelas, producción Agrícola y Pecuaria.

El Bolivarianismo Revolucionario

Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar y Palacios fue un gran visionario, con sus planes patriotas atrajo a los afrodescendientes, a los mestizos y a los valerosos llaneros a luchar hasta alcanzar la libertad y la igualdad. Las batallas emancipadoras se convirtieron en una GRAN REVOLUCIÓN que incluso amenazaron con subvertir el orden en todo el Continente. El proyecto encabezado por Bolívar fue original y tuvo su concreción en la República de Colombia, así como en sus intentos por unificar los países hispanoamericanos cuando celebró el Congreso Anfictiónico de Panamá. Retomamos de Nuestro Libertador que la patria es la América toda, la conformación de una gran nación gloriosa, mas por su libertad que por sus riquezas.

El Cristianismo Liberador

La invasión española llegó a nuestras tierras espada en mano, con la bendición de la Iglesia Católica Romana de la época, imponiéndole a los pueblos indígenas, a sangre y fuego, la religión católica. Algo similar ocurrió en Norteamérica, donde los invasores ingleses, impusieron a la fuerza, el protestantismo. A pesar del éxito de ese proyecto de dominación religiosa, hoy tenemos que afirmar, que la fuerza liberadora del Evangelio de Jesús de Nazaret, levantó en muchos lugares de América (la Patria Grande), hombres y mujeres que desde las Iglesias, Parroquias, Comunidades de Base y Grupos clandestinos, dieron sus vidas, a favor de las luchas de los pueblos.

En la Iglesia Católica, en los Concilios de Puebla-México y Medellín-Colombia, y en la Iglesia Evangélica con el nacimiento del Consejo Latinoamericano de Iglesias en Asamblea Continental, en Oaxtepec-México, se hizo presente esa herencia histórica libertaria. Esto obligó a las respectivas jerarquías religiosas, a trabajar el tema de la OPCION POR LOS POBRES y asumir posturas a favor de la libertad de los pueblos. Toda esta lucha de cristianos y cristianas en este Continente, dio pie al nacimiento de la Teología de la Liberación, teología que desde la Biblia y con el auxilio de las ciencias sociales, promovió la concientización, la relectura bíblica, la renovación litúrgica, en procura de la libertad de los pueblos oprimidos.

En Venezuela, la Teología de la Liberación, tuvo su eco en la labor de cristianos y cristianas, comprometidos y comprometidas quienes gastaron sus vidas, apoyando las diferentes manifestaciones de rebeldía de sectores del pueblo. Líderes de la talla de Juan Torcate, Dionisio Méndez, Exeario Sosa Luján, Oscar Fréitez, Juan Vives Suriá, Migda Mazuera, Ramón Castillo, dejaron huellas en esta historia. Además de sectores de la Iglesia Católica, rescatamos el aporte de gente de la Iglesia Presbiteriana y de Iglesias como la Unión Evangélica Pentecostal Venezolana, en cuya sede, Escuela Bender, en La Piedad, Lara, nació el Grupo CALEB, de trayectoria revolucionaria y desde donde sistematiza el Prof. Carlos Lanz R. el Método INVEDECOR.

La Resistencia Armada Revolucionaria de los años 60 y 70

Constituye un nuevo momento de la resistencia popular en Venezuela y una respuesta directa a los gobiernos reformistas, practicantes de la democracia representativa de la burguesía (clase social dueña del poder económico y político). Los modelos capitalistas sobreviven gracias a la aplicación de la violencia en lo económico, cultural y social para garantizar la dominación, bien sea a través de tiranías militares o de la democracia representativa. La lucha armada surge como una respuesta en legítima defensa, utilizada por algunos sectores del pueblo venezolano para desarrollar la contra-violencia, la cual se resume en el enfrentamiento de grupos políticos alzados en armas contra las fuerzas militares que defendían el orden social injusto, que imponía el aparato burgués. La lucha de los años 60 alimenta la conciencia entre los trabajadores urbanos, campesinos y los estudiantes y conduce a plantear una alternativa frente a la democracia representativa, este es el principal aporte político que la resistencia armada hace al movimiento popular.

El conjunto de los elementos esbozados ha posibilitado el surgimiento de una conciencia clasista y revolucionaria, no solo en Venezuela sino también en el resto del Continente Americano por medio de los distintos colectivos que asumieron la lucha armada (Guerra de Guerrillas). Los grupos de poder en Venezuela produjeron cientos de torturados, un gran número de desaparecidos y asesinados, entre los cuales podemos citar a Jorge Rodríguez (Liga Socialista), el catire Rincón y los 72 combatientes del frente Américo Silva masacrados en Cantaura, Noel Rodríguez, Fabricio Ojeda (PRV-FALN), Alberto Lovera (PCV), y los masacrados de Yumare (1986), igual situación se presentó en países como Brasil, Uruguay, Colombia, Perú, Nicaragua, El Salvador, Argentina, Chile y otros pueblos del continente. Es bueno señalar que estas luchas contaron con la poesía revolucionaria de los cantores populares, en nuestro caso hay que resaltar el extraordinario aporte del “panita” cantor del pueblo Alí Primera, cuyas canciones fueron y siguen siendo alimento espiritual para los sectores populares que impulsan constantemente la creación de una sociedad más justa y más solidaria.

El Árbol de las Tres Raíces

“si perdemos de vista nuestro árbol, nos quedaremos un día sin la flor en la mano”

 Alí Primera

El proyecto de la Revolución Bolivariana tiene su sustentación filosófica en el llamado árbol de las tres raíces, desarrollado por un grupo de militares venezolanos que en los años ochenta (80) crearon clandestinamente un movimiento de carácter revolucionario y bolivariano, fundamentado en las ideas de tres grandes venezolanos: Simón Bolívar, Simón Rodríguez y Ezequiel Zamora. Citaremos brevemente los aspectos centrales considerados para la construcción de este árbol:

Simón Bolívar: es sin duda la raíz principal de este árbol, fue el hombre que impulsó el desarrollo de la guerra justa, es decir, la guerra que no tenía otra pretensión que lograr la libertad, la igualdad y la justicia. Esta iba contra la dominación extranjera del territorio, fue Bolívar el hombre que pudo desprenderse del beneficio propio para lograr el beneficio de las mayorías. El pensamiento bolivariano define el carácter Latinoamericanista del proyecto a desarrollar, pone de relieve la necesidad una vez más de lograr la independencia política no solo de Venezuela, también de los países latinoamericanos y caribeños. Esto explica por qué desde su llegada al poder, el Presidente Chávez, no ha dejado de impulsar el desarrollo de una conciencia revolucionaria más allá de nuestras fronteras. El legado de Bolívar hace comprender la entrega total, el desprendimiento y nuestro papel en este momento histórico cuando en Venezuela se conduce un proceso de cambios y grandes transformaciones. Dicho proceso es llamado Bolivariano, justamente por encontrarnos con los sueños grandiosos de nuestros héroes, que son los mismos sueños que hoy procuran los pueblos deseosos de igualdad, de unión y libertad.

Simón Rodríguez: conocido también con el seudónimo de Samuel Robinson, además de haber sido el maestro del Libertador, tiene muchos méritos, entre ellos el de consagrar la educación para todos los hombres y mujeres de Venezuela, independientemente de su posición económica u origen étnico, quedando testimoniado en una frase suya que dice “Escuela para todos, porque todos son Ciudadanos”. Es el maestro Simón Rodríguez quien plantea la necesidad imperiosa de crear un modelo político propio de nuestra sociedad, que no copie viejos modelos venidos de otras tierras y que más bien conozca de lo existente en otras latitudes no para copiarlo sino para tenerlo en cuenta a la hora de enriquecer lo nuestro.

“La América española es original. Originales han de ser sus Instituciones y sus gobiernos y originales los medios de fundar unos y otros. O inventamos o erramos” Simón Rodríguez.

Esta idea robinsoniana fundamenta, sin duda, el carácter originario de la Revolución Bolivariana. Muchas veces los enemigos del proceso han señalado que “Venezuela marcha hacia el Castro-Comunismo”, y otras falsedades para descalificar las iniciativas del gobierno, pero la realidad demuestra que estamos desarrollando un modelo político de participación popular que no es la copia de ninguna otra experiencia y que por el contrario cuenta con formas de hacer política convertidas en referencia para el resto de los países del mundo. Ejemplo de ello es haber elaborado una constitución que fue aprobada por el pueblo en Referéndum Nacional y que además contiene la posibilidad de revocar el mandato a cualquier funcionario o funcionaria que haya sido electa o electo popularmente y que no cumpla satisfactoriamente su trabajo.

Ezequiel Zamora: Conocido como el general del pueblo soberano, Zamora y su pensamiento son la tercera raíz de este árbol. Zamora retoma la bandera de Bolívar y lideriza la Guerra Federal, treinta años después de la muerte del Libertador, en claro enfrentamiento con la oligarquía que quiso truncar el sueño bolivariano. La lucha de Zamora fue la lucha por una redistribución de la tierra, “Tierras y Hombres Libres” fue su consigna principal que encontró un masivo apoyo en los habitantes del campo que para ese entonces era la mayoría del pueblo Venezolano. Por su parte el sector minoritario que ejercía el dominio fue claramente identificado por Zamora como el enemigo a vencer, “Horror a la Oligarquía” repetía continuamente. Nuestro proceso se nutre del pensamiento Zamorano para establecer que los cambios se harán con los sectores populares, es decir para el beneficio de ese 80% de venezolanos y venezolanas que han estado históricamente excluidos y excluidas del acceso a la riqueza nacional, por esta razón el gobierno Bolivariano desarrolla una política social incluyente, que se expresa en las Misiones Robinson, Ribas, Sucre, Vuelvan Caras, Barrio Adentro, Mercal, Guaicaipuro, Piar, Miranda, Identidad, Cultura y otros programas sociales. La ley de tierras y desarrollo agrario ha sido el instrumento legal empleado para enfrentar el latifundio y favorecer a los campesinos y campesinas, este hecho ha producido un enfrentamiento frontal con los descendientes de la oligarquía, que en su tiempo enfrentó Zamora.

El Desmoronamiento de la Democracia Representativa

Una vez terminado el gobierno de Pérez Jiménez, el pueblo depositó sus esperanzas en un sector político representado por AD, COPEI y URD quienes rápidamente traicionaron la confianza popular, firmando el “Pacto de Punto Fijo” que se convierte en el instrumento que garantiza la alternabilidad del poder entre estos partidos. El pueblo venezolano se dio cuenta pronto que los gobiernos surgidos a partir de 1958 no significaron cambios importantes en la vida de las grandes mayorías, por el contrario los periodos de AD y COPEI favorecieron el crecimiento de la pobreza. Además impulsaron el enriquecimiento ilegal del sector político dominante y de ciertos grupos económicos que se hicieron muy poderosos utilizando el dinero del Estado como principal fuente de financiamiento, entre esos grupos económicos podemos citar: El grupo Cisneros, Mendoza y sus empresas Polar, 1BC de Granier, Lares y Phels, La Cadena Capriles, el Bloque De Armas, entre otros. Debemos señalar que los distintos gobiernos de E.U.A. mantuvieron sin cuestionamientos excelentes relaciones con todos los gobiernos adecos y copeyanos, ya que estos no representaban peligro alguno para sus intereses económicos y políticos, por el contrario brindaron condiciones favorables para el desarrollo de estrategias vinculadas a la política exterior estadounidense. De esta manera se articuló un trío (partidos políticos, grupos económicos, y gobiernos de EUA) que se apoyaron mutuamente durante 40 años trayendo consecuencias terribles para la sociedad venezolana, entre las que podemos citar:

  1. Empobrecimiento del 80% de la población.
  2. Abandono del campo y la actividad agrícola.
  3. Concentración de la población en el eje norte costero del país.
  4. Corrupción generalizada de la clase política y económica.
  5. Pérdida de credibilidad de la población en la clase política.
  6. Exclusión de la población en los asuntos públicos.
  7. Concentración de la riqueza en muy pocas manos.

Ahora bien, durante todos esos años de gobiernos puntofijistas el pueblo venezolano, guiado por el espíritu de nuestra herencia histórica libertaria, desarrolló diversas formas de resistencia, que se expresaron no sólo por la vía armada entre los años 60 y 70, cuyo aporte hay que reivindicar, sino a través de múltiples experiencias organizativas concretas en el medio rural y urbano, algunas de las cuales nos permitimos citar:

  1. El estallido social del 27 y 28 de febrero de 1989, como consecuencia del paquete de medidas económicas del Fondo Monetario Internacional (FMI), que pretendió aplicar el segundo gobierno de CAP (Carlos Andrés Pérez). Esto dio origen a la rebelión de amplios sectores populares tomando por asalto los comercios que tenían acaparados numerosos productos de primera necesidad. Ante esto el gobierno activó la más terrible represión militar realizada en Venezuela causando la muerte de miles de compatriotas amparada en el silencio cómplice de los medios de comunicación e instancias internacionales, tales como la O.E.A. (Organización de Estados Americanos), Human Right Watch, entre otras.
  2. El Resurgimiento del Movimiento Estudiantil, que más allá del reclamo de sus reivindicaciones habituales tomó el escenario junto a otros sectores populares ejerciendo la “Democracia de la Calle”, promoviendo de manera efectiva la subversión social y política ante gobiernos que negaban constantemente los derechos humanos a las grandes mayorías.
  3. El Resurgimiento del Movimiento Obrero: Expresado en un sindicalismo de nuevo tipo que se hizo presente en el sector textil del Estado Aragua y en los llamados Matanceros de las Empresas Básicas de Guayana, quienes con el denominado nuevo sindicalismo logran dirigir el sindicato más grande del país (SUTISS) acumulando una importante fuerza social.
  4. Las Rebeliones Militares del 4-Febrero y del 27-Noviembre de 1992: Mientras en las calles el movimiento popular se organizaba de diversas maneras, en nuestros cuarteles un grupo de jóvenes oficiales formaron un movimiento clandestino (MBR-200 Movimiento Bolivariano Revolucionario, en conmemoración al Bicentenario del Natalicio del Libertador), que adelantó una rebelión contra el gobierno de CAP, quien a pesar del estallido social del 27 y 28 de febrero de 1989, insistió en la aplicación del paquete neoliberal. Esta rebelión no logró sus objetivos inmediatos, pero alcanzó un éxito político sin precedentes, ya que el Comandante Chávez asumió plenamente la responsabilidad de lo ocurrido y logró en una breve intervención televisiva (en vivo) el respeto y la admiración de la mayor parte del pueblo venezolano. Este hecho significó la conexión inmediata entre el discurso político del Comandante Chávez y el pueblo venezolano, a partir de entonces distintos actores políticos como el ex presidente Rafael Caldera y el entonces diputado Aristóbulo Istúriz, hacen una interpretación pública de las razones que originaron el levantamiento militar, lo cual los impulsa a ambos al logro de importantes posiciones en la vida política venezolana; en el caso de Caldera logra incluso volver a la Presidencia de la República, canalizando el descontento popular con los partidos tradicionales, a pesar de su origen social cristiano y su responsabilidad directa en el desarrollo de la democracia representativa.

Hay que señalar que Rafael Caldera utilizó oportunistamente el descontento popular, logrando reunir a su alrededor a buena parte de los grupos minoritarios de la izquierda y algunas expresiones “renovadas” de los viejos partidos, alianza esta que se conoce con el nombre de “chiripero”, que finalmente no fue más que otra decepción para los sectores populares ya que se siguió aplicando políticas neoliberales que tanto se le cuestionaron al gobierno C.A.P. Por su parte Aristóbulo Istúriz y su partido Causa R, lograron avivar la esperanza de los sectores populares caraqueños al obtener el triunfo en la principal Alcaldía del país, en este caso el Prof. Istúriz, canalizó el descontento de las mayorías por su vinculación directa y real con las luchas gremiales y sociales del pueblo caraqueño.

Luego de la salida del Comandante Hugo Chávez de la prisión en 1994, este inicia un recorrido a lo largo y ancho de la geografía venezolana, estableciendo contactos directos con los campesinos y campesinas, los obreros y obreras, estudiantes e intelectuales, que le permiten articular una serie de postulados y planteamientos ideológicos que son la resultante de la “Herencia Histórica Libertaria” expresada en la resistencia indígena, el cimarronaje, el bolivarianismo revolucionario, el cristianismo liberador, la lucha armada de los años 60 y 70 y La lucha del Movimiento Popular que se ve favorecida con la llegada al poder del Presidente Chávez, a pesar del conjunto de trabas, manipulaciones, dificultades, sabotaje, alianzas, que los sectores políticos y económicos tradicionales colocaron para evitar su triunfo electoral.

Es bueno hacer notar que Hugo Chávez, no ocultó en ningún momento su claro propósito de impulsar cambios profundos en la estructura política, económica y social de nuestra sociedad, por eso su planteamiento de Asamblea Nacional Constituyente, como instrumento político para transformar el sistema, fue su principal promesa electoral. Consecuente con dicha posición tan pronto asume la primera Magistratura, firma el decreto de convocatoria a la Asamblea Constituyente, lo cual logra entusiasmar a la inmensa mayoría de los hombres y mujeres habitantes de la tierra de Bolívar. Es preciso recordar que el pueblo venezolano escogió democráticamente a los integrantes de la Constituyente, otorgándole una inmensa mayoría a los candidatos y candidatas propuestos por el Presidente de la República. El resultado de este proceso fue una nueva Carta Magna que con orgullo llamamos “Constitución de la República Bolivariana de Venezuela”.

La nueva Constitución crea el marco legal necesario para impulsar las transformaciones políticas, económicas y sociales, por las cuales ha luchado históricamente el pueblo venezolano. Para darle viabilidad a la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, se hizo necesario crear un conjunto de nuevas leyes, fue así como en el año 2001, la Asamblea Nacional otorga al Presidente de la Republica, la facultad para dictar cuarenta y nueve (49) Leyes Habilitantes, las cuales recogían aspectos esenciales para la Refundación jurídica de la República. En este marco se crean leyes como: Ley de Pesca y Acuicultura, Ley de Asociaciones Cooperativas, Ley de Simplificaciones de Trámites Administrativos, Ley de Tierras y Desarrollo Agrario, Ley de Hidrocarburos, Ley de Microfinanzas, entre otras.

De la Reacción Antibolivariana a la Contra-Ofensiva Popular

El movimiento revolucionario bolivariano fue acoplándose y fortaleciéndose casi sin sufrir choques de la burguesía hasta el 2001, cuando se aprueban 49 leyes habilitantes (ley de tierras, de hidrocarburos, de pesca entre otras) para darle herramientas legales a la implementación de los postulados constitucionales, es en ese momento histórico que el aparato de la reacción (dueños del poder económico, y militantes de partidos de derecha apoyados por el gobierno de los Estados Unidos de Norte-América) ejecuta la más aberrante y desmedida campaña comunicacional, económica y política para desestabilizar el orden establecido. Las prácticas desestabilizadoras condujeron a un golpe militar y mediático el 11 de abril del 2002, lo cual produjo el secuestro del Presidente y la instauración de un gobierno de facto que abolió todos los poderes y pretendía volver a los postulados de la democracia representativa y con ello a la exclusión del pueblo. Venezuela y el pensamiento Bolivariano entra nuevamente en las páginas gloriosas de la historia al desmontar el “golpe de estado perfecto”, cuando el pueblo unido y las Fuerzas Armadas Bolivarianas, rescatan el hilo constitucional entre los días 13 y 14 de abril del 2002, regresando al Presidente y con él todo el marco jurídico de la V República.

Menos de 48 horas bastaron para que la sangre libertaria de nuestros antepasados ardiera y pusiera en práctica la más admirable operación de rescate popular conocida en el mundo. La derecha venezolana (AD, COPEY, sus derivados, la jerarquía eclesiástica, los medios de comunicación) apoyada por el imperialismo norteamericano al ver frustrado sus planes militares y comunicacionales incursiona en un nuevo plan de desestabilización direccionado al desequilibro económico nacional, propiciando un paro en diciembre del 2002 que obstaculizó la producción del país, y conllevó al desequilibro financiero afectando principalmente al pueblo. El desequilibrio producido afectó al sector salud, (propiciando muertes y desasistencia médica), a la educación, a la agricultura y al principal órgano económico del estado Petróleos de Venezuela. Sin embargo el pueblo Bolivariano una vez más dio muestra de resistencia, soportando la arremetida e incorporándose, en su derecho legítimo de participar en la articulación Estado-Pueblo para desmembrar la aplicación del ahogo económico impuesto por unos pocos, conllevando a recuperar la empresa petrolera del estado (PDVSA) para ponerla al servicio del pueblo, así como también fortalecer la lucha cultural y política necesaria para afianzar el proceso Revolucionario.

La Lucha Bolivariana Continúa

Después de las arremetidas de Abril y Diciembre del 2002 y de medirnos en el primer proceso de referendo del mundo (agosto del 2004) para decidir a través del voto universal y soberano del pueblo, la continuación del mandato del Presidente de la República, la Revolución Bolivariana se ha fortalecido y hoy más que nunca está librando una lucha por la igualdad y la inclusión, donde todos y todas, unidos y unidas, planteamos el gran reto de transformar las realidades existentes para lograr un gobierno que garantice “la mayor suma de bienestar y felicidad posible”, como dijo Bolívar. Esta lucha comenzó desde la resistencia aborigen, el cimarronaje, la gesta libertadora y es continuada por el actual proceso político liderizado por Chávez y el pueblo. Avanzamos hacia un proceso que permita alcanzar los postulados señalados en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela articulado con los 10 objetivos estratégicos:

  1. Avanzar en la conformación de la nueva estructura social.
  2. Articular y optimizar la nueva estrategia comunicacional.
  3. Avanzar aceleradamente en la construcción del nuevo modelo democrático de participación popular.
  4. Acelerar la creación de la nueva institucionalidad del aparato del Estado.
  5. Activar una nueva estrategia integral y eficaz contra la corrupción.
  6. Desarrollar la nueva estrategia electoral.
  7. Acelerar la construcción de un nuevo modelo productivo, rumbo a la creación del nuevo sistema económico.
  8. Continuar instalando la nueva estructura territorial.
  9. Profundizar y acelerar la conformación de la nueva estrategia militar nacional.
  10. Seguir impulsando el nuevo sistema multipolar internacional.

Estos objetivos son referidos por el Jefe del Estado y producto de ello es necesario articular las acciones que conducen a “Darle Poder al Pueblo”, con los postulados heredados de las corrientes liberadoras manifestadas en nuestro país. De este modo ponerlas en práctica en los instrumentos de acción directa que tenemos, como son las Misiones Revolucionarias: Robinson, Ribas, Sucre, Guaicaipuro, Vuelvan Caras, Barrio Adentro, Mercal, entre otras. La puesta en marcha del plan de alfabetización (Robinsón I y II), la incorporación de la población a la educación diversificada y superior (Ribas y Sucre) el diseño de otro modelo de producción sustentable, sostenible y desde adentro (“Vuelvan Caras” y NUDE) entre otras acciones, forman parte del conjunto de estrategias para liberarnos del capitalismo salvaje. De esta manera, los nuevos republicanos Bolivarianos y nuevas republicanas Bolivarianas, avanzamos con capacidad de valorarnos en sí mismos y en sí mismas, para construir el nuevo socialismo del siglo XXI, sistema democrático de participación y protagonismo social. Nuestra mirada en el horizonte, se encuentra en armonía con el ambiente y en el marco del Ideario Bolivariano, para trabajar en pro de un nuevo modelo de desarrollo que permita la convivencia en cooperación, solidaridad, justicia y paz.

 

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La indignación social debe servir para construir un mejor país

Luis Fernando Astorga Gatjens

Tengo la certeza de que hay muchas causas y motivos para estar indignados. La indignación ha venido en aumento, conforme la situación económica de las personas y las familias empeora y no se encuentran respuestas certeras y concretas, ni en el Gobierno, ni en la Asamblea Legislativa.

La pandemia ha exacerbado y desnudado una crisis económica y social, cuyas causas más relevantes hay que asociar al impulso de un modelo económico, el neoliberalismo, que ha venido debilitando y erosionando el Estado Social de Derecho, desde hace más de 30 años.

Cada vez más costarricenses se convierten en víctimas de la desigualdad social, derivada de ese modelo que han aplicado sucesivamente, unos más-otros menos, gobiernos del PLN, PUSC y PAC. Empero esa desigualdad social creciente no ha crecido sola: Se ha incrementado a la par de una concentración cada vez más notoria de la riqueza en menos manos. Hace algunas décadas, cuando Costa Rica gozaba de una mejor distribución de la riqueza, se hablaba de que en El Salvador tal riqueza (y el poder político) estaba concentrado en 14 familias. Hoy, nuestro país, ha transitado un escabroso camino que se parece cada vez más al modelo salvadoreño.

Más y más costarricenses están irritados por el creciente empobrecimiento y por la incertidumbre que emerge al mirar el futuro. Dentro de este dominante escenario de indignación social, también causa molestia y hastío el festín de precandidaturas presidenciales, llenas de desmedidas ambiciones personales y vacías de propuestas de políticas inclusivas, que ofrezcan soluciones reales a la gente.

Lo malo es que muchas personas reaccionan contra la política y no, como debía de ser, contra las y los políticos que usufructúan de ella, sin compromiso social medible en hechos y cuyas promesas siempre se las lleva el viento.

En el mejor de los casos, esta indignación social de hoy puede empujar a muchas personas a la apoliticidad y al abstencionismo, y con ello a una pasividad nada alentadora y constructiva. Cuando, hoy más que nunca, se requiere enarbolar el artículo 9 de nuestra Constitución Política, en lo atinente al carácter participativo que debe tener la democracia costarricense, es contraproducente que cada vez más personas –justamente irritadas por asociar la “política” con el aprovechamiento patrimonial de que hacen gala muchos políticos–, se desmovilicen y no ejerzan plenamente sus derechos ciudadanos.

Valga recordar que la apoliticidad es una posición política que hace que la persona que la reivindica se haga a un lado para que otras personas decidan por ella, en asuntos que son de su primordial interés. La democracia sólo se fortalece con más democracia, pero para ello se requiere la más activa y consciente participación social y política de la ciudadanía. La auto marginación de las mayorías hace que las élites plutocráticas, afiancen su dominio económico y político a sus anchas en desmedro de la democracia y el Estado Social de Derecho.

Sin embargo, la indignación creciente puede convertirse en una bomba de relojería, que se manifieste a través de estallidos sociales. No hay mal que dure cien años ni cuerpo –social—que lo resista. Ya varios organismos internacionales (con números en la mano), están pronosticando para América Latina en este 2021 pandémico y de incremento de la desigualdad y exclusión social, la aparición de estallidos motivados por la ira social.

Y el país está sumando números en esa rifa, ante la falta de propuestas concretas y viables de reactivación realmente inclusiva y justa, que ofrezca respuestas inmediatas y en perspectiva para amplios sectores sumergidos en la pobreza y la marginación social. Y esa falta de respuesta es gasolina y fósforos, que aportan tanto los que dominan el escenario político actual, como los que aspiran a dominarlo en las próximas elecciones y que piensan que el pueblo está condenado al olvido y a la inconsciencia política perpetua.

Es por ello que es imprescindible que cada vez más personas y grupos, se movilicen social y políticamente, hacia el norte de las propuestas progresistas, decentes y defensores de un Estado Social y Ecológico de Derecho. Sólo transitando por ese camino de certezas y esperanzas, la Democracia no ha de enfrentar los designios de un Estado fallido, en el cumpleaños 200 del país realmente progresista y democrático, que debemos ser.

(8 de marzo, 2021)

Voraz cerco al Estado Social de Derecho

Luis Fernando Astorga Gatjens

Desde ya hace varios años, un sector minoritario de la sociedad costarricense, colmado de privilegios, ha venido desarrollando distintas acciones que han erosionado y debilitado el Estado Social de Derecho.

Lo que fue un enorme logro de nuestra sociedad en la segunda parte del siglo anterior, lo es cada vez menos, en un país en el cual la concentración de la riqueza y la desigualdad social, han crecido significativamente.

La cuenta regresiva para este logro de Costa Rica, arrancó su cuenta regresiva a partir de la entronización de políticas dominantemente neoliberales, inspiradas en el llamado «Consenso de Washington» y que arrancaron con los Programas de Ajuste Estructural (PAEs).

Tanto el Partido Liberación Nacional (PLN) como la Unidad Social Cristiana (PUSC) arriaron sus banderas socialdemócratas y de humanismo cristiano, respectivamente. Un discurso cada vez más débil y poco convincente, abrió paso a prácticas políticas neoliberales, dirigidas a reducir al máximo las estructuras y funciones del Estado.

Asimismo, el Partido Acción Ciudadana (PAC) que emerge como una fuerza rupturista del bipartidismo, con una propuesta anti-neoliberal y contra la corrupción, cuando toma las riendas del Ejecutivo, particularmente con la administración de Carlos Alvarado, abandona las razones que lo originaron.

De esta manera, la obra que iniciaron el PLN y el PUSC, en el Ejecutivo y Legislativo, la ha asumido en forma devastadora, la administración actual mediante la Ley de Ajuste de las Finanzas Públicas (2018) y, actualmente, con el impulso de la Ley de Empleo Público. Pero para reducir la movilización social ante este tipo de normas regresivas, que afectan a sectores mayoritarios de la población, han echado mano a la aprobación de leyes que limitan significativamente la organización de huelgas.

Asimismo, a estas élites voraces de concentración de riqueza y de poder político, que gozan de un amplio dominio en el gobierno y el Parlamento actual, les ha venido muy bien la pandemia en tanto también ha coadyuvado en la desmovilización social, en virtud de las medidas de bioseguridad dictadas por las autoridades de salud, desde hace casi un año.

Para desarrollar su acción política que ha convertido al Estado Social de Derecho en una sombra de lo que fue, estos grupos minoritarios y en un tono cada vez más autoritario, han utilizado sus medios de comunicación, para desarrollar una sistemática campaña contra el sector público y las distintas expresiones sindicales en este sector.

En su afán arrollador a fin de avanzar en sus propósitos, han querido desacreditar todos los servicios que brinda el Estado (salud, educación, seguridad social, electricidad, telecomunicaciones, entre otros).

Hoy más que nunca hemos podido constatar la importancia fundamental de la medicina social y los servicios públicos de salud, para atender los efectos devastadores de la pandemia. Quienes hemos defendido a la CCSS de las acciones privatizadoras, podemos decir ahora que no sólo es necesario mantenerla sino que también fortalecerla como el mejor instrumento, para asegurar el derecho a la salud para todas y todos los costarricenses, especialmente, los afectados por la pobreza y la desigualdad social.

Eso mismo tiene validez en la educación, que debe avanzar en la inclusión y la calidad, sea presencial, virtual o bi-modal, para asegurar las oportunidades de desarrollo social, en un piso lo más parejo posible.

Es cierto que hay pequeños grupos en el sector público que se han beneficiado de condiciones de desigualdad, que deben ser modificadas. Sin embargo, no representan de ningún modo ni la mayoría y menos, la totalidad de los empleados públicos.

En este contexto, el actual proyecto de ley de empleo público no es una iniciativa que busca llevar justicia y eficiencia, como han argumentado sus promotores. No. Se orienta a reducir el rol que debe tener el Estado en un desarrollo realmente inclusivo y solidario. Igualmente, un derivado inevitable de esta iniciativa que buscan aprobar aceleradamente, sería la precarización del empleo público.

El Estado Social de Derecho merece y urge la movilización de las mayorías en su defensa, al tenor del carácter participativo de nuestra democracia, como lo fija el artículo 9 de la Constitución. En estos días de largas sombras, las fuerzas sociales y políticas progresistas, debemos llevar luz y brújula a una democracia secuestrada por una élite voraz, mezquina y angurrienta.

(21 de febrero, 2021)

La humanidad en los tiempos aciagos del Virus Corona

Luis Fernando Astorga Gatjens,
luferag@gmail.com

El filósofo y escritor romano, Séneca, decía que la adversidad es ocasión para la virtud. Esta frase llena de sabiduría, calza perfectamente con esta época que experimenta el mundo y la humanidad entera, frente a la inédita y desafiante pandemia del virus corona.

Como es bien conocido, esta pandemia ha conllevado al aislamiento obligatorio de millones de personas y la imposición de cuarentenas para evitar un mayor contagio de la enfermedad. Estas medidas están generando un severo golpe para la economía de los países y, en el caso de Costa Rica, este golpe se está experimentando en todos los sectores pero, más aún, en el turismo, una de nuestras principales fuentes de divisas.

El coronavirus ha impuesto un necesario aislamiento social pero al mismo tiempo, gracias al vertiginoso desarrollo de las tele-comunicaciones, nunca nos ha tenido más juntos a amplios sectores de la humanidad. Es un momento muy propicio para la reflexión y la autocrítica, tanto para los países y las sociedades como para las personas.

La progresiva concentración de la riqueza, que ha experimentado el mundo en los decenios recientes, se refleja en que el «el 1% de los ricos del mundo acumula el 82% de la riqueza global» (Oxfam). Cada vez los ricos son más ricos y los pobres más pobres en una desequilibrada ecuación de desigualdad. Este fenómeno también lo ha venido experimentando Costa Rica; lo que se refleja en un preocupante debilitamiento del estado social de derecho.

El consumismo nos ha venido desbordando en sociedades marcadas por el individualismo, en las cuales los “contratos sociales” sustentados en la solidaridad y el bien común, son más la excepción que la norma. Hoy, el contraste es evidente: En la mayoría de los países industrializados ha habido una gran preocupación por la producción de artículos sanitarios mientras se anuncia la escasez de artículos de higiene para atender la urgente demanda que exige la atención a la pandemia.

Quienes siempre hemos defendido la medicina pública, como la que ha desarrollado el país, en este presente de crisis sanitaria, se muestra fehacientemente que la razón estaba y está de nuestro lado. La medicina privada impulsada, con gran fuerza, por el neo-liberalismo es incapaz de dar una respuesta adecuada al tamaño y las dimensiones de esta crisis. La mejor respuesta la puede dar la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS), a partir de una filosofía y una práctica, basada en la solidaridad y la subsidiaridad. Quienes han buscado debilitar a la Caja con proyectos privatizadores, en estos momentos marcados por la amenazante pandemia, deben rectificar.

¿Qué tipo de sociedad debemos construir? Es la pregunta crucial que debemos responder. Una basada en la concentración de la riqueza, de la vida buena para minorías irritantemente concentradoras, de la medicina para las élites de la sociedad u, otra que valore el trabajo de la personas, de una mejor distribución de la riqueza, de una medicina al alcance a todas y todos, en las ciudades y en los campos y que no establezca diferencias arbitrarias entre requieren de sus servicios. Una sociedad basada en el egoísmo y la codicia de unos pocos, o de la solidaridad como propósito común y práctica cotidiana.

El día de hoy no debe ser de los políticos, como bien se ha dicho, debe ser de los profesionales de la salud y de los científicos, que están enfrentando al Covid-19 en todos los escenarios del planeta. Y cabe un reconocimiento enorme a la labor abnegada y heroica de los médicos, enfermeras y demás personal sanititario de Costa Rica, que se han estado preparando y ya están atendiendo a las y los pacientes infectados por el virus corona.

Sin embargo, cuando pase esta crisis (que esperamos sea lo antes posible), las y los políticos deben entrar a un proceso de correctiva reflexión sobre qué país estamos construyendo y nosotras y nosotros, como sociedad y personas, debemos ser protagonistas en ese proceso. Virtudes como la solidaridad, el apoyo recíproco, la bondad deben emerger con fuerza, como bien aconseja Séneca en este momento sombrío y difícil.

 

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Plebiscito en Chile: ¿fin de su “laboratorio” neoliberal?

  • Chilenos tendrán nueva constitución en el 2022

  • ¿Posibles efectos en el resto del Continente?

Gerardo Zamora Bolaños

¿Por qué 8 de cada 10 chilenos, decidieron “traerse abajo” la Constitución Política que los ampara desde hace 40 años? En una decisión histórica, una abrumadora mayoría (78.27%), decidió apostar por el cambio y dejar atrás la Constitución aprobada durante el régimen militar de Augusto Pinochet (1973-1990).

“Esto refleja las cicatrices de su pasado histórico, en una sociedad dividida política, social y económicamente. Recordemos que la Constitución que se pretende reformar es el resultado de las negociaciones que se presentaron para la salida de Pinochet del poder, y en la que se establecían dos principios básicos: la no persecución por los delitos políticos y de lesa humanidad cometidos durante la dictadura, y la consolidación de un sistema económico en el que la iniciativa privada, sustituía cualquier función del estado, el cual tendría un papel subsidiario. Hoy el pueblo chileno exige reformas en los sistemas de salud, pensiones y educativo que permitan su accesibilidad”, recalcó Carlos Cascante, académico de la Escuela de Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional (RI-UNA).

Y ¿qué hay del “milagro chileno”?, esas extraordinarias cifras económicas que ese país ha disfrutado por años: “ese crecimiento económico y de riqueza, se concentra en sectores muy puntuales, pero la mayoría de la sociedad chilena hoy presenta desigualdad en términos de ingresos, salarios, pensiones, y de los servicios de educación y salud”, agrega Alejandro Barahona, investigador de la escuela de RI-UNA. “A partir de los 80, Chile fue un laboratorio del modelo neoliberal, con resultados interesantes, pero basado en el autoritarismo y la dictadura, un modelo que nunca llegó a favorecer a todos los estratos de la sociedad chilena, estratos que hoy le dicen a sus gobernantes, que se ven de lado, no integrados en ese sistema político”, añadió Rosmery Hernández, también académica de esa unidad.

Podría este acontecimiento, tener un efecto “dominó” para el resto de América Latina: “el ejemplo chileno debe llamar a la reflexión para países como Costa Rica, dado que si no se abordan debidamente los problemas de desigualdad social, de inclusión en lo que respecta a la generación de riqueza, podríamos enfrentar mayores manifestaciones sociales y de encrispamiento, de las que incluso hemos vivido¨, concluyó Cascante.

Chile debe volver a las urnas el 11 de abril de 2021 para elegir directamente a los integrantes de una convención constituyente. Elegirán a 155 miembros repartidos equitativamente entre hombres y mujeres, con un número de escaños reservados para los pueblos indígenas. La nueva Carta Magna se someterá luego a la ratificación del pueblo en lo que se ha llamado «plebiscito de salida» o ratificatorio, que será por voto obligatorio a realizarse el segundo semestre de 2022.

***Información: Oficina de Comunicación UNA, tel. 2237-5929 / 2277-3067***