Francisco Esquivel V.
Economista
El país experimenta el ingreso de un flujo grande de dólares que presiona el funcionamiento del mercado cambiario, denominado MONEX. Al respecto, hay una idea generalizada de que esa presión responde al libre juego de la oferta y la demanda de dólares. Sin embargo, los datos oficiales no respaldan esa creencia. Se comete frecuentemente el error de pensar que el simple movimiento de dólares, en abundancia o en escasez, determina el nivel del tipo de cambio, como si no existiera la regulación ejercida por el Banco Central. En realidad, el valor de la moneda extranjera es un resultado de la mayor o menor existencia de dólares combinada con la intervención de la autoridad monetaria. En el último año se ha producido una fuerte intervención de la autoridad monetaria en MONEX, lo que influye el movimiento del tipo de cambio.
El cuasi monopsonio de dólares. En 2023 se transaron aproximadamente US$10.000 millones en MONEX, lo que fue un monto muy alto si se compara con lo sucedido en años anteriores. Normalmente, el nivel de las operaciones anuales de este mercado cambiario oscila entre US$3.500 millones y US$4.000 millones. Por lo tanto, el nivel de las transacciones de 2023 revela el aumento extraordinario de la cantidad de moneda extranjera que entró al país. Ante una situación como ésta, el Banco Central tiene que comprar dólares. Efectivamente, en 2023 adquirió cerca del 66% del valor de las operaciones realizadas. Ese es el promedio anual, sin embargo, en varios momentos el nivel de las compras superó ampliamente el 70%. Incluso, en algunos días la intervención llegó a superar el 90% de las operaciones. Aunque era necesaria la intervención, es probable que haya sido más fuerte de lo adecuado. Tal vez, faltó liderazgo para lograr resultados sin un nivel de compras tan alto. Algunos dicen que la intervención de la autoridad monetaria ha sido moderada, con un movimiento rápido que no afecta la esencia de MONEX. Los datos oficiales refutan esa afirmación. Lo cierto del caso es que la intervención limitó el libre juego de la oferta y la demanda. En ese sentido, se equivocan quienes afirman que la evolución del tipo de cambio fue el resultado de un mercado libre. Ningún texto de microeconomía calificaría como mercado libre, basado en la competencia perfecta, a uno en donde un solo comprador adquiere el 70%, o el 80%, o el 90% del producto. Eso es, en buena teoría, un cuasi monopsonio. Un mercado que funciona como monopsonio tiene un solo comprador del producto transado; en este caso, además del Banco Central hay más compradores, por lo tanto, denominamos al MONEX de 2023 como cuasi monopsonio.
La extraña intervención. La intervención era necesaria debido a la cantidad de dólares entrando al mercado cambiario. En eso no hay discusión. Pero, otra historia es cómo se realiza tal intervención. En el caso de un exceso de dólares, como sucede en este momento, el Banco Central compra dólares para frenar la presión de la oferta. Dicha compra debe realizarse a un precio igual o superior al observado. Se compran dólares, al menos al precio pre existente de mercado, para que los oferentes de dólares sientan la tranquilidad de vender a un precio “normal”, estable. Sin embargo, el Banco Central está haciendo lo contrario. La figura 1 presenta, como una muestra de lo sucedido, lo que pasó en dos situaciones de la operación de MONEX, en la primera mitad de 2023. En el recuadro A se reporta el movimiento del mercado cambiario en febrero de 2023. El recuadro muestra, mediante una línea contínua, el tipo de cambio (TC) del día anterior a cada sesión de MONEX. Además, se dibuja, a través de líneas discontinuas, la banda de fluctuación del precio (máximo y mínimo) en tal jornada de MONEX. Esta banda se muestra mediante un sombreado gris. El 8 de febrero se registraba un tipo de cambio del día anterior de 585,8. Para estabilizar el precio correspondía comprar dólares por lo menos a 585,8 o un tanto superior. Pero se hizo lo opuesto. La banda de fluctuación comenzó a bajar desde un máximo de 587 hasta llegar a un nivel de 561,3. Como resultado, el tipo de cambio bajó 24,5 colones. El Banco Central influyó la tendencia ya que en esos días compró el 76% de la moneda transada. El caso extremo fue el 14 de febrero cuando compró el 93% de lo transado. Ese día MONEX abrió la sesión con un tipo de cambio del día anterior de 573,7. Lo sorprendente fue que el Banco Central compró a precios más bajos: la banda de fluctuación se ubicó entre 570,5 y 567. Comprando el 93% del valor transado, no hay duda de que la intervención de la autoridad monetaria influyó la tendencia a la baja del tipo de cambio de ese día. Y esa ha sido la historia de los momentos en que el precio de la moneda extranjera bajó con mayor intensidad. El recuadro A, como una muestra, no deja lugar a dudas: la banda de fluctuación siempre estuvo abajo del precio del día anterior, en un contexto en donde el Banco Central compró la mayor cantidad de la moneda extranjera.
Figura 1
El recuadro B reporta la dinámica de MONEX en julio de 2023. Sucedió algo similar a lo mostrado en el recuadro A. El Banco Central intervino, comprando el 73% de lo transado en esos días. El 10 de julio la sesión del mercado comenzó con un tipo de cambio del día anterior de 555. Para estabilizar el precio correspondía comprar dólares por lo menos a 555 o un poco superior. Pero, de nuevo, sucedió lo contrario. La banda de fluctuación comenzó a bajar desde un máximo de 556,2 hasta llegar a un nivel de 544. Esto generó una baja de 14,8 colones del tipo de cambio.
Los dos casos mostrados por la figura 1 revelan que existió una extraña intervención del Banco Central en MONEX. ¿Por qué la autoridad monetaria no compró, al menos, al tipo de cambio pre existente? Siendo el principal comprador de dólares en esas situaciones, con niveles superiores al 70%, comprando moneda extranjera “barata”, operó como cuasi monopsonio, influyendo la tendencia del precio del mercado hacia abajo.
Figura 2
En los últimos meses, el tipo de cambio sigue bajando, acompañado de una fuerte intervención del Banco Central. Los recuadros C y D de la figura 2 presentan el comportamiento de MONEX en los momentos de baja más pronunciada de las últimas semanas. Ha sucedido lo mismo de lo graficado en la figura 1. La banda de fluctuación del tipo de cambio sigue desplazándose hacia abajo, presionando el mercado para que se produzcan nuevas bajas del precio de la moneda extranjera. Lo graficado en el recuadro C muestra una baja de 13,4 colones, mientras lo reportado en el recuadro D revela una caída de 6 colones. En ambas situaciones el Banco Central intervino comprando el 70% o más del valor de las transacciones realizadas, ratificando su acción como cuasi monopsonio. La banda de fluctuación continuó bajando presionando la baja del tipo de cambio. Al tener un nivel tan alto de intervención, la autoridad monetaria se convierte en un actor importante de esa tendencia.
Conclusión. La suma de las bajas del tipo de cambio, representadas en las figuras 1 y 2, equivale casi a 60 colones. Es decir, el 75% de la baja acumulada desde enero de 2023, que llega a 80 colones. La compra elevada de dólares por parte del Banco Central, a precios bajos, que no es el puro juego de oferta y demanda, es una extraña intervención que facilita la baja del precio de la moneda extranjera. No se puede argumentar que es la fuerza del mercado la que obliga a bajar el precio de compra de los dólares, porque el mismo Banco Central “es la fuerza del mercado”: es el principal comprador al operar como cuasi monopsonio.
¿Podía intervenir diferente el Banco Central? Es posible plantear dos opciones. La más cercana a lo actuado por la autoridad monetaria habría sido intervenir hacia la baja, pero moderando la velocidad de la caída. Debe reconocerse que la baja del precio de la moneda extranjera ha sido muy fuerte, por lo que se pudo plantear una caída menos pronunciada. En los años anteriores, las fluctuaciones anuales más fuertes del tipo de cambio han rondado el 6% – 7%. Ese pudo ser un valor orientador de la caída, llevando el precio de la moneda extranjera a un nivel cercano a 560 colones a finales de diciembre de 2023. La otra opción habría sido estabilizar por completo el tipo de cambio en un nivel similar a lo observado al inicio de 2023; es decir, algo como 600. Desde luego, cualquiera de estas variantes habría sido interpretada por el pensamiento liberal como una “distorsión” del libre mercado. Pero, ¿cuál libre mercado, si el Banco Central ha operado como cuasi monopsonio, comprando más del 70% de la moneda circulando en MONEX?