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La extraña intervención del Banco Central en MONEX: la evidencia de los datos oficiales

Francisco Esquivel V.

Francisco Esquivel V.
Economista

El país experimenta el ingreso de un flujo grande de dólares que presiona el funcionamiento del mercado cambiario, denominado MONEX. Al respecto, hay una idea generalizada de que esa presión responde al libre juego de la oferta y la demanda de dólares. Sin embargo, los datos oficiales no respaldan esa creencia. Se comete frecuentemente el error de pensar que el simple movimiento de dólares, en abundancia o en escasez, determina el nivel del tipo de cambio, como si no existiera la regulación ejercida por el Banco Central. En realidad, el valor de la moneda extranjera es un resultado de la mayor o menor existencia de dólares combinada con la intervención de la autoridad monetaria. En el último año se ha producido una fuerte intervención de la autoridad monetaria en MONEX, lo que influye el movimiento del tipo de cambio.

El cuasi monopsonio de dólares. En 2023 se transaron aproximadamente US$10.000 millones en MONEX, lo que fue un monto muy alto si se compara con lo sucedido en años anteriores. Normalmente, el nivel de las operaciones anuales de este mercado cambiario oscila entre US$3.500 millones y US$4.000 millones. Por lo tanto, el nivel de las transacciones de 2023 revela el aumento extraordinario de la cantidad de moneda extranjera que entró al país. Ante una situación como ésta, el Banco Central tiene que comprar dólares. Efectivamente, en 2023 adquirió cerca del 66% del valor de las operaciones realizadas. Ese es el promedio anual, sin embargo, en varios momentos el nivel de las compras superó ampliamente el 70%. Incluso, en algunos días la intervención llegó a superar el 90% de las operaciones. Aunque era necesaria la intervención, es probable que haya sido más fuerte de lo adecuado. Tal vez, faltó liderazgo para lograr resultados sin un nivel de compras tan alto. Algunos dicen que la intervención de la autoridad monetaria ha sido moderada, con un movimiento rápido que no afecta la esencia de MONEX. Los datos oficiales refutan esa afirmación. Lo cierto del caso es que la intervención limitó el libre juego de la oferta y la demanda. En ese sentido, se equivocan quienes afirman que la evolución del tipo de cambio fue el resultado de un mercado libre. Ningún texto de microeconomía calificaría como mercado libre, basado en la competencia perfecta, a uno en donde un solo comprador adquiere el 70%, o el 80%, o el 90% del producto. Eso es, en buena teoría, un cuasi monopsonio. Un mercado que funciona como monopsonio tiene un solo comprador del producto transado; en este caso, además del Banco Central hay más compradores, por lo tanto, denominamos al MONEX de 2023 como cuasi monopsonio.

La extraña intervención. La intervención era necesaria debido a la cantidad de dólares entrando al mercado cambiario. En eso no hay discusión. Pero, otra historia es cómo se realiza tal intervención. En el caso de un exceso de dólares, como sucede en este momento, el Banco Central compra dólares para frenar la presión de la oferta. Dicha compra debe realizarse a un precio igual o superior al observado. Se compran dólares, al menos al precio pre existente de mercado, para que los oferentes de dólares sientan la tranquilidad de vender a un precio “normal”, estable. Sin embargo, el Banco Central está haciendo lo contrario. La figura 1 presenta, como una muestra de lo sucedido, lo que pasó en dos situaciones de la operación de MONEX, en la primera mitad de 2023. En el recuadro A se reporta el movimiento del mercado cambiario en febrero de 2023. El recuadro muestra, mediante una línea contínua, el tipo de cambio (TC) del día anterior a cada sesión de MONEX. Además, se dibuja, a través de líneas discontinuas, la banda de fluctuación del precio (máximo y mínimo) en tal jornada de MONEX. Esta banda se muestra mediante un sombreado gris. El 8 de febrero se registraba un tipo de cambio del día anterior de 585,8. Para estabilizar el precio correspondía comprar dólares por lo menos a 585,8 o un tanto superior. Pero se hizo lo opuesto. La banda de fluctuación comenzó a bajar desde un máximo de 587 hasta llegar a un nivel de 561,3. Como resultado, el tipo de cambio bajó 24,5 colones. El Banco Central influyó la tendencia ya que en esos días compró el 76% de la moneda transada. El caso extremo fue el 14 de febrero cuando compró el 93% de lo transado. Ese día MONEX abrió la sesión con un tipo de cambio del día anterior de 573,7. Lo sorprendente fue que el Banco Central compró a precios más bajos: la banda de fluctuación se ubicó entre 570,5 y 567. Comprando el 93% del valor transado, no hay duda de que la intervención de la autoridad monetaria influyó la tendencia a la baja del tipo de cambio de ese día. Y esa ha sido la historia de los momentos en que el precio de la moneda extranjera bajó con mayor intensidad. El recuadro A, como una muestra, no deja lugar a dudas: la banda de fluctuación siempre estuvo abajo del precio del día anterior, en un contexto en donde el Banco Central compró la mayor cantidad de la moneda extranjera.

Figura 1

Fuente: elaboración propia con datos del Banco Central de Costa Rica.

El recuadro B reporta la dinámica de MONEX en julio de 2023. Sucedió algo similar a lo mostrado en el recuadro A. El Banco Central intervino, comprando el 73% de lo transado en esos días. El 10 de julio la sesión del mercado comenzó con un tipo de cambio del día anterior de 555. Para estabilizar el precio correspondía comprar dólares por lo menos a 555 o un poco superior. Pero, de nuevo, sucedió lo contrario. La banda de fluctuación comenzó a bajar desde un máximo de 556,2 hasta llegar a un nivel de 544. Esto generó una baja de 14,8 colones del tipo de cambio.

Los dos casos mostrados por la figura 1 revelan que existió una extraña intervención del Banco Central en MONEX. ¿Por qué la autoridad monetaria no compró, al menos, al tipo de cambio pre existente? Siendo el principal comprador de dólares en esas situaciones, con niveles superiores al 70%, comprando moneda extranjera “barata”, operó como cuasi monopsonio, influyendo la tendencia del precio del mercado hacia abajo.

Figura 2

Fuente: elaboración propia con datos del Banco Central de Costa Rica.

En los últimos meses, el tipo de cambio sigue bajando, acompañado de una fuerte intervención del Banco Central. Los recuadros C y D de la figura 2 presentan el comportamiento de MONEX en los momentos de baja más pronunciada de las últimas semanas. Ha sucedido lo mismo de lo graficado en la figura 1. La banda de fluctuación del tipo de cambio sigue desplazándose hacia abajo, presionando el mercado para que se produzcan nuevas bajas del precio de la moneda extranjera. Lo graficado en el recuadro C muestra una baja de 13,4 colones, mientras lo reportado en el recuadro D revela una caída de 6 colones. En ambas situaciones el Banco Central intervino comprando el 70% o más del valor de las transacciones realizadas, ratificando su acción como cuasi monopsonio. La banda de fluctuación continuó bajando presionando la baja del tipo de cambio. Al tener un nivel tan alto de intervención, la autoridad monetaria se convierte en un actor importante de esa tendencia.

Conclusión. La suma de las bajas del tipo de cambio, representadas en las figuras 1 y 2, equivale casi a 60 colones. Es decir, el 75% de la baja acumulada desde enero de 2023, que llega a 80 colones. La compra elevada de dólares por parte del Banco Central, a precios bajos, que no es el puro juego de oferta y demanda, es una extraña intervención que facilita la baja del precio de la moneda extranjera. No se puede argumentar que es la fuerza del mercado la que obliga a bajar el precio de compra de los dólares, porque el mismo Banco Central “es la fuerza del mercado”: es el principal comprador al operar como cuasi monopsonio.

¿Podía intervenir diferente el Banco Central? Es posible plantear dos opciones. La más cercana a lo actuado por la autoridad monetaria habría sido intervenir hacia la baja, pero moderando la velocidad de la caída. Debe reconocerse que la baja del precio de la moneda extranjera ha sido muy fuerte, por lo que se pudo plantear una caída menos pronunciada. En los años anteriores, las fluctuaciones anuales más fuertes del tipo de cambio han rondado el 6% – 7%. Ese pudo ser un valor orientador de la caída, llevando el precio de la moneda extranjera a un nivel cercano a 560 colones a finales de diciembre de 2023. La otra opción habría sido estabilizar por completo el tipo de cambio en un nivel similar a lo observado al inicio de 2023; es decir, algo como 600. Desde luego, cualquiera de estas variantes habría sido interpretada por el pensamiento liberal como una “distorsión” del libre mercado. Pero, ¿cuál libre mercado, si el Banco Central ha operado como cuasi monopsonio, comprando más del 70% de la moneda circulando en MONEX?

La extraña intervención del Banco Central en MONEX

Francisco Esquivel V.

Francisco Esquivel V.
Economista

El mercado cambiario, denominado MONEX, funciona bajo un mecanismo llamado flotación administrada. Eso quiere decir que la flotación es regulada por el Banco Central. En el caso de una escasez de dólares, que genere un aumento desmedido del tipo de cambio, el Banco Central vende dólares para fortalecer la oferta, a un precio igual o inferior al vigente. En el lado opuesto, si hay exceso de la moneda extranjera, el Banco Central compra dólares para reducir la oferta, a un precio igual o superior al observado. Por lo tanto, MONEX no es un mercado completamente libre, está sujeto a la regulación estatal. El Estado, a través de su autoridad monetaria, pone límites al mercado cambiario para evitar fluctuaciones inconvenientes del precio de la moneda extranjera. Se trata de uno de los componentes más importantes de la política pública. Se comete frecuentemente el error de pensar que el simple movimiento de dólares, en abundancia o en escasez, determina el nivel del tipo de cambio, como si no existiera la regulación ejercida por el Banco Central. En realidad, el valor de la moneda extranjera es un resultado de la mayor o menor existencia de dólares combinada con la intervención de la autoridad monetaria. No comprender esto conduce a expresiones como la siguiente: “en el último año la abundancia de dólares hace que el tipo de cambio baje”. Esa es una afirmación imprecisa: no necesariamente el exceso de dólares se debe traducir en una baja del tipo de cambio; puede producirse una intervención del Banco Central que amortigüe esa caída, o incluso, la detenga. A continuación, explicamos lo sucedido en el último año, con un enfoque amplio que considera los aspectos citados.

La lógica de la flotación administrada del mercado cambiario

La figura 1 explica el mecanismo de intervención del Banco Central en un sistema de flotación administrada. A la izquierda se muestra una situación de exceso de dólares en el mercado cambiario: la oferta (O$) supera a la demanda (D$) de la moneda extranjera en una proporción significativa. En tal caso, si ambas fuerzas del mercado operan libremente, el tipo de cambio caerá debido a que los oferentes de dólares no encuentran suficiente demanda, lo que los obliga a aceptar un precio menor por la moneda extranjera.

Figura 1

Si el Banco Central considera que esa tendencia a la baja del precio es inconveniente para el mercado cambiario, y para la economía en general, intervendrá para detenerla. La intervención consiste en comprar dólares para eliminar el exceso de la moneda extranjera. La compra se realiza al precio existente en el mercado, o eventualmente, a un precio un tanto más alto. Con esto se busca estabilizar el mercado a un precio razonable de acuerdo al criterio de la autoridad monetaria. Esa acción se representa en azul en la figura 1. Se compran dólares, al menos al precio pre existente de mercado, para que los oferentes de dólares sientan la tranquilidad de vender a un precio “normal”, estable, evitando que los demandantes se aprovechen de la situación para adquirir la moneda extranjera a un precio excesivamente bajo. El Banco Central, en tanto entidad estatal responsable de la regulación cambiaria, interviene en el mercado para garantizar un precio estable al “productor de dólares” que es el oferente de la moneda extranjera. Si no existiera tal regulación del Banco Central, el mercado cambiario operaría con la “ley de la selva” moviéndose estrictamente de acuerdo a la oferta y la demanda de los operadores privados. Sería un mercado completamente libre. Pero una flotación administrada no es eso, la intervención del Banco Central controla las oscilaciones inconvenientes del tipo de cambio.

A la derecha de la figura 1 se representa una situación de déficit de dólares en el mercado cambiario: la demanda (D$) supera a la oferta (O$) de la moneda extranjera en un monto apreciable. En esa situación, si ambas fuerzas del mercado operan libremente, el tipo de cambio subirá debido a que los demandantes de dólares no encuentran suficiente oferta, lo que los obliga a aceptar un precio superior por la moneda extranjera. Si el Banco Central piensa que dicha tendencia al alza del precio es inconveniente intervendrá para detenerla. La intervención consiste en vender dólares para subsanar el faltante de la moneda extranjera. La venta se realiza al precio existente en el mercado, o eventualmente, a un precio un tanto más bajo. Así, se trata de estabilizar el mercado a un precio razonable de acuerdo al criterio de la autoridad monetaria. Esa acción se representa en rojo en la figura 1. Se venden dólares, al menos al precio pre existente de mercado, para que los demandantes de dólares compren con tranquilidad a un precio “normal”, estable, evitando que los oferentes se aprovechen de la situación para vender la moneda extranjera a un precio excesivamente alto. El Banco Central, en este caso, interviene en el mercado para garantizar un precio estable al que necesita dólares.

La intervención en casos de escasez de dólares

Dos ejemplos resultan útiles para comprender cómo actúa el Banco Central ante un caso de faltante de dólares.

A finales de mayo de 2017 se experimentó una insuficiencia de moneda extranjera. Como resultado, el tipo de cambio experimentó un incremento importante, que se muestra en el recuadro A de la figura 2, mediante el segmento negro de la curva. El Banco Central consideró inconveniente tal aumento por lo que intervino en MONEX, aplicando la lógica de la flotación administrada que contiene la parte derecha de la figura 1.

El recuadro A de la figura 3 muestra cómo operó Olivier Castro, presidente del Banco Central en ese momento. Frente a la insuficiencia de moneda extranjera el Banco Central intervino vendiendo dólares a un precio más bajo que el que se producía en el mercado. El recuadro muestra, mediante una línea contínua, el tipo de cambio (TC) del día anterior a cada sesión de MONEX. Además, se dibuja, a través de líneas discontinuas, la banda de fluctuación del precio (máximo y mínimo) en tal jornada de MONEX. Se observa que, ante el tipo de cambio del día anterior, el Banco Central vendió dólares a un precio más bajo ya que la banda de fluctuación está abajo del tipo de cambio del día anterior. Por ejemplo, el 25 de mayo de 2017, MONEX inició la jornada con un precio del día anterior de 595,3. Frente a esto, se vendieron dólares a precios inferiores. La banda de fluctuación tuvo un máximo de 593,3 y un mínimo de 585. Y así, los días siguientes se vendieron dólares a un tipo de cambio menor al del día anterior. Por lo tanto, luego de pocos días, el precio bajó alrededor de 20 colones. Dicha baja se observa en el recuadro A de la figura 2, lo que se representa mediante el segmento rojo de la curva. De esta manera, se evitó que tipo de cambio subiera inconvenientemente, de acuerdo al criterio del Banco Central.

Figura 2

Figura 3

Rodrigo Cubero, presidente del Banco Central, posterior a Castro, hizo algo similar en noviembre de 2018. El recuadro B de la figura 2 reporta la subida del tipo de cambio hacia el final de octubre de 2018, lo que correspondía a otra situación de escasez de dólares. Frente a esto, el Banco Central vendió dólares más baratos, como se ve en el recuadro B de la figura 3. Ante un tipo de cambio alto del día anterior, la venta de dólares de cada día se hizo a precios más bajos, ya que la banda de fluctuación se movió abajo del precio del día anterior. De esta forma, el tipo de cambio bajó cerca de 25 colones como lo muestra el recuadro B de la figura 2, mediante el segmento rojo de la curva.

Resulta interesante observar que dos presidentes de la autoridad monetaria, con enfoques diferentes de la política económica, operaron de manera similar. Castro, de visión intervencionista, y Cubero, de enfoque liberal, usaron de forma estricta la lógica de la fluctuación administrada.

La intervención actual en un caso de exceso de dólares

La situación externa de la economía de este momento es diferente a la de los casos anteriores. Hay varios factores que se combinan para generar una mayor cantidad de dólares en el mercado cambiario. En el siguiente cuadro se reportan los cambios más importantes, del período 2021 – 2023, al tercer trimestre, del movimiento de la moneda extranjera, de acuerdo a la contabilidad de la balanza de pagos. Esos datos se refieren a los movimientos privados. En la parte comercial, se destaca el aumento del ingreso neto por turismo y el incremento por la venta de servicios de zona franca. No todo queda como ganancia porque se debe deducir el pago de remesas a las empresas extranjeras que operan en el país. Sin embargo, queda un saldo de US$800 millones, incrementados en ese período, que es importante. En la parte financiera, la inversión extranjera, productiva y financiera, sigue aumentando, pero de manera moderada. Lo más significativo en el campo financiero es el aumento del ingreso de capital en efectivo por un monto de US$1.800 millones. Sumados los movimientos comercial y financiero, han generado un aumento del flujo de dólares por unos US$2.900 millones, en el período 2021 – 2023 (contabilizado al tercer trimestre).

Turismo

US$1.400 millones

Servicios de zona franca

US$1.200 millones

Remesas de utilidades

-US$1.800 millones

Movimiento comercial total

US$800 millones

 

 

Inversión directa

US$140 millones

Inversión financiera

US$130 millones

Ingreso de capital en efectivo

US$1.800 millones

Movimiento financiero total

US$2.070 millones

En consecuencia, se produce un importante excedente de dólares. Esto genera una presión hacia la baja del tipo de cambio. Por lo tanto, si el Banco Central actuara de acuerdo a la lógica de la flotación administrada, mostrada en la parte izquierda de la figura 1, debería comprar dólares a un precio igual o superior al que se observa en el mercado. Sin embargo, desde el año pasado, frecuentemente, ha hecho lo contrario. Un ejemplo se muestra en el recuadro C de la figura 4 que reporta el movimiento de MONEX en febrero de 2023.

El 8 de febrero se registraba un tipo de cambio del día anterior de 585,8. Para estabilizar el precio correspondía comprar dólares por lo menos a 585,8 o un tanto superior. Pero se hizo lo opuesto. La banda de fluctuación comenzó a bajar desde un máximo de 587 hasta llegar a un nivel de 561,3. Como resultado, el tipo de cambio bajó casi 25 colones, en pocos días. El Banco Central estimuló la tendencia ya que en la mayor parte de los días compró más del 70% de la moneda transada. Por ejemplo, el 14 de febrero compró el 93% de lo transado.

En los últimos días se está produciendo una situación similar, como lo reporta el recuadro D de la figura 4. El Banco Central compra cantidades altas de dólares a precios cada vez más bajos, con lo que continúa estimulando la tendencia a la baja del precio. El 15 de enero compró el 94% de los US$91 millones transados ese día. De esta manera, el tipo de cambio está bajando de forma sorprendente.

Figura 4

Desde inicios del 2023 hasta el presente, se han transado en MONEX alrededor de US$10.000 millones, lo que es una cantidad inusual en dicho mercado cambiario. En los años anteriores se transaban montos que no superaban los US$4.000 millones anuales. Lo llamativo es que el Banco Central compró el 70% de ese monto, en 2023, usualmente en la forma que lo indican los citados recuadros C y D; es decir, bajando el precio de la moneda extranjera. De un nivel de 600 colones por dólar se ha pasado a un valor cercano a los 525 colones por dólar. Como lo muestra la figura 5, esto representa una fluctuación del 12,5%; la más alta desde 2006, que fue el momento en que inició la operación de MONEX. En consecuencia, la pregunta relevante es: ¿por qué el Banco Central no operó en el último año de acuerdo a la ortodoxia que indica la flotación administrada, como se muestra en el lado izquierdo de la figura 1? Se trata de uno de los componentes más importantes de la política pública que no sigue lo que indica el criterio comúnmente establecido.

Figura 5

Conclusión

El excedente de dólares es un factor muy importante, pero, por sí solo, no explica la caída acelerada del tipo de cambio. Tal excedente presiona a la baja del tipo de cambio, pero el resultado definitivo en MONEX depende de la intervención del Banco Central. En realidad, el tipo de flotación administrada que ha aplicado el Banco Central, ha sido el catalizador que ha facilitado la baja del precio. Si el Banco Central hubiera actuado con la lógica de Castro y Cubero, anteriores presidentes de la entidad, habría comprado dólares, pero a precios similares o superiores a los mostrados por el mercado. Hacer lo opuesto es lo que facilita la tendencia extraña del tipo de cambio. Desde luego, el Banco Central está en su derecho de intervenir como considere conveniente. En este caso, lo ha hecho a la baja del precio de la moneda extranjera. Pero, debe quedar claro que pudo detener la caída del tipo de cambio comprando a precios iguales a los pre existentes en MONEX. Incluso, si se hubiera renunciado a detener la caída, se pudo propiciar una baja menos pronunciada que la que sucedió efectivamente.

Además, comprando el Banco Central el 70% del valor de las operaciones de MONEX es difícil calificar a este mercado como libre, en donde el precio lo fijan el juego flexible de la oferta y la demanda de dólares. Dicha intervención, heterodoxa por lo indicado en la figura 4, creó una especie de mercado imperfecto, influido notoriamente por el accionar del Banco Central.

Por lo anterior, es claro que el sector exportador está cometiendo un error solicitándole al Banco Central más intervención. Con un nivel de compras equivalente al 70% del valor de las operaciones es difícil imaginar más intervención. El problema, desde el punto de vista del exportador, no es que falta intervención, que ya es muy elevada; el asunto es el tipo de intervención. La formulación correcta por parte del generador de dólares no es pedir más intervención, sino solicitar una intervención diferente, de acuerdo a lo explicado en la parte izquierda de la figura 1.

Ante el desplome del dólar

Freddy Pacheco León

Freddy Pacheco León

Al bajar el valor del dólar con respecto al colón, se tienen diversas consecuencias. Una, las pérdidas que sufre el sector agroexportador, como el cafetalero, que cada vez recibe menos colones por kilo de café exportado, mientras los gastos alrededor de su actividad se mantienen estables o al alza. Todas las otras exportaciones lo sufren en similar sentido, lo que provoca presiones para que los salarios se congelen, o disminuya el empleo.

Otra, el sector turismo en general. Los hoteles, que en su gran mayoría son muy pequeños, están recibiendo dólares devaluados, mientras que la operación de todas las actividades de hospedaje, pagadas en colones, son cada día más difíciles de cubrir. Problema que, asimismo, se extiende a todas las actividades vinculadas al sector turismo, principal fuente de empleo y de divisas de Costa Rica.

Aunque hay quienes aseguran que las importaciones salen más baratas y, por ende, se venden a precios menores, la realidad no confirma ese deseo. Con excepción de los combustibles que importa y distribuye Recope, el mercado de artículos esenciales, como los alimentos y el vestido, por ejemplo, mantienen sus precios altos, por lo cual, el pueblo no está ganando nada con un colón fuerte.

Son solo dos ejemplos de lo que está sucediendo en lo inmediato. Asimismo, cabe preguntarse sobre EL ORIGEN de esa «catarata de dólares», que induce incluso a pensar en que se podría estar dando un coletazo, imprevisto, del movimiento de capitales que realiza el narcotráfico internacional. Esa posibilidad (de la que solo se habla en corrillos) también está latente, pues una mayor productividad de la nación (que no es cierta) no parece ser la causa del actual fenómeno.

Replanteamiento en los elementos para el funcionamiento de un nuevo orden mundial. La actual hegemonía USA/G7/OTAN

Edgar Chacón Morales

Edgar Chacón Morales
Abril, 2023

El dólar/USA, en el control de la economía mundial

¿Por qué en los movimientos para un nuevo orden económico mundial, de manera paulatina será substituido el dólar?

Actualmente Estados Unidos ejerce un control de la economía mundial utilizando el dólar y el Sistema SWIFT (Society for Worldwide Interbank Financial Telecomunication).

¿Cómo funciona este mecanismo? Un ejemplo básico:

La empresa “a” debe hacerle un pago a la empresa “f”, por una transacción comercial. Entonces, la empresa “a” debe hacer un depósito, en su moneda local, en el banco “b”, que está en su país y debe tener una cuenta en dólares; este banco “b” debe hacer ese depósito en el banco “c” que está en Estados Unidos; aquí hubo una conversión de moneda local a dólares (lo que debe implicar una comisión, que recauda el SWIFT); éste banco “c”, hace un depósito en el banco”d”, que está también en Estados Unidos, y a su vez, debe hacer el depósito en dólares en el banco “e”, que está en el país de la empresa “f”, aquí hubo una conversión de dólares a moneda local (lo que debe implicar otra comisión, que también recauda el SWIFT); finalmente, éste banco “e”, le hace el pago a la empresa “f”, en su moneda local. (Finanzas para todos).

Desde que la empresa “a”, hace su depósito, hasta que la empresa “f” recibe su pago, ambas en monedas locales, hubo un paso de los fondos por los cuatro bancos involucrados, los que hacen las respectivas transacciones entre monedas locales y dólares.

Todo este trabajo, no es gratuito y debe implicar una recaudación de dinero para Estados Unidos, país que controla el Sistema.

Desde la compra de una cantidad de dólares, que una persona hace porque va a viajar al exterior, hasta las más grandes transacciones comerciales y financieras, representan para Estados Unidos, un aporte de dinero.

En el mundo, entes privados y públicos realizan miles de transacciones a diario, tanto por comercio de mercancías como materias primas minerales, vegetales, animales, alimentos, combustibles; así como transacciones financieras, por cifras que van desde unas muy pequeñas, hasta sumas muy grandes.

Estas transacciones significan billones de dólares, que terminan beneficiando a la economía de Estados Unidos, vía imposición del dólar y el Sistema SWIFT.

Esto contribuye a que, Estados Unidos sea el país con el producto interno bruto más grande del mundo con 25.04 billones de dólares.

Además, el dólar ha sido moneda de reserva mundial, durante mucho tiempo, prácticamente desde la segunda guerra mundial, de manera que casi todos los países deben tenerla, para comprar y vender sus mercancías, lo que sigue aumentando su valor y le ha significado grandes ganancias a la economía estadounidense.

En esa posición de control y dominio, Estados Unidos/G7/OTAN han impuesto su hegemonía en el mundo, con chantajes, amenazas y hechos. En momentos anteriores, se ha hablado incluso de “la diplomacia del dólar”.

En este marco de asuntos, se han cometido abusos, como la retención de 350,000 millones de dólares a la Federación Rusa y también la retención de 1,000 millones de dólares a Venezuela por parte del Reino Unido.

A este orden, también pertenecen las sanciones impuestas a la Federación Rusa, para entorpecer su comercio exterior, por la guerra que USA/G7/OTAN impulsa en Ucrania.

En relación con esto, el presidente Lula da Silva comparte la siguiente reflexión: “yo todas las noches me pregunto: ¿por qué todos los países estamos obligados a hacer nuestro comercio, respaldando nuestras transacciones en dólares?; ¿por qué no podemos realizar nuestro comercio respaldado en nuestras monedas?”.

También Lula comparte: “Nadie le puede prohibir a Brasil acercarse a China, para eso somos un país libre, para eso somos un país democrático y no vamos a permitir que nadie nos diga qué podemos hacer y qué no…Brasil quiere que la relación trascienda más allá de lo comercial…”. Ante esto el presidente chino dijo: “Ambas naciones comparten muchos intereses y las relaciones serán claves para la paz, la estabilidad y la prosperidad mundiales”. (Jesús López)

Movimientos geopolíticos diplomáticos mundiales

Como parte de todos estos movimientos mundiales, en este caso diplomáticos, el canciller de la Federación Rusa, Sergei Lavrov, realizó una gira por América Latina, en días recién pasados, incluyendo a Brasil, Venezuela, Cuba y Nicaragua.

También, la generala Laura Richardson, quien está al frente del Comando sur de Estados Unidos, realizó una gira por América Latina, que incluyó Argentina y Chile y contempla motivos como el triángulo del litio y aspectos de seguridad nacional y estratégica de Estados Unidos, de cara a las actividades de la República Popular China y la Federación Rusa, en la Región.

Cabe recordar las palabras de Laura Richardson en días pasados en el Atlantic Council, en cuanto a la pretensión de las riquezas de América Latina y las palabras amenazantes de la representante republicana María Elvira Salazar, sobre Argentina.

Sobre el escenario económico mundial, en el corto plazo

En días inmediatos pasados, la empresa mundial de información financiera Bloomberg L. P. (Bloomberg fue creada por el ex alcalde de New York, Michael Bloomberg, en el año 1981), publicó los siguientes datos sobre la economía mundial, para los siguiente 5 años, ubicando las primeras 14 economías del mundo, 2023-2028:

China hará un aporte al producto bruto mundial, del 22,6%; India del 12,9%; Estados Unidos del 11,3%; Indonesia del 3,6%; Alemania del 2.1%; Turkiye del 2.1%; Japón del 1,8%; Brasil del 1,7%; Egipto del 1,7%; La Federación Rusa del 1,6%; Bangladesh del 1,6%; Viet Nam del 1,6%; Reino Unido del 1,5%; y Francia del 1.5% .

Por país, los datos son claros, nada más destacar que China será el primer lugar, India el segundo, relegando a Estados Unidos al tercero (Canadá e Italia, miembros del G7, ni siquiera aparecen en esta clasificación). Agregar también que países como Bangladesh y Vietnam, sobrepasan a miembros del G7, como el Reino Unido y Francia.

Por bloques o agrupaciones:

Los BRICS, representan el 38,8; el G7, el 18,2; la Unión Europea, sólo el 3,6; Europa, el 8,8, sumándole el 1,6 de la Federación Rusa.

Es de destacar también que el aporte de los países BRICS, es más del doble que el aporte del G7.

Este es un panorama fundamentalmente económico, y una pincelada del panorama político/diplomático. Veremos el panorama político/militar.

En cuanto al panorama propagandístico, Estados unidos ya ha emitido opiniones como las siguientes: “… Brasil está repitiendo como un loro la propaganda rusa y la china también…”. John Kirby, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional. Así también: “EE. UU. Critica a Brasil. Casa Blanca llama “Borrego” a Lula da Silva”. (Gaby López).

Rescato lo que a mi juicio compete al ámbito ético/político: mientras que Dilma Rousseff, fue condenada siguiendo la vía del “lawfare”, por los países que ejercen políticas neoliberales, incluido el G7, los países BRICS, la reivindican poniéndola al frente del Banco de la agrupación.

De alguna manera, en lo que respecta al “poder simbólico”, se miden fuerzas y se blanden y concretan cuotas de poder.

En lo que respecta a poblaciones que habitan determinadas regiones del mundo, en lo que algunos llaman “El Sur Global”, se encuentra América Latina con sus grandes poblaciones que incluyen indios, morenos, parte de “los vencidos” y además católicos; y en el mundo anglosajón, los WASP (white, anglosaxon and protestant); cada cual, con sus respectivas culturas, valores, distintos aprecios por la naturaleza y la convivencia con ella, las relaciones entre humanos y el aprecio por la vida.

La economía política del dólar

Luis Paulino Vargas Solís

La cuestión del dólar tiene su faceta técnica, en la cual pasan entretenidos los economistas de Costa Rica, incapaces (y no porque sean tontos) de raspar más que la superficie del problema. También tiene su faceta más profunda y compleja, la cual exige un esfuerzo que está, más en el ámbito de la ciencia que el de la técnica. Pero no es posible intentar un acercamiento científico, sino es desde la economía política, puesto que aquí lo económico va entrelazado a profundidad con lo político y lo social.

Hablamos, a fin de cuentas, del proyecto o modelo de desarrollo de Costa Rica, el cual es producto de determinadas visiones ideológicas y está sostenido por ciertos intereses muy poderosos.

Dejando por fuera muchos aspectos y detalles, anoto los siguientes, como facetas especialmente significativas:

  1. Un régimen dogmático de libre movimiento de capitales, el cual alcanza hoy un extremismo tal, que descarta cualquier posible control, ni siquiera sobre los capitales especulativos.
  2. Una exitosa estrategia de mercadeo, que ha explotado la relativa cercanía de Estados Unidos y aprovecha la imagen de Costa Rica como país democrático, pacífico, ambientalista y con un sólido Estado de derecho. Si bien muchas de esas cualidades están hoy en pleno declive, siguen ejerciendo un poderoso influjo a nivel internacional.
  3. Las dos cuestiones anteriores, en combinación con algunas otras, han dado lugar a un fenómeno bastante peculiar: la balanza financiera y de capitales en la balanza de pagos, genera un excedente positivo de divisas, que sobrepasa el déficit crónico en la balanza de bienes y servicios.
  4. O sea: como tendencia de largo plazo (con oscilaciones episódicas) compramos bienes y servicios al resto del mundo en mayor medida de lo que les vendemos -lo cual advierte sobre el frágil desarrollo de nuestra economía- pero atraemos capitales en una cuantía tal que eso genera un excedente relativo de dólares.
  5. De ahí la dolarización de la economía: muchos precios se expresan en dólares, muchos créditos se conceden en dólares. Todo lo cual conlleva un alto potencial de desestabilización, el cual se ha dejado entrever -sin explotar a plenitud- cada vez que el dólar sube o baja a un ritmo desusado.
  6. Además, ello conlleva un grado creciente de extranjerización de la economía, sin promover su modernización, puesto que el sector de alta productividad (sobre todo las zonas francas) es un universo aparte. En rigor podemos afirmar que vivimos en un país no desarrollado que, cada vez más, es propiedad de gente que no nació ni vive en Costa Rica.
  7. En los últimos siete meses, los diversos factores anotados se mezclaron con algunas cuestiones coyunturales (la situación mundial, el alza en las tasas de interés en Costa Rica) para propiciar un verdadero diluvio de capitales especulativos, sin que nadie mueva un dedo para moderar esa correntada desestabilizadora.
  8. El consecuente desplome del dólar, favorece directamente a la banca privada, cuyo negocio descansa principalmente en los créditos en dólares, y al comercio importador, el cual ha de estar haciendo clavos de oro. También a quienes tienen créditos en dólares, pero ganan en colones, y trae un beneficio más o menos generalizado, a través de la baja de los combustibles.
  9. Pero, en lo fundamental, esto pone en tensión amplios sectores de la economía, vinculados a las exportaciones, el turismo y las actividades e industrias que compiten con productos importados. Asimismo, se agrava la desarticulación interna de la economía, ya que los insumos producidos localmente no pueden competir con los importados. De prolongarse esa situación, ello produciría despidos, quizá cierre de empresas y, seguramente, ralentización, quizá recesión, de la economía.
  10. El Banco Central, feroz guardián de la dogmática ideológica que subyace a este modelo, parece querer darle largas a esto, seguramente con el fin de hacer bajar la inflación, y en bien de la banca privada. El precio a pagar será mayor desempleo.

En la transición hacia una nueva Civilización – La confrontación militar en Ucrania

Wim Dierckxsens y Walter Formento, 27 marzo 2022

La guerra en Ucrania no es simplemente una guerra para ver quién controla un país, un territorio. Es una confrontación en el terreno militar por el futuro de la Humanidad y de la Naturaleza. Como veníamos sosteniendo, ésta se plantea entre dos esquemas de poder que componen la contradicción principal a nivel internacional, entre el Pluriversalismo multipolar plurinacional y el Globalismo unipolar financiero. Ambos esquemas de poder universal internacional en choque estratégico, donde es el multipolarismo quien sostiene en este momento la iniciativa estratégica general desde 2020/21 en adelante.

Rusia lleva la iniciativa multipolar al plantear la batalla en Ucrania para desarticular las acciones técnicas militares de la OTAN (acciones realizadas principalmente desde 2014 de múltiples modos: con la instalación en Ucrania de a- capacidades de guerra biológica, b- capacidades de guerra bacteriológica y c- capacidades de guerra nuclear, etc.) que constituyen una amenaza para la soberanía de Rusia-China-India-Pakistán-Irán-etc. Detener las acciones técnico-militares de la OTAN-Globalista y desarticular su plan de acción significa parar los últimos esfuerzos de una civilización occidental en declive de mantenerse con vida para así poder “despejar” el camino para que el multipolarismo plurinacional y pluriversal pueda hacer avanzar y desarrollar dicha nueva civilización multipolar.

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