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Etiqueta: covid

Mercado laboral costarricense se ha vuelto más “selectivo”

Greivin Salazar Álvarez

Greivin Salazar Álvarez, Observatorio Económico y Social,
Escuela de Economía, UNA

La emergencia sanitaria generada por el COVID, así como su respectivo proceso de recuperación y vuelta a una “nueva normalidad”, ha generado una serie de cambios en el mercado laboral costarricense, los que han implicado una serie de retos a nivel país.

Uno de esos cambios apunta hacia una mayor “selectividad del mercado laboral”, en términos de que en la actualidad son más los empleos generados para personas con un nivel educativo relativamente alto que bajo.

A lo largo del 2019 (un año antes del inicio de la pandemia), en promedio, 34 de cada 100 empleos correspondían a personas con un mínimo de educación primaria (incompleta o completa), mientras que para personas con educación universitaria (sin con título), la cifra fue de 26 de cada 100, lo que significó una diferencia a favor del primer grupo de 8 puntos.

Esta situación ha venido cambiando, especialmente desde el 2023, siendo que en la actualidad los datos son completamente opuestos. Es de esta manera, que para el I trimestre del 2024 (último dato disponible) 29 de cada 100 empleos son para personas con un mínimo de educación primaria y 32 de cada 100 para personas con educación universitaria, la diferencia es de 3 puntos, pero ahora a favor del segundo grupo.

Estos resultados se podrían considerar positivos en un escenario de cierta normalidad económica, lo cual no es el caso, por cuanto es preciso recordar que la pandemia generó una importante salida de personas del mercado laboral, especialmente en ocupaciones de baja calificación. De hecho, en términos generales a la fecha existen alrededor de 22 000 puestos de trabajo menos con respecto a inicios del 2020 (considerando únicamente los rangos de edad de 15 a 59 años, para así aislar el efecto jubilación anticipado observado al cierre del 2023).

¿A qué se debe esta situación? Uno de los factores determinantes ha sido el acrecentamiento de la histórica dualidad productiva y su mayor visibilidad en el mercado laboral.

De acuerdo con el índice mensual de actividad económica (IMAE) que publica el Banco Central de Costa Rica (BCCR), entre febrero 2020 y abril 2024, la producción nacional ha tenido un crecimiento acumulado del 13%, para el caso de las empresas del régimen definitivo (más de base local) del 7%, mientras que para aquellas pertenecientes al régimen especial (asociada con la inversión extranjera directa) del 61%.

Sin embargo, la preparación y habilidades que normalmente demandan estas últimas firmas (más orientadas a las ingenierías, manejo de un segundo idioma, capacidad de trabajo en equipo, liderazgo, creatividad y resolución de problemas, entre otras) difieren de las requeridas por las primeras y no todas las personas disponen de las mismas (“núcleo duro” asociado a la llamada economía tradicional).

Lo anterior, se ha visto reflejado en el mercado laboral, por cuanto entre el 2019 y los primeros tres meses del 2024, el empleo formal (asociado a actividades que requieren normalmente más preparación) ha crecido un 14%, mientras que el informal se ha contraído en un 18%.

Ante este panorama, surgen una serie de retos a manera de tareas constantes, a saber:

Fortalecer los encadenamientos productivos entre las empresas nacionales y la inversión extranjera directa, para superar la dualidad productiva; así mismo, desconcentrar el esfuerzo productivo nacional más allá del área central del país (según datos del BCCR, para el 2020 solo los cantones de San José y Alajuela generaron el 35% de la producción nacional, en contraste, 66 cantones aportan a penas el 31%).

En este sentido se requiere extender el esfuerzo productivo y de atracción de la inversión extranjera directa a las llamadas zonas periféricas del país, para lo cual es indispensable mejorar su infraestructura, servicios y calificación del talento humano, identificando desde un inicio las posibles articulaciones con el aparato productivo regional (no al contrario, que primero se atrae la IED y luego se busca como concretar dicha articulación). Para tales efectos, es recomendable valorar las potencialidades que ofrecen las “ciudades intermedias” como articuladoras de la dinámica del centro del país con el resto de las regiones.

Fortalecer las habilidades del núcleo duro, para que las personas que decidan reinsertarse al mercado laboral puedan hacer frente a su creciente “selectividad”, o bien, para aquellas otras que están dentro de este (desempleada u ocupada) puedan en el mediano plazo trasladarse a ocupaciones de mayor productividad y retribución.

Por tanto, se debe fortalecer los vínculos entre las instituciones formadoras del talento humano y el sector productivo, siendo este último un actor interesado, especialmente al considerar la escasez de personal que se ha venido observando (según la firma Man Power, el 70% de los empleadores encuestados en el país expresaron tener dificultades para encontrar el talento que requieren, cifra históricamente alta).

Para el caso de la reinserción laboral femenina, es indispensable implementar el fortalecimiento de las redes de cuido (niños y personas adultas mayores), bajo un enfoque tripartito: sector público, empresa privada y comunidades, dado que la principal razón entre las mujeres para encontrarse fuera del mercado laboral ha sido la atención de obligaciones familiares (un 42% según la última encuesta continua de empleo – I trimestre 2024 – elaborada por el Instituto Nacional de Estadística y Censos).

En conclusión, esta es apenas una breve propuesta sobre medidas que se deben tomar con el objetivo de que la dinámica del mercado laboral observada en los últimos años no se convierta en factor para una mayor desigualdad socioeconómica en el país.


1.Son aquellas ciudades que tienen una cantidad relativamente importante de relaciones económicas con la médula (centro del país) y con los cantones más alejados, tal es el caso de Pococí, San Carlos, Pérez Zeledón y Liberia (Para más información consultar Informe del Estado de la Nación 2021, pág. 157-174.

Repensar la jubilación: Los sistemas de pensiones en América Latina después de COVID-19

El próximo 23 de mayo de 2024 a las 11:00 am ET (hora del este)

El Banco Interamericano de Desarrollo, realizará el lanzamiento del libro: “Repensar la jubilación: Los sistemas de pensiones en América Latina después de COVID-19”, el cual ofrece enfoques para sortear la incertidumbre y elaborar políticas que mejoren la calidad de vida. Compartimos la información dada la importancia de estar pendientes de lo que se ha elaborado en torno a este tema y proponer soluciones propias.

Al mismo tiempo representa un llamamiento a responsables políticos, académicos y expertos para que unan esfuerzos en el diseño de sistemas de pensiones equitativos, sostenibles y resistentes para las generaciones venideras, puede unirse de manera virtual al lanzamiento desde el siguiente enlace:

https://events.iadb.org/calendar/event/27905?lang=es&j=1028010&sfmc_sub=20611463&l=1678_HTML&u=18699808&mid=100028582&jb=78

Precariedad laboral: una marca registrada del mundo Covid

Por Memo Acuña (Sociólogo y escritor costarricense)

En el mes de marzo de 2020, cuando el planeta detenía sus pasos ante la llegada de la primera pandemia posmoderna, saltó a la luz una nueva forma de actividad económica caracterizada por su concentración en los servicios, las entregas express y principalmente la precarización en el trabajo.

Pronto el mundo se haría consciente de que al tiempo que una porción de su población privilegiada era enviada a sus casas a guardar cuarentena y, en el mejor de los casos, a hacer teletrabajo, otro grupo de personas trabajadoras menos privilegiado continuaban sus labores cotidianas desde la “uberización”, el “delivery” y la entrega personalizada puerta a puerta, propiciada por una de las formas más despersonalizadas y desubjetivadoras que llegó para quedarse en el marco de la coyuntura: las plataformas de servicios de entrega a domicilio.

Conocer esa modalidad de trabajo y sus alcances socio laborales fue uno de los objetivos perseguidos por un equipo investigador de la Escuela de Economía de la Universidad Nacional. Los resultados de su estudio fueron recientemente socializados.

Tres datos llamaron mi atención, dado el carácter profundamente informal que reviste la actividad: la alta proporción de personas trabajadoras de estas plataformas sin ningún tipo de seguro social (un 78%); más de un 65% reconoció la posibilidad de quedar excluido de la plataforma en cualquier momento, revelando una profunda desprotección e inseguridad laboral; un 40% de la población consultada en el marco del estudio percibe menos del salario mínimo de ley.

Es ya lugar común escuchar esa frase contundente de “lo que llegó para quedarse” en el marco de la pandemia: la modalidad de teletrabajo, las medidas de higiene y, yo diría, la precariedad laboral para un conjunto considerable de personas trabajadoras a nivel global.

El equipo investigador fue concluyente acerca de la necesidad de una respuesta organizativa y colectiva para hacerle frente a estas condiciones de trabajo. Una primera forma de cambiar la comprensión de la precariedad que les aqueja es modificar los designios de poder producidos desde el lenguaje: la “colaborización” como mecanismo de desubjetivación de la identidad laboral de la persona, debe ser erradicada. No son “colaboradores” quienes hoy se enfrentan a estas dinámicas excluyentes. Son personas trabajadoras con derechos, que deben empezar a ser respetados.

Entre Bibby Stockholm y la xenofobia: la vergüenza del mundo poscovid

Por Memo Acuña (Sociólogo y escritor costarricense)

Como si no hubiese sido ya lacerante el escrutinio al que fueron sometidas cientos de miles de personas en condiciones de movilidad humana a nivel global durante la época pandémica, el mundo sigue esforzándose hasta el retorcimiento con acciones concretas y discursivas en contra de estas humanidades.

Entre julio y agosto los ejemplos han sido contundentes. Algunos lejanos, otros más cercanos a los contextos costarricenses.

El nombre Bibby Stockholm quizá no diga mucho para alguna gente por estos lares. Pero si ese enunciado se explica con una imagen extraña, llena de incertidumbre, como sacada de alguna trampa ficcional de cuento o novela, entonces adquiere otra dimensión.

Trataré de describirla.

Es una gran caja cuadrada de varios cientos de metros de extensión. Incrustada en algún lugar de los mares europeos como la noción moderna del Arca de Noé.

A simple vista parece un mal diseño de un crucero de turistas, de esos que un día sí y otro también bajan borrachos en puertos exóticos y se sacan fotografías hirientes con la pobreza y la desigualdad que el sistema neoliberal ha generado en casi todos los destinos paradisiacos del amor líquido, como llamó el sociólogo polaco-británico Zygmunt Bauman al turismo posmoderno alguna vez.

Pero esta caja no es ni por asomo ningún crucero del amor. Se trata de un proyecto más de esa Europa fortaleza, encargado por el gobierno británico para alojar allí, en el mar al sur de Inglaterra, cerca de 500 migrantes irregulares a la espera de la resolución de su estatus jurídico.

Es una cárcel flotante.

Se estima que en los próximos meses sean instalados más proyectos de este tipo, para “alivianar la carga social y económica que representan miles de migrantes en su intento de ingresar a esa Europa”, cada vez más conservadora y autoritaria.

Es una vergüenza compartir en la misma generación en la que estas ideas han sido puestas en funcionamiento. Da vergüenza y dolor.

Por otra parte, el ejemplo más cercano lo vemos en las calles costarricenses, donde de forma cotidiana se producen las actitudes de rechazo, sospecha y discriminación contra las migraciones en tránsito, sea de donde sea que vengan y éstas son traducen en discursos xenofóbicos vertidos en redes sociales y medios de comunicación.

Es esta una hora clave para la humanidad. Si nos logramos entender, habremos sido capaces de superar la pandemia del odio y la intolerancia. Habremos trascendido la vergüenza.

Pero si segregamos y rechazamos al otro, o lo desechamos fuera de nuestras fronteras como basura humana, los propios miedos y errores nos ganarán la partida. Seremos partícipes de la clausura de nuestra especie. Definitivamente.

Patria mía, ¿adónde vas?

Manuel Delgado

1.-

Los resultados electorales de este domingo muestran la profunda crisis política por la que atraviesa el país. En esta elección hemos cosechado el mayor porcentaje de abstencionismo de la historia reciente. En ese resultado influyó, indudablemente, la epidemia de la Covid y sus secuelas. Pero ese no fue el factor principal. El abstencionismo es el rechazo a la oferta electoral. Demuestra que nuestro pueblo no fue convencido por ninguno de los partidos y candidatos.

Esos partidos y esos candidatos, a su vez, son rechazados por muchos motivos, entre los que destacan la corrupción y la ineficiencia de los últimos gobiernos. Pero sobre todo, son repudiados por la política económica aplicada por ellos y apoyada por sus diputados, y que ha llevado hambre, desocupación, sobreexplotación y desesperanza a los hogares. Es, en resumen, un rechazo a la política neoliberal. Esta ha estado conformada por una estrategia de congelamiento de salarios del sector público y una reducción constante de los salarios del sector público; por una reducción de los derechos laborales a largo plazo, desmejorando la cesantía y las condiciones de las jubilaciones; por una persecución a las organizaciones sociales y la criminalización de la protesta social; el aumento sistemático de los impuestos a los bienes y servicios que consumen los sectores populares; a una práctica de reducción en empeoramiento de los servicios públicos; a la práctica de la represión en las huelgas, manifestaciones, luchas de los indígenas y, en general, a toda manifestación de descontento. Y, además, mucha corrupción.

2.-

La principal muestra del rechazo ha sido la vapuleada obtenida por el partido de gobierno, aun cuando este partido pretendió levantar un programa de corte asistencialista, igual al que siempre en teoría ha defendido.

El Partido Acción Ciudadana no solo no elige ningún diputado, cosa que no había ocurrido nunca con el partido de gobierno, sino que recibe una cantidad marginal de votos: apenas el 0,66%. Es muy posible que como resultado de estas elecciones, desaparezca como fuerza activa.

El PAC es, por su extracción social, un partido de la “clase media” (la denominación no me gusta mucho), lo cual incluye a sectores de servidores universitarios, profesionales, empleados públicos, educadores, estudiantes, artistas y otros. Empujado por la oligarquía, en sus dos administraciones, pero sobre todo en la última, este partido se ha dedicado a perseguir y estrujar a esos sectores. Le impuso un plan fiscal que elevó sustancialmente sus impuestos, les redujo la pensión amparados en la consigna de la derecha de acabar con las “pensiones de lujo”, alargó las edades de pensión y les bajó sus montos, rebajó sus prestaciones de retiro, les aplicó impuestos a la transacción de sus inmuebles, les quitó potestades y derechos a sus organizaciones sindicales, redujo las condiciones de trabajo de las universidades. Pero además, los sometió a una constante campaña de persecución y desprestigio, dirigida en especial contra los empleados públicos. Con estos dos gobiernos, los sectores medios han vivido acosados y atemorizados. Todo esto ha estado acompañado de una política de congelamiento de salarios y la amenaza del descenso de los sueldos de los servidores públicos, especialmente a través de la llamada ley de empleo público. Es lógico pensar, entonces, que estos sectores le hayan vuelto la espalda en estas elecciones.

3.-

Otra muestra contundente del rechazo popular al neoliberalismo lo muestran los resultados obtenidos por las agrupaciones abiertamente liberales. Los partidos Libertario, Unión Liberal y Unidos Podemos obtienen el 1,2% de los votos emitidos (el 0,65% del padrón). Por su parte, el Liberal Progresista de Eliécer Feinzaig solo obtiene el 12,3% de los votos válidos (el 6,3% del padrón).

En su conjunto, ellos cosechan el 13,5% de los votos, muy por debajo de lo obtenido por el Partido Libertario en el 2010 (20,9%) y apenas similares a los del 2014. En relación con el número de votantes inscritos, es decir, el padrón electoral, la diferencia es más clara: esta vez esos cuatro partidos obtuvieron el apoyo del 6,9% de los costarricenses, en contraste con los porcentajes reunidos por el Libertario, que fueron del 11,9% del 2010 o el 11,3% del 2014.

4.-

Similar derrota han obtenido los dos partido fundamentalistas religiosos, que en la mayoría de las ocasiones han acuerpado los proyectos neoliberales del gobierno. Restauración Nacional solo ha cosechado el 0,55% de los votos. Mientras tanto, el partido Nueva República de Fabricio Alvarado ha obtenido el 14,8%, muy por debajo del 24,9% obtenido en primera ronda de la elección del 2018.

La desaparición de esos partidos como fuerza determinante es un hecho muy positivo para la lucha popular y para la democracia costarricense. Llama, sí, la atención de que este último partido siga siendo una fuerte alternativa para los sectores más pobres de la población y que haya obtenido altas votaciones en los litorales, es especial en Limón y Puntarenas. Ese apoyo se explica por el rezago social de esas provincias, por el abandono a que han sido sometidas por todos los gobiernos, y por el debilitamiento de los partidos de los trabajadores y señala una gran tarea y una gran responsabilidad para las organizaciones populares.

5.-

Los resultados de los partidos Liberación Nacional, Unidad Socialcristiana y Progreso Social Democrático son también muestra del deterioro del discurso y la práctica neoliberales.

Tanto Liberación Nacional y como la Unidad Socialcristiana (que incluso formaron parte del gobierno) han acuerpado ese programa antipopular del que hablamos, pero sus acciones no las han podido sostener ante la opinión pública a la hora de pedir el voto porque saben que ese programa es de rechazo popular.

Por el contrario, sabían que debían de cambiar el discurso y recurrieron a la vieja triquiñuela de ofrecer el oro y el moro: casas y becas, ayuda asistencial y empleos, todo en el intento de cazar incautos.

Curiosamente la Unidad Socialcristiana no logra convertir ese apoyo parlamentario en votos para su candidata presidencial, que cae al cuarto lugar de las preferencias electorales, con un 12,3% del padrón, muy por debajo del 15,9% cosechado hace cuatro años. Aunque el padrón, como es lógico, ha crecido, el número absoluto de votos recibidos por el PUSC se redujo en 118.625 votos, es decir, costarricenses concretos que decidieron darle su apoyo a otra candidatura.

Una cosa similar es el caso del PLN. Este partido obtiene la mayoría relativa con un 27,2% de los votos, un aumento en relación con las dos elecciones anteriores (nos referimos a los votos en primera ronda), pero su apoyo representa un sector más pequeño de la población. Apenas un 14% de las personas inscritas le dio su voto.

Los dos brazos del bipartidismo, juntos, apenas reúnen en 40% de los votos emitidos y el 20% de los inscritos en el padrón electoral.

6.-

Contrario a todos los pronósticos, Rodrigo Chaves se medirá con el PLN en la segunda vuelta. Esta enigmática figura ha tenido un paso rapidísimo por nuestro país y nuestra política. Proveniente del Banco Mundial en el que laboró largos años, ha mantenido un discurso comedido en lo económico. Aunque es de presumir que profese las mismas ideas que impulsó desde su posición de funcionario de ese organismo financiero internacional, ha tenido el cuidado de distanciarse de un liberalismo expreso, muy posiblemente solo de palabra. Al revés, se presenta como un impulsor del cambio, como una alternativa novedosa, que no se compromete con ninguna de las políticas del gobierno aunque formó parte de él por un breve plazo.

Chaves es otra muestra del rechazo que siente la población por la política y los políticos tradicionales. En cierta medida, los votantes lo han apoyado como muestra de protesta frente a una política tradicional corrupta e ineficiente. Su imagen de un tecnócrata sin compromisos con la política, aunque también sin compromisos con un programa clase, atrae a muchos sectores

Hay que llamar al pueblo a no dejarse engañar por esos nuevos espejismos. Tanto él, nuevo en nuestra política, como Figueres, viejo dirigente, serán en última instancia instrumentos de la misma política: esa que impulsa el FMI, brazo gemelo del Banco Mundial, y que tiene como norte acabar con nuestro maltrecho estado de bienestar y terminar de liberalizar nuestra economía.

7.-

Con especial cuidado debemos hablar del Frente Amplio. Este partido ha obtenido una nutrida cantidad de votos: 158.991 personas han votado por él, lo que corresponde a un 8,9% de los votos válidos emitidos. Supera así el amargo bache de la elección pasada cuando solo acumuló el 0.78%, pero queda muy lejos del 17,25% obtenido en las elecciones de 2014.

Después de 2014 y durante las dos administraciones consecutivas, el Frente Amplio se mantuvo como aliado y a veces defensor expreso del partido de gobierno y de sus dos presidentes. Esa política colaboracionista lo llevó incluso, como se sabe, a convertirse en parte del gabinete de Carlos Alvarado. Ese apoyo abierto o soterrado fue muy negativo para el movimiento popular y para el electorado costarricense, pues ayudó a consolidar el apoyo de amplios sectores progresistas al gobierno y fortaleció la imagen de “izquierdista” con el que muchos sectores, incluso desde la derecha, pretendieron clasificar al PAC y su gobierno. Esa colaboración le pasó una alta factura al Frente Amplio, que, sobre todo en la elección del 2018, apechugó con buena parte del desprestigio del PAC, lo que lo llevó a obtener una votación de pesadilla.

El buen resultado de este 2022 se debe a dos factores: primero, que logró atraer a una porción importante de los seguidores del Partido Acción Ciudadana, especialmente el sector más de izquierda de este partido, los cuales, hastiados del giro a la derecha del gobierno, pretenden encontrar en el Frente Amplio el tipo de agrupación política que ellos ayudaron a forjar a comienzos del siglo, aquel joven partido que era percibido como de centro-izquierda, inspirado en las luchas populares, en especial la lucha contra el TLC, desligado de los partidos del bloque oligárquico, alzado en la consigna de defender y ampliar el estado de bienestar y el sistema de seguridad social y que decía luchar contra la corrupción y por la protección de los trabajadores asalariados y los pequeños y medianos empresarios.

Todas ellas son consignas que se amoldan como anillo al dedo al discurso actual del Frente Amplio. Pareciera que el Frente Amplio ha logrado la meta que se proponía: colocarse en el sitio que dejó libre el PAC. De hecho, su líder, presionado por la prensa, se definió a sí mismo como político “de centro”. Un exceso, me parece, para un partido que a lo sumo llega a “centro-izquierda”.

“Panta rei”, decían los griegos: “Todo discurre, todo se mueve”. Y el Frente Amplio no es la excepción. Para crecer hasta convertirse en opción de poder, este partido debe moverse, y tiene dos y solo dos cauces posibles. O vuelve los ojos a la calle y al movimiento popular y se pone al frente de su lucha contra la arremetida neoliberal, es decir, o asume un papel de izquierda, o se posiciona ahora sí en el centro, haciendo nuevas concesiones a los de arriba. Yo espero que discurra por el primero, aunque temo que él más bien va a optar por el segundo.

8.-

Y a nosotros, ¿qué nos queda? Una segunda vuelta entre un malo y otro no peor, sino igual. Porque lo peor es votar por el “menos malo”, lo peor es que uno de los dos logre posicionarse en el imaginario del electorado como “el progre” o “el agente del cambio”. Ya Figueres anda buscando lo primero, el apoyo del electorado progresista, para obligarnos a repetir la pesadilla de hace cuatro años, la pesadilla de votar por una de las dos cabezas de la hidra, decisión que nos trajo tan malos resultados.

La décimo tercera variante del SARS-Cov-2

Por Freddy Pacheco León

La décimo tercera variante del SARS-Cov-2 (la ÓMICRON) detectada en Suráfrica, con su ARNm caracterizado por muchas mutaciones, está golpeando el planeta. Se desconoce cuán contagiosa es y qué puede resultar a partir de ese ARNm tan modificado, por lo que es grande la incertidumbre e inmensa la preocupación, pues en medio de una cuarta ola que afecta a algunas naciones europeas, la VARIANTE ÓMICRON nos viene a recordar que hay que tener prudencia y no dejarse llevar por la peligrosa percepción de que la pandemia ya se está despidiendo, cuando no es así.

Como los que toman decisiones macroeconómicas a nivel mundial vislumbran un regreso a la paralización de la economía, las bolsas de valores lo están resintiendo severamente, con pérdidas sin control. Y por supuesto, Costa Rica está igualmente en peligro pues, como sucede en Alemania, Austria, Rusia (por ahora), aunque tenemos más del 60% de la población con las dos dosis de vacuna, la experiencia en por lo menos los países citados, es de que les cayó una nueva ola de contagios, ¡como efectivamente podría suceder en nuestro país!

De darse esta situación, es esperable que traería consigo más pobreza, mayor desempleo, desilusión y hambre.

Conferencia de prensa: Reclutamiento personal voluntario para apoyar labores de vacunación

En la conferencia de prensa convocada por la Mesa patriótica «Unidos por la vida» se contó con la participación de:

  • Sacerdote Edwin Aguiluz, Iglesia Católica – Pastoral Social Cárias.
  • Dr. Mauricio Guardia, Colegio de Médicos y Cirujanos de Costa Rica
  • Sr. Lenin Hernández, Confederación de trabajadores Rerum Novarum – SINAE
  • Sr. José Alvarado Jenkins, Unión Costarricense de Cámaras – UCCAEP

El objetivo de la conferencia de prensa es el reclutamiento personal voluntario para apoyar labores de vacunación, el vídeo completo se puede encontrar en el siguiente enlace: https://www.facebook.com/watch/live/?v=690606059006917&ref=watch_permalink

UCR: Científicos ticos y estadounidenses desarrollan alternativa para el pronóstico clínico del COVID-19

La prueba está en su etapa piloto

El aporte se encuentra en la prestigiosa revista científica Frontiers y ya está siendo evaluado en los Estados Unidos

Por primera vez, el mundo posee una innovadora prueba pronóstica (en etapa piloto) que permitirá predecir si un paciente enfermo por COVID-19 podría entrar a una fase severa, moderada o tener COVID-19 prolongado.

Así se resalta en el artículo científico en la revista Frontiers in Immunology, una de las más prestigiosas del mundo en 900 disciplinas académicas, y que solo divulga iniciativas de verdadera trascendencia y de amplia rigurosidad metodológica comprobada por expertos internacionales.

¿El componente innovador? Un análisis de sangre llamado IncellKine, que si bien fue liderado por científicos estadounidenses y se encuentra en etapa de validación en los Estados Unidos, su avance esconde el talento de tres investigadores de la Universidad de Costa Rica (UCR). Ellos son el Dr. Rodrigo Mora Rodríguez, el Dr. Javier Mora Rodríguez y el Dr. Jose Guevara Coto.

Cada uno, desde sus diferentes áreas del conocimiento, ayudó a sentar parte de los cimientos que toman fuerza en una alternativa capaz de identificar cuáles personas están más propensas a padecer COVID-19 prolongado. Sí, esos síntomas de COVID-19 que un individuo ya recuperado de la enfermedad sigue presentando hasta por más de seis meses.

Pero no solo eso, sino que también puede distinguir el riesgo que tienen de entrar a una fase crítica, o ser pacientes que permanecen moderados. ¿El beneficio de todo esto? Que el personal médico tome mejores decisiones terapéuticas acordes a las características únicas de cada individuo.

“Lo que se quiere con esta prueba es predecir el desenlace clínico de los pacientes cuando ingresan al hospital. Es decir, si se va a volver moderado, severo o crónico de COVID-19. El aporte es que, al saber el posible desenlace, se pueden guiar mejor los tratamientos y evaluar la eficacia terapéutica en beneficio de los pacientes”, explicó el Dr. Rodrigo Mora.

De acuerdo con la revista Frontiers, esta iniciativa es una alentadora esperanza y se considera como una de las “bases para la medicina de precisión contra el COVID-19”.

El Dr. Rodrigo Mora Rodríguez (imagen horizontal) y el Dr. Javier Mora Rodríguez (imagen cuadrada a la izquierda) son del Laboratorio de Docencia en Cirugía y Cáncer (DCLab-UCR). También, pertenecen al Centro de Investigación en Enfermedades Tropicales (CIET), así como a la Facultad de Microbiología. Por su parte, el Dr. José Guevara Coto (hombre con camisa azul) es de la Escuela de Ciencias de la Computación e Informática y del Centro de Investigaciones en Tecnologías de Información y Comunicación (CITIC-UCR). Estos científicos han trabajado en el pasado en medicina de precisión a través de la implementación de pruebas para transformación maligna por el virus del Papiloma Humano y en el desarrollo de pruebas diagnósticas para el cáncer de vejiga mediante técnicas de biocomputación.

Un viaje por algoritmos

La prueba pronóstica es el producto final de una investigación de cuatro etapas que dio inicio en los Estados Unidos durante el 2020.

El equipo estadounidense se encargó de reclutar a un total de 224 pacientes, extraer y analizar la sangre para medir las citoquinas, moléculas de comunicación entre las células que codifican mensajes del sistema inmunológico. Posteriormente, solicitaron ayuda al equipo costarricense para profundizar en el procesamiento de los datos. Esto constituyó la segunda etapa de análisis.

“Estamos muy orgullosos de colaborar con un grupo de científicos tan excepcionales. Esta es una pandemia y, como tal, la comunidad científica tiene la responsabilidad de ser inclusiva y colaborar de todas las formas posibles para ayudar a los pacientes en todo el mundo”, indicó el Dr. Bruce Patterson, investigador principal de IncellDx, Estados Unidos.

Así, se hizo presente el Dr. José Guevara, el bioinformático a cargo de implementar una estrategia de machine learning (aprendizaje automático, por su traducción al español) lo suficientemente robusta para identificar patrones ocultos en el conjunto de datos inmunológicos.

¿El resultado? Una mayor certeza científica en un aspecto que ya los investigadores estadounidenses presentían: parte de las razones del COVID-19 prolongado en un paciente se debe a unas citoquinas muy particulares encargadas de coordinar el sistema inmune. Dicha información se convertiría luego en uno de los elementos claves con potencial predictivo.

“La tarea del modelo de machine learning fue clasificar datos de alta complejidad y categorizar a los pacientes en un conjunto o clase determinado. Para lograrlo, se parte de una serie de datos que, en este caso, es la información de los componentes moleculares del sistema inmune enviada por los compañeros de los Estados Unidos. Esos componentes fueron las entradas para la construcción del modelo de machine learning, con que se pudo identificar las diferencias en el comportamiento de los perfiles de los pacientes y, con base en esto, asignarlos al correspondientes grupo de enfermedad”, interiorizó el Dr. Guevara.

Ese aporte marcó un hito trascendental. La biología de sistemas estudia propiedades en conglomerados tan complejos que no pueden predecirse a partir de elementos individuales. Por lo tanto, la verdadera contribución radica cuando los datos actúan en conjunto; un procesamiento que solo algunos científicos en el mundo son capaces de alcanzar. Entre ellos, el Dr. José Guevara.

Con el aprendizaje automático, se identificó los algoritmos que permitieron la determinación precisa de los pacientes con COVID-19 prolongado y los inmunotipos de COVID-19 severo.

Jugadores prodigios

Con la clasificación generada por el Dr. Guevara, el Dr. Rodrigo Mora procedió a la tercera etapa: generar un modelo matemático (heurístico) de identificación del mensaje generado por las citoquinas más importantes. Es decir, de todos los jugadores (citoquinas) cuáles eran los prodigios o las piedras angulares que en conjunto promovían esos mensajes que incentivan el COVID-19 prologado o una mayor severidad.

De esta manera, el Dr. Rodrigo Mora separó la información de los pacientes en cuatro clases: sano (grupo de control), leve-moderado, severo y crónico. También, en una complejidad que pocos son capaces de lograr con exactitud.

“Con esto queremos dar tratamientos más tempranos en pacientes cuyo pronóstico anuncia que se van a complicar. También, para evaluar la eficacia de esos tratamientos. Ya sabemos que algunos abordajes terapéuticos van a favorecer a unos, pero a otros no. El tratamiento no generará el mismo resultado en un paciente moderado que en uno crónico. Son diferencias que deben caracterizarse y entidades inmunológicas que deben distinguirse. Justamente esto fué lo que hicimos con este trabajo”, mencionó el Dr. Rodrigo Mora.

No obstante, en todo eso todavía faltaba algo importante: la interpretación global de los datos, la cuarta etapa efectuada por el Dr. Javier Mora y una de las más críticas. El Dr. Javier Mora ahondó en la interpretación de esos mensajes dentro del sistema inmunológico y sus implicaciones para un receptor crucial, mismo contra el cual se están desarrollando nuevas terapias para el tratamiento del COVID-19: el CCR5.

“¿Por qué el énfasis en el CCR5? Porque es un receptor que usan algunas células para llamar a las células inmunológicas encargadas de contrarrestar al virus. En varias ocasiones el mensaje de reclutamiento se da por el CCR5. Sin embargo, algunos de estos mensajes reclutan a células que, en vez de ayudar contra el proceso de infección de COVID-19 en un paciente, más bien originan una inflamación severa que lleva a problemas”, argumentó el Dr. Javier Mora.

“Asimismo, encontramos que hay otros mensajes que se encuentran deficientes en pacientes que generan casos severos. En resumen, la deficiencia de esa señal (CCR5) hace que no se recluten a las células adecuadas para eliminar el virus y eso lo vuelve un elemento de predicción con gran potencial”, agregó Mora.

En síntesis, se pueden visualizar dos escenarios. En el COVID-19 prolongado hay un reclutamiento inadecuado de las células a cargo de eliminar al SARS-CoV-2.

Por su parte, en los casos severos hay una activación inmunológica inadecuada que genera una inflamación exagerada que termina afectando al organismo. Esto último es la popular tormenta de citoquinas: moléculas producidas de forma excesiva por el cuerpo para intentar activar a las células encargadas de eliminar al virus, pero que al final se salen de control y llevan a la falla múltiple de los órganos internos.

Los pacientes con COVID-19 grave se caracterizan por una inflamación excesiva con una activación y reclutamiento de células incapaces de eliminar al virus.
En cambio, los pacientes con COVID-19 prolongado tienen un perfil capaz de inducir la activación de células T con propiedades proinflamatorias y generar una respuesta inmune eficaz para eliminar el virus, pero sin las señales de reclutamiento adecuadas para atraer las células T activadas.

¿Una opción para Costa Rica?

Sí. Para el Dr. Rodrigo Mora, como la prueba aún está en validación y no tiene los permisos de la Food and Drug Administration (FDA), el país podría acceder a ella bajo la autorización de uso de emergencia.

“En estos momentos estamos trabajando para traerla al Costa Rica únicamente como de investigación. Pero, en caso de que haya interés, se puede hacer una aprobación de uso de emergencia tal y como se está usando en Estados Unidos en este momento”, dijo el Dr. Rodrigo Mora.

Actualmente, la prevalencia de los portadores de síntomas de COVID-19 a largo plazo va entre un 10 % a un 30 % de los individuos recuperados.

El trabajo presentado es el primero de muchos en sentar las bases del tratamiento de la medicina de precisión terapéutica. Además, demuestra la eficacia de inhibir la CCR5 para intentar frenar los síntomas del COVID-19 severo. Algo que, para pacientes con COVID-19 prolongado, no daría el resultado deseado.

El artículo científico todavía no ha salido oficialmente, pero ya su resumen puede ser leído en https://www.frontiersin.org/articles/10.3389

/fimmu.2021.700782/abstract

Jenniffer Jiménez Córdoba
Periodista, Oficina de Divulgación e Información

“Día del Agricultor”

Lic. Javier Francisco Cambronero Arguedas

Dicho conjunto escultòrico compuesto por un campesino, una campesina y un niño, doblados arando el surco, representan bastante bien a gran parte de nuestra Costa Rica, la de origen campesino, que muestra arraigo con la tierra y con ciertos elementos simbòlicos que evocan mucho de lo bueno, de lo que nos caracteriza como pueblo: trabajo tenaz y sencillo, semilla que darà fruto abundante producto del esfuerzo y dedicaciòn de hombres y mujeres, sustento dignamente ganado y una gran fertilidad que viene del amor y el cuidado a travès de la familia. Hace màs de 500 años nuestros abrigenes obtenìan su sustento, de la tierra mayoritariamente y ocasionalmente del mar. El mestizaje del cual somos herederos, ha permitido construir una patria que en pocos meses celebrarà el Bicentenario, en el cual ni hombres ni mujeres campesinas parecieran estar invitados.

Tan poco significado tiene el campesinado costarricense, ese que nos da de comer y que ha sido fragua de la democracia costarricense, que dicho monumento fue retirado en diciembre de 2012, habiendo sido presa del vandalismo terrible de unos pocos, la indiferencia de muchos, blanco de orines y heces de perros y otros bichos, lienzo de grafittis y tòrrido refugio para fugaces aventuras amorosas nocturnas. Han pasado 9 años de su retiro y muchas promesas rotas que auguraban su restauracion pronta. Hasta un alcalde ahora metido a precandidato ofreciò recursos para que el retiro de la obra fuera breve.

Para colmo de males, una vez màs, estamos en presencia de otra grave y horrorosa omisiòn por parte del MEP al no inluir dicha celebraciòn en el Calendario Escolar, ello a pesar de que hay una ley de la repùblica que asi lo establece (Ley 4096). Dicha ley fue dictada el 11 de mayo de 1968.

Les comparto estas lìneas en medio del escenario màs espantoso ocasionado por la pandemia, que ha traido muerte, destrucciòn, dolor, sufrimiento y angustia al pueblo cotarricense y al mundo entero. Y ello significa ni màs ni menos que el aparato productivo y el empleo decente y de calidad no escapan ante tan atroz panorama. Si los polìticos de turno, ayer y hoy ya no les importa el agro costarricense, el agro profundo que nos da arroz, frijoles, maìz, chayotes, yuca, papas, cebollas, frutas y otros; les invito para que ustedes y nosotros sì seamos capaces de reivindicar a nuestros agricultores. La crisis ocasionada por el COVID tiende a profundizarse y la produccion de alimentos podrìa tornarse critica en los proximos meses. Alimentos nutritivos y frescos junto a la leche y otros productos, podrian escasear y con ello experimentar una descomunal escalada de precios y que el fantasma del hambre aparezca grotesco e inmisericorde. Hoy por hoy, producto de polìticas agrìcolas equivocadas y erràticas, el paìs tan sòlo produce la mitad de lo que consume. Vergonzosamente hay que importar alimentos en un paìs verde, con un buen règimen de lluvias, tierra feraz y con conocimientos ancestrales. Por eso resulta temerario pensar en cerrar el CNP y eliminar el Programa de Abastecimiento Institucional, que constituyen uno de los ùltimos refugios del agricultor y campesinado costarricense.

Vean que curioso, el Censo Nacional Agropecuario fue en 2014. Antes de èste, el ùltimo fue en 1984. Todos sabemos lo importante que resulta para un paìs la existencia de censos  que muestran datos y estadisticas oficiales y que conribuyen al diseño de politicas pùblicas y a tomar decisiones. Este año correspondia hacer censo y se ha anunciado por parte de autoridades gubernamentales que no se llevarà a cabo, al no presupuestar recursos para su financiamiento.

En cuanto a producciòn de alimentos si comparamos los datos entre ambos censos (2014 y 1984) la cantidad de terreno dedicada a maiz, frijoles, papa, cebolla, yuca y otros tuberculos ha venido en descenso, a contrapelo de una agricultura de exportacion (flores, follajes, naranja, piña, frutas y banano) que compite por ese mismo terreno con la produccion agroalimentaria. Eso tiene que llamarnos a reflexion.

El promedio de edad –en 2014- del agricultor costarricense fue de 53,9 años. Ojo costarricenses, pueden cotejarlo con pagina 41 del VI Censo Nacional Agropecuario. De modo que el 38% de la fuerza laboral en el campo, ese que produce alimentos, oscila entre los 43 y 59 años. Hombres y mujeres que ven sacrificada muchas veces su vida por el efecto de las plagas, los malos precios, los efectos del cambio climatico y el nefasto contrabando en nuestras fronteras de productos como papa y cebolla, denunciados una y otra vez donde el esfuerzo de autoridades fronterizas y aduaneras, pareciera no ser suficiente y se ven superados por el afàn desmedido de ganancias de malos costarricenses y un inescrupuloso espìritu de obtener ganacias a como de lugar. Nuestros campesinos no merecen ser tratados como una corronga y folclòrica alegorìa de las pinturas de Fausto Pacheco o un lejano recuerdo sumido en virtuosas letras en  Juan Varela, el Sitio de las Abras o cuentos de Carlos Salazar Herrera. Son personas de carne y hueso a quienes tambièn debemos de cuidar, de ellos dependerà nuestra sobrevivencia y en un plazo mucho màs corto de lo que muchos suponen.

Esta crisis sanitaria y econòmica ya empieza a mostrar un nuevo rostro y es crisis alimentaria, si no tomamos medidas. Debemos cuidar la producciòn de nuestros alimentos y ademàs a quienes los producen. El campo ya no puede ser màs el gran ausente en los grandes debates nacionales. Antes de la pandemia, en 55 paìses 183 millones de personas se encontraban en situacion de inseguridad alimentaria. Esta cantidad según FAO, puede haber aumenado en un 82%.  En varios paìses caribeños su aparato productivo solo era capaz de cubrir el 40% de sus necesidades alimenticias, lo demàs constituìan importaciones de alimentos, pagàndolas muchas veces mucho màs caras.

La pobreza y desempleo en el paìs han crecido. Si no hacemos lo suficiente estaremos condenando a muchas familias de costarricenese al hambre y a la sub-alimentacion, con lo cual estarìamos a las puertas de una desnutriciòn que hace varias dècadas gracias a asertivas politicas de nutriciòn y educativas, ya habiamos superado. Vivir en el campo y producir alimentos no deben ser sinònimo de pobreza. Ante el aumento de la desigualdad, el funcionamiento de la economìa debe evitar ambos, de manera que la prosperidad y los avances sociales sean para todos.

Requerimos pues, inteligencia, valor y sapiencia por parte de nuestras autoridades, partidos políticos y sus representantes. El bien común debe ser el sano motor de la política y de la economía. Hoy más que nunca la solidaridad y la lucidez deben ser las armas con que gobernantes y ciudadanos podamos seguir construyendo una meta y un destino común. La pandemia y su atención han consumido importantes recursos de la producción nacional.

Hemos sido testigos en estos 15 meses, como en lo social y económico se ha acelerado un peligroso y desgarrador proceso de exclusión y desigualdad, generando mayor concentración de la riqueza. Ante la pandemia, en víspera de la celebración del cacareado bicentenario, no a todos nos ha ido igual, negarlo, es ser cómplice de silenciosas y perniciosas injusticias. En el mundo el 1% de la población mundial se ha hecho mucho más rico de lo que era y el 99% restante resulta ser más pobre. Por eso no nos debe sorprender posiciones como las de Biden en EEUU, el FMI, el Banco Mundial recomendando a los países que con carácter transitorio graven los capitales para poder ayudar a los que menos tienen.

La pandemia nos lo está enseñando. “Un desarrollo tecnológico y económico que no deja un mundo mejor y una calidad de vida integralmente superior, no puede considerarse progreso” La solidaridad nos dice el papa Francisco, “no debe ser sólo una virtud, sino un modelo operativo de la economía; y que la fraternidad no sea una simple aspiración, sino un criterio de gobernabilidad nacional e internacional”.

La situación del agro costarricense y de nuestro campesinado puede sufrir penosas consecuencias, pues bien dice el papa emérito Benedicto XVI “el estar sin trabajo o la dependencia prolongada de la asistencia pública o privada, mina la libertad y la creatividad de la persona con graves daños en el plano psicológico y espiritual” 25 Caritas in Veritate

El gobierno no debe perder de vista que el impacto del COVID y su atención, ha ocasionado una caída de 2,2% en el PIB. Estas cifras traducidas en destrucción de empleos, significa que 475 mil costarricenses ya no tienen empleo pues la tasa de desempleo aumentó en algunos momentos hasta un 24,4%. Con estos miles de costarricenses y sus familias son víctimas de una gran indolencia por parte de cúpulas políticas y de grandes empresarios. El tejido social se desgarra y no se está haciendo lo suficiente para evitarlo. Ello, agravado con un 25% de la fuerza productiva afectada con reducción de sus jornadas y en consecuencia.

Todo esto alimenta una terrible sensaciòn de frustración, soledad y desesperaciòn, o sea una peligrosa desmoralización que puede hacer al pueblo presa fácil de quién sabe que insondables intereses.

Como sociedad no debemos caer en una especie de “nostalgia superficial y triste, que lleve a copiar y comprar, en lugar de crear y producir y dar espacio a una autoestima nacional muy baja” 51. Fratelli tutti, advierte el papa Francisco a inicios de octubre del a pasado, ya en plena pandemia. Con sentido de urgencia hay que dignificar a nuestros agricultores con acciones efectivas y no con sórdidos discursos cada 15 de mayo que a nadie convencen.

En los últimos 3 años hemos sido testigos del desmantelamiento del estado de derecho en una forma acelerada. Mucho de los logros históricos de los últimos 100 años, que como pueblo hemos alcanzado, han ido desapareciendo uno a uno tras sendos mazazos. El campo ha sido una de esas víctimas. Nuestros agricultores al igual que Ulises en La Odisea, no deben dejarse atrapar por sonoros cantos de sirena, con que una y otra vez tratan de endulzarlos y disimular de esa manera la incapacidad en la búsqueda de soluciones a los problemas que agobian al agro costarricense.

Aún hay chance para que el presidente y su equipo muestren algo de liderazgo y nos convenzan que, en sus manos, verdaderamente la política es una herramienta para mostrar “capacidad y visión para anteponer el interés y bienestar de las personas” tal y como reza su programa de gobierno, ofrecido a la ciudadanía.

El abrazar la Costa Rica del Bicentenario más que un eufemismo, es una nueva oportunidad de oro para –con humildad- escuchar y ver…y gobernar para todos, sobre todo para los que menos tienen. Hay crispación, furia y rabia. Los problemas se han acumulado y golpean a los de siempre. Debemos de entender que no son las guerras ni las enfermedades la principal causa de muerte, sino el hambre y el desamparo.

Hoy, más que estar ante un fracaso económico, estamos ante un saqueo exitoso por parte de algunos cuantos.

El agro merece más que eso. Hoy es un buen momento para que nuestro homenaje sea el de pedir perdón por ese olvido y no reconocerle su aporte a la construcción de la patria y sobre todo de que nuestra salud y nutrición depende de ellos.

Por eso ante el descuido y el olvido, la estulticia de quienes tuercen la historia y hacen una pésima lectura del presente y futuro de la patria, se asemejan a “apretar aguacates, pretendiendo madurarlos” como decía don Pepe.

Adjuntamos algunas fotografías:

UCR, Jardín Botánico Lankester: un espacio seguro frente a la pandemia para disfrutar de la naturaleza

La época de verano es el mejor momento para visitar este sitio, que le permite a la población escaparse del estrés cotidiano y disfrutar de distintos ambientes naturales.

El jardín japonés es un espacio exótico dentro del Jardín Botánico Lankester, ideal para la reflexión y la meditación. Foto: Laura Rodríguez Rodríguez, UCR.

Desde que reabrió sus puertas en agosto del 2020 con un protocolo de salud bien establecido para hacerle frente a la pandemia por el Covid-19, el Jardín Botánico Lankester (JBL) es sin duda un lugar de refugio y esparcimiento para la población costarricense.

Su cercanía a las ciudades de San José y Cartago y los atractivos que ofrece hacen de este un lugar único y preferido por muchas personas, que en burbujas sociales y familiares lo visitan para pasar el día, admirar las colecciones de plantas, tomar fotografías y compartir un almuerzo.

Durante gran parte del 2020, la visitación al JBL, de la Universidad de Costa Rica (UCR), cayó en un 40 % respecto al año anterior. No obstante, desde su reapertura las cifras muestran un incremento en la cantidad de público visitante.

De acuerdo con el director del Jardín, Adam Karremans, el ingreso de visitantes del último cuatrimestre del año pasado fue incluso mayor al mismo período del 2019 y la tendencia al aumento continúa en este 2021.

La época de verano es el mejor momento para visitar el Jardín Botánico Lankester, ya que muchas de las plantas tienen floración. Foto: Laura Rodríguez Rodríguez, UCR.

El Jardín Botánico Lankester funge como un lugar de recreación y esparcimiento al aire libre. Al ser un espacio pacífico y tranquilo, las personas pueden disfrutar con su familia y amigos de forma segura. Esto, junto con el contacto con la naturaleza, permite que los visitantes puedan salir de la rutina diaria de la ciudad y relajarse”, expresó Karremans.

Este fue uno de los factores más importantes para poder afirmar que el Jardín ha contribuido a la salud mental de muchos ciudadanos y a contrarrestar los efectos del confinamiento y las restricciones a causa de la crisis sanitaria que vive el país y el mundo.

El Jardín Botánico Lankester, ubicado carretera a Paraíso de Cartago, puso en práctica una serie de medidas para evitar el contagio del coronavirus, como son la colocación de lavamanos al ingreso, una pantalla acrílica en la recepción y señales para respetar el distanciamiento físico en el momento de adquirir las entradas y en la tienda de souvenirs. Además, es obligatorio el uso de mascarilla.

También se redujo el tamaño de los grupos para las visitas guiadas y se implementa un aforo máximo de visitantes. Dentro de las instalaciones hay desinfectantes en las mesas y sillas durante el recorrido, la recomendación del respeto a las burbujas sociales y un lavamanos adicional a mitad del sendero principal.

Los recorridos por los senderos y por los distintos ambientes naturales se pueden realizar en burbuja social, lo que hace del Jardín Botánico Lankester un lugar seguro en medio de la pandemia. Foto: Laura Rodríguez Rodríguez, UCR.

“Hemos visto personas que utilizan el JBL para meditar, hacer yoga, realizar caminatas y consumir alimentos tranquilamente sentadas en nuestras áreas verdes. Estas características y la seguridad que da el Jardín con sus protocolos sanitarios y la vigilancia constante, generan un sentido de bienestar”, añadió Karremans.

Época de floración

Los meses de verano son los idóneos para darse una vuelta por el JBL, porque la mayoría de las especies de plantas que se encuentran en el lugar florecen durante esta época, en especial las orquídeas.

Entre las plantas más notorias que podemos encontrar en flor en este momento y durante las próximas semanas se encuentran las guarias moradas. “Febrero, marzo y abril es la temporada de la guaria morada, nuestra flor nacional, y en el Jardín Botánico Lankester ya están comenzando a florecer”, destacó el director.

Igualmente, la colección de cactus y suculentas, que se amplió en los últimos meses, está en condiciones extraordinarias y es un buen momento para admirarla.

La guaria morada, la flor nacional de Costa Rica, es una de las orquídeas que se puede apreciar en el Jardín Botánico Lankester y que florece durante la época del verano. Foto: Laura Rodríguez Rodríguez, UCR.

El jardín japonés, con sus bambúes, lagos y cabañas tradicionales, es un lugar único en el país, que transporta a quienes lo recorran a un mundo exótico.
 
Además, el JBL es un espacio ideal para el disfrute en familia y con amigos para hacer un día de campo con sus seres queridos, añadió Karremans. Los visitantes pueden llevar a sus mascotas con la condición de que se tienen que hacer cargo de sus desechos y de su propia comida.

Este espacio natural es también un lugar excelente para el avistamiento de aves y para la fotografía de naturaleza, mediante las diferentes colecciones de plantas que el Jardín protege.

Una experiencia memorable

Edwin Luna Monge, vecino de Guadalupe de Goicoechea, visitó el pasado domingo 31 de enero el Jardín Botánico Lankester. Tenía cerca de nueve años de no vivir esta experiencia y regresar a este lugar le dejó un recuerdo inolvidable.

“No recordaba que fuera tan hermoso, fue una experiencia tan memorable. Además, a un precio muy accesible para que el ciudadano común y las familias costarricenses tengan un espacio de esparcimiento muy cerca de la GAM (Gran Área Metropolitana). Costa Rica debería tener más espacios como el JBL.

El JBL también cuenta con una colección de cactus y suculentas, que fue ampliada recientemente. Foto: Laura Rodríguez Rodríguez, UCR.

Con el tiempo, hemos entendido que la calidad de vida se vincula más a experiencias satisfactorias que nos hagan felices, que a objetos. En un contexto como el de la pandemia, que nos ha obligado a estar dentro de las casas, el Jardín Botánico Lankester es una bocanada de aire fresco, pues es un espacio muy cuidado, donde la gente puede mantener su distancia social y estar con sus burbujas, con sus núcleos familiares.

En sus distintos recorridos, podemos observar diferentes facetas de la biodiversidad costarricense, y por supuesto, el jardín japonés, un escenario perfecto para la meditación y la reflexión.

Definitivamente, creo que me sumó cinco años más de vida la reciente experiencia que tuve en él».

El JBL permanece abierto de lunes a domingo de 8:30 a. m. a 4:30 p. m.

Las tarifas de ingreso son: ¢2500 para residentes, ¢1500 tarifa preferencial, $10 para no residentes y $7,50 para estudiantes no residentes.

Para mayor información, llame al (506) 2511 7939.

 

Patricia Blanco Picado
Periodista, Oficina de Divulgación e Información